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Introducción

ANTECEDENTES

La pesca sigue siendo el método de producción de alimentos que requiere más intensidad de energía en el mundo y depende casi totalmente del uso de motores de combustión interna que funcionan con derivados del petróleo. Hasta ahora no hay indicios de que otra fuente de energía podría sustituir el uso de estos motores a mediano o corto plazo. La industria sigue siendo sensible a los precios mundiales de los combustibles y no cabe suponer que éstos se mantendrán indefinidamente estables. En efecto, algunos analistas predicen que, si se mantuviera la tasa actual de consumo de combustibles fósiles, los costos de la energía registrarían aumentos notables en los próximos 15 a 50 años.

Las actividades pesqueras en pequeña escala aportan casi la mitad de la producción mundial de pescado y, aunque en general requieren una mayor intensidad de mano de obra que las grandes actividades pesqueras industriales, se ven cada vez más afectadas por los costos de la energía. En los países en desarrollo, a pesar de las iniciativas encaminadas a promover el ahorro de energía del decenio de 1980 (posteriores al notable aumento en los precios de los combustibles fósiles), la mecanización sigue aumentando. Los costos de los combustibles tienen una influencia creciente no sólo en los precios al consumidor, sino también en los ingresos netos de los pescadores y los propietarios de embarcaciones. Si se consideran los niveles de empleo y los sistemas de repartición de los costos, desde una perspectiva social es aún más evidente la importancia de mejorar y mantener la eficiencia energética de la pesca en pequeña escala.

La importancia de los costos de la energía en una actividad pesquera determinada depende principalmente de la tecnología utilizada y de las condiciones económicas locales, incluidos los impuestos, las subvenciones, la mano de obra y los costos operacionales. Según cifras características, los costos de la energía en una misma región son algo inferiores a un 10 por ciento de los ingresos brutos en el caso de la pesca de arrastre y de un pequeño 5 por ciento de dichos ingresos cuando se utilizan métodos pasivos como la pesca por enmalle.

Debe reconocerse desde el principio que, según las actividades pesqueras, la necesidad de aprovechar al máximo la energía plantea problemas muy diferentes que reflejan las condiciones económicas locales, la tecnología disponible y el contexto cultural.

OBJETIVO DE LA PRESENTE GUÍA

Esta guía no es resultado de un nuevo trabajo original realizado sobre el terreno, sino que se basa en gran parte de la investigación y la experiencia de los dos últimos decenios, actualizadas en lo posible para incorporar los descubrimientos técnicos más recientes. Presenta información sobre aspectos técnicos clave que afectan a la eficiencia energética, pero sólo parte del material que aquí se ofrece es aplicable a una situación pesquera determinada.

La guía tiene por objeto ayudar a los propietarios y armadores de embarcaciones pesqueras de no más de unos 16 m de eslora a que mejoren y mantengan la eficiencia energética de sus embarcaciones. Si bien se proporciona fundamentalmente información técnica, en lo posible también se dan indicaciones sobre los ahorros financieros y de combustible que podrían resultar de la aplicación de mejores técnicas, tecnologías y prácticas operativas. También se tratan algunos aspectos del diseño de cascos y la instalación de motores que pueden mejorar la eficiencia energética y que revisten interés para los ingenieros navales y los constructores de embarcaciones. Los funcionarios de los departamentos de pesca y los trabajadores sobre el terreno también deben poder utilizar la presente guía para asesorar a los armadores del sector privado y fijar prioridades en las actividades de intervención.

La guía se refiere exclusivamente a las embarcaciones lentas que se desplazan parcialmente sumergidas, que predominan en la pesca en pequeña escala en todo el mundo, y no pretende abordar cuestiones técnicas y operativas relacionadas con las embarcaciones de aletas hidrodinámicas, de mayor velocidad. Sin embargo, en muchos casos, los principios básicos expuestos en la guía son aplicables a las embarcaciones de baja y alta velocidad.

La obra está dividida en dos partes principales, a saber: una sobre medidas operativas y otra sobre medidas técnicas. La primera se refiere a los cambios que se pueden introducir para mejorar la eficiencia energética sin cambiar la embarcación ni el equipo. Los temas abordados se refieren a la introducción de cambios en las técnicas operativas y no a los cambios tecnológicos. La segunda parte es más pertinente para los armadores que estén pensando en construir una nueva embarcación o revisar y reacondicionar una ya existente.

No se ha intentado proponer soluciones técnicas completas porque carecería de sentido debido a la gran variedad que presentan las embarcaciones del tamaño considerado. Se destacan los principales aspectos en que se pueden hacer economías aumentando la eficiencia energética y, en lo posible, se indica la magnitud probable de esas economías. Esa magnitud dependerá principalmente de la cantidad de energía utilizada en la pesca y de su costo.

La guía debe considerarse como parte de un proceso de toma de decisiones y los propietarios de embarcaciones y los armadores tendrán que buscar una ayuda más especializada antes de aplicar muchas de las ideas que aquí se ofrecen. Se da por descontado, en general, un conocimiento básico de mécanica, mientras que para entender diversos aspectos cuatitativos se requieren además nociones de aritmética. Las cifras referentes al ahorro de combustible presentadas en esta publicación son orientativas; por lo tanto, ni el autor ni la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asumen responsabilidad alguna respecto de su exactitud o aplicabilidad a situaciones pesqueras específicas.

FIGURA 1
Pérdida de energía en un pequeño arrastrero

FIGURA 1

Fuente: Dahle, 1982.

CAUSAS DE LA INEFICIENCIA ENERGÉTICA

Para abordar el problema de la eficiencia energética conviene saber en qué consume energía una embarcación y en qué aspectos puede influir el armador, el astillero o el maquinista.

La figura 1muestra la distribución aproximada de la energía resultante de la combustión en una embarcación pequeña y lenta. Sólo una tercera parte, aproximadamente, de la energía generada por el motor llega a la hélice y, en un pequeño arrastrero, sólo una tercera parte de esa energía se utiliza para hacer un trabajo útil como tirar de la red.

En una embarcación que no tira de una red ni rastrea, de la energía que alcanza la hélice:

¿ Dónde se pueden hacer economías, o al menos reducir al mínimo las pérdidas?

El motor. La mayor parte de la energía que genera el motor por la combustión se pierde como calor a través del escape y el sistema de refrigeración, y lamentablemente no hay mucho que pueda hacer el armador para recuperar útilmente esta energía. En ciertos casos, una parte puede recuperarse mediante el uso de un turbosoplante (véase la sección relativa a los motores) pero, en general, la eficiencia térmica de los motores diésel pequeños de mayor velocidad es escasa y poco puede hacerse para mejorarla. Sin embargo, algunos motores hacen un uso considerablemente más eficiente del combustible que otros (especialmente diferentes tipos de motores fuera borda). Esto se explica en la sección relativa a la elección del tipo del motor.

La hélice. La pérdida de energía al hacer girar la hélice depende de dos factores principales: el diseño de la hélice (si es adecuado para el motor, la reductora, el casco y el tipo de pesca practicada) y su estado. El armador puede influir en estos factores, que se examinan en la sección relativa a la hélice.

Las modalidades de faena. El efecto de la resistencia debida a la formación de olas, aunque está determinado principalmente por las dimensiones y la forma de la embarcación (véase la sección relativa a la forma del casco), aumenta extraordinariamente con la velocidad. Se puede lograr un ahorro considerable de combustible manteniendo una velocidad razonable para las caracteristicas del casco, independientemente del tipo de embarcación. Los factores que determinan la elección de una velocidad óptima se describen en la sección relativa al funcionamiento del motor y en el anexo 3.

Las faenas de pesca también influyen en el consumo de energía y la eficiencia según la tecnología de las artes y las modalidades de faena, sobre todo la duración del viaje. Estos factores, que no son muy fáciles de modificar en la práctica, se examinan en la sección relativa a las faenas de pesca.

El mantenimiento del casco. El grado de rozamiento del forro depende principalmente de la calidad del acabado del casco: su rugosidad y la cantidad de malezas e incrustaciones biológicas que se dejan acumular en la obra viva. Estos dos factores se relacionan directamente con el programa de mantenimiento del armador pero, según el tipo de embarcación y de pesca, no siempre merece la pena gastar mucho en el acabado del casco. Esta cuestión se aborda con más detalle en la sección relativa al acabado del casco.

Cuando se trata de asignar prioridad a las medidas más sencillas para mejorar la eficiencia en la utilización del combustible, conviene examinar los resultados de las investigaciones realizadas en Nueva Zelanda (Gilbert, 1983). Esos resultados indican que las causas principales de la ineficiencia en el uso del combustible, por orden de prioridad, son las siguientes:

El armador es el factor más importante; la introducción de mejoras técnicas para aumentar la eficiencia en la utilización del combustible carece de sentido si no se introducen los cambios correspondientes en las faenas. Una innovación técnica que permite que una embarcación consuma menos energía a velocidad de crucero a menudo también se puede utilizar para aumentar esa velocidad, como resultado de lo cual es posible que no se economice nada. Para que el ahorro de energía sea efectivo, la energía debe ser efectivamente ahorrada.

Si el excedente de energía resultante de las modificaciones técnicas u operativas se utiliza para aumentar la velocidad (o hacer más trabajo), no habrá ningún ahorro; el control del aprovechamiento de la energía siempre depende de las decisiones y del criterio que vaya adoptando el capitán de la embarcación.


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