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ESTUDIO DE CASO 3: Desarrollo de la tierra y renacimiento de la agricultura tradicional en las comunidades tribales de Nilgiris, Tamil Nadu, India


Información general

Ubicación

El proyecto está localizado en el sur de India, en la región noroeste de Tamil Nadu, no lejos de la ciudad de Ooty, capital del Distrito de Nilgiris, en la frontera de los estados de Kerala y Karnataka. Las aldeas que abarca el proyecto son parte de las Talukas de Kotagiri Coonoor[316]. Las tierras están cerca de las zonas boscosas, a una altura media de 800-1 000 metros. Toda la zona de Nilgiris se eleva a un máximo de 2 600 m. El área se encuentra en el trópico húmedo/semihúmedo.

Medio ambiente

El Nilgiris es una de las zonas con mayor fragilidad ecológica de la India. Los cerros son empinados. Los bosques tradicionales fueron diezmados y aún corren peligro, debido al crecimiento de las grandes plantaciones de té y a la destrucción de la flora natural con la introducción de árboles comerciales exóticos. En consecuencia, la erosión del suelo es galopante. Las plantaciones de té y de café reemplazaron vastas zonas de vegetación autóctona y los pantanos se convirtieron en campos agrícolas. El cincuenta por ciento (30 000 ha) de la superficie cultivada son plantaciones de té. Las plantaciones de té convencionales usan muchos fertilizantes y plaguicidas químicos y reducen la capacidad del suelo para retener el agua. Los bosques restantes son fundamentales para la conservación de la flora y la fauna y para el sustento de las masas de agua que consisten en dos ríos principales, el Bhavani y el Moyar y sus numerosos afluentes. Irrigan grandes zonas y generan energía hidroeléctrica.

La región forma parte de la Reserva biosférica de Nilgiris, bajo el Programa del Hombre y la Biosfera de la UNESCO. En los siglos diecinueve y veinte, el corte ilegal de especies valiosas produjo la deforestación. El Departamento Forestal se hizo cargo de las extensas praderas que pertenecían a las comunidades indígenas y las reemplazó con plantaciones de acacias, eucaliptus y árboles de quina. Los efectos negativos de las prácticas de corte y quema, del pastoreo excesivo, de los incendios y del desarrollo de grandes plantaciones en las zonas más bajas han sido considerables.

Limpiando el terreno en Nilgiris

Sin embargo, todavía hay grandes extensiones de vegetación forestal original de Nilgiris. Allí, las personas viven en armonía con los bosques y recogen los productos forestales no madereros (NTFP) como por ejemplo, nuez moscada silvestre, canela, caña de azúcar, pimienta, miel y plantas medicinales. Estos bosques de árboles de hoja caduca y matorrales espinosos se encuentran a una altura de 800 y 1 200 m. El palo rosa es la especie dominante de las zonas húmedas, la teca y el sándalo de las regiones más secas. Pero la biodiversidad de los bosques es mucho más amplia: Erythrina, Dendrocalamus, Cedrella toona, Terminalia, Anogiessus latifolia, Pterocarpus marsupium crecen en las zonas húmedas, Zizyphus y Vitis junto con muchas variedades de pastos y de hierbas, en las áreas más secas. La zona es también rica en su fauna. Elefantes, bisontes, dos variedades de ciervos (ciervo manchado y ciervo ladrador), osos, leopardos y numerosos animales pequeños tienen su hábitat en el área.

Es interesante la historia del cambio del cultivo tradicional a los cultivos comerciales más recientes de té, café y hortalizas. En 1818, cuando los británicos entraron en el Distrito, encontraron una «población primitiva» que practicaba la agricultura de corte y quema. A partir de 1820, los británicos introdujeron las hortalizas. Los Badagas, en la meseta de Nilgiris, se dedicaron al cultivo de frijoles, coliflor, repollo y zanahorias en gran escala. En 1897, se plantaron 1 600 ha de té, que en 1949 habían aumentado a 8 900 ha. En la actualidad, el té ocupa el 50 por ciento de la superficie cultivada de Nilgiris, lo cual introdujo un cambio significativo en el uso de la tierra, destruyó las praderas y pantanos y reemplazó un cultivo mixto por un monocultivo comercial.

En 1838, se introdujo el café en las laderas de los cerros y en las zonas donde vivían los cazadores/recolectores. Los Kurumbas, Irulas y Jenu Kurumbas conocieron muy pronto este cultivo y lo difundieron en las zonas arboladas más bajas. Las principales plantaciones de café se encontraban en la región de Gudalur- Wynaad pero también en las laderas de las Talukas de Coonoor y Kotagiri. El café se transformó en parte integral de los hogares tribales y en una bebida muy popular. Hoy, sin embargo, el café enfrenta la amenaza de un cultivo más lucrativo y resistente, el té.

Los habitantes

El distrito «Nilgiris» es uno de los 26 distritos de Tamil Nadu y es el de menor densidad demográfica, con una población de menos de 1 millón de habitantes, sobre una población total en Tamil Nadu de más de 60 millones.

En 1991, la población tribal que ocupaba los cerros ascendía a 25 000 habitantes (Censo de la India, 1991), pero es posible que haya aumentado levemente desde entonces. Las principales comunidades que se dedican a la caza y la recolección están formadas por: Alu Kurumbas (5 000); Irulas (6 000), Jenu Kurumbas (1 000), Betta Kurumbas (3 000) y Kasavas (1 000). Hablan Dravídico y pertenecen a la población india autóctona. Viven predominantemente en los bosques pero han ido participando en actividades agrícolas en su rol de pequeños agricultores. Practican la agricultura migratoria y las técnicas de corte y quema. Fundamentalmente, se trata de una economía de subsistencia con cierta cantidad de mano de obra asalariada que trabaja en las plantaciones. Un estudio realizado por Keystone[317] en el año 1997 en los poblados indígenas reveló que el 39 por ciento no posee tierras, el 14 por ciento tiene menos de 0,4 ha, el 35 por ciento entre 0,4 y 0,8 ha y el 12 por ciento entre 0,8 y 1,2 ha.

Con el aumento de las plantaciones de té, todas las comunidades perdieron sus derechos de usufructo. La vida es inestable para las poblaciones autóctonas y para sobrevivir, muchos dependen de los jornales diarios que ganan en las plantaciones. Un dato interesante es que el número de mujeres que trabajan es mucho más alto que el número de hombres. El ingreso semanal máximo es, incluyendo los productos forestales no madereros, Rs. 200-250 por semana (4-5 $EE.UU.). Sin embargo, el tipo de trabajo depende de la remuneración disponible y de la estación del año. La recolección de NTFP comienza en enero/febrero y finaliza con la cosecha de la miel en mayo-junio. Entre julio y noviembre, los habitantes del altiplano no tienen otra opción que buscar un trabajo asalariado. En otras zonas, donde es difícil conseguir trabajo, la gente complementa sus magras comidas con raíces de los bosques. Aun así, la supervivencia es difícil, no teniendo prácticamente reservas. En épocas de enfermedad, en los festivales o funerales, dependen de los prestamistas con tasas de interés exorbitantes, que alcanzan hasta el 120 por ciento anual.

En conclusión, existen dos problemas principales: un medio ambiente sumamente frágil y una comunidad tribal marginada.

La convicción de Keystone es que el medio ambiente y los habitantes se interrelacionan y la mejora ambiental es imposible sin una fuerte participación de las comunidades. Keystone enuncia su misión como: «El objetivo consciente de mejorar la calidad de vida y el medio ambiente. Esto significa: abrir nuevos caminos que sean innovadores y relevantes y tratar los diversos problemas/temas de una manera integral».

Con el aumento de las plantaciones de té, todas las comunidades perdieron sus derechos de usufructo.

Vivero de la aldea

El agroecosistema

El anteproyecto

En 1995, Keystone comenzó a trabajar con las comunidades tribales de los Irulas y Kurumbas en apicultura. El objetivo principal era mejorar sus técnicas de recolección y procesamiento de la miel. Fue en este tiempo que surgió la idea de desarrollar otras alternativas que no fueran las plantaciones de té. Las razones fueron las siguientes:

las plantaciones de té, con excepción de las orgánicas, utilizan muchos fertilizantes y plaguicidas químicos;

el té es un monocultivo, que pone en peligro las laderas más bajas de Nilgiris;

la capacidad de retención de agua disminuye y se destruyen vastas extensiones de bosques para cultivar el té, con lo que se reduce la seguridad alimentaria de los lugareños;

además, aumenta la necesidad de leña para procesar el té.

Algunos de estos aspectos también se aplican al café, excepto que no es un monocultivo y que en realidad se lo cultiva con una variedad de árboles de sombra: jaqueiras, ceibas, pimenteros falsos, naranjos, guayabas, etc. La retención de agua es por lo tanto mucho mejor.

Los cultivos tradicionales y el café se introdujeron para aumentar la biodiversidad y para disminuir en los pobladores su dependencia de los salarios. En 1996, se adquirieron de diversos poblados 7 kg de semillas de mijo y se distribuyeron en una aldea junto con semillas de zapallo, ají y mostaza para realizar un experimento. Esto produjo lo suficiente como para comenzar un banco de semillas ese mismo año. En 1997, estas semillas tradicionales se sembraron en 0,6 ha de tierra, propiedad de los Kurumbas, en la aldea de Semmanarai. El interés de las familias se despertó cuando se dieron cuenta de la importancia de los cultivos alimentarios y de las hortalizas, especialmente para los bebés y los niños. En 1998, el experimento recibió un impulso cuando otras tres aldeas se ofrecieron a despejar sus tierras para plantar mijo y hortalizas. De esta manera, 44 habitantes de cuatro aldeas se sumaron al proyecto.

En la aldea de Vagapanai, después de un primer fracaso de Keystone para aumentar la cría de abejas, se realizaron reuniones donde se analizaron los problemas anteriores y se acordaron nuevos enfoques. En 1998, 18 familias decidieron producir hortalizas y comenzaron a preparar la tierra. Este número llegó a las 27 familias actuales, que prácticamente significa toda la población. Se ocuparon de la tierra, construyeron pequeñas chozas en la tierra cultivada y se mudaron con sus niños, cabras, perros y gallinas, y regresaron cada tanto sólo para controlar sus casas y comprar provisiones. De esta manera podían, más fácilmente, desmalezar y proteger sus campos contra los monos, jabalíes, búfalos y elefantes. El primer cultivo cosechado fue maíz y se lo celebró con una gran fiesta. Muy pronto siguieron otros granos y hortalizas.

Los cultivos tradicionales y el café se introdujeron para aumentar la biodiversidad y para disminuir en los pobladores su dependencia de los salarios.

En 1997, un habitante Kurumba emprendió otra iniciativa interesante para establecer un vivero de café. Se cultivaron aproximadamente 4 800 plantitas jóvenes y se distribuyeron gratis 350 en toda la aldea mientras que el resto se vendió. Keystone supervisó los resultados y decidió en 1998 crear dos viveros más de café en otras aldeas para plantar los árboles jóvenes en tierras tribales. En total se criaron 9 500 retoños, de acuerdo con las normas agrícolas orgánicas. Desde el punto de vista ecológico, el café es un cultivo mucho mejor que el té, porque crece junto con muchos otros cultivos. Poco a poco, surgió la idea de cambiar el medio de subsistencia de las tribus con la producción orgánica de cultivos alimentarios y comerciales (café) y de mejorar el medio ambiente agroecológico.

La agricultura tradicional ya estaba establecida. Antes de la llegada de los británicos, los pueblos indígenas de Nilgiris, especialmente los Irulas, producían cultivos mixtos en las laderas de las montañas y practicaban las técnicas de corte y quema. Incluso los Badagas, que eran agricultores, cultivaban las mismas variedades en la región de mesetas. Los cultivos siguientes más conocidos, están enumerados en el Cuadro a continuación.

Nombre local

Nombre

Nombre


común

botánico

Ragi

Mijo africano

Eleusine corocana

Samai

Mijo pequeño

Panicum sumatrense

Tenai

Mijo italiano

Setaria italica

Keerai

Amaranto

Amaranthus caudatus

Kadaghu

Mostaza

Brassica juncea

Milaghu

Ají

Capsicum frutescens

Macca Cholam

Maíz

Zea mays

Pusinakai

Zapallo

Curcurbita pepo

Avarai

Dólico gigante

Dolichos lablab

Tuvarai



Takkali

Tomate

Lycopersicum esculentium

Manjhal

Cúrcuma

Curcuma longa

Objetivos del proyecto

Al principio, Keystone usó sus propios recursos financieros para comenzar el proyecto, hasta que obtuvo ayuda financiera externa. En junio de 1999, comenzó el proyecto de tres años con ayuda financiera que brindó Inter-Cooperation, (un organismo creado por la Cooperación para el Desarrollo Suizo con el propósito de encargarse del Manejo de los Recursos Naturales).

El programa de Keystone tiene una visión integral de la tierra y su propósito es lograr los objetivos siguientes:

promover el cultivo tradicional para garantizar la seguridad alimentaria de las familias;

fomentar el cultivo de mijo y de hortalizas para mejorar el consumo alimentario;

desalentar la propagación del té en las laderas más bajas;

promover que las tribus comiencen a desarrollar sus propios viveros de café; plantar los retoños en las tierras de las aldeas;

crear un banco de semillas de mijo poco común y de semillas de grano grueso para que otras aldeas puedan usarlas y para la conservación de las variedades locales.

El objetivo general del proyecto es promover una forma de uso de la tierra que preserve la biodiversidad, realce una mezcla de cultivos alimenticios y comerciales y sea sostenible ecológicamente.

Objetivos específicos del proyecto

Los objetivos específicos del proyecto son:

iniciar métodos de conservación del agua y el suelo en las tierras actuales;

ofrecer opciones para cultivar diferentes cultivos/plantas/árboles;

proveer a las familias complementos alimentarios a través de la reactivación de la agricultura tradicional;

integrar las actividades externas de floricultura y apicultura;

promover una combinación de cultivos/oleaginosas comerciales con variedades tradicionales útiles;

documentar las prácticas indígenas tradicionales en los sistemas agrícolas montañosos (por ejemplo, bancos de semilla, sistemas de trueque, control de roedores, rituales culturales y sociales de la región montañosa);

establecer un banco de semillas y viveros de cultivos útiles para zonas de montaña;

crear parcelas de biodiversidad más grandes dentro de las áreas agrícolas a través de la introducción de arbustos de café de sombra de distintos niveles,

despertar una mayor conciencia de la importancia que tiene el desarrollo sostenible de la tierra frente a la agricultura tradicional migratoria de subsistencia;

diseñar un paquete de beneficios que combinen la producción recolectora y agrícola.

En marzo del 2000, a comienzos del proyecto, se seleccionaron diez aldeas que abarcaban un total de 55,25 ha y 174 familias. En abril de 2001, el área se extendió a otras seis aldeas. En todos los poblados, se realizaron reuniones para analizar los problemas más apremiantes, se elaboró una estrategia de implementación y se decidió cuáles iban a ser las contribuciones financieras, de personal y de mano de obra de los agricultores y de Keystone. Las aldeas se seleccionaron según el interés de los agricultores, el estado de sus tierras y la participación en otras actividades de Keystone.

El proyecto presenta tres características definidas. La primera es el desarrollo de la agricultura tradicional/ orgánica con el cultivo de mijo y hortalizas para complementar la dieta. La segunda es el desarrollo de los cultivos comerciales, incluyendo café y hortalizas. La tercera es la integración de la floricultura y apicultura. De este modo, las actividades fueron:

Bancos de semillas de las aldeas: para conservar y aumentar las variedades locales de los cultivos alimentarios incluyendo el mijo (africano, menor, proso y de cola de zorra) y otras semillas: especies de amaranto, dólico gigante, maíz, mostaza y porotos.

Creación de viveros: como la base del cultivo del café y otras especies comerciales, incluyendo roble plateado, pimentero falso (schinus molle), ceiba, tamarindo y lima. Los pobladores mantienen el vivero en un lugar común de la aldea.

Conservación del suelo y la humedad: estas actividades se iniciaron después de mucho debate y resistencia de los aldeanos. Sostenían que nunca antes habían realizado un trabajo agrícola en zonas de montañas empinadas. Además, preferían las prácticas profundamente arraigadas de quema y corte ya que requerían poco esfuerzo. Keystone tuvo que convencerlos de que el corte y la quema crea una serie de problemas para su seguridad alimentaria y explicó en detalle las ventajas de muchos de los elementos del sistema tradicional que ellos tenían y que favorecían un enfoque orgánico. Algunos aldeanos aceptaron las ideas y comenzaron a trabajar. Al comienzo, Keystone debió invertir sumas considerables y una importante tarea de supervisión. Con un enfoque que marcaba un cambio decisivo, se cavaron zanjas y se llenaron con las primeras lluvias. Los rendimientos aumentaron. Se construyeron terraplenes de piedras en las laderas más empinadas con tierra suelta y bancales de vegetación en las zonas más frágiles. Se construyeron retenciones de agua temporarias taponando las cárcavas.

Trazado de la Evaluación Rural Participativa y estudio de la biodiversidad agrícola: este ejercicio participativo se lleva a cabo en las aldeas donde se está implementando el trabajo de desarrollo. Las tierras están demarcadas y se conoce su condición y utilización. Se recogieron relatos sobre la historia de la aldea, usos anteriores de la tierra, fuentes de agua, detalles del hábitat y prácticas de comercio. Se hizo un seguimiento del movimiento de la capa freática y se establecieron ciertas características claves de los poblados, como por ejemplo, la extensión de las tierras en los diferentes asentamientos, la superficie que cada persona poseía, los cultivos y la producción por unidad de tierra. ¿Quiénes son los beneficiarios de estos cultivos? ¿Sólo son para el consumo del hombre? ¿Son también para forraje? ¿Quiénes son los usuarios? Esta investigación permite definir los problemas, y buscar soluciones y enfoques para el futuro.

Documentación de las prácticas tradicionales: el proyecto documenta las tradiciones y creencias utilizadas por los indígenas en el cultivo del mijo y la relación del bosque con la agricultura. El motivo es que las prácticas existentes, excepto el corte y quema, constituyen el mejor punto de entrada para mejoras ulteriores, ya que generalmente se relacionan con los enfoques y técnicas de la agricultura orgánica. Incluyen cultivos mixtos, cultivos intercalados con hortalizas, técnicas de preservación/selección de semillas y cultivos rotativos.

Centro de recursos: en una de las aldeas, se organizó un centro de recursos. Construido con materiales locales y utilizando las capacidades disponibles, sirve de lugar de reunión y centro de capacitación de los agricultores que vienen de las aldeas vecinas. Además, funciona un banco de semillas de la aldea y un colmenar. Se ha concluido otro centro en una aldea diferente que servirá de lugar central de reuniones, de secadero de café y pimienta y como centro de actividades rentables como por ejemplo, la fabricación de almohadas, almohadones y velas de cera de abeja.

Apicultura y floricultura: las mejoras de la apicultura han sido el pilar de las primeras intervenciones a largo plazo de Keystone y se han integrado al proyecto.

Mecanismos de compra: Aunque en el proyecto no se mencionan específicamente los planes de compra de los cultivos comerciales a los agricultores, Keystone los agregó a las otras actividades, ya que son un componente importante. Las facilidades de compra se ofrecen como una opción de ingresos. Esto estimula a los agricultores y actúa como incentivo, mientras que los deja libres para comercializar sus productos en otros lugares, si pueden obtener precios mejores.

Cosechando amaranto

Keyston explicó en detalle las ventajas de muchos de los elementos del sistema tradicional que ellos tenían y que favorecían un enfoque orgánico.

Gestión

Es necesario una gestión eficiente y eficaz para obtener resultados sostenibles en un proyecto tan complicado como éste, usando enfoques participativos junto con una contribución sustancial de los agricultores. El personal del proyecto trabaja conjuntamente con jóvenes nativos capacitados que en los lugares de trabajo colaboran en todo lo que pueden e informan sobre los logros obtenidos, los problemas, y los pagos de salarios. Con respecto a las herramientas para las granjas, el almacenamiento de semillas y los equipos para el desarrollo de los viveros, el proyecto se vinculó con la Universidad Agrícola de Tamil Nadu para las técnicas de postcosecha y con una ONG, Kudumbam, que trabaja en el mismo rubro de actividades. Un ejemplo de esta cooperación es el desarrollo de un pequeño campo de mijo perla. Aunque al principio hubo interés en cultivar mijo, los agricultores se resistían a continuar debido al trabajo monótono de descascarillado que debían hacer las mujeres. A través de la continua interacción y negociaciones con la universidad y un fabricante privado, se creó una máquina para descascarillar el mijo. Desde entonces, está instalada en una aldea y se la utiliza mediante el pago de una pequeña tarifa, lo que ha revivido el interés por este cultivo.

Keystone también trabaja con la Comisión del Café en el mejoramiento de las semillas y en los ensayos de café en las granjas, utilizando prácticas orgánicas. Por otra parte, se desarrolló una buena relación de trabajo con el Departamento Forestal de Tamil Nadu para buscar una solución al problema de las tierras tribales, en general demarcadas insuficientemente y sin una condición jurídica clara.

En los comienzos del proyecto, el personal de gestión era suficiente, pero como se fue expandiendo, la capacidad actual no alcanzará y los presupuestos resultarán limitados. Además, tres años es un período muy corto para que un proyecto consolide sus objetivos de conservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Es de esperar, por lo tanto, que después de una evaluación, el patrocinador tome las medidas adecuadas para proteger este proyecto.

El mecanismo de recompra o compra asegurada demostró ser un incentivo importante para que los agricultores sigan siendo «orgánicos».

Resultados

Conocimiento tradicional, trazado y transecciones de biodiversidad

Después de cinco semestres, se finalizó la documentación del conocimiento tradicional, el trazado de las áreas y las transecciones de biodiversidad. Todavía falta elaborar un documento final.

Participación de los agricultores

Se sucedieron más reuniones con los agricultores y su participación fue cada vez mayor a medida que aumentó el interés de trabajar la tierra, en detrimento del trabajo asalariado en las plantaciones. En 1999, la comunidad aportó el 20 por ciento de los costos de los viveros. Este porcentaje aumentó a un 60 por ciento en el año 2000. Ese mismo año, la contribución para los costos de preparación de las tierras ascendió a 25 por ciento pero llegó al 50 por ciento en el 2001.

Bancos de semillas y viveros

Se instalaron bancos de semillas en tres aldeas y se distribuyeron 25 kg de semillas en el año 1999, llegando a los 150 kg actuales por temporada. Los viveros se instalaron en cuatro aldeas y produjeron más de 75 000 retoños en 1999-2000. En los años 2000-2001, cuando se necesitaron menos plantas, los viveros de tres aldeas produjeron 40 000 ejemplares.

Conservación del suelo y el agua

La capacitación para conservar el agua y el suelo ha sido muy satisfactoria. En 1999, se creó una red de riego secundaria en cuatro aldeas; cercos naturales y diques de consolidación en un poblado; se cavaron 644 zanjas y se construyeron 583 m de cercos de piedra. Esto ascendió a 2 800 m de terraplenes de piedra, 178 m3 de pequeños diques, 9 144 m de zanjas y 4 267 m de zanjas escalonadas.

Mecanismo de recompra y comercialización

El mecanismo de recompra o compra asegurada demostró ser un incentivo importante para que los agricultores sigan siendo «orgánicos». La recompra está garantizada para la miel y cera de abeja recogida. La cantidad actual es de alrededor de 4-5 toneladas por año. El precio de compra es un 50 por ciento más alto que los precios locales. Habitualmente, el precio se fija a principios de la temporada. La miel se comercializa a precios levemente inferiores que los precios de empresas, tales como Dabur, (una de las empresas productoras de miel más 198 grandes de la India). Esto indica el gran margen de los intermediarios. Las cantidades de recompra en el caso del café (1 tonelada) y la pimienta (700-800 kg) son más limitadas hasta el momento, ya que Keystone no exploró suficientemente los mercados para que absorbieran la producción total. En estos productos, se paga un 10 por ciento de sobreprecio sobre las tarifas mayoristas preponderantes en el mercado más cercano. Como es precio de salida de granja, los agricultores no incurren en costos de transporte y de esta manera el sobreprecio real es más alto. Estos productos se venden en los mercados locales a precios un poco más altos que los productos convencionales y más del 60 por ciento de todos los productos comerciales se venden en el Nilgiris.

Análisis

Nunca es fácil transferir tecnologías nuevas, especialmente en una situación donde las viejas tradiciones y creencias están tan arraigadas. Lo que ayudó en gran medida fue que Keystone tomó estas tradiciones muy seriamente y las usó como punto de partida para mejorar sus prácticas. Sin embargo, convencer a los indígenas a que abandonaran sus técnicas de corte y quema no fue una tarea simple. Es mucho más fácil convencerlos de que hagan bancales, zanjas y de trabajar el suelo, especialmente en las laderas más empinadas. Además, estos pobladores pertenecen básicamente a comunidades cazadoras y recolectoras, de modo que el interés por la agricultura era muy bajo al principio. No obstante, el proyecto tuvo éxito en varias aldeas.

Otra dificultad, muy común en los proyectos rurales de la India, es la dependencia del Gobierno. No resultó fácil convencer a los habitantes de que su destino estaba en sus propias manos y que si se hacían cargo podrían obtener mejores resultados que si esperaban la ayuda que tal vez nunca llegaría. Una vez que esto se logró, los agricultores hicieron sus propias contribuciones.

En el segundo y tercer semestres, las lluvias fueron escasas y los rendimientos mucho menores que los esperados, limitando el interés de los lugareños. Se instaló una red de riego secundaria en varias aldeas, pero todavía es insuficiente y debe agrandarse. Otro problema fue el ataque de los animales salvajes y sólo se pudo resolver en los lugares donde los pobladores protegieron sus cultivos.

Fue de gran valor la capacitación diaria de los jóvenes. A medida que el proyecto va creciendo, esta formación se debe incrementar. También es necesario capacitar a entrenadores para que enseñen cómo aplicar eficazmente los conocimientos tradicionales y los conceptos de la agricultura orgánica. Sin embargo, existen pocas instituciones de capacitación en sistemas agrícolas orgánicos en las zonas montañosas y el hecho de que la instrucción se deba dar en el idioma local acarrea otra dificultad.

Aunque los mecanismos de recompra no estaban incluidos en el proyecto, resultaron indispensables para entusiasmar a los agricultores y para evitar que volvieran a sus antiguos hábitos. Para poder recomprar, sin embargo, Keystone tiene que comercializar los productos sin sufrir pérdidas y así poder mantener algunas reservas para los riesgos inevitables en empresas como éstas.

Se realiza un control interno de la producción orgánica, pero en el futuro cercano será necesario implementar un adecuado proceso de certificación para obtener precios minoristas más altos en el mercado local o para poder exportar.

Se realiza un control interno de la producción orgánica, pero en el futuro cercano será necesario implementar un adecuado proceso de certificación para obtener precios minoristas más altos en el mercado local o para poder exportar.

Lecciones aprendidas

Duración

Desde los comienzos, fue claro que un proyecto dirigido a poblaciones indígenas, con un interés primordial en la 199 caza y la recolección y ninguno en la agricultura, iba a resultar una tarea difícil. A pesar de la amplia experiencia de Keystone en el área, llevó más de seis meses poner en marcha el proyecto. Por lo tanto, es una ilusión pensar que un proyecto ecosistémico de esta naturaleza, con un sustancial elemento de participación, se pueda completar en tres años.

Reunión en la aldea

Enfoque

Sin duda, un enfoque con más directivas, impulsado por la oferta y con insumos físicos libres, habría producido resultados más rápidos y más cuantificables. Pero la experiencia ha demostrado una y otra vez que estos resultados son en general efímeros y desaparecen incluso antes de que se interrumpa la asistencia. El enfoque que se eligió, de analizar los problemas con la población, encontrar soluciones de largo plazo y llegar a un acuerdo con respecto a la colaboración, llevó evidentemente un largo tiempo. Pero una vez logrado, da un fuerte sentido de propiedad y de esta manera la sostenibilidad tiene más probabilidades. Esto no significa que la tarea de Keystone esté finalizada en las aldeas donde tuvo éxito, sobre todo si se quiere evitar el retorno al sistema anterior tan pronto surjan los primeros problemas, como por ejemplo la falta de lluvias. Por otra parte, las actividades y los ciclos agrícolas deben planificarse muy bien para mantener el interés de la gente y para evitar que la tierra quede inactiva nuevamente.

Bancos de semillas y viveros

Fue una excelente medida comenzar los bancos de semillas para la producción alimentaria y el propio consumo simultáneamente con los viveros de cultivos comerciales. De esta manera, se podrían sembrar las semillas y plantar las plántulas en cuanto se completaran las tareas de preparación de las tierras, las zanjas y los terraplenes. Incluso los aldeanos podrían apreciar que la visión de Keystone era realmente comercial. Podrían acostumbrarse, desde el comienzo, a la idea de que una variedad mayor de legumbres y hortalizas no sólo enriquece el medio ambiente, sino que contribuye a que se obtengan rendimientos suficientes, especialmente cuando las lluvias son escasas.

Conocimientos tradicionales

La documentación y el uso de los conocimientos tradicionales ha sido una estrategia importante para las mejoras futuras. Pero es necesario analizarlos mejor y utilizarlos en el contexto de los cultivos orgánicos. El corte y la quema también forma parte de los conocimientos tradicionales, pero para poder proteger este medio ambiente frágil, es necesario abandonar la práctica. Había que convencer a los pobladores que esta técnica es una amenaza para los bosques y daña el suelo, poniendo en peligro al ecosistema donde viven y en consecuencia a su propia existencia.

Capacitación y gestión

La capacitación de los jóvenes de la zona y su participación en tareas diarias de supervisión y control funcionó positivamente. Estos jóvenes aprenden a adoptar los conocimientos tradicionales útiles y mejorarlos con las prácticas agrícolas orgánicas. Se debe intensificar más la capacitación, para lo cual es necesario disponer de recursos humanos y financiamiento.

Comercialización y recompra

La capacidad de Keystone para comercializar los cultivos comerciales y los productos externos de la granja puede llegar a ser la prueba decisiva del proyecto. En cualquier proyecto de cambio, los factores económicos son de gran relevancia. Keystone ofrece un precio mejor, pero para compensarlo, tiene que estar seguro que sus costos de manipulación son más bajos que los costos de los otros intermediarios y/o que su precio de venta es más alto. Mucho se ha hecho en este sentido, pero dadas las cantidades, probablemente es necesario hacer mucho más. Sin embargo, esto requiere capital y técnicas profesionales de marketing, además de una adecuada certificación en el futuro.

Conexiones

Keystone se ha relacionado con algunas instituciones, en particular la Universidad de Agricultura de Tamil Nadu y la Comisión del Café, para solicitarles colaboración en la búsqueda de soluciones rentables para los problemas apremiantes. Por otra parte, Keystone se vincula también con organismos de su propia red, en particular la ONG Kudumbam, que trabaja en el mismo campo. Keystone está abierto a implementar nuevas ideas prácticas y todo asesoramiento en este sentido es muy bien recibido.

Asociación con la comunidad

Los resultados que se obtuvieron hasta ahora se deben principalmente a la asociación de Keystone con la comunidad. Las comunidades aumentaron su contribución financiera de un 25 por ciento a un sorprendente 50 - 60 por ciento. La mayor parte de la documentación y planificación se realizó en las aldeas, tarea en la que participó la comunidad desde el comienzo.

Esto produjo una reactivación de los cultivos tradicionales y se puso énfasis en la agricultura orgánica y la seguridad alimentaria durante ocho meses. Todo ingreso en efectivo es un superávit que se usa principalmente para la educación de los niños, medicina, reparaciones o construcción de viviendas.

La dignidad de los pobladores indígenas ha aumentado; ahora trabajan su propia tierra en lugar de tierras ajenas y debido a esta asociación el frágil ecosistema mejoró y continuará haciéndolo. El medio ambiente y los propios intereses se pueden interrelacionar.

Los jóvenes aprenden a adoptar los conocimientos tradicionales útiles y mejorarlos con las prácticas agrícolas orgánicas. 7


[316] Las Talukas son subdivisiones administrativas de un distrito.
[317] La Fundación Keystone es una ONG de Tamil Nadu, India.

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