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ESTUDIO DE CASO 5: Proyecto de comercio equitativo de arroz orgánico: de vuelta a la escuela en los campos de los agricultores, Provincias de Surin y Yasothorn, Tailandia


Antecedentes

El proyecto y las organizaciones

El arroz Jazmín es uno de los arroces más famosos del mundo por su fragancia y delicadeza, y la región noreste de Tailandia hospeda el arroz jazmín de mejor calidad. Hace unos diez años, se inició un proyecto comercial con la colaboración de varias ONG tailandesas de Surin y Yasothorn y una organización suiza de comercio equitativo, llamada Claro. Alrededor de 1996, el proyecto se extendió e incluyó la agricultura orgánica como su objetivo central. Los grupos a los que está dirigido en la actualidad son agricultores en pequeña escala con propiedades de 4,10 ha promedio por familia. Todos los productores son miembros de las organizaciones agrícolas locales. Los de la provincia de Surin son miembros del Grupo de Agricultura Natural (NAG) patrocinado por ONG locales (por ejemplo, Apoyo Agrícola de Surin (SFS)) y los de la provincia de Yasothorn pertenecen a la organización de agricultores independientes llamada Red de Grupos de Agricultores (FGN-Yasothorn). El arroz se comercializa a través de la Cooperativa de la Red Verde. El proyecto de comercio equitativo de arroz orgánico se lleva a cabo a través de las organizaciones agrícolas locales, las ONG de la región, la Fundación de Red Terrestre y la Cooperativa de la Red Verde.

La región noreste de Tailandia hospeda el arroz jazmín de mejor calidad.

La agricultura y la situación socioeconómica

Topográficamente, la región del noreste, conocida con el nombre local de Isan, está dominada por la Altiplanicie de Khorat y limita al norte y este con el Río Mekong. La zona norte tiene algunas montañas altas y varias mesetas que oscilan entre los 300 y los 1 200 metros sobre el nivel del mar. El suelo es pobre, y en varias partes de la región, se pueden encontrar depósitos de sal en el subsuelo. Se calcula que aproximadamente 2 848 millones de hectáreas de tierra (16,9 por ciento) están afectadas por la salinidad del suelo.

Resumen de las organizaciones productoras de Surin y Yasothorn


Productores de Surin

Productores de Yasothorn

Organización agrícola

Grupo de Agricultura Natural

Red de Grupos de Agricultores de Yasothorn

Fundada

11 de junio de 1992

8 de marzo de 1996

Zonas de funcionamiento

10 subdistritos de 6 distritos de Surin

43 subdistritos de 8 distritos de Yasothorn (Noreste de Tailandia)

Total de miembros

456 familias agrícolas

7 087 familias agrícolas

Miembros que solicitaron la certificación orgánica en el año 2001

113 familias

192 familias

Total de agricultores en la provincia

167 362 familias

70 514 familias

Total de tierra arrocera en la provincia

467 000 hectáreas

174 000 hectáreas

ONG que apoyan la organización de productores

Apoyo Agrícola de Surin

Ninguna

Coordinador del proyecto

Fundación de Red Terrestre (Earth Net Foundation): una ONG nacional cuyo objetivo principal es promover la agricultura orgánica

Cooperativa de la Red Verde (Green Net Cooperative): una organización tailandesa de comercio equitativo

Aproximadamente un 68,6 por ciento de las tierras agrícolas del noreste están cultivadas con arroz. El arroz se cultiva predominantemente en las llanuras durante la temporada de lluvias; las variedades locales se destinan al consumo familiar mientras que las variedades de mayor rendimiento o las más valiosas se envían a los mercados. En las tierras altas, se cultivan diversos cultivos comerciales, incluyendo la tapioca, la caña de azúcar, el maíz, el frijol y el yute.

La región del noreste es también la zona más pobre del país. El ingreso anual promedio es aproximadamente un tercio del ingreso nacional, es decir 19 331 Baht (alrededor de 450 $EE.UU.). Casi la tercera parte de la población del noreste trabaja en el sector agrícola.

Agricultura convencional

Todas las granjas son de secano. Las precipitaciones promedio en Surin son de 1 440 mm mientras que Yasothorn tiene precipitaciones levemente más altas, 1 800 mm. La mayoría de las granjas tienen suelos de arena y arcilla con bajo contenido de materia orgánica. La erosión del suelo es limitada porque la tierra es plana, los agricultores construyen pequeños diques para regular el agua y detener el flujo del agua de superficie, y además tienen en sus arrozales árboles perennes que sirven como escudos efectivos contra el viento.

El programa de cultivos comienza en mayo después de las primeras lluvias. Los agricultores aran la tierra para quitar las malezas. Los deshechos de las malezas se incorporan al suelo y se dejan descomponer. Después de la descomposición, se vuelve a arar para aflojar la capa fértil y allanar el campo para regular el nivel del agua. Tradicionalmente se usaban búfalos para preparar la tierra; sin embargo, cada vez más se usan arados mecánicos. Las plántulas de arroz se preparan durante la etapa de preparación de la tierra y se transplantan en los campos entre junio y agosto. El arroz es un cultivo anual y necesita entre unos 90 y 120 días para madurar. Se deja que el grano se seque en el campo antes de la cosecha a fines de noviembre y se prolonga hasta diciembre. Se realizan muy pocas actividades agrícolas después de la cosecha del arroz porque no hay agua suficiente durante la estación seca. En las áreas irrigadas, los agricultores plantan cultivos leguminosos (por ejemplo, maní o frijol de playa) o cultivos comerciales (por ejemplo, melón) en los campos arroceros, y algunos también cultivan hortalizas durante el invierno (entre diciembre y verano) ya que hay pocos problemas de plagas en este período.

El arroz se cultiva sólo una vez al año y por lo tanto sufre pocos problemas de infestación de plagas. La principal plaga que los agricultores denuncian es la del cangrejo de agua dulce. Según el método convencional, se la controla con una mezcla de plaguicidas con arroz hervido y se la aplica en el momento. Los agricultores también aplican fertilizantes sintéticos a las plántulas después del transplante justo antes de la floración. Una aplicación promedio de fertilizante químico oscila entre 15-29 kg/rai (94-180 kg/hectárea).

Agroecosistema

Desde principios de la década de los setenta, las ONG locales lanzaron diversos programas de desarrollo comunitario en la región noreste del país. Estos programas se concentraban en actividades de autoayuda, como por ejemplo, bancos de arroz, tiendas en las aldeas, grupos de ahorro, medicina a base de hierbas y cultivos de subsistencia. Algunas ONG también dieron su apoyo a las organizaciones de agricultores para establecer un molino arrocero como un medio de mejorar el bienestar económico de los miembros. Con la mayor toma de conciencia de los temas ambientales a mitad de los ochenta, muchos organismos se embarcaron en actividades agrícolas ecológicas. Para los agricultores, esto significó una oportunidad de restablecer un equilibrio ecológico, de reducir el uso de agroquímicos y la dependencia de los caros insumos externos, de mejorar la fertilidad de los suelos y obtener un sobreprecio (si la granja es una granja orgánica certificada).

Propósitos y objetivos del proyecto

El propósito del proyecto de comercio equitativo de arroz orgánico es el desarrollo humano a través de la producción ecológica. Es una convicción de los promotores que la producción ecológica, especialmente la agricultura orgánica, constituye una solución para las familias agrícolas tailandesas. La producción de alimentos y fibras en Tailandia es en la actualidad insostenible porque las prácticas agrícolas se basan en los agroquímicos y en la explotación de los recursos naturales. La agricultura orgánica que enfatiza la conservación y rehabilitación es una solución para la falta de sostenibilidad del medio ambiente y para lograr el uso sostenible de los recursos naturales. Al mismo tiempo, a medida que hay más consumidores en todo el mundo que demandan alimentos más seguros y una agricultura con responsabilidad ambiental, los productos orgánicos tienen mejores oportunidades de acceder a los mercados. Esto a su vez garantiza ingresos más justos para las familias agricultoras orgánicas en pequeña escala.

El propósito del proyecto de comercio equitativo de arroz orgánico es el desarrollo humano a través de la producción ecológica.

El objetivo del proyecto, «colocar al agricultor en el centro del proceso de desarrollo» tiene en cuenta tres aspectos interconectados:

toma de conciencia y responsabilidad ética;
capacidades y tecnología apropiadas;
organización de base.

La toma de conciencia no es suficiente para convencer a los productores para que cambien sus métodos de producción y utilicen un camino más sostenible. Por esta razón la toma de conciencia debe estar ligada a la responsabilidad ética. Una dinámica de acción-reflexión donde el productor reflexiona sobre sus prácticas permite una mayor toma de conciencia mientras que un rendimiento más justo de los productos de la granja le ofrece al productor un incentivo para comprometerse y responsabilizarse éticamente. El proyecto está convencido de que un proyecto de desarrollo de la agricultura orgánica también debe incoporar actividades de aprendizaje prácticas donde el productor tenga la oportunidad de practicar y reflexionar sobre sus acciones y aportar oportunidades de comercio equitativo, ofreciendo precios más justos por los productos orgánicos. Para poder obtener rendimientos justos, el proyecto orgánico debe incluir como componente clave el procesamiento y la gestión postcosecha (por ejemplo, garantía de la calidad y desarrollo del producto).

Las habilidades prácticas y la tecnología apropiada son fundamentales para la producción ecológica. Una de las mayores restricciones de la agricultura orgánica es la falta de habilidades prácticas y tecnologías apropiadas que el agricultor pueda implementar en su granja. Si bien con frecuencia el conocimiento indígena es elogiado, se hacen pocos esfuerzos concretos para revitalizarlo y sobre todo para mejorarlo para que pueda ofrecer soluciones prácticas a los problemas actuales que enfrentan las comunidades agrícolas locales. El proyecto está abocado al desarrollo tecnológico participativo y al aprendizaje, y utiliza dos metodologías conocidas como «Escuela de campo para agricultores» (FFS) y «Desarrollo tecnológico participativo» (PTD) como herramientas principales para desarrollar la tecnología y las habilidades agrícolas orgánicas apropiadas mientras que también se incorporan los conocimientos indígenas locales. Cree que las organizaciones de productores desempeñan un papel clave en la agricultura orgánica y que se deben fortalecer para prestar servicios tecnológicos eficaces a sus miembros, reafirmando la responsabilidad ética y ocupándose de los productos orgánicos.

Las «Escuelas de campo para agricultores» y el «Desarrollo tecnológico participativo» son las herramientas principales para desarrollar la tecnología y las habilidades agrícolas orgánicas apropiadas mientras que también se incorporan los conocimientos indígenas locales.

Enfoque y actividades del proyecto

El proyecto trabaja con organismos locales dedicados a la agricultura orgánica y al desarrollo sostenible para crear un programa de conversión orgánica que consta de tres componentes principales: desarrollo técnico en escuelas de campo para agricultores, acceso a los mercados y certificación orgánica.

Antes de que el programa comience, se realiza un estudio de campo para recoger información sobre las organizaciones de productores, las prácticas agrícolas actuales, el uso de agoquímicos y los esquemas de cultivos. Esta información sirve de base para evaluar la viabilidad del proyecto y las posibilidades del mercado. Si el proyecto es viable, se organizan a continuación una serie de talleres y actividades de capacitación. Los dos primeros talleres se diseñan para informar a los futuros productores y analizar con ellos los requisitos de la agricultura orgánica (por ejemplo, principios, normas y certificación, calidad de los productos), el rol de la organización de productores y los principales componentes y procesos del proyecto. En esta etapa, se analizan y acuerdan los roles y responsabilidades de los participantes (productor, organización de productores, procesador, organización no gubernamental, Cooperativa de la Red Verde) que participan del proyecto. También se estudian los sobreprecios garantizados de los productos y el nivel de calidad aceptable. El sobreprecio se determina en conjunto en un taller de costos de producción en el que los productores participantes calculan los costos de producción y estiman un nivel apropiado de sobreprecios orgánicos.

Se organiza un taller de desarrollo tecnológico de la agricultura orgánica con la Escuela de campo para agricultores (FFS). La FFS es un enfoque de aprendizaje participativo para adultos donde, durante la temporada de cultivos, los agricultores participantes se reúnen regularmente (por ejemplo cada 7, 10 o 14 días) para aprender sobre el manejo agroecosistémico de un campo orgánico seleccionado, conocido como «campo escuela». En este campo escuela, el terreno se divide por la mitad, en una parte se cultiva arroz convencional, en la otra arroz orgánico. El campo con arroz convencional se maneja de la misma manera en que los agricultores locales manejan sus propios campos convencionales, mientras que el campo orgánico se maneja de acuerdo con las normas orgánicas, con decisiones conjuntas respecto a la fertilización y las estrategias de control de plagas. Se estimula a que los agricultores participantes observen ambos campos con condiciones similares a las de sus propios campos, y comparen el crecimiento y el rendimiento de los cultivos. Este ejercicio se realiza en pequeños grupos para facilitar una participación activa y un desarrollo grupal. El grupo discute y analiza las condiciones agrícolas y luego elabora recomendaciones de manejo orgánico para el campo escuela. En una sesión plenaria, cada grupo presenta sus observaciones y sugerencias y un facilitador sintetiza las recomendaciones. Estas recomendaciones de manejo se prueban en el campo escuela y los agricultores pueden observar los resultados en la próxima sesión de aprendizaje. A través de este proceso, los agricultores tienen oportunidad de compartir los conocimientos autóctonos y aprender diferentes alternativas de manejo orgánico aplicables a sus situaciones locales. Algunos agricultores adoptan las recomendaciones en sus granjas después de observar los resultados obtenidos en los campos escuela.

Se estimula a que los agricultores participantes observen ambos campos con condiciones similares a las de sus propios campos, y comparen el crecimiento y el rendimiento de los cultivos.

Aparte de la actividad de campo, el facilitador FFS también organiza actividades grupales para fortalecer la organización de productores. Además, los agricultores pueden adquirir conocimientos nuevos sobre diferentes tópicos en un sesión de «temas especiales». En esta oportunidad, se incluyen temas diversos, como por ejemplo la producción de compost, las normas orgánicas y los requisitos de certificación.

Como cada sesión FFS dura medio día y se organiza a intervalos regulares durante toda la temporada de cultivos, al finalizar el curso FFS, los agricultores participantes pueden acumular los conocimientos tecnológicos básicos de la agricultura orgánica. Esta metodología es mucho más efectiva como proceso de aprendizaje que los métodos tradicionales de capacitación donde los agricultores se sientan a escuchar clases de capacitación durante todo un día o a lo largo de varias jornadas. La FFS se puede extender a la estación seca cuando se siembra un cultivo de rotación y puede continuar un segundo año.

En algunos grupos de productores donde los agricultores participantes están interesados en probar técnicas adicionales no incorporadas a la FFS, se organiza una actividad de Desarrollo técnológico participativo (PTD). En este taller, primero se analiza y evalúa una técnica específica. Luego, el grupo comienza un ensayo de campo en los propios campos de los participantes. Los resultados se presentan más tarde ante el grupo para compartir las conclusiones obtenidas. Una vez finalizado el curso, se fomenta que los agricultores continúen trabajando juntos para desarrollar otras tecnologías ecológicas utilizando la metodología PTD. Esto permite que diseñen y controlen el proceso de desarrollo tecnológico apropiado a sus cambiantes condiciones agroeconómicas locales.

Componentes y actividades fundamentales del programa de conversión orgánica

Actividades

Días/Período

Objetivos

Estudio de campo

1-2 días

Recopilación de información sobre las prácticas de labranza actuales y la situación agrícola

Taller de capacitación # 1:

Proyecto de conversión orgánica

2-3 días

Principios de la agricultura orgánica

Componentes y actividades del programa de conversión orgánica

Participación y responsabilidad de los agricultores

Taller de capacitación # 2:

Normas y certificación orgánica

2-3 días

Capacitación sobre las normas orgánicas y los requisitos de certificación

Fijación de precios orgánicos a través de un ejercicio participativo de análisis de costos y precios

Preparación para las Escuelas de campo para agricultores

Escuela de campo para agricultores

Cada 7 - 14 días durante la temporada (sesiones de medio día)

Análisis agroecológico

Dinámica de grupo

Tópicos especiales sobre temas de interés de los agricultores

Desarrollo de la tecnología orgánica

Opcional

Desarrollo de tecnología adicional empleando un modelo de desarrollo técnico participativo

Seguimiento y observación del campo

2 - 3 veces por año

Seguimiento del campo por medio de un sistema de control interno como parte del proceso de certificación orgánica

Evaluación

Una vez por año

Debate general con todos los agricultores participantes para evaluar las actividades del programa y planificar actividades futuras

Como el proyecto requiere una certificación orgánica, se cuenta con un certificador orgánico privado de la región, el organismo de Certificación de Agricultura Orgánica Tailandesa (ACT). En noviembre del año 2001, ACT obtuvo la acreditación ante la IFOAM a través del Servicio de Acreditación Orgánica Internacional (IOAS). Como el proyecto trabaja con agricultores en pequeña escala, la certificación orgánica se otorga a grupos de productores, y las entidades autorizadas son las organizaciones de agricultores. Éstas reciben el apoyo necesario para desarrollar Sistemas de Control Internos (ICS) y supervisar el cumplimiento de las normas orgánicas. Se capacita a los dirigentes agrícolas y a su personal (a veces también pueden ser personal de una ONG) para implementar los ICS y realizar seguimientos e inspecciones de las granjas. Esto fortalece aún más las organizaciones de productores y garantiza el cumplimiento de las normas orgánicas y los requisitos de certificación.

Durante la temporada agrícola, los participantes pueden necesitar insumos orgánicos, como por ejemplo abono animal, no disponibles en cantidades suficientes en las localidades cercanas. En general, el Proyecto ayuda a que las organizaciones de productores identifiquen las fuentes de esos insumos agrícolas y también puede colaborar para solicitar créditos.

Después de la cosecha, el producto orgánico se envasa y etiqueta en bolsas específicas provistas por el Proyecto. Las bolsas identifican distintos tipos de arroz, (por ejemplo, orgánico y en proceso de conversión). Luego se las envía al depósito del molino arrocero. El proyecto también ayuda a que el molino arrocero (manejado por las organizaciones de agricultores) desarrolle un proceso de seguridad de la calidad para sus operaciones de molienda y empaquetado.

Las organizaciones de agricultores reciben el apoyo necesario para desarrollar Sistemas de Control Internos (ICS) y supervisar el cumplimiento de las normas orgánicas.

Producción de arroz orgánico

El cultivo de arroz orgánico es similar al cultivo convencional descripto anteriormente. Las diferencias son:

en lugar de fertilizantes químicos, se usa abono animal estacionado (bolas de estiércol de gallinas y vacas);

el control de plagas se realiza a través de métodos físicos (por ejemplo, desmalezado manual y trampas para cangrejos);

se usan abonos verdes, por ejemplo:

habichuela dorada (Vigna radiata L.), sembrada al voleo junto con el arroz;

sesbania (Sesbania rostrata) sembrada a principios de la temporada de lluvias;

frijol de playa (Canavalia ensiformis) sembrado a principios de la temporada de lluvias o después de la cosecha del arroz como cultivo de rotación.

No se practica la intercalación porque el cultivo de arroz es semiacuático. La rotación de cultivos existe en escala limitada ya que no hay agua para riego durante la estación seca. Se encuentran árboles perennes aislados que pueden resistir las sequías y la saturación hídrica (se calcula que entre un 5 y 10 por ciento de los campos están cubiertos por árboles) y mantienen una cierta biodiversidad en las granjas. Algunos agricultores tratan de plantar arbustos o árboles en el perímetro de los campos pero la mayoría no sobrevive la estación seca. Sin embargo, el Proyecto fomenta esta práctica y pide que los agricultores le den más importancia a esta tarea.

La región está localizada en un área de suelos arenosos -con algunas excepciones de suelos de arcilla-, y poca fertilidad. En ambos casos, el contenido de materia orgánica es bajo. La erosión no es un problema serio debido a los terraplenes que reducen la erosión del suelo causada por el desplazamiento del agua de superficie. El tema más desafiante de este proyecto es el manejo de la fertilidad de los suelos.

Algunas granjas convencionales practican la quema de paja y todos los años hay incendios incontrolados en las granjas orgánicas.

Se practica la rotación de cultivos sólo en zonas limitadas y se debe en general a la falta de agua. En esos casos se siembran después de la cosecha del arroz ciertas legumbres, por ejemplo frijol de playa o maní. Los agricultores que tienen acceso a un estanque o pozo de agua cultivan el repollo chino para consumo familiar y para comercializar en el mercado local (principalmente en la aldea) después de haber cosechado el arroz. El cultivo de hortalizas también cumple con las normas orgánicas de ACT pero no se venden como productos orgánicos certificados porque los mercados locales no requieren un sello de certificación. Las ONG locales venden algunas verduras a los consumidores provinciales con un pequeño sobreprecio pero otras se venden a los comerciantes locales convencionales sin ninguna prima.

El tema más desafiante de este proyecto es el manejo de la fertilidad de los suelos.

Manipulación y procesamiento postcosecha del arroz orgánico

La cosecha y la trilla se hacen manualmente. Sin embargo, como cada vez se utilizan más trilladoras, si la máquina no está perfectamente limpia antes de cambiar a los cultivos orgánicos, hay riesgo de contaminación con los productos convencionales. Los agricultores orgánicos aprenden técnicas de limpieza apropiadas antes de trillar el arroz orgánico.

Antes de la cosecha, las organizaciones de productores realizan una encuesta de cada campo orgánico y calculan el rendimiento probable. Se distribuyen bolsas de polietileno entre todos los agricultores orgánicos (tanto aspirantes como miembros activos). Las bolsas llevan una etiqueta de «orgánico» o «en conversión» y tienen espacio para incluir el nombre y el número de identificación del agricultor.

Después de la trilla, algunos agricultores almacenan el arroz en sus casas mientras que otros lo transportan al molino arrocero de la organización de productores.

Después de la trilla, algunos agricultores almacenan el arroz en sus casas mientras que otros lo transportan al molino arrocero de la organización de productores. El arroz almacenado se guarda en una finca especial contigua a la casa. Durante el almacenamiento, el arroz con cáscara orgánico se conserva en bolsas de polietileno de 40 kg. No se utilizan sustancias prohibidas durante las operaciones de postcosecha y de almacenamiento.

Cuando hay un pedido de compra, el molino arrocero organiza la molienda y vende el arroz elaborado a la Cooperativa de la Red Verde (GNC). Luego se envía al Fondo Arrocero (en Surin) para que lo empaqueten de acuerdo con los requisitos de los clientes.

Expansión de la superfice de arroz orgánico organizada por el proyecto

(1 hectárea = 6.25 rai)

Análisis y lecciones aprendidas

En términos de producción ecológica, el proyecto tuvo bastante éxito en su objetivo de apoyar la conversión a la agricultura orgánica. El índice de crecimiento en los últimos dos años ha sido notable y las tierras certificadas se duplicaron. La figura siguiente muestra la expansión de la superficie de arroz orgánico organizada por el Proyecto. Es interesante notar que durante 1999, el número de granjas de arroz orgánico disminuyó. La razón de este fenómeno es que ACT implantó normas orgánicas más estrictas, por ejemplo no se permitió más la conversión parcial. Como consecuencia, algunos agricultores sintieron que no podían continuar el proceso de certificación y abandonaron. Al año siguiente, el Proyecto extendió su apoyo técnico a los que habían abandonado y a los nuevos agricultores que deseaban completar su proceso de conversión total. La conversión requiere un mínimo de 12 meses para los cultivos anuales y comienza a partir de la fecha en que el agricultor solicita el sistema de control interno del Proyecto. La conversión se puede prolongar si el campo tiene un fuerte historial de agroquímicos. Este apoyo va acompañado con créditos para fertilizantes orgánicos que otorga el proyecto para que los agricultores participantes puedan garantizar que los rendimientos de los campos se puedan mantener durante el período de conversión. Esto permitió que un mayor número de agricultores convirtiera con éxito todos sus campos de arroz a la agricultura orgánica.

Algunos de los beneficios sociales y agroecológicos que se desprenden del Proyecto de Comercio Equitativo de Arroz Orgánico son:

La mejora de la estructura del suelo

El beneficio que más frecuentemente se menciona entre los agricultores orgánicos es que «la tierra es más negra y más suave». Esto se puede atribuir a la reincorporación de la materia orgánica en el suelo. La paja y los tallos del arroz, que anteriormente se quemaban, se vuelven a invertir en la tierra. El abono animal y verde que los agricultores aplican también le añaden materia orgánica al suelo. Todo esto contribuye a mejorar su estructura física ya que la materia orgánica en descomposición le agrega humus a la tierra.

La conservación de los recursos naturales

Como se menciona anteriormente, los agricultores han conservado árboles perennes en los arrozales de la región de Isan. El proyecto contribuye también a esta conservación porque requiere que se mantengan los árboles que ya existen. El cese de la aplicación de agroquímicos, tanto fertilizantes como plaguicidas sintéticos, significa que se agregan menos sustancias dañinas al ecosistema local, contribuyendo así al mantenimiento de una ecología equilibrada.

La biodiversidad mejorada

El cese en el uso de agroquímicos ayudó a que aumentara la población animal en el ecosistema del arroz. Los agricultores observan un incremento de enemigos naturales, por ejemplo, arañas, aves y peces.

La salud

Los agricultores de arroz orgánico tienen menos riesgo de exposición a los plaguicidas, especialmente si se considera que en los arrozales trabajan parados en el agua, que anteriormente estaba contaminada con pesticidas. Por otra parte, los campos de arroz se han convertido en una fuente importante de alimentos más sanos y saludables, incluyendo hortalizas y animales (principalmente los peces naturales) para el consumo familiar.

Los campos de arroz se han convertido en una fuente importante de alimentos más sanos y saludables, incluyendo hortalizas y animales (principalmente los peces naturales) para el consumo familiar.

Beneficios económicos

El Proyecto de Comercio Equitativo de Arroz Orgánico se basa en los principios del comercio equitativo. Se le garantiza al arroz orgánico producido un sobreprecio justo. El precio se fija teniendo en cuenta los costos de producción. En la actualidad, el arroz elaborado certificado se compra localmente a los agricultores a 10 TBT/kg (0,24 $EE.UU.), 8 TBT/kg (0,19 $EE.UU.) por el arroz elaborado en conversión, y 7 TBT/kg (0,167 $EE.UU.) para el arroz orgánico no certificado. Se trata de un sobreprecio significativo ya que el arroz elaborado convencional se vende actualmente a sólo 4,7 TBT/kg (0,11 $EE.UU.). Estos precios de salida de la granja incluyen el sobreprecio orgánico y el sobreprecio del comercio equitativo. El sistema de sobreprecios permitió que los productores de arroz orgánico duplicaran sus ingresos en los últimos dos años.

El principal mercado para el arroz orgánico de comercio equitativo se encuentra en Europa a través de la Asociación Europea de Comercio Equitativo y diversas cooperativas de consumidores. Por año se venden unas 250 toneladas de arroz a través de estos canales. Pero no todo el arroz orgánico no certificado y en conversión es absorbido por el sistema de comercio equitativo, aunque el proyecto esté comprometido a comprarle a los agricultores el producto (con sobreprecio). El excedente se vende localmente en el mercado convencional a precios locales (sin ningún sobreprecio), y la pérdida la absorbe el Proyecto.

Otro beneficio económico importante es el control del proceso de producción que realiza el agricultor. Esto significa que los granjeros no sólo ejercen el manejo y el control a nivel de la granja, sino también controlan el procesamiento y elaboración (es decir, el molino arrocero) y hasta cierto punto controlan el mercado, a través de la Cooperativa de la Red Verde. De esta manera, los agricultores pueden garantizar los máximos beneficios en forma directa y determinar su distribución.

Estos precios de salida de la granja incluyen el sobreprecio orgánico y el sobreprecio del comercio equitativo. El sistema de sobreprecios permitió que los productores de arroz orgánico duplicaran sus ingresos en los últimos dos años.

Restricciones

Hasta el momento, el proyecto ha tenido un gran éxito. Todos los años, un creciente número de agricultores se muestran interesados en participar a medida que se enteran de los beneficios que aporta. Sin embargo, también existen algunas restricciones para su expansión:

Conversión

El período de conversión orgánica es normalmente de 1 a 3 años; sin embargo ATC fija un mínimo de 12 meses para el arroz. En ese período, los productores deben cumplir totalmente con las normas orgánicas, por ejemplo, no aplicar sustancias prohibidas, y con el «manejo positivo», es decir, mejorar la fertilidad del suelo y prevenir la contaminación. También deben someterse a las inspecciones del cuerpo de certificación.

Existen dos grandes problemas durante la conversión orgánica: uno tecnológico y el otro financiero. Durante la conversión orgánica, los agricultores deben planificar y manejar sus granjas cuidadosamente de acuerdo con las normas orgánicas y los requisitos de certificación. Esto supone un conocimiento tecnológico apropiado de los cultivos, las condiciones ecológicas locales y la demanda del mercado para que la producción se pueda mantener sin pérdidas significativas. El apoyo es fundamental durante este período; de lo contrario, hay un alto riesgo de que los agricultores abandonen la conversión.

Otro problema es que los productos cultivados o cosechados durante este período no se pueden etiquetar con un sello orgánico. En los mercados de la Unión Europea, Japón y Estados Unidos, los productos orgánicos en conversión no pueden venderse como orgánicos y por lo tanto no pueden exigir un sobreprecio. Como el proyecto está vinculado con la Cooperativa de la Red Verde (GNC) que adoptó una política de comercio equitativo, el arroz en conversión se vende en el mercado interno y en el de exportación como arroz de comercio equitativo. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, no todo el arroz que no tiene certificación y el de conversión se puede vender con un sobreprecio para cubrir los costos adicionales, especialmente en el mercado interno donde el comercio del arroz es muy competitivo. Esto significa que la GNC debe correr con los costos más altos del arroz de conversión. En los casos en que no existe una organización local de comercio equitativo como la GNC o los productores no tienen acceso a los mercados de comercio equitativo, es económicamente difícil que los agricultores emprendan la conversión orgánica. Por consiguiente, es necesario un subsidio durante la conversión inicial de modo que los agricultores estén recompensados por sus esfuerzos desde el comienzo.

Los productos orgánicos en conversión no pueden venderse como orgánicos y por lo tanto no pueden exigir un sobreprecio... el arroz en conversión se vende en el mercado interno y en el de exportación como arroz de comercio equitativo.

Beneficios socioeconómicos

A pesar de este éxito, la mayoría de los agricultores no se convierte. La lentitud se puede atribuir a factores socioeconómicos. Casi todos los agricultores sufren presiones financieras para mantener la productividad de sus granjas y pagar los préstamos que obtuvieron. Al mismo tiempo, han sido adoctrinados para creer que el uso de agroquímicos garantiza buenos rendimientos y que representa una práctica agrícola «moderna». Los agricultores que «regresan» a la práctica de no usar agroquímicos son vistos como atrasados. La actitud de «esperar y ver» y el obstáculo mental de la «agricultura moderna» indican que la mayoría de los agricultores no están convencidos aún que la agricultura orgánica y el comercio equitativo puedan ofrecer una solución para el desarrollo agrícola.

Manejo del proyecto

El proyecto implica la presencia de algunas organizaciones no gubernamentales como elementos complementarios. Las ONG locales tienen en general su propia agenda e intereses y no están necesariamente listas para comprometerse totalmente con el proyecto. Por otra parte, estas ONG dependen de fuentes de financiación externas que sólo pueden estar garantizadas durante 2 o 3 años, tras lo cual se debe enviar y aprobar una nueva propuesta. El proyecto está tratando de resolver este problema creando un fondo de reserva de extensión orgánica con una proporción fija del ingreso de las ventas. Sin embargo, las ventas totales son todavía pequeñas para apoyar un servicio de extensión viable. Para lograr una masa crítica de sustentabilidad, es necesario una inversión inicial, ya sea a través de un fondo de desarrollo o de fuentes privadas.

La actitud de «esperar y ver» y el obstáculo mental de la «agricultura moderna» indican que la mayoría de los agricultores no están convencidos aún de que la agricultura orgánica y el comercio equitativo puedan ofrecer una solución para el desarrollo agrícola.

La contribución a un desarrollo sostenible

A partir de la evaluación interna del proyecto, se puede observar que los productores participantes obtuvieron ingresos más altos pero también contraen más deudas durante el período inicial. La mayor parte de la deuda no se relaciona con la agricultura orgánica sino más bien con un aumento en el consumo personal, por ejemplo motocicletas (para los jóvenes), refrigeradores, televisores y maquinarias agrícolas. Aunque es comprensible que los agricultores deseen utilizar sus ingresos más altos para bienes que les brindan confort y comodidad, no es claro dónde se debe trazar la línea de «lo apropiado». El incremento en los ingresos y el incremento correspondiente en las deudas no es justificable en términos de un desarrollo sostenible. Por lo tanto, el proyecto decidió en el año 2001 atender las cuestiones del consumo en las comunidades rurales a través de un esquema «independencia y autosuficiencia». El propósito de este plan es fomentar que los agricultores produzcan lo que «necesitan» y recortar lo que «desean». Esto incluirá el análisis de los ingresos y egresos familiares, la producción colectiva de fertilizantes orgánicos (por ejemplo, compost), el desarrollo de los mercados locales y el comercio directo entre las comunidades.

Otra limitación importante tiene que ver con la seguridad alimentaria. En la actualidad, casi todos los agricultores destinan parte de sus tierras al cultivo de variedades locales de arroz para el consumo familiar. De esta manera la familia se asegura el abastecimiento de arroz. El proyecto se enfocará en la producción de otros alimentos, como por ejemplo hortalizas y peces, para garantizar la seguridad alimentaria a nivel de las familias y la comunidad.

Lecciones

La clave del éxito del proyecto de comercio equitativo de arroz orgánico es el programa de manejo integral que abarca el apoyo técnico, el servicio de extensión, la manipulación postcosecha, el procesamiento y la comercialización equitativa. Los componentes fundamentales del programa son:

La clara división de los roles y responsabilidades de cada uno de los actores y la distribución transparente de los beneficios. Esto permite que todos los grupos de interés sepan qué se espera de ellos y qué pueden esperar ellos del proyecto. Cuando la relación es clara, entonces se produce una sinergia entre el compromiso y la cooperación.

La extensión participativa y el desarrollo tecnológico. Esto fomenta que los agricultores tomen el control de su sistema productivo e intensifiquen la confianza a través del aprendizaje en sus propios campos.

La garantía del sobreprecio asegura que los agricultores puedan vender sus productos orgánicos a un precio justo. Desde el año 2001, el precio con prima de la Cooperativa de la Red Verde se fijó en 10 TBT/kg de arroz (el precio de mercado en enero de 2002 era 4,7 TBT/kg).

La planificación y el manejo general de la cadena de abastecimiento garantiza que la operación de cada etapa se planifique y se sincronicen los eslabones (desde la producción hasta la comercialización).

El Proyecto terminó la etapa experimental preliminar y ahora está comenzando su etapa de expansión. Todavía resta mejorar el diseño de muchos de sus componentes.

La planificación y el manejo general de la cadena de abastecimiento garantiza que la operación de cada etapa se planifique y se sincronicen los eslabones (desde la producción hasta la comercialización).


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