7. El Comité examinó en primer lugar, en el marco del tema 4 del programa, cuestiones fundamentales relativas a la ordenación y desarrollo pesqueros, incluida la pesquería continental y la acuicultura, así como la pesquería marina. Señaló que el informe relativo al debate sobre los diversos aspectos de este tema del programa, junto con el tema 5 (elementos básicos de una estrategia para la ordenación y desarrollo pesqueros y para programas de acción específicos), serían una importante contribución a la fase de formulación de políticas de la Conferencia Mundial de Pesca que se celebrará en 1984.
8. Como base para sus debates, el Comité tuvo ante sí el documento COFI/83/3, que fue complementado por una introducción de la Secretaría. Varios estados ribereños en desarrollo indicaron que el propio documento era demasiado pesimista acerca de las posibilidades de desarrollo de los países en desarrollo y que podría haber reflejado mejor sus aspiraciones. Sin embargo, estas delegaciones se mostraron satisfechas por las aclaraciones proporcionadas por la Secretaría al presentar el documento. Muchas delegaciones aludieron también a la utilidad del discurso de apertura del Director General, que fue considerado como un valioso marco de referencia sobre este tema y una orientación general para el debate del Comité.
9. Los cambios fundamentales que se han verificado en el régimen jurídico de los mares, contenidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, han creado en países desarrollados y en desarrollo la posibilidad y la necesidad de reexaminar los objetivos, estrategias y políticas nacionales de su desarrollo pesquero. El Comité estudió los diversos y complejos factores que los gobiernos tenían que valorar a la hora de planificar el desarrollo pesquero. Señaló que podían identificarse una gran variedad de objetivos nacionales, por ejemplo, un mayor suministro alimentario nacional, mayor empleo, mayores ingresos para los pescadores, ingresos de divisas mediante el comercio de pescado y productos pesqueros. En algunos casos, es posible que estos objetivos sean contrapuestos, por lo que los gobiernos tienen que hacer a menudo una elección explícita o establecer prioridades dentro de una serie de objetivos deseables. El Comité reconoció la necesidad fundamental de que los gobiernos establecieran mecanismos y capacidades para la planificación pesquera.
10. El Comité afirmó que debe reconocerse claramente el derecho soberano de cada Estado para determinar la política más adecuada para su desarrollo pesquero y explotación de sus recursos, tal como se encuentra reconocido de acuerdo a la Convención sobre el Derecho del Mar adoptada en 1982. El Comité tomó nota de que no era aplicable adoptar un único modelo para el desarrollo pesquero. Los recursos naturales, materiales y financieros disponibles, así como las aspiraciones y los objetivos sociales y económicos nacionales variaban según los países. La mayor parte de los países manifestaron que desean aplicar una política basada en la expansión de su capacidad nacional de pesca, mientras que otros países se inclinan por adoptar una estrategia para su desarrollo pesquero que incluya la negociación de empresas conjuntas o de acuerdos bilaterales de acceso de manera transitoria mientras desarrollan sus pesquerías nacionales. Con objeto de evitar el peligro de la explotación en exceso, era importante hacer una cuidadosa gestión y planificación de las inversiones, partiendo de la investigación e información científica y económica. Cualquiera que sea la política elegida o el ritmo de desarrollo previsto, la base para un desarrollo correcto y sostenido de la pesquería sigue siendo la conservación y la ordenación racional de los recursos, en el marco de una cuidadosa planificación. La expansión a base de recursos que no se han investigado y comprendido bien debería llevarse a cabo con prudencia y gradualmente.
11. El Comité subrayó que los planes para el sector pesquero deberían estar debidamente integrados en el contexto de objetivos nacionales generales para el desarrollo económico y social, ya que las iniciativas adoptadas por otros sectores gubernamentales podrían tener importantes consecuencias en la pesca. Hizo hincapié también en la importancia de lograr un conocimiento preciso del potencial de pesca y de la contribución que éste pueda hacer a los objetivos económicos, sociales y nutricionales del país.
12. El Comité insistió en que la determinación de objetivos, políticas y estrategias nacionales para el desarrollo pesquero debe basarse fundamentalmente en una evaluación a fondo del tipo, tamaño y estado de las poblaciones de peces y de las pertinentes condiciones sociales y económicas que repercuten en la pesca. Disponer de datos, estadísticas e información científica y socioeconómica que sea fidedigna y oportuna facilita a científicos, economistas, administradores e inversores la investigación, planificación y ejecución de actividades de ordenación y desarrollo pesqueros. De esta forma, es deseable para el desarrollo pesquero la posibilidad de recoger datos e información nacional, así como la de tener acceso a datos regionales y mundiales, incluida la creación de infraestructuras adecuadas que faciliten esta información a los usuarios.
13. En consecuencia, el Comité destacó la importancia de una ordenación racional de las poblaciones muy explotadas y de las poblaciones que se explotarán en el proceso de desarrollo con el fin de garantizar la continuidad, el mantenimiento y la estabilidad de los rendimientos pesqueros.
14. Al mismo tiempo, el Comité reconoció que los planes para el desarrollo de la pesca deberían ser dinámicos y que pueden necesitar ciertas revisiones y adaptaciones teniendo en cuenta los cambios de la base del recurso, de la mezcla de especies o de los mercados nacionales e internacionales. Los planes de desarrollo deberán también tener plenamente en cuenta no sólo los medios necesarios para explotar los propios recursos pesqueros, sino también las necesidades relativas a elaboración, transporte, distribución y comercialización.
15. Se señalo a la atención la influencia que en el desarrollo pesquero tienen los cambios del medio ambiente marino y de aguas continentales. Por lo tanto, en los planes se deberá tener en cuenta la necesidad de proteger los habitat contra los efectos de la contaminación y el desarrollo industrial o urbano de las zonas costeras y fluviales.
16. El Comité convino en que las importantes contribuciones de la acuicultura y las pesquerías en aguas continentales deberían ser tenidas muy en cuenta al planificar el desarrollo pesquero, en especial con respecto a mejorar las condiciones socioeconómicas y los suministros alimentarios de las poblaciones rurales. Al mismo tiempo, se notó que por sus características especiales, la acuicultura tiene muchos aspectos, en común con la agricultura.
17. En las estrategias pesqueras tendrán que tomarse en cuenta, ya desde un primer momento, los aspectos nutricionales y la integración de los planes de desarrollo pesquero en las políticas nacionales de nutrición. A este respecto, se destacó la Consulta de Expertos sobre esta materia organizada recientemente por el Gobierno de Noruega y la propuesta para un Plan de Acción especial a fin de promover la función de la pesca para mitigar la subnutrición.
18. El Comité tomó nota de que las pesquerías en pequeña escala, que tienen una notable importancia socioeconómica en muchos países, pueden requerir una ayuda especial de los Gobiernos. A este respecto, se señaló a la atención la importancia de proyectar e introducir, a través de unos buenos servicios de extensión, las tecnologías apropiadas a las condiciones locales y fundamentadas en las mismas, en vez de importar tecnologías inadecuadas de otros países o regiones. Al mismo tiempo, las políticas de desarrollo deberán tratar de procurar un equilibrio apropiado entre los potenciales y las necesidades de los sectores tanto artesano como industrial. El desarrollo de las pesquerías industriales nacionales es necesario en muchas circunstancias para garantizar la explotación plena y racional de los recursos pesqueros en zonas económicas exclusivas. Para ello, es necesario una vigorosa ordenación de las investigaciones multidisciplinales, capacitación y una cuidadosa evaluación de las repercusiones socioeconómicas que probablemente se han de producir por el desarrollo paralelo o alternativo de las operaciones en grande y pequeña escala.
19. El Comité también insistió considerablemente en la necesidad de la capacitación en materia pesquera sobre la base de un análisis de las necesidades de mano de obra, en especial en relación con la evaluación de las condiciones relativas al rendimiento en el trabajo despues del entrenamiento. Es necesario contar con nuevas experiencias y tecnologías apropriadas para establecer y ejecutar políticas y programas para el desarrollo pesquero. Así, el mejoramiento de la autoconfianza y competencia nacionales es uno de los factores fundamentales para promover el mejor aprovechamiento de los recursos ícticos del mundo.
20. También se señaló a la atención que es necesario proseguir enérgicamente los programas y políticas cuya finalidad sea reducir el despilfarro y las pérdidas posteriores a la cosecha, tanto en el mar como durante la elaboración, transporte y almacenamiento.
21. El Comité subrayó la importancia de una estrecha consulta y colaboración entre todos los grupos interesados en el desarrollo pesquero y la necesidad de que participen los administradores, científicos y representantes de los pescadores en la formulación y ejecución de planes para el desarrollo y ordenación de la pesca. Esto exige la existencia de estructuras adecuadas para la realización de dichas consultas.
22. Los derechos de soberanía con respecto a la pesca en zonas económicas exclusivas puede que haga necesario un examen del actual marco jurídico e institucional para el desarrollo, ordenación y control de la pesca. Por lo tanto, cada país debería reexaminar según proceda, las estructuras administrativas y las leyes nacionales, y, cuando sea necesario, adaptarlas para hacer posible la ejecución efectiva de las políticas gubernamentales para la ordenación y el desarrollo de la pesca; es necesaria una estrecha cooperación entre los diversos departamentos gubernamentales y los organismos nacionales cuyas decisiones en un sentido u otro, afectan al sector pesquero.
23. El Comité observó que, no obstante el reconocimiento general de los derechos de soberanía en las zonas económicas exclusivas con respecto a los recursos ícticos, la colaboración internacional, regional y sub-regional en el desarrollo y conservación de la pesca continúa siendo importante. Destacó el valor de los actuales mecanismos para dicha colaboración como, por ejemplo, los órganos pesqueros regionales de la FAO. Pidió más ayuda para estos órganos y para sus proyectos de asistencia técnica subregionales. El Comité observó con reconocimiento la función de las organizaciones regionales como el Sistema Económico Latinoaméricano (SELA) y el Forum Fisheries Agency (FFA). A este respecto, el Comité tomó nota de la Declaración hecha en una reciente reunión de los Ministros de Pesca del Comité de Acción de Productos del Mar y de Agua dulce del SELA, en la cual se considera que el derecho soberano que asiste a los Estados para la preservación y explotación de sus recursos pesqueros, dentro del ámbito de sus aguas jurisdiccionales debe ser respetado, lo que exige en consecuencia la adopción de estrategias regionales concertadas a través de las cuales se asegure la plena realización de las aspiraciones nacionales de desarrolo pesquero de todos los países de la región. El Comité también destacó que es necesario contar con una ayuda contínua y mayor para estos canales de cooperación y para el fomento de mecanismos perfeccionados para la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo (CTPD) y la Cooperación Económica entre los Países en Desarrollo (CEPD).
24. Dos delegaciones consideraron que estos esfuerzos conjuntos y colaboraciones técnicas pueden reforzarse con la participación en organizaciones regionales de otros países de fuera de la región, cuyas flotas pesqueras estén faenando en la citada región.
25. Algunas delegaciones señalaron a la atención del Comité la situación de los Estados que anteriormente se habían dedicado a una pesca extensiva de altura y que actualmente experimentan dificultades en relación con su acceso a recursos excedentarios de algunas ZEE. Observaron que la ampliación de la jurisdicción nacional sobre la pesca otorga no sólo nuevos derechos a los estados ribereños sino también nuevas responsabilidades para su utilización óptima.
26. Otras delegaciones recordaron que hace ya tiempo sus países tiene derechos soberanos sobre las aguas adyacentes, actualmente llamadas zona económica exclusiva, inter alia, para reservar los recursos en su propio beneficio nacional.
27. El Comité también tomó nota de las dificultades especiales, particularmente como consecuencia de la situación económica mundial, que tienen que afrontar muchos países en desarrollo, especialmente los pequeños estados insulares, al tiempo que se afanan por incrementar la contribución de las pesquerías al reforzamiento de su independencia económica. Se pidió a la FAO que amplíe y refuerce sus programas de ayuda técnica a los países en desarrollo, especialmente en aspectos tales como política y planificación, ordenación y conservación de recursos, capacitación, legislación pesquera, investigación científica, transferencia de tecnología y observación, control y vigilancia de la pesca.
28. El Comité tomó nota con reconocimiento de las ofertas de colaboración y ayuda hechas por varios Estados Miembros, en particular China (piscicultura en agua dulce), Polonia (explotación del krill), Japón (establecimiento de cooperativas de pescadores), Brasil (acuicultura) y Cuba (cooperación regional en la región del Caribe).
29. En el sector de la pesca continental y la acuicultura, se propugnó la adopción de una política integrada de utilización de la tierra y el agua, para aprovechar el potencial pesquero existente en este sector.
30. El tema 4(b) del programa fue introducido por la Secretaría, que presentó el documento COFI/83/4. El documento fue acogido con agrado por el Comité, el cual hizo comentario sobre muchos de los puntos en él planteados y amplió algunos aspectos, como se indica a continuación.
Problemas de la Ordenación Pesquera
31. La mayor parte del debate se centró en los problemas que los distintos países estaban experimentando en la ordenación de sus pesquerías. Se consideró que una buena ordenación de las pesquerías es parte integrante del proceso de desarrollo. Para ser eficaz, exige un suministro adecuado de información sobre los recursos, la industria y la mano de obra disponible, así como una infraestructura gubernamental capaz de traducir esta información en una política. Se señaló a la atención el hecho de que, para ser plenamente eficaces, el acopio de información, el análisis de datos sobre recursos y la evaluación de las repercusiones de otras actividades humanas en las pesquerías, deben emprenderse lo antes posible en el proceso de desarrollo. Se expresó también la opinión generalizada de que los problemas de los recursos compartidos necesitan mecanismos especiales para la comunicación y coordinación entre los gobiernos. Todas estas actividades exigen personal capacitado y, en muchos países, se han experimentado graves problemas al tratar de encontrar personal calificado para su ejecución.
32. En algunas zonas, se ha desarrollado la pesca sobre la base de un acceso libre y abierto a recursos compartidos. No ha habido ningún incentivo para que cada pescador conserve la población. Sin embargo, cuando una pesquería alcanza la fase de explotación completa, si no se introduce una ordenación, los pescadores competirán cada vez más y con mayor fuerza entre ellos por su parte de una población limitada. Este modelo de desarrollo lleva frecuentemente al agotamiento de los recursos, a un grave exceso de capitalización y a la reducción depresiva de los beneficios para la industria.
33. Incluso los delegados de países desarrollados que tienen buena infraestructura hicieron hincapié en los pocos ejemplos en que se ha alcanzado un equilibrio apropriado entre las inversiones en capturas, seguimiento y protección de los recursos, elaboración, distribución y mercadeo. Se consideró que debe tenerse en cuenta la necesidad de estos elementos básicos de infraestructura al iniciar el desarrollo pesquero, juntamente con la prestación de servicios en tierra, tales como astilleros, instalaciones de reparación, puertos y servicios de capacitación de pescadores, administradores y técnicos.
34. El Comité tomó nota de que en los últimos años, varios factores habían ejercido un efecto importante en el sector pesquero, especialmente los costos elevados del combustible y la escasez de recursos crediticios o financieros para el desarrollo pesquero. Tales factores han frenado notablemente el ritmo de desarrollo, particularmente en los países en desarrollo.
35. Al examinar las causas de la pesca excesiva en todo el mundo, el Comité concluyó que intervenían una serie de factores. Estos factores incluyen las dificultades con que se enfrentan algunos gobiernos para restringir el derecho de explotación de los pescadores y, por tanto, para redistribuir o cambiar su ingreso. Además, algunas decisiones sobre inversión pesquera se han basado a veces en expectativas demasiado optimistas con respecto a los recursos.
36. Se introdujo la idea de la ordenación pesquera orientada al aumento de las tasas de captura, además de la captura general. Mayores tasas de captura significan que se utiliza menos combustible y tiempo para obtener la misma captura, si bien tal vez haga falta reducir el esfuerzo, lo que resultaría penoso a corto plazo. Sin embargo, al cabo de varios años, esta política empieza a mostrar dividendos reales al hacer que los productos sean más competitivos en los mercados mundiales y liberar recursos financieros para otras finalidades.
37. Se señalaron las consecuencias que las fluctuaciones ambientales tienen para los usuarios de los recursos. Tales consecuencias incluyen los cambios en la composición en especies, tasas de distribución o pautas de migración, que son dificiles de predecir y frecuentemente trastornan las estrategias de pesca y mercadeo. Pueden afectar también a la cosecha por los países implicados de un recurso compartido. Se reconoció que la mejora de los conocimientos científicos básicos y la capacidad de pronosticar, cuando es posible, los fenómenos oceanográficos responsables (por ejemplo, el Niño), constituye una prioridad importante para la FAO, la cual debe trabajar en cooperación con otros organismos internacionales como la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI), la Unesco, la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) y otros organismos pesqueros internacionales, así como con los mismos gobiernos. Se llamó la atención sobre las necesidades cada vez mayores de otros usuarios del mismo país respecto de las ZEE y de las aguas interiores, en general, para la evacuación de residuos industriales, el turismo y la recolección de recursos no renovables. Estas necesidades, y el costo generalmente elevado y la demanda de las tierras ribereñas, tienen graves consecuencias para la pesca, los pescadores y la acuicultura. Se consideró que el único modo de evitar tales consecuencias es mediante una planificación integrada de todos los departamentos gubernamentales responsables del desarrollo y la planificación de todas las actividades relacionadas con el agua.
38. Las capturas de las especies comerciales más tradicionales se han estancado en muchas partes del mundo y en algunos caladeros las poblaciones están incluso explotadas excesivamente; por ello, las prioridades para una expansión de la pesca dependen, según se estimó, de dos políticas principales: en primer lugar, la ordenación debe estar encaminada a conservar y mejorar el rendimiento de las poblaciones que se están explotando actualmente y, en segundo lugar, el desarrollo de recursos nuevos y no explotados. Se reconoció en general que la aplicación de estas dos políticas está limitada por los datos sobre recursos disponibles actualmente. Por ello, se atribuyó alta prioridad a la expansión de la investigación para identificar nuevas poblaciones y describir mejor la biología y ecología de las que actualmente son objeto de la actividad pesquera.
Función de los Gobiernos en la Ordenación Pesquera
39. El Comité estuvo de acuerdo en que los gobiernos tienen una función decisiva, ya que tienen la responsabilidad de consultar y coordinar a todos los grupos de intereses nacionales, y también, en el plano internacional, de tratar de concertar los acuerdos necesarios sobre el uso de recursos, particularmente en el caso de una misma población o poblaciones de especies asociadas que se encuentran tanto en las zonas económicas exclusivas como en el área adyacente a ésta. Hay que asegurarse también de que se dispone de asesoramiento apropiado en el plano nacional (mediante programas de capacitación) y en el internacional (mediante cooperación e intercambios científicos por medio de organismos internacionales). Sin embargo, se reconoció que la formulación eficaz de objetivos y la aplicación de políticas pesqueras son posibles únicamente mediante la participación de la industria pesquera y de los mismos pescadores en el proceso de ordenación.
40. Señaló que, aunque los pescadores e inversionistas tienden naturalmente a obtener beneficios individuales inmediatos de la pesca, la respuesta de la misma pesquería, cuando se supera un determinado nivel de participación, puede conducir a una reducción progresiva de los beneficios a un estancamiento económico e incluso llevar en último término a un colapso de las poblaciones. Para mitigar esto, se consideró que la función de los gobiernos es la de asegurar que la asignación de beneficios esté en consonancia con la productividad de los recursos y redunde en beneficio de la comunidad en su conjunto.
41. El Comité hizo hincapié en la función que desempeñaban los organismos oficiales en la recogida de datos básicos para la identificación de nuevas pesquerías y para la vigilancia de las ya establecidas. Entre los datos que hay que reunir deberían figurar estadísticas sobre capturas, esfuerzo de pesca, dimensiones de la flota y número de pescadores, quizá deban estar complementados por actividades de reconocimiento pesquero, respaladadas por una sólida capacidad para el análisis y vigilancia de tendencias de las poblaciones. También se estimó que los gobiernos debían seguir de cerca las repercusiones que tenían en los recursos las fluctuaciones naturales del medio y la contaminación y que, en lo que se refiere a las aguas continentales, era necesaria una participación activa por parte de los departamentos pesqueros en la adopción de decisiones sobre la asignación del aprovechamiento de tierras y aguas, en la medida en que ello repercute en la pesquería. Esto entraña la dotación de la financiación suficiente para personal de investigación y trabajar en colaboración estrecha con los que se ocupan de orientar la ordenación y el desarrollo. Debería pedirse el asesoramiento de los científicos en relación con el proceso de planificación, teniendo en cuenta en la medida de lo posible la situación socio-económica determinada por los límites generales de producción y la conservación de los recursos.
42. El Comité debatió también la necesidad de una legislación nacional bien elaborada e integrada, con vistas a un desarrollo ordenado. Esta legislación podría armonizarse, siempre que sea posible, con la legislación de países vecinos, en las áreas relativas a las poblaciones compartidas. Al mismo tiempo se resaltaron las repercusiones negativas que reglamentos mal concebidos y excesivamente restrictivos tenían en el desarrollo pesquero. Se señaló que no sirve mucho elaborar reglamentos si no hay capacidad para hacerlos cumplir. Deberán tenerse en cuenta los gastos necesarios para hacer cumplir los reglamentos, sobre todo en relación con los beneficios que se espera obtener al desarrollar la pesquería.
Técnicas de ordenación
43. Un intercambio de experiencias sobre el particular durante el debate de este tema proporcionó algunas ideas para una adecuada ordenación pesquera. Estos intercambios deberían compartirse con carácter más oficial sobre la base de estudios monográficos, antes de la Conferencia Mundial sobre la Pesca y podrían estar complementados por intercambios o visitas cortas de administradores de países que tienen problemas pesqueros comunes. La FAO puede desempeñar aquí una función útil identificando, a solicitud de los gobiernos, las posibilidades de intercambio y disponibilidades de personal técnico capacitado en diversas materias.
44. Buena parte del debate se centró en los problemas de los recursos compartidos y en la necesidad de un enfoque coordinado para la ordenación de estas poblaciones. Evidentemente, el gran problema lo constituye el llegar a un acuerdo para que las capturas totales estén en consonancia con los rendimientos que se estima podrían sostenerse; pero constituye también un problema con el que tropiezan los gobiernos con poblaciones totalmente nacionales, cuando las demandas de grupos de interés suelen exceder del suministro potencial. La experiencia del Atlántico nord-oriental demostró que en una fase inicial de este proceso podía llegarse fácilmente a un acuerdo sobre asignaciones nacionales. Sin embargo, las capturas finales tendían a superar tanto las asignaciones convenidas mediante consulta internacional como las recomendadas por biólogos pesqueros, con lo que tenía lugar la pesca en exceso. Por ello, no se conseguía, una mejora inmediata del estado de los recursos.
45. Se reconoció que la diversificación de métodos de pesca es muchas veces fundamental para aprovechar al máximo los recursos. Los métodos pesqueros tradicionales “pasivos” o fijos están resultando aquí cada vez más atractivos, a medida que aumenta el coste del combustible. La asignación de zonas de pesca según el tipo de arte y la estación puede ser una forma de asegurar la conservación de los recursos o una mejor utilización, si hay problemas para hacer cumplir los reglamentos y dificultades en la asignación de cuotas. Sin embargo, algunas delegaciones consideraban que, en caso de conflicto entre los métodos, deberían adoptarse medidas de precaución hasta que se dispusiera de información suficiente para formular una política mejor. Dos delegaciones estimaron, sin embargo, que en tales circunstancias sería preferible adoptar un criterio de precaución como medida transitoria.
46. Se reconoció que la prestación de ayuda financiera en pequeñas unidades y a nivel apropiado al sector de la pequeña pesquería requería infraestructuras oficiales. Entre éstas figuran la organización de servicios de extensión, que servirían también para comunicar decisiones políticas a los pescadores y para facilitar información sobre métodos mejores de captura. En este punto se estimó que el concepto de cooperación es útil para mejorar la capacidad productiva de los pescadores y para facilitar la comunicación y acuerdos financieros entre el Gobierno y la industria.
47. El Comité estimó fundamental para la ordenación el acopio y análisis centralizados de los datos de todas las flotas que pescan un recurso común. Se han propuesto en algunas zonas centros de datos administrados conjuntamente, que permitan la financiación cooperativa de servicios estadísticos y que sirvan como un punto de coordinación para la capacitación y normalización regional de la recogida de datos sobre recursos. Se pidió el asesoramiento de la FAO para ayudar a crear y administrar estos órganos, que podrían llegar a adquirir un carácter más central en la organización del trabajo científico conjunto sobre la ordenación de estos recursos. Estos órganos podrían revestir la forma de juntas y comisiones con poderes de acción convenidos, si bien limitados. Podrían también constituir el punto de coordinación para reconocimientos regionales de buques de investigación, campañas de marcado, etc., y para la armonización de reglamentos nacionales si se solicita.
48. El representante de la COI dijo que se está organizando un curso práctico para sacar el mejor partido de los buques de investigación en la investigación pesquera. Organismos internacionales como la FAO y la COI están trabajando en colaboración muy estrecha, sobre todo en el campo del medio ambiente marino e investigación de recursos, y también en el estudio de problemas especiales como el fenómeno de El Niño, y se les está estimulando a coordinar y aprovechar los servicios y posibilidades de los órganos de pesca regionales y sub-regionales en la realización de esta tarea. El Comité estimó que estos órganos pueden desempeñar una función importante para preparar y coordinar la asistencia a la Conferencia Mundial sobre la Pesca del próximo año.
49. Se ratificó la utilidad de los órganos regionales de la FAO que, con el apoyo técnico adecuado, pueden continuar desempeñando una función decisiva en el intercambio de información, investigación y desarrollo de la industria pesquera, o incluso en la ordenación de poblaciones existentes, sobre todo si están compartidas por varios países. Algunos países propusieron una intervención más directa de la FAO en este campo, en el que aún no se dispone de los conocimientos técnicos necesarios y en donde el potencial pesquero quizá no llegue nunca a proporcionar los recursos necesarios para apoyar un aumento de la capacidad nacional. El principal obstáculo para una mayor ampliación de estas actividades lo constituye el problema de financiar estos proyectos de apoyo técnico, que se ha ido planteando en los últimos ciclos financieros.
50. Una tarea que se ha propuesto para los proyectos regionales de la FAO consiste en hacer un inventario del personal técnico y de los servicios nacionales y regionales como base para programas de CTPD entre países vecinos. Esto resulta particularmente fundamental, en el clima actual de restricción financiera, para aprovechar del mejor modo los recursos regionales, y para proporcionar la información y el marco general que los organismos donantes necesitan para la formulación y ejecución de proyectos.
51. Antes de presentarse este terna del programa, se hizo la propuesta de que no se lo examinara ya que trataba de cuestiones que son más políticas y jurídicas que puramente técnicas. Se sugirió asimismo que se retirara el documento COFI/83/5. En el debate que siguió se apoyó firmemente el que se mantuviera el tema del programa. Varias delegaciones propusieron que el documento COFI/83/5 no constituyera la base para los debates sobre este tema. En cambio, otras delegaciones no estuvieron de acuerdo. El Presidente decidió que se examinara el tema del programa, pero sin presentar el documento.
52. En los debates que siguieron, la mayoría de los delegados subrayaron la excepcional importancia del concepto central de los derechos soberanos de los Estados ribereños en lo que respecta a la exploración, explotación, conservación y ordenación de los recursos vivos de la zona económica exclusiva. La institución de zonas económicas exclusivas ofrece a los Estados ribereños oportunidades mayores de desarrollar sus pesquerías nacionales y de obtener todos los beneficios posibles para sus poblaciones. En este contexto, el Comité hizo hincapié en que debe darse primordial importancia al objetivo de desarrollar las pesquerías del propio país y las capacidades nacionales de captura en las zonas. Various delegados propusieron que la función primordial de la FAO debe ser la de ayudar a los Estados ribereños en desarrollo a crear su capacidad nacional, facilitándoles información sobre disponibilidad de recursos y el desarrollo de tecnologías y capacidad de gestión en general.
53. Varios delegados sugirieron que las cuestiones del acceso a los recursos pesqueros de las zonas económicas exclusivas se examinaran solamente como parte de la cuestión más amplia de la ordenación racional de los recursos vivos del mar, incluyendo en particular los problemas planteados por la ordenación y conservación de poblaciones que se hallan tanto dentro de las zonas económicas exclusivas como en alta mar fuera de tales zonas. Algunas delegaciones señalaron que, fuera de las zonas económicas exclusivas, la ordenación de estas poblaciones estaba sujeta al régimen de cooperación internacional previsto en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar en la parte relativa a la conservación de los recursos vivos en alta mar y que conforme a este régimen los estados ribereños y los demás estados tienen los mismos derechos a participar en tales pesquerías. El Comité recomendó que se ampliará en consecuencia el objeto del estudio que se iba a presentar a la Conferencia Mundial de Pesca en 1984, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
54. La mayoría de los delegados opinaron que la concesión de acceso a flotas pesqueras extranjeras a los recursos de las zonas económicas exclusivas de los Estados ribereños debía considerarse meramente como una fase transitoria. Se sugirieron diversas formas para poder accelerar esta fase, tales como la promoción de empresas conjuntas, acuerdos de transferencia de tecnología, y capacitación en investigaciones científicas y empleo de nacionales de los Estados ribereños en barcos extranjeros que pescan en la zona económica exclusiva. Los acuerdos de acceso deben tener en cuenta la necesidad de proteger la pesca nacional contra los efectos de una mayor competencia por los recursos. Además, se señaló la estrecha relación existente entre el acceso a los recursos y el acceso a los mercados. Varios delegados indicaron que en sus países se tardaría cierto tiempo en alcanzar los objetivos del desarrollo de la pesca nacional. Hasta entonces, no tendrían la capacidad pesquera nacional suficiente para aprovechar plenamente los recursos de sus zonas. Lo que trataban de conseguir es obtener de la explotación de tales recursos los máximos beneficios para sus poblaciones. En este contexto, continuarían aceptando flotas pesqueras extranjeras en sus zonas y, en algunos casos, trataban de concertar acuerdos a plazo más largo y más estables con otros Estados, en virtud de los cuales los Estados ribereños podrían obtener mayores beneficios económicos y controlar en mayor medida las operaciones pesqueras. Una delegación sugirió que podría facilitarse un análisis e inventario de las flotas pesqueras que actualmente pescan en aguas muy distantes a los Estados ribereños que deseen conceder el acceso a poblaciones poco explotadas de sus zonas.
55. El Comité convino en que es necesario conservar y utilizar racionalmente los recursos pesqueros en las zonas económicas exclusivas. Algunas delegaciones tomaron nota de que hay casos en que las flotas pesqueras extranjeras tienen que abandonar sus caladeros como consecuencia de unos derechos de pesca excesivos y una reglamentación difícil, y que algunos de estos caladeros se han utilizado poco o nada.
56. Una delegación estimó que, en algunas áreas, donde la pesca está próxima a la captura total permisible, un incremento en el nivel de pesca extranjera provocaría una disminución de la captura por unidad de esfuerzo en las operaciones pesqueras locales sobre la misma población. En otras, que son áreas abundantes, donde la pesca está en una fase rudimentaria o experimental o lejos de llegar a la captura total permisible, las pesca extranjera parece ser muy vantajosa tanto desde el punto de vista biológico como económico. La actividad pesquera extranjera dependerá del equilibrio entre las ventajas económicas y sociales y las desventajas consideradas aisladamente en un área determinada y durante un período dado de cooperación.
57. Varios países señalaron que no correspondía la inclusión del indicador Captura Total Permisible puesto que el mismo ha sido utilizado en la Convención sobre el Derecho del Mar en forma subordinada del concepto de la óptima utilización de los recursos vivos del mar que es la guía fundamental. Recordaron además que la aplicación y la determinación del concepto Captura Total Permisible, en la ZEE, es de estricta competencia del estado ribereño de conformidad con los derechos soberanos que tiene en ella.
58. Varias delegaciones describieron las dificultades con que se enfrentaban para ordenar sus nuevas zonas económicas exclusivas, a causa de la limitación de las capacidades administrativas y técnicas en sus países. Por ello, les resultaba difícil evaluar el estado de los recursos y las operaciones de pesca que se estaban realizando en sus zonas, así como controlar eficazmente tales operaciones. Varias delegaciones expresaron las dificultades que encuentran en obtener datos sobre capturas realizadas en las zonas por las embarcaciones de estados que faenan a gran altura. El Comité subrayó la necesidad de que los Estados ribereños en desarrollo dispongan de más información sobre los recursos y operaciones pesqueras en sus zonas y en las zonas de alta mar adyacentes y recomendó que la FAO haga todo lo posible para incrementar el flujo de información sobre estos asuntos.
59. El Comité reconoció la importancia de incrementar la cooperación regional para plantear los problemas de la ordenación, conservación y explotación de la pesca y del control de las operaciones pesqueras de barcos extranjeros. El Comité también reconoció que la cooperación podría incluir la armonización de la legislación pesquera a nivel sub-regional o regional, y de establecer mecanismos de cooperación regional que refuercen el control de los Estados ribereños sobre las operaciones de los pesqueros extranjeros, con los mínimos costos administrativos para todas las partes interesadas.
60. Se señaló que el acceso de las flotas extranjeras a las zonas económicas exclusivas de un estado ribereño debe necesariamente llevar consigo la cooperación entre las partes interesadas.
61. Muchas delegaciones apoyaron el concepto de registros nacionales de barcos pesqueros extranjeros, como una de las técnicas para facilitar el cumplimiento de los reglamentos. Se señaló que se había establecido ya dicho registro para una amplia zona del Pacífico sur y que se estaba mejorando así la capacidad de los Estados de asegurar el cumplimiento de los reglamentos. Varios delegados de otras regiones expresaron interés por adoptar registros análogos en un ámbito regional o sub-regional.
62. Varias delegaciones instaron a que se hiciera lo posible por procurar que los estados del pabellón acepten la responsabilidad de disuadir a sus barcos de pesca para que no violen las leyes de pesca de los estados ribereños; en realidad esto facilitaría también mucho la tarea de hacer cumplir los requisitos del Estado ribereño. Unos pocos delegados de países con flotas pesqueras que pescan en aguas muy distantes describieron las medidas legislativas y reglamentarias que habían adoptado para asegurar que sus barcos cumplan los acuerdos concertados con los Estados ribereños.
63. Se señaló asimismo que los Estados ribereños pueden ayudar a asegurar la intervención del Estado del pabellón para controlar sus barcos exigiendo que los acuerdos de acceso se concierten en el contexto de acuerdos entre gobierno y gobierno, en que figuren claúsulas sobre esa responsabilidad.
64. Algunas delegaciones sugirieron que a los patrones de barcos pesqueros que, cuando quebrantan las leyes de pesca faenando en zonas de otros Estados ribereños, el Estado del pabellón les podría exigir que vuelvan al Estado ribereño para ser juzgados por los tribunales del Estado ribereño. Sin embargo, otras delegaciones no se mostraron partidiarias de esta exigencia.
65. Numerosas delegaciones mencionaron la necesidad de más información sobre las condiciones de acceso y sobre la legislación de los Estados ribereños en materia de acceso. Varias señalaron que los debates sobre el tema del programa les interesaba especialmente para ampliar sus conocimientos sobre las formas en que otros Estados ribereños abordan los problemas del acceso. Se apoyó firmemente que la FAO siga desempeñando la función de recoger y difundir información sobre los requisitos y la legislación de los Estados ribereños en materia de condiciones de acceso. Algunas delegaciones sugirieron que podría facilitarse la difusión de información celebrando seminarios regionales y sub-regionales. Varias delegaciones se refirieron al hecho de que el nuevo régimen internacional pesquero aconsejaba revisar o renovar su legislación. Se señaló la importancia de la legislación no sólo para que los Estados ribereños lleguen a utilizar racionalmente sus ZEE, sino también para que los Estados con flotas que pescan en aguas muy distantes lleguen a implantar la responsabilidad del Estado del pabellón. Varias delegaciones expresaron su reconocimiento por la asistencia que prestaba la FAO a este respecto.
66. Varias delegaciones observaron que el uniformar y destacar más los distintivos de los barcos que pescan en aguas muy distantes podría facilitar mucho, y con costos muy bajos, la tarea de hacer cumplir los reglamentos. Se sugirió que este marcado podría basarse en señales de llamada por radio para cada barco. Era este un asunto que podría tratarse en la fase política de la Conferencia Mundial de Pesca y ser objeto y de una resolución de la Conferencia.
67. Varias delegaciones estimaron que los programas de observadores serían un mecanismo útil para asegurarse de que los barcos extranjeros de pesca cumplan su legislación pesquera y acuerdos de acceso. Una delegación explicó que el costo de destacar observadores podría ser sufragado por el barco extranjero correspondiente.
68. Algunas delegaciones consideraron importante insistir en el espiritu del artículo 300 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar relativo a la buena fe con que los Estados parte deben cumplir las obligaciones contraídas de conformidad con la Convención y en el ejercicio de los derechos, jurisdicción y libertades reconocidas en ella de manera que no constituya un abuso del derecho.
69. El Comité hizo hincapié en que las pesquerías de pequeña escala constituyen una de las esferas prioritarias en el contexto del desarrollo y ordenación pesqueros, y que ello debe reflejarse en la estrategia de ordenación y desarrollo pesqueros y en los programas de acción con ella relacionados. La Conferencia Mundial sobre Ordenación y Desarrollo Pesqueros presentaba una oportunidad tempestiva y valiosa de examinar la función y las necesidades de las pesquerías de pequeña escala y destacar su importancia en el contexto del desarrollo social y ecnómico de los Estados Miembros.
70. El Comité tomó nota de que en muchos países el pescado desembarcado por la pesca de pequeña escala es la fuente principal de proteínas animales disponible para la población local. Subrayó asimismo la importancia de las pesquerías de pequeña escala para crear empleo.
71. La experiencia de muchos países había sido que es muy difícil reducir el número de pescadores en actividad, como un medio posible de limitar la presión de pescas en los escasos recursos. A veces puede conseguirse una redistribución de la mano de obra proporcionando empleo en la elaboración, comercialización, maricultura o en otros sectores auxiliares análogos.
72. Se señaló que, aunque frecuentemente en las reuniones internacionales se hace hincapié en la pesca de captura en el mar, la producción de las aguas continentales es muy importante para muchos países. A este respecto, se recalcó que se necesita incrementar la cooperación en investigación, ordenación y desarrollo en los casos en que las vías de aguas continentales y los lagos estén compartidos por varios países.
73. El Comité estuvo de acuerdo en que era esencial adoptar un enfoque integrado para conseguir un desarrollo sostenido y la ordenación de la pesca en pequeña escala. Dicha integración debería incluir no sólo componentes de la cadena de producción (ordenación de recursos, captura, elaboración, transporte, mercadeo, crédito y suministro de insumos), sino también el bienestar social y económico de las personas dedicadas a la pesca en pequeña escala. Es esencial disponer de conocimientos técnicos sobre los aspectos humanos, sociales y socioeconómicos y hay que obtenerlos desde el comienzo de los proyectos de desarrollo para facilitar la participación comunitaria en la planificación. Contribuirían también a movilizar conocimientos técnicos locales y a conseguir la participación apropiada de las mujeres en el proceso de desarrollo. Las organizaciones no gubernamentales pueden contribuir eficazmente y a bajo costo a un enfoque integrado a nivel de aldeas. Se reconoció que el mejoramiento sostenido de este sector suele requerir asistencia por largos períodos de tiempo y se citaron ejemplos en que de ello había derivado un notable éxito socioeconómico.
74. En lo que respecta a los recursos pesqueros y su ordenación, al Comité señaló la importancia de una constante evaluación de poblaciones como base sobre la que construir y revisar el desarrollo de las pesquerías en pequeña escala y los planes de ordenación. Aunque sigue habiendo importantes poblaciones infrautilizadas en algunas zonas, es más común que haya una presión excesiva de pesca sobre poblaciones limitadas. Es necesaria una ordenación, y se subrayó que, en la medida de lo posible, es preciso formular medidas regulatorias en consulta estrecha con los pescadores, para asegurar su aplicación. En lo que se respecta a lagunas, estuarios y ríos hay frecuentemente una necesidad particular de protección tanto contra el exceso de pesca como contra la contaminación. Los pescadores de pequeña escala se encuentran frecuentemente en competencia por el mismo recurso cercano a la costa con barcos pesqueros industrializados y de escala media, y necesitan una protección regulatoria. Sigue habiendo en muchas zonas sistemas tradicionales de ordenación pesquera y a veces pueden utilizarse como modelos para otras zonas. Algunos países consideraban que la FAO puede ayudarles a redactar reglamentos de ordenación para la protección de la pesca de pequeña escala.
75. El Comité tomó nota de que seguía representando un problema la adquisición de las buenas bases de datos que hacen falta para la ordenación. El carácter multiespecies que tienen muchas pesquerías, especialmente en zonas tropicales, exige nuevos métodos analíticos. Se necesita cooperación técnica y capacitación a este respecto.
76. El Comité prestó atención especial a la necesidad de cooperación internacional en el desarrollo de administraciones pesqueras eficaces. Se subrayó la necesidad de capacitación de administradores y gestores de organizaciones y empresas para el sector de la pesca en pequeña escala. La falta de estos conocimientos técnicos está limitando la capacidad de absorción de muchos países en desarrollo. Esta capacitación es particularmente úrgente para pequeños estados insulares, y se sugirió que la organización de programas regionales de capacitación y de grupos regionales de expertos de alto nivel, con asistencia de la FAO, podría acelerar las mejoras.
77. Los problemas planteados por las exigencias físicas de muchas pesquerías de pequeña escala crean la necesidad continua de trabajar en la mejora y adaptación de los barcos y artes a unas condiciones en cambio continuo. Deberían utilizarse al máximo los materiales y fuentes de energía disponibles localmente. Se tomó nota de la útil labor llevada a cabo ya por la FAO y otros órganos a este respecto y se sugirió que se organicen, con asistencia de la FAO y otros organismos internacionales, cursos regionales de capacitación en construcción y manejo de embarcaciones.
78. El Comité destacó la importancia de aplicar métodos mejorados de manipulación, elaboración, transporte y comercialización del pescado en las pesquerías en pequeña escala para reducir las pérdidas después de la captura. Algunas pesquerías no se desarrollan por la falta de redes de transporte y de distribución adecuadas. Se solicitó la asistencia de la FAO para ayudar a establecer sistemas de comercialización eficaces y bien organizados. El incremento de la asistencia en estos aspectos era una de las posibilidades más importantes para aumentar los suministros de peces comestibles en beneficio de la población de las zonas rurales y costeras.
79. La falta de financiación y líneas de crédito adecuadas imponía graves limitaciones al mejoramiento de la condición de los pequeños pescadores. Con el fin de ayudar a los pescadores en pequeña escala se han aplicado diversos planes distintos de las formas tradicionales de crédito, incluida la subvención de embarcaciones, equipo y combustible, la concesión de préstamos por conducto de los bancos rurales y las cooperativas de pescadores y la exención del pago de los derechos de importación e impuestos. La falta de las divisas necesarias para importar repuestos, materiales y combustible estaba afectando gravemente al pescador.
80. Se consideró esencial la asistencia y el apoyo que los gobiernos de los países interesados puedan prestar a las pesquerías en pequeña escala. Además de apoyo por medio de la ordenación de recursos, subvenciones y créditos, se necesitaba de los gobiernos asistencia técnica, capacitación, reglamentación de los mercados y una infraestructura en tierra. En este contexto, varias delegaciones comunicaron que se habían establecido centros pesqueros comunitarios con el fin de proporcionar apoyo técnico e insumos de producción a las comunidades pesqueras circundantes.
81. El Comité destacó la importancia de las organizaciones de pescadores en el contexto del desarrollo. Las cooperativas no siempre habían tenido éxito, pero muchas delegaciones se refirieron a ellas como posibles estructuras orgánicas que recibieran un importante apoyo gubernamental. Se estaban realizando muchos experimentos con otros tipos de organizaciones de pescadores, desde “sociedades de servicios de extensión pesquera” hasta empresas estatales para las pesquerías en pequeña escala. Con frecuencia era difícil convencer a los pescadores en pequeña escala para que se agruparan, y era evidente la necesidad de una orientación y capacitación sólidas y eficaces en apoyo de las organizaciones de pescadores y para la plena participación de éstos y de las mujeres en su propia organización.
82. El Comité consideró que los servicios de extensión eran uno de los eslabones más débiles de la estructura actual de desarrollo de las pesquerías en pequeña escala. Muchos servicios de extensión carecían de un planteamiento sistemático y de un marco orgánico, así como de supervisores capacitados y de agentes de extensión especializados que estuvieran dispuestos a vivir y trabajar en las aldeas. Frecuentemente los servicios de extensión no estaban bien integrados en los planes de desarrollo de las pesquerías en pequeña escala. Se requería asistencia para la capacitación de nuevos agentes de extensión y el perfeccionamiento de los que ya trabajaban sobre el terreno.
83. El Comité señaló que la capacitación era un elemento esencial para el mejoramiento de todos los aspectos de las pesquerías en pequeña escala. Aunque la capacitación de los propios pescadores en pequeña escala incumbía necesariamente a los propios países, había un amplio campo para la cooperación internacional en la capacitación de oficiales pesqueros, especialistas técnicos y administradores a todos los niveles. Debía desarrollarse en mayor medida un amplio intercambio, en el marco de la CTPD, de expertos, la utilización de especialistas de la región como instructores en talleres regionales y la utilización de centros técnicos regionales para la capacitación de especialistas de alto nivel. Era importante asegurarse de que las personas capacitadas se utilizaban debidamente y de que se les proporcionaban los instrumentos esenciales para que aplicaran adecuadamente los conocimientos adquiridos.
84. Se hizo referencia a la entrega frecuentemente lenta de los insumos para proyectos por parte de los organismos financieros y ejecutivos internacionales. El Comité recomendó que se trataran de hallar los medios de acelerar la ejecución de los proyectos. También, cuando sea posible, se tengan en cuenta otras formas como el establecimiento de fondos regionales o sub-regionales para el desarrollo de las pesquerías de pesqueña escala
85. El Comité consideró que incumbía a la FAO desempeñar una función importante en la prestación de asistencia a los países miembros para el desarrollo y ordenación de las pesquerías en pequeña escala. La intervención de la FAO debería comprender una función catalizadora, de asesoramiento, de capacitación y de demostración en todos los aspectos de las pesquerías en pequeña escala. Se prestó especial atención a la necesidad de asistencia en la planificación de los proyectos y la coordinación de los grupos regionales.
86. El debate sobre este tema del programa se inició con una presentación del documento COFI/83/7. El Comité consideró que en general el documento constituía una base útil para el debate. Sin embargo, algunas delegaciones expresaron su preocupación en relación con algunos puntos concretos. Se consideró inapropiado mencionar los problemas relacionados con el establecimiento de puntos de referencia para delimitar zonas económicas. También se sugirió que el examen de grupos de pequeños estados insulares en desarrollo no debía limitarse a unas pocas regiones sino que debía incluir a todos los países insulares en desarrollo del mundo.
87. El Comité reconoció los problemas especiales de los pesqueños estados insulares en desarrollo, inclusive la escasez de personal capacitado, las dificultades de obtener información sobre los recursos, el aislamiento y la necesidad de enfoques regionales, la falta de infraestructura y las consiguientes dificultades para desarrollar sus propias industrias pesqueras, y los problemas de las comunicaciones y del transporte.
88. Varias delegaciones de estados insulares en desarrollo destacaron la necesidad de la capacitación, especialmente en lo que respecta al fortalecimiento de instituciones para la ordenación y desarrollo de sus ZEE. Se hizo referencia a la necesidad de coordinar la ayuda extranjera con miras a lograr un planteamiento integrado y coordinado del desarrollo y la ordenación. Algunas delegaciones solicitaron capacitación en el desarrollo de nuevas técnicas de pesca adecuadas a sus situaciones particulares. Se hizo una sugerencia en el sentido de que se podría facilitar la capacitación mediante el intercambio de información entre distintos grupos de estados insulares.
89. Muchas delegaciones destacaron los beneficios que se derivarían de la cooperación regional entre los pequeños estados insulares en desarrollo. Podrían lograrse economías de escala mediante una cooperación de este tipo en diversas cuestiones, como la investigación y el seguimiento, el control y la vigilancia. Se señalaron los beneficios derivados de tal cooperación en la región del Pacífico meridional, y otras agrupaciones regionales de estados expresaron gran interés en las posibilidades de adoptar enfoques análogos.
90. El Comité destacó en general la necesidad de mejorar la información sobre los recursos y su evaluación. Se hizo especial referencia a la necesidad de desarrollar modelos de evaluación de las poblaciones adaptados a las condiciones especiales de los atolones de coral.
91. Se mencionó la armonización de la legislación como una esfera de particular interés. Varias delegaciones experesaron su agradecimiento a la FAO por la ayuda que sus países habían recibido en la preparación de la legislación relativa al uso de sus recursos en sus ZEE. Hubo acuerdo general en que este tipo de asistencia era especialmente valiosa y debería mantenerse.
92. La mayoría de las delegaciones indicaron que su objetivo a largo plazo era desarrollar su propia capacidad para cosechar, elaborar y comercializar los recursos pesqueros, especialmente el atún, de sus ZEE. Consideraron que, entretanto, podrían obtener importantes beneficios permitiendo la pesca extranjera en sus zonas. Se sugirió que la FAO podría desempeñar una función útil examinando de qué otros medios los estados insulares podrían obtener beneficios de la pesca extranjera.
93. Se destacó la necesidad de recibir asistencia para el desarrollo de sus propias pesquerías. Se mencionaron varios tipos de asistencia: cultivo de peces para cebo; mejoras de los dispositivos para agrupar peces; tamaño y tipo óptimos de los buques atuneros; elaboración, información sobre los mercados y mejoramiento del acceso a éstos; nuevas técnicas de pesca adecuadas a las pesquerías en pequeña escala, etc.
94. Se expresó agradecimiento a la FAO por la especial atención que estaba prestando a los problemas de los pequeños estados insulares en desarrollo y por las actividades pertinentes del Programa de ZEE. Se sugirió que la FAO concediera más atención en su Programa Ordinario a las esferas de particular interés para los pequeños estados insulares en desarrollo y se acordó que el tratamiento de sus problemas específicos debería reflejarse de manera apropiada en la estrategia y los programas de acción que se presenten a la Conferencia Mundial de Pesca.
95. Los temas de la pesca continental y la acuicultura fueron examinados tomando como base el document COFI 83/8. Se consideró que los dos asuntos examinados en este tema del programa eran lo suficientemente diferentes como para merecer un tratamiento separado. Aunque en algunas regiones se sobreponen las prácticas de captura y cultivo y no es clara la distinción entre ambas, la pesca continental, a juicio de la reunión, se ocupa en general solamente de las actividades de captura realizadas en aguas continentales, mientras la acuicultura incluye todas las formas de cría artificial de peces, en aguas tanto continentales como marinas.
Pesca continental
96. Se reconoció ampliamente la importancia del pescado de agua dulce como un elemento de la dieta en muchos países. Esta fuente de proteínas es de particular importancia para los sectores más pobres de la comunidad y en las zonas más alejadas del mar, tales como los estados sin acceso al mar, o también en países cuyos recursos marinos son pobres. En vista de esta importancia, el Comité puso de relieve que en la fase final de política de la Conferencia Mundial de Pesca se debía prestar especial atención a la función de las pesquerías continentales.
97. Al examinar los problemas del desarrollo y la ordenación de la pesca de captura en aguas continentales, los delegados consideraron que tales problemas eran tan parecidos a los de las pesquerías marinas de pequeña escala, examinados en el tema 4(d) del programa, que no merecían un ulterior examen aquí. No obstante, quedaban por tratar varios aspectos peculiares a la pesca continental.
98. Un problema experimentado por la mayoría de los países se relaciona con el uso de las aguas continentales para una serie de finalidades distintas de la pesca. Muchas de ellas reducen activamente las poblaciones de peces a causa de la contaminación o degradación ambiental, si bien no siempre ocurre esto, pues se citaron casos, como los de los arrozales o embalses, en que las intervenciones humanas incrementan también la capacidad de producción pesquera por captura o cultivo. Dado que la pesca es solamente un uso entre muchos en tales circunstancias, se expresó firmemente la opinión de que los planificadores de la pesca deben participar activamente a nivel nacional e internacional en las decisiones relacionadas con el desarrollo integrado de cuencas, para garantizar que se reserve para la pesca una cantidad suficiente de agua de calidad adecuada.
99. A juicio del Comité, los problemas concretos de cuerpos de agua que se hallan dentro de más de un país, y que incluyen las poblaciones migratorias y la transmisión de repercusiones ambientales desfavorables aguas abajo, deberían ser abordados por grupos internacionales de los países de la cuenca, que podrían actuar con los auspicios de los organismos regionales pesqueros. Se consideró asimismo que los organismos regionales pesqueros son los mecanismos apropiados para la cooperación en el desarrollo y la ordenación de recursos de aguas continentales que se encuentran en los límites fronterizos de dos o más países haciendo particularmente hincapié en el uso de tales mecanismos para que los países ribereños desarrollen la investigación y ordenación de la pesca en los grandes lagos africanos.
100. Se expresó preocupación por el impacto de las especies introducidas en la ecología de las especies nativas; sin embargo, se citaron varios ejemplos en que valiosas pesquerías de captura se habían basado en nuevas especies introducidas en las aguas de algunos países. Además, la práctica acuícola actual está basada en relativamente pocas especies que han sido trasplantadas en gran medida fuera de sus ambientes nativos. Se apoyaron los esfuerzos de la FAO para estimular un enfoque prudente de ulteriores introducciones.
101. La expansión de la explotación y la protección de las poblaciones de peces continentales están limitadas en muchos países miembros por la falta de prospecciones y de modelos adecuados para la evaluación de sus estudios y para su ordenación. Se pidió a la FAO que continúe prestando ayuda a los Estados Miembros en estas actividades, mediante su programa ordinario y, cuando se dispone de fondos, mediante su programa de campo. Como sectores especiales en que se deja sentir la falta de tales técnicas, se señalaron la evaluación y ordenación de poblaciones de especies anádromas, recursos de ríos, lagunas costeras y embalses de creación reciente.
102. Como en otros sectores, la falta de personal capacitado para la investigación y ordenación de la pesca continental se deja sentir en muchos países. Se pidió a la FAO que amplíe, cuando es posible, sus actividades de capacitación en estas materias a los niveles de extensionistas, científicos y administradores pesqueros y al nivel de los oficiales de rango superior encargados de planificar la asignación de los recursos acuáticos. Hay que complementar las actividades directas con el intercambio de experiencias y conocimientos técnicos entre los países mediante la CTPD.
Acuicultura
103. La mayoría de las delegaciones subrayaron la importancia de la acuicultura por muchas razones que varían de un determinado país a otro. En los países sin acceso al mar, en particular, se hace hincapié en la acuicultura como fuente disponible de alimentos tanto en las zonas rurales como en las urbanas, así como fuente de empleo, ingresos y divisas. Se señaló asimismo que la acuicultura, al ser flexible en su forma y escala de producción, es muy adaptable a los granjeros rurales. Se destacó igualmente la función que la mujer puede desempeñar en esta actividad y se señaló que la intervención de las mujeres en la acuicultura hace que se destine más pescado al consumo familiar. Por último, varios delegados hicieron hincapié en el valor de la acuicultura para compensar o complementar la disminución de las capturas tanto en agua dulce como en ambientes marinos.
104. Existen todavía muchas limitaciones para el desarrollo de la acuicultura, las cuales fueron subrayadas por los delegados. La contaminación constituye una amenaza para la calidad de los suministros de agua. En los países en desarrollo, hay una escasez general de los principales insumos, como semillas y piensos. Dado que el desarrollo de la acuicultura es relativamente reciente, existen todavía importantes limitaciones tecnológicas, tales como el control del ciclo vital completo de muchos de los organismos cultivados y demostraciones de la viabilidad económica de los sistemas de cultivo conocidos. Hay falta de personal capacitado en todos los niveles. En la mayoría de los países, las limitaciones financieras representan también un obstáculo importante, tanto a nivel gubernamental, para apoyar suficientemente el desarrollo de la acuicultura, como a nivel privado, para generar inversiones en este sector.
105. El Comité estuvo de acuerdo en que la acuicultura merece que se le preste una atención mucho mayor de la que recibe actualmente de muchas dependencias gubernamentales de planificación y organismos donantes. La Conferencia Mundial de Pesca deberá desempeñar una función importante para fomentar el desarrollo de la acuicultura pidiendo a los gobiernos que emprendan, si no lo han hecho todavía, un análisis de alto nivel acerca de la importancia del desarrollo acuícola en su propio país, seguido de la formulación de una política acuícola y de planes para ponerla en práctica.
106. El Comité subrayó la necesidad de integrar la acuicultura en programas de desarrollo rural, haciendo intervenir a los grupos destinatarios, lo mismo que a la amplia variedad de expertos necesarios, en la planificación de tales programas.
107. La mayoría de las delegaciones señalaron la necesidad de más asistencia técnica y financiera encaminada a conseguir el desarrollo de la acuicultura mediante la investigación, la capacitación y demostraciones. El Comité recomendó que la Conferencia Mundial de Pesca haga una petición especial a los grupos donantes y organismos internacionales para que incrementen su apoyo, trabajando en cooperación más estrecha y completa con los gobiernos de los países en desarrollo para identificar proyectos o programas que estén en consonancia con sus políticas y que pueda esperarse razonablemente que perduren lo suficiente para conseguir los objetivos previstos.
108. A este respecto, varios países elogiaron la calidad de la asistencia prestada por la FAO en el sector de la acuicultura. Se apreciaron en particular los esfuerzos encaminados a difundir información y organizar la capacitación. El establecimiento de una red mundial de centros regionales de capacitación e investigación acuícolas fue considerado como un logro importante que ha de reforzarse en el futuro con la creación de nuevos centros y mediante su vinculación con centros nacionales. Hubo acuerdo general en que deben encontrarse acuerdos financieros y de otro tipo a largo plazo para garantizar la continuidad de estas redes. Se expresó asimismo el deseo de que dentro de la misma FAO se dé más prioridad a la acuicultura, haciendo especial hincapié en el desarrollo de unidades de pequeña escala.
109. El Comité hizo suya la estrategia de desarrollo de la acuicultura adoptada en la Conferencia celebrada en Kyoto y sugirió que formara parte de la Estrategia propuesta para la ordenación y el desarrollo de la pesca, que se examinará en la fase normativa de la Conferencia Mundial de Pesca. Reconociendo el potencial acuícola desaprovechado en estanques, lagos y zonas costeras, el Comité recomendó que en un próximo futuro se celebrara un Año Internacional de la Acuicultura para centrar la atención en la necesidad de investigaciones experimentales, en la iniciación de proyectos piloto y definitivos y en una mayor corriente de crédito hacia los órganos financieros internacionales para elevar la producción.
110. Se examinó el tema tomando como base los documentos COFI/83/9 y COFI/83/Inf.5, referentes a la estructura actual del comercio internacional, los principales productos, los principales problemas y posibles medidas para reducir su impacto negativo en el comercio. El Comité consideró que diversas medidas sugeridas para mejorar la participación y los resultados de los países en desarrollo en el comercio internacional estaban en consonancia con las recomendaciones y decisiones de varias conferencias internacionales, por ejemplo, la Declaración del Comité de Acción de Productos del Mar y de Agua Dulce del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) de Panamá de 1983, el Programa de Acción de Caracas sobre Cooperación Económica entre países en desarrollo de 1981 y el Tratado de Montevideo de 1980 constitutivo de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
111. En vista de la importancia que se espera que la Conferencia Mundial de Pesca atribuya a los aspectos del comercio internacional, se hizo la sugerencia de que estudios sobre los temas siguientes podrían servir como material de base para preparar la documentación pertinente: posibilidades de mejorar la estructura del comercio internacional de pescado y productos pesqueros; mejora de la relación de intercambio para los productos pesqueros; situación financiera de la industria pesquera mundial; posibilidades de comercio de trueque y promoción de las exportaciones de pescado; y acuerdos para financiar las exportaciones, teniendo en cuenta los intereses y necesidades de los países en desarrollo exportadores de productos pesqueros.
112. Se pidió a la FAO que examinara determinadas barreras comerciales y elaborara propuestas sobre el modo de superarlas.
113. Uno de los principales problemas del comercio era la dificultad para algunos países en desarrollo de conseguir grados de calidad coherentes y bien definidos. No obstante, había ejemplos alentadores de industrias que alcanzaban esta meta, y se señaló que hay casos frecuentes en que los importadores u organizaciones de países desarrollados ofrecen cooperación técnica y capacitación a sus abastecedores en el mundo en desarrollo. Varias delegaciones expresaron su disposición a continuar y ampliar la cooperación técnica que sus países brindan en este campo.
114. La elaboración de criterios para un comercio equitativo, incluyendo la armonización de procedimientos y reglamentos de inspección, y el suministro de asesoramiento técnico sobre manipulación y elaboración del pescado, se consideraron como una esfera prioritaria para las actividades de la FAO en el desarrollo del comercio pesquero.
115. Hubo acuerdo unánime en que el comercio internacional de productos pesqueros ofrece grandes posibilidades de cooperación técnica y económica entre los países en desarrollo, así como entre éstos y los industrializados. De particular importancia a este respecto son los servicios regionales de información sobre comercialización del pescado establecidos por la FAO. Países de las regiones de Asia y el Pacífico y América Latina reconocieron el valor de los servicios existentes. Hubo acuerdo en que deberían mantenerse y ampliarse tales servicios. Debería hacerse lo posible para establecer servicios análogos para Africa y los países árabes, tan pronto como sea posible. Se consideró que los servicios regionales de información sobre mercadeo son un medio adecuado para fomentar la colaboración regional en asuntos de comercio pesquero; la FAO proveería a la coordinación mundial entre los sistemas regionales. Se consideró que el sistema propuesto de indicadores internacionales del mercado del pescado sería extremadamente útil para reforzar una afluencia ordenada de productos pesqueros en los mercados internacionales.
116. Teniendo en cuenta la especial naturaleza del pescado y de los productos pesqueros, las actividades de la FAO relacionadas con la promoción de su comercio deberían coordinarse con las de organizaciones regionales e internacionales interesadas, como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), el Centro de Comercio Internacional (CCI), la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (CESPAP), el Comité de Acción de Productos del Mar y Agua Dulce del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), la Agencia Pesquera del Forum para el Pacífico Sur (FFA), y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
117. Se consideró en general que el nivel actual del comercio interregional de pescado es demasiado bajo y hubo acuerdo en que deberían hacerse esfuerzos serios para fomentar el comercio entre países en desarrollo dentro de las regiones y entre ellas. Para la promoción del comercio intraregional, tendrían particular importancia la información y la función asesora de los servicios regionales.
118. Las delegaciones señalaron una serie de factores que obstaculizan las exportaciones en sus respectivos países. Uno de los más notables parecía ser el cumplimiento de los requisitos de calidad. Otros factores que se citaron fueron la financiación de las exportaciones y las condiciones del mercado temporalmente adversas. Se reconoció en general la necesidad de diversificar las exportaciones tanto en lo que respecta a productos como a mercados, así como la cuestión del acceso a los mercados, dándosele a éstos una mayor transparencia. Algunas delegaciones señalaron la vinculación existente entre el acceso a los recursos y el acceso a los mercados. Muchas delegaciones reconocieron la necesidad de esforzarse por eliminar barreras arancelarias y no arancelarias que dificultan el comercio internacional de productos pesqueros y las exportaciones de los países en desarrollo. Algunas delegaciones insistieron en la necesidad de que se eliminen otras barreras comerciales cuando se apliquen como sanciones al ejercicio de sus derechos soberanos sobre los recursos de sus ZEE, reconocidos por el derecho internacional. Algunas delegaciones opinaron que la FAO no debería duplicar la labor sobre barreras arancelarias, que son objeto de estudio de otros organismos.
119. Una delegación mencionó que, a consecuencia de los cambios recientes en la Ley del Mar, las condiciones de competitividad entre países desarrollados han sido afectados. Concesiones unilaterales de mercado tendrán para estos países implicaciones ulteriores en este aspecto.
120. Se reconoció que el problema principal para el fomento del comercio internacional de los productos pesqueros radica en la existencia de un mercado de importación sumamente concentrado tanto por lo que respecta al número de países como al valor de las importaciones.
121. Hubo consenso en que sería muy valioso un marco multilateral para celebrar consultas sobre asuntos de comercio pesquero, basado en acuerdos regionales. Varias delegaciones indicaron que el establecimiento de un grupo intergubernamental sobre productos pesqueros a nivel mundial requeriría un estudio ulterior. Se pidió a la Secretaría que hiciera analizar este asunto por un grupo ad hoc de especialistas. El estudio podría incluir el examen de la posibilidad de que dicho grupo intergubernamental actuara como un organismo internacional de productos básicos en el marco del Fondo Común de la UNCTAD para los Productos Básicos, aunque evitando cualquier duplicación con órganos intergubernamentales. Quedó entendido que podría pasar todavía cierto tiempo antes de que el Fondo llegara a ser operative. El Comité pidió a la Secretaría que preparara para la Conferencia Mundial de Pesca un documento sobre el posible mandato y las repercusiones financieras y de otra índole que tendría un grupo intergubernamental.
122. Los observadores del GATT y de la OCDE dieron cuenta de la labor que estaban realizando sus organizaciones en el sector del comercio internacional pesquero.
123. Algunas delegaciones consideraron recomendable utilizar preferencias regionales entre países en desarrollo a nivel intra e interregional para fomentar el comercio de productos pesqueros. De acuerdo con algunas experiencias regionales actuales, se hizo mención de los acuerdos por productos pesqueros o grupos de productos mediante acciones de alcance global o parcial que se utilizan dentro del marco de la ALADI.
124. El Comité examinó, teniendo en cuenta el documento COFI 83/10, las necesidades actuales y futuras de cooperación entre países en materia de investigaciones, ordenación y desarrollo de la pesca. Examinó las recientes experiencias con los actuales mecanismos para dicha cooperación y estudió las medidas necesarias que han de tomar los gobiernos, la FAO y otros organismos internacionales para promover la ulterior colaboración internacional en la pesca.
125. A este respecto, el Comité destacó que uno de los principales objetivos de la Conferencia Mundial de Pesca de la FAO era promover la cooperación internacional en materia de pesca entre los países en desarrollo y desarrollados y entre los propios países en desarrollo, con objeto de mejorar la autosuficiencia de estos últimos en cuanto a ordenar y desarrollar sus pesquerías.
126. El Comité reconoció que, como consecuencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, las decisiones relativas a la explotación, ordenación y aprovechamiento de los recursos ícticos en Zonas Económicas Exclusivas derivan de los derechos soberanos de los estados ribereños respectivos. El Comité convino en que la introducción de un nuevo régimen, junto con la creciente complejidad de las cuestiones y problemas pesqueros, como es el caso de la ordenación de las poblaciones compartidas y de especies altamente migratorias, los que deberán resolverse de conformidad los Artículos 63, 64 y otros artículos pertinentes de la Convención del Derecho del Mar de 1982, había aumentado la importancia de la cooperación internacional en cuestiones pesqueras.
127. El Comité observó que, aunque es necesaria la investigación de los aspectos científicos, técnicos y socioeconómicos de la pesca para el desarrollo pesquero sostenido y la ordenación racional, estas actividades son muchas veces extremadamente costosas y suponen una pesada carga para los países individualmente considerados. Sin embargo, los costos pueden distribuires y evitarse la duplicación mediante la colaboración internacional en investigaciones pesqueras de toda clase. El Comité destacó que estas investigaciones deberían ser de carácter práctico y en apoyo de objectivos de ordenación y desarrollo; deberán aprovecharse al máximo las actuales instalaciones, especialmente con carácter regional y subregional. Las actividades de investigación y los programas de cooperación técnica deberán tener objetivos claramente identificados con prioridades cuidadosamente evaluadas y estar plenamente integrados en los objetivos globales de desarrollo y de ordenación de las pesquerías nacionales.
128. El Comité señaló especialmente la importancia de compartir información y datos, y los beneficios que se derivan del establecimiento de servicios comunes para el acopio, análisis, recuperación y difusión de dicha información. A este respecto, tomó nota del valor demostrado de estos servicios a escala mundial, como es el caso del Sistema de Información sobre las Ciencias Acuáticas y la Pesca (ASFIS), compilado conjuntamente por la FAO y otros organismos internacionales, y los acuerdos regionales sobre información comercial, como es el caso de INFOFISH e INFOPESCA.
129. El Comité manifestó su reconocimiento por las actividades ya realizadas por la FAO para promover la cooperación internacional, en particular la red de órganos pesqueros regionales establecidos dentro del marco de la FAO. Estos órganos pesqueros regionales y sus comités subregionales, respaldados por programas locales afines, proporcionan un mecanismo único para la cooperación entre los países y para la prestación de ayuda técnica. Se concedió gran importancia al mantenimiento de esta función por parte de la FAO que constituye actualmente parte integral de las labores de la Organización en cuanto a prestar colaboración a los países en desarrollo para que obtengan más beneficios de sus recursos pesqueros. A través de su red de órganos regionales, la FAO está en buena situación para cooperar en la transmisión de conocimientos e información de una región a otra.
130. El Comité pidió al PNUD y otros organismos de cooperación al desarrollo que concedan la máxima prioridad al apoyo de estos mecanismos de cooperación técnica y pidió a la FAO que continúe sus actividades para movilizar de todas las posibles fuentes la ayuda financiera y de otra clase necesaria para mantener las actividades de la organización al respecto. Al mismo tiempo, se reconoció que los propios países en desarrollo, según proceda, deberán a largo plazo contribuir aún más a la causa de la cooperación internacional incrementando su propia participación en estos órganos regionales y comprometiéndose a prestarles apoyo técnico.
131. Para el efectivo funcionamiento de los órganos regionales es esencial una dotación de servicios administrativos suficientes y respaldo técnico. El Comité acogió con satisfacción las actividades realizadas por la FAO para proporcionar esta ayuda con las actuales limitaciones financieras.
132. El Comité tomó nota de que se habían adoptado medidas por parte de la FAO para establecer un Proyecto regional para el desarrollo y ordenación de la pesca en el Mediterráneo, a fin de respaldar las actividades del Consejo General de Pesca del Mediterráneo (CGPM), ampliando sus responsabi lidades estatutarias relativas. Además tomó nota con satisfacción del interés manifestado por la CEE para apoyar este proyecto.
133. El Comité también manifestó su reconocimiento por la ayuda facilitada a muchos países ribereños en desarrollo para la mejor evaluación de sus poblaciones ícticas mediante la labor desarrollado por el barco de investigaciones DR. FRIDTJOF NANSEN, que funciona en virtud del Programa Conjunto Noruega/FAO/PNUD, y manifestó la firme convicción de que el PNUD encontrará solución para continuar el apoyo financiero a esta valiosa actividad. El Comité también tomó nota favorablemente del estudio emprendido por la FAO y el PNUD de una propuesta para el aprovechamiento cooperativo de otras embarcaciones para investigaciones, desarrollo y capacitación pesqueras.
134. Varias delegaciones, al observar los problemas especiales de los Estados sin litoral y otros que no tienen acceso a importantes recursos marinos, pidieron que se tomen más medidas para estimular la cooperación en materia de investigaciones y otros aspectos de las pesquerías en aguas continentales y acuicultura. A este respecto, el Comité acogió con satisfacción los progresos ya realizados a este fin por el Programa de Explotación y Coordinación de la Acuicultura FAO/PNUD (ADCP) y otras organizaciones como el Centro para el Desarrollo de la Pesca en el Sudeste Asiático (SEAFDEC) y el Centro Internacional para la Ordenación de los Recursos Acuáticos Vivos (ICLARM).
135. El Comité reafirmó la importancia de la colaboración regional y al respecto tomó nota de las valiosas contribuciones hechas para promover la colaboración internacional o regional por otros órganos intergubernamentales dedicados a la pesca y también dentro y fuera del sistema de las Naciones Unidas. Se hizo especial mención del Comité de Acción de Productos del Mar y de Agua Dulce del SELA, de la Comisión Permanente para el Pacífico Sur (CPPS) y de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI). El Comité reafirmó la importancia que ya se concede al respecto a la declaración y propuestas de colaboración hechas en una reciente reunión en Panamá del Consejo de Ministros de Pesca de los Estados Miembros del Comité del SELA. También pidió a la FAO que continúe y refuerce su ya arraigada cooperación con todos los organismos internacionales interesados en la pesca en cuestiones de interés mútuo para aprovechamiento de sus Estados Miembros.
136. El Comité tomó nota del creciente interés que tienen las agrupaciones económicas regionales en cuestiones pesqueras, como es el caso de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) y CEE, y pidió a la FAO que refuerce los vínculos entre estos órganos y los proyectos y órganos regionales de la FAO.
137. El representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reiteró la intención de su Organización de continuar, dentro de lo limitado de sus recursos, su participación tradicional colaborando en la ordenación y desarrollo pesqueros. Sugirió que la actual reducción de los fondos disponibles para proyectos de desarrollo pesquero se debe en parte a la voluntad de los estados ribereños de atribuir gran prioridad a proyectos pesqueros.
138. El representante de la Oficina del Representante Especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas para la Conferencia sobre el Derecho del Mar examinó las responsibilidades del Secretario General de las Naciones Unidas de ayudar a los estados partes contratantes con relación a la aplicación del nuevo Convenio y aseguró a la FAO el máximo apoyo para los preparativos finales de la Conferencia Mundial de Pesca.
139. El representante de la Organización Mundial del Trabajo hizo notar la complementariedad de los intereses de su Organización con los de la FAO en el sector pesquero, pasó reseña a la tradición de colaboración entre la OIT, la FAO y la OMI en aspectos como la capacitación y las normas, y reafirmó la voluntad de su Organización de continuar colaborando con la FAO en los preparativos para la Conferencia Mundial de Pesca y la aplicación de sus recomendaciones.
140. El representante del Banco Mundial señaló que su institución ha aprobado y publicado recientemente un documento sobre la política pesquera como guía para su personal así como para los solicitantes de créditos. Hizo notar que hay evidencias que la ayuda externa podía emplearse más eficazmente y que existe la necesidad de una mejor coordinación de las estrategias y los recursos. El Banco está dispuesto a proporcionar fondos a los países del tercer mundo que deseen desarrollar sus pesquerías. También apoyaría a cualquier iniciativa valiosa que tienda a una mejor correlación de las Agencias. Desearía hacer el mejor uso posible de la experiencia del Departamento de Pesca de la FAO para estas fines.
141. El representante del Banco Interamericano de Desarrollo examinó la labor de colaboración de su Organización con una amplia variedad de otros bancos, organismos donantes, organismos de las Naciones Unidas y con los países y destacó en particular el éxito logrado con un sistema de pequeños préstamos, sencillos y directos, para ayudar al desarrollo de la pesca.
142. El representante del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) hizo notar el criterio flexible adoptado por su Organización en sus políticas de préstamos, y aseguró al Comité la voluntad del FIDA de continuar prestando su apoyo, siempre que fuera posible y en estrecha cooperación con otros organismos, para el desarrollo de la pesca en pequeña escala.
143. El representante de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) describió la ya bien establecida cooperación entre su organización y la FAO e hizo particular referencia a la valiosa función desempeñada en éste y otros aspectos por el Comité Asesor sobre Investigaciones de los Recursos Marinos (CAIRM). Expresó la esperanza de que se reforzara dicha cooperación, mediante programas mundiales y regionales de interés recíproco, y en cuestiones como sistemas de información y de datos, así como en la preparación de directrices para el uso de embarcaciones de investigación. Dió seguridades a la FAO de la constante y estrecha colaboración del COI en los preparativos para la Conferencia Mundial de Pesca y en el cumplimiento de sus recomendaciones.
144. El representante de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) hizo referencia a la estrecha cooperación de la comisión con la FAO y otras organizaciones interesadas y sugirió que había llegado el momento de establecer un acuerdo oficial entra la FAO y la CPSP para reforzar su valiosa colaboración.
145. El representante del Centro para el Desarrollo de la Pesca en el Sudeste Asiático (SEAFDEC) describió las actividades de su Centro, especialmente en el sector de la capacitación, acuicultura y tecnología posterior a las capturas y aseguró a la FAO su constante colaboración para ayudar a fomentar la ordenación y el desarrollo pesqueros en el sudeste asiático.
146. El representante del Centro Internacional para la Ordenación de los Recursos Acuáticos Vivos (ICLARM) destacó la independencia y flexibilidad de su organización e invitó a que se colaborara con dicho Centro en los trabajos que estaba realizando en los sectores de la acuicultura de especies baratas, evaluación de poblaciones ícticas tropicales y los aspectos socio-económicos de la pesca en pequeña escala.
147. El representante de la Asociación Internacional de Fabricantes de Harina de Pescado describió la larga tradición de cooperación con la FAO que ostentaba su Asociación y mencionó que ésta ha establecido un Comité con la intención de promover el uso de especies de pescado pelágico industrial barato para el consumo humano.