Benno Pokorny y Helen Desmond
En 1992, las intensas negociaciones entre los gobiernos en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD) se tradujo en una Declaración Autorizada de Principios no legalmente vinculantes para un Consenso Mundial sobre Ordenación, Conservación y Desarrollo Sostenible de todo Tipo de Bosques conocida también como los “Principios Forestales”, así como el Capítulo 11 de la Agenda 21: Lucha contra la Deforestación. Desde entonces, las Naciones Unidas, bajo los auspicios de la Comisión de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (NUDS) invirtió en el desarrollo de políticas coherentes para promover la ordenación, la conservación y el desarrollo sostenible de los bosques. En 1995, se estableció un Grupo de Trabajo Interagencias sobre Bosques (GTIB), de carácter informal y de alto nivel, para coordinar las contribuciones de las organizaciones internacionales para el proceso de política forestal. Hasta 1997, el Panel Internacional sobre Bosques (PIB) y, posteriormente hasta el año 2000, el Foro Intergubernamental sobre Bosques (FIB), examinaron una extensa variedad de temas relacionados con el bosque durante un período de cinco años. Los resultados clave de las deliberaciones dentro de estos procesos fueron la Propuesta de Acción PIB/FIB, que representa 270 propuestas de acción en favor de la ordenación forestal sostenible. Aunque no legalmente vinculante, los participantes en estos procesos están bajo la obligación política de aplicar las propuestas de acción acordadas, esperándose que cada país planifique y evalúe su aplicación.
En 2000, el Comité Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) estableció el Foro Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Bosques (FNUB) con el principal objetivo de promover “… la ordenación, conservación y desarrollo sostenible de todo tipo de bosques y fortalecer a tal fin un compromiso político a largo plazo…” basándose en la Declaración de Río, los Principios Forestales, el Capítulo 11 de la Agenda 21 y los resultados de los Procesos PIB/FIB...” El FNUB está compuesto por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas y agencias especializadas y se reúne en sesiones anuales. Los diálogos entre los múltiples interesados constituyen una parte integrante del programa en las sesiones del FNUB.
ECOSOC invitó a los directores de 14 organizaciones internacionales relacionadas a formar una Asociación de Colaboración sobre Bosques (ACB) para apoyar el trabajo del FNUB y fortalecer la cooperación y la coordinación crecientes sobre bosques. Específicamente se solicitó a este grupo que apoyase la aplicación de la Propuesta de Acción PIB/FIB proporcionando información y asistencia técnica a los países, facilitando iniciativas regionales e internacionales, identificando y movilizando recursos financieros y fortaleciendo el apoyo político a la ordenación forestal sostenible.
El seguimiento y evaluación así como la información sobre los progresos de la aplicación de los acuerdos relacionados con los bosques constituyen una de las funciones clave del FNUB. Esto incluye, el desarrollo de un sistema de información simple y voluntario sobre la aplicación de las Propuestas de acción de PIB/FIB, la utilización de la información existente y la evaluación para revisar los progresos hacia la ordenación forestal sostenible y el estado de los bosques; y los análisis sobre la eficacia de los acuerdos internacionales sobre bosques, incluyendo el tratamiento del marco institucional del FNUB. Los criterios e indicadores sobre la ordenación forestal sostenible (CeI) se espera que proporcionen un marco para el seguimiento, evaluación e información sobre las tendencias nacionales. El Programa Multianual de Trabajo del FNUB (PMT) tiene programado para la cuarta sesión, la discusión del seguimiento, evaluación e información, incluyendo el aspecto de la armonización de conceptos, terminologías y definiciones y también la utilización de los CeI para evaluaciones nacionales e internacionales sobre bosques.
El FNUB invitó a la ACB a asistir en el desarrollo de un sistema eficaz sobre seguimiento, evaluación e información y estableció también un pequeño grupo informal de expertos sobre esta materia. Para cumplir esta tarea, el FNUB programó explorar sistemáticamente las fuentes existentes de información como la Evaluación de Recursos Forestales (ERF), las iniciativas de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO), los procesos internacionales sobre CeI y también los métodos impulsados por organizaciones no gubernamentales (ONG) como la Vigilancia de los Bosques Mundiales (VBM). Recientemente, se ha discutido sobre cómo los CeI, desarrollados para ayudar a los países en sus esfuerzos en favor de la ordenación forestal sostenible, pueden ayudar también en la aplicación de la Propuesta de Acción de PIB/FIB y para evaluar el progreso hacia la ordenación forestal sostenible (ECOSOC, 2003). Esta expectativa se basaba en el hecho de que los CeI proporcionan un marco sólido para detalles de evaluación técnica y también una estructura coherente para la interpretación de los resultados de la evaluación (Prabhu et al. 1998). Estas características ayudarían significativamente a articular, acumular e intercambiar información a nivel nacional e internacional. Además, la utilización de la CeI se contempla como una oportunidad prometedora para aumentar el conocimiento de la ordenación forestal sostenible entre los gestores forestales, la población que se beneficia directa e indirectamente y los responsables de las decisiones.
Los Procesos internacionales proporcionan a los países miembros una serie común de CeI para definir lo que caracteriza a la ordenación sostenible de los bosques. Esto se espera que mejore la calidad de la ordenación forestal tanto a nivel de gestión como a nivel político, al facilitar la medición de los progresos hacia el desarrollo sostenible de los bosques. Los procesos sobre CeI desempeñan un papel fundamental para el desarrollo y aplicación de los CeI. Actualmente, hay nueve iniciativas y procesos internacionales sobre CeI en diferentes niveles de madurez (Cuadro 1). Generalmente, las series de CeI tratan los mismos principios para la ordenación forestal sostenible (a saber Anonymous 2001, Pokorny y Adams 2003). Unos 150 países son miembros de uno o más procesos sobre CeI, lo que confirma la importancia de los CeI como instrumento de política forestal. La falta de aplicación a nivel nacional significa, sin embargo, que gran parte del potencial de este instrumento continúa todavía sin explotar. La Organización Internacional de Maderas Tropicales (OIMT) ha desempeñado un papel pionero tanto en la elaboración como en la aplicación de los CeI. Los CeI Pan-Europeos fueron adoptados a nivel de expertos en 1994 y fueron aprobados formalmente en 1998. El Proceso de Montreal se puso en marcha en 1993 y sus CeI se concluyeron en 1995. En el mismo año, ocho países de la región amazónica iniciaron la Propuesta de Tarapoto. La Organización de las NU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) apoyaron tres procesos sobre CeI puestos en marcha a mediados de los años 90: el Proceso de la Zona Seca Africana, que abarca el área subsahariana, el Proceso del Cercano Oriente y la Iniciativa del Bosque Seco de Asia. Además de éstos, se han desarrollado CeI en Centro América, bajo el Proceso de Lepaterique, puesto en marcha en 1997 y en África bajo los auspicios de la Organización Africana de la Madera (OAM).
Aunque hay todavía problemas conceptuales y técnicos, ya se han desarrollado muchas series de CeI (Hendricks 2003, Prabhu et al. 2003). Así, una serie de países comenzaron con su aplicación, lo que significa en el sentido más limitado, su evaluación a nivel nacional. Sin embargo, la evaluación y el seguimiento de los indicadores están aún en sus comienzos y la aplicación y perfeccionamiento de las series de CeI tienen que contemplarse como un proceso repetitivo. Tres procesos han comenzado a aplicar los CeI, otros están todavía en la fase piloto. Sin embargo, se han encontrado los primeros problemas:
Considerando la diversidad de las iniciativas de evaluación existentes con objetivos similares, y las prometedoras iniciativas para fomentar la colaboración entre organizaciones nacionales e internacionales de investigación y desarrollo, el documento trata del potencial del trabajo en red y la gestión de la información para reducir estos problemas relativos a la aplicación de los CeI a nivel nacional, a fin de vigilar y evaluar los progresos hacia la ordenación forestal sostenible.
El documento está estructurado en tres secciones: la Sección I explora las redes existentes relacionadas con los procesos de evaluación internacionales de aspectos específicos de los países importantes para los procesos sobre CeI. En la Sección II se discuten con sentido crítico las opciones existentes para fomentar la aplicación de los CeI mediante un mejor trabajo en red. El Capítulo III incluye recomendaciones para lograr una mayor eficacia de los diferentes procesos sobre CeI.