2.1. Urbanización en el Ecuador
2.2. Delimitación del socio-ecosistema urbano
2.3. Características generales del socio-ecosistema urbano en Quito
El Ecuador es cada vez más un país de habitantes urbanos. En el censo nacional de 1990, el porcentaje de población urbana rebasó por primera vez el 50% del total (INEC, 1990). Las áreas urbanas del país están dominadas por dos ciudades: Guayaquil, centro económico y de agricultura de exportación en la Costa (población del núcleo urbano: 1.5 millones en 1990, población del área metropolitana: 2 millones) y Quito, ciudad capital localizada en los Andes (población del núcleo urbano: 1.1 millones, población del área metropolitana: 1.3 millones) (Mapa 2.1). En conjunto, estas ciudades contienen el 48% de toda la población urbana del país y el 27% de la población total (Suárez Torres, 1992).
Con este desarrollo urbano bipolar, Ecuador se aleja del patrón de muchos países en desarrollo, completamente dominados por una sola ciudad. El Ecuador ha evitado la explosión de una sola megaciudad, ya que el crecimiento de Quito y Guayaquil ha sido notable desde la década del setenta. De hecho, el crecimiento poblacional de los dos centros urbanos dominantes ha coincidido con la simultánea expansión constante de algunas ciudades de tamaño intermedio durante las últimas décadas (Suárez Torres, 1992).
Antes de detallar los componentes específicos del bosque y la silvicultura urbanos en Quito, deben definirse los límites del área urbana a considerar, idealmente incorporando, tanto los parámetros biofísicos como los indicadores sociales. Afortunadamente, en el caso de Quito, una unidad política recientemente designada corresponde en gran medida a las zonas sociales y ecológicas de influencia de la urbe. El Distrito Metropolitano de Quito fue oficialmente creado y sancionado por los gobiernos nacional y local en 1992. Con algunas excepciones, esta área servirá como la definición operacional del ecosistema urbano de Quito para este estudio de caso.
Aunque el Distrito no es un espejo perfecto de los límites naturales de las cuencas hidrográficas, de los hábitats de la vida silvestre o de las zonas ecológicas de vida de la región metropolitana, sí representa una aproximación razonable del área espacial y los recursos naturales que influyen y son influidos más directamente por los procesos de urbanización de la ciudad capital. Además, la jurisdicción política única de la zona metropolitana incorpora a la mayoría de la población afectada por los esfuerzos públicos y privados relacionados con el manejo de los recursos naturales locales, volviendo a esta zona un marco lógico dentro del cual analizar las acciones existentes y recomendar mejorías en el bosque urbano de Quito. Aunque los estrictos límites políticos de esta área son adecuados para la mayoría de propósitos, se ampliarán para incluir otras jurisdicciones relevantes cuando ello sea necesario para la discusión de asuntos específicos.
Mapa 2.1. Localización del Distrito Metropolitano de Quito
(Fuente: IMQ, 1992a; Gómez, 1989)
El Distrito Metropolitano de Quito está localizado en la provincia de Pichincha, situada en la zona central norte de la Cordillera de los Andes, que atraviesa el Ecuador de Norte a Sur. La provincia tiene un área de 1.358.100 hectáreas (IMQ, 1992b)1, de las cuales el Distrito Metropolitano comprende más de 290.746 hectáreas, incluyendo a la ciudad de Quito propiamente dicha así como a 24 parroquias suburbanas y rurales que rodean al núcleo urbano (ver Mapa 2.2). Dentro de esta región metropolitana ampliamente definida, la zona urbanizada cubre 37.091 hectáreas, que constituyen el área urbana de Quito propiamente dicha, rodeada por aproximadamente 253.655 hectáreas de zonas periurbanas, suburbanas y rurales (IMQ, 1992b).
1 Esta cifra se obtuvo de documentos de planificación municipales, aunque otra fuente cita un área total de la provincia de 16.560 km2 (Terán, 1984).
El enfoque de ecosistema nos obliga a considerar el manejo integrado y único de toda el área metropolitana, y a todo lo largo de este estudio se enfatizarán los vínculos entre el núcleo urbano y las áreas periféricas. Sin embargo, reconociendo la gran diversidad interna del ecosistema forestal urbano de Quito, con frecuencia se separará al núcleo urbano como tal de las porciones periurbanas del área metropolitana (ver Recuadro 2.1). Este enfoque respeta las importantes diferencias biofísicas, sociales y políticas entre ambas zonas, lo que plantea la necesidad de diversas estrategias de manejo para cada una.
Recuadro 2.1: El gradiente del ecosistema forestal urbano El ecosistema forestal urbano y el área metropolitana en general, no son ni espacial ni ecológicamente uniformes. tipo y la cantidad de vegetación, así como sus funciones, varían considerablemente dependiendo de la natural específica del espacio urbano y del «tipo» de contexto urbano más amplio en donde está la vegetación. Una forma de comprender estas diferencias es examinarlas en el contexto del «gradiente urbano-rural» o, apropiadamente, del «gradiente del ecosistema forestal urbano». En el área metropolitana típica, existen una se de «zonas» que corresponden en general a la distancia entre el barrio o sector y el núcleo urbano. Aun ciertamente existen variaciones locales, las áreas más cercanas al centro de la ciudad se caracterizan usualmente mayor densidad poblacional, una mayor proporción de área construida, menor cubierta vegetal y diversi biológica, más vegetación introducida y mantenida artificialmente y más valores humanos «urbanos» asocia con la vegetación existente. En estos sectores existen tanto tierras públicas como privadas, pero todas están bajo jurisdicción única del gobierno municipal. En contraste, conforme aumenta la distancia del centro de la ciudad, puede aumentar el tamaño promedio de lotes, existen frecuentemente más terrenos de propiedad pública, más vegetación y otras formas de vida origina junto con cubierta vegetal introducida y con frecuencia se atribuyen más valores «rurales» a las plantas. En ciudades de países en desarrollo también son frecuentes los focos de desarrollo habitacional espontáneo de a densidad en áreas periféricas, con frecuencia en lugares ecológicamente sensibles. En todas estas zonas periurba localizadas en el límite metropolitano, la regla es que se confundan jurisdicciones políticas en lo concerniente manejo del ambiente o los recursos naturales de la zona. Como ya se mencionó, cada punto a lo largo del gradiente del ecosistema forestal urbano tiene diversos tipos sitios de siembra, que definen aún más el tipo, la cantidad y las funciones de la vegetación presente. Estos tipos discuten con mayor detalle en el Recuadro 3.1. Fuentes: Brandley. 1989; Moll y Ebenreck, 1989; Hardoy y Satterthwaite, 1989 |
Mapa 2.2. Límites del Distrito Metropolitano de Quito
(Fuente: IMQ, 1992d)
2.3.1. Características biofísicas
2.3.2. Características sociales y económicas
2.3.3. Características legales e institucionales
Debe comprenderse al área forestal urbana de Quito en el contexto de las condiciones históricas y actuales del socio-ecosistema urbano de la región. Estos elementos definitorios serán discutidos bajo tres amplios acápites: Características Biofísicas; Características Económicas y Sociales; y Características Legales e Institucionales.
El desarrollo histórico y la actual configuración espacial de Quito han sido considerablemente influidos por las características naturales dominantes en la región. Algunas de ellas incluyen:
· Topografía: La porción urbanizada del área metropolitana de Quito está situada en un estrecho valle montañoso localizado inmediatamente al Este de las faldas del volcán activo Pichincha. En la prehistoria, el lugar donde se asienta Quito fue una encrucijada de importantes rutas de comercio a través de los Andes, debido a su localización en uno de los pocos pasos accesibles a través del difícil terreno montañoso. Las consideraciones defensivas de las poblaciones indígenas originales, así como de los conquistadores Incas y de los regímenes coloniales españoles, también contribuyeron a la selección de Quito como el lugar de una ciudad capital (Moore, 1984).
En la actualidad, la «barrera natural» de las montañas ha obligado a que la expansión de la ciudad ocurra longitudinalmente, en forma de luna creciente (DeNoni, 1986), de tal manera que el núcleo urbano consolidado de la metrópoli tiene actualmente de 5 a 8 km. de ancho, y más de 30 km. de largo. Mientras que los pobladores han logrado superar algunas limitaciones físicas que restringen los asentamientos en las laderas de la montaña, el acceso, el abastecimiento de agua y el riesgo de desastres naturales continúan impidiendo un desarrollo intensivo en estas áreas empinadas. En las zonas periféricas por fuera del núcleo urbano, el desarrollo también se ha movido más rápidamente en algunos valles y planicies urbanas que se extienden hacia el Este y el Sur de la ciudad principal, entre cadenas de colinas y otros terrenos empinados (Mapa 2.3).
· Hidrología: El área de Quito Metropolitano está localizada en la subcuenca hidrológica del Guayllabamba, una extensa red interandina de drenaje limitada por las cordilleras paralelas de los Andes al Este y Oeste, y por cadenas volcánicas transversales al Norte y Sur. Dentro de esta cuenca, y específicamente dentro del Distrito Metropolitano de Quito, fluyen algunos importantes ríos: Guayllabamba, Machángara, Monjas, Pita y San Pedro (IMQ, 1992c) (Mapa 2.4).
· Suelos: Casi todos los suelos originales del área metropolitana son de origen volcánico. En las áreas periféricas localizadas en las escarpas occidentales de las cadenas montañosas de la zona, los suelos dominantes son francos y pseudo arenosos de textura fina (p. ej. Dystrandepts). Estos suelos tienen una retención de humedad extremadamente alta, pero no se consideran adecuados para uso agrícola debido a su localización en áreas muy empinadas. Las zonas agrícolas más importantes del área metropolitana están localizadas en Puembo, Pifo, Yaruquí, Checa, Tumbaco, El Quinche, Amaguaña y Píntag. Predominan en estas áreas, los suelos volcánicos negros profundos (> 1 m) con alguna presencia de limo y un contenido de arcilla menor al 30% (p. ej. Plustols, Arglustolls, Pludolls). Se encuentran suelos similares en las zonas de Lloa y Quito Sur.
Mapa 2.3. Distrito Metropolitano de Quito - Zonas de Vida de Holdridge
(Fuente: Gangotena et al, 1990)
Los niveles de erosión son alarmantes en toda el área metropolitana. Las cuencas de los ríos y las quebradas están especialmente afectadas, al igual que los suelos piroclásticos arenosos en Calacalí, Calderón, San Antonio y Pomasqui. Bajo las laderas de la escarpa occidental existe una capa dura de Duripan («cangahua») a menos de un metro de profundidad, que a veces se expone por la erosión causada por la perturbación humana (IMQ, 1992c).
En un muestreo de suelos del núcleo urbano se encontró que la textura del suelo es relativamente homogénea a lo largo de toda la ciudad. En su mayoría eran suelos francos, con una predominancia de arena. En muchos lugares también se encontró material artificial (p. ej., escombros de construcciones, y la profundidad del suelo era extremadamente variable. El contenido de materia orgánica de los suelos es bajo (menos de 2%) o intermedio (entre 2 y 4%), hay bajos niveles de nitrógeno y fósforo asimilables y los niveles de potasio son intermedios. El pH del suelo varió entre 6.4 y 8.0 (Gangotena et al., 1990).
· Clima/Zonas Ecológicas de Vida: Las zonas ecológicas de vida (áreas geográficas con similares características biofísicas y climáticas) influyen en el patrón de uso del suelo y, en general, en el desarrollo espacial de Quito.
El Distrito Metropolitano de Quito, incluyendo el núcleo urbano y la zona de transición urbano-rural periférica, abarca ocho zonas ecológicas de vida definidas por el sistema de Holdridge (1967), más dos zonas de transición. Tres de estas zonas de Holdridge (más una zona de transición) están presentes dentro de la región del núcleo urbanizado (Mapa 2.3) y todas están en el área metropolitana. Las zonas presentes en el Distrito se enlistan, junto con sus características generales, en el Recuadro 2.2.
El gobierno metropolitano ha desarrollado su propio sistema de clasificación, dividiendo al Distrito en tres regiones amplias, de acuerdo con las características de precipitación, altitud y temperatura. Estas clasificaciones parecen centrarse solamente en áreas de asentamientos humanos, y no incorporan las zonas elevadas e inhabitadas de la cadena montañosa occidental (Mapa 2.4):
· Zona Interandina Seca: localizada en los valles bajos al extremo norte de la región metropolitana, cerca de la Línea Equinoccial (Le., San Antonio, Calderón, Guayllabamba). Estas áreas tienen una altura de 1500 a 2800 metros, con una precipitación anual promedio de 554 mm/año. La principal estación lluviosa va de septiembre a noviembre, en tanto que la menos importante va de diciembre a abril. La estación seca va de mayo a agosto, con temperaturas altas y casi ausencia de precipitaciones. Las temperaturas promedio van de 16 a 18 grados C°.
· Zona Interandina I: localizada entre 2400 a 3100 m. de altura, incluyendo la mayor parte de la ciudad de Quito y los valles templados al Este y el Sur (i.e., Cumbayá, Tumbaco, Puembo, Pifo, Yaruquí, El Quinche, Checa, Nono, Calacalí, Nayón, Zámbiza, Lloa). La principal estación lluviosa ocurre de septiembre a noviembre, con un período lluvioso menos pronunciado de diciembre a abril y una estación seca que se extiende de mayo a agosto. La precipitación anual promedio es de aproximadamente 960 mm. Las temperaturas promedio van de 10 a 16 grados C°.
· Zona Interandina II: Incluye las zonas más altas de Píntag al Sudeste y la cadena montañosa al Occidente. Existe un período lluvioso de septiembre a abril y una estación seca
severa entre mayo y agosto. La precipitación anual total es, en promedio, alrededor de 1400 mm. Las temperaturas promedio van de 10 a 16 grados C°.
Recuadro 2.2: Zonas ecológicas de vida en el Distrito Metropolitano de Quito (según Holdridge, 1967)
Zona ecológica de vida |
Abreviatura |
Altitud (metros) |
Temperatura anual promedio (grados C°) |
Precipitación anual promedio (mm.) |
Topografía |
Vegetación original remanente |
Uso actual del suelo |
Bosque muy húmedo pre-montano |
bmh PM |
500-1600 |
16-24 |
2000-4000 |
empinada |
? |
? |
Estepa espinosa montano bajo |
ee MB |
2000-3000 |
12-16 |
250-500 |
relativamente plana, levemente ondulada; algunas áreas empinadas |
casi inexistente |
primariamente agrícola; vegetales y algunos sembríos de gramíneas y pastizales |
Bosque seco montano bajo |
bs MB |
2000-2800 |
12-18 |
500-1000 |
entre plana y ondulada |
casi inexistente |
primariamente agrícola; vegetales y algunos sembríos de gramíneas y pastizales |
ZONA DE TRANSICIÓN: |
bs MB - |
2000-2800 |
12-18 |
variable |
entre plana y ondulada |
casi inexistente |
agrícola y pastizales |
Bosque húmedo montano bajo |
bh MB |
2000-2800 |
12-18 |
1000-2000 |
entre plana y ondulada |
casi inexistente |
rica tierra de pastoreo; algunas papas y vegetales |
ZONA DE TRANSICIÓN: |
bh MB - |
2500-3200 |
9-15 |
1000-2000 |
variable |
casi inexistente |
pastizales; papa y fréjol |
Bosque húmedo montano |
bh M |
3000-3500 |
6-12 |
500-1000 |
empinada |
matorral bajo en quebradas |
pastizales; papa, fréjol, cebada, quinua; plantaciones de eucalipto y pino |
Bosque muy húmedo montano |
bmh M |
2800-3500 |
6-12 |
1000-2000 |
muy empinada, terreno quebrado |
casi inexistente; matorral bajo en quebradas |
principalmente pastizales; algunas papas y fréjol |
Páramo pluvial subalpino |
pp SA |
3500-4000 |
3-6 |
1000-2000 |
empinada |
páramo, pastos |
pastizal |
Páramo muy húmedo subalpino |
pmh SA |
3500-4000 |
3-6 |
500-1000 |
empinada |
pastizales, pastos |
pastizal y plantaciones de pino |
Fuente: MAG-PRONAREG, sin fecha; Gómez, 1989
Mapa 2.4. Distrito Metropolitano de Quito - Distritos Ecológicos
(Fuente: IMQ, 1992; 1992d)
Tanto las características de la población humana como los factores relacionados con la interacción de las poblaciones con el suelo, son relevantes para el contexto social y económico en el que se da el manejo del ecosistema forestal urbano en Quito.
· Crecimiento Poblacional: La ciudad de Quito fue fundada en 1534 en el lugar de un asentamiento incaico preexistente, con una población extranjera original de 203 españoles y 2 africanos2. La Tabla 2.1 presenta cifras de población disponibles desde el asentamiento colonial hasta mediados del siglo veinte. A pesar de existir serios problemas de calidad en algunos de estos datos, es evidente la existencia de un patrón general de crecimiento moderado desde el siglo dieciséis hasta finales del siglo diecinueve.
2 Las cifras de población durante el período colonial temprano típicamente no tomaban en cuenta a los residentes indígenas. Se piensa que las cifras a partir del siglo 18 reflejan más adecuadamente la población indígena así como europea (Moreno, 1981).
Tabla 2.1: Crecimiento poblacional de Quito, 1534-1950
Área cubierta |
Año |
Población total |
Quito |
1534 |
205 |
Quito |
1650 |
3.500 |
Quito |
1748 |
58.000 |
Quito y cinco parroquias |
1779 |
60.987 |
Provincia de Pichincha |
1825 |
54.250 |
Provincia de Pichincha |
1840 |
79.161 |
Quito |
1858 |
27.900* |
Quito |
1886 |
39.600 |
Quito |
1906 |
51.526 |
Quito |
1922 |
80.702 |
Quito |
1933 (estimado) |
107.192 |
Quito |
1947 |
187.077 |
Quito (urbano y rural) |
1950 |
224.344 |
* Una excepción a la tendencia general de crecimiento poblacional es la declinación ocurrida inmediatamente después de la independencia a mediados del siglo 18, probablemente debido a la guerra y las enfermedades padecidas durante ese período.Fuentes: datos de 1534 a 1748 en Moore, 1984; datos de 1779 a 1950 en IMQ, 1992d
En este siglo se ha acelerado de manera importante el crecimiento urbano en Ecuador, especialmente en los dos mayores centros urbanos del país, Quito y Guayaquil. La inmigración rural ha llevado a un aumento en la densidad y extensión de los asentamientos humanos en todo Quito y sus inmediaciones (Adriani, 1987), especialmente desde la década del setenta. Aunque durante los últimos años la migración ha disminuido en cierto grado, en 1990 el 35% de la población urbana existente provenía de algún otro lugar (INEC, 1990).
En las Tablas 2.2 y 2.3 se presentan las cifras de crecimiento poblacional de Quito desde la década del cincuenta, comparadas con otras divisiones territoriales. Estos datos no solo demuestran el rápido crecimiento poblacional de la ciudad, que ha alcanzado un promedio del 4.4.% anual entre 1970 y 1990 (IMQ, 1992e), sino que destacan las tasas relativas de crecimiento de lo «urbano» versus lo «rural» en la zona metropolitana, en comparación con cifras nacionales y regionales. Esto demuestra una clara tendencia a la urbanización, especialmente dentro de las áreas que rodean al núcleo urbano.
· Distribución de la Población: Las cifras de densidad poblacional muestran también un patrón de mayor concentración en diversos centros situados en la «zona de transición rural-urbana (i.e., áreas periurbanas y suburbanas), al mismo tiempo que la cantidad de suelo no utilizado dentro de la región metropolitana se ha elevado grandemente (ver la Sección sobre crecimiento espacial y límites políticos, más abajo). El Mapa 2.5 se basa en un estudio sobre la expansión urbana en Quito realizado en 1986 (DeNoni, 1986) y demuestra que la densidad poblacional disminuye conforme aumenta la distancia del núcleo urbano, aunque se desarrollan centros urbanizados dentro de la zona de transición. El Mapa 2.6 muestra los cambios de densidad en las parroquias urbanas y rurales del área metropolitana de Quito desde 1950.
Tabla 2.2: Población por unidad territorial, 1950-1990
|
1950 |
1962 |
1974 |
1982 |
1990 |
||||||||||
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
|
ECUADOR |
3.202.757 |
913.919 |
2.288.825 |
4.476.007 |
1.612.346 |
2.863.661 |
6.521.710 |
2.698.722 |
3.822.988 |
8.072.702 |
3.944.064 |
4.128.638 |
9.622.608 |
5.305.911 |
4.316.697 |
SIERRA |
1.856.445 |
485.475 |
1.370.970 |
2.271.345 |
744.387 |
1.526.958 |
3.146.565 |
1.202.796 |
1.943.796 |
3.799.578 |
1.696.865 |
2.102.713 |
4.416.427 |
2.261.612 |
2.154.815 |
PROVINCIA DE PICHINCHA |
386.520 |
225.655 |
160.865 |
587.835 |
374.308 |
213.527 |
988.306 |
658.791 |
329.515 |
1.369.059 |
962.384 |
406.675 |
1.734.942 |
1.274.352 |
460.590 |
DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO |
275.399 |
nd |
nd |
446.375 |
377.623 |
68.752 |
742.537 |
638.506 |
104.031 |
1.055.509 |
922.556 |
132.953 |
1.336.237 |
1.221.615 |
114.622 |
MUNICIPIO DE QUITO |
224.344 |
209.932 |
14.412 |
362.111 |
354.746 |
7.365 |
624.094 |
599.828 |
24.266 |
890.355 |
866,472 |
23.883 |
1.105.889 |
1.094.318 |
11.571 |
PARROQUIAS RURALES |
65.467 |
nd |
nd |
84.262 |
22.877 |
61.385 |
118.443 |
38.678 |
79.765 |
165.154 |
56.084 |
109.070 |
230.348 |
127.297 |
103.051 |
Fuente: IMQ, 1992d
Tabla 2.3: Tasas intercensales de crecimiento poblacional por unidad territorial, 1950-1990 (% de crecimiento compuesto por año)
|
1950 - 1962 |
1963 - 1974 |
1975 - 1982 |
1983-1990 |
||||||||
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
TOTAL |
URBANO |
RURAL |
|
ECUADOR |
2.80 |
4,70 |
1,90 |
3,30 |
4,50 |
2,50 |
2.50 |
4,50 |
0,90 |
2,20 |
3,80 |
0,50 |
SIERRA |
1.70 |
3,60 |
0,90 |
2,80 |
4,20 |
2,10 |
2.20 |
4,10 |
0,90 |
1,80 |
3,60 |
0,20 |
PROVINCIA DE PICHINCHA |
3,50 |
4,20 |
2,40 |
4,50 |
4,90 |
3,80 |
3.80 |
4,50 |
2,50 |
3,10 |
3,60 |
2,00 |
DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
3,00 |
3,60 |
-1,80 |
MUNICIPIO DE QUITO |
4,00 |
4,40 |
-5,60 |
4,70 |
4,60 |
10.30 |
4,20 |
4,30 |
-0,20 |
2,80 |
3,00 |
-8,90 |
PARROQUIAS RURALES |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
nd |
4,20 |
10,20 |
-0,70 |
Fuente: IMQ, 1992cNOTA: las cifras incluyen al Cantón Rumiñahui, zona periférica que no pertenece técnicamente a la jurisdicción del Distrito Metropolitano de Quito, pero que está claramente localizada dentro de su esfera de influencia social, económica y ambiental (ver la Sección de características legales e institucionales para una mayor discusión)
Las cifras del censo de 1990 reflejan la misma historia: en general, las tasas de densidad poblacional de Quito propiamente dicha eran de 57.4 residentes/hectárea, en tanto que en las zonas externas la densidad promedio fue de únicamente 1.02 residentes/hectárea. Sin embargo, esta población estaba en su mayoría concentrada en centros urbanizados dentro de las parroquias (i.e., la cabecera parroquial), en donde las densidades de población eran en promedio de 14.03 residentes/hectárea, en comparación con 0.48 residentes/hectárea en las partes rurales de la parroquia (IMQ, 1992c).
· Actividad Económica: El socio-ecosistema urbano de Quito no es de ninguna manera uniforme; diversas regiones en esta zona presentan diferentes oportunidades y limitaciones económicas para sus habitantes.
En general, en el lado occidental de Quito las barreras topográficas han dificultado el uso productivo de la tierra tanto para los sectores económicos tradicionales como para los «modernos». En las partes más bajas de esta área, las laderas empinadas, los suelos inestables y el acceso difícil han limitado tanto la construcción urbana como los cultivos agrícolas. Más arriba, las áreas de páramo por encima de los 3800 m han sido poco habitadas, sobre todo debido a sus climas poco hospitalarios y a la menor capacidad de cultivar la tierra. Los valles que se extienden al norte, a las afueras de Quito, a pesar de su clima semidesértico, han permitido un mayor asentamiento humano e incluso considerable actividad agrícola, especialmente en las tierras bajas irrigadas. Las tierras de los valles fértiles y más cálidos al Este y al Sur de la ciudad han absorbido la mayor parte de la expansión poblacional, sobre todo debido a su mayor capacidad para brindar medios de vida a los pobladores.
La distribución de usos «rurales» versus «urbanos» del suelo en varios sectores del Distrito Metropolitano permite conocer más sobre los patrones de urbanización y la velocidad de cambio del socio-ecosistema urbano. Las actividades del sector de servicios (usos urbanos del suelo) dominan en el núcleo urbano consolidado, en tanto que la construcción y las actividades industriales (que también son usos urbanos del suelo) son cada vez más importantes en la periferia cercana. En la zona de transición más distante dominan la agricultura, la pesca y la caza (usos rurales del suelo) (IMQ, 1992a).
El examen de los tipos de empleo de la población urbana y rural de la región expone una situación semejante. En general, la economía de Quito está dominada por el sector terciario, con un 37% de la población total del Distrito Metropolitano empleada en servicios, seguida por un 18.4% en la actividad comercial. El 17% de la población total trabaja en manufactura e industria. Sin embargo, ciertas áreas dentro de la región metropolitana tienden hacia la concentración de actividades económicas específicas. Las regiones suburbanas más lejanas, tanto al Este (área de Oyambaro) como al Oeste (área del Ungui) contienen la mayor concentración de población vinculada al sector agrícola primario. Los distritos urbanos central-norte y central-sur de Quito (áreas de Urinsaya y Yavirac), así como los valles suburbanos al Noreste y Sureste (áreas de Carapungo y Los Chillos) contienen una mayoría de población vinculada al sector industrial. Desgraciadamente, no existen datos para medir los tipos y velocidades de cambio en los usos económicos del suelo urbano o en los tipos de empleo en la zona de transición urbano-rural de Quito a lo largo del tiempo (IMQ, 1992a).
Mapa 2.5. Distrito Metropolitano de Quito - Distribución de la Población
(Fuente: DeNoni, 1986)
Tenencia de la Tierra: Los patrones cambiantes de la tenencia de la tierra, incluyendo modificaciones en la propiedad de tierras en la periferia urbana debido a la Reforma Agraria, son un factor fuertemente determinante en el desarrollo espacial del área urbana de Quito. La mayoría de lo que actualmente constituye el área metropolitana de Quito estaba dividida en de grandes haciendas durante la colonia. La primera Ley de Reforma Agraria de 1964 resultó en la división de muchas de estas propiedades en lotes pequeños que fueron distribuidos a campesinos pobres sin tierra. Las dificultades de realizar una agricultura rentable en lotes muy pequeños, así como las presiones de la urbanización y la emergencia del mercado privado de la tierra, llevaron a la venta de muchas de estas propiedades y su conversión hacia usos urbanos. La Reforma Agraria también impulsó la actividad especulativa y el rápido crecimiento espacial urbano, conforme varios hacendados subdividieron ilegalmente sus tierras en parcelas destinadas para el desarrollo urbano o fueron invadidos por pobres de la ciudad en busca de lugares para vivir (Adriani et al., 1987). Estos procesos ocasionaron una considerable fragmentación de la propiedad y cambios en el carácter y la intensidad del uso del suelo de actividades rurales a urbanas, lo que a la final contribuyó a una drástica alteración de los ecosistemas.
Un proceso típico de tenencia de la tierra y fragmentación como el descrito puede contrastarse con el caso poco usual de una estructura tradicional de propiedad comunitaria de la tierra hallada en el Ecuador, la comuna. Unas pocas pueden todavía encontrarse dentro de la región metropolitana de Quito. Aunque la ley las protege técnicamente, estas áreas han sido absorbidas por la metrópoli en expansión, lo cual plantea serias dudas sobre su viabilidad a largo plazo. Algunos intereses privados y representantes del gobierno están a favor de la disolución de estos «anticuados» patrones de propiedad, que se consideran como un impedimento al progreso urbano. Se promueve la eventual integración completa de estas propiedades al mercado privado de la tierra (Bustamante, 1992). Opuestos a este punto de vista están quienes creen que la comuna contribuye con una diversidad de valores al complejo urbano-rural, y que debería permanecer como una importante alternativa cultural, económica y ecológica de propiedad y uso del espacio (Kingman, 1992). No existen datos detallados sobre las implicaciones ecológicas de estos diversos esquemas de propiedad de la tierra, pero es interesante especular sobre qué estructura de propiedad podría llevar a una mejor preservación de los valores del ecosistema urbano en el contexto de la ciudad de Quito. Actualmente los administradores municipales trabajan con miembros de una comuna localizada dentro de los límites de un extenso espacio verde urbano para manejar el área y crear oportunidades de empleo (Guayasamín, comunicación personal, 1995).
Además de los propietarios privados, el sector público posee también grandes extensiones de tierra dentro de la región metropolitana, sobre todo hacia las afueras. Aunque no se obtuvieron cifras para toda la región, en 1984 casi el 13% de la porción occidental del Bosque Protector Pichincha, de 8334 hectáreas, formaba parte de grandes propiedades de entidades públicas (40 - 500 hectáreas) (Moore et al., 1984).
En Quito, algunos factores legales e institucionales han influido sobre el desarrollo y el manejo ambiental del área metropolitana. Unos pocos aspectos fundamentales son:
· Crecimiento Espacial y Límites Políticos: La ciudad de Quito ha experimentado un enorme crecimiento espacial desde sus orígenes en el siglo dieciséis como una pequeña capital colonial de 8 hectáreas hasta la metrópoli actual, que se extiende sobre 290.700 hectáreas. Los administradores de la ciudad han intentado «racionalizar» este crecimiento incrementando el control formal sobre el ordenamiento del espacio, la distribución de la población y el aprovechamiento de los beneficios económicos asociados con estas grandes aglomeraciones.
Mapa 2.6. Distrito Metropolitano de Quito - Cambios en la Densidad Poblacional 1950 - 1990: 1950
Mapa 2.6. Distrito Metropolitano de Quito - Cambios en la Densidad Poblacional 1950 - 1990: 1962
Mapa 2.6. Distrito Metropolitano de Quito - Cambios en la Densidad Poblacional 1950 - 1990: 1974
Mapa 2.6. Distrito Metropolitano de Quito - Cambios en la Densidad Poblacional 1950 - 1990: 1982
(Fuente: IMQ, 1992, IMQ 1992d)
El Mapa 2.7 muestra la extensión de los límites políticos del núcleo urbano de Quito desde tiempos coloniales hasta inicios de la década del ochenta (Carrera, 1984). El Mapa 2.8 muestra los límites políticos del recientemente creado Distrito Metropolitano de Quito e indica una zona «natural» para el futuro crecimiento de la ciudad hacia el valle oriental (ahora incluido totalmente en el territorio metropolitano), de acuerdo con documentos de planificación urbana producidos a través de este siglo.
Aunque en décadas recientes el crecimiento poblacional del área metropolitana de Quito ha sido sustancial, alcanzando un promedio de alrededor del 4.4% anual de 1970 a 1990, el área incluida bajo la jurisdicción municipal se ha expandido con una velocidad considerablemente mayor - un promedio del 9.7% anual durante el mismo período -. Entre otras causas, la desenfrenada especulación de la tierra ha producido lo que los planificadores urbanos llaman «espacio urbano subutilizado» en toda el área metropolitana. Dentro de los límites del núcleo urbano de Quito, aproximadamente un 43 % de suelo utilizable (de propiedad pública y privada) estaba vacante en 1980, y en 1990 existía alrededor de un 27% de espacio no ocupado. En la zona periférica, aproximadamente un 34% de suelo no estaba ocupado en el mismo año (IMQ, 1992c).
· El Distrito Metropolitano de Quito: Los cambios legales e institucionales causados por el establecimiento del Distrito Metropolitano de Quito tienen importancia especial para todos los aspectos de la futura planificación urbana del área metropolitana, y son especialmente relevantes en lo concerniente al manejo del ecosistema en toda su área de influencia. En 1992 se conformó legalmente el Distrito Metropolitano de Quito mediante la Ordenanza N. 2955, que estableció límites jurisdiccionales más extensos e inició una nueva forma de gobierno local en el área. La estructura del Distrito Metropolitano reemplaza al sistema anterior, más disperso, de cantones y parroquias y enfatiza los principios de toma de decisiones descentralizada y diversidad local, al tiempo que amplía el territorio incluido bajo su autoridad general. El nuevo Distrito incluye 16 parroquias del núcleo urbano y 24 parroquias suburbanas organizadas en cuatro zonas centrales y seis suburbanas. Tanto a nivel de parroquia como de zona existen consejos de representantes elegidos democráticamente y cada zona está manejada por un administrador nombrado por el Concejo Municipal en pleno (IMQ, 1992b). Los representantes de cada zona tienen voz pero no voto en este Concejo legislativo.
Se espera que la administración descentralizada de una mayor jurisdicción favorezca un enfoque regional amplio para regularizar el uso del suelo y la provisión de servicios, al tiempo que responda a la situación local. Son numerosas las oportunidades para una intervención más intensiva y amplia del gobierno local en aspectos relacionados con el manejo de recursos naturales en las zonas urbanas periféricas.
· Planificación Municipal y Esfuerzos Regulatorios: El control ejercido por el gobierno en un espacio dado comienza con la designación legal de sus límites. A largo plazo tienen mayor relevancia las políticas, leyes y regulaciones que buscan dar forma a la acción humana dentro de la frontera designada, como la voluntad política para aplicarlas. En el Quito del siglo 20 la historia de esfuerzos de planificación municipal refleja un enfoque gubernamental que ha evolucionado en respuesta a los rápidos cambios del paisaje urbano y rural. Los principales esfuerzos de planificación urbana en Quito desde 1945 hasta 1985 se resumen en el Apéndice A. Aunque estos esfuerzos demuestran un espíritu de orden ciudadano que históricamente ha diferenciado a Quito de muchas otras ciudades ecuatorianas, constantemente han subestimado el ritmo de crecimiento de la metrópoli y rara vez se apoyaron en un conjunto de ordenanzas y regulaciones firmes y apropiadas u otros medios para realizar los Planes.
Mapa 2.7. Distrito Metropolitano de Quito - Cambios en los Límites Politicos 1530 - 1980
(Fuente: Carrera, 1984)
El último esfuerzo de planificación emprendido por la Municipalidad a inicios de esta década ha sido el más ambicioso e incluye algunas políticas, así como la revisión de instrumentos legales relacionados con el manejo del ambiente natural del área urbana. Por ejemplo, en 1993 el Concejo Municipal dictó una extensa ordenanza para guiar el desarrollo urbano en la nueva jurisdicción (Ordenanza N. 3050). Esta regulación incluye nuevas medidas relacionadas con el uso del suelo, la zonificación y organización territoriales, así como normas y procedimiento detallados para la asignación de permisos de construcción, subdivisión de tierras, transferencias de títulos de propiedad, etc. (IMQ, 1995). También se han fortalecido leyes relativas a la contaminación del aire y el agua, que han servido como modelos para otras áreas municipales del país.
También existen otros esfuerzos con impacto legal y político en el ecosistema urbano. En 1994 el alcalde formó una Dirección del Medio Ambiente para Quito, responsable de coordinar las acciones relacionadas con la calidad ambiental de todas las agencias municipales. Sin embargo hasta la fecha esta unidad ha hecho muy poco en relación al bosque urbano (IMQ, 1994). El gobierno metropolitano también es responsable de mantener un catastro de todas las propiedades bajo su jurisdicción y de recolectar los impuestos prediales. Ambos esfuerzos están siendo modernizados y computarizados. Además, el Departamento de Planificación ha hecho considerables progresos en el desarrollo de un Sistema de Información Geográfica que utiliza información satelital, fotografías aéreas y otros datos sobre todos los aspectos del área metropolitana, incluyendo algunas características del ambiente biofísico (Vallejo, comunicación personal, 1995).
Existen pocos mecanismos legales relacionados específicamente con la vegetación urbana y el ecosistema forestal urbano en el Distrito Metropolitano de Quito. Serán tratados más detalladamente en otra sección.
· Otras Jurisdicciones Gubernamentales: A través de los años, las modificaciones en los límites urbanos formales de Quito se han acompañado de cambios en la importancia relativa de la influencia de diversos niveles gubernamentales sobre la extensión y el carácter de su desarrollo espacial. En tiempos coloniales, la influencia de la Corona tuvo capital importancia y ciertamente fue equivalente a los controles municipales. Con la formación de la República en 1822, el territorio del Ecuador se dividió en una jerarquía de provincias, cantones, parroquias y municipalidades. A lo largo de la historia del manejo de las mayores ciudades ecuatorianas, como Quito, todos estos niveles de gobierno han estado presentes en alguna extensión, frecuentemente confundiendo las jurisdicciones y los roles, fenómeno típico de áreas urbanas de rápido crecimiento.
En la actualidad, los poderes más amplios del Distrito Metropolitano dan a este nuevo nivel de gobierno un papel directriz en el desarrollo en la región. Sin embargo, otras jurisdicciones aún tienen influencia en ciertos aspectos del manejo del socio-ecosistema urbano local, y merecen ser mencionadas.
Mapa 2.8. Distrito Metropolitano de Quito - Límites Políticos y Zonas de Crecimiento
(Fuente: IMQ, 1992c)
· Nivel Local: A este nivel se destaca una anomalía jurisdiccional, i.e., la existencia del Cantón Rumiñahui, que curiosamente no ha sido incluida en los nuevos límites del Distrito, aún cuando está claramente localizado dentro de la zona suburbana de la ciudad de Quito (ver localización exacta en el Mapa 2.2). Este cantón tiene un área de 13.279 hectáreas y su población en 1990 fue de 46.215 habitantes, la mayoría localizados en la ciudad de Sangolquí. El cantón y su principal ciudad, Sangolquí, han logrado permanecer legalmente autónomos a lo largo de la historia, aunque para propósitos de planificación parece existir una relación de cooperación entre las dos jurisdicciones (IMQ, 1992b). Desde la perspectiva del manejo del ecosistema, las acciones más significativas provienen del Distrito Metropolitano de Quito, pero es importante tener en mente la necesidad de coordinación política e institucional dada la posibilidad de que los impactos de los programas se extiendan hacia el área de Rumiñahui.
· Nivel Regional: A lo largo de la historia, el rol del gobierno de la provincia de Pichincha en el área metropolitana de Quito ha sido menor y refleja la debilidad relativa (tanto legal como financiera) de este nivel de gobierno en todo el país, especialmente en provincias dominadas por una sola municipalidad. En términos del manejo de recursos naturales, el gobierno provincial ha participado en la producción de árboles desde 1979, sobre todo especies maderables exóticas, aunque en años recientes ha introducido algunas especies nativas. La Dirección Forestal del Consejo Provincial de Pichincha también ha emprendido esfuerzos de reforestación en la zona periurbana de Quito, habiendo reforestado aproximadamente 5000 hectáreas de en toda la provincia desde inicios de la década del ochenta (no existían datos más recientes; Moreno, 1981). No está clara la participación del Consejo Provincial en el manejo ambiental ahora que se ha creado el nuevo Distrito Metropolitano.
· Nivel Nacional: Las intervenciones del gobierno central del Ecuador en el socio-ecosistema urbano de Quito han sido significativas, incluyendo algunas medidas indirectas importantes, como la Reforma Agraria y planes de desarrollo regional, así como inversiones significativas en la infraestructura municipal, con gran impacto en el establecimiento del patrón de uso de suelos urbanos y rurales en todo el país. Además de estas formas indirectas de manipulación del espacio, el gobierno nacional ha ejecutado acciones muy directas en relación con el uso del suelo en la zona periurbana de la ciudad capital.
Tal vez la acción de mayor influencia sobre los asuntos verdes urbanos haya sido la designación de bloques significativos de Bosques y Vegetación Protectores que rodean al núcleo urbano de Quito, por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería en 1983 y 1987 (ver Mapa 2.9). Severos derrumbes que afectaron a barrios urbanos en la década del setenta y a inicios de la del ochenta provocaron mucha preocupación ciudadana y oficial e impulsaron la declaración de esta zona como área protegida para evitar desastres naturales originados en los suelos inestables de las empinadas laderas de la montaña que domina el valle central, densamente poblado (MAG-DINAF, 1987).
El Bosque Protector Pichincha fue creado en 1983 y en 1987 se designaron otras áreas protegidas, lo que actualmente equivale a un total aproximado de 18.000 hectáreas (Metzger y Bermúdez, 1996). Estas tierras, junto con otros bloques declarados zonas protegidas por la Municipalidad de Quito, forman ahora un cinturón verde continuo de 30.025 hectáreas que rodea la ciudad (IMQ, 1992d).
La definición legal y el estatus de «Bosque y Vegetación Protectores» dentro del conjunto del Sistema de Parques Nacionales y Reservas del Ecuador es interesante, ya que incluye explícitamente las propiedades públicas y privadas, y también permite algún uso productivo de la tierra. Aunque el Ministerio de Agricultura tiene la autoridad y responsabilidad de requerir la preparación de un plan de manejo de estas áreas, hasta 1980 ninguna de las áreas de Bosque y Vegetación Protectores del país había elaborado un plan, y muy pocos existen en la actualidad. En 1984, Quito se destacó como la primera área del país que preparó tal documento para las zonas de Bosque y Vegetación Protectores localizadas en el Pichincha (borde occidental del Bosque Protector), sobre todo debido a la disponibilidad de fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) (Moore et al., 1984; MAG-DINAF, 1987). Sin embargo, el plan de manejo ha sido casi completamente olvidado desde entonces. Si la falta de recursos y voluntad política del gobierno nacional continúan en el futuro cercano, el Distrito Metropolitano tendrá que liderar cualquier esfuerzo de manejo de estas áreas.
Otras agencias nacionales con alguna jurisdicción sobre las actividades en el componente vegetativo del socio-ecosistema urbano de Quito se discuten en la Sección 4 de este informe.