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5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La mayor parte del análisis anterior contiene sugerencias implícitas y explícitas para mejorar la acción, tanto del sector público como privado, en relación al ecosistema forestal urbano de Quito. Estas recomendaciones incluyen áreas técnicas de mejoría (por ejemplo, selección de especies, técnicas de mantenimiento) tanto como reformas administrativas (por ejemplo, manejo de información, planificación), acción social (por ejemplo, educación pública, organización comunitaria) y esfuerzos políticos (por ejemplo, defensa, reforma legal).

Este estudio de caso concluirá con una síntesis de comentarios y observaciones generales sobre la futura dirección de un programa de manejo integrado del ecosistema forestal urbano en el área metropolitana de Quito:

· El Socio-Ecosistema Forestal Urbano: Énfasis en los Vínculos

Como todo sistema, el socio-ecosistema forestal urbano consta de numerosos componentes interdependientes e interactuantes, vivientes o no, humanos o no. Se puede lograr una intervención humana más efectiva en la silvicultura urbana centrándose en el fortalecimiento y la ampliación de vínculos de todo tipo dentro del sistema. Existen importantes vínculos entre los componentes del ecosistema del bosque urbano en Quito que tienen el potencial de incluir a un mayor número de plantas como intermediarias, por ejemplo en el reciclaje de nutrientes o en el equilibrio de ciclos de agua y energía.

Encontrar y maximizar estos vínculos en el sistema tiene sentido en Quito desde algunos puntos de vista. En un contexto de mínimos recursos públicos y privados dedicados al medio ambiente, las instituciones de todo tipo deben buscar formas de «matar dos pájaros de un tiro» compartiendo recursos, bajando costos y maximizando los esfuerzos que sirven en doble dirección. El Municipio de Quito tiene la posibilidad de asumir la coordinación principal en este esfuerzo y ya ha demostrado su liderazgo en muchas áreas. Las ONGs privadas continuarán siendo claves para mantener la presión en instituciones públicas y estimular acciones suplementarias por parte de los propios ciudadanos en el futuro cercano y a mediano plazo. Sin embargo, los esfuerzos de los ciudadanos deben abarcar desde organizaciones ambientales a organizaciones de base a nivel barrial, así como otros grupos ciudadanos que trabajan en áreas relacionadas.

· El Socio-Ecosistema Forestal Urbano: Necesidad de Diversidad

Otro principio que define los sistemas sociales y ecológicos es el de la diversidad, característica que contribuye a la flexibilidad, dinamismo y robustecimiento del sistema frente a perturbaciones. Al visualizar el futuro del ecosistema del bosque urbano en Quito, debe hacerse un fuerte compromiso para mantener y mejorar la diversidad de los componentes sociales y ecológicos del área metropolitana.

En el tema biofísico se ha hecho mención de las posibilidades de incrementar moderadamente la diversidad biológica mediante una mezcla óptima de especies de plantas nativas y exóticas, mayor vida silvestre e integración cuidadosa de animales domésticos en el agro-ecosistema urbano. La diversidad de los paisajes debería y puede ser mantenida en un rango de densidad y cubierta vegetal urbanas de Quito, reconociendo la importancia de mantener corredores entre zonas parecidas. El manejo de la vegetación debe tener enfoques diversos y debe requerir información sobre los distintos usos del suelo y características del paisaje en zonas urbanas y periurbanas.

En lo referente a los procesos sociales, también se debe respetar la diversidad dentro del sistema urbano. Por ejemplo, las alternativas propuestas por diversos sectores públicos y privados en Quito son todas útiles y necesarias para manejar efectivamente el ecosistema forestal urbano. La complejidad del manejo de la vegetación urbana no puede ser trabajo de una sola institución; un enfoque aislado sobre el ecosistema urbano no podría acomodar las necesidades de una población extremadamente heterogénea. Esta diversidad es crucial aún cuando las diferencias resulten en desacuerdos sobre lo que debe hacerse. Las áreas urbanas son lugares dinámicos espacial y socialmente, y tal conflicto - entre valores urbanos y rurales, grupos de altos y bajos ingresos, entidades privadas y el estado o intereses divergentes de diversos géneros y etnias - es inevitable y necesario.

· Planificar Primero, Sembrar Después

Muchos de los actuales problemas del ecosistema forestal urbano de Quito podrían resolverse fácilmente con un compromiso general hacia la planificación, tanto a nivel estratégico como programático. En la urgencia por ver resultados inmediatos, muchos personeros públicos y grupos privados en Quito han centrado la mayor parte de su energía en la siembra de árboles u otra vegetación sin la planificación suficiente, casi siempre con resultados desastrosos. Invertir tiempo para seleccionar cuidadosamente las especies, diseñar calles e infraestructura pública para permitir la coexistencia con las plantas, o educar a los ciudadanos sobre la importancia de los árboles antes de implementar grandes campañas de reforestación, se paga por sí misma varias veces con la energía y los recursos que se ahorran a largo plazo.

Para muchos actores privados y públicos con influencia en el ecosistema forestal urbano en Quito, las ventajas de la acción no planificada (sean políticas, económicas o culturales) sobrepasan los costos de usar tiempo y esfuerzos extras para evaluar cuidadosamente una situación antes de actuar. Se necesita mayor voluntad política y fuerte liderazgo público que tengan una visión a largo plazo del ambiente urbano en general y de su vegetación en particular. Con frecuencia en el caso del ambiente urbano en Quito, este compromiso público es resultado directo de la acción de ciudadanos y organizaciones privadas para asegurarse de que sus preocupaciones sean atendidas.

· Acción Basada en Información, Investigación Basada en Acción

En Quito como en otras ciudades del mundo en desarrollo, existe poca información de calidad sobre cualquier aspecto del socio-ecosistema forestal urbano para poder tomar decisiones razonadas o formular buenos planes de acción. Este severo déficit de información debe ser resuelto haciendo mayores esfuerzos para recolectar datos, tanto de instituciones públicas como privadas de la ciudad, incluyendo dependencias municipales, universidades e investigadores visitantes.

Sin embargo, las acciones que atañen al ecosistema forestal urbano en Quito no pueden ni deben esperar la llegada de información completa sobre sus características o funcionamiento. Tampoco puede la investigación darse el lujo de permanecer estrictamente en el ámbito

teórico. Se debería balancear entre investigación y acción, y crear un plan posible que una datos científicos y procesos sociales no lineales.


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