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I. Tendencias mundiales en la agricultura y la seguridad alimentaria: una panorámica general


I. Tendencias mundiales en la agricultura y la seguridad alimentaria: una panorámica general

Global

Es posible producir alimentos suficientes para todas las personas en todo el mundo. Sin embargo, para ello se requiere aumentar la producción alimentaria sobre todo en los países de bajos ingresos con deficit alimentario. El Plan de Acción de la Cumbre de Alimentación afirma que los aumentos de producción deben generarse, asegurando la capacidad productiva, el manejo sostenible de los recursos naturales y la protección del medio ambiente. En todo caso, producir suficientes alimentos no basta para garantizar la seguridad alimentaria si no se actúa para asegurar el acceso de todas las personas a los alimentos.

Hasta ahora, el progreso para alcanzar la seguridad alimentaria ha sido lento y desigual. Es probable que esta situación continúe en el siglo 21 si no se llevan a cabo esfuerzos concertados para eliminar los obstáculos que enfrenta la seguridad alimentaria, promover el desarrollo rural y erradicar la pobreza, sobre todo en los países más afectados por la inseguridad alimentaria.

En términos generales, se dan ahora mejores perspectivas de crecimiento en los países en desarrollo, aunque con importantes excepciones. Para el año 2010, se preve que la mayoría de los países en desarrollo podrán aumentar los suministros alimentarios per cápita y disminuir la malnutrición. Sin embargo, es probable que gran parte del África sub-sahariana siga padeciendo inseguridad alimentaria y que partes del Sur de Asia y de América Latina y el Caribe estén ano en una posición difícil (FAO, 1995b).

Se preve también que la falta de ingresos adecuados y de capacidad adquisitiva de buena parte de la población frenará el crecimiento agrícola mundial. Las previsiones indican que la producción mundial de cereales per cápita no crecerá, a causa del lento crecimiento de la demanda de países y grupos de población con bajos niveles de consumo alimentario (FAO, 1995c).

Hubo un cambio en la tendencia generalizada de conceder escasa prioridad a la agricultura con respecto a la industrialización. En muchas partes del mundo, existe ahora un nuevo reconocimiento del decisivo papel del sector agrícola para aumentar las ganancias de exportación, generar empleo y mejorar la seguridad alimentaria. Ello fue combinado con la liberalización económica y la privatización.

Las tendencias de las políticas comerciales a nivel internacional y nacional son hacia la liberalización del comercio, abriendo las economías a la compettencia extranjera y promoviendo la expansión de las exportaciones. Según la FAO, es probable que los países en desarrollo pasen de ser exportadores agrícolas netos a ser importadores netos. Aquellos países que dependen de las exportaciones agrícolas para financiar sus importaciones de alimentos y otros, ello puede afectar negativamente la situación de la seguridad alimentaria. En cambio, para otros países, puede indicar crecientes exportaciones de productos manufacturados, crecientes ingresos y creciente consumo de alimentos.

Es probable que el comercio agrícola nacional y transnacional de productos básicos, pesticidas, recursos fitogenéticos y otros insumos se beneficie de la liberalización económica y comercial. La globalización de las industrias alimentarias y las presiones que ello implica para aumentar productividad y eficiencia y bajar costos, tendrán un impacto sobre el empleo y los sueldos de los trabajadores rurales, sobre todo de las plantaciones, que podría afectar, directa y negativamente, la seguridad alimentaria del hogar (OIT, 1995).

Liberalización económica y privatización constituyen aspectos fundamentales de las Políticas de Reajuste Estructural que apuntan hacia la racionalización de las políticas fiscales y monetarias y la creación de un clima macro-económico favorable al crecimiento económico. Estas Políticas se centran en la reducción del gasto público y de las subvenciones a los precios, la liberalización de los mercados, la reducción y eliminación de los subsidios a la agricultura y la alimentación y la supresión de los controles a la comercialización y el transporte.

Estas medidas podrían tener un impacto desfavorable sobre los agricultores pequeños y pobres. Los recortes de los servicios sociales y el alza de los precios de los alimentos afectan, de modo adverso, los grupos más vulnerables de la población, en especial mujeres y niños, y coloca una carga desproporcionada de trabajo sobre las mujeres que se ven obligadas a suplir los servicios recortados.

Paradójicamente, la gente rural, que produce los alimentos de todo el mundo, son la mayoría de los pobres del mundo y figuran entre aquellos más vulnerables a la inseguridad alimentaria (OIT, 1990). Casi el 70 por ciento de los pobres del mundo son mujeres.

La tendencia hacia la liberalización económica y comercial y la privatización que se propone para impulsar la producción agrícola y la economía, podría muy bien derivar en una creciente inseguridad alimentaria entre los agricultores pobres y otros grupos vulnerables de la población, si no se toman las medidas necesarias para asegurar un equitativo acceso a los alimentos por partes de todos.

A continuación, algunas de las características, tendencias y aspectos claves de la agricultura y la seguridad alimentaria en distintas regiones.

África

La agricultura ha sido por mucho tiempo el sector dominante en gran parte del África subsahariana en materia de producción, empleo y ganancias de exportación. Representa cerca del 21 por ciento del PNB del continente (FAO, 1994). Sin embargo, desde los años 60, la producción agrícola estuvo rezagada con respecto al crecimiento de la población. Entre 1965 y 1990, la producción agrícola creció con una media anual del 1.7 por ciento, mientras que el crecimiento de la población registró una tasa anual del 2.8 por ciento. Las importaciones de alimentos, incluyendo la ayuda alimentaria, aumentaron considerablemente en esta región para hacer frente a las deficiencias, y a principios de 1994 representó cerca del 10 por ciento de los alimentos consumidos. Con las medias actuales, se proyecta que para el año 2020 el déficit alimentario aumentará en más de nueve veces el déficit actual (Salto, 1994).

Asia y el Pacifico

En contraste con el África sub-sahariana, el crecimiento agrícola en Asia compartió la tendencia general del crecimiento económico de la región y hubo mejoras considerables en la producción de granos alimentarios y consumo de calorías per cápita en la mayoría de los países, sobre todo del Este de Asia. El crecimiento agrícola comparado con el de la población fue especialmente fuerte en los años 80, aunque ha registrado una baja en los años 90, como figura en la Tabla 1.

Tabla 1: Tasas de crecimiento en Asia y el Pacifico (%)

 

PNB

Agri- cultura

Población

PNB per cápita

Este Asia y Pacífico

       

1970-1980

6.9

3.1

1.9

5.0

1980-1990

7.9

4.4

1.6

6.3

1990-1994

9.4

3.6

1.4

8.0

Sur Asia

       

1970-1980

3.5

1.8

2.4

1.1

1980-1990

5.7

3.2

2.2

3.5

1990-1994

3.9

2.7

1.9

2.0

Fuente: Informe sobre Desarrollo Mundial 1993, Tabla 2, e Informe sobre Desarrollo Mundial 1996, Tabla 11.

Europa

A pesar de sus divergentes sistemas económicos y sociales, tanto Europa occidental como Europa del Este concedieron gran atención al desarrollo de sus sectores agrícolas a raíz de la II Guerra Mundial. En los años 60, la producción alimentaria en la región era suficiente para alimentar a la población de Europa, aunque ello no garantizó, necesariamente, la seguridad alimentaria a todos los sectores de la población. Hoy, la agricultura atraviesa una situación de transición tanto en los países de Europa occidental como los de Europa central y del este.

La agricultura en Europa occidental fue caracterizada por la modernización, con fuerte uso de insumo externos y considerables subsidios agrícolas y proteccionismo, lo que derivó en la producción de excedentes. Actualmente, la agricultura atraviesa un periodo de reajuste, ya que los países de la región luchan contra problemas relativos a la agricultura intensiva: calidad del medio ambiente, conservación de la naturaleza, inocuidad de los alimentos, diversificación del cultivo y desarrollo humano. Los países de Europa central y del este atraviesan una fase de privatización y reformas estructurales de los sistemas agrícola y alimentario y abordan los problemas medioambientales relativos a la producción alimentaria intensiva.

América Latina

La agricultura en América Latina ha sido caracterizada por la concentración de la tierra, con la consecuencia de que los titulares de pequeñas explotaciones y los campesinos sin tierra tienen poco acceso a crédito, agua y recursos productivos. Los programas de reforma agraria llevados a cabo en la mayoría de los países en los años 70, no aportaron cambios significativos en los modelos de propiedad de la tierra.

Las políticas económicas aplicadas en los países de América Latina en los años 90 están basadas en la liberalización económica y comercial. Ello expuso las economías rurales a las fuerzas del mercado y redujo la inversión pública en las áreas rurales. La incidencia de la pobreza rural registró un constante aumento, con crecientes problemas de salud y también malnutrición. Por otra parte, esas políticas fueron acompañadas por la democratización, prestando atención a la sociedad civil, a la necesidad de un desarrollo sostenible, a las relaciones en materia de género, y a la descentralización y los gobiernos locales.

Cercano Oriente

El Cercano Oriente es una región predominantemente árida y la agricultura es fundamentalmente pluvial. Las lluvias son escasas y varían una estación a otra. Muchos países de la región son considerados con escasez de agua y, en 1991, solo el 7.3 por ciento de la tierra era considerado arable. Pastoreo excesivo, desertificación, erosión, salinización, urbanización, industrialización, efectos de inestabilidad política, conflictos y guerras civiles, todo ello afectó negativamente los recursos tierra y agua. En consecuencia, hay escaso potencial en la región para ampliar el cultivo. La mayor parte de las parcelas son pequeñas (diez o menos hectáreas) y ocupan cerca del 25 por ciento de toda la tierra arable. Dada esta situación, las políticas agrícolas se orientan hacia el aumento de los rendimientos agrícolas más que la expansión de la agricultura.

La tasa de autosuficiencia en los principales bienes alimentarios básicos en el Cercano Oriente bajó drásticamente entre 1979/1980 y 1989/1990: los cereales disminuyó de 98 a 70 por ciento, el azúcar de 75 a 62 por ciento y la carne de 99 a 85 por ciento. Ello llevó a una creciente dependencia de las importaciones de alimentos.

Tabla 2: Estimaciones globales de la Incidencia de Subnutrición Crónico por Región

REGIÓN

AÑO*

SUBNUTRICIÓN
% Población Total

Africa sub-sahariana

1979-1981

39

 

1990-1992

41

Cercano Oriente/Norte de Africa

1979-1981

10

 

1990-1992

10

Asia Este

1979-1981

27

 

1990-1992

16

Asia Sur

1979-1981

33

 

1990-1992

22

América Latina/ Caribe

1979-1981

13

 

1990-1992

14

Total

1979-1981

27

 

1990-1992

20

* Promedios de tres años Fuente: adaptado de FAOSTAT (1994)

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