CAUSAS DE LOS INCENDIOS: PRÁCTICAS TRADICIONALES DE QUEMA Y ABANDONO DE TIERRAS
Las estadísticas sobre las causas de los incendios forestales en la región mediterránea distan de mucho de ser completas, si bien es evidente que la mayoría de los incendios son producidos por el hombre. Los agentes naturales como el rayo también ocasionan incendios y cuando ocurren en áreas aisladas el alcance de los daños puede ser enorme. Por ejemplo, en 1979 el rayo fue la causa de un incendio que quemó más de 30 000 ha en Ayora-Enguera, España. Sin embargo, el promedio de incendios de causas naturales es pequeño si se le compara con el de los incendios producidos por el hombre.
Una fuente importante de incendios está representada por los pastores que prenden fuego a los bosques y pastizales a fin de fomentar el crecimiento de nuevos brotes para los animales de pastoreo. Cuando esto se efectúa sin las debidas precauciones y coincide con un elevado riesgo climático, los incendios forestales son prácticamente inevitables.
Asimismo, los agricultores utilizan el fuego para eliminar los rastrojos agrícolas y hacer retroceder los bosques a los fines de la expansión agrícola. A pesar de los riesgos evidentes, con frecuencia puede observarse a campesinos que prenden fuego a residuos agrícolas incluso cuando en la misma área se están produciendo incendios no controlados de grandes dimensiones.
Las estadísticas oficiales sobre las causas de los incendios forestales indican un elevado porcentaje en las categorías de causas desconocidas y de acción intencional. La Administración Española ha llevado a cabo diversos estudios sociológicos en las zonas expuestas a riesgo elevado después de 1975, utilizando para ello diversas metodologías. Por lo general, las reuniones de grupo y los debates directos en sitios públicos resultaron ser la mejor forma de recabar las opiniones de las poblaciones rurales. A fin de comprobar la información proporcionada por éstas, se realizó una encuesta entre el personal forestal y las autoridades locales.
El análisis de historiales de incendios mediante el estudio de documentos jurídicos, planes de ordenación forestal, periódicos antiguos y folletos, efectuado por tres universidades en diferentes regiones facilitó una ingente cantidad de información sobre las causas y regímenes de los incendios.
Frente a las conclusiones de esos estudios, se ha diseñado una serie de políticas con miras a influenciar el comportamiento de las personas. Algunas de ellas están orientadas hacia métodos persuasivos; otras están encaminadas a modificar las leyes sobre utilización de bosques y tierras; un tercer grupo prevé la aplicación de medidas represivas.
Es necesario llevar a cabo estudios adicionales de la economía rural para poder explicar la gravedad que representa hoy el problema de los incendios forestales. La fuerte disminución de la población rural puede dar razón de la creciente acumulación de combustibles en los bosques. Al mismo tiempo, el envejecimiento progresivo de la población remanente hace que se mantengan prácticas antiguas como la quema no controlada. Los campesinos han quemado los bosques por siglos, pero nunca antes los incendios habían alcanzado los actuales niveles de punta en términos de número y daños.
Un programa de acuerdos entre las administraciones y los campesinos a fin de promover la quema controlada podría ofrecer un modo de prevenir los incendios forestales en la mayoría de las regiones. Por su parte, un mayor números de patrullas móviles en las áreas en peligro también podría reducir eficazmente el actual número de incendios intencionales.
Además de estas medidas, está en vías de aplicación un programa permanente de educación para prevenir el uso indebido del fuego en las zonas silvestres. Esta actividad se divide en campañas específicas para cada grupo bajo riesgo: agricultores, pastores, excursionistas, cazadores y niños.
Deberían examinarse otras políticas con objeto de evitar efectos secundarios negativos, como las relativas a los subsidios de la Unión Europea para la ganadería extensiva y el abandono de tierras. El riesgo de incendios debería tomarse en consideración al diseñar dichas políticas.
SUPRESIÓN DE INCENDIOS: GRAVEDAD DE LAS CONSECUENCIAS DE LA TRANSFERENCIA DE RESPONSABILIDADES DE LOS SERVICIOS FORESTALES A LOS SERVICIOS ESTRUCTURALES DE LUCHA CONTRA INCENDIOS
El decenio pasado ha registrado grandes inversiones en materia de mecanización (aeronaves, camiones tanque) en los países del Mediterráneo de la Unión Europea. En la mayoría de los casos, esto no se ha integrado en una política forestal general que asegure asimismo las inversiones necesarias en las actividades silvícolas y el fomento de la sensibilización pública. Así pues, la falta de una política preventiva a menudo ha hecho fracasar los esfuerzos de supresión en los momentos de condiciones climáticas extremas.
En consecuencia, se origina un círculo vicioso de prevención de incendios defectuosa, elevados costos de extinción y sucesivamente nuevos incendios.
La situación puede incluso empeorar cuando algunas administraciones intentan abordar el problema transfiriendo todas las responsabilidades en materia de supresión a los servicios estructurales antiincendios.
Estos servicios trabajan normalmente con equipos mecánicos y por lo general no poseen experiencia en el uso de técnicas específicas de lucha contra incendios (personal, instrumentos, sistemas de ataque, etc.)
La aplicación de esta política ha ocasionado diversos incendios de grandes proporciones (Marsella, Francia, en 1997; Cataluña, España, en 1998; Atenas, Grecia, en 1998, y otros).
A diferencia de lo que antecede, existen muchas experiencias positivas en otros lugares (por ejemplo, en otras regiones de España) en los que la cooperación entre organismos redunda en un uso correcto de los recursos y el rendimiento eficiente del sistema en su conjunto.
La ejecución de una política de protección integrada es un deber, para poder distribuir todos los recursos en forma equilibrada entre la prevención y la extinción bajo el amparo de una política forestal amplia.