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CAPITULO 4

SITUACION DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN AMERICA LATINA


Cecilio Morón
y Alejandro Schejtman

INTRODUCCION

La FAO define la seguridad alimentaria como una situación que permite asegurar que todas las personas tengan en todo momento acceso físico y económico a los alimentos que necesitan. La seguridad alimentaria tiene tres propósitos específicos: asegurar una producción adecuada de alimentos, conseguir la máxima estabilidad en sus flujos y garantizar el acceso a los alimentos disponibles por parte de quienes lo necesitan.

En este concepto ampliado, además de los problemas de acceso a los mercados por los países deficitarios y la creación de fondos de reserva de alimentos, se incluyen problemas relativos al desarrollo agrícola y rural, la producción alimentaria, el comercio internacional, los mecanismos de estabilización y, en particular, las mejoras en las condiciones de acceso alimentario de los pobres.

El factor principal de las dificultades de acceso a los alimentos y de la inseguridad alimentaria es la pobreza Los pobres no tienen los medios o los derechos suficientes para asegurarse el acceso a los alimentos, aunque estos estén disponibles localmente, y son los primeros que sufren las consecuencias de un descenso de la disponibilidad o una elevación de los precios de los alimentos. Además, la pobreza limita el acceso a otros factores complementarios que inciden en el aprovechamiento biológico de los alimentos disponibles como la salud, la educación, el agua potable y los servicios sanitarios.

A su vez la pobreza, y su correlato la inseguridad alimentaria y la desnutrición, constituye la resultante de una compleja red de interrelaciones de las estructuras productivas y de poder, la ideología y la organización jurídica institucional, cuyo conjunto determina el estilo global de desarrollo y establece, por lo consi­guiente, los alcances y las limitaciones tanto de la política alimentaria y nutricional como de aquéllas tendientes a erradicar la pobreza.

Por lo tanto, el análisis de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición y las estrategias y acciones para superarlos necesitan de un enfoque intersectorial y multidisciplinario del complejo de condiciones ecológicas, económicas, sociales y culturales que afectan al país, a la comunidad y al individuo. El estudio de los diversos factores que inciden en el sistema alimentario ofrece el marco de referencia adecuado para sistematizar dicho análisis.

EVOLUCIONDELA DISPONIBILIDAD AGREGADA U OFERTA AUMENTARIA

Para efectuar un diagnóstico y establecer una política de seguridad alimentaria corresponde considerar en qué medida la disponibilidad u oferta alimentaria ha si­do: i) suficiente para satisfacer la demanda efectiva y las necesidades básicas de quienes carecen de poder adquisitivo para expresarlas en demanda de mercado; ii) estable en lo que a magnitud de las fluctuaciones de la oferta en el tiempo se refiere; iii) autónoma a niveles política y económicamente aceptables de dependencia; iv) sustentable en relación a la capacidad de asegurar en el tiempo las condiciones anteriores, evitando el deterioro de los recursos renovables y no renovables; y v) inocua en términos de su incidencia sobre la salud de la población.

1. Niveles de suficiencia

En América Latina la disponibilidad de energía alimentaria per cápita había aumentado de 2500 kcal/día en 1969-71 a 2690 kcal/día en 1979-81, cifra que se mantuvo igual para 1988-90. Cabe des­tacar que fue la única región en el mundo que no aumentó la disponibilidad de ener­gía en el último período señalado. Si se define como suficiencia precaria una dis­ponibilidad de energía superior al 10 % de los requerimientos medios, se constata que en el trienio 1990-92 no llegaron a este nivel Bolivia, Panamá, Perú y República Dominicana (Cuadro 1).

Cuadro 1
Niveles de suficiencia1
(Porcentaje)

País

1969-71

1979-81

1990-92

Argentina

137

134

134

Bolivia

91

98

100

Brasil

112

121

132

Chile

115

116

121

Colombia

92

108

127

Costa Rica

107

115

135

Cuba

114

127

140

Ecuador

98

104

121

El Salvador

85

107

124

Guatemala

96

99

113

Honduras

96

95

113

M�xico

119

136

152

Nicaragua

110

106

115

Panam�

102

100

108

Paraguay

117

116

119

Per�

103

95

90

R. Dominicana

91

102

108

Uruguay

126

119

123

Venezuela

107

122

128

América Latina (*)
(kcal/per cápita/día)

2500

2690

2690

(1) Suficiencia = (consumo medio/norma básica) * 100
Norma básica: calculada a partir del programa ENREQ, FAO
Fuente: FAO/RLC, basado en datos de las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT-PC
*CIN 1992. Nutrición y desarrollo, una evaluación mundial

La crisis de la década del 80 condujo en la mayoría de los casos al estancamiento o disminución de la disponibilidad de energía alimentaria Para América Latina en la década del 70 la disponibilidad creció el 0,6 % acumulativo anual, situación que en la década del 80 se revierte para presentar un crecimiento negativo de 0,1 % (Cuadro 2).

Cuadro 2
Tasa anual de cambio de disponibilidad
de energía alimentaría
(Porcentaje)

Pa�s

1971-1980

1981-1990

Argentina

0,3

-0,2

Bolivia

0,8

-0,6

Brasil

1,1

0,4

Chile

-0,1

-0,7

Colombia

1,4

0,0

Costa Rica

0,5

0,6

Cuba

1,0

0,2

Ecuador

0,8

0,5

El Salvador

2,6

-0,2

Guatemala

0,3

0,5

Honduras

0,1

0,7

M�xico

1,4

-0,1

Nicaragua

-0,1

-0,3

Panam�

-0,3

-1,0

Paraguay

0,1

-0,1

Per�

-1,1

-0,4

R. Dominicana

1,1

0,1

Uruguay

0,3

-0,6

Venezuela

2.1

-1.3

Am�rica Latina

06

-01

Fuente: FAO/RLC, basado en datos de las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT- PC

2. Niveles de estabilidad

El concepto de estabilidad se refiere a la magnitud de las oscilaciones a la que está sometida la disponibilidad agregada a lo largo del tiempo. Como indicador se utiliza el coeficiente de variabilidad del consumo aparente respecto a sus valores tendenciales. A pesar de que en la mayoría de los países disminuyeron las importaciones de alimentos en el período de la crisis de los 80 en relación a la década anterior, no se advirtieron tendencias claras hacia una mayor inestabilidad

Cuadro 3
Coeficiente de variabilidad1 de la oferta
interna de alimentos2

País

1971-1980

1981-1992

Argentina

3,4

3,5

Bolivia

3,7

9,6

Brasil

2,8

1,4

Chile

1,8

1,2

Colombia

0,9

4,2

Costa Rica

1,6

4,3

Cuba

3,4

3,0

Ecuador

4,9

5,4

El Salvador

2,2

5,4

Guatemala

0,5

6,2

Honduras

1,8

2,1

México

1,6

2,3

Nicaragua

2,3

5,3

Panamá

9,8

6,1

Paraguay

2,7

5,3

Perú

2,1

9,1

R. Dominicana

5,6

4,8

Uruguay

4,3

3,5

Venezuela

3.4

6.8

(1) Coeficiente de variabilidad = (error estándar de la regresión/media)* 100
(2) Cereales, raíces, tubérculos y leguminosas secas
Fuente: FAO/RLC, basado en las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT-PC

La inestabilidad aumenta en más de la mitad de los países y disminuye en el resto, sin que exista un patrón claro por regiones agroclimáticas o geográficas (Cuadro 3). En general, en varios países de América Central y del Area Andina se advierten los mayores niveles de inestabilidad, que coinciden por otra parte con los menores niveles de sufi­ciencia

3. Niveles de autonomía

El grado de autonomía o autosuficiencia alimentaria es un indicador de peso relativo de las importaciones sobre el consumo interno que puede medirse en términos de calorías importadas o de algunos de los principales componentes de las dietas nacionales, normalmente cereales o granos básicos.

Cuadro 4
Autonomía energética1
(Porcentaje)

País

1969-1971

1979-1981

1990-92

Argentina

1

1

1

Bolrvia

20

24

14

Brasil

5

11

7

Chile

24

40

14

Colombia

11

16

8

Costa Rica

32

27

26

Cuba

52

58

43

Ecuador

9

22

11

El Salvador

14

17

22

Guatemala

13

15

19

Honduras

12

17

15

México

2

20

21

Nicaragua

11

27

21

Panam�

28

34

34

Paraguay

4

3

2

Per�

15

23

29

R. Dominicana

20

37

39

Uruguay

10

14

10

Venezuela

38

61

34

(1) Importaciones de alimentos (en kcal)/dispanibilidad de alimentos (en kcal) *100 Alimentos: cereales, leche, aceites vegetales, leguminosas, carnes, raíces y tubérculos, y azúcar
Fuente: FAO/RLC, basado en las hojas de balance de la FAO,FAOSTAT-PC

Se puede considerar de manera arbitraria que el grado de dependencia energética es baja si ésta es inferior al 10 %, mediana entre 10 y 19 %, alta entre 20 y 29 % y crítica por arriba del 30%. Se aprecia que el número de países con dependencia crítica pasa de 3 en los años 1969-71 a 5 y 4, respectivamente, en los trienios subsiguientes que corresponden al período de la crisis económica (Cuadro 4).

Si se plantea la autonomía económica desde el punto de vista del gasto en alimentos importados en relación a las exportaciones totales, se observa situaciones muy heterogéneas que van desde países que importan en alimentos no más de un 10 a 15 % de lo obtenido por exportaciones, hasta aquéllos en que éstas alcanzan el 30 % o más (Cuadro 5).

Con ambos indicadores se aprecia que en la mayoría de los países las aumentan en el decenio del 70 para descender durante la crisis de los 80.

4. Grado de sustentabilidad

Se entiende por sustentabilidad del sistema alimentario la capacidad de asegurar, en determinado plazo, que los niveles de suficiencia, estabilidad y autonomía alcanzados, no impliquen un deterioro tal de los recursos naturales, renovables y no renovables, que hagan imposible el sostenimiento de las condiciones deseables del sistema alimentario en el largo plazo afectando la seguridad alimentaría de las generaciones futuras.

Cuadro 5
Dependencia económica1
(Porcentaje)

País

1969-1971

1979-1981

1990-92

Argentina

3

4

3

Bolivia

16

11

12

Brasil

10

11

6

Chile

12

13

4

Colombia

8

10

5

Costa Rica

13

9

9

Cuba

30

16

19

Ecuador

8

6

5

El Salvador

11

14

28

Guatemala

7

10

15

Honduras

10

16

11

México

8

15

15

Nicaragua

9

22

53

Panamá

23

33

33

Paraguay

9

8

6

Perú

13

13

18

R. Dominicana

16

16

40

Uruguay

8

7

5

Venezuela

5

8

5

(1) Importaciones de alimentos (en US$)/exportaciones totales (en US$) *100 Alimentos: cereales, leche, aceites vegetales, leguminosas, carnes, raíces y tubérculos, y azúcar
Fuente: FAO/RLC, basado en las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT-PC

Los fenómenos de deterioro ambiental en América Latina están estrechamente vinculados a la pobreza y al particular proceso de modernización parcial y excluyente experimentado por el agro en América Latina Este proceso fue parcial porque abarcó sólo a algunas regiones y a determinados productores y productos, y excluyente porque ha desplazado hacia tierras marginales a una parte importante de pequeños productores, principalmente de alimentos básicos.

Son tres los aspectos generales que en materia de deterioro ecológico afectan al sistema alimentario: la pérdida o deterioro de tierras laborables y de los recursos hidrobiológicos, la pérdida de variedades fitogenéticas y la pérdida de eficiencia energética del sistema alimentario. Este último punto es analizado en el Capítulo 6 sobre consumo de alimentos.

La precariedad creciente de las condiciones en que funciona la economía campesina, producto del deterioro del potencial productivo y de la subdivisión de las tierras, está conduciendo a la erosión de suelos, desertifícación, salinización, agotamiento y contami­nación de los recursos hídricos. Estimaciones parciales señalan que los procesos de erosión han afectado a más de la mitad de la superficie de México, una tercera parte de Colombia, la totalidad de las tierras altas de América Central y la cuarta parte de Chile.

Con relación a las variedades genéticas, ciertas prácticas de pastoreo que han eliminado especies forrajeras, el desarrollo de semillas de alto rendimiento, y el relegamiento cultural y agrícola de los cultivos tradicionales, están produciendo la pérdida de la biodiversidad.

5. Inocuidad y calidad de los alimentos

Las estadísticas sobre incidencia de las enfermedades transmitidas por alimentos son prácticamente inexistentes en América Latina y sólo se dispone de información de algunos brotes por intoxicación alimentaria Como apro­ximación al tema basta constatar la enorme incidencia de morbilidad por enfermedades infecciosas del tracto digestivo, tales como diarreas, tifoidea, hepatitis y cólera, en la mayoría de los países y sus efectos en el mejor aprovechamiento de los alimentos para considerar esta problemática como otra manifestación de los problemas ambientales y de la inseguridad alimentaria, que afecta particularmente a los sectores de bajos ingresos.

En el Cuadro 6 se presentan cifras sobre mortalidad registrada por enfermedad diarreica aguda en menores de 5 años, cuya magnitud revela la importancia que representa en América Latina Por otra parte, entre los años 1991 y 1993 se notificaron en la región 941.000 casos de cólera

La contaminación de los alimentos no sólo afecta la salud del consumidor, sino que ocasiona una pérdida considerable de la producción nacional. Además, la deficiente calidad e inocuidad de los alimentos perjudica su comercialización al producir rechazos en las exportaciones.

Cuadro 6
Defunciones registradas por enfermedad
diarreica aguda en menores de 5 años
alrededor de 1990

País

Porcentaje

Argentina

4

Brasil

15

Chile

2

Colombia

31

Costa Rica

4

Cuba

20

Ecuador

20

El Salvador

20

Guatemala

22

Honduras

36

México

16

Nicaragua

28

Panamá

9

Paraguay

19

Perú

18

R. Dominicana

19

Uruguay

3

Venezuela

14

EE.UU.

03

Fuente: OPS/OMS. 1994. Las condiciones de la salud de las Américas. Vol. L OPS, Washington. Publicación Científica N° 549

EVOLUCION DEL ACCESO A LOS ALIMENTOS

La equidad es el criterio principal y último que debe reunir un sistema alimentario, ya que las condiciones de suficiencia, estabilidad y sustentabilidad, analizadas anteriormente son prerrequisitos para alcanzar la equidad.

Es difícil saber cuántos hogares están afectados de inseguridad alimentaria, de­bido a las dificultades de definición, me­dición e insuficiencia de datos. Las esti­maciones varían mucho y oscilan entre 300 a 1000 millones de personas en todo el mundo. Un estudio del IFPRI sobre localización de las víctimas de deficiencia de alimentos y energía por zonas agroecológicas, señala que la incidencia de la pobreza alimentaria, definida de ese mo­do, oscila entre el 23 % en América Cen­tral, 26 % en América del Sur, 35 % en Asia y 3 8 % en el Africa subsahariana.

Cuadro 7
Cambios en la magnitud de la pobreza en América Latina
1970-1990

A�o

Pobres (1)

Indigentes (2)

 

Total

Urbano

Rural

Total

Urbano

Rural

Porcentajes

1970

45

29

67

24

13

40

1980

41

30

60

19

11

33

1990

46

39

61

22

15

37

  Miles de Personas
1970

119800

44200

75600

63700

19900

43800

1980

135900

62900

73000

62400

22500

39900

1990(3

195900

115500

80400

93500

44900

48600

(1) Personas con ingresos inferiores a la línea de pobreza,
incluye a las personas que viven en situación de indigencia
(2) Personas con ingresos inferiores a la línea de indigencia
(3) Estimación para 19 países de la región
Fuente: CEPAL. Panorama social de América Latina Edición 1994

Una primera aproximación para determinar la equidad en el acceso a los alimentos es la estimación de la pobreza, dado que para definir la línea de la pobreza se utiliza el costo de la canasta básica de alimentos para satisfacer los requerimientos energético-proteicos.

En términos absolutos, el número de personas bajo la línea de pobreza pasó de cerca de 120 millones en 1970 a 136 millones en 1980 y a 196 millones en 1990, lo que representa el 46 % de la población. En otras palabras, mientras en la década del 70 el número de pobres creció a una tasa del orden del 1 %, entre 1980 y 1990 lo hizo a una tasa acumulativa anual de 3,3 %, como consecuencia de la crisis (Cuadro 7).

Como es de esperar, la proporción de población pobre e indigente es significativamente más alta en el sector rural que en el sector urbano.

Hay que destacar que el incremento de los niveles de desempleo y la magnitud de la caída de los salarios reales fue más aguda en los sectores de ingresos más bajos y en las ocupaciones peor remuneradas.

Por otra parte, la proporción de población sin acceso a servicios de salud y saneamiento, tan determinantes en el aprovechamiento biológico de los alimentos, se mantuvieron por arriba del 25 % en las áreas urbanas de más de la mitad de los países de la región y por encima del 80 % de las áreas rurales.

En la región 140 millones de personas no tienen acceso a la atención básica en salud y 130 millones no tienen acceso al agua potable.

En cuanto al número de desnutridos crónicos, estimado en 1989-90, fue de 59 millones de personas (13 % de la población). La tendencia a la mejoría se hizo más lenta que en el decenio del 80, de 19 % en 1969-71 pasó a 13 % en 1979-81, cifra que se mantuvo constante en 1988-90, debido principalmente a los programas de ajuste económico (Cuadro 8).

Cuadro 8
Estimación de la desnutrición crónica en América Latina

Per�odo
(años)

Número
(millones)

Proporción
(%)

1969-71

54

19

1979-81

47

13

1988-90

59

13

Fuente: FAO en: CIN. 1992. Nutrición y desarrollo, una evaluación mundial. FAO/OMS (ICN/92/INF/5)

En el Cuadro 9 se presentan las prevalencias de desnutrición en preescolares de países en donde existe información con los indicadores peso/edad, talla/edad y peso/talla En todos los países la prevalencia de talla/edad es más alta que la de peso/edad, y la más baja de todas es la de peso/talla Un estudio de UNICEF estimó que en 1990 la prevalencia promedio de déficit en América Latina y el Caribe era de 13,8 %, 27,7 % y 1,3 % para peso/edad, talla/edad y peso/talla respectivamente.

Además de la desnutrición proteico energética, las carencias de micronutrientes constituyen otra manifestación última de la falta de acceso a los alimentos. En el Cuadro 10 se presentan algunas cifras globales de los principales deficiencias de micronutrientes en la Región.

Cuadro 9
Prevalencia de déficit de peso para edad,
talla para edad y peso para talla en
Preescolares

País

Porcentaje de déficit

  P/E

T/E

P/T

Bolivia

11,7

38,3

2,2

Brasil

7,0

15,4

2,0

Colombia

10,1

16,6

2,9

Ecuador

16,5

34,0

1,7

El Salvador

15,2

29,9

2,3

Guatemala

38,5

57,9

1,4

México

13,9

22,3

6,3

Nicaragua

10,9

21,9

2,3

Paraguay

4,2

20,3

0,4

Perú

10,4

35,2

1,4

R. Dominicana

12,5

20,8

2,3

Uruguay

6,5

14,6

1,9

Venezuela

9.7

17.1

5.7

América Latina*

13 8

27.7

1.3

(*) UNICEF. 1992. Statistics on children in UNICEF assisted coimtries. New York, UNICEF
Fuente: CIN. 1993. Situación alimentaria y nutricional de América Latina. FAO/OPS. Santiago de Chile

La anemia por deficiencia de hierro es uno de los principales problemas nutricionales de América Latina que afecta de manera generalizada a todos los países; para 1980, se estimó que 60 millones de personas estaban afectadas, aunque con importantes diferencias entre países. Para el continente americano, se estimó que en 1992, existían 94 millones de personas afectadas con deficiencia de hierro o anemia Se podría estimar en general, que por lo menos el 30% de las mujeres embarazadas y el 20 al 25% de los niños preescolares de América Latina sufren de anemia, principalmente debido a la deficiencia de hierro.

En América Latina, la OMS estimó que 30 millones de personas están afectadas con bocio y 250 mil con cretinismo endémico. Además, 55 millones de personas estarían en riesgo por deficiencia de yodo. Según estimaciones de ICCIDD/OMS/ UNICEF la tasa total estimada de bocio en escolares en el continente americano es de 8,7%; como las tasas de EE.UU. y Canadá son de cero, dichos valores corresponden a los países de América Latina y el Caribe.

La deficiencia de vitamina A tiene su predominio en las zonas áridas del nordeste de Brasil, Haití y América Central; sin embargo, las encuestas epidemiológicas indican que esta deficiencia está distribuida en la región de manera más general que lo que los datos clínicos parecen indicar. Se estima que en el continente americano 2 millones de personas estarían en riesgo de deficiencia de vitamina A y 100 mil afectados.

Cuadro 10
Deficiencias de micronutrientes más frecuentes en América Latina

Deficiencia

Año

Número,%

Hierro 
Población (1980)

60 millones

(1992)

94 millones *

Embarazadas (1976-90)

10-82%

Preescolares (1976-90)

15-69%

Yodo 

Deficiencia (1992)

55 millones

Bocio endémico (1992)

30 millones

Cretinismo endémico (1985)

250 mil

Bocio en población preescolar (1993)

8,7%a

Vitamina A*
En riesgo (1992)

2 millones

Afectada (1992)

100 mil

* Región de las Américas
Fuente: OMS en: CIN. 1992. Nutrición y desarrollo, una evaluación mundial. FAO/OMS (ICN/92/INF/5)
(a)ICCEID/OMS/UNICEF. 1993. Global prevalence of iodine deficiency disorders. Micronutrient deficiency information system. Geneva, WHO. MDIS Working paper #1

INDICE GLOBAL DE SEGURIDAD ALIMENTARIA FAMILIAR

Como una aproximación para estimar la situación de la seguridad alimentaria la FAO ha desarrollado, de manera tentativa, el índice global de seguridad alimentaria familiar (IGSAF).

Este índice incluye la prevalencia de desnutrición de la población, más la amplitud del déficit de las personas desnutridas con respecto a las necesidades medias nacionales de energía alimentaria, así como la amplitud de la inestabilidad en la disponibilidad anual de energía alimentaria Los valores del IGSAF oscilan entre 0 y 100, representando esta última cifra un situación de seguridad alimentaria completa sin riesgo y el valor 0 presumiblemente el hambre endémica total.

En el Cuadro 11 figuran los valores de IGSAF para los países de América Latina y el Caribe durante los períodos 1988-90 valores medios del IGSAF para el y 1991-93. Los países se han agrupado y período 1988-90. clasificado en niveles sobre la base de los valores medios del IGSAF para el período 1988-90

Cuadro 11
Situación de la seguridad alimentaria en América Latina según el índice global de
seguridad alimentaria familiar

País

1988-90

1991-93+

Nivel alto (IGSA = > 85)
Argentina

94,0

95,1

Cuba

93,0

89,8

Brasil

90,8

93,3

Trinidad y Tabago

90,8

81,5*

Paraguay

89,2

80,9*

México 88,6

86,0

Uruguay

88,2

89,4

Panamá

85,5

83,9*

Nivel medio (IGSA = > 75 a < 85)

Costa Rica

81,7

79,5

Guyana

80,7

91,0#

Chile

80,1

79,5

Colombia

80,0

77,6

Ecuador

79,2

78,9

Surinam

78,4

74,1

Venezuela

77,4

76,2

Honduras

76,9

74,4*

Jamaica

76,5

89,1#

El Salvador

76,3

78,1

Guatemala

76,0

70,9*

Nivel bajo (IGSA = > 65 a < 75)

República Dominicana

73,0

72,9

Nicaragua

72,1

64,0*

Bolivia

70,6

71,2

Perú 69,5 63,8*
Haití

67,3

26,5*

Nivel críticamente bajo (IGSA < 65)
Clasificación según promedio de IGSA para 1988-90:
+ Estimaciones preliminares,* Países que bajaron de nivel para 1991-93
# Países que subieron de nivel para 1991-93
Fuente: FAO. 1994. Evaluación de la situación actual en materia
de seguridad alimentaria mundial y evolución reciente pertinentes.
FAO, Roma (CFS: 94/2, febrero 1994)

Se puede apreciar que 8 países se encontraban en un nivel alto de seguridad alimentaria, 11 en el nivel medio y 5 en el nivel bajo. Sin embargo, la situación para 1991-93 se ha empeorado para 17 de los 24 países, incluso 8 de ellos bajan de nivel: 3 países descienden del nivel alto al medio, 2 del medio al bajo y 3 del bajo llegan al nivel críticamente bajo en el que no se encontraba ningún país en el período anterior. De los 7 países que suben su índice, sólo dos ascienden de nivel.

Debe aclararse que en estas tabu-laciones el índice excluye deliberadamente el efecto de la ayuda alimentaria Al incluir ésta se comprueba que Honduras se mantuvo en el nivel medio y que Nicaragua y Perú en el nivel bajo.

CONCLUSIONES

Los efectos de la crisis y el ajuste económico sobre los aspectos de seguridad alimentaria relacionados con la disponibilidad agregada produjeron una caída o estancamiento de los niveles de suficiencia; su impacto sobre los niveles de estabilidad fueron ambiguos; y las dificultades para importar redujeron los niveles de dependencia externa, a costa del cambio de composición de la dieta

De éstos, el que mayor efecto tuvo sobre el acceso a los alimentos fue la disminución de los niveles de suficiencia, dada la alta elasticidad de la demanda de los sectores más pobres. Si a ello se agrega la disminución de los niveles de los salarios y de la capacidad de compra de alimentos; el aumento del desempleo y subempleo; y las reducciones del gasto público en áreas que inciden en la seguridad alimentaria, se puede concluir que los problemas de acceso fueron los más afectados en la década de la crisis, aunque sólo se dispone de información parcial sobre los efectos en el estado nutricional.

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