Cecilio Morón
y Alejandro Schejtman
La FAO define la seguridad alimentaria como una situación que permite asegurar que todas las personas tengan en todo momento acceso físico y económico a los alimentos que necesitan. La seguridad alimentaria tiene tres propósitos específicos: asegurar una producción adecuada de alimentos, conseguir la máxima estabilidad en sus flujos y garantizar el acceso a los alimentos disponibles por parte de quienes lo necesitan.
En este concepto ampliado, además de los problemas de acceso a los mercados por los países deficitarios y la creación de fondos de reserva de alimentos, se incluyen problemas relativos al desarrollo agrícola y rural, la producción alimentaria, el comercio internacional, los mecanismos de estabilización y, en particular, las mejoras en las condiciones de acceso alimentario de los pobres.
El factor principal de las dificultades de acceso a los alimentos y de la inseguridad alimentaria es la pobreza Los pobres no tienen los medios o los derechos suficientes para asegurarse el acceso a los alimentos, aunque estos estén disponibles localmente, y son los primeros que sufren las consecuencias de un descenso de la disponibilidad o una elevación de los precios de los alimentos. Además, la pobreza limita el acceso a otros factores complementarios que inciden en el aprovechamiento biológico de los alimentos disponibles como la salud, la educación, el agua potable y los servicios sanitarios.
A su vez la pobreza, y su correlato la inseguridad alimentaria y la desnutrición, constituye la resultante de una compleja red de interrelaciones de las estructuras productivas y de poder, la ideología y la organización jurídica institucional, cuyo conjunto determina el estilo global de desarrollo y establece, por lo consiguiente, los alcances y las limitaciones tanto de la política alimentaria y nutricional como de aquéllas tendientes a erradicar la pobreza.
Por lo tanto, el análisis de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición y las estrategias y acciones para superarlos necesitan de un enfoque intersectorial y multidisciplinario del complejo de condiciones ecológicas, económicas, sociales y culturales que afectan al país, a la comunidad y al individuo. El estudio de los diversos factores que inciden en el sistema alimentario ofrece el marco de referencia adecuado para sistematizar dicho análisis.
Para efectuar un diagnóstico y establecer una política de seguridad alimentaria corresponde considerar en qué medida la disponibilidad u oferta alimentaria ha sido: i) suficiente para satisfacer la demanda efectiva y las necesidades básicas de quienes carecen de poder adquisitivo para expresarlas en demanda de mercado; ii) estable en lo que a magnitud de las fluctuaciones de la oferta en el tiempo se refiere; iii) autónoma a niveles política y económicamente aceptables de dependencia; iv) sustentable en relación a la capacidad de asegurar en el tiempo las condiciones anteriores, evitando el deterioro de los recursos renovables y no renovables; y v) inocua en términos de su incidencia sobre la salud de la población.
En América Latina la disponibilidad de energía alimentaria per cápita había aumentado de 2500 kcal/día en 1969-71 a 2690 kcal/día en 1979-81, cifra que se mantuvo igual para 1988-90. Cabe destacar que fue la única región en el mundo que no aumentó la disponibilidad de energía en el último período señalado. Si se define como suficiencia precaria una disponibilidad de energía superior al 10 % de los requerimientos medios, se constata que en el trienio 1990-92 no llegaron a este nivel Bolivia, Panamá, Perú y República Dominicana (Cuadro 1).
Cuadro 1
Niveles de suficiencia1
(Porcentaje)
País |
1969-71 |
1979-81 |
1990-92 |
Argentina |
137 |
134 |
134 |
Bolivia |
91 |
98 |
100 |
Brasil |
112 |
121 |
132 |
Chile |
115 |
116 |
121 |
Colombia |
92 |
108 |
127 |
Costa Rica |
107 |
115 |
135 |
Cuba |
114 |
127 |
140 |
Ecuador |
98 |
104 |
121 |
El Salvador |
85 |
107 |
124 |
Guatemala |
96 |
99 |
113 |
Honduras |
96 |
95 |
113 |
M�xico |
119 |
136 |
152 |
Nicaragua |
110 |
106 |
115 |
Panam� |
102 |
100 |
108 |
Paraguay |
117 |
116 |
119 |
Per� |
103 |
95 |
90 |
R. Dominicana |
91 |
102 |
108 |
Uruguay |
126 |
119 |
123 |
Venezuela |
107 |
122 |
128 |
América Latina (*) (kcal/per cápita/día) |
2500 |
2690 |
2690 |
(1)
Suficiencia = (consumo medio/norma básica) * 100 Norma básica: calculada a partir del programa ENREQ, FAO Fuente: FAO/RLC, basado en datos de las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT-PC *CIN 1992. Nutrición y desarrollo, una evaluación mundial |
La crisis de la década del 80 condujo en la mayoría de los casos al estancamiento o disminución de la disponibilidad de energía alimentaria Para América Latina en la década del 70 la disponibilidad creció el 0,6 % acumulativo anual, situación que en la década del 80 se revierte para presentar un crecimiento negativo de 0,1 % (Cuadro 2).
Cuadro 2
Tasa anual de cambio de disponibilidad
de
energía alimentaría
(Porcentaje)
Pa�s |
1971-1980 |
1981-1990 |
Argentina |
0,3 |
-0,2 |
Bolivia |
0,8 |
-0,6 |
Brasil |
1,1 |
0,4 |
Chile |
-0,1 |
-0,7 |
Colombia |
1,4 |
0,0 |
Costa Rica |
0,5 |
0,6 |
Cuba |
1,0 |
0,2 |
Ecuador |
0,8 |
0,5 |
El Salvador |
2,6 |
-0,2 |
Guatemala |
0,3 |
0,5 |
Honduras |
0,1 |
0,7 |
M�xico |
1,4 |
-0,1 |
Nicaragua |
-0,1 |
-0,3 |
Panam� |
-0,3 |
-1,0 |
Paraguay |
0,1 |
-0,1 |
Per� |
-1,1 |
-0,4 |
R. Dominicana |
1,1 |
0,1 |
Uruguay |
0,3 |
-0,6 |
Venezuela |
2.1 |
-1.3 |
Am�rica Latina |
06 |
-01 |
Fuente: FAO/RLC, basado en datos de las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT- PC |
El concepto de estabilidad se refiere a la magnitud de las oscilaciones a la que está sometida la disponibilidad agregada a lo largo del tiempo. Como indicador se utiliza el coeficiente de variabilidad del consumo aparente respecto a sus valores tendenciales. A pesar de que en la mayoría de los países disminuyeron las importaciones de alimentos en el período de la crisis de los 80 en relación a la década anterior, no se advirtieron tendencias claras hacia una mayor inestabilidad
Cuadro 3
Coeficiente de variabilidad1 de la oferta
interna de
alimentos2
País |
1971-1980 |
1981-1992 |
Argentina |
3,4 |
3,5 |
Bolivia |
3,7 |
9,6 |
Brasil |
2,8 |
1,4 |
Chile |
1,8 |
1,2 |
Colombia |
0,9 |
4,2 |
Costa Rica |
1,6 |
4,3 |
Cuba |
3,4 |
3,0 |
Ecuador |
4,9 |
5,4 |
El Salvador |
2,2 |
5,4 |
Guatemala |
0,5 |
6,2 |
Honduras |
1,8 |
2,1 |
México |
1,6 |
2,3 |
Nicaragua |
2,3 |
5,3 |
Panamá |
9,8 |
6,1 |
Paraguay |
2,7 |
5,3 |
Perú |
2,1 |
9,1 |
R. Dominicana |
5,6 |
4,8 |
Uruguay |
4,3 |
3,5 |
Venezuela |
3.4 |
6.8 |
(1) Coeficiente de variabilidad = (error estándar de
la regresión/media)* 100 (2) Cereales, raíces, tubérculos y leguminosas secas Fuente: FAO/RLC, basado en las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT-PC |
La inestabilidad aumenta en más de la mitad de los países y disminuye en el resto, sin que exista un patrón claro por regiones agroclimáticas o geográficas (Cuadro 3). En general, en varios países de América Central y del Area Andina se advierten los mayores niveles de inestabilidad, que coinciden por otra parte con los menores niveles de suficiencia
El grado de autonomía o autosuficiencia alimentaria es un indicador de peso relativo de las importaciones sobre el consumo interno que puede medirse en términos de calorías importadas o de algunos de los principales componentes de las dietas nacionales, normalmente cereales o granos básicos.
Cuadro 4
Autonomía energética1
(Porcentaje)
País |
1969-1971 |
1979-1981 |
1990-92 |
Argentina |
1 |
1 |
1 |
Bolrvia |
20 |
24 |
14 |
Brasil |
5 |
11 |
7 |
Chile |
24 |
40 |
14 |
Colombia |
11 |
16 |
8 |
Costa Rica |
32 |
27 |
26 |
Cuba |
52 |
58 |
43 |
Ecuador |
9 |
22 |
11 |
El Salvador |
14 |
17 |
22 |
Guatemala |
13 |
15 |
19 |
Honduras |
12 |
17 |
15 |
México |
2 |
20 |
21 |
Nicaragua |
11 |
27 |
21 |
Panam� |
28 |
34 |
34 |
Paraguay |
4 |
3 |
2 |
Per� |
15 |
23 |
29 |
R. Dominicana |
20 |
37 |
39 |
Uruguay |
10 |
14 |
10 |
Venezuela |
38 |
61 |
34 |
(1) Importaciones de
alimentos (en kcal)/dispanibilidad de alimentos (en kcal) *100 Alimentos:
cereales, leche, aceites
vegetales, leguminosas, carnes, raíces y
tubérculos, y azúcar Fuente: FAO/RLC, basado en las hojas de balance de la FAO,FAOSTAT-PC |
Se puede considerar de manera arbitraria que el grado de dependencia energética es baja si ésta es inferior al 10 %, mediana entre 10 y 19 %, alta entre 20 y 29 % y crítica por arriba del 30%. Se aprecia que el número de países con dependencia crítica pasa de 3 en los años 1969-71 a 5 y 4, respectivamente, en los trienios subsiguientes que corresponden al período de la crisis económica (Cuadro 4).
Si se plantea la autonomía económica desde el punto de vista del gasto en alimentos importados en relación a las exportaciones totales, se observa situaciones muy heterogéneas que van desde países que importan en alimentos no más de un 10 a 15 % de lo obtenido por exportaciones, hasta aquéllos en que éstas alcanzan el 30 % o más (Cuadro 5).
Con ambos indicadores se aprecia que en la mayoría de los países las aumentan en el decenio del 70 para descender durante la crisis de los 80.
Se entiende por sustentabilidad del sistema alimentario la capacidad de asegurar, en determinado plazo, que los niveles de suficiencia, estabilidad y autonomía alcanzados, no impliquen un deterioro tal de los recursos naturales, renovables y no renovables, que hagan imposible el sostenimiento de las condiciones deseables del sistema alimentario en el largo plazo afectando la seguridad alimentaría de las generaciones futuras.
Cuadro 5
Dependencia económica1
(Porcentaje)
País |
1969-1971 |
1979-1981 |
1990-92 |
Argentina |
3 |
4 |
3 |
Bolivia |
16 |
11 |
12 |
Brasil |
10 |
11 |
6 |
Chile |
12 |
13 |
4 |
Colombia |
8 |
10 |
5 |
Costa Rica |
13 |
9 |
9 |
Cuba |
30 |
16 |
19 |
Ecuador |
8 |
6 |
5 |
El Salvador |
11 |
14 |
28 |
Guatemala |
7 |
10 |
15 |
Honduras |
10 |
16 |
11 |
México |
8 |
15 |
15 |
Nicaragua |
9 |
22 |
53 |
Panamá |
23 |
33 |
33 |
Paraguay |
9 |
8 |
6 |
Perú |
13 |
13 |
18 |
R. Dominicana |
16 |
16 |
40 |
Uruguay |
8 |
7 |
5 |
Venezuela |
5 |
8 |
5 |
(1) Importaciones de
alimentos (en US$)/exportaciones totales (en US$) *100 Alimentos: cereales, leche, aceites
vegetales, leguminosas, carnes, raíces y
tubérculos, y azúcar Fuente: FAO/RLC, basado en las hojas de balance de la FAO, FAOSTAT-PC |
Los fenómenos de deterioro ambiental en América Latina están estrechamente vinculados a la pobreza y al particular proceso de modernización parcial y excluyente experimentado por el agro en América Latina Este proceso fue parcial porque abarcó sólo a algunas regiones y a determinados productores y productos, y excluyente porque ha desplazado hacia tierras marginales a una parte importante de pequeños productores, principalmente de alimentos básicos.
Son tres los aspectos generales que en materia de deterioro ecológico afectan al sistema alimentario: la pérdida o deterioro de tierras laborables y de los recursos hidrobiológicos, la pérdida de variedades fitogenéticas y la pérdida de eficiencia energética del sistema alimentario. Este último punto es analizado en el Capítulo 6 sobre consumo de alimentos.
La precariedad creciente de las condiciones en que funciona la economía campesina, producto del deterioro del potencial productivo y de la subdivisión de las tierras, está conduciendo a la erosión de suelos, desertifícación, salinización, agotamiento y contaminación de los recursos hídricos. Estimaciones parciales señalan que los procesos de erosión han afectado a más de la mitad de la superficie de México, una tercera parte de Colombia, la totalidad de las tierras altas de América Central y la cuarta parte de Chile.
Con relación a las variedades genéticas, ciertas prácticas de pastoreo que han eliminado especies forrajeras, el desarrollo de semillas de alto rendimiento, y el relegamiento cultural y agrícola de los cultivos tradicionales, están produciendo la pérdida de la biodiversidad.
Las estadísticas sobre incidencia de las enfermedades transmitidas por alimentos son prácticamente inexistentes en América Latina y sólo se dispone de información de algunos brotes por intoxicación alimentaria Como aproximación al tema basta constatar la enorme incidencia de morbilidad por enfermedades infecciosas del tracto digestivo, tales como diarreas, tifoidea, hepatitis y cólera, en la mayoría de los países y sus efectos en el mejor aprovechamiento de los alimentos para considerar esta problemática como otra manifestación de los problemas ambientales y de la inseguridad alimentaria, que afecta particularmente a los sectores de bajos ingresos.
En el Cuadro 6 se presentan cifras sobre mortalidad registrada por enfermedad diarreica aguda en menores de 5 años, cuya magnitud revela la importancia que representa en América Latina Por otra parte, entre los años 1991 y 1993 se notificaron en la región 941.000 casos de cólera
La contaminación de los alimentos no sólo afecta la salud del consumidor, sino que ocasiona una pérdida considerable de la producción nacional. Además, la deficiente calidad e inocuidad de los alimentos perjudica su comercialización al producir rechazos en las exportaciones.
Cuadro 6
Defunciones registradas por enfermedad
diarreica aguda en menores de 5 años
alrededor de 1990
País |
Porcentaje |
Argentina |
4 |
Brasil |
15 |
Chile |
2 |
Colombia |
31 |
Costa Rica |
4 |
Cuba |
20 |
Ecuador |
20 |
El Salvador |
20 |
Guatemala |
22 |
Honduras |
36 |
México |
16 |
Nicaragua |
28 |
Panamá |
9 |
Paraguay |
19 |
Perú |
18 |
R. Dominicana |
19 |
Uruguay |
3 |
Venezuela |
14 |
EE.UU. |
03 |
Fuente: OPS/OMS. 1994. Las condiciones de la salud de las Américas. Vol. L OPS, Washington. Publicación Científica N° 549 |
La equidad es el criterio principal y último que debe reunir un sistema alimentario, ya que las condiciones de suficiencia, estabilidad y sustentabilidad, analizadas anteriormente son prerrequisitos para alcanzar la equidad.
Es difícil saber cuántos hogares están afectados de inseguridad alimentaria, debido a las dificultades de definición, medición e insuficiencia de datos. Las estimaciones varían mucho y oscilan entre 300 a 1000 millones de personas en todo el mundo. Un estudio del IFPRI sobre localización de las víctimas de deficiencia de alimentos y energía por zonas agroecológicas, señala que la incidencia de la pobreza alimentaria, definida de ese modo, oscila entre el 23 % en América Central, 26 % en América del Sur, 35 % en Asia y 3 8 % en el Africa subsahariana.
Cuadro 7
Cambios en la magnitud de la pobreza en América Latina
1970-1990
A�o |
Pobres (1) |
Indigentes (2) |
||||
Total |
Urbano |
Rural |
Total |
Urbano |
Rural |
|
Porcentajes |
||||||
1970 |
45 |
29 |
67 |
24 |
13 |
40 |
1980 |
41 |
30 |
60 |
19 |
11 |
33 |
1990 |
46 |
39 |
61 |
22 |
15 |
37 |
Miles de Personas | ||||||
1970 |
119800 |
44200 |
75600 |
63700 |
19900 |
43800 |
1980 |
135900 |
62900 |
73000 |
62400 |
22500 |
39900 |
1990(3 |
195900 |
115500 |
80400 |
93500 |
44900 |
48600 |
(1) Personas con ingresos inferiores a la línea de
pobreza, incluye a las personas que viven en situación de indigencia (2) Personas con ingresos inferiores a la línea de indigencia (3) Estimación para 19 países de la región Fuente: CEPAL. Panorama social de América Latina Edición 1994 |
Una primera aproximación para determinar la equidad en el acceso a los alimentos es la estimación de la pobreza, dado que para definir la línea de la pobreza se utiliza el costo de la canasta básica de alimentos para satisfacer los requerimientos energético-proteicos.
En términos absolutos, el número de personas bajo la línea de pobreza pasó de cerca de 120 millones en 1970 a 136 millones en 1980 y a 196 millones en 1990, lo que representa el 46 % de la población. En otras palabras, mientras en la década del 70 el número de pobres creció a una tasa del orden del 1 %, entre 1980 y 1990 lo hizo a una tasa acumulativa anual de 3,3 %, como consecuencia de la crisis (Cuadro 7).
Como es de esperar, la proporción de población pobre e indigente es significativamente más alta en el sector rural que en el sector urbano.
Hay que destacar que el incremento de los niveles de desempleo y la magnitud de la caída de los salarios reales fue más aguda en los sectores de ingresos más bajos y en las ocupaciones peor remuneradas.
Por otra parte, la proporción de población sin acceso a servicios de salud y saneamiento, tan determinantes en el aprovechamiento biológico de los alimentos, se mantuvieron por arriba del 25 % en las áreas urbanas de más de la mitad de los países de la región y por encima del 80 % de las áreas rurales.
En la región 140 millones de personas no tienen acceso a la atención básica en salud y 130 millones no tienen acceso al agua potable.
En cuanto al número de desnutridos crónicos, estimado en 1989-90, fue de 59 millones de personas (13 % de la población). La tendencia a la mejoría se hizo más lenta que en el decenio del 80, de 19 % en 1969-71 pasó a 13 % en 1979-81, cifra que se mantuvo constante en 1988-90, debido principalmente a los programas de ajuste económico (Cuadro 8).
Cuadro 8
Estimación de la
desnutrición crónica en América Latina
Per�odo |
Número |
Proporción |
1969-71 |
54 |
19 |
1979-81 |
47 |
13 |
1988-90 |
59 |
13 |
Fuente: FAO en: CIN. 1992. Nutrición y desarrollo, una evaluación mundial. FAO/OMS (ICN/92/INF/5) |
En el Cuadro 9 se presentan las prevalencias de desnutrición en preescolares de países en donde existe información con los indicadores peso/edad, talla/edad y peso/talla En todos los países la prevalencia de talla/edad es más alta que la de peso/edad, y la más baja de todas es la de peso/talla Un estudio de UNICEF estimó que en 1990 la prevalencia promedio de déficit en América Latina y el Caribe era de 13,8 %, 27,7 % y 1,3 % para peso/edad, talla/edad y peso/talla respectivamente.
Además de la desnutrición proteico energética, las carencias de micronutrientes constituyen otra manifestación última de la falta de acceso a los alimentos. En el Cuadro 10 se presentan algunas cifras globales de los principales deficiencias de micronutrientes en la Región.
Cuadro 9
Prevalencia de déficit de peso para edad,
talla para edad y peso para talla en
Preescolares
País |
Porcentaje de déficit |
||
P/E |
T/E |
P/T |
|
Bolivia |
11,7 |
38,3 |
2,2 |
Brasil |
7,0 |
15,4 |
2,0 |
Colombia |
10,1 |
16,6 |
2,9 |
Ecuador |
16,5 |
34,0 |
1,7 |
El Salvador |
15,2 |
29,9 |
2,3 |
Guatemala |
38,5 |
57,9 |
1,4 |
México |
13,9 |
22,3 |
6,3 |
Nicaragua |
10,9 |
21,9 |
2,3 |
Paraguay |
4,2 |
20,3 |
0,4 |
Perú |
10,4 |
35,2 |
1,4 |
R. Dominicana |
12,5 |
20,8 |
2,3 |
Uruguay |
6,5 |
14,6 |
1,9 |
Venezuela |
9.7 |
17.1 |
5.7 |
América Latina* |
13 8 |
27.7 |
1.3 |
(*) UNICEF. 1992.
Statistics on children in UNICEF
assisted coimtries. New York, UNICEF Fuente: CIN. 1993. Situación alimentaria y nutricional de América Latina. FAO/OPS. Santiago de Chile |
La anemia por deficiencia de hierro es uno de los principales problemas nutricionales de América Latina que afecta de manera generalizada a todos los países; para 1980, se estimó que 60 millones de personas estaban afectadas, aunque con importantes diferencias entre países. Para el continente americano, se estimó que en 1992, existían 94 millones de personas afectadas con deficiencia de hierro o anemia Se podría estimar en general, que por lo menos el 30% de las mujeres embarazadas y el 20 al 25% de los niños preescolares de América Latina sufren de anemia, principalmente debido a la deficiencia de hierro.
En América Latina, la OMS estimó que 30 millones de personas están afectadas con bocio y 250 mil con cretinismo endémico. Además, 55 millones de personas estarían en riesgo por deficiencia de yodo. Según estimaciones de ICCIDD/OMS/ UNICEF la tasa total estimada de bocio en escolares en el continente americano es de 8,7%; como las tasas de EE.UU. y Canadá son de cero, dichos valores corresponden a los países de América Latina y el Caribe.
La deficiencia de vitamina A tiene su predominio en las zonas áridas del nordeste de Brasil, Haití y América Central; sin embargo, las encuestas epidemiológicas indican que esta deficiencia está distribuida en la región de manera más general que lo que los datos clínicos parecen indicar. Se estima que en el continente americano 2 millones de personas estarían en riesgo de deficiencia de vitamina A y 100 mil afectados.
Cuadro 10
Deficiencias de micronutrientes más frecuentes en
América Latina
Deficiencia |
Año |
Número,% |
Hierro | ||
Población | (1980) |
60 millones |
(1992) |
94 millones * |
|
Embarazadas | (1976-90) |
10-82% |
Preescolares | (1976-90) |
15-69% |
Yodo |
||
Deficiencia | (1992) |
55 millones |
Bocio endémico | (1992) |
30 millones |
Cretinismo endémico | (1985) |
250 mil |
Bocio en población preescolar | (1993) |
8,7%a |
Vitamina A* | ||
En riesgo | (1992) |
2 millones |
Afectada | (1992) |
100 mil |
* Región de las Américas Fuente: OMS en: CIN. 1992. Nutrición y desarrollo, una evaluación mundial. FAO/OMS (ICN/92/INF/5) (a)ICCEID/OMS/UNICEF. 1993. Global prevalence of iodine deficiency disorders. Micronutrient deficiency information system. Geneva, WHO. MDIS Working paper #1 |
Como una aproximación para estimar la situación de la seguridad alimentaria la FAO ha desarrollado, de manera tentativa, el índice global de seguridad alimentaria familiar (IGSAF).
Este índice incluye la prevalencia de desnutrición de la población, más la amplitud del déficit de las personas desnutridas con respecto a las necesidades medias nacionales de energía alimentaria, así como la amplitud de la inestabilidad en la disponibilidad anual de energía alimentaria Los valores del IGSAF oscilan entre 0 y 100, representando esta última cifra un situación de seguridad alimentaria completa sin riesgo y el valor 0 presumiblemente el hambre endémica total.
En el Cuadro 11 figuran los valores de IGSAF para los países de América Latina y el Caribe durante los períodos 1988-90 valores medios del IGSAF para el y 1991-93. Los países se han agrupado y período 1988-90. clasificado en niveles sobre la base de los valores medios del IGSAF para el período 1988-90
Cuadro 11
Situación de la
seguridad alimentaria en América Latina según el índice global de
seguridad alimentaria familiar
País |
1988-90 |
1991-93+ |
Nivel alto (IGSA = > 85) | ||
Argentina |
94,0 |
95,1 |
Cuba |
93,0 |
89,8 |
Brasil |
90,8 |
93,3 |
Trinidad y Tabago |
90,8 |
81,5* |
Paraguay |
89,2 |
80,9* |
México | 88,6 |
86,0 |
Uruguay |
88,2 |
89,4 |
Panamá |
85,5 |
83,9* |
Nivel medio (IGSA = > 75 a < 85) | ||
Costa Rica |
81,7 |
79,5 |
Guyana |
80,7 |
91,0# |
Chile |
80,1 |
79,5 |
Colombia |
80,0 |
77,6 |
Ecuador |
79,2 |
78,9 |
Surinam |
78,4 |
74,1 |
Venezuela |
77,4 |
76,2 |
Honduras |
76,9 |
74,4* |
Jamaica |
76,5 |
89,1# |
El Salvador |
76,3 |
78,1 |
Guatemala |
76,0 |
70,9* |
Nivel bajo (IGSA = > 65 a < 75) |
||
República Dominicana |
73,0 |
72,9 |
Nicaragua |
72,1 |
64,0* |
Bolivia |
70,6 |
71,2 |
Perú | 69,5 | 63,8* |
Haití |
67,3 |
26,5* |
Nivel críticamente bajo (IGSA < 65) | ||
Clasificación según promedio
de IGSA para 1988-90: + Estimaciones preliminares,* Países que bajaron de nivel para 1991-93 # Países que subieron de nivel para 1991-93 Fuente: FAO. 1994. Evaluación de la situación actual en materia de seguridad alimentaria mundial y evolución reciente pertinentes. FAO, Roma (CFS: 94/2, febrero 1994) |
Se puede apreciar que 8 países se encontraban en un nivel alto de seguridad alimentaria, 11 en el nivel medio y 5 en el nivel bajo. Sin embargo, la situación para 1991-93 se ha empeorado para 17 de los 24 países, incluso 8 de ellos bajan de nivel: 3 países descienden del nivel alto al medio, 2 del medio al bajo y 3 del bajo llegan al nivel críticamente bajo en el que no se encontraba ningún país en el período anterior. De los 7 países que suben su índice, sólo dos ascienden de nivel.
Debe aclararse que en estas tabu-laciones el índice excluye deliberadamente el efecto de la ayuda alimentaria Al incluir ésta se comprueba que Honduras se mantuvo en el nivel medio y que Nicaragua y Perú en el nivel bajo.
Los efectos de la crisis y el ajuste económico sobre los aspectos de seguridad alimentaria relacionados con la disponibilidad agregada produjeron una caída o estancamiento de los niveles de suficiencia; su impacto sobre los niveles de estabilidad fueron ambiguos; y las dificultades para importar redujeron los niveles de dependencia externa, a costa del cambio de composición de la dieta
De éstos, el que mayor efecto tuvo sobre el acceso a los alimentos fue la disminución de los niveles de suficiencia, dada la alta elasticidad de la demanda de los sectores más pobres. Si a ello se agrega la disminución de los niveles de los salarios y de la capacidad de compra de alimentos; el aumento del desempleo y subempleo; y las reducciones del gasto público en áreas que inciden en la seguridad alimentaria, se puede concluir que los problemas de acceso fueron los más afectados en la década de la crisis, aunque sólo se dispone de información parcial sobre los efectos en el estado nutricional.