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El transporte de madera apeada en los tropicos

La superfice forestal mundial, cuyo total se calcula en 4.000 millones de hectáreas, basta para proveer de madera a una población bastante mayor de la que hoy día existe. Foto: USIS

ORGANIZADO conjuntamente por la FAO, la Oficina Internacional del Trabajo y el Gobierno de Birmania, se ha celebrado en Birmania septentrional un curso de capacitación en operaciones de corta y extracción. Duró seis semanas y su objetivo era familiarizar a los cursillistas procedentes de los países del sudeste de Asia en las modernas técnicas, máquinas y equipo de explotación forestal. La FAO organizó hace algunos años un cursillo bastante parecido en las Filipinas y espera poder organizar en breve plazo otros cursos de este tipo en Africa y en la América Latina.

El curso de capacitación celebrado en Birmania demostró una vez más cómo los problemas que plantea la explotación forestal en los trópicos difieren de los que surgen en las zonas templadas y los mismos no pueden resolverse por la simple transferencia de métodos y equipo.

Casi toda la explotación en los trópicos se limita a la aorta por entresaca de frondosas valiosas. La amplia dispersión de las especies comerciables, así como las grandes dimensiones que en general tienen, junto con la falta de vías de acceso y de otras comunicaciones, influencia mucho la aplicabilidad del equipo mecánico y de los sistemas de transporte empleados en Europa y América.

En particular, por ejemplo, la maquinaria pesada de explotación ideada para los bosques de la costa del Pacífico de la América del Norte resulta inadecuada, dado el escaso volumen que se suele cortar en cualquier zona de los trópicos, que hace que la madera no cubra los elevados costos de explotación

La introducción de los tractores en 10A bosques tropicales ha ocasionado, sin embargo, un enorme cambio en los métodos de trabajo, así como en la penetración en los bosques. Muchas especies maderables, hasta ahora de escaso valor comercial, han entrado a formar parte de la categoría de maderas comerciables. El volumen explotable por hectárea ha aumentado y los Costos de explotación, en cambio, se han reducido. No obstante los fuertes calores y la humedad, y a menudo las largas temporadas de lluvias, repercuten en las condiciones de trabajo, así como en la elección del equipo mecánico para el desembosque y el apilado. El promedio de horas de trabajo al día es de sólo seis horas con unos 250 días al año. El transporte de trozas por carretera suele limitarse a la estación seca y el transporte por armadías sólo es posible en general durante la temporada de lluvias.

Los vehículos requieren ser protegidos por debajo por medio de espesas planchas de acero y algunas veces hace falta reforzar las cabinas para proteger al conductor. Además, en muchos países donde el ritmo más lento de trabajo no tiene mucha importancia, el trabajo manual y el arrastre con tiro de sangre siguen siendo lo que resulta más barato.

La explotación forestal en los trópicos suele iniciarse cerca de la costa o de las riberas de los ríos, penetrando desde allí tierra adentro. Por consiguiente, el problema del transporte en los trópicos abarca desde las difíciles condiciones existentes en los manglares y otros bosques de marisma, los bosques palustres y los bosques estacionalmente inundados, a las que prevalecen en los bosques de llanura y por último en los bosques situados en zonas montañosas, ya que todas estas características pueden encontrarse dentro de un mismo país

Con frecuencia, la FAO ha sentido la necesidad de contar con un documento de trabajo sencillo sobre el transporte de madera en los trópicos, para su empleo no sólo en relación con 10A periódicos cursos de capacitación a que nos hemos referido anteriormente, sino también como material de consulta para los cursos nacionales de capacitación o en relación con los proyectos forestales que se emprendan a cargo del Fondo Especial de las Naciones Unidas para el Desarrollo Económico. Este es el trabajo que empezamos a publicar en este número y que continuará en los próximos números de Unasylva.

FIGURA 1. - Rehaciendo un bosque. En el curso de una campaña de repoblación forestal cerca de Gaza, un escolar árabe planta un árbol. Refugiados de Palestina, de toda, las edades, han ayudado a revestir estos eriales arenosos de arbustos y árboles. La, campañas de este tipo son una de las tantas actividades planeadas en estos últimos 12 años por la Oficina de Obras Públicas y Socorro a los refugiados árabes de Palestina - repartición de Naciones Unidas - para ayudar a reconstruir sus vidas al millón de hombres, mujeres y niños que componen el grupo. Foto: UNRWA

FIGURA 2. - El desierto de troncos achaparrados que se ve aquí fue en la provincia chilena de Magalanes, situada al sur del país, un bosque frondoso. Pero un incendio recorrió sus árboles, todos de la variedad que conservan sus hojas el año entero, y he aqui el cuadro desolador que se tiene como resultado. Los incendios de esta clase no son siempre accidentales; algunas veces los provocan los agricultores que encuentran en el fuego un aliado más cómodo que el hacha cuando quieren dejar una parcela de terreno libre para el cultivo. Foto: UNESCO - E. Aubert de la Rue


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