G. Profous y R. Rowntree
Estudio sobre la silvicultura urbana de Praga, basado en una muestra de 16 barrios, realizado en 1987 y actualizado en 1990.
George Profous es un Técnico Forestal Superior del Departamento de Conservación del Medio Ambiente del Estado de Nueva York, New Paltz, Nueva York.
Rowan Rowntree trabaja en la Estación Forestal Experimental del Nordeste, Servicio Forestal del USDA, Nueva York, Syracuse.
Praga, capital de la República Checa, está situada entre suaves colinas por las que se desliza el río Moldava, a 50° de latitud N y 14° de longitud E. En la zona metropolitana las elevaciones oscilan entre 176 metros en las orillas del río y 390 metros en las colinas de alrededor. La temperatura media es de 20°C en verano y desciende en invierno a 5°C. En los 497 km2 de la zona metropolitana viven poco más de 1 200 000 habitantes.
Se estima que en Praga hay unas 10 155 ha de espacios verdes de los cuales 4 060 se encuentran en parques administrados por el SLZ, el Departamento de Parques, Bosques y Horticultura (Tichy, 1981). Praga tiene más vegetación que la mayor parte de las ciudades europeas de tamaño comparable, pero es importante poner en relieve que el acceso y la distribución del espacio verde varía ampliamente de una zona de la ciudad a otra.
La agricultura influyó en la vegetación de Praga desde el neolítico. Los bosques, a excepción de los protegidos por los propietarios privados, fueron talados prácticamente en todas las zonas aptas para la agricultura. Los anales históricos del siglo XIII hablan de la escasez de leña que incitó al Rey Jan a establecer un mercado de madera cerca de la ciudad. En 1350, el Rey Carlos IV ordenó la preparación de normas estrictas para controlar el uso de las tierras forestales. Si bien esta reglamentación nunca llegó a entrar en vigor, pone de manifiesto el mal estado en que se encontraban las tierras forestales en torno a Praga durante ese período.
Las guerras husitas del siglo XV redujeron la producción agrícola permitiendo que la repoblación forestal natural mitigara la escasez de leña, pero el incremento de la actividad minera y de la construcción de viviendas que se registró a mediados del siglo XVI volvió a aumentar la demanda. La Guerra de los 30 años (16181648) diezmó de tal manera la población que la amenaza de la escasez de leña desapareció hasta el siglo XVIII.
En 1740, el Rey Carlos VI ordenó que se plantaran árboles a lo largo de los caminos, siendo los nobles propietarios de las tierras colindantes los que debían ocuparse y beneficiarse de los árboles. En 1752, la Emperatriz María Teresa amplió el decreto para incluir en él la plantación de árboles en todas las nuevas carreteras a fin de orientar a los viajeros durante la época de niebla y nieve, incrementar la producción de madera y embellecer el paisaje. Se exigía que el espacio entre los árboles fuera de 11,4 metros, se prescribían niveles de calidad para los plantones y se establecían penas para los que ocasionaran daños a los árboles.
En 1854 se realizó la primera gran repoblación forestal de Praga, y entre 1897 y 1908 se desplegaron considerables esfuerzos por parte de las comisiones de embellecimiento de los lugares públicos para volver a cubrir de vegetación los espacios abiertos y las laderas erosionadas de las colinas de toda la ciudad. Merece la pena observar que, ya entonces, la contaminación ambiental era tan acusada en el Valle del Moldava, que se decidió utilizar la más resistente acacia común (Robinia pseudoacacia) en lugar de coníferas (Valesova, 1985).
Actualmente, la República Checa tiene uno de los más altos niveles de contaminación de Europa (Supuka, 1985). En el último decenio, la contaminación atmosférica de Praga se ha triplicado, debido sobre todo al tremendo aumento del número de automóviles privados (Tomek, comunicación personal). Otra importante causa de la contaminación es la alta concentración de pequeñas calderas de calefacción alimentadas con carbón en el denso centro urbano. El deterioro del medio urbano ha reducido considerablemente los buenos resultados de la creación de nuevas plantaciones y ha ejercido nuevas presiones en los árboles más viejos. En 1977 la precipitación de partículas sobre la ciudad era de 244 toneladas por km2 y aún mayor en algunas zonas industriales (Poleno, 1977). El nivel más alto de precipitación se registró en el centro de la ciudad y en los distritos industriales.
El período comprendido entre 1860 y 1920 correspondió también a la creación de la mayor parte de los parques de la ciudad. La disposición de muchos parques y jardines refleja la reconstrucción realizada a finales de siglo por el famoso jardinero y paisajista checo Frantisek Thomayer (Svoboda, 1985a), conocido como el fundador del sistema municipal de parques de Praga y cuyos diseños son todavía objeto de estudio.
Hasta principios del siglo XX, la mayor parte de la superficie arbolada de Praga era propiedad de la nobleza, la Iglesia y otras instituciones. En 1919, antes de la primera reforma agraria, la municipalidad poseía solamente 100 ha de tierras forestales.
Después de la Primera Guerra Mundial la escasez de mano de obra obstaculizó el mantenimiento de los parques y paralizó el desarrollo de nuevas zonas públicas. Durante la Primera República (19181938), especialmente después de la reforma agraria, disminuyó el mantenimiento de los jardines palaciegos y, si bien continuó aumentando la extensión de los parques, el creciente interés por la horticultura ornamental por parte de la nueva clase media acomodada hizo que la actividad paisajística de los jardineros pasara al sector privado. Después de establecerse en 1948 la República Socialista Checa, el interés volvió a centrarse en la ordenación de los espacios verdes públicos (Stepanek, 1973).
Actualmente, un 10 por ciento del área metropolitana de Praga está cubierto de vegetación forestal. Existen prendes diferencias entre la composición de los árboles de las calles, de los parques y jardines y patios privados. La estructura de la vegetación depende de varios factores pero al parecer la mayor influencia la han tenido la estructura y época de los edificios. La densidad y tipo de los árboles tienden a reflejar el tipo de gestión y las preferencias con respecto a las vigentes especies en el momento de la creación del barrio. En Stare Mesto (la vieja ciudad), que mantiene su carácter medieval, casi no existe vegetación, pero en algunos sectores de otra zona antigua (Mala Strana) donde los jardines de los palacios son comunes, los espacios verdes llegan a ocupar un 20 por ciento de la superficie total. Los bloques de apartamentos de densa construcción, propios de finales del siglo XIX, cuentan apenas con espacios verdes, mientras que las zonas residenciales de nueva construcción pueden contar con un máximo de 60 por ciento debido sobre todo a la presencia de bloques urbanos sin construir (Jalen, 1985).
Tilos (Tilia spp.) en la calle Parizska, la más central de Josefov
La composición de las especies se ha visto también influida por el período y el estilo del diseño arquitectónico. Por ejemplo, durante la Primera República se plantaron cerezos ornamentales (Prunus spp.) y actualmente pueden verse ejemplares adultos de esta especie en toda Praga, sobre todo en las zonas densamente pobladas de los bloques de casas multifamiliares que fueron construidos durante ese período.
En todos los casos en que la tierra está bajo control privado o semiprivado, los árboles frutales ocupan una parte considerable de los espacios verdes. En las zonas residenciales y en los pueblos recientemente incorporados a la ciudad representan del 50 al 75 por ciento del total.
El uso del álamo (Populus spp.) para ocultar a la vista las zonas industriales se refleja en los resultados del inventario realizado en Kobylysy y Liben. Estos árboles de rápido crecimiento y forma piramidal pueden verse también al lado de los campos deportivos, grandes edificios públicos y en algunos parques.
Arboles plantados en la vía pública
En las zonas públicas situadas fuera de los parques y bosques, el tilo (Tilia spp.), la acacia común (Robinia pseudoacacia), el arce, (Acer platanoides, A. pseudoplatanus) y el álamo negro (Populus nigra) representan más del 65 por ciento de todas las especies de árboles. El árbol nacional checo es el tilo que, como símbolo histórico de libertad e independencia, ha sido a menudo plantado, incluso con excesiva profusión, a lo largo de los principales bulevares, calles y plazas de toda la ciudad. Lamentablemente, los tilos son susceptibles de sufrir daños en zonas con temperaturas extremas, contaminación salina y fuerte contaminación atmosférica. La extensa plantación de árboles llevada a cabo entre 1900 y 1940 ha causado vacíos en las clases de tamaño intermedio de árboles, sobre todo en los barrios residenciales de casas multifamiliares.
Actualmente, los árboles que se plantan con más frecuencia en las calles de Praga son los tilos y los arces. Sin embargo, la Dirección de Mantenimiento de Calles del Departamento de Transportes (TSK) evita actualmente el uso de tilos debido a su sensibilidad a la sal. A lo largo del río Moldava, los árboles se plantan en recipientes por debajo del nivel de la calle para reducir el daño producido por la sal. El tamaño de los recipientes, que están separados del suelo por un colchón de aire, oscila entre los 8 y 12 metros de diámetro y están pensados para que duren al menos 30 años. En el sector de la raíz se introduce una tubería perforada de 5 cm de diámetro para permitir el riego profundo. Con frecuencia se recomienda la plantación de arbustos resistentes a la sal como la rosa de seto (Rosa rugosa), el espino de fuego (Pyracantha spp.), el aligustre (Ligustrum vulgare L.), el espino amarillo (Hippophae spp.) y el tamarisk (Tamarix spp.).
En los patios predominan a menudo los árboles frutales
Se está reduciendo también la plantación de álamos debido a su fragilidad creciente con la edad, y no se recomiendan los castaños de indias (Aesculus L.) porque sus grandes hojas al caer provocan peligro de deslizamiento en las carreteras. Las especies preferidas por la TSK son la acacia común (Robinia pseudoacacia) y la acacia de tres púas (Gleditisia triancanthos L.), aun cuando existen problemas de disponibilidad en los viveros (Kolebaba, 1986). Por lo tanto, la TSK planta sobre todo robles (Quercus L.) y arces (Acer L.) siendo estos últimos más corrientes en la ciudad y los primeros en las carreteras de los suburbios.
Parques y jardines públicos
El origen de muchos de los parques públicos de la ciudad remonta a las reformas sociales del Rey Josef II, que incluían un edicto publicado en 1780 por el que se ordenaba el cierre de los cementerios situados dentro de los límites municipales y su sustitución por espacios verdes accesibles al público, que con frecuencia se convirtieron en parques. Creado en 1833, el Jardín Chotkovy fue el primer parque público. Los primeros parques se construyeron cuando las especies exóticas se encontraban en el punto más alto de su popularidad y todavía se puede apreciar esta preferencia. En consecuencia, en los parques de Praga existe una gran diversidad de especies. En un estudio realizado sobre 17 parques (Svoboda, 1985a; 1985b) se identificaron más de 700 especies. Actualmente, en la ordenación de parques se insiste en que se mantenga posiblemente la composición y disposición actuales de las especies. Si existe la posibilidad de que un árbol muera dentro de 10 años, cerca de él se planta otro de la misma especie que lo sustituya. La gente tiene una actitud muy protectora hacia los árboles y a menudo reacciona mal cuando se talan. La SLZ estima que habría que suprimir más de 2 000 árboles del Parque Stromovka (antiguos terrenos de caza reales), pero la reacción pública adversa ha detenido los trabajos (Tomek, comunicación personal).
Robinia pseudoacacia bordeando un sector industrial
Los primeros jardines de Praga se crearon en el siglo XVI y pronto el tamaño del jardín se convirtió en un símbolo de prestigio social entre la nobleza, la iglesia y más tarde entre la población urbana acomodada. Si bien en un principio la jardinería ornamental era solamente propia de la aristocracia, durante el siglo XVIII los jardines se hicieron populares entre las familias acomodadas de la ciudad y a la larga se convirtieron en jardines públicos abiertos (Stepanek, 1973). El concepto de parque natural dio oportunidad a introducir las especies exóticas, siguiendo la moda europea iniciada en el siglo XVIII. Desde entonces, se han construido o reconstruido nuevos parques y jardines siguiendo el estilo de paisaje natural. Actualmente se están realizando reconstrucciones históricamente correctas de varios jardines barrocos en forma de terrazas.
Jardines y patios privados
Los árboles de los patios suelen ser especies o restos de plantaciones de antes de la guerra. El 80 por ciento aproximadamente de los árboles tienen por lo menos 40 años y menos de un 1 por ciento se han plantado en el último decenio, (según Soucek, Stencel y Kreslova (1985), que en su estudio de 226 cuadras de seis barrios de Praga encontraron que los árboles frutales estaban presentes en más del 80 por ciento de los patios examinados y constituían la especie dominante en más del 18 por ciento de éstos. Este importante espacio verde urbano sigue deteriorándose ya que el departamento municipal de vivienda carece de los recursos necesarios para mantener los patios. En casi el 50 por ciento de los patios examinados la vegetación había desaparecido completamente, y el espacio verde funcional sobrevive en sólo un 8 por ciento de ellos.
En la Ley Estatal N° 142, aprobada en 1980, se establecen orientaciones sobre la ordenación y la protección de los árboles situados fuera de las tierras forestales (Ministerio de Cultura, 1980). Los comités nacionales locales o de distrito se ocupan de aplicar la ley con ayuda de otros organismos. Según dicha ley, hay que identificar e incluir en la cartografía correspondiente todos los árboles «significativos». En Praga la responsabilidad de catalogar e inventariar los árboles corresponde al Comité Nacional de Praga pero, debido a la falta de fondos, su cometido se transfirió al PSPPOP, Centro para la Reconstrucción de Monumentos Históricos y Protección de la Naturaleza de Praga (Pacakova, comunicación personal). A fin de facilitar las decisiones relativas a la gestión de la silvicultura urbana, se organizará una base de datos computarizada con los inventarios de árboles existentes añadiendo la información sobre la propiedad de los mismos.
La Ley Local N° 2, promulgada por el Comité Nacional de Praga en 1981, establece orientaciones para el diseño, mantenimiento y protección de los espacios verdes públicos (Comité Nacional de Praga, 1981). Así la Dirección de Mantenimiento de Calles del Departamento de Transportes de Praga es responsable de la plantación de árboles en las vías públicas, y el mantenimiento corre a cargo del Departamento de Parques, Bosques y Horticultura. Las peticiones de nuevos árboles para plantar en las vías públicas pueden hacerse a través de la Oficina del Arquitecto Jefe de Praga, la PSPPOP o los comités nacionales de distrito. Lo más frecuente es que los comités nacionales de distrito propongan proyectos y expresen las necesidades de la comunidad al Comité Nacional de Praga, que procede entonces a supervisar los proyectos de diseño que se presentan para su financiación al Gobierno nacional. Una vez concedido el permiso, la plantación de árboles suele retrasarse debido a la profusión de líneas de servicios subterráneas, que impiden el uso de herramientas eléctricas. Recientemente se ha preparado un nuevo programa para coordinar las actividades del Departamento de Parques, Bosques y Horticultura con las de los servicios públicos (Tomek, comunicación personal).
La construcción de viviendas suele ser responsabilidad del Departamento de Construcción de Praga que, una vez terminada la obra, transfiere los edificios y la labor paisajística al Departamento de Mantenimiento de Edificios. Se requieren planes adecuados en los que se aborden los efectos de los proyectos en los árboles y arbustos, y que incluyan el trazado de un mapa donde figure la localización, el tamaño y la especie de los árboles afectados. Para autorizar la remoción de los árboles se tienen que dar condiciones especiales así como conocer los planes relativos a la nueva plantación y los cambios en el diseño de los proyectos. En la práctica, las operaciones paisajísticas y aquellas relacionadas con los edificios públicos hacen que en Praga predomine a menudo un mosaico de especies plantadas por el sector público y por el sector privado. Como sucede con frecuencia que los órganos oficiales tardan meses e incluso años, después de terminados los edificios, en ocuparse del aspecto paisajístico, son los residentes locales los que suelen plantar distintas especies, incluidas las coníferas y muchas variedades de rosas. El resultado final es que, si bien inicialmente el resultado de este mosaico es positivo desde el punto de vista estético, los árboles plantados son muy difíciles de mantener. La supervivencia a largo plazo puede ser de hasta sólo un 20 por ciento.
Diversas especies de árboles en torno a/complejo urbanístico de Jizny Mesto I
El mantenimiento de los jardines y plazas públicas, aparte de los parques, corre también a cargo del Departamento de Espacios Verdes Públicos. La falta de mano de obra ha obligado a los organismos municipales a depender en gran parte del trabajo voluntario para la plantación de árboles.
En las calles de Praga predominan los árboles de gran diámetro. En el centro histórico de la ciudad y en las zonas de edificios antiguos se han plantado pocos árboles nuevos para sustituir a los antiguos. La vegetación de los patios está compuesta predominantemente por árboles plantados antes de 1945, y la mayor parte de los árboles nuevos se encuentran a lo largo de las carreteras y en los complejos urbanísticos alejados del centro urbano.
Como consecuencia del desarrollo, Praga ha perdido en el último decenio varios importantes espacios abiertos y terrenos dedicados a parques, pero cada vez es mayor la conciencia de la importancia de proteger estas zonas. Se han adoptado medidas positivas para proteger la vegetación urbana a través de la legislación y de la investigación. Frecuentemente, la literatura popular y científica checa se centra en los dilemas ambientales de Praga causados por la rápida expansión de la ciudad y por la escasez de viviendas. Sin embargo, continúa la lucha entre una planificación racional y sensible en la que se tenga en cuenta el medio ambiente y las presiones de desarrollo económico y político.
A medida que el carácter pasivo de la mayor parte de los parques más antiguos e importantes va siendo sustituida por un uso recreativo más activo, cambia en Praga la actitud del sector público con respecto a los espacios verdes. En la República Checa el esparcimiento activo no ha sido tan popular como en los Estados Unidos o en Europa occidental, pero su popularidad está aumentando y ejerciendo nuevas presiones sobre los espacios verdes urbanos (Subr, comunicación personal). Las presiones fiscales y la escasez de mano de obra han limitado la capacidad del Departamento de Parques, Bosques y Horticultura de mantener los parques más importantes y evitar que sigan deteriorándose. El descuido del pasado ha puesto en peligro la supervivencia de jardines históricos a pesar del decidido compromiso por parte del gobierno para restaurarlos y protegerlos. La sensibilización del sector público sobre la importancia de los árboles para modificar el nivel de contaminación y la temperatura, y crear medios urbanos placenteros, ha aumentado considerablemente en el último decenio.
Los últimos cambios encaminados a la democratización y a la adopción de una economía de mercado tal vez contribuyan inicialmente al deterioro de la silvicultura urbana de Praga debido a que los recursos, ya escasos, tenderán a desviarse hacia otros usos. El nuevo gobierno se encontrará con la difícil tarea de tener que elegir las mejores técnicas de ordenación aprovechando la larga tradición y experiencia del país en ordenación forestal tanto en un sistema socialista como en uno democrático. Los factores económicos desempeñarán ahora un papel aún más importante y directo en la gestión de la silvicultura urbana de Praga.
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