Capitulo 7: El medio ambiente y las mujeres rurales
América Latina y el Caribe cuenta con una enorme base de recursos naturales, gran extensión de suelo. fértiles, abundantes recursos hídricos, mineros, ganaderos, forestales y pesqueros todavía inexplotados. Estas riquezas naturales coexisten con graves problemas ambientales, que asumen diversas formas en los distintos países de la Región.
En la actualidad, suele plantearse que el crecimiento excesivo de la población contribuye al deterioro del medio ambiente. Si bien hay evidencia que lo confirma, vale la pena detenerse en un análisis más fino, propuesto por CEPAL/CELADE (1993), que señala que los problemas ambientales del área rural de la Región varían entre los países, e incluso, dentro de ellos, y que en términos generales pueden diferenciarse las siguientes situaciones :
a) en las áreas rurales donde la población es numerosa en relación a los recursos disponibles, se advierte una tendencia a sobreexplotar los recursos naturales;
b) en aquellas zonas donde los recursos con abundantes frente a la magnitud de la población, el tipo de explotación a menudo no coincide con la demanda local, orientándose a otros mercados que importan materia y energía de esas zonas, sobrepasándose a menudo la tasa de reposición natural de los recursos. Esto se agrava en aquellas zonas escogidas para la producción comercial a gran escala, donde hay un uso abusivo de la mecanización y los agroquímicos, que dañan tanto los recursos hídricos como el suelo, y afecta la salud de la población;
c) en las áreas de antiguo Doblamiento y cierta independencia de los recursos naturales, las desigualdades en la distribución de la tierra originan tanto situaciones de subutilización como de sobreexplotación de los recursos; y
Los movimientos de colonización de las frontera" productivas y demográficas han provocado deforestación masiva, contaminación de algunos ríos y lixiviación de suelos. Al destruirse la biodiversidad y expulsar a poblaciones indígena, -que históricamente han tenido una relación no hostil con el entorno natural,- se pueden ocasionar un daño irreversible en algunas zonas. No obstante, los principales responsables de estos problemas no serían los colonos sino las grandes empresas. Aludiendo el trabajo de Hogan ("Crecimiento y distribución de la población: su relación con el desarrollo y el medio ambiente", CELADE, 1992) se señala que "Hay antecedentes para sostener que la mayor responsabilidad del deterioro en estas áreas de colonización recaería en las modalidades de explotación de los recursos naturales y de ocupación del territorio por grandes empresas" (pág. 73).
La presión demográfica no es causante única de los problemas ambientales. En todas las zonas de la Región en que se han producido graves daños en el patrimonio natural y donde ha habido una crisis de la infraestructura física, la presión demográfica ha estado acompañada de inequidad en la distribución de la sierra y el ingreso, patrones de producción y consumo incompatibles con la sustentabilidad, ausencia de políticas adecuadas y existencia de negocios rentables tras la explotación de los recursos. Además hay caves en que la presión demográfica ha estado ausente: los daños en los bosques y ríos del corazón de América del Sur y América Central han derivado en su mayor parte de grandes proyectos de explotación intensiva de los recursos naturales de la zona (maderas, minerales y fuentes de energía). Problemas ambientales en el Cono Sur de América derivan de grandes proyectos mineros, de la construcción de presas y embalses sin una evaluación de impacto ambiental adecuada y de la introducción de especies foráneas, dañinas pare el ecosistema. Gran parte de la degradación ambiental de los países del Caribe se relaciona con iniciativas turísticas de grandes proporciones.
Tanto las mujeres como los hombres que viven en las áreas rurales de la Región comparten los problemas ambientales descritos, que afectan especialmente a las familias mas pobres. Como se ha visto, la gran responsabilidad en el deterioro ambiental le compete a las estrategias de desarrollo económico basadas en la explotación indiscriminada de los recursos. Es por esto que actualmente se reconoce como necesario "... volver a pensar en la contribución de los recursos naturales al desarrollo de la Región, y considerar la noción de un desarrollo sustentable; es decir, aquel que constituya la síntesis de los objetivos de crecimiento económico, equidad social y conservación ambiental" (CEPAL 1990b: 138).
La relación mujer-medio ambiente puede analizarse desde el concepto más amplio de calidad de vida. Puede sostenerse que la mujer al luchar contra el deterioro de sus condiciones de vida y las de su familia y al plantear demandas por mejores condicionas de vida, que comprenden, acceso a servicios básicos, vivienda adecuada, salud y educación, ha jugado un papel fundamental en los problemas medio ambientales. Asimismo, muchos sostienen que la mujer rural, al estar en contacto directo con el manejo y uso de semillas y al conocer las plantas y especies que crecen en su zona, BUS propiedades y uso, ha desarrollado una mayor sensibilidad respecto del problema ambiental y la necesidad de conservación de los recursos (FAO 1993d).
La mujer rural ha "ido definida como un elemento clave en la sustentabilidad ambiental, básicamente por el papel que desempeña en la reproducción cotidiana y generacional. De esta forma, Karremans, Radulovic y Lok (1993), afirman que una producción agrícola sustentable implica la conservación y rehabilitación de los recursos naturales y una capacidad laboral familiar mantenida de un ciclo agrícola al siguiente y de una generación a la otra. sostener a esta fuerza de trabajo tradicionalmente ha sido en gran parte tarea femenina, en los aspectos de reproducción biológica y mantenimiento del hogar. Además, el apoyo a la familia se da a través de las redes sociales que mantiene la mujer, a las cuales el grupo familiar puede recurrir en períodos de crisis. En síntesis, plantean que "Los conocimientos de la mujer sobre los recursos naturales, a veces exclusivos como a menudo se da en el caso de las plantas medicinales, su papel en el mantenimiento de la unidad de producción y la comunidad local, y su desempeño como trabajadora en el campo, evidencien que ella es parte activa e indispensable en el desarrollo agropecuario sustentable" (pág. 224).
La relación entre mujer y preservación del medio ambiente en un primer acercamiento de la impresión de no estar clara. Por una parte, muchas no se consideran como agente. en el campo ambiental. Es decir, aunque un gran número de mujeres y organizaciones de mujeres han tratado problemas ambientales en sus comunidades, la mayoría no percibe que su movimiento sea parte del movimiento pro medio ambiente (INSTRAW, 1993), y parecería que lo. movimientos ecologista" y similares tienden a ser más bien urbanos. Esta aparente incoherencia puede más bien deberse a un desliz metodológico susceptible de enmascarar la realidad: El hecho de que se ejecuten acciones que demuestren un grado de conciencia favorable al medio ambiente no significa que se tenga clara conciencia de ello; y aún cuando el individuo realice acciones de tal naturaleza, no significa que se asocie en movimiento ecologista alguno, de hecho, la organización asociativa formal es más un fenómeno urbano que rural, y sería exagerado considerar que la representación más acabada de un comportamiento conservacionista lo constituyen los movimientos ecologistas urbanos.
Si bien en la literatura revisada para la elaboración de este documento no se encontró evidencia empírica acerca de acciones concretas de mujeres rurales por la defensa del medio ambiente, se tienen numerosas referencias de la preservación de conocimientos de la medicina natural a través de la acción callada y no registrada de un sinnúmero de mujeres y hombres de México, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Bolivia, República Dominicana, Aruba, Curazao y Barbados. La conciencia ecológica no parece ser un asunto de sexo, sino de aprendizajes, y para valorar en su justa dimensión tal categoría, hay que tener en cuenta que los procesos de aprendizaje en el entorno rural, básicamente analfabeto, se han dado de generación en generación, a través de la transmisión oral, en un proceso que lleva miles de años. Así, se han conseguido tanto prácticas agrícolas conservacionistas "avanzadas", como preservación de semillas para frutos de consuno y planta. medicinales en familias del medio rural que viven bastante alejadas de los poblados principales y que tienen por rasgo común, la condición de analfabeta. de los padres. (Lanz-Valdivia, 1990). En este sentido se plantea como un asunto de mayor interés en el momento actual, el estudio y aprendizaje por parte de la sociedad urbana, de los medios, métodos y prácticas ecológicas de las sociedades rurales, en especial las más alejadas, las menos "desarrolladas". Estas constituyen hoy la última reserva de 108 conocimientos ancestrales que permitieron al hambre americano subsistir sin mayores inconvenientes de impacto ambiental durante los últimos 5000 años sobre esta parte del planeta.
Del mismo modo, hay que tener presente que el cuidado del medio ambiente no solo es problema de conciencia; puede estar relacionado con condiciones de miseria y en capítulos anteriores ya se vio que esa condición predomina en la Región. Ello explica que en Haití y El Salvador se haya arrasado la vegetación natural de algunas zona" ante las necesidades de combustible para la supervivencia; que en muchas zonas de Venezuela y Colombia hayan sido deforestadas colinas y laderas de acusada pendiente ante la imposibilidad de los más pobres de tener acceso a tierras para la subsistencia. En ambos casos el fenómeno afecta por igual a mujeres y hombres.
Los procesos de modernización económica en el sector agrícola han dañado severamente tanto el medio ambiente como algunas formas de organización social articuladas en determinadas estrategias de producción. Un estudio de caso realizado en la Región de Maranhao en Brasil (INSTRAW, 1993), refleja en forma patética esta situación. En esta zona, la actividad extractiva de los "babaçu", un pequeño cocotero que constituye materia prima principalmente para industrias de aceite comestible y jabón, había garantizado durante años la subsistencia de las familias. La recolección, quiebra y procesamiento del "babaçu", había sido siempre tarea de las mujeres, mientras que los hambres se encargaban de la agricultura de subsistencia. En la década de 108 ochenta 108 dueños de propiedades agrícolas comenzaron a cercar los babaçuais y a destruirlos para sembrar pasto. Desde entonces, las familias que se dedicaban a su extracción comenzaron a ser perseguidas. El uso de la violencia llegó incluso a muertes de campesinas y esto ocurrió a pesar de que en el estado de Maranhao existe una ley que protege los babaçuais.
Otro problema relacionado con la modernización económica en la agricultura está relacionado con la introducción de pesticidas y plaguicidas en la producción agrícola. Los pesticidas son productos químicos destinados al control de insectos, ácaros, caracoles, babosas, enfermedades y hierbas. Conocidos son loo efectos nocivos de estos productos, tanto en el medio ambiente como en la salud de la población (15).
15 Según la Organización Mundial de la salud (OMS) mueren 5.000 personas por año por los efectos de loa plaguicidas y se intoxican 500.000 personas por año (Weir y Shapiro: "El círculo del veneno" en Valdés, 1992).
Valdés (1992) analiza la situación de las mujeres temporeras de la fruta ubicadas en la agricultura de exportación en Chile, ilustrando los efectos de la utilización de plaguicidas, propia de la modernización de la agricultura, que ha sido un fenómeno en constante aumento en los últimos años: entre 1976 y 1986 la importación de ellos pasó de 4 millones de dólares a 38 millones de dólares. Si bien es generalizado su uso en la fruticultura, el problema no se limita sólo a esa área. De hecho, BU uso está íntimamente asociado al proceso comúnmente denominado "modernización de la agricultura", cuya aparición y desarrollo es diferencial para cada país, pero que en general comienza a instaurarse a finales de la década de los 40. Es así como en la actualidad está profundamente enraizado en los sistemas productivos de decenas de millones de hectáreas en la" cuales ce producen cereales, leguminosas, raíces y tubérculos, hortalizas, caña, café, pastos, flores y frutales, a lo largo de toda América Latina y el Caribe, constituyendo un área "de negocios" que mueve miles de millones de dólares anualmente.
La exposición a los agroquímicos se ha asociado con malformaciones congénitas. Un estudio realizado en Rsncagua, zona de parronales, (Mella, "Prevalencia de malformaciones congénitas", 1990 en Valdés 1992) señala que en esa Región ha habido un aumento considerable de malformaciones congénitas. La prevalencia de malformados múltiples es mayor que a nivel nacional: 3.6 por mil contra 1.93 por mil. Las malformaciones más frecuentes son los defectos de cierre del tubo neural (anencéfalos, mielomeningocele, hidrocefalia). El estudio señala que la exposición a pesticidas de las madres y/o de los padres es el factor que ha motivado el aumento de las malformaciones congénitas. La sintomatología asociada a la exposición a agrotóxicos es frecuencia de vómitos, cefaleas crónicas, dolor de estómago, mareos, nauseas y desmayos frecuentes. Esta Región consume 60% de los agroquímicos utilizados en el país, que tienen conocidos efectos ontogénicos mutegénicos y teratogénicos, comprobados en otras situaciones, tales como en el caso de las obreras de flores en Colombia (Valdés, 1992).
Según la autora, una de las preocupaciones laborales más presentes en las trabajadoras temporeras es el uno de agroquímicos. Si bien las mujeres no aplican estos productos, realizan sus tareas en lugares donde se aplican. Además, cuando trabajan como empacadoras, deben manipular fruta sometida a la aplicación de los agro-químicos. Al respecto, un estudio de casos realizado en la zona central de Chile, encontró que, frente al tema de los riesgos ocupacionales, 33 de las 44 mujeres participantes en la investigación señalaron la acción de los agro-químicos (Díaz, 1991).
El daño provocado por los agrotóxicos y el conocimiento de la mujer temporera al respecto podrían llevarla a realizar un aporte sustantivo en la lucha por el mejoramiento de las condiciones medio ambientales. Sin embargo, la inestabilidad de estas trabajadoras redunda en una inorganicidad sindical que dificulta BU acción conjunta. Según la autora, la lucha contra el deterioro ambiental no debiera ser exclusiva de las trabajadoras temporeras, sino que debiera incluir, al menos, a la población que habita cerca de las agroinduatrias y a los consumidores.
Finalmente, Valdés señala que la modernización de la agricultura chilena, además del uso de pesticidas, implica la extensión indiscriminada del bosque artificial, que escaría mermando la producción agrícola y artesanal de las familias campesinas "..tanto el creciente uso de insumos químicos en la fruticultura y silvicultura como la expansión de los monocultivos y el cercenamiento de las fuentes alimenticia. y de materias primas necesarias para la producción, han provocado un agudo deterioro de las condiciones de trabajo con consecuencias sobre la salud laboral y reproductiva y el empeoramiento de las condiciones de sobrevivencia campesina" (op. cit. pág. 246).
Las enormes y diversas riquezas naturales con que cuenta la Región coexisten con graves problemas ambientales, que asumen diversas formas en los distintos países. En las áreas rurales, estos problemas estarían dados más por las estrategias de desarrollo económico basadas en la explotación indiscriminada de los recursos, que por la acción de la población campesina sobre los recursos naturales.
Los procesos de modernización económica en los campos de la agricultura y la ganadería, han producido graves daños al medio ambiente y a la salud de mujeres, niños y hambres por igual. La extensión de la técnica del monocultivo, asociada al uso de maquinarias y plaguicidas está íntimamente ligada a la depauperación de suelos y aguas, al tiempo que constituye un modelo alejado del paradigma de una agricultura sustentable. El caso de las agroindustrias en el Valle Central de Chile, ejemplifica esta situación: los daños no sólo abarcan a los trabajadora" directos, en gran parte mujeres, sino también a la población que vive cerca de esos lugares.
Se ha definido reiteradamente a la mujer campesina como un eje fundamental en la sustentabilidad ambiental, por su papel en el mantenimiento de la familia y su contacto directo con los recursos naturales. Tal apreciación parece correcta por cuanto ha sido la mujer rural la depositaria de una gran parte del conocimiento acumulado durante siglos, a través de un proceso de enseñanza-aprendizaje transmitido de generación en generación. Es obvio que una buena parte de ese conocimiento se ha perdido como producto del éxodo del campo a la ciudad, pero aún existe la posibilidad, a través de programas cuidadosos de investigaciónacción, de rescatar buena parte del conocimiento ancestral vinculado a un apropiado enfoque de la relación del ser humano con el medio ambiente, y en ese sentido, no cabe ninguna duda que la mujer rural jugarla un papel de primera importancia.