FAO/SMIA - Cosechas y escaceses alimentarias 01/99

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AFRICA ORIENTAL

BURUNDI* (5 de febrero)

Ha terminado la recolección de las cosechas de la temporada A de 1999, cuya producción se estima escasa, debido a unas lluvias tardías e insuficientes recibidas durante el período vegetativo. Una evaluación de los cultivos realizada por la FAO, el PMA y el Gobierno de Burundi durante la segunda quincena de diciembre calculó la producción de alimentos de la campaña en 1,1 millón de toneladas, 3 por ciento menos que la de la campaña A de 1998 y un 23 por ciento menos que el nivel medio anterior a la crisis. La producción de frijoles, calculada en 75 000 toneladas, es inferior en un 14 por ciento a la del año pasado, mientras que los cereales disminuyeron en un 5 por ciento a 85 000 toneladas. La producción de raíces y tubérculos y de bananas y plátanos disminuyó en un 2 y 3 por ciento, respectivamente.

Prosiguen en diversas regiones del país los casos de violencia y la inseguridad. Aproximadamente 550 000 personas siguen viviendo en campamentos para personas desplazadas. La ayuda alimentaria necesaria en 1999 para alrededor de 300 000 personas muy vulnerables se calcula en 50 000 toneladas.

Se supone que la suspensión, en diciembre de 1998, del embargo comercial de 1996 aumentará las actividades económicas y comerciales del país.

ERITREA* (5 de febrero)

Según las estimaciones, la cosecha de cereales de la temporada principal de 1998 ha sido satisfactoria, como consecuencia de las lluvias, abundantes y bien distribuidas, caídas durante el período vegetativo. Sin embargo, debido al tiempo seco imperante en noviembre y diciembre en las zonas del litoral, en las que está a punto de recogerse la cosecha de sorgo, las perspectivas son inciertas.

Aunque la situación general de los suministros alimentarios ha mejorado con la llegada de la nueva cosecha al mercado, continúa siendo difícil para las familias desplazadas por el conflicto con la vecina Etiopía. Según una evaluación realizada últimamente por el Gobierno, durante 1999 necesitarán ayuda unas 450 000 personas, incluidas 100 000 personas desplazadas en el interior y 60 000 expulsadas de Etiopía, familias que acogen a repatriados/desplazados, así como personas afectadas por los trastornos económicos causados por la guerra. El Gobierno ha formulado un llamamiento pidiendo ayuda alimentaria internacional para prestar asistencia a esta población.

ETIOPIA* (5 de febrero)

Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA, que visitó el país al final de 1998, calculó la producción de cereales y legumbres de la campaña Meher de 1998 en 11 690 000 toneladas, 36 por ciento más que el año pasado, pero ligeramente inferior a la cosecha récord de 1996. El aumento se debe a unas lluvias favorables, a una utilización mayor de fertilizantes y de semillas mejoradas, y a una incidencia baja de plagas y enfermedades.

La disponibilidad mejorada de cereales ha hecho bajar los precios de los cereales en la mayoría de los mercados. En 1999 se necesitará sólo una cantidad mínima de importaciones, principalmente arroz. Dado este balance favorable, debería haber margen para una reposición significativa de todas las existencias. Las posibilidades de exportaciones a los países vecinos se verán restringidas por la débil demanda de importaciones y por la clausura de la frontera con Eritrea.

Pese a la excelente cosecha obtenida, alrededor de 2 millones de personas necesitarán unas 180 000 toneladas de ayuda alimentaria, sin contar los habitantes de las zonas pastorales y las 395 000 personas desplazadas en el interior del país, afectadas por los conflictos en curso con la vecina Eritrea. Debido a la gran cantidad de existencias, este año no se necesita importar ayuda alimentaria. Sin embargo, se insta firmemente a los donantes a sostengan las compras locales para fortalecer en algo el mercado.

En las partes meridionales y orientales, la sequía ha provocado un empeoramiento de los pastizales y de la situación de los animales. En algunas zonas se ha comenzado a distribuir agua de emergencia, y actualmente el Gobierno está evaluando la situación.

KENYA (3 de febrero)

Las perspectivas para las cosechas de maíz y frijoles de "lluvias cortas", que se están recogiendo ahora, son desfavorables. Unas lluvias tardías e insuficientes determinaron la reducción de la superficie plantada y perjudicaron los rendimientos. El pronóstico relativo a la producción se ha revisado a la baja, pasando de 400 000 toneladas a 100 000 toneladas. Aunque el maíz de lluvias cortas representa sólo el 15 por ciento de la producción nacional, es el cultivo principal de la provincia oriental y de algunas partes de la provincia central. Pese al suministro de alimentos en general satisfactorio, ya se señalan graves escaseces de alimentos, particularmente en las partes más bajas y marginales de los distritos de Kiambu, Kirinyaga, Maragua Thika, y Nyeri. La sequía, además, empeoró la situación de los pastizales y agravó la escasez de agua para el ganado. Se necesita ayuda alimentaria para la población afectada.

La producción de la cosecha principal de cereales de "lluvias largas" de 1998 fue sensiblemente superior a la de 1997, debido principalmente a las lluvias, copiosas y bien distribuidas, caídas en la principal zona productora del Valle de Rift. Según las estimaciones, la producción de maíz, el cultivo básico principal, ha alcanzado un nivel superior a la media de 2 340 000 toneladas. Suponiendo una cosecha de "lluvias cortas" menguada, de 100 000 toneladas, la producción total de maíz de 1998/99 se prevé en 2 440 000 toneladas. En este nivel, las necesidades de importación para la campaña comercial 1998/99 (octubre/septiembre) se calculan en 430 000 toneladas, volumen considerablemente inferior al del año anterior en el que las importaciones alcanzaron niveles muy elevados.

Debido a una cosecha buena de maíz de "lluvias largas" y a la gran cantidad de remanentes del año pasado, los precios han bajado de forma pronunciada en los últimos meses a un nivel de alrededor de 89 dólares EE.UU. por tonelada. Con objeto de sostener los precios, el Gobierno ha anunciado la compra de 270 000 toneladas de maíz para distribuir ayuda alimentaria a la población afectada por la menguada cosecha de "lluvias cortas" y reponer sus reservas estratégicas.

RWANDA* (5 de febrero)

Ha terminado la recolección de la cosecha de la temporada A de 1999, y las estimaciones provisionales indican una disminución del 15 por ciento respecto al año pasado. Las lluvias tardías y mal distribuidas redundaron en una disminución de la superficie plantada y de los rendimientos. Los cultivos más afectados por el tiempo seco son los frijoles y los cereales, mientras que las raíces y los tubérculos resultaron menos afectados.

La mejora de la situación de seguridad registrada en los últimos meses en las prefecturas del nordoeste, afectadas por la persistencia de los disturbios civiles, se ha traducido en una disminución del número de las personas desplazadas. A principios de enero, las personas desplazadas en las prefecturas de Gisenyi y Ruhengeri eran 505 000, según las estimaciones oficiales. Actualmente se está proporcionando asistencia alimentaria internacional a las personas más afectadas.

SOMALIA* (3 de febrero)

Todo parece indicar que la producción de las cosechas secundarias de cereales "Deyr" de 1998/99, que se están recogiendo ahora, será escasa. Unas lluvias tardías e inferiores a la media caídas entre octubre y diciembre se tradujeron en una disminución de la superficie plantada y de los rendimientos. La insuficiencia de la cantidad de agua caída empeoró, además, la situación de los pastizales y de los abastecimientos de agua para los animales y las personas. Aunque las cosechas "Deyr" representan normalmente sólo el 20 por ciento de la producción anual de cereales, la actual se suma a la mala cosecha de cereales "Guru" (principal), que alcanzó sólo una cuarta parte de los niveles anteriores a la guerra.

Se prevé que la situación ya de por sí difícil de los suministros de alimentos empeorará en los meses venideros, de suerte que la escasez afectará a alrededor de 1 millón de personas, y 400 000 correrán los riesgos mayores. Los precios de los cereales han subido de forma pronunciada en los últimos meses y están fuera del alcance de la mayoría de la población. Tras cinco años consecutivos de cosechas menguadas y la prohibición, por parte de Arabia Saudita, de importar ganado de Somalia, se están agotando los mecanismos para hacer frente a la difícil situación. Aumentan los desplazamientos de poblaciones, particularmente desde las regiones más afectadas de Bay y Bakol, en busca de alimentos y agua. En muchas zonas la situación se ha agravado al reanudarse las hostilidades. Según las estimaciones actuales, alrededor de 30 000 personas se han desplazado por el hambre y la inseguridad.

A raíz de la fuerte merma de la cosecha "Gu" de 1998, la FAO pronosticó el déficit total de cereales en 340 000 toneladas. Esta estimación se basaba en una hipótesis optimista de lluvias normales durante la campaña "Deyr". Sin embargo, con las estimaciones definitivas de la producción de la región nordoccidental y un pronóstico de la cosecha "Deyr" de sólo 75 000 toneladas, el déficit de cereales se ha revisado al alza a 400 000 toneladas. De las cuales, según las proyecciones, 245 000 toneladas se colmarán mediante importaciones comerciales, quedando una necesidad total de ayuda alimentaria de 155 000 toneladas. Sin embargo, en muchas zonas la inseguridad impide el acceso a las personas necesitadas. Las necesidades de ayuda alimentaria de urgencia para las 400 000 personas más vulnerables de las zonas rurales del sur de Somalia (o sea alrededor del 7 por ciento de la población) se calculan en 11 000 toneladas para el período comprendido entre enero y marzo.

Después de seis cosechas escasas consecutivas, hay también una necesidad urgente de semillas para la siembra de la próxima campaña que comenzará en abril. Se calcula que se necesitarán alrededor de 1 500 toneladas de semillas de sorgo para alrededor de 75 000 familias muy vulnerables.

SUDAN* (5 de febrero)

Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA, que visitó el país en noviembre y diciembre de 1998, calculó en un nivel sin precedentes la producción de cereales secundarios, debida a unas lluvias suficientes y bien distribuidas, a la oportuna disponibilidad de insumos agrícolas y a los daños mínimos causados por las plagas y enfermedades. La producción de mijo se estima en 1 millón de toneladas, casi el doble del volumen del año anterior, y la de sorgo en 4,5 millones de toneladas, un 60 por ciento más que la cosecha inferior a la media de 1997. En cambio, son desfavorables las perspectivas para la cosecha de trigo de 1999, que se recogerá en marzo, como resultado de la disminución de la superficie plantada.

Los precios de mercado para el sorgo han descendido por debajo de los costos de producción en las principales zonas productoras, debido a la gran cantidad de suministros de cereales. Ello podría redundar en una reducción de la superficie plantada del próximo año. Se ha levantado la prohibición de exportar sorgo, y las disponibilidades exportables se calculan en 640 000 toneladas.

Pese a una situación satisfactoria de los suministros de alimentos en el norte, en el sur necesitarán asistencia alimentaria de urgencia alrededor de 2 360 000 personas debido a los conflictos civiles en curso. En el norte, los grupos vulnerables, entre los que se cuentan las personas desplazadas en el interior del país y las comunidades necesitadas de determinadas localidades, necesitarán ayuda alimentaria especialmente durante la temporada de carestía de 1999 (abril-octubre). Las necesidades de ayuda alimentaria de urgencia de las regiones afectadas por la guerra y deficitarias de alimentos son del orden de las 173 000 toneladas, incluidas 130 000 toneladas de cereales. Teniendo en cuenta la gran disponibilidad interna, se recomiendan vivamente las compras locales de ayuda alimentaria para sostener los mercados.

La grave situación nutricional imperante en el sur del Sudán, particularmente en Bahr-El-Ghazal, donde el año pasado se experimentaron condiciones de hambruna, ha mejorado en los últimos meses gracias a un aumento de las distribuciones de ayuda alimentaria.

TANZANIA (15 de febrero)

Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA realizada a principios de enero de 1999 observó que, como consecuencia de la escasez de precipitaciones, habían descendido de forma pronunciada la superficie plantada y los rendimientos, y la producción total del maíz Vuli será significativamente inferior a lo normal. Las regiones más afectadas fueron el litoral y las tierras bajas de Arusha, Morogoro y Kilimanjaro, en las que la pluviosidad fue menos del 25 por ciento de lo normal.

Además, los suministros internos de maíz para la campaña comercial 1998/99 (junio/mayo) se vieron menguados por unas pérdidas por almacenamiento superiores a lo previsto, debidas a una combinación de factores, tales como la utilización de plaguicidas ineficaces, la deficiencia de los servicios de almacenamiento, y los altos niveles de infestación del barrenador de cereales. Puede que también haya influido el aumento del comercio transfronterizo extraoficial de maíz a Zambia, como efecto de sus precios más altos. Además de las limitaciones de los suministros, este año hubo una demanda mayor de maíz en regiones como Dodoma y Singida, donde las cosechas principales de sorgo y mijo se perdieron casi totalmente el año pasado. La subida repentina de los precios del maíz al final de octubre y principios de noviembre durante un período relativamente corto hace pensar que, además de la carestía, que hubiera tenido un efecto más gradual sobre los precios, ha habido una dosis considerable de acaparamiento.

Aunque la escasez y los precios del maíz han creado motivos de preocupación, en las principales zonas productoras es satisfactorio el suministro, a precios razonables, de otros alimentos además del sorgo y el mijo. Ello se debe a la producción favorable de cultivos de arroz, banana y tubérculos obtenida en la última temporada principal. El arroz, sin embargo, está más allá del alcance de los sectores más pobres de la población que disponen de un poder adquisitivo limitado, mientras que la yuca y la banana sólo se pueden conseguir en las principales zonas productoras, ya que no es fácil transportarlos a las zonas deficitarias de alimentos que están muy distantes.

La misión estimó la producción de maíz Vuli de 1999 en 228 000 toneladas, un 60 por ciento menos que el año pasado y un volumen inferior en un 40 por ciento al nivel medio a largo plazo. Para los cuatro meses restantes de la actual campaña comercial, la misión estimó que el país necesita importar 561 000 toneladas de maíz, de las cuales ya se han contratado 75 000 toneladas y se han tramitado 3 000 toneladas de ayuda alimentaria. Esto deja al país con una necesidad de importación no colmada de 483 000 toneladas, de las cuales se pedirán otras 20 000 toneladas en concepto de ayuda alimentaria proporcionada por conducto del PMA. Entre tanto, el Gobierno ha entregado 10 000 toneladas por conducto del SGR para ayuda de socorro. Aunque el déficit total de maíz es apreciable, se reconoce que las necesidades totales de dicho producto disminuirán gracias al volumen considerable de otros productos alimenticios sucedáneos. Además, el sector comercial podría aumentar el volumen de las importaciones, en vista de la supresión de los derechos de importación del maíz y si los precios internos fueran más altos que los precios internacionales.

El déficit de la actual producción Vuli y una serie de malas cosechas consecutivas obtenidas en algunas partes del país se han traducido en un incremento significativo del número de las personas vulnerables a la escasez de alimentos, estimadas actualmente en 1 millón.

UGANDA (8 de febrero)

Ha terminado la recolección de la cosecha de la segunda temporada de 1998. Según las estimaciones, la producción de maíz se sitúa en torno al 57 por ciento de los niveles normales debido a la insuficiencia de las lluvias. En cambio, la producción de otros cultivos alimentarios importantes, tales como las bananas y las raíces y tubérculos que son más resistentes a la sequía, se considera normal.

Las zonas más afectadas por la mengua de la producción son las regiones oriental y central, y la cuenca del Lago Victoria. En el subcondado de Kifamba (distrito de Rakai) escasean los alimentos a raíz de una serie de malas cosechas consecutivas. En los distritos septentrionales de Gulu y Kitgum, afectados por los disturbios civiles, la reanudación de las hostilidades ha empeorado la situación de seguridad. Se continúa prestando asistencia alimentaria internacional a alrededor de 400 000 personas desplazadas en esas zonas.


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