FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias No.1, Febrero 2000 - Page 14

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OCEANIA

AUSTRALIA (2 de junio)

Se están plantando las cosechas de trigo y cereales secundarios de invierno de 2000. Unas buenas precipitaciones recibidas a principios de mayo, además de la gran cantidad de humedad del subsuelo acumulada después de un verano extraordinariamente húmedo y un otoño temprano, aseguraron condiciones de plantación en general ideales en toda la zona oriental y occidental de cereales. Los primeros indicios sobre las intenciones de siembra de los agricultores apuntan a una superficie plantada con trigo de invierno de 11,8 millones de hectáreas, prácticamente igual que el año anterior. Si las condiciones de siembra fueran buenas, y suponiendo un tiempo normal durante el resto de la campaña, se pronostica una cosecha de cerca de 23 millones de toneladas. Esto superaría la media quinquenal y sería ligeramente inferior a la cosecha récord de 1999 (24 millones de toneladas). Por lo que se refiere a la cebada, el cultivo más importante de los cereales secundarios de invierno, los primeros indicios apuntan a una fuerte recuperación de la superficie plantada a casi 3 millones de hectáreas, después de la disminución de la superficie del año pasado.

Sin embargo, aunque las condiciones atmosféricas para la plantación y el desarrollo temprano de los cultivos de cereales de invierno sean favorables, ha surgido alguna incertidumbre sobre el resultado de la cosecha de 2000 a raíz de un brote de langostas a partir de abril, considerado como la peor infestación en los últimos 50 años. Aunque ya se han producido algunos daños a los cereales más tempranos, el mayor peligro será en la primavera cuando eclosionen los huevos depositados en el otoño. Se necesitarán medidas de lucha intensiva en los meses venideros para evitar pestes potencialmente muy perjudiciales más avanzado el año.

La recolección de las cosechas está casi terminada, y se pronostica oficialmente una contracción de la producción de alrededor de un 20 por ciento con respecto a la campaña anterior a alrededor de 1,1 millones de toneladas, debido a una disminución del 13 por ciento de la superficie y a una merma de los rendimientos


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