La producción agrícola mundial deberá aumentar en un 60 % de aquí a 2050 para satisfacer la demanda de una población mundial en crecimiento. Sin embargo, más de una tercera parte de los alimentos producidos en la actualidad se pierde o desperdicia. La expresión "pérdida de alimentos" se refiere a la disminución de la masa comestible de los alimentos en tres etapas de la cadena alimentaria ―producción, poscosecha y elaboración―, principalmente en los países en desarrollo. La expresión "desperdicio de alimentos" se refiere al descarte de alimentos comestibles en las etapas del comercio al por menor y del consumo, principalmente en los países desarrollados. Este despilfarro de alimentos representa una oportunidad perdida para mejorar la seguridad alimentaria y tiene un costo elevado para el medio ambiente.
Los costos financieros del despilfarro de alimentos son sustanciales, ya que ascienden a cerca de 1 billón de dólares de los Estados Unidos (USD) al año. No obstante, el despilfarro de alimentos también causa graves efectos ambientales. En la primera fase del proyecto se produjo la primera Huella del despilfarro de alimentos (FWF) a escala mundial para cuantificar los efectos en la atmósfera, el agua, la tierra y la biodiversidad. En el proyecto se utilizó un modelo de análisis del ciclo biológico (ACB) (véanse el Documento de exposición de conceptos 1 y el Informe técnico, en inglés únicamente) para evaluar la magnitud de los efectos ambientales del despilfarro de alimentos y determinar los principales problemas (para las regiones, los productos y las etapas de la cadena de suministro de alimentos) en los que deberían centrarse los esfuerzos de mitigación. Asimismo se produjo un conjunto de instrumentos (Toolkit) suplementario en el que se detallan las mejores prácticas para la reducción del despilfarro de alimentos. Los resultados fueron presentados en septiembre de 2013 por los Directores Generales de la FAO y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En la segunda fase del proyecto se tradujeron los efectos ambientales del despilfarro de alimentos en costos sociales, medidos en términos monetarios. Se elaboró una metodología de contabilización del costo total (véase el Documento de exposición de conceptos 2) para evaluar los costos financieros directos, la pérdida de valor de los bienes y servicios de los ecosistemas y la pérdida de bienestar asociada a la degradación de los recursos naturales. Los costos totales a escala mundial del despilfarro de alimentos ascienden a unos 2,6 billones de USD al año, incluidos 700 000 millones de USD en concepto de costos ambientales y 900 000 millones de USD en concepto de costos sociales. Utilizando el marco de contabilización del costo total, se investigaron los beneficios socioambientales de distintas opciones de mitigación en siete estudios de casos. Estos resultados fueron presentados en la Conferencia Regional de la FAO para Europa en abril de 2014.
El proyecto relativo a la Huella del despilfarro de alimentos demuestra que reducir el despilfarro de alimentos es una prioridad lógica con vistas a establecer modalidades de producción y consumo más sostenibles. Las inversiones en la reducción del despilfarro de alimentos pueden producir beneficios económicos, ambientales y sociales y, al mismo tiempo, contribuir a la seguridad alimentaria y ayudar a mitigar el cambio climático.
Vea el vídeo sobre la Huella del despilfarro de alimentos I en: Inglés / Francés / Español
Vea el vídeo sobre la Huella del despilfarro de alimentos II en: Inglés / Francés / Español / Árabe / Chino / Ruso / Alemán
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