Agroecología para revertir la degradación del suelo y alcanzar la seguridad alimentaria
La agroecología, que restaura el funcionamiento del ecosistema manteniendo la salud del suelo, es una estrategia efectiva para alcanzar la seguridad alimentaria en las zonas del mundo donde más se necesita.
Actualmente se confía en que la política agrícola afronte el reto combinado de producir alimentos suficientes para una creciente población, garantizando a la vez la restauración del medio ambiente incluyendo la salud del suelo y del ecosistema. Por tanto, a los responsables de las políticas se les pide con mayor frecuencia abordar la necesidad urgente de restaurar el suelo y el medio ambiente en un mundo en el que millones de personas sufren todavía de hambre.
Seguridad alimentaria y degradación del suelo
A pesar de albergar casi toda la producción alimentaria, las áreas rurales también cuentan con la mayoría de personas con inseguridad alimentaria en el mundo.
Actualmente, alrededor del 33 por ciento de los suelos del planeta están de moderada a altamente degradados. El 40 por ciento de estos suelos se encuentran en África y la mayor parte del porcentaje restante se hallan en zonas afectadas por la pobreza y la inseguridad alimentaria.
La estrecha relación entre la salud del suelo y la seguridad alimentaria requiere acciones estratégicas e inmediatas, sobre todo a nivel local para revertir la degradación del suelo, a fin de aumentar la producción alimentaria y aliviar la inseguridad alimentaria en las zonas donde más se necesita y en el contexto del cambio climático.
La agroecología es una estrategia para revertir la degradación del suelo
Al entender y trabajar con las interacciones entre suelo, plantas, animales, seres humanos y medio ambiente dentro de los sistemas agrícolas, la agroecología abarca múltiples dimensiones del sistema alimentario, incluyendo la restauración ecológica, la estabilidad política y social y la sostenibilidad económica.
El enfoque agroecológico comienza restaurando la vida del suelo con el fin de restablecer y/o mejorar los múltiples procesos biológicos basados en él. Para ello es necesario aumentar y vigilar la materia orgánica del suelo; facilitar y supervisar su biodiversidad; y aprovechar el conocimiento de los campesinos locales a través de Escuelas de campo para agricultores y otros enfoques científicos participativos.
La agroecología aplica estrategias específicas, como policultivos y sistemas agroforestales, cultivos de cobertura, y rotación de cultivos y ganadería, que garantizan la producción y los ingresos a nivel local durante todo el año y de forma estable y diversificada.
Agricultores: gestores de los ecosistemas para la restauración del suelo
Muchos campesinos en todo el planeta tienen un conocimiento profundo y empírico de su suelo local. Son los principales gestores de los ecosistemas y un pilar de la agroecología. Ellos han ensayado, adaptado y descubierto prácticas agrícolas que restauran la vida del suelo y los servicios ecosistémicos asociados.
Los suelos que están bien gestionados por agricultores familiares ayudan a garantizar las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria, salvaguardando a la vez el suelo: disponibilidad, aportando nutrientes para el crecimiento de los cultivos; acceso, mejorando los ingresos de las familias rurales con cosechas más fiables; estabilidad, conservando agua para poder cultivar durante casi todo el año; y utilización, obteniendo alimentos saludables y nutritivos de suelos sanos.
Hora de actuar
Diseñar sistemas agroecológicos variados, arraigados en el conocimiento ecológico local y basados en la diversidad de los sistemas y las sinergias ecológicas puede mejorar notablemente la calidad del suelo y revertir su degradación, aumentando a la vez la producción de alimentos nutritivos.
La agroecología es parte del Marco Estratégico de la FAO, en particular de los Objetivos Estratégicos de hacer a la agricultura, la silvicultura y la pesca más productivas y sostenibles, aumentando la resiliencia de los medios de vida y reduciendo la pobreza rural.