LARC/04/2

28a CONFERENCIA REGIONAL DE LA FAO PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Ciudad de Guatemala (Guatemala),
26 al 30 de abril de 2004

SEGURIDAD ALIMENTARIA COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO RURAL

Índice



I. Introducción

1. América Latina en el contexto mundial de la seguridad alimentaria. La comunidad internacional consagró la seguridad alimentaria como uno de los derechos humanos fundamentalesi Más recientemente, la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidasii estableció la seguridad alimentaria como una de sus metas principales. Ya en 1996 la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) había fijado como meta para la humanidad la de reducir, para el año 2015, a la mitad el número de personas que en el mundo permanezcan en estado de inseguridad alimentaria. Con las actuales tasas de disminución del número de personas en estado de inseguridad alimentariaiiila meta propuesta no se logrará. En consecuencia, la apremiante necesidad de aumentar los esfuerzos globalmente, incluidos el financiamiento y las estrategias de desarrollo, tal como fue señalado en la Cumbre de Monterrey sobre Financiación para el Desarrolloivy en la Cumbre Mundial de la Alimentación: cinco años después (CMA: cad)vrequerirá en el futuro inmediato un proceso enfocado más a las personas, con más énfasis en los resultados, y más efectivo en enfrentar los nuevos desafíos que amenazan debilitar (o erosionar) los actuales esfuerzos y logros ya alcanzados hasta el presente.

2. En todo el mundo, las últimas estimaciones indican que 840 millones de personas estaban subnutridas en el período1998-2000: 10 millones en los países industrializados, 34 millones en las economías en transición y 798 millones en los países en desarrollovi En América Latina y el Caribe, considerando una población total de 512 millones de personas en 33 países, se estima que hay 53,4 millones de personas subnutridas, el 95% de las cuales están concentradas en trece países. Con diferentes intensidades en los países de América Latina y el Caribe, la inseguridad alimentaria sigue constituyendo un flagelo real, moralmente inaceptable, para importantes segmentos de la población.

3. Ventajas de un enfoque integral de seguridad alimentaria. Este documento surge de las experiencias y necesidades específicas de los países de América Latina y el Caribe, con la intención de explicitar la urgencia de la seguridad alimentaria, entendida como proceso dinámico indispensable para insertarse en el crecimiento económico y en el logro del objetivo de un desarrollo rural permanente y sostenible. Pretende demostrar que alcanzar la seguridad alimentaria mediante un enfoque en modos de vida sosteniblesviicontribuye al crecimiento económico, a la conservación del medio ambiente, al desarrollo humano y a un proceso de cambio dinámico y sustentable. Presentamos el argumento que un enfoque integral de seguridad alimentaria puede tener como resultado no sólo un mejoramiento en el valor del capital social y humano y en la promoción de la estabilidad social, económica y ambiental, sino también en el desarrollo rural permanente y sustentable. En efecto, concentrarse en establecer un sistema para alcanzar un proceso dinámico e iterativo de seguridad alimentaria se perfila como esencial para el éxito, tanto de la identificación del problema como de su solución. El proceso se transforma en una herramienta que permite desarrollar simultáneamente el marco de las políticas, planes y programas, y su correspondiente implementación. Por un lado, la evaluación del estado de la seguridad alimentaria configura una herramienta de diagnóstico, que identifica cuáles son los grupos más vulnerables y cuál es el origen de su inseguridad alimentaria; por otro lado, el proceso se enfoca en las capacidades fundamentales de las personas y de las familias, sobre todo en su capacidad de participar activamente en el paso para el establecimiento de modos de vida sostenibles. Para lograr esto, es necesario enfocar la reducción de vulnerabilidad (a desastres) y el aumento de productividad; además, la importancia de diferentes tipos de información y análisis es fundamental. Estos puntos se subrayan a través del documento que sigue, el cual está basado en algunas experiencias y lecciones de la FAO en América Latina y el Caribe.

II. La seguridad alimentaria

4. Un proceso amplio e interdisciplinario. La seguridad alimentaria, que garantiza a todos los seres humanos el acceso físico y económico a los alimentos básicos que necesitan para una vida activa y saludable, conlleva consecuencias multisectoriales, las que van más allá de la necesidad de producción, oferta y suministro de alimentos. Se trata de un proceso dinámico estrechamente vinculado con los temas de pobreza, capacidad humana, creación de trabajos y generación de ingresos, un espiral que puede llevarse tanto haci arriba como haci abajo, en continua evolución. El proceso también se reconoce en diferentes niveles: internacional, nacional, del hogar y del individuo. Incluye un análisis sistemático sobre disponibilidad alimentaria y estabilidad de la oferta, sobre las restricciones relativas al acceso de todos a los suministros, y sobre la utilización biológica de los productos alimentarios básicos. Las intervenciones se dirigen a las personas, al entregar las herramientas en términos de capacidad, tanto física en salud y nutrición mejorada como de información y conocimientos para responder a las oportunidades y poder desarrollar modos de vida sostenibles. Los conceptos que son fundamentales al proceso de seguridad alimentaria se presentan en el Recuadro 1.

5. La seguridad alimentaria es un resultado de los derechos de las personas. Amartya Sen identifica cuatro categorías principales de derechos del individuo: (i) los derechos a la participación en el comercio, es decir una persona puede intercambiar sus productos y su dinero para satisfacer sus necesidades; (ii) los derechos a la producción, que corresponden al acceso de una persona a lo que produce con sus propios recursos; (iii) el derecho al trabajo, es decir, la posibilidad y capacidad de una persona de vender su propia fuerza de trabajo; (iv) los derechos sucesorios, a saber, ofrecimientos voluntarios como remesas, transferencias estatales y distribución de alimentos. Las formas específicas de las instituciones que regulan las relaciones entre los diferentes agentes económicos y sociales son factores importantes en este proceso. Los cuatro “derechos” identificados por el autor determinan el control sobre los recursos que las personas pueden ejercer, de conformidad con las reglas y normas impuestas por la sociedad para satisfacer sus necesidadesviii Más adelante, Sen subrayó estos derechos en el contexto de capacidades para participar en los procesos de desarrollo y transformar sus propias condiciones de vidaix

6. Los factores de riesgo. El análisis de los factores de riesgo que amenazan la Seguridad Alimentaria constituyen uno de los aspectos más críticos del proceso. El planteamiento incluye un enfoque hacia la identificación y características de los grupos vulnerables de una sociedad y las causas de los riesgos que amenazan sus derechos. En general, en un país los grupos vulnerables incluyen hogares en situación de riesgo, tales como aquellos encabezados por madres o padres solteros o aquellos de los sectores urbanos encabezados por trabajadores independientes/sector informal, desempleados, y de los sectores rurales constituidos por campesinos sin tierra no calificados, habitantes de zonas remotas, y, en general, agricultores de bajos ingresos. El proceso clasifica los tipos de riesgos que pueden amenazar la seguridad alimentaria: naturales (plagas, sequías, incendios), de mercado (deterioro de los precios, desempleo, aumento de las tasas de interés), públicos y estatales (reducción de gastos en salud publica, aumento de impuestos, reducción de programas nutricionales) y otros (desplazamiento de comunidades a causa de guerras o embargos).

7. Pobreza, nutrición y seguridad alimentaria. Indudablemente, la pobreza es una de las causas del hambre, pero también el hambre puede ser causa de pobrezax El premio Nobel Robert Fogel ha demostrado el vínculo estrecho entre nutrición, salud y el crecimiento económicoxi Según Fogel, el 20% de la población en situación de extrema pobreza en Inglaterra y Francia ,alrededor de 1790, estaba efectivamente excluido de la fuerza de trabajo porque tenía demasiada hambre para trabajar. Concluye que una mejor nutrición fue responsable de cerca de la mitad del crecimiento económico de Gran Bretaña entre 1790 y 1890. El fuerte impacto de la mejora en la nutrición mediante la formación del capital humano y el aumento en la productividad tiene mayor incidencia en los países con los índices más altos de inseguridad alimentariaxii El argumento central de este documento es que, de no reducirse la inseguridad alimentaria, el progreso en la lucha contra la pobreza será necesariamente lento; un enfoque directo a la inseguridad alimentaria no podrá desvincularse de la búsqueda de oportunidades para conseguir una reducción de la pobreza, y consecuentemente, más desarrollo de las áreas rurales. Centrarse en la seguridad alimentaria tiene la ventaja de subrayar el predominio del sector alimentario y agrícola en la vida de las personas pobres.

III. El desarrollo humano, la seguridad alimentaria y el desarrollo rural

8. Un enfoque centrado en las personas. Un componente de la Declaración de Rioxiiireconoce que no se puede alcanzar el desarrollo sustentable sin un enfoque centrado en las personas para cualquier estrategia integrada de desarrollo sustentable. La productividad de las personas – para trabajar y aprender mejor – comienza con la mejora de su salud, nutrición y su capacidad de participar en un proceso de mejoramiento del nivel de vida. Generalmente, es aceptadoxivque las personas que sufren hambre no pueden salir de la pobreza.

9. Crecimiento demográfico. Se estima que en el período 2000-2030, la población total de la región de América Latina y el Caribe (ALC) crecerá en 40% para llegar a 725 millonesxvde personas. A pesar de la alta tasa de migración hacia los centros urbanos, el porcentaje de personas pobres viviendo en áreas rurales sigue siendo alto, se estima en un 75% y su incidencia es mayor entre los grupos más vulnerables que son mujeres y poblaciones autóctonasxvi Aproximadamente la mitad (40 millones) de los pobres rurales son pequeños agricultores, estimados en 26 millones de las comunidades indígenas (33%) y 13 millones representando los pobladores rurales sin tierra (16%), sin acceso ninguno a recursos productivos para la generación de ingresos. Dada la poca movilidad, es el grupo con escaso potencial agropecuario que aumentará másxvii

10. Productos agrícolas específicos y productividad. Una estrategia de seguridad alimentaria está enfocada tanto sobre la población pobre como en los productos que ella genera. En México por ejemplo, la producción de maíz, uno de los principales cultivos agrícolas del país con 8 millones de hectáreas y que ocupa el 63% de la producción entre los cinco cultivos básicos, en los años noventa aumentó en 70%, beneficiando con proyectos especiales e inversiones en tecnología nueva para mejorar la productividad, casi en la mayoría en productores medianos y grandes. En las áreas rurales, donde el maíz ocupa lugar central en la manutención de los sistemas de vida, generando ingresos y asegurando el acceso a los alimentos básicos, los productores pequeños siguen con problemas de baja productividad. Los productores pequeños, por lo general, cultivan tierras marginales de bajo rendimiento y tienen pocas posibilidades de acceso al crédito, a la capacitación y a programas de extensión. Como resultado, menos del 35% de los productores familiares son competitivos, utilizan prácticas poco eficientes, con falta de información de mercado y tecnología inadecuada, y producen menos de 35% del ingreso rural familiar.

11. La realidad de género. El mejoramiento de la situación de las mujeres, su acceso a la educación, a la salud y a los bienes necesarios para mejorar la productividad, es de gran importancia en relación a los esfuerzos necesarios para romper el ciclo de inseguridad alimentaria y pobreza. Los resultados del estudio recientemente conducido por IFPRI1a mención: poner nombre completoxviiien 63 países en desarrollo entre los años 1970 y 1995, indican que el nivel de educación de la mujer y el nivel de la mujer en la sociedad contribuyen al 52% de la explicación estadística para determinar el nivel nutricional de los niños y el número de niños desnutridos. Estos factores influyen más que la disponibilidad nacional de los alimentos y factores de salud y medio ambiente. La inversión en la educación de las mujeres demuestra resultados positivos en indicadores tales como: el número de hijos nacidos, el plazo entre nacimientos, las prácticas de cuidado y alimentación de los hijos, y el ingreso familiar.

12. Distribución de los ingresos. La inequidad en el acceso en general y en ingresos en particular es una parte importante en la continuación de la inseguridad alimentaria y de las áreas rurales subdesarrolladas. ALC es la región con la inequidad de ingresos más grande del mundo, con 11 de los 20 países menos equitativos del mundo, donde el 10% de la población recibe el porcentaje más grande de los ingresos. Hay estudios que estiman que Brasil es el país más inequitativo del mundo, donde el 10% de los más ricos controlan el 47,9% de los recursosxix En la mayoría de los países de la Región, la distribución de ingresos empeoró en los años 90: el porcentaje de los ingresos percibidos por los niveles más bajos se redujo mientras que el porcentaje del nivel más alto aumentó. Nicaragua, Guatemala y Bolivia son los países menos equitativos después de Brasil.

13. Los servicios básicos. La calidad de los recursos humanos es factor crítico en el desarrollo, la reducción de la pobreza y la inseguridad alimentaria. En la Región, son instructivos los ejemplos recientes de Costa Rica y Chile en salud, educación y nutrición. Durante los últimos 30 años, Costa Rica asignó desde un 7% a un 10% de su PIB para proveer servicios de salud y nutrición a la poblaciónxx No es una coincidencia que Costa Rica sea uno de los cinco países en América Latina con mejor índice de desarrollo humanoxxi El modelo chileno, con fuertes inversiones en la educación y la salud primaria (en combinación con bajas tasas de inflación y desempleo y con un aumento significativo en el ahorro y la inversión), ha sido “la experiencia más exitosa en reducir los índices de pobreza en una década”xxii en la Región - el ingreso per capita se duplicó en el período 1985-1998, y los índices de pobreza cayeron en 44,8% entre 1987 (38%) y 1996 (20%), y el porcentaje de personas en estado de extrema pobreza se redujo de 16,8% a 5,6% en el mismo período.

14. La experiencia de Costa Rica en seguridad alimentaria A pesar de los muchos desafíos el caso de Costa Rica sigue siendo un ejemplo instructivo sobre la relación entre la seguridad alimentaria, desarrollo humano y recursos naturales (Recuadro 2).

IV. El crecimiento económico, la seguridad alimentaria y el desarrollo rural

15. Beneficios económicos de la seguridad alimentaria. La lucha para reducir la inseguridad alimentaria no es sólo un imperativo moral, sino también una fuente de grandes beneficios económicos. Según estimaciones preliminares, si se consigue el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, el valor de los beneficios, a través de cualquier fuente, sería superior a los 120.000 millones de dólares de los Estados Unidos al añoxxiii Resulta obvio que un mejoramiento de la seguridad alimentaria conlleva importantes beneficios en la economía mundial, ya que aumenta la demanda de bienes y servicios, nacionales e importados. El informe de la Comisión sobre Macroeconomía y Salud de la Organización Mundial de la Salud indica que si se pudiera alcanzar los objetivos de la CMA, los beneficios de una mejor nutrición serían centenares de miles de millones de dólares al año. Según un estudio realizado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, si se alcanzara el objetivo de la CMA, el costo de las operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz disminuiría en aproximadamente 2.500 millones de dólares de los Estados Unidos al año. Es evidente que la asignación de recursos en la lucha por reducir la inseguridad alimentaria es una fuente potencial de más recursos para la promoción del crecimiento económico y desarrollo.

16. El rol de la agricultura en la economía ruralxxiv El crecimiento del sector agrícola es clave para el crecimiento económico totalxxv La evidencia demuestra que el efecto multiplicador proveniente del crecimiento del sector agrícola es tres veces superior al de los sectores no-agrícolasxxvi La relación negativa entre el crecimiento del sector agrícola y el estancamiento de la actividad económica se reflejó en parte con el empeoramiento en las tasas de crecimiento del sector agrícola en las economías de los países de la Región. El PIB regional creció en torno al 1% en 2001, menos de la mitad de la tasa alcanzada en 2000, y la producción agrícola en América Latina y el Caribe creció en 2,1%xxvii Es importante considerar los enlaces intersectoriales que tienen lugar en las zonas rurales y que se vinculan a las actividades agrícolas. Estos hacen que el sector rural sea un espacio donde se desarrollan un conjunto de actividades económicas que trascienden el sector agrícola. Los efectos multiplicadores se registran en los ingresos no-agrícolas producto de la diversificación en las actividades de transformación agro-industrial, y en la demanda para servicios y apoyo técnico que se desarrolla en torno de la agricultura que genera ingresos y mejora la seguridad alimentaria.

17. Empleo rural, seguridad alimentaria y desarrollo rural. Estudios sobre el empleo rural no agrícola han encontrado que en el ejido mexicanoxxviii por ejemplo, esto llega a representar hasta el 55% de los ingresos totalesxxix en Nicaragua y Panamá el 61%xxx en Chile la proporción es del 67%xxxi en el Salvador alcanza 60%, y en Ecuador el 86%xxxii Es necesario notar, sin embargo, que estas formas de complementar los ingresos provenientes de las actividades primarias en el sector agrícola, muchas veces no son suficientes para superar la condición de pobreza en que viven muchos productores. Además, debido a las fallas existentes en las instituciones y los mercados, se puede observar que durante el último tiempo se ha venido produciendo un aumento de la dependencia de las familias en cuanto al ingreso rural no agrícola. En este sentido en algunos países son importantes las remesas, en otros lo son las inversiones en animales y granos como fuente de ahorro y liquidez para casos de emergencia. Además, los ingresos obtenidos de actividades agrícolas se gastan en bienes de producción local y esta demanda es esencial para la dinámica del sector rural no agrícolaxxxiii Dada la importancia de los ingresos no agrícolas a la seguridad alimentaria, es importante aumentar las inversiones en infraestructura, salud, educación e innovación tecnológica que faciliten actividades agrícolas y no agrícolas.

18. Competitividad externa y seguridad alimentaria. La agricultura y el comercio agrícola tienen un papel importante como motores para el desarrollo rural y para satisfacer las necesidades de seguridad alimentaria de los agricultores pobres de bajos recursos y de bajos ingresos. Es tanto un resultado como una motivación para aumentar la producción y exportación agrícola. Un aspecto importante es la inestabilidad de los mercados. La caída de los precios de los commodities es una fuente significativa de la inseguridad alimentaria en América Latina, afectando la capacidad de comprar, importar e invertir; otro aspecto fundamental es el acceso a los mercados. En los países en desarrollo mejor competitividad implica menos impacto de los subsidios a la producción y a la exportación a los que aplican los países desarrollados, los cuales favorecen a su producción casi hasta con mil millones de dólares cada díaxxxiv  Los subsidios a las exportaciones colocan en el mercado productos a precios inferiores a los que podrían ofrecerse si los subsidios no existiesen, con lo que se impide el crecimiento de las exportaciones de los países en desarrollo y se perjudica a los productores de los países importadores que ven reducidas sus ganancias. Lo anterior arroja como resultado un menor desarrollo del sector agrícola en estos países. Las exportaciones agrícolas, que representaban el 43% del total de las exportaciones totales de la región de América Latina y el Caribe a comienzos de los años setenta, ahora representan aproximadamente 20%. Sin embargo, el comercio internacional de los productos básicos agrícolas tiene una participación significativa del 9,5% en el comercio mundial de alimentos, aumentado de $32 billones a $43 billones durante la década de los 90. Es importante subrayar que estas cifras podrían haber sido más altas con políticas de comercio mundiales más liberales y equitativos. Los países necesitan asegurar sistemas eficaces de inspección y certificación aplicables dentro del Acuerdo OMC para la importación y exportación de alimentos. Esto, no sólo para promover el comercio sino también para proteger la salud de los consumidores y asegurar la no aplicación de barreras no arancelarias, y promover prácticas equitativas en el comercio internacional de alimentos.

19. Productores familiares y comercio agrícola. Realzar la participación de los productores familiares en el comercio aumentaría sus ingresos y por lo tanto su seguridad alimentaria. Esto a la vez promueve más inversiones en técnicas y tecnologías para aumentar la productividad lo cual fortalece su competitividad y estabilidad. Dado que los productores familiares producen el 80% de la producción agrícola en la región de América Latina y el Caribe, ampliar su participación en el comercio es entonces primordial para el crecimiento del sector agrícola y el crecimiento económico en general. El éxito de programas para aumentar la productividad también depende de los vínculos con las exportaciones de productos agrícolas o su incorporación en las cadenas globales. Para estimular el desarrollo rural sustentable es necesario facilitar las inversiones para mejorar la competitividad de los productores familiares, muchos de los cuales tienen poca capacidad para competir debido a que no cuentan con infraestructura adecuada, sus sistemas de comercialización son ineficientes; poseen altos niveles de pobreza, subnutrición y bajo capital humano, sus instituciones son débiles y su grado de desigualdad es muy alto.

20. Seguridad alimentaria e inocuidad. La liberalización del comercio y la globalización han aumentado los cambios asociados a la dieta en todo el mundo. La inseguridad alimentaria a nivel de la unidad económica familiar en ALC está asociada con problemas de acceso (ingresos) y de salud por falta de conocimientos sobre el uso adecuado de los alimentos. Se han observado problemas con enfermedades transmitidas por la contaminación de los alimentos, que figuran entre las cinco primeras causas de muerte en niños menores de cinco años. También existe una tendencia generalizada hacia la obesidad en más de un tercio de la población de la Región, producto del crecimiento socio-económico y urbano donde prevalece el uso de la comida rápida. Al mismo tiempo, es necesario enfocar más la importancia de la inocuidad de los alimentos para proteger la salud de la población y promover la educación nutricional para facilitar el uso adecuado de los alimentos. El Codex Alimentarius ofrece ese marco para emprender una modernización de la legislación alimentaria y la actualización o armonización de las reglamentaciones y el fortalecimiento de los sistemas de control de alimentos.

21. Sistemas de producción apropiada: Un planteamiento de seguridad alimentaria no solamente asegura la utilización de los recursos de manera eficiente sino también impulsa el empleo de sistemas de producción y tecnologías que aseguran la sostenibilidad de estas prácticas. En ALC se encuentra el 25% de la tierra potencialmente arable y 31% de las reservas de agua dulce, que pueden ser usadas sosteniblemente a través de tecnologías apropiadas. El total del área regada en la región de 18 millones de hectáreas representa el 10% de la superficie cultivada, de la cual sólo un 13% actualmente tiene sistemas de riego tecnificadoxxxv Se está conformando un consenso donde la biotecnología agrícola a bajo costo puede contribuir a aumentar la productividad agrícola y mejorar los ingresos de productores familiares. El mejoramiento genético y la reproducción de plantas resistentes a las sequías, plagas y pestes, y con rendimientos más altos, acelerando los procesos tradicionales, logran producir menos efectos negativos en el medio ambiente. Los desperdicios post-cosecha en el proceso de selección, procesamiento y almacenamiento se reducen mediante la selección de variedades de maduración tardía mientras el fortalecimiento de las semillas rinde productos alimenticios de superior valor nutritivo. Bajo el Programa Manejo Integrado de Plagas (IPM) poner en españolse utilizan productos biológicos de bajo costo para el control de pestes y plagas. Un planteamiento de seguridad alimentaria asegurará la promoción y uso de nuevas tecnologías en procesos que facilitan la participación de los productores familiares (mediante alianzas estratégicas y acceso al crédito, entre otros) y contribuyendo al desarrollo de las áreas rurales.

22. Gasto público en el sector rural. El porcentaje promedio del gasto público destinado al sector agrícola en los países de América Latina y el Caribe, durante la década de los noventa, fue muy reducido (a menos de 5%). Proporcionalmente, en aquellos países de la Región con mayor prevalencia de subnutrición, se destina un mayor porcentaje del gasto público al sector rural. Sin embargo, la efectividad del gasto, como lo demuestran las estadísticas de pobreza y desnutrición, no ha sido la deseada. La inexistencia de evaluaciones de impacto de programas y políticas rurales impiden dirigir el gasto a iniciativas que maximicen su impacto. La movilización de recursos hacia las áreas rurales es un aspecto fundamental de la seguridad alimentaria, dado que es allí donde vive la mayor parte de la población con inseguridad alimentaria. Las inversiones en áreas rurales constituyen un componente esencial para incrementar la capacidad productiva, crear empleo y generar ingresos. Los recursos dirigidos a promover la productividad agrícola también reducen las migraciones hacia las áreas urbanas y aminoran las tendencias crecientes de pobreza, inseguridad alimentaria y subnutrición en las ciudades. Es fundamental, sin embargo, que toda iniciativa de gasto público al sector agrícola y rural sea acompañada de evaluaciones de impacto.

23. Conflictos internos. La dinámica de los modos de vida sostenibles puede servir tanto para reducir el hambre como mecanismo para prevenir los conflictos producto del empobrecimiento y marginalización de los productores familiares y grupos indígenas. El acceso a la tierra es un aspecto fundamental para la seguridad alimentaria, realzando la necesidad de corregir el hecho que más del 30% de la población rural pobre de América Latina y el Caribe carece de tierrasxxxvi A la vez, promover esta estabilidad es requisito esencial para ofrecer un ámbito más seguro que invita a la inversión y así sembrar el desarrollo.

V. Los recursos naturales, la seguridad alimentaria y el  desarrollo rural

24. Biodiversidad. América Latina y el Caribe posee cinco de los diez países más ricos del mundo en términos de biodiversidadxxxvii Cuenta con 36% de los principales cultivos tanto alimenticios como industriales, y 28% del total de áreas forestales mundiales. La región contiene la selva tropical más grande del mundo en el Amazonas, y casi la mitad de los recursos hídricos renovables del mundo en desarrolloxxxviii La abundancia de los recursos naturales de la Región se debe en gran parte al clima favorable y a su extensión que abarca los dos hemisferios. La biodiversidad, disponible y potencialmente utilizable, debe ser considerada como el mayor acervo para enfrentar los problemas de la inseguridad alimentaria en una región que, en términos relativos, goza de una baja densidad de población con respecto a su territorio. Es necesario realizar una valorización de la biodiversidad para conceptualizar la importancia del recurso.

25. La degradación de los recursos naturales. La insuficiencia e inadecuación de los sistemas de suministro de alimentos, los problemas de equidad, en términos de ingresos y sobre todo la distribución de las tierras; la agricultura mecanizada en gran escala que provoca la erosión del suelo; el aumento de la intensidad de cultivo deteriorando la fertilidad natural del suelo, configuran las causas y los efectos de la degradación de los recursos naturales. 20% del área de ALC, unas 300.000 hectáreas, está afectada por procesos de desertificación. De seguir al ritmo actual, la desertificación y salinización afectarán el 50% de las tierras agrícolas de la región en el año 2050. La deforestación de la superficie de los bosques mundiales en los noventa alcanzó una tasa de 0,38 % cada añoxxxix La superficie agrícola está aumentando en aproximadamente 70% de los países del mundo, mientras en dos tercios de ellos, la superficie forestal está disminuyendo. En ALC la deforestación alcanzó un 4,25% en la década 1990-2000, una tasa promedio de deforestación anual de 0,43%, con las peores tasas de deforestación en América Central, llegando a 1.60% anuales. El derecho de propiedad de la tierra es el factor que más influye para adoptar prácticas sostenibles de uso de los recursos naturales xl La conclusión es, entonces, que reducir la inseguridad alimentaria mediante una combinación del reconocimiento de los derechos a la alimentación, el aumento de la propiedad de la tierra, la regularización de la tenencia de la tierra, los programas de extensión y capacitación en materia de conservación, y tecnologías y sistemas de cultivo más sostenibles tienen gran importancia para reducir la degradación ambiental.

26. Desastres naturales. La región de América Latina y el Caribe se asocia con desastres naturales de grandes proporciones tales como huracanes, terremotos, aludes e inundaciones, sequías e incendios forestales. Los desastres naturales son una fuente potente de inseguridad alimentaria, retardando la tasa de crecimiento estimándose que el 26% de la población de Centroamérica, 8,4 millones de personas, está expuesta al riesgo de huracanes varias veces al año. En América del Sur son recurrentes los problemas de sequías, inundaciones y desastres telúricos, especialmente en los países andinos. A nivel geológico, la región de Centroamérica marca el lugar de incidencia de seis placas tectónicas muy activas, las cuales dan lugar a terremotos muy violentos sobre todo en la costa del Pacífico. De un modo general, es posible constatar que los desastres naturales afectan con mayor rigor a los segmentos de población más pobres y con menores recursos, lo cual, en definitiva, redunda fuertemente en la inseguridad alimentaria. Es importante reducir la vulnerabilidad y los impactos de estos desastres. Una de las áreas de acción importante es el manejo de riesgos, especialmente, el manejo integral de cuencas. Sin embargo, también es necesario subrayar la importancia de dar atención inmediata para ayudar a las comunidades afectadas después de un desastre natural.

27. Recursos naturales y seguridad alimentaria. En varios países de América Latina y el Caribe existe un circulo vicioso entre el estado de seguridad alimentaría, la situación de vulnerabilidad y la pérdida de los recursos naturales. Un producto de la pobreza extrema es que el hecho de la alta demanda por energía se satisface con el carbón de leña, dando como resultado un continuo proceso de deforestación. La erosión y pérdida de millones de toneladas de suelos cultivables ha derivado en una catástrofe ecológica agravando la situación de inseguridad alimentaria en estos países.

VI. La seguridad alimentaria hacia el desarrollo rural: mejorando la información y el acceso

28. Un mandato de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. El papel de la información es fundamental para el mejoramiento de la vida rural. La información al servicio del desarrollo rural mediante la seguridad alimentaria propone un cambio de énfasis hacia la capacitación de las personas para utilizar sistemas de red y tecnologías nuevas, la transformación institucional y el desarrollo de estrategias dinámicas y sustentables. La necesidad de información para la evaluación del estado de la seguridad alimentaria, la identificación de los grupos vulnerables, la comprensión de las dificultades y la transferencia de buenas prácticas surge del mandato de la Cumbrexli

29. Redes de Información de Alerta Temprana. Una primera etapa del sistema de información sobre seguridad alimentaria es para pronosticar situaciones de emergencia para introducir mayor estabilidad en áreas rurales. El riesgo como factor causante de la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad del individuo a los impactos de desastres naturales y socio-económicos destaca la necesidad de sistemas de información en apoyo a un sistema de alerta temprana. La capacidad de identificar y prevenir sequías, plagas o inestabilidad de precios, de proteger sus sistemas de producción de los diferentes desastres naturales o socio-económicos, y la capacidad de enfrentar y superar estas situaciones es fundamental para el establecimiento de la seguridad alimentaria.

30. La transformación institucional. En el enfoque en las personas para alcanzar medios de vida sostenibles, la información resulta clave para una nueva institucionalidad, desarrollando técnicas y mecanismos para promover el establecimiento de diferentes tipos de alianzas para formar redes efectivas entre organizaciones e individuosxlii Información sobre las oportunidades ofrecidas para la capacitación y para el empleo; sobre el micro-crédito disponible para las empresas rurales para mejorar su productividad y sus ingresos; sobre las cadenas de mercadeo entre las organizaciones de productores rurales y los usuarios en áreas urbanas, puede ampliar las opciones de modos de vida sostenibles.

31. La productividad. La información ha sido clave en la transformación de los sistemas de producción de alimentos con tendencias globales a establecerse en redes productivas. La evolución en la tecnología informática ofrece oportunidades a pequeños agricultores para establecer redes que ofrezcan, de manera oportuna, acceso a productos de información: disponibilidad de insumos, precios, reglamentación sobre condiciones de acceso, productos y oportunidades de mercado. Frente a la caída de los sistemas de producción es necesario preparar sistemas de información que aporten soluciones probadas a nivel local para permitir a los productores actuar y tomar decisiones sobre el mercado para mejorar su competitividad y así mejorar sus derechos de intercambio.

32. Información de mercado. El acceso a los mercados es una oportunidad para salir de la pobreza. La falta de competitividad ha resultado históricamente en la marginalización de los productores familiares en áreas rurales. La información de mercado apoya a que los productores familiares agrícolas se re-capaciten para integrarse al nuevo sistema globalizado de comercio y los redes o alianzas productivas que se están formando. Los pequeños agricultores en América Latina ahora venden 2,5 veces más a cadenas de supermercados en sus propios países que el volumen que exportanxliii Los pequeños agricultores también necesitarán apoyarse en sistemas de información de mercado para participar en estos mercados y en los de productos de mayor valor agregado y para establecerse en redes de productoresxliv

33. Desnutrición y salud pública. La información epidemiológica sobre la ocurrencia de enfermedades relacionadas con los alimentos demuestra que es uno de los factores causantes de la desnutrición tanto en países desarrollados como en desarrolloxlv La industrialización de los sistemas de producción de alimentos a nivel global pone en relieve la vulnerabilidad de la cadena alimenticia. La preocupación nacional e individual sobre la inocuidad de los alimentos enfatiza la necesidad de sistemas de información adecuadas. Mejorar la información epidemiológica llevará a mejoramiento de los programas de salud y nutrición enfocadas en grupos vulnerables, mejorará la seguridad alimentaria, la productividad y el crecimiento del sector rural.

34. Participación social. La FAO, el Departamento para el Desarrollo Internacional (DPDI) y el Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI) en un estudio para analizar la función de la información en los modas de vida sostenibles, concluyeron que la disponibilidad de información adecuada es factor esencial para la toma de decisiones para lograr sistemas de vida sosteniblesxlvixlvii Recomendaron utilizar técnicas realistas que mejoren y le añadan valor a los sistemas existentes, estableciendo alianzas estratégicas para compartir conocimientos.

35. El Centro de Información Agraria Mundial de la FAO (World Agricultural Information Centre (WAICENT). FAO ha desarrollado un sinnúmero de sistemas de información especializadas sobre varios aspectos de la política agrícola para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria, entre ellos: SISAAT, FAOSTAT, SICIAV, y SISSAN. Estos sistemas promueven un mejor conocimiento de las necesidades de los usuarios y una utilización más adecuada de la información, mejorando el acceso a la información por medio de la creación de redes. Permiten el intercambio de información y el establecimiento de bases de datos integradas de información generada por los diversos sistemas, y mejoran la calidad y el análisis de los datos a través de la generación de nuevos métodos y herramientas. La insuficiencia de los enlaces, las duplicaciones frecuentes, y la falta de sinergia entre esfuerzos requiere del fortalecimiento de los mecanismos para analizar, evaluar y compartir las lecciones aprendidas.

VII. Recomendaciones

36. Para facilitar la disminución de la población que vive en un estado de inseguridad alimentaria y promover el establecimiento de vida sustentable, el desafío de FAO, en colaboración con todos los responsables, es mejorar las capacidades humanas a través de las siguientes actividades relacionadas con el proceso de seguridad alimentaria (Anexo 1)

37. El aumento de la productividad del trabajo para asegurar una fuerza laboral capaz en todas las áreas de actividad económica es esencial para la reducción de la pobreza y la promoción del desarrollo rural. Por esa razón, surge la necesidad de invertir en programas integrados de nutrición, salud y educación nutricional dirigidos prioritariamente a mujeres, escolares y grupos indígenas con el objetivo de aumentar sus capacidades de aprendizaje y permitirles una participación más efectiva en el sector económico.

38. Un enfoque de seguridad alimentaria demanda, en el largo plazo, el uso sustentable de los recursos naturales; por ello, es necesario ampliar la titulación de los derechos de tierra y estimular y fortalecer las diversas formas de propiedad de recursos naturales, incluyendo la responsabilidad social para su uso. También es importante fortalecer el desarrollo de instituciones e instrumentos que estimulen procesos de gestión de recursos naturales, considerando los beneficios y costos externos de su uso, además de definir marcos regulatorios para la producción de alimentos que fomenten el uso sostenible de los recursos, y articular una estrategia productiva sostenible.

39. Una gran mayoría de los pobres rurales vive en áreas de bajo potencial agropecuario. Debido a las limitantes relativas de la calidad y cantidad de sus recursos, cruzan el umbral de sostenibilidad y empiezan a destruir esta base por falta de alternativas. Dado lo anterior, un uso sustentable de los recursos naturales requiere reconocer los enlaces entre la vida rural y la vida urbana en la satisfacción de las necesidades básicas. Esto implica entonces poner énfasis en las fuentes de ingresos tanto agrícolas como no-agrícolas, y también en la infraestructura que se necesita para facilitar el acceso a las oportunidades de trabajo, y para disponer de alternativas mejores para satisfacer las necesidades básicas, a objeto de diversificar y aumentar la calidad y cantidad de sus recursos.

40. Las emergencias naturales y sociales interrumpen la capacidad para satisfacer las necesidades básicas de los pobres rurales de seguridad alimentaria. Para evitar esto, es necesario desarrollar estrategias de alerta temprana y programas de seguridad alimentaria para cada tipo de situación que se pueda presentar en cada subregión (terremotos, huracanes, conflictos civiles), que llevan a exacerbar la destrucción de los recursos naturales y aumentar la inseguridad alimentaria.

41. Dado el aumento en la participación efectiva de la mujer en seguridad alimentaria, el rol creciente en el ámbito agrícola y rural, en la vida de los jóvenes y el ingreso familiar, se requiere un enfoque de género para asegurar el desarrollo humano. En este sentido, es necesario desarrollar programas dirigidos a los requerimientos de la mujer, a su educación y a la creación de servicios para apoyar su participación en la economía y en el desarrollo de políticas. El tema de género es transversal y permeabiliza todas las estrategias de seguridad alimentaria, de tal forma que se ha transformado en un activo clave en todas las actividades económicas y sociales del desarrollo rural.

42. El acceso a mayor información y la participación de la población rural en el uso de los nuevos sistemas de información es esencial para el establecimiento de sistemas de vida dinámicos y sustentables. Por eso, es necesario desarrollar las capacidades de los habitantes del sector rural en este ámbito, especialmente de los jóvenes. Se puede demostrar que es posible mejorar la seguridad alimentaria por la vía de la información, mediante programas de información que dan la posibilidad de establecerse en redes con productores y mercados, permitiendo el acceso a mayores ingresos.

43. La promoción de alianzas estratégicas en una estrategia de seguridad alimentaria es esencial en todo nivel de transformación de áreas rurales. Estas alianzas también deben fortalecer la organización a nivel comunitario y promover el desarrollo de microempresas, con vínculos a medianas y grandes empresas. El desarrollo de mercados financieros que movilicen el ahorro y faciliten las inversiones es fundamental para el establecimiento de un sistema de desarrollo dinámico y sostenible.

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Recuadro 2

El caso de Costa Rica: La seguridad alimentaria, el desarrollo humano y el desarrollo rural


Políticas y Programas de Seguridad Alimentaria y Nutrición en Costa Rica

Existe por décadas un compromiso gubernamental de promover una mejora sostenida del bienestar nutricional. Un 32% del gasto público está dirigida a políticas y programas de apoyo social en salud y nutrición para niños, adolescentes y poblaciones vulnerables. El gasto público en educación en Costa Rica. en 1995-97 fue más del 22% del total del presupuesto nacional, duplicándose en la última década. El gasto en salud publica es seis veces mayor que hace 50 años, 7.4% del PIB en 1980 y 10% en 2001.

Fechas importantes de Programas Sociales en Costa Rica:

1950: Programa de Alimentación Complementaria con Centros de Nutrición participativos

1951: Creación del Departamento de Nutrición del Ministerio de Salud

1968: Programa de Nutrición Familiar/Jardín Escolar (Ministerios de Salud, Educación y Agricultura.)

1971: Integración del Componente Educativo al Componente Nutricional: Centros de Educación y Nutrición (CEN)

1972: Creación de SEPAN, Secretaría de la Política Nacional de Alimentación y Nutrición.

1972: Costa Rica decreta iodización de la sal.

1974: Costa Rica decreta la fortificación del azúcar con Vitamina A. [Se suspende este programa en1982].

1976: “Ley de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares” establece un fondo de beneficio para familias de escasos recursos económicos con programas sociales de salud, alimentación y nutrición.

1976: Creación de los Centros Integrados para la Atención de Salud de Niños (CINAI)

1977: Atención Integral del Pre-Escolar brinda atención durante 12 horas al día a hijos de madres trabajadoras.

1983: Estrategia de promoción de la atención primaria de salud dirigida a grupos vulnerables.

1983: Programa CEN-CENAI crea los Centros Infantiles de Atención Integral (CAI) que proporcionen un servicio integrado en salud, educación, nutrición y asistencia social a los niños menores de siete años.

1989: Ampliación del Programa a preescolares, hijos de madres trabajadoras y a comunidades vulnerables

1990: Promoción y apoyo de microempresas comunitarias autogestionarias.

1990: Creación de un servicio de “Hogares Comunitarios” a cargo de “Madres Comunitarias”

1993: PROEVISA Proyecto de Promoción de Estilos de Vida Saludable

1994: Plan Nacional de Combate a la Pobreza (PNCP) garantiza servicios básicos de educación y salud a toda la población y programas selectivos a la población bajo la línea de pobreza. El Programa Nacional de Nutrición y Desarrollo Infantil se dirige a los grupos nutricional y socioeconómicamente más vulnerables.
 

 


Estado Nutricional de la Niñez
1982 - 1996

Se refleja una mejora tanto en el aumento de la talla como en el peso de los niños

La proporción de niños normales (peso/edad) aumentó de 66.6% a 73.5%

La desnutrición crónica (peso/edad) disminuyó 7%

La desnutrición aguda (talla/edad) ha disminuido de 21.7% a 15.3%.

La obesidad creciente indica la necesidad de focalizar en programas de nutrición preventivas

El sobrepeso aumentó progresivamente de 4% a 11.4% entre 1966 y 1978

En 1996, 14.9% de escolares presentan riesgo de obesidad (IMC>85 percentil), de mayor riesgo en la zona metropolitana (20%) y de menor riesgo en la zona rural (9,3%).

Persisten diferencias en el estado nutricional entre las áreas urbanas y rurales

 

 


Desarrollo Humano y Desarrollo Económico

Costa Rica ha alcanzado un nivel de desarrollo social más alto que su nivel de desarrollo económico.

Según el Informe de Desarrollo Humano en 2001, el IDH para 1999 de 0.821 pone Costa Rica como el 3° país de más alto desarrollo humano en América Latina, y en 5° lugar en desarrollo económico según el PIB/capita. La agricultura ocupa 20% de la fuerza laboral y contribuye 10% al PIB.

En 2001,cuando el promedio de esperanza de vida de la región de América Latina es de 70 años, la esperanza de vida de Costa Rica es de 76.2 años.
 

______________________________

i Artículo 25, Declaración Universal de los Derechos Humanos, Asamblea General de las Naciones Unidas, 10 de Diciembre de 1948.

ii Declaración del Milenio, Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, 13 de septiembre de 2000. http://www.un.org/spanish/milenio/

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xii FAO, Economic and Social Development Paper No. 147, 2000, “Undernourishment and economic growth: the efficiency cost of hunger” by J. Arcand. Este estudio concluye que aumentar el suministro de energía alimenticia per capita a 2,770 kilocalorías diarias en países de suministro de energía alimenticia por debajo de ese nivel, incrementará la tasa de crecimiento del PIB per capita entre 0,34 y 1,48 % al año.

xiii Report of the United Nations Conference on Environment and Development”, Resolution 1, Annex II http://www.un.org/documents/ga/conf151/aconf15126-1.htm, Rio de Janeiro, junio 1992

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