En el Marco Estratégico para la FAO 2000-2015, se ha determinado que las deficiencias en el funcionamiento del mercado, los puntos débiles de las instituciones de apoyo y el entorno político desfavorable constituyen los factores clave que obstaculizan la movilización de recursos en pro de la agricultura y el desarrollo rural, y que además frenan las inversiones en bienes y servicios productivos e impiden la adopción de tecnologías y prácticas adecuadas. Es necesario crear un entorno político e institucional que promueva la movilización de recursos, aumente la eficiencia de las instituciones de apoyo y les permita adaptarse a las condiciones cambiantes, ser más accesibles a los usuarios y fortalecer la capacidad de respuesta al mercado de las explotaciones agrícolas, la pesquería y las demás unidades de producción, agroindustrias y empresas comerciales.
En cuanto a la FAO, el desafío que se le plantea consiste por lo general en no optimizar la producción de un bien de manera aislada sino en promover la adopción de enfoques sistemáticos exhaustivos y en reconocer los aspectos económicos y sociales -incluida la temática de género- de la transferencia y adopción de tecnologías apropiadas. La FAO se propone contribuir en especial a la producción de herramientas y directrices normativas sobre el fortalecimiento de las instituciones de apoyo a la agricultura y al desarrollo rural y la adaptación de las mismas a situaciones cambiantes, así como promover un proceso de reajuste estructural en los sistemas de producción, elaboración y mercadeo, con el fin de responder a unas modalidades de consumo en constante evolución.
Por lo que concierne a la pobreza y la seguridad alimentaria, la FAO se ocupa de los factores clave que contribuyen a determinar las inquietantes tendencias que se registran en el medio externo - persistencia de la pobreza, ampliación de las diferencias entre los sectores prósperos y los pobres, desigualdad de acceso a los beneficios del progreso económico y tecnológico y riesgo constante de que se produzcan catástrofes y situaciones de urgencia. A este respecto, la estrategia de la FAO está orientada a:
En el marco de esta estrategia de gran alcance, la FAO promueve activamente a las asociaciones de grupos de pequeños agricultores (AGPA) como medio de prestación de servicios y de fortalecimiento de la capacidad de los pequeños productores para ayudarse a sí mismos. Las AGPA se forman mediante el establecimiento de redes entre pequeños grupos oficiosos que han demostrado ser un medio fiable de desarrollo rural sostenible y participativo. A mediados de los años setenta, la FAO ensayó la adopción del enfoque por grupos pequeños en Asia mediante su Programa de desarrollo del pequeño agricultor (PDPA) y más tarde en África y América Latina, en el marco del Programa de participación popular (PPP). En ambos programas, la formación de pequeños grupos se ha considerado como el primer paso en el largo proceso de construcción de organizaciones más viables y sostenibles que atiendan a las necesidades de los productores agrícolas en pequeña escala.
El segundo paso consiste en establecer vínculos de cooperación entre los grupos pequeños a fin de reforzar sus economías de escala y capacidad de mercadeo. Desde este punto de vista, las AGPA se consideran como un importante paso intermedio hacia el establecimiento de cooperativas de campesinos y asociaciones de productores más participativas, controladas y financiadas por sus miembros. A principios de los años noventa la FAO llevó a cabo una serie de estudios de casos sobre las nuevas asociaciones de grupos en Ghana, Indonesia, Kenya, Nepal, Sierra Leona, Sri Lanka y Zambia. En 1998, la Dirección de Desarrollo Rural celebró por correo electrónico una conferencia mundial sobre el tema en la que participaron más de 400 especialistas. Sobre la base de los estudios realizados y de esta conferencia por correo electrónico, la FAO preparó el esbozo de proyecto de la presente Guía y lo presentó a los componentes de un equipo internacional de contribuyentes para que formularan sus observaciones finales.
En breve, para producir la presente publicación han cooperado personas de todo el mundo. Esta Guía, al basarse en más de dos decenios de experiencia de la FAO, proporciona un asesoramiento pormenorizado a los promotores intergrupales en materia de fomento de organizaciones de pequeños agricultores más eficaces y sostenibles desde el punto de vista financiero.
Santiago Funes
Director
Dirección de Desarrollo Rural
Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación