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I. SITUACIÓN ACTUAL DE LA AGRICULTURA

7. A pesar de su importancia económica, la producción agrícola para el mercado interno y de exportación de los países MA ha permanecido en gran parte rezagada. Aunque se registró un ligero aumento de la producción en 1995-98, éste apenas superó el crecimiento de la población, y en el decenio de 1990 de hecho disminuyó en términos per cápita. Además, el lento crecimiento y las acusadas fluctuaciones anuales de la producción de alimentos siguen planteando importantes problemas crónicos a los países MA, y constituyen las causas principales del aumento de la pobreza y la inseguridad alimentaria. Entre 1969-71 y 1996-98, la proporción de personas desnutridas con respecto al total de la población de estos países aumentó, pasando del 38 por ciento al 40 por ciento, mientras que en cifras totales las personas desnutridas aumentaron de 116 millones a 235 millones. En cambio, en el resto de los países en desarrollo, la proporción de personas desnutridas con respecto al total de la población fue del 18 por ciento en 1996-98. Además, los indicadores de pobreza muestran que la proporción de personas que vive por debajo de la línea de pobreza (calculada en 1 dólar EE.UU. por día) ha aumentado en muchos países MA.1 A continuación figura un breve examen de los principales factores internos que explican la situación actual de la agricultura en los países MA. Se destacan las esferas en que una mejora de las políticas, las instituciones y las inversiones puede acelerar el crecimiento agrícola hasta que alcance los niveles que contribuyan a reducir la pobreza rural y aumentar la seguridad alimentaria.

A. CUESTIONES RELATIVAS A LA OFERTA

1. Tendencias de la producción

8. En el decenio anterior, la producción agrícola, incluida la producción de alimentos, no corrió pareja con el crecimiento de la población de los países MA considerados en su conjunto. Aunque en 1990-99 la producción agrícola aumentó a una tasa media anual de 2,5 por ciento, superando la tasa de 1,6 por ciento del decenio anterior, en términos per cápita la producción prácticamente no aumentó, e incluso disminuyó ligeramente. Otro tanto ocurrió con la producción per cápita de alimentos básicos (Cuadro 1).

9. Sin embargo, estas cifras globales encubren una amplia diversidad de rendimientos entre países. Mientras que en más de 25 países se registraron tasas de crecimiento per cápita negativas en el período comprendido entre 1990 y 1999, en cinco de ellos las tasas de crecimiento fueron positivas. En 1990-99, sólo en 15 países MA la producción agrícola per cápita superó a la de 1980-90. En los demás países, sobre todo en el África subsahariana, se registraron reducciones.

10. Muchos países MA, que en los años sesenta eran exportadores netos de alimentos, pasaron a ser importadores netos de alimentos en los decenios de 1980 y 1990. Las proyecciones más recientes indican que su dependencia actual de las importaciones aumentará por lo menos hasta el año 2015.2

11. Aunque durante los últimos 30 años se han registrado acusadas fluctuaciones anuales, el valor de la producción de casi todos los productos básicos agrícolas aumentó en 1990-97, con excepción de la yuca, el cacao y el sisal (Anexo, Cuadro 1).

Cuadro 1. Producción agrícola y alimentaria en los decenios de 1980 y 1990 en los países MA y en los demás países en desarrollo (aumento porcentual medio por año)

  Producción agrícola
Total Per cápita
1980-90 1990-99 1980-90 1990-99
Países MA 1,6 2,5 -0,8 -0,1
Todos los países en desarrollo 3,6 3,7 1,5 2,0
  Producción alimentaria
  Total Per cápita
Países MA 1,7 2,5 -0,8 -0,1
Todos los países en desarrollo 3,7 3,9 1,5 2,2

Fuente: Cálculos basados en índices de volumen (FAOSTAT 2000).

2. Factores y limitaciones determinantes

2.1 Aspectos físicos

12. La mayoría de los países MA dispone de un considerable potencial agrícola no explotado, debido a su dotación de factores de tierra, agua y clima, y a las posibilidades de utilizar sus recursos humanos y de mejorar el empleo, hasta ahora limitado, de métodos modernos de explotación agrícola. Por consiguiente, tienen grandes posibilidades de utilizar de manera más eficaz sus recursos agrícolas y aumentar su productividad agrícola.

2.1.1 Potencialidades y limitaciones de los recursos de tierra y agua

13. El factor más importante que influye en las potencialidades de producción agrícola de un país es la disponibilidad de tierras de cultivo. La tierra es el recurso previo esencial para la producción agrícola, pecuaria y forestal. De ahí que la posibilidad de ampliar la superficie cultivada sea fundamental para la planificación de la agricultura nacional. La comparación de la superficie susceptible de cultivarse con la utilización efectiva de las tierras y los pronósticos sobre el crecimiento futuro de la población indicará si los países tienen la capacidad física para acrecentar la producción agrícola, ya sea para el consumo interno o para la exportación.

14. Los países menos adelantados tienen condiciones agroecológicas muy diversas, con una disponibilidad y calidad variables de tierras de cultivo y diferentes condiciones climáticas. Algunos tienen extensas superficies de tierras de cultivo y considerables recursos hídricos, mientras que otros disponen de estos recursos en menor cuantía o carecen prácticamente de ellos. Las perspectivas del desarrollo agrícola dependen necesariamente de estas consideraciones.

15. Con la finalidad de ordenar a los países según sus potencialidades de producción agrícola, se llevó a cabo una clasificación basada en la disponibilidad y las limitaciones de recursos de tierra, en la que no sólo se tuvieron en cuenta las limitaciones de tierras y aguas, sino también aquellas climáticas y el crecimiento de la población.3 En el Cuadro 2 del Anexo figura una lista de 35 países MA, de los que se dispuso de datos exhaustivos, clasificados con arreglo a la disponibilidad de tierras susceptibles de cultivarse por habitante y al uso efectivo de las tierras por habitante. Las tierras susceptibles de cultivarse comprenden las superficies que pueden ponerse bajo cultivo gracias a la idoneidad de los suelos y la disponibilidad de agua (de lluvia o regadío). 4 Es importante señalar que la mayoría de las veces las tierras susceptibles de cultivarse son tierras de secano y presentan limitaciones como la fragilidad ecológica, la escasa fertilidad, la toxicidad y la elevada incidencia de enfermedades. Estas limitaciones reducen su productividad y exigen gran cantidad de insumos y capacidades de ordenación para poder utilizarlas de manera sostenible. Además, teniendo sobre todo en cuenta la falta de recursos financieros de muchos países MA, se requieren inversiones prohibitivamente cuantiosas para volverlas accesibles o liberarlas de enfermedades. Las proyecciones de la FAO para 2015 indican que la ampliación de la superficie cultivable, así como de la superficie cosechada, debería de ser inferior a la tasa de crecimiento anterior.

16. El orden general de la clasificación indica a los países con las condiciones más favorables (números bajos de clasificación) o los problemas más graves (números altos de clasificación) en cuanto a potencialidades y limitaciones de recursos físicos. Esta clasificación es indicativa en términos generales de las potencialidades de recursos de tierra de un país. Se pueden distinguir tres tipos de países, a saber: i) los que aún disponen de una extensión relativamente grande de tierras, en los que todavía es posible un crecimiento agrícola extensivo (por ejemplo, la República Democrática del Congo y Mozambique); ii) los que se acercan al límite de explotación de la superficie cultivable efectiva (por ejemplo, Bangladesh y Somalia); y iii) los que han explotado casi toda la superficie cultivable y probablemente no puedan ampliarla más (por ejemplo, Afganistán y el Yemen). Agrupados de esta manera, los países pueden considerarse con un potencial agrícola elevado, medio o bajo. De los 10 países que ocupan los primeros lugares, ocho están localizado en la zona húmeda del África Central. En este grupo parece que existe un potencial productivo aún no explotado.

17. De entre los países que ocupan los últimos lugares, es posible distinguir dos grupos completamente opuestos, a saber: i) dos países en que los desiertos y tierras secas representan más del 90 por ciento de la superficie; y ii) cuatro países relativamente húmedos con problemas de terrenos escarpados o de degradación de la tierra.

18. Otro rasgo observable en los países que ocupan los lugares más bajos es que cinco de ellos, por lo menos, han pasado por importantes conflictos civiles, períodos de inestabilidad política o de guerra en los últimos años. La elevada tasa de crecimiento de la población de estos países probablemente aumente la presión sobre los recursos de tierra, lo que puede alterar los derechos de propiedad tradicionales y, a la postre, la ley y el orden. Entre las innumerables consecuencias de estos cambios, figura la degradación ulterior de la tierra.

2.1.2 Potencialidades de crecimiento de la productividad agrícola y su importancia

19. En los países MA, la contribución de los aumentos de la productividad al crecimiento económico ha sido limitada o nula. La expansión horizontal, es decir el aumento de las tierras bajo cultivo, sigue siendo la causa principal del crecimiento. Sin embargo, dada la creciente presión sobre los recursos agrícolas, para acelerar el crecimiento agrícola, al menos en los países con pocas posibilidades de ampliar la superficie, se tendrá que aumentar constantemente la productividad con respecto al nivel relativamente bajo que se observa actualmente. Para ello, se deberá hallar una solución eficaz a las principales limitaciones que impiden el aumento de la productividad, como la falta de incentivos favorables, las limitadas inversiones públicas y el deficiente apoyo institucional.

20. Las pruebas de que se dispone muestran que las posibles mejoras de la productividad son considerables. En lo que se refiere al valor agrícola añadido por trabajador, la productividad aumentó, aunque sólo ligeramente, en 21 de los 31 países MA de los que se dispuso de datos entre 1979-81 y 1995-97 (Anexo, Cuadro 3). Sin embargo, en comparación con otros países en desarrollo, el valor agrícola añadido por trabajador en los países MA es relativamente bajo, lo que sugiere que hay muchas posibilidades de mejora.

21. A continuación se presenta una evaluación general de la productividad de cada uno de los principales subsectores agrícolas.

Cultivos

22. El indicador más utilizado de la productividad agrícola es la producción por unidad de tierra (conocido también como rendimiento de cosecha). En general, los rendimientos de cosechas en los países MA son bajos en relación con los de otros países en desarrollo (Anexo, Cuadro 4). Los rendimientos de los productos alimentarios básicos (cereales, raíces y tubérculos y cultivos oleaginosos) no llegan a la mitad del promedio del rendimiento de los países en desarrollo, aunque existen grandes variaciones entre países. Por tanto, cabe suponer que existen posibilidades de lograr aumentos considerables de la productividad. 5

23. A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los demás países en desarrollo, el crecimiento de la agricultura de los países MA debe mucho más a la ampliación de la superficie que al aumento de los rendimientos. Por ejemplo, la ampliación de la superficie representó el 77 por ciento del crecimiento de la producción de cereales de los países MA en 1981-89 y el 72 por ciento en 1990-99, mientras que el aumento de los rendimientos no representó más que el 23 por ciento y el 27 por ciento respectivamente de tal producción (Anexo, Cuadro 5). Sin embargo, en el caso del arroz, el maíz y las fibras vegetales, una contribución relativamente elevada y creciente procedió de la mejora de la productividad (rendimientos).

Ganadería

24. La ganadería es un subsector importante y en expansión, que constituye una fuente no desdeñable de ingresos y nutrición para la población rural de la mayoría de los países MA. Sigue siendo la principal forma de tracción no humana de que disponen los agricultores de las zonas rurales, y tanto los hombres como las mujeres la utilizan con diferentes propósitos, entre ellos la acumulación.

25. Los países MA disponen de cuantiosas reservas latentes para el crecimiento del sector ganadero. Si se compara la contribución de los países MA al número total de cabezas de ganado existentes en el mundo con su contribución a la producción cárnica mundial (Anexo, Cuadro 6), se tiene una indicación de los niveles relativos de productividad de los países MA. Aunque el 14 por ciento de los bovinos y el 18 por ciento de las ovejas y cabras existentes en el mundo pertenecían a los países MA en 1997-99, estos países no producían sino alrededor del 4 por ciento de la carne de bovino mundial y el 11 por ciento de la carne de oveja y cabra del mundo.

26. La producción ganadera de los países MA se basa sobre todo en los métodos de explotación tradicionales. El incremento de la producción depende en gran medida del aumento del número de animales. En la mayoría de los países MA, en los que los niveles medios de productividad siguen siendo inferiores a los del conjunto de los países en desarrollo, prácticamente no hubo ninguna mejora importante de la productividad por animal (Anexo, Cuadro 6). La extrema escasez de capital, la falta de piensos de calidad y la prevalencia generalizada de enfermedades han limitado el sector ganadero de estos países. Para mejorar la productividad se necesita: i) realizar inversiones constantes en la esfera de la investigación y en el fomento de la producción y elaboración de animales y cereales forrajeros; ii) prestar asistencia a los pequeños productores ganaderos de escasos recursos, de modo que puedan integrarse mejor en la comercialización y en la elaboración con fines comerciales de la producción.

Pesca

27. Muchos países MA tienen un gran potencial pesquero. Aunque éste todavía no se ha explotado plenamente, los productos pesqueros contribuyen cada vez más al consumo de alimentos de la población y los ingresos de divisas. Las posibilidades de captura varían mucho de un país a otro. Los países del África noroccidental y suroccidental, el Océano Índico suroccidental (atún) y los lagos del Valle del Rift, por ejemplo, tienen mayores potencialidades para la producción y exportación. Los países ribereños del Océano Atlántico se benefician de condiciones oceánicas especiales (por ejemplo, sistemas de corrientes ascendentes), que contribuyen poderosamente a aumentar la productividad de las aguas marinas, aunque estos sistemas están expuestos a acusadas fluctuaciones debidos al clima. Se estima que las especies demersales de precio elevado han llegado casi al límite posible de explotación, pero que gran parte de las pelágicas de bajo precio están aún poco explotadas. Los países todavía dependen en gran medida de la inversión externa o los acuerdos internacionales de pesca para la explotación de sus recursos marinos.

Silvicultura y agrosilvicultura

28. Los bosques y los árboles contribuyen indirectamente y de diferentes maneras al desarrollo económico, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia sostenibles, mediante el apoyo a los sistemas agrícolas, el papel que desempeñan en el desarrollo rural y en la conservación de la integridad ambiental, y el ofrecimiento de oportunidades de empleo y generación de ingresos.

29. Las comunidades rurales, en especial en los países MA, dependen en gran medida de los productos forestales. La leña es la fuente principal de energía en la mayoría de los países MA, habida cuenta de que representa hasta el 90-95 por ciento del consumo interno de energía. Los productos forestales no madereros tienen gran importancia, sobre todo en los hogares y las economías locales. Se estima que un 80 por ciento de la población del mundo en desarrollo utiliza productos forestales no madereros para atender algunas de sus necesidades sanitarias y nutricionales. El consumo de subsistencia o los ingresos de millones de hogares dependen en gran medida de estos productos. La madera y la industria maderera son una importante fuente de ingreso y un componente significativo de la economía nacional de los países MA con extensas cubiertas forestales, y en uno de estos países representan el 15 por ciento del PIB y el 35 por ciento del total de los ingresos de exportación.

30. En los países MA, los productos forestales y los servicios relacionados con el medio ambiente proceden casi exclusivamente de los ecosistemas naturales. Sobre tales sistemas se cierne la amenaza de prácticas de explotación insostenibles y otros factores, entre ellos la desacertada expansión horizontal de la producción agrícola. El problema consistirá en definir y fomentar sistemas integrados que garanticen el suministro sostenible, por parte de bosques y árboles, de productos y servicios vitales para los medios de subsistencia de las poblaciones de los países MA.

31. El análisis antes mencionado demuestra que existe una enorme diferencia entre los niveles de productividad efectivos (de la tierra, la mano de obra o las cabezas de ganado) de los países MA y los niveles que pueden alcanzarse. Esta diferencia puede definirse en tres niveles:

32. La mejora de la productividad agrícola depende de la reducción progresiva de cada una de estas diferencias -desde la diferencia en materia de extensión hasta aquella en materia científica, pasando por la relativa a la investigación - a medida que se acrecienta la capacidad del país para adoptar y desarrollar tecnologías mejoradas. En esta fase de desarrollo de los países MA, la reducción de las diferencias en materia de extensión e investigación serán las prioridades inmediatas.

33. En muchos países en desarrollo (incluidos los países MA), los gobiernos a menudo han intervenido en los mercados de manera inadecuada y han invertido en empresas de producción estatales que con frecuencia han resultado ineficaces. En los últimos decenios, muchos países han emprendido reformas encaminadas a privatizar las empresas estatales de escaso rendimiento y eliminar las juntas de comercialización y otros organismos reguladores. Sin embargo, no siempre se ha apreciado plenamente el papel histórico de estas instituciones y el suministro asociado de estos bienes públicos en la esfera de la agricultura. Las inversiones del sector público en escuelas rurales, desarrollo de mercados de insumos y productos, servicios de extensión agrícola e investigaciones agrícolas aplicadas han sido de vital importancia para el desarrollo de la agricultura en todas las economías del mundo. Una reforma institucional que prescinda de realizar inversiones en estos bienes públicos no produce crecimiento. El crecimiento no es fruto de políticas pasivas, del tipo "deja que el mercado decida", que no prevean programas de inversiones públicas fundamentales.

34. Los hechos observados muestran que el gasto público en las esferas de la extensión y la investigación agrícolas puede dispensar grandes beneficios a los países MA. Un reciente examen general de algunos estudios sobre la rentabilidad de las inversiones en estas esferas, confirmó que las tasas de rentabilidad interna en África (que tiene el mayor número de países MA) compensan con creces la inversión: la rentabilidad media fue del 27 por ciento en el caso de la extensión y del 37 por ciento en el de la investigación (Anexo, Cuadro 7). Por consiguiente, habría que reforzar la capacidad de los servicios de extensión e investigación para que los países MA puedan lograr un nivel elevado de crecimiento productivo, en consonancia con la experiencia de muchos países en desarrollo. La eficacia de los programas aumenta cuando éstos se complementan con inversiones institucionales en mercados e infraestructura.

35. A pesar de los grandes beneficios que pueden reportar, en casi todos los países MA los gastos per cápita en las esferas de la investigación y extensión agrícolas son muy bajos, en comparación con los demás países en desarrollo o los países desarrollados. Un reciente estudio de la FAO ha mostrado que en 1989-90 los gastos totales en investigación agrícola en los países del África subsahariana fueron inferiores al 0,6 por ciento del PIB agrícola. 7

2.1.3 Sostenibilidad de los recursos ambientales y naturales

36. El hecho de que la extensión e intensificación de la agricultura pueda causar la degradación de los recursos naturales (suelos, agua, vegetación y diversidad biológica) y, por consiguiente, la disminución de la producción agrícola es motivo de creciente preocupación. Sin embargo, la intensificación agrícola de por sí - es decir el aumento de la productividad de la tierra bajo cultivo - no debería representar una amenaza. De hecho, para hacer frente a las necesidades de producción agrícola y reducir la presión que la expansión de la agricultura ejerce sobre las zonas frágiles y marginales, se necesita una intensificación agrícola dirigida de manera adecuada. La causa más grave de la degradación del medio ambiente no es la intensificación agrícola, sino la falta de prácticas de ordenación idóneas y de acceso a tecnologías e insumos apropiados para la agricultura.

37. La sostenibilidad del medio ambiente y los recursos naturales en los países MA se vincula a varios factores, como la globalización, las desigualdades en el proceso de desarrollo, la falta de acceso a la ciencia y la tecnología, la limitación de medios financieros de producción y la desarticulación de las instituciones y los sistemas de producción tradicionales. Además, en muchos de estos países la agricultura todavía funciona como un sector aislado. El aumento de la presión sobre los recursos naturales, la invasión de tierras marginales, la migración hacia las ciudades o los países más desarrollados, los tugurios urbanos, la desintegración social y la pobreza a menudo son la consecuencia de la falta de servicios y oportunidades de empleo en las zonas rurales de los países MA.

38. El crecimiento demográfico y las prácticas de ordenación insostenibles crean presiones sobre el ecosistema y ponen en peligro el equilibrio ecológico. Los últimos cinco decenios de sobreexplotación en muchos países MA han reducido las reservas de capital natural en muchas regiones y han limitado la agricultura y los medios de subsistencia para el crecimiento futuro. Se necesita revitalizar los conocimientos indígenas y realizar más investigaciones sobre métodos de producción que preserven los recursos naturales y el medio ambiente. Aún más importante, se debe prestar mayor atención a la participación local en los procesos de toma de decisiones para mejorar la interacción de las personas y los grupos sociales con el ecosistema natural. Se debe disponer de recursos financieros y de otros tipos de asistencia para ayudar a los países MA a adoptar y adquirir tecnologías apropiadas. Es menester que las partes interesadas promuevan y apliquen conjuntamente programas, que incluyan un diagnóstico a nivel nacional, regional y local, para las zonas y poblaciones más expuestas a la degradación de los recursos naturales, y con consecuencias para sus medios de subsistencia. Lamentablemente, los programas de desarrollo a menudo dejan de lado a estas zonas, dada la complejidad que supone rehabilitarlas y las dificultades para justificar una intervención con argumentos puramente económicos. La selección de insumos adecuados también debe basarse en soluciones que combinen conocimientos tradicionales y técnicas modernas y ayuden a los agricultores a invertir en el mantenimiento de los activos de la tierra.

39. La incorporación de las consideraciones ambientales en la planificación del desarrollo debe considerarse un elemento indispensable de la estrategia de desarrollo de los países MA. No sólo constituye un medio de protección de las tierras frágiles con miras a la futura producción agrícola, sino también un mecanismo, sobre todo para los países MA localizados en zonas de tierras secas, para mantener un importante capital de diversidad biológica y contribuir a hallar soluciones a algunas de las cuestiones relativas al cambio mundial. De ahí que probablemente se requiera un análisis de cada lugar por separado, dado que es posible que la interacción entre las políticas que promueven una respuesta de la oferta y el modo en que se plasme esta respuesta (y por tanto las repercusiones ambientales) sea ambigua.

40. En suma, parece que muchos de los países MA disponen de una base relativamente abundante de recursos agrícolas y naturales que puede ofrecerles ventajas comparativas para una variedad de productos agrícolas. Se pueden fomentar tales productos para aprovechar las oportunidades de los mercados internacionales y, de este modo, generar un crecimiento de base amplia de toda la economía. Existen grandes oportunidades para la intensificación y el aumento de la productividad agrícola. En las siguientes tres subsecciones se examinan los desafíos y limitaciones internos y externos que han impedido aprovechar plenamente estas potencialidades y se destacan las medidas de política para explotarlas de manera eficaz y sostenible.

2.2 Aspectos relativos al desarrollo humano

41. El aprovechamiento del potencial de recursos humanos exige examinar los papeles y necesidades de los agricultores (tanto hombres como mujeres) y de otros miembros del hogar que pueden cumplir diversas funciones y tener diferentes necesidades de educación, salud, nutrición, y conocimientos técnicos. Un rasgo distintivo de los países MA es su bajo nivel de desarrollo humano (calculado mediante una combinación de índices de esperanza de vida, niveles de instrucción y niveles de vida). 8

2.2.1 Educación, capacitación y extensión

42. La educación es el principal pilar del desarrollo humano y un importante factor del desarrollo agrícola. Las investigaciones revelan que la alfabetización y la instrucción primaria, la capacitación en conocimientos básicos y los servicios de extensión tienen efectos inmediatos y positivos en la productividad de los agricultores. Por término medio, un agricultor con cuarto año de instrucción primaria es 8,7 por ciento más productivo que uno sin instrucción. Además, cuanto mejor sea la instrucción, más posibilidades tendrá de ganar dinero gracias al empleo de nuevas tecnologías y menos tiempo le llevará adaptarse al progreso tecnológico. Los efectos son benéficos para toda la población; más específicamente, aumentan la capacidad de la población rural.

43. La calidad de la educación y la capacitación en los países MA no es buena, y la capacidad institucional para introducir reformas y mejoras en la educación y capacitación para la agricultura y el desarrollo rural es insuficiente. Como consecuencia, los países MA tienen un número elevado de analfabetos y de niños que no asisten a la escuela, y este problema afecta de manera más grave a la población rural.

2.2.2 Población y salud

44. Desde el punto de vista demográfico, los países MA adolecen de una peligrosa combinación de problemas demográficos, de salud y desarrollo que constituyen una amenaza de enormes proporciones para la población, sus gobiernos y la comunidad internacional.

45. Las proyecciones actuales indican que estos países seguirán teniendo tasas elevadas de crecimiento demográfico, aunque éstas podrían disminuir debido a la epidemia del SIDA, en el caso en que no se le contenga. Evidentemente, los aumentos previstos en el número total de habitantes tendrán importantes repercusiones en las necesidades alimentarias. Por ejemplo, un reciente estudio de la FAO9 indica que para mantener o mejorar ligeramente la actual disponibilidad de alimentos per cápita antes de finales de 2050, los suministros alimentarios tendrán casi que cuadriplicarse en algunos países MA.

46. Existen otros factores demográficos que probablemente influyan directamente en la agricultura y la seguridad alimentaria de los países MA. En particular, la difusión cada vez más rápida del VIH y el SIDA en las zonas rurales plantea un problema muy grave. La pandemia es única en comparación con otras enfermedades, en cuanto afecta a los grupos de personas que se hallan en la edad más productiva: las comprendidas entre los 15 y 50 años. De este modo, tiene efectos cuantitativos y cualitativos directos en la mano de obra agrícola, pues reduce en gran medida el tamaño y la productividad de la fuerza laboral agrícola, modifica la división del trabajo, y determina una pérdida de conocimientos prácticos importantes para la explotación, comercialización y ordenación de los recursos. 10

47. La pandemia también afecta directamente a los mercados de productos agropecuarios al alterar el tamaño y la composición de la población que hay que alimentar, y limita la demanda efectiva de alimentos. En los últimos años se ha considerado que el VIH/SIDA, además de ser un grave problema sanitario, constituye una cuestión socioeconómica de suma importancia. Sus repercusiones también se relacionan con el hecho de que constituye un punto de acceso para otras enfermedades, como la tuberculosis y el paludismo. El aumento de los niveles de morbilidad y mortalidad empobrece a los hogares afectados y al sector rural en general. Esta situación probablemente dé lugar a una disminución de la producción agrícola y agrave las escaseces alimentarias y las deficiencias nutricionales a largo plazo.

2.2.3 El papel de las mujeres rurales en el desarrollo agrícola

48. Las mujeres rurales desempeñan un papel importante en la producción de cultivos básicos, la cría de pollos y animales pequeños (ovejas, cabras, conejos y cobayos), y el suministro de mano de obra para las actividades posteriores a la cosecha. En los países MA, cumplen un papel particularmente destacado. Las guerras, la creciente migración del campo a la ciudad de hombres en búsqueda de trabajo remunerado, junto con el incremento de la mortalidad atribuido al VIH/SIDA, han determinado un aumento del número de hogares encabezados por mujeres en el mundo en desarrollo. Esta creciente participación femenina en la agricultura ha colocado una considerable carga en la capacidad de las mujeres de producir, suministrar y preparar alimentos ante los ya considerables obstáculos.

49. Estudios de la FAO demuestran que en la mayoría de los países en desarrollo las mujeres, si bien constituyen el pilar del sector agropecuario, de la mano de obra agrícola y de los sistemas alimentarios (y de la subsistencia diaria de las familias), son las últimas en recibir los beneficios de los procesos de crecimiento y desarrollo económicos imperantes, y en algunos casos han sido afectadas negativamente por ellos. Los prejuicios sexistas y la insensibilidad a las diferencias de trato por razón de sexo persisten: los encargados de la formulación de políticas, los planificadores del desarrollo y los proveedores de servicios agrícolas siguen considerando a los agricultores como si todos fueran `hombres'. Por consiguiente, a las mujeres les resulta más difícil que a los hombres tener acceso a recursos valiosos como la tierra, el crédito y los insumos agrícolas, la tecnología, los servicios de extensión, la capacitación y otros servicios que aumenten su capacidad productiva.

50. En general, los planificadores del desarrollo desconocen casi completamente la contribución de las mujeres a la agricultura y no prestan atención a sus necesidades específicas. Sin embargo, para lograr el objetivo de promover el desarrollo agrícola y rural, se necesita aprovechar plenamente las potencialidades de la mujer en la agricultura.

2.2.4 Información y comunicaciones

51. La información y las comunicaciones también son esenciales para el desarrollo agrícola y rural sostenible. Las inversiones en sistemas rurales de información pueden mejorar los niveles de conocimientos y la capacidad de gestión de los agricultores. Para elevar el nivel de toma de conciencia, obtener información, compartir experiencias, cambiar actitudes y fortalecer los conocimientos técnicos se requieren procesos de comunicación y aprendizaje. En muchos países en desarrollo, si bien las tecnologías basadas en Internet se difunden rápidamente, todavía existe una grave carencia de infraestructura básica de telecomunicaciones. De hecho, la disparidad de acceso a la información entre ricos y pobres es muy grande.

2.3 Políticas e instituciones

52. En esta subsección se indican las principales medidas de política e institucionales que han facilitado o limitado el desarrollo agrícola de los países MA, con una insistencia en aquéllas que han impedido que los agricultores aumentaran su productividad o su producción.

2.3.1 Marco de políticas macroeconómicas

53. En el pasado, los gobiernos de los países MA solían desempeñar muchas de las funciones vinculadas a la agricultura, a saber: financiación de una variedad de producción, servicios de comercialización y distribución, reglamentación y, a veces, intervención directa en la producción. Además, cabe destacar que el efecto general de las políticas gubernamentales no favorecían al sector agrícola. El paradigma de desarrollo imperante hacía hincapié en la importancia de la extracción del excedente agrícola en favor de otros sectores. Las políticas macroeconómicas, en especial las políticas de tipos de cambio, discriminaban en contra de los bienes comerciables, mientras que las políticas comerciales, al favorecer a los bienes comerciables no agrícolas, "inclinaban" la relación de intercambio dentro del sector de bienes comerciables en contra de la agricultura. Aún más importante, el sesgo basado en los precios en contra del sector agrícola no era compensado por otras formas de transferencia en favor de las zonas rurales.

54 Desde comienzos del decenio de 1980, la mayoría de los países MA, a semejanza de lo ocurrido en muchos otros países en desarrollo, ha emprendido una serie de reformas encaminadas a hacer frente a los desequilibrios macroeconómicos y rectificar los incentivos de precios intersectoriales e intrasectoriales distorsionados. En lo macroeconómico, y en el contexto de los programas de estabilización, un cambio importante fue la adopción de un sistema de cambio que reflejara mejor la escasez de divisas y de una política monetaria y fiscal favorable a la estabilidad macroeconómica. De este modo, se hizo frente a una causa importante del sesgo en contra de la agricultura, pero no se la eliminó del todo necesariamente. Además, los adelantos hacia la reforma macroeconómica no han sido uniformes en todos los países. A nivel sectorial, se han adoptado medidas para eliminar los obstáculos que alteran el funcionamiento de los mercados, y se ha avanzado hacia la privatización de las actividades de elaboración, comercialización y distribución.

55. La diversidad de contenidos y modos de aplicación de los "paquetes" de reforma ha hecho imposible emprender una evaluación general de sus repercusiones en la agricultura (por ejemplo, comparar el crecimiento de la agricultura antes y después del ajuste, o los países que han aplicado el ajuste con aquéllos que no lo hicieron). No obstante, con respecto a las políticas macroeconómicas, cabe observar que en varios países MA, que experimentaron un crecimiento agrícola sostenido, las políticas macroeconómicas dieron lugar a tipos de cambio cada vez más competitivos y a tasas de interés más ajustadas a la realidad. 11 Una macroeconomía estable, gracias al fomento de la confianza de los inversores, constituye un rasgo distintivo de una situación de crecimiento general, la que a su vez determina una expansión del mercado interno de productos agrícolas. Los tipos de cambio competitivos promueven las exportaciones agrícolas.

56. En cuanto a las políticas sectoriales, los limitados datos comparados de que se disponen sobre las repercusiones de la reforma de las políticas sectoriales en la agricultura de varios países, han mostrado que la mejora de la estructura de incentivos de precios para los agricultores, si bien es importante, no hace frente a todas las limitaciones que impiden que la agricultura realice sus potencialidades productivas. De hecho, el examen de varias experiencias positivas de crecimiento agrícola sostenido muestra que, en determinados períodos, la producción aumentó a pesar de que la estructura de incentivos de precios no era favorable a la agricultura. 12 La principal diferencia entre estas experiencias positivas y otras, en que la discriminación de precios en contra de la agricultura provocó el estancamiento del sector, consiste en que los gobiernos (y donantes), no obstante las distorsiones de precios, se habían empeñado en construir una infraestructura rural y promover la investigación agrícola y otros servicios públicos, lo que compensaba con creces las pérdidas causadas por los incentivos de precios distorsionados.

57. Por consiguiente, la principal lección que se extrae de las experiencias de los países consiste en que para que se cumpla el crecimiento agrícola se necesita contar con la presencia de varios factores que hagan frente a la `desventaja' del sector rural en cuanto a infraestructura, servicios sociales, tecnología, infraestructura de comercialización, y disponibilidad estacional de créditos, junto con la creación de un entorno institucional adecuado. No existe una única solución normativa que se adecue a la diversidad del sector agrícola de los países MA. Aunque la mejora de la productividad es un requisito esencial en todos los casos, la índole del aumento de la productividad que se tiene en vista determinará la combinación de políticas apropiada. Por ejemplo, en los países en los que se procura aumentar la productividad concentrándose en productos con una mayor elasticidad-ingreso de la demanda (como frutas y hortalizas) y mediante la mejora del acceso a mercados dinámicos (tanto internos como externos), un entorno institucional adecuado, información sobre mercados y asistencia para cumplir con los requisitos de salud e higiene serán algunos de los posibles elementos de política.

58. Además, la multiplicidad de vínculos que unen a la agricultura con el más amplio sector rural y las actividades rurales no agrícolas indica que las políticas agrícolas no deben confinarse dentro de los estrechos límites del sector agrícola estrictamente definido, sino que han de tener en cuenta también las repercusiones de las políticas en el espacio rural, en el que la agricultura (en especial en los países MA) es la actividad central (véase más abajo la sección C).

59. En varios países las reformas se han aplicado sin una determinación de secuencias adecuada que garantizara su eficacia. Al diseñar las políticas y programas, los gobiernos a menudo se han concentrado en los tipos de cambio, la liberalización de los precios internos y la privatización de las empresas públicas, restando importancia a otras políticas y factores que afectan a la agricultura, como la concomitante mejora de la infraestructura, la tecnología y los servicios de comercialización. Así, la deficiencia del diseño y de la determinación de secuencias de las reformas, y la inestabilidad del entorno normativo, han sido las causas principales de las dificultades con que han tropezado los programas de reforma en muchos países MA.

2.3.2 Instituciones, infraestructura y servicios de apoyo para el desarrollo agrícola y rural

i) Mercados

60. La mayoría de los países MA tiene una infraestructura rural rudimentaria, en la que a menudo la agricultura de subsistencia predomina entre las actividades agrícolas. Las dificultades o la falta de acceso a los mercados es una característica compartida por la mayoría de estos países. Incluso cuando existen mercados rurales, éstos son notablemente imperfectos, y cuando no existen, los agricultores tienen dificultades para vender sus productos y garantizar la seguridad alimentaria de sus familias. Por consiguiente, con frecuencia el desarrollo de estos mercados rurales es un requisito inicial. Las dificultades a las que se ha hecho referencia en relación con el funcionamiento de los mercados de productos básicos son la lejanía de los productores con respecto a los mercados, la mala calidad de los productos, los altos costos de transporte (debido a los elevados precios de la energía y el carácter rudimentario de la infraestructura), la falta de competencia entre comerciantes y la mala organización de los productores, la falta de información sobre las condiciones de los mercados, la falta de reglas claras de mercado y su deficiente aplicación, y las acusadas fluctuaciones de precios durante el año.

ii) Servicios financieros rurales

61. En las zonas rurales, los servicios financieros a menudo están muy poco desarrollados. La canalización de créditos a interés reducido por conducto de los bancos estatales de fomento agrario se caracterizó por las bajas tasas de reembolso, la deficiente orientación y la reducida eficacia en el manejo y gestión de los créditos, por lo que la cobertura y sostenibilidad fueron limitadas. A menudo, los créditos subvencionados se han empleado de manera incorrecta y se han destinado a la introducción de paquetes tecnológicos que no se adaptaban a los sistemas de explotación agrícola locales y que carecían de una demanda real. La deficiente evaluación de las posibilidades de comercialización y de la rentabilidad, y la limitada capacidad de reembolso por parte de los prestatarios, a menudo explican los numerosos casos de incumplimiento del reembolso de los préstamos, que las periódicas exoneraciones del pago de la deuda preconizadas por presión política reforzaron.

62. En cambio, los bancos comerciales privados exigen tipos de interés elevados, especialmente a los pequeños agricultores de las regiones con baja densidad demográfica. Este costo ya elevado para la obtención de créditos aumenta aún más debido a la inestabilidad del entorno macroeconómico que, entre otras cosas, trae consigo elevadas tasas anuales de inflación. Además, el escaso desarrollo de la infraestructura rural y los sistemas de comunicación, la ineficacia de los servicios de extensión y las inadecuadas políticas macroeconómicas y sectoriales aumentan los costos de los insumos y de comercialización, y por tanto reducen en mayor medida la rentabilidad de la agricultura. Los vínculos entre los agricultores y los comerciantes y otros arreglos con empresas de la cadena agroindustrial, como la agricultura de contrato, pueden contribuir a superar muchas de estas limitaciones.

63. Las experiencias con las instituciones de microfinanciación destacan la importancia decisiva de la orientación del cliente en la prestación de servicios financieros y la aplicación de tasas de interés comerciales que cubran todos los costos del préstamo. Al parecer, las personas pobres prefieren disponer de una financiación segura y oportuna de créditos, incluso a costos más elevados, que de un suministro extemporáneo y burocrático de créditos subvencionados vinculados a determinados usos.

64. Sin embargo, la índole específica de la agricultura, como la demanda estacional de créditos para cultivos anuales y los elevados riesgos, reducen la importancia de las instituciones de microfinanciación actuales y de sus métodos de concesión de préstamo en la financiación de las necesidades de inversión estacional y en la finca de los pequeños agricultores.

iii) Disponibilidad de insumos agrícolas

65. La información reunida a través de los proyectos del Programa especial para la seguridad alimentaria (PESA) de la FAO en 22 países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) muestra que un problema muy importante a que hacen frente los agricultores es la imposibilidad de conseguir fertilizantes y productos agroquímicos, y a menudo piensos, en el momento oportuno o en las cantidades requeridas. Esta limitación se vincula en gran parte con la falta de crédito, las dificultades para conseguir divisas, el carácter estacional de las necesidades de insumos agrícolas, la dispersión espacial de los agricultores, la deficiente infraestructura de transporte y, a veces, la ineficacia en materia de comercialización y gestión de las empresas estatales encargadas del suministro y la comercialización de insumos por un solo canal.

66. Además, según algunas informaciones, tampoco disponen de cantidades suficientes de semillas de calidad, en especial en el África y Asia. El sistema no estructurado de suministro de semillas es la principal fuente de semillas o material de plantación para los agricultores de escasos recursos de las zonas marginales, y ha demostrado que funciona mejor ante una situación de catástrofe que el sector estructurado. No obstante ello, los encargados de la formulación de políticas lamentablemente han prestado muy poca atención y apoyo financiero al sector no estructurado de suministro de semillas, para perjuicio de los pequeños agricultores. Por consiguiente, si no se refuerzan los sistemas de suministros de semillas en los países en desarrollo, las posibilidades de realizar transferencias de tecnologías para mejorar la productividad agrícola y, por tanto, los medios de subsistencia y el bienestar de los hogares pobres y vulnerables en las comunidades rurales serán muy escasas o nulas. En algunos países, se ha manifestado inquietud por el hecho de que la base genética de algunos cereales se ha reducido demasiado, en especial porque a las variedades locales se les ha atribuido menos importancia o se las ha eliminado. En algunos casos, también se ha informado de la falta de razas mejoradas de animales y la insuficiencia de instalaciones para el tratamiento del ganado.

67. Otra limitación institucional es el uso y distribución ineficaces del agua, que suele imputarse a la mala gestión de los sistemas de riego y a los inadecuados arreglos para el reparto del agua, que dan lugar a una distribución desigual y extemporánea de este recurso entre los agricultores. En muchos países MA, la gestión de los sistemas de riego y la distribución del agua está bajo el control público. Las asociaciones de agricultores muy pocas veces participan en el diseño de los sistemas de distribución y en el mantenimiento de la red, o son demasiado débiles para contribuir a dicha tarea. Las necesidades de agua de los agricultores deben examinarse teniendo en cuenta tanto las exigencias de los hogares como las de la producción para la exportación, dado que la utilización que se haga de este recurso influye en la calidad de la vida de los hombres y las mujeres y de sus comunidades.

iv) Investigación y extensión agrícolas

68. En la mayoría de los países MA, la capacidad institucional en materia de investigación y extensión es insuficiente. Como consecuencia, la tecnología disponible no está suficientemente adaptada a las condiciones locales y los resultados de la investigación no proponen una variedad de soluciones tecnológicas adaptadas a la diversidad de las condiciones socioeconómicas y agroecológicas existentes en el país, como las diferentes necesidades técnicas de los agricultores de sexo masculino y femenino. A menudo se menciona la falta de opciones tecnológicas como una limitación para el fomento del riego (por ejemplo, diferentes modelos de bombas para el riego que respondan a las necesidades de diferentes usuarios). Cuando se dispone de tecnología desarrollada por la investigación, varias dificultades obstaculizan su difusión, como el deficiente funcionamiento de los servicios de extensión y capacitación que no están necesariamente orientados hacia los usuarios adecuados.

69. A menudo, la deficiencia de los servicios de extensión y capacitación y la consiguiente falta de conocimientos tecnológicos de los agricultores se consideran los principales factores que explican la escasa adopción de tecnologías mejoradas. Esta limitación podría superarse mediante el mejoramiento del acceso de los agricultores a los conocimientos. Por ejemplo, se puede conseguir valiosa información en algunos de los materiales de extensión de las páginas Web Ecoport de la FAO.

v) Factores sociales y culturales

70. El desarrollo y adopción de tecnologías de alto nivel de producción también ha tropezado con varias limitaciones sociales y culturales, entre ellas:

2.3.3 Actividades posteriores a la producción

71. La carencia de buenas carreteras e instalaciones de almacenamiento se ha señalado como una limitación muy importante en muchos países MA, que a veces impide la venta de la cosecha. La incapacidad de la infraestructura de transporte de algunos países MA para trasladar los cereales comestibles de las zonas excedentarias a las deficitarias durante los períodos de sequía localizada, ilustra la gravedad de los estrangulamientos del transporte y la segmentación del mercado de productos agrícolas. Las inadecuadas instalaciones de comunicaciones tienden a limitar las posibilidades de acceso de muchos agricultores a los mercados y la información sobre los mercados, además de hacer más difícil y costoso el acceso a los insumos y reducir las ganancias. La ausencia de instalaciones de almacenamiento aumenta las fluctuaciones estacionales en los mercados y el nivel de pérdidas posteriores a la cosecha, que en algunos casos pueden llegar hasta el 30 por ciento de la producción total.

2.3.4 Normas sobre la inocuidad y la calidad de los alimentos

72. Garantizar la inocuidad y la calidad de los alimentos en los países en desarrollo es sumamente importante, no sólo en lo que se refiere a la salud pública, sino también para mejorar la competitividad de sus productos alimentarios en el mercado internacional. Los sistemas e instituciones de control de estos países adolecen de varias deficiencias que les impiden garantizar eficazmente la protección del consumidor y aprovechar el régimen comercial posterior a la Ronda Uruguay. Estas deficiencias atañen a todos los elementos básicos de un sistema de control alimentario nacional, es decir, la legislación y la inspección alimentarias, la garantía de calidad en la producción y las capacidades de efectuar pruebas (humanas y físicas) para controlar la calidad e inocuidad del suministro alimentario.

73. Para aumentar la capacidad de los países en desarrollo de cumplir los requisitos establecidos en los acuerdos pertinentes de la OMC, y de este modo garantizar la protección del consumidor y promover el libre comercio, tanto interna como externamente, se han de adoptar las siguientes medidas:

2.3.5 Inversiones en la agricultura

74. Los países menos adelantados hacen frente a un déficit de recursos internos para generar las inversiones necesarias al logro de sus objetivos de desarrollo agrícola, incluida la meta de reducir el número de personas desnutridas para 2015. La idea de la inversión para aumentar la capacidad productiva de la agricultura no sólo se refiere a los activos físicos, sino también a la divulgación de la ciencia y la tecnología, el potenciamiento del capital humano y el fortalecimiento del capital social. Crear un ambiente favorable a la inversión para elevar los niveles de productividad e introducir los cambios estructurales necesarios es un importante desafío de política.

75. En muchos países MA, la mayor parte del gasto público en la agricultura asume la forma de subvenciones, y deja pocos fondos públicos para la creación de nuevos activos, el mantenimiento u otros gastos que producen crecimiento. Como consecuencia, muchos servicios de apoyo a la agricultura no funcionan casi nunca, los caminos rurales son intransitables durante la mayor parte del año, la maquinaria agrícola permanece en gran parte inexplotada, y los sistemas de riego, paralizados.

76. Hace poco (párrafos 53-59) se hizo notar que muchos países MA habían adoptado políticas para liberalizar los mercados de productos agrícolas, reducir las distorsiones de precios y acrecentar la participación de los agentes privados en la actividad económica. Estas medidas, aunque son imprescindibles, no siempre bastan para promover las inversiones necesarias que aseguren aumentos de producción sostenidos. La mejora de los incentivos a la inversión también exigen políticas que mejoren el acceso a los mercados, garanticen la divulgación de la información, establezcan normas y ofrezca un marco jurídico y normativo adecuado. A un nivel más general, todos concuerdan en que también se necesita estabilidad política y la vigencia de un marco institucional bien definido. Además, las inversiones públicas y privadas deben complementarse para sostener el crecimiento agrícola, y los gobiernos han de invertir en sectores que tengan un importante componente de bien público, como la investigación, la extensión y la infraestructura, y que por tanto comprendan especialmente los caminos, la educación y las normas.

77. Para las actividades primordiales de la agricultura, el almacenamiento y elaboración (con exclusión de las infraestructuras y servicios conexos anteriores y posteriores a la producción), las proyecciones de la FAO cifran las necesidades medias anuales brutas de inversión de los países del África subsahariana hasta 2010 en 11.100 millones de dólares EE.UU., en un escenario en condiciones normales.13 Sin embargo, para lograr la meta de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de reducir a la mitad el número de personas desnutridas, se necesitarán nuevas inversiones, por un valor de 3.600 millones de dólares EE UU aproximadamente, para garantizar el aumento necesario de la producción interna.

78. La infraestructura rural (por ejemplo, riego y carreteras) de los países MA es bastante mala, en especial en el África subsahariana. Se necesitan cuantiosas inversiones en obras de infraestructura rural en la esfera de las comunicaciones, en el mejoramiento y modernización del riego, en la mejora del aprovechamiento de las lluvias mediante métodos simples y mejorados de recogida y utilización del agua, en la ordenación y mejora de las tierras, en la educación, en la extensión e investigación, y en los servicios sanitarios. Los resultados de la investigación y las prácticas más idóneas, aunque todavía no aplicados en gran escala, pueden adoptarse para las zonas del África subsahariana con grandes potencialidades. Se necesitan realizar investigaciones para elaborar sistemas de explotación agrícola para los pequeños agricultores de escasos recursos, que constituyen la mayoría en la mayor parte de los países MA. Estos nuevos sistemas de explotación agrícola han de ser sostenibles en relación con las elevadas densidades demográficas y capaces de intensificar la producción de las tierras existentes.

79. Aunque las necesidades de inversión son enormes, la eliminación progresiva de las limitaciones tiene una importancia decisiva. Las experiencias nacionales han mostrado que cuando el aumento de la producción asociado a una reforma o cambio de las condiciones ha llegado a un período de estancamiento, se ha tenido que emprender una nueva reforma o una serie de reformas para liberar otras potencialidades. El crecimiento sostenido se ha logrado sólo cuando se han reducido las nuevas limitaciones mediante otras reformas.

80. Cabe suponer que la mayor parte de las inversiones necesarias proceda del sector privado y que, por tanto, tales inversiones dependan fundamentalmente de la existencia de un ambiente propicio en los planos nacional e internacional. A este respecto, la inversión pública, fundamentalmente en las esferas de la investigación y la infraestructura, además de complementar la inversión privada, es una condición previa indispensable y un agente catalizador para ella.

B. CUESTIONES RELATIVAS A LA DEMANDA

1. Tendencias del consumo

81. El consumo interno (humano y de otro tipo) de productos agrícolas en los países MA varía considerablemente entre productos alimentarios y no alimentarios. Los productos no alimentarios, como las materias primas y las bebidas tropicales, se producen básicamente para la exportación. Lo poco que queda para el mercado interno se destina fundamentalmente a las industrias nacionales de elaboración, las cuales, a su vez, exportan la mayor parte de su producción. En cambio, el consumo interno de productos alimentarios representa un porcentaje considerable y cada vez mayor de la producción. El consumo de alimentos básicos en los países MA aumentó en un 2,3 por ciento anual en el período 1990-97 (Anexo, Cuadro 1), es decir inferior al crecimiento de la población, estimado en 2,6 por ciento. El consumo de cereales cubierto por la producción interna disminuyó, pasando de 96 por ciento en 1970-80 a 85 por ciento en 1990-98.

82. Para muchos productos básicos, la producción no ha tenido el mismo ritmo de crecimiento que la demanda, y tal vez no lo tenga nunca. Por ejemplo, en el decenio de 1960, los países MA eran exportadores netos de arroz (2,4 millones de toneladas), pero a mediados del decenio de 1990 importaban 3,5 millones de toneladas, cifra que se prevé que aumentará a más de 7,5 millones de toneladas en el 2015. Del mismo modo, las importaciones netas de trigo aumentaron, pasando de 1,1 millones de toneladas en 1961-63 a 6,1 millones de toneladas en 1995-97 y, según las proyecciones, alcanzarán los 15 millones de toneladas en el 2015. También las importaciones netas de yuca y plátano, los principales alimentos básicos de muchos países MA africanos, aumentaron en el decenio de 1990.

83. En suma, la evolución de la producción, el consumo y el comercio demuestra ampliamente la creciente dependencia de los países MA de las importaciones de alimentos. Los pronósticos de la FAO para 2015 indican que esta dependencia seguirá creciendo. En el caso en que no sea posible asegurar las importaciones comerciales necesarias o que la ayuda alimentaria no pueda compensar el déficit, el consumo alimentario per cápita disminuirá inevitablemente.

2. Factores y limitaciones determinantes

84. Tres factores determinan el crecimiento de la demanda, a saber: la población, el ingreso per cápita y la elasticidad-ingreso de la demanda. En el conjunto de los países MA, el PIB real per cápita se ha mantenido estable durante los dos últimos decenios. Entre 1989-91 y 1995-97, no aumentó más que en 20 de los 40 países MA de los que se dispuso de datos comparables. De esto se infiere que el aumento del consumo de cereales en la mayoría de los países MA en 1990-98 se debió principalmente al crecimiento de la población. Las tasas de crecimiento demográfico de dichos países se hallan entre las más elevadas del mundo. En el conjunto de los países MA, estas tasas aumentaron a un ritmo anual de 2,5 por ciento en 1980-90 y de 2,6 en 1990-96, y se prevé que seguirán manteniéndose en un nivel elevado (2,3 por ciento) en el período 2000-2015. Por consiguiente, la seguridad alimentaria de estos países se verá amenazada, a menos que no pueda mejorarse considerablemente el rendimiento de la producción o la capacidad de importación de alimentos con respecto a los niveles de los últimos 10 años.

85. La capacidad para importar alimentos es determinada por la disponibilidad de divisas, y ésta, a su vez, por los ingresos de exportación (fundamentalmente de productos básicos en la mayoría de los países MA) y el flujo de recursos externos. Muchos países MA resultaron perjudicados por la reducción de los precios de exportación de sus productos básicos primarios durante el período 1990-98. Además, la carga de la deuda externa también limita la capacidad de importación de muchos países MA, y esta situación se ha agravado a causa de la disminución del flujo de recursos externos.

3. Seguridad alimentaria

86. La interacción entre los factores de la oferta y la demanda de alimentos determina el nivel de suficiencia alimentaria. El indicador más utilizado para estimar el nivel de suficiencia alimentaria es el suministro de energía alimentaria per cápita (SEA), que calcula la disponibilidad media de alimentos por persona en un país. Como puede observarse en el Cuadro 2 y en el Cuadro 8 del Anexo, el SEA en el conjunto de los países MA ha sido bastante bajo y no ha aumentado casi nunca desde 1979. En la mitad aproximadamente de los 44 países MA de los que se dispuso de datos, este suministro ha sido inferior a las 2 100 kcal por día. Esta situación contrasta con el progreso observado en otros países en desarrollo y en el mundo en general, en que la producción alimentaria ha seguido superando el crecimiento demográfico.

Cuadro 2. Suministro de energía alimentaria per cápita (SEA)

  SEA per cápita

(kcal/día)

Tasa media anual de aumento

(porcentaje)

  1979-81 1989-91 1996-98 1979-81 a 89-91 1989-91 a 96-98
Mundo 2 540 2 700 2 780 0,6 0,4
Países en desarrollo 2 300 2 510 2 650 0,9 0,8
Países MA * 2 040 2 080 2 070 0,2 -0,.1
de los cuales en :

África

2 060 2 010 2 000 -0,2 -0,1
Asia 2 020 2 180 2 180 0,8 0,0
Pacífico 2 380 2 340 2 410 -0,2 0,4
Caribe 2 040 1 770 1 840 -1,4 0,5

* Con exclusión de Bhután, Guinea Ecuatorial, Samoa y Tuvalu, países de los cuales no de dispuso de datos.

87. Las estimaciones de la FAO muestran que la incidencia de la desnutrición (subalimentación)14 es elevada en los países MA (Cuadro 9 del Anexo). Entre 1969-71 y 1996-98, la proporción de desnutridos en el total de la población de los países MA pasó del 38 por ciento al 40 por ciento, mientras que se estima que el número total de desnutridos aumentó de 116 millones a 235 millones.

C. VÍNCULOS ENTRE EL CRECIMIENTO AGRÍCOLA, EL DESARROLLO RURAL Y LA MITIGACIÓN DE LA POBREZA

1. Carácter de los vínculos

88. Dado que el 70 por ciento de las personas muy pobres y aquejadas de inseguridad alimentaria del mundo viven en zonas rurales, el desarrollo agrícola y rural tiene una importancia decisiva en la erradicación de la pobreza y la inseguridad alimentaria. Como la agricultura es la actividad económica dominante en las zonas rurales, los ingresos y los derechos a recibir alimentos de los pobres que viven en estas zonas dependen sobremanera de la agricultura. La dependencia es más acentuada en los países en que más se ha difundido la inseguridad alimentaria y en los que a menudo subsiste una combinación de bajos ingresos, déficit alimentarios y abultado endeudamiento externo. La mayoría de estos países son países MA.

89. Las experiencias nacionales en materia de crecimiento económico y mitigación de la pobreza demuestran que: i) la mitigación de la pobreza se relaciona decididamente con el desarrollo económico; ii) el crecimiento del sector agrícola de los países en desarrollo tiene mayores efectos en la mitigación de la pobreza que el crecimiento de los demás sectores; iii) dicho crecimiento mitiga la pobreza principalmente a través del mercado laboral, especialmente mediante el aumento de los salarios; iv) sus repercusiones en la reducción de la pobreza disminuyen si predomina una creciente desigualdad de ingresos; y v) el crecimiento rural reduce la pobreza urbana y rural.

90. Las posibilidades que tiene el crecimiento agrícola de reducir la pobreza rural en los países MA quedan ilustradas por el hecho de que la agricultura emplea, por término medio, a alrededor del 75 por ciento del total de la mano de obra (más del 80 por ciento en algunos casos) y que el porcentaje de pobres suele ser mayor en las zonas rurales que en las urbanas (véase el Cuadro 10 del Anexo). Por consiguiente, el crecimiento agrícola puede aumentar los ingresos de los pobres, ya sea directamente, mediante la nueva demanda de mano de obra, o indirectamente, a través de los vínculos de los insumos, los productos y los gastos con las actividades productivas no agrícolas en el sector rural.

91. El sector rural no agrícola es el lazo que une a la agricultura, el desarrollo rural y la mitigación de la pobreza rural. En muchos países de bajos ingresos, cabe suponer que este sector se relaciona estrechamente con la agricultura a través de numerosas actividades productivas anteriores y posteriores al trabajo agrícola. Los ingresos que se obtienen por participar en tales actividades pueden representar una parte considerable del ingreso total de las poblaciones rurales. En el Cuadro 11 del Anexo se facilitan datos sobre el ingreso no agrícola y su distribución (cuando se dispuso de ellos) por: a) percentil de ingresos; b) zonas, según el tipo de producción agrícola; y c) tipos de productos cultivados. El cuadro abarca un número limitado de países MA del África y Asia, sobre los cuales se dispuso de información.

92. Por consiguiente, las actividades rurales agrícolas y no agrícolas deben considerarse complementarias en lo que se refiere a la financiación de inversiones en ambos sectores: los ahorros que se obtienen de las actividades agrícolas pueden constituir el capital inicial para actividades rurales no agrícolas. Al mismo tiempo, los ahorros que se obtienen de las actividades no agrícolas pueden utilizase para la compra de insumos y la adopción de tecnologías agrícolas mejoradas.

2. ¿Es importante el tipo de crecimiento agrícola?

93. Las contribuciones del ingreso no agrícola de que se ha hablado en los párrafos inmediatamente anteriores demuestran que los términos crecimiento rural y agrícola no son sinónimos y que el ingreso no agrícola es un componente importante de los medios de subsistencia de los hogares rurales. Por tanto, cuando se examinen las repercusiones del crecimiento agrícola en la pobreza y el desarrollo rural, también deben tenerse en cuenta los efectos que tal crecimiento tiene en el ingreso y el empleo no agrícolas, a través de los vínculos de la producción, los ingresos y los gastos. Abordar la cuestión del crecimiento agrícola y la reducción de la pobreza dentro del marco más general del desarrollo rural descrito hace poco aumenta la complejidad del análisis.

94. Como ejemplo se puede citar el logro del crecimiento agrícola basado en la productividad mediante tecnologías de gran intensidad de capital. Esta modalidad de aumento de la productividad puede que no mitigue la pobreza debido a dos razones, a saber: a) los agricultores pobres no tienen el acceso necesario al capital que les permita beneficiarse de las nuevas tecnologías; y b) el crecimiento agrícola no se traduce en un aumento de la demanda de mano de obra y, por tanto, los trabajadores pobres de las zonas rurales no obtienen beneficios. Por consiguiente, el crecimiento agrícola no beneficia directamente a los pobres. Por otro lado, un examen más completo de los efectos del crecimiento agrícola debe tener en cuenta las repercusiones en los ingresos y la pobreza rurales a través del sector rural no agrícola. Concretamente, ¿el aumento de la producción agrícola se asocia con el aumento de la demanda de servicios suministrados a nivel local (suministro de insumos o servicios o de elaboración y distribución de la producción)? ¿los ingresos extras procedentes de la mejora del crecimiento se gastan en bienes producidos en el lugar?

95. En casos de desigualdad extrema en la distribución de activos productivos y de cambio tecnológico con gran intensidad de capital, cabe esperar que no se produzcan efectos indirectos (mediante los diversos vínculos de la agricultura con el sector no agrícola), y lo más probable es que los pobres no se beneficien. Es posible que los insumos agrícolas se "importen" (de las zonas urbanas o del extranjero), mientras que las modalidades de consumo de los que se benefician de la expansión de la agricultura probablemente incorporen un elevado porcentaje de productos de alto valor y bienes suntuarios que no se producen en el lugar. De este modo, cabe conjeturar que en las zonas rurales se producirá una fuga de los efectos de los vínculos de los insumos, los productos y los gastos.

96. Por otro lado, los beneficios del crecimiento agrícola basado en mejoras de la productividad de la mano de obra probablemente se difundan ampliamente en las zonas rurales. Estas tecnologías (y las ventajas que ofrecen) pueden estar al alcance de los agricultores pobres, mientras que los campesinos sin tierras se benefician del aumento de los salarios o las oportunidades de empleo. Los vínculos de los insumos, los productos y los gastos deberían favorecer al sector rural, dado que es probable que los campesinos sin tierra y los pequeños propietarios compren insumos o servicios y gasten el ingreso adicional en las zonas rurales, y de este modo los efectos secundarios sobre el ingreso aumentarán mediante la expansión de la actividad no agrícola y la demanda de mano de obra.

97. Otra distinción sobre los tipos de crecimiento agrícola es la que opone los "alimentos a los alimentos básicos". El hecho de que la mayoría de los pobres de las zonas rurales obtenga sus ingresos de la producción de alimentos básicos, ya sea en forma de alimentos o de otros derechos (por ejemplo, el ingreso procedente del empleo en la producción de alimentos básicos o de actividades vinculadas a dicha producción), ha llevado a "fomentar" la producción de alimentos básicos (en lo que se refiere a la investigación sobre los modos de aumentar sus rendimientos) y relegar a un segundo plano la producción de cultivos comerciales. En el contexto examinado anteriormente, esta argumentación implicaría que la producción de alimentos básicos tienen vínculos más sólidos con la economía local y, por tanto, mayores efectos en la reducción de la pobreza y el aumento de la seguridad alimentaria que la producción de alimentos no básicos. De hecho, esto puede ocurrir en las zonas rurales con limitado acceso a los mercados alimentarios o de otro tipo (como los mercados urbanos y de exportación). En esta situación, los vínculos creados por los aumentos de la producción de alimentos inducidos por la productividad son muy sólidos, en cuanto no se producen efectos "de fuga".

98. No obstante, no se puede hacer una afirmación general a favor o en contra de los productos alimenticios básicos. No se dispone de pruebas que demuestren que la preferencia por los cultivos comerciales se haya asociado a un aumento de la pobreza. Los cultivos comerciales ofrecen muchas ventajas, tanto en lo que se refiere al aumento de los ingresos como a las mayores oportunidades de diversificarlos. Ante un nivel elevado de riesgos asociados a la dependencia del mercado para la obtención de alimentos e ingresos, cabe suponer que los hogares agrícolas diversifiquen sus recursos entre ellos. Para que las oportunidades de diversificación den buenos resultados es imprescindible disponer de canales para el suministro de insumos y la comercialización de la producción y de eficaces mercados financieros rurales.

99. En suma, el desarrollo agrícola desempeña un papel esencial en el desarrollo económico general y en la erradicación de la pobreza y la inseguridad alimentaria de los países MA. A estos efectos, se han de adoptar las siguientes medidas: elevar la productividad agrícola y promover otras fuentes de desarrollo rural, sobre todo mediante la infraestructura rural; potenciar las capacidades humanas de las zonas rurales mediante los servicios de salud, educación y nutrición y mejorar el acceso a los recursos productivos, haciendo hincapié en la igualdad entre los géneros; y preservar la capacidad de medio ambiente para sostener a la población actual y las generaciones futuras.


1 Por ejemplo, las últimas cifras del Banco Mundial para el África subsahariana, que abarca a la mayoría de los países MA (34), muestran que la proporción de personas pobres aumentó, pasando del 38,5 por ciento a finales del decenio de 1980 a 39,1 por ciento a mediados del decenio de 1990. (Banco Mundial, Entering the 21st Century: World Development Report 1999/2000, (Nueva York: Oxford University Press para el Banco Mundial, 2000), pág. 25)

2 Véase FAO (2000), La agricultura hacia el año 2015/30, Informe técnico provisional.

3 Una de las consecuencias más evidentes del aumento de la población será la presión que se ejercerá para aumentar las tierras bajo cultivo. Al mismo tiempo, la tierra agrícola disponible se someterá a una explotación más intensiva.

4 La tierras susceptibles de cultivarse a las que se hace referencia en estas páginas son un indicador aproximado: incluyen las tierras que actualmente forman parte de los bosques y marismas protegidos y no disponibles para la agricultura y no tienen en cuenta a las tierras para asentamientos humanos. Por consiguiente, es probable que se haya sobreestimado el potencial de tierras disponibles que figuran en el Cuadro 2 del Anexo, pero de todos modos constituye un buen indicador de las potencialidades de los diferentes países.

5 . Aunque las comparaciones de rendimientos debe hacerse en contextos agroecológicos homogéneos, estas comparaciones de promedios dan una buena idea del conjunto de posibilidades

6 IIPA, "Is there hope for food plenty in Africa?", News and Views: A 2020 Vision for Food and the Environment, octubre de 1996

7 FAO, Roma (1995), The National Agricultural Research Systems of West and Central Africa.

8 Véase PNUD, Informe sobre el Desarrollo Humano de 2000 (Nueva York: Oxford University Press para el PNUD), 2000

9 Collomb, P. (1999): Une voie étroite pour la sécurité alimentaire d'ici à 2050. FAO, Roma, y Economica París.

10 D. Topouzis y J. Du Guerny, Sustainable agricultural/rural development and vulnerability to the AIDS epidemic, publicación conjunta FAO/ONUSIDA, 1999

11 Dorward A. Y Morrison J. (2000), "The Agricultural Development Experience of the Past 30 years: Lessons por LDCs", documento de antecedentes preparado por la FAO.

12 Mellor J. (2000), "Agricultural Development: So many Successes, Such Excellent Results", documento de antecedentes preparado por la FAO.

13 Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO, Investment in agriculture for food security: Situation and resource requirements to reach the World Food Summit Objectives, CSA: 99/inf.7, junio de 1999.

14 El término "desnutrido" en el contexto de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 comprende a las personas que constantemente tienen un nivel de consumo de alimentos inadecuado en términos de calorías consumidas con respecto a las necesidades

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