Perspectivas alimentarias 11/96

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FLETES MARITIMOS
(Nota presentada por el Consejo Internacional de Cereales)



El índice de fletes del Báltico (IFB) bajó el 23 de septiembre a menos de 1000 por primera vez desde principios de agosto de 1987. La causa principal de su debilidad fue el aumento excesivo del tonelaje debido a las nuevas embarcaciones que entraron en servicio. La adición de nuevas unidades en la flota mundial no se vio compensada por el desguace de los buques más antiguos, ya que los precios en el mercado de demoli-ción no son bastante atrayentes como para persuadir a los dueños a dar las embarcaciones a las empresas de desguace, ubicadas principalmente en el Lejano Orien-te asiático. Durante varios meses los buques más anti-guos pudieron competir aceptando tarifas más bajas, muchas veces en el marco de acuerdos a corto plazo. Pero a la larga dicha práctica resultó antieconómica da-dos los altos costos del mantenimiento y del seguro de los buques más antiguos.

A mediados de octubre, sin embargo, se produjo un cambio en el sentimiento del mercado. Un marcado aumento de la demanda de tonelaje para la expedición de cereales y fertilizantes estimuló los fletes, especialmente de los buques Panamax y Handysize. El aumento del comercio de carbón y mi-neral de hierro al Lejano Oriente asiático estimuló los transportes de Capesize. Los dueños de embarcacio-nes rápidas pudieron elevar los fletes.

El 18 de octubre el IFB había subido a 1145, aunque no se sabía cuánto tiempo podría mantenerse la recuperación. Los costos operacionales aumentaron debido al aumento de los precios del petróleo y, por consiguiente, la provisión de carbón en los puertos importantes. Algunos comerciantes consideraron que esto podría traducirse en el retiro o desguace de las embarcaciones más antiguas. Sin embargo, podría ser difícil lograr una situación de equilibrio del tonelaje debido al gran número de embarcaciones encargadas.



Efectos del aumento de los precios de los cereales de 1995/96 en algunos países en desarrollo


En este cuadro se presentan las conclusiones principales de una reciente encuesta de la FAO sobre la situación de los precios de los cereales en más de 30 países en desarrollo importadores de alimentos durante 1995/96 en que los precios del mercado mundial aumentaron de forma pronunciada 1/.

Durante 1995/96 (marzo-mayo a julio-septiembre), los precios mundiales del trigo subieron un 27 por ciento y los del maíz en un 47 por ciento, mientras que los del arroz aumentaron en el segundo semestre de 1995 en un 30 por ciento. Las conclusiones principales de la encuesta especial fueron las siguientes.

Primero, los precios de los cereales en moneda local y, por lo tanto, los que realmente pagan los consumidores, aumentaron de forma pronunciada, es decir, por lo menos tanto como en los mercados mundiales: en 10 de los 19 países del muestreo, para el trigo (con un promedio aritmético de aumento de precios del 65 por ciento); en cuatro de los 19 países, para el maíz (con un promedio del 60 por ciento); y sólo en uno de los 21 países del muestreo, para el arroz. Sin embargo, en muchos otros países los precios aumentaron menos bruscamente, pero también considerablemente. Por ejemplo, los del maíz aumentaron la mitad, por lo menos, de lo que aumentaron en el mercado mundial (es decir, el 24 por ciento, por lo menos) en 11 países, con un promedio aritmético del 45 por ciento. Asimismo, los precios del arroz habían aumentado en un 15 por ciento, por lo menos, en siete países - el Sudán, Zambia, Pakistán, Sri Lanka, Chile, Ecuador, Jamaica y Venezuela, siendo el promedio aritmético de los cambios de los precios en los siete países del 24 por ciento.

Segundo, teniendo en cuenta las repercusiones por región, los aumentos de los precios fueron mayores en los países de América Latina y mucho menores en Africa. Por consiguiente, los precios del trigo aumentaron en un 27 por ciento, por lo menos, en cuatro de los seis países del muestreo de América Latina, siendo el promedio aritmético de los cambios de los precios del 65 por ciento. En Asia, los precios del trigo aumentaron en ocho de los nueve países del muestreo, con un aumento pronunciado (es decir, de por lo menos el 27 por ciento) en cinco casos (Fiji, República Islámica del Irán, Filipinas, Sri Lanka y Turquía), con un aumento medio del 48 por ciento). Los precios del trigo casi no aumentaron en los otros cuatro países: Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Siria). En Africa, el único país en el que el precio del trigo aumentó de forma pronunciada fue el Sudán, mientras que en otros tres países, a saber, Etiopía, Marruecos y Túnez, los precios descendieron o sólo aumentaron marginalmente.

Tercero, los cambios señalados anteriormente se indican en moneda local y, por lo tanto, reflejan también el efecto de la devaluación de la moneda en el período del examen. Medidos en dólares, los precios del mercado interno han aumentado más o menos la mitad de lo que aumentaron en términos de moneda local. Por ejemplo, el promedio aritmético de los cambios de los precios del trigo en los 10 países en los que los precios aumentaron considerablemente fue del 36 por ciento en dólares EE.UU., frente al 65 por ciento en moneda local. En el caso de los precios del maíz, en un muestreo de 11 países en los que los precios aumentaron considerablemente (por ejemplo, en un 24 por ciento, por lo menos), el promedio aritmético de los cambios fue del 30 por ciento, frente al 45 por ciento en moneda local.

Cuarto, la situación de los suministros internos jugaron un papel importante en la variación de los precios. Debido a unas buenas cosechas obtenidas en 1995/96 en algunos países, los precios aumentaron menos. Por ejemplo, las cosechas de cereales de 1995/96 fueron normales o superiores a lo normal en la mayoría de los países del Africa subsahariana encuestados.

Quinto, la elasticidad en la trasmisión de los precios a corto plazo (una medida del alcance del cambio de los precios internos para un determinado cambio de los precios mundiales) fue muy grande en el caso del maíz, seguido del trigo, y poca en el caso del arroz. Las trasmisiones de los precios fueron relativamente fuertes en los países de América Latina, en comparación con otras regiones.

Y sexto, los Gobiernos adoptaron medidas de compensación. Las más comunes estuvieron relacionadas con el comercio, en particular el aumento de los contingentes de importación y/o la reducción de los aranceles. En algunos casos, también aumentaron los subsidios al consumidor para mitigar el efecto del aumento de los precios.

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1/ Para más detalles véase el Examen de la Situación de los Precios de los Cereales de algunos países en desarrollo en 1995/96 y Medidas para compensar el aumento de los precios, División de Productos y Comercio, FAO, septiembre de 1996.


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