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4 Industria

Una vez realizado el análisis de las masas forestales nativas e implantadas, no ciñéndose sólo a los bienes madereros, sino incluyendo también a los no madereros, los ambientales y los sociales, se comenzará con la parte del estudio que analiza la forma en que se le agrega valor y trabajo a la materia prima, acercándola al consumo de la sociedad.

En el análisis de la industria lo que se ha volcado fundamentalmente es una proyección del consumo interno de los productos sectoriales. Se ha hecho hincapié en los dos productos más significativos que son la celulosa y el papel y la madera aserrada y sus derivados. El comportamiento de estos sectores es indicador del movimiento de los restantes.

En cada uno de los casos se han hecho regresiones econométricas de los niveles de consumo de los productos en cuestión.

Una vez hecho esto, y establecida la relación econométrica del consumo del bien con relación a una variable macroeconómica, se ha hecho una proyección considerando que durante los próximos cinco años: 2003-2007 el crecimiento medio de la economía argentina va a ser del 4% y, luego, del 2.5 % anual.

La relación econométrica lo que establece, por ejemplo, es que cada vez que la economía crece en un 1%, el consumo de madera aserrada lo hace en un 1.2%. Entonces, si decimos que el producto bruto interno va a crecer un 4%, el consumo de madera aserrada lo haría en un 4.8%. En caso que hubiese una caída, se da el mismo proceso; esto es, que el consumo de madera aserrada caería más que el promedio de la economía.

En lo que hace a la producción, para la proyección se han tenido en cuenta las intenciones de las empresas grandes de llevar adelante proyectos de envergadura y analizar cuánta industria sería necesaria tanto para acompañar dichos proyectos como para consumir la madera que se está generando en los bosques.

4.1 Celulosa y papel

Las estadísticas existentes para el sector de celulosa y papel son muy buenas y tienen distintas fuentes que muestran coincidencias significativas entre sí.

4.1.1 Proyección de la demanda de celulosa y papel

Para el caso de la demanda de papel, se realiza una regresión econométrica exponencial sobre la base del PBI global y de la población. No se harán distinciones entre los distintos tipos de papeles, aún cuando la carga fibrosa de los mismos difiere en forma significativa. Por ejemplo, los papeles marrones (liner y onda) tienen un fuerte componente de papel reciclado, en tanto que los papeles de imprimir y escribir (incluido el diario); tienen un fuerte componente de fibra virgen. Asimismo, en Argentina, una parte importante de los papeles de impresión y escritura tienen como material fibroso el bagazo de la caña de azúcar, siendo difícil prever cómo puede ser la evolución de la oferta de este tipo de papeles, siendo que la demanda, en general, no discrimina el uso del producto final en función del material fibroso utilizado.

Antecedente de la AFCP

En este caso existe un antecedente importante que fue un trabajo realizado por la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel, hacia el año 1986, en el que se proyectó al sector forestal, celulósico y papelero hasta el año 2010. Aquel trabajo hizo un profundo trabajo econométrico que se sintetiza en la Tabla 48.

Tabla 48. Cuadro resumen de las regresiones

Tipo de papel

Variable explicativa

Coeficiente de determinación

Durbin y Watson

a

b

Forma funcional

Diario

Población

n/d

n/d

0

6.865

Lineal

Imprimir y escribir

PBI

0.84

1.68

-1.63

1.47

Exponencial

Embalar y envolver

Tiempo

0.56

1.36

1356563

-672

Lineal

Kraft

Inversiones

0.62

1.38

0.618

1.373

Exponencial

Corrugar

Al,beb y tab

0.81

1.31

-27881

0.1901

Cuadrática

Sulfitos

n/d

n/d

n/d

n/d

n/d

Diferencia

Higiénicos

Población

0.77

1.401

-15.49

2.549

Exponencial

Otros

Población

0.51

1.06

-11.197

2.12

Exponencial

Cartulinas y cartones

PBI

0.55

1.346

-0.8

1.3839

Exponencial

Total sin diario

PBI

0.87

1.3161

-0.33981

1.5069

Exponencial

Total

Población y PBI

n/d

n/d

n/d

n/d

Suma

Fuente: AFCP, 1987.

En estas regresiones, que han tenido un profundo trabajo técnico y de consultas con informantes calificados que señalaban la bondad del ajuste en la realidad de los mercados. En algunos casos, incluso, se ha priorizado la opinión del informante calificado a la bondad econométrica de las regresiones.

La base para el análisis fue la serie de datos 1960-1985 que, de alguna manera, refleja una Argentina diferente que la de los 90. Por ejemplo, en el caso de papeles higiénicos, se ha desarrollado un uso más difundido de pañuelos de papel y de rollos de cocina; en el de los de impresión y escritura, la difusión del papel LWC, que es un encapado liviano, y el mayor peso de los supermercados en la comercialización de productos de consumo masivo, hicieron que el uso de papeles de impresión y escribir subiese considerablemente. Asimismo, la generalización de las PCs, ha incentivado el uso de resmitas.

Regresiones de consumo de papel

Durante el marco de este trabajo hemos realizado un trabajo propio que al tomar en cuenta la serie de años que incluye a los 90 puede marcar cambios estructurales en los hábitos de consumo que apenas se insinuaban hacia 1986.

Partiendo de la serie 1960-2002, en la relación entre el consumo de papel, incluido el diario por suma, y el PBI, bajo una relación exponencial, se ha llegado a la proyección que se incluye en la Ilustración 30.

En este caso puede observarse el crecimiento explosivo que ha tenido el consumo del papel durante la década de los 1990, fenómeno que no fue acompañado por la producción.

La correlación entre el consumo de papel simulado hacia el pasado con la fórmula obtenida y los valores reales se observa mayor a partir de 1975. Por lo tanto, se ensayó hacer una regresión sobre la base del período 1975-2002, cantidad de períodos técnicamente suficientes para hacer una regresión econométrica. Además, se retiró un factor distorsivo que estuvo influido por cuestiones arancelarias y cambiarias reflejadas en stock plurianuales, que es el consumo aparente de papel para diarios. Si bien la regresión estadística fue mejor, la elasticidad del consumo de papel respecto de las modificaciones del PBI fue mayor a las obtenidas sobre la serie 1960-2001. A su vez, este valor era sustancialmente mayor que el observado en el trabajo citado de la AFCP. Nótese que diferencias menores al 1% de elasticidad en una serie de 20 años de proyección, hacen que el resultado sea muy diferente y, consecuentemente, las necesidades de importación o de consumo de madera y otros recursos fibrosos.

Ilustración 30. Consumo de papel, incluido el papel para diarios. Datos 1960-2001. Proyección 2002-2020.
(mil tn)

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA.

En la observación de la Ilustración 30 y la Ilustración 31 se puede observar el motivo de la diferencia. En la Ilustración 31 se puede observar una curva de simulación histórica y de valores reales que están íntimamente ligadas. Asimismo, se observa el crecimiento profundísimo que ha tenido el consumo de papel desde 1990 hasta el año 2001, inclusive. Cabe preguntarse si este comportamiento de la Argentina en los últimos 10 años comporta un cambio estructural en su comportamiento económico, si fue “un sueño de verano” o si el escenario posterior va a ser una situación mixta entre los factores estructurales que sobrevivieron o resucitaron y los nuevos que han llegado para instalarse. Si se eligiese esta última opción, que es la que tomamos como criterio, el correlato estadístico es considerar la elasticidad resultante de la regresión realizada para los años 1960-2001 como base. De este modo, se ponderan los valores provenientes del período 1960-1989 con los de 1990-2001.

Una explicación de menor generalidad indica que el valor de los bienes transables, como consecuencia del retraso cambiario que se fue produciendo en la década, tuvo un nivel relativo cada vez menor respecto de, por ejemplo, los servicios. Además, las nuevas formas de comercialización por medio de supermercados y de tiendas virtuales (ventas en línea), hicieron que se publicasen gran cantidad de sueltos en un papel de ilustración, que incluso, no existía antes de 1990 en forma masiva, que es el LWC.

Ilustración 31. Consumo de papel, excluido el papel para diarios. Datos 1975-2001. Proyección 2002-2020.
(mil tn)

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA.

A continuación se incluye la evolución posible que pueda tener el consumo interno de distintas familias de papeles. Los papeles para usos domésticos durante la década del 90 han tenido un crecimiento explosivo que no se verificó en años anteriores. La regresión ha dado una elasticidad muy grande y debe reverse si esa tasa de crecimiento va a poder ser sostenida durante muchos años. La inversión en la producción de este tipo de papeles en la Argentina ha sido importante e, incluso, se generó una capacidad exportadora.

Un crecimiento a altas tasas puede derivar en necesidades de importación para algunos segmentos de este tipo de papeles. La escala de producción de papeles higiénicos no es alta y, además, productos de baja calidad pueden ser provistos sobre la base de maquinaria vieja que ya está en el parque industrial argentino.

En el caso de los papeles para corrugar, incluidos en la Ilustración 33, se ha intentado explicar el futuro sobre la base de dos indicadores: el PBI y el PBI industrial. Ambas fueron estadísticamente significativas, pero se considera más probable la más conservadora asociada con el PBI. En este caso, el consumo de papeles subiría en 500 mil toneladas hasta el año 2020. Si se cumple el proyecto de Papel Misionero, mencionado en el título Proyectos identificados y potenciales en Misiones, incluido en la página 30, el proyecto abastecería 200 mil toneladas de ese total. El resto, o bien se importaría o provendría de la suma de las mejoras de empresas más pequeñas. En este sentido cabe mencionar que Brasil ha sido un exportador de papeles marrones hacia la Argentina.

Ilustración 32. Proyección de papeles para usos domésticos. Datos 1960-2001. Proyección 2002-2030. Toneladas.

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA

Ilustración 33. Proyección de papeles para corrugar. Datos 1975-2001. Proyección 2002-2030. Toneladas

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA

En el caso de este producto sólo se ha podido trabajar con una serie estadística que comenzaba en 1975. Igualmente, 28 años son una cantidad de datos suficientes como para realizar un trabajo econométrico.

En lo que hace a cartulinas para envases, existe en la Argentina un solo productor, que es el grupo Interpack que es de los más dinámicos dentro del sector papelero argentino. Esta empresa no sólo provee al mercado interno, sino que también exporta, compitiendo, en Argentina y otros países de América Latina con la planta del grupo CMPC en Maule, Chile. Esta planta es la más moderna de América Latina y cuenta con una buena escala de fabricación.

Entonces, un aumento en el consumo nacional de cartulinas para envases puede ser provista por importaciones o por inversiones adicionales que realice este grupo. No es fácil prever que sea otro grupo industrial, argentino o chileno, el que encare productos de este tipo en Argentina.

En este caso también los datos disponibles para el análisis fueron de 1975 al 2001 y se hicieron ensayos con el PBI y con el PBI industrial. La bondad del ajuste econométrico fue bueno para ambos ensayos y su comportamiento no varía mucho entre uno y otro.

Ilustración 34. Proyección de cartulinas para envase. Datos 1975-2001. Proyección 2002-2030.

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA

Luego, se ha hecho el mismo trabajo sobre el total de los papeles industriales. Esta categoría incluye tanto a las cartulinas, como a los papeles para corrugar y los kraft. Al mismo tiempo, dada la mayor agregación, se ha obtenido una serie de tiempo que comienza con datos desde 1960. El ajuste ha sido muy bueno y similar tomando el PBI y el PBI industrial. Respecto del PBI la elasticidad hallada fue del 1.23 por ciento; inferior a lo incluido en el estudio citado como antecedente de la AFCP (función cuadrática, equivalente a una elasticidad de 2). Se repite aquí que lo acontecido en la Argentina en los años 1990 pudo haber traído cambios estructurales que se reflejen en las regresiones econométricas.

Esta categoría global, como fuera dicho, engloba a las regresiones citadas anteriormente.

Ilustración 35. Proyección de papeles para usos industriales. Datos 1960-2001. Proyección 2002-2030. Toneladas.

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA

En el caso del papel para diario, incluido en la Ilustración 36, se observa que la serie histórica tiene fuertes fluctuaciones, que difícilmente puedan ser seguidas por alguna variable macroeconómica. Influyen en este comportamiento la demanda muy concentrada de este producto que, hasta 1978 se importaba con regímenes que cambiaban continuamente. Con la puesta en marcha de Papel Prensa, en dicho año, sólo una parte del producto se importaba. Luego, en 1983 se pone en funcionamiento Papel del Tucumán que elaboró tanto papel para diarios, como papeles más pesados que eran utilizados como obra (impresión y escritura). El origen de la empresa y su esquema de promoción impedían la fabricación de otro papel que no fuese el diario, pero esto no siempre fue respetado.

La presencia de conflictos entre empresas como consecuencia de este desacuerdo, invitan a ser cautos con algunos años de la serie en los que a Papel del Tucumán le era imperativo informar en las estadísticas como “diario mejorado” aquello que en realidad era papel de impresión y escritura.

Ilustración 36. Proyección de papel para diario. Datos 1960-2001. Proyección 2002-2030. Toneladas

FUENTE: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA

Finalmente, entonces, en la Tabla 49, se incluye un detalle técnico completo de las regresiones analizadas. Como se ve, se estudiaron 21 casos sencillos en los que la variable a explicar, llamada dependiente, son las que representan a los papeles y sus diferentes familias, y las independientes (o explicativas), involucran a indicadores macroeconómicos, más fáciles de proyectar y, sobre la base de ellos, estimar el comportamiento del consumo de papel, ante ausencia de fuertes cambios estructurales de las pautas de consumo o de funcionamiento de la economía argentina.

Luego, se vuelcan los coeficientes obtenidos para realizar las proyecciones y los niveles de significado de cada uno de ellos. La columna llamada R cuadrado muestra el porcentaje de la varianza (dispersión entre la regresión hallada y la realidad) que las variables independientes alcanzan a explicar. El óptimo valor a obtener es 1 y el peor es 0.

El coeficiente de Durbin y Watson, por su parte, señala si en la serie existen indicios de autocorrelación; esto es, que la explicación del nivel de consumo no viene dado solamente por el comportamiento de la “economía externa” al papel, sino que también su anterior nivel es, en parte, explicación del actual. Este valor no debe sobrepasar el valor de 2 ni ser inferior a 1 para evitar la presencia de este efecto. Existen mecanismos matemáticos para limpiar estos hechos estadísticos, pero este trabajo escapó al esquema planificado para este estudio. Por último, la significación conjunta marca la importancia de las variables explicativas y, cuanto más se acerca a 0, mejor es.

Tabla 49. Resumen de indicadores econométricos de las regresiones de consumo de papel.

FUENTE: Elaboración propia sobre AFCP y BCRA

Proyección de la oferta de celulosa y papel

El sector de celulosa y papel involucra inversiones de montos significativos que modifican la oferta sectorial de manera sustancial. Es decir, que la proyección de la misma debiera basarse más en consultas sectoriales a los inversores potenciales y a hechos estructurales –como conformación de nuevas cuencas forestales de abastecimiento de escala industrial– que a proyecciones econométricas.

Es justamente la oferta de celulosa y de papeles sobre la base de fábricas integradas, la que va a determinar la demanda de madera en este sector. Se excluirían, obviamente, aquellas empresas que tengan otros materiales fibrosos como el bagazo de la caña de azúcar a los fines de establecer la demanda industrial de madera.

Asimismo, es práctica habitual en algunas cuencas forestales, que ciertas empresas abastezcan parte de su materia prima de chips de maderas (residuos de otras industrias) en lugar de hacerlo de rollizos y raleos de bosques. Este factor también será tenido en cuenta en forma porcentual al momento de analizar las necesidades de plantaciones para abastecer la demanda de madera.

De hecho, en la actualidad, la relación de provisión de empastes para los distintos tipos de papeles es bien variada.

Tabla 50. Insumo medio de empastes para la producción argentina de papel (2003)

Tipo de Empaste

Diario

Impres.

Corrug.

Kraft

Cart.

Sulf.

Emb. y Car. T

ENV

HIG

PTA MECANICA

                 

blanqueada

         

2%

     

no blanqueada

       

5%

   

5%

 

PTA SEMIQUIM

                 

blanqueada

         

10%

   

7%

no blanqueada

46%

             

2%

PTA QUIM F CORTA

                 

blanqueada

 

56%

   

1%

5%

     

no blanqueada

   

6%

10%

       

7%

PTA QUIM F LARGA

                 

blanqueada

11%

23%

   

10%

5%

33%

 

25%

semiblanqueada

             

9%

 

no blanqueada

   

15%

60%

       

2%

Subtotal MADERA

57%

79%

21%

70%

16%

21%

33%

14%

42%

BAGAZO

33%

21%

1%

           

PAJA DE TRIGO

   

2%

           

RECORTES

10%

 

76%

30%

84%

79%

67%

86%

58%

TOTAL

100%

100%

100%

100%

100%

100%

100%

100%

100%

FUENTE: Elaboración propia sobre la base de fuentes privadas y AFCP.

Obsérvese en la tabla que el componente directo de pasta de madera en el empaste de algunos papeles es realmente reducido: por ejemplo, 14 y 16%.

4.1.2 Conclusiones

Se puede observar en las proyecciones realizadas que el consumo de papel es muy elástico respecto del crecimiento de la economía, lo que se vio incentivado por su baratura relativa durante el período de apertura económica vivido durante la década de 1990. Es decir que si la Argentina vuelve a la senda del crecimiento, va a incrementar en forma importante, nuevamente, las importaciones de papeles.

De acuerdo con lo incluido en el capítulo de bosques implantados, existiría en los próximos años en la Argentina una oferta de madera muy importante que debiera hacer pensar si no es una base de materia prima para abastecer esas necesidades internas. Lo que sucedería, en realidad, es que la Argentina va a consolidar al sector celulósico-papelero como un sector abierto, en el que se va a exportar celulosa y alguna clase de papeles (los basados en pulpa virgen) y se va a importar otra cantidad de papeles, que se basan habitualmente en su fabricación, tanto en pulpa virgen como en recortes.

Tiempo atrás, el sector celulósico-papelero fue uno de los promovidos para lograr la sustitución de importaciones, situación que terminó de lograrse con la construcción de una planta de celulosa de fibra larga (Alto Paraná S.A.) y dos fábricas de papel (Papel Prensa S.A. y Papel del Tucumán S.A.). Los años de construcción de estos proyectos, respectivamente, son 1982, 1978 y 1983. Es decir que el último de ellos se terminó hace 20 años y contó con una batería de herramientas de promoción desde el Estado.

En este esquema por venir, sobre los hombros de lo logrado en aquella situación, son ya inversiones privadas las que van a dar los siguientes pasos y van a aportar trabajo y divisas, que tanto precisa nuestro país. En esta mecánica de inversión privada, es difícil pensar en un esquema de sustitución de importaciones. El nuevo esquema está más vinculado con rentabilidad, preferencias del inversor y ventajas competitivas.

Existe capacidad adicional, por ejemplo, para la realización de una planta de celulosa de fibra corta, que la Argentina puede producir en forma competitiva, pero no apareció, aún el inversor con voluntad de producir, o bien esta pasta para mercado, o bien papeles basados en dicho recurso fibroso.

En lo que se refiere al papel de diario, Argentina es un importador, a partir del hecho de que la empresa Papel del Tucumán se convirtió en Papelera Tucumán y comenzó a orientar su producción a diversos papeles, sin excluir una parte de diario. Asimismo, si bien Papel Prensa aumentó su capacidad productiva, no tiene en carpeta, por el momento, la duplicación de su fabricación en la provincia de Buenos Aires.

Una alternativa posible es que dado el sobrante de madera fina en algunas regiones, se pueda instalar una planta de papel de diario que requiere una inversión menor que la de una fábrica de celulosa, aunque precisa de una importante cantidad de energía eléctrica que tiene que estar asegurada en forma fluida y a valores competitivos internacionalmente.

En suma, una parte importante de las divisas que el sector puede aportar al país se van a gastar en adquirir productos del mismo sector.

4.2 Aserraderos

La capacidad instalada del sector del aserrío de la Argentina, incluso en las zonas de mayor desarrollo y producción, está mayoritariamente compuesta por centenares de pequeños establecimientos.

Un resumen de esa situación en la provincia de Misiones se vuelca en el resultado de un censo industrial realizado por la provincia en el año 2000.

En ese sentido, y como información útil para este estudio, se vuelca en la Ilustración 37 un detalle de la tecnología que utilizan los aserraderos de la provincia de Misiones. Nótese que, como avance respecto de otras regiones o de ella misma en períodos anteriores, aproximadamente 200 aserraderos clasifican su materia prima, sea por largo o por diámetro. Esto permite aumentar la productividad de la tarea industrial y, por difícil que parezca creerlo, en algunos aserraderos todavía esta tarea no se lleva a cabo y en una enorme mayoría de ellos tampoco se hacía en el pasado.

Ilustración 37. Detalle de tecnología aplicada en los aserraderos de Misiones

4.3 Mercado general

En la década comprendida entre los años 1970 y 1980 comienza a desarrollarse en la República Argentina la industria del aserrío. Hasta ese período, el consumo más importante de madera fue cubierto por las importaciones provenientes de U.S.A, Canadá, Países Escandinavos, Paraguay y de Brasil. El ingreso del Pino Blanco Sudamericano (Pino Paraná), aserrado de Brasil, llegaba a los 700.000 m3 anuales. En los últimos años de la década mencionada se agravó la situación de los aserraderos del país, por el ingreso en grandes volúmenes y a precios muy competitivos de Pino Radiata de Chile.

Por ese entonces la industria nacional procesaba casi exclusivamente maderas provenientes del bosque nativo (Cedro, Lapacho, Incienso, Algarrobo, Quebracho, etc.) que también competían, en parte, con las maderas ingresadas desde Paraguay. Por las razones expuestas, los aserraderos se veían en serias dificultades para invertir en la modernización de sus equipamientos. Estos estaban compuestos por las tradicionales “sierras de carro”, en las que girando los troncos, se obtenían prácticamente, ya “canteadas” las tablas y tirantes, restando sólo hacer el despunte para obtener el producto final. Se utilizaban pocas máquinas y en general, eran muy antiguas y la calidad del corte resultaba bastante mediocre.

Esta situación repercutió directamente sobre las industrias para la fabricación de máquinas que concentraron su interés en la producción de bienes de capital para otros sectores (textil, metalúrgico, alimenticio, etc.).

A partir de 1981/1982, se restringe, en parte, la importación de maderas y en consecuencia de ello, se brinda una mayor posibilidad para aumentar la producción nacional que hace a su vez necesaria la incorporación de equipos más modernos. La escasa oferta de bienes producidos

en el país, hace que las compras se fueran realizando en su mayoría en máquinas importadas. Por estas razones, son muy pocos los talleres locales dedicados a la fabricación de máquinas y, salvo casos muy puntuales (especialmente radicados en Córdoba), no son instalaciones de una tecnología avanzada

Las industrias primarias que producen maderas aserradas y sus derivados, inclusive los productores de compensado, comercializan la gran mayoría de su producción (entre el 85 y el 90%) para atender el mercado interno.

Tradicionalmente los aserraderos colocaban su mercadería en los distribuidores mayoristas y los grandes consumidores. Aquellos, a su vez, aún atienden a los pequeños consumidores y a los comercios con locales de atención directa al público. Las ventas mínimas de los aserraderos eran de camión completo. La capacidad de estos oscila, según aprovechamiento del espacio, entre 35 y 42 m3.

En las actuales circunstancias, de manifiesta restricción en el consumo de productos madereros, principalmente por la baja actividad de la industria de la construcción, los productores atienden también ventas de menores volúmenes que los citados.

Según los usos y costumbres en vigencia desde hace muchos años, el costo del flete está a cargo del comprador. Para dar una idea correcta de la incidencia del mismo, sobre el valor de la mercadería, damos los precios que se pagaban en el año 2001 por ese servicio. Desde la región centro/norte de la Provincia de Misiones el costo es de $ 1.000 y desde el norte de la Provincia de Corrientes es de $ 850, en ambos casos teniendo como destino el área del Gran Buenos Aires. Los valores de mediados del año 2003 no se consideran válidos como referencia porque forman parte del desorden monetario que sufre la Argentina en su conjunto con precios sectoriales fuera de un equilibrio de largo plazo.

Los destinos de entregas y su participación porcentual, englobando todos los productos entregados por los aserraderos, son, aproximadamente, los que se vuelcan en la Tabla 51

Tabla 51. Regionalización del consumo

Zona

Participación del mercado

Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires

25%

Resto de la Provincia de Buenos Aires

20%

Provincia de Córdoba

20%

Provincia de Santa Fe

14%

Resto del País

21%

Fuente: Elaboración propia

Los destinos de entrega, no coinciden siempre con el lugar de consumo final, dado que algunos de los mayoristas redespachan un surtido de productos madereros a pequeños minoristas y consumidores del interior del país. Por ejemplo, esto sucede con Dommarco Hnos. S.A. (ubicados en el Gran Buenos Aires), que inclusive son importadores de maderas.

4.3.1 Comercio

En lo que se refiere al comercio, tanto interno como externo de las maderas aserradas, en líneas generales, se coincidió tanto en un retraso en el uso de la madera dentro del mercado interno sobre una base por habitante, como en una demora por lograr flujos más importantes de exportación.

En este último caso, el limitante no sería externo al sector, sino interno a la capacidad industrial, tanto de disponibilidad de madera de calidad de bosque como de productos elaborados adecuadamente y en cantidad suficiente. Las inversiones por venir seguramente corregirán estos factores, según estiman los informantes calificados.

Una oferta de madera clasificada, certificada y de calidad va a incentivar el consumo de la misma dentro del mercado interno. Esa misma calidad y forma de abastecimiento va a posibilitar aumentar estructuralmente la oferta exportable argentina. Adicionalmente, es importante destacar otro elemento que se ha tenido en cuenta en lo que hace a la posibilidad de exportación de madera aserrada de álamo hacia Europa o de eucalipto y Pinus hacia el mundo. La forma de acceder al mercado externo sería mediante la elaboración de productos de valor agregado, como tableros alistonados, partes, molduras remanufacturadas para blanks y tableros de partículas y contrachapados.

A pesar de la opinión emitida, en los últimos años se ha observado un crecimiento importante en los flujos exportados, con la característica que no se dio por intermedio de grandes empresas, sino de las medianas, como por ejemplo, Lipsia o Toll Maderas SRL.

Desde hace ya algunos años han aparecido en la Argentina intentos de unir a empresas para encarar proyectos de exportación. Ha habido experiencias exitosas en este sentido cuando estaba en auge la exportación de madera pulpable (Consorcio Exportador Forestal) también en torno del álamo en el Delta, que tenía como destino a Italia y sobre la base del pino con destino a Japón y especialmente a mercados del medio oriente como Egipto, Arabia Saudita, Kuwait u Emiratos Arabes Unidos.

Desde hace aproximadamente 6 ó 7 años los aserraderos han modernizado sus equipamientos incorporando máquinas para la obtención de productos con mayor valor agregado. En ese concepto se encuentran los machimbres, blocks, blanks, molduras y otros que han encontrado una aceptable demanda en el mercado de exportación.

Por dicha razón en la compra de máquinas para el aserrado de los troncos, es decir, para la primera fase de la producción, sólo encontramos pocas empresas que hayan realizado inversiones. Algunas lo hicieron modernizando sus equipos y otras construyendo nuevas plantas. El detalle de las mismas es el que se encuentra en la tabla siguiente

Tabla 52. Principales empresas que hicieron inversiones en el sector de aserrío.

Empresa

Periodo

Ubicación

Forestadora Tapebicuá S.A.

l993-1994

Gob. Virasoro (Corrientes)

Enrique Zeni y Cía. S.A.

1997-1998

Goya (Corrientes)

Perez Companc

1998-2000

Pto. Bosseti (Misiones)

Forestal Las Marías

1997-1998

Gob. Virasoro (Corrientes)

Alto Paraná S.A

1998-2000

Pto. Piray (Misiones)

Fuente: elaboración propia

Para encarar la segunda transformación, a partir de la madera aserrada, se fueron incorporando secaderos, cepilladoras, moldureras, optimizadores, máquinas para finger-joint y escuadradoras, que permiten elaborar productos de mayor valor agregado.

4.3.2 Capacidad instalada - Misiones y Corrientes

El sector del aserrío está compuesto por una gran cantidad de establecimientos pequeños, casi familiares, y unos pocos instalados como industrias. Son estos últimos los que deciden el comportamiento y la dinámica del mercado.

El grado de desarrollo de los aserraderos de Misiones y NE de Corrientes es importante y su equipamiento para secado y conversión de la madera también tiene envergadura. La situación en las otras zonas de la Argentina es muy distinta. Existe una discusión en la provincia acerca del rol que vayan a tener los grandes aserraderos y los pequeños y medianos en el mercado local, como así también el abastecimiento de madera proveniente de propietarios pequeños, medianos y grandes. Este punto fue extensamente desarrollado en el capítulo de Misiones en la página 13 y subsiguientes.

En ciertos ámbitos se plantea un marco de enfrentamiento, mientras que en otros se analiza la complementación entre ambos, tal como se incluye en el Plan Maestro Forestal de la provincia de Misiones.

4.3.3 Materia prima utilizada (clases diamétricas)

El pino taeda y elliottii y el eucalyptus grandis son las 2 especies de mayor empleo en las industrias de aserrío de Misiones y Corrientes. La comercialización se hace según el diámetro de la troza, considerando la medición en la punta fina y con corteza.

Pino elliottii/taeda y precios

Como punto de referencia acerca de la eficiencia y la racionalidad económica que impera en la región de Corrientes y Misiones, dentro del sector forestal y de transformación mecánica de la madera, se incluyen los valores a los que los aserraderos compran la madera.

Este valor es de importancia al momento de analizar el mercado porque deja entrever la sustentabilidad de la producción forestal por un lado y la capacidad de generar valor agregado dentro de la madera por parte de los aserraderos, por el otro.

Tabla 53. Precios pagados por la madera en aserradero (U$S/m3 scc en diciembre de 2001)

Clase diamétrica

$/m3 scc en aserradero

Diámetros de 18 cm. a 22 cm

21.50

Diámetros de 22 cm. a 35 cm

27.00

Diámetros de 35 cm. a 45 cm

35.00

Fuente: Elaboración propia

Estos precios se dan para el mes de diciembre de 2001 porque para ese momento los valores del mercado argentino en dólares estaban más o menos en línea con los valores internacionales en general. Luego, en el año 2002, con la devaluación brusca del peso argentino, los valores comenzaron a tener valores coyunturales que se fueron acomodando de acuerdo con distintos factores, incluyendo las fuertes expectativas políticas. La situación en el año 2003 todavía no está estabilizada. Siempre se prefiere el pino taeda respecto al elliottii por su mejor densidad y menor cantidad de resina en nudos dentro de la madera sólida. Desde hace años la tendencia es forestar cada vez más taeda y menos elliottii.

Eucalyptus grandis y precios

Los conceptos generales son muy similares a los expresados para el caso de los pinos. En esta especie los diámetros menores tienen aplicación para elaborar machimbres de ½” de espesor, pero en el caso del eucalipto, por ser un producto aún poco difundido, los rollos de diámetros menores a 20 cm. se destinan para las industrias de trituración (tableros y pulpa). Los precios de esta especie son los siguientes:

Tabla 54. Precios de eucalipto en aserradero en Misiones y NE de Corrientes en diciembre de 2001

Clase diamétrica

U$S de 2001/m3 scc en aserradero

diámetros de 7 cm a 20 cm

8.00

diámetros de 20 cm a 30 cm

22.00

diámetros de 30 cm a 40 cm

30.00

Fuente: Elaboración propia

4.3.4 Proporción de secado en horno.

La producción de madera seca en horno en Misiones, que ha tenido un desarrollo notable en los últimos 5 años, está en el orden del 78/80%. Esta transformación fue provocada por la necesidad de elaborar productos con mayor valor agregado, que se producen a partir de madera seca, por lo menos alrededor del 12% de humedad.

4.3.5 Capacidad de producción

En el caso de una demanda sostenida, las empresas instaladas, básicamente hablando de los aproximadamente l00 aserraderos con mejores recursos técnicos, estarían en condiciones de duplicar su oferta. Ya hemos mencionado al citar la capacidad ociosa de la industria, entendemos como un error fijar el potencial productivo, con un solo turno de trabajo. Conocemos, que es muy frecuente que al plantear un proyecto nuevo, la costumbre en el empresariado del sector ha sido tradicionalmente, desarrollar el flujo de fondos y el TIR en función de un solo turno de trabajo.

Debemos mencionar, que en el sector está presente un movimiento “informal” cuya participación se estima actualmente en el 15%, con tendencia a disminuir. Esto ocurre en pequeños emprendimientos, con alto porcentaje de trabajo familiar, que no sobrepasan los 250 m3/mes, que además no alcanzan niveles de calidad razonables.

4.3.6 Principales “cuellos de botella” para la ampliación de la producción.

La mayoría de los aserraderos, cuyas producciones oscilan entre los 1.500 m3 y 3000 m3/mes han evolucionado en forma progresiva a través de algunos años. Se fueron incorporando maquinas para aserrar de tecnología más moderna y se incorporaron algunas para realizar operaciones no previstas en los proyectos originales. Han llegado a una situación muchas veces por imprevisión en el espacio disponible, en que el “circuito” de la madera en la planta es totalmente ineficiente, En todo caso requiere mayor cantidad de personal para mantener un ritmo adecuado de producción.

La reforma del Lay-out de planta puede hacerse en períodos de vacaciones, dado que las mejoras se obtienen, a veces, con el simple agregado de un transportador simple.

Un punto crítico es el sistema de despunte, donde se da el largo definitivo a las piezas y la continuación inmediata del proceso en el que se procede a clasificar las piezas. Es costumbre generalizada clasificar por escuadría y en dos o tres largos distintos las tablas y tirantes aserradas. Se colocan en ambos costado de una larga cinta transportadora los “fardos” con las piezas que son luego llevadas a una playa intermedia ó al secadero. La clasificación, según ese sistema requiere mucho personal y se hace totalmente a mano.

4.3.7 Serie histórica y proyección

Lamentablemente, como consecuencia de la gran cantidad de aserraderos en el país y el componente de economía informal existente en el sector, no es posible contar con una estadística confiable acerca del nivel de producción de la industria del aserrío en la Argentina. En el sector oficial nacional, por ejemplo, el valor obtenido se saca por diferencia entre el total extraído y lo que el resto de las industrias del sector han declarado que utilizaron. La cifra resultante es comparada con la obtenida a través de censos a nivel país y provincias o con estimaciones muestrales si existiesen, a fin de determinar el grado de consistencia de la información obtenida en forma indirecta.

No se han observado diferencias estadísticas significativas en ambos métodos.

La falta de una periodicidad en la realización de censos y estimaciones muestrales impide hacer proyecciones con una significación estadística.

Ilustración 38. Serie histórica y proyección de la producción de aserraderos en Argentina. Datos 1980-2001. Proyección 2002-2030. m3.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de SAGPyA, BCRA e INDEC.

En la Ilustración 38 se puede ver la línea que representa la producción registrada de la industria del aserrío que se presenta con una forma de serrucho muy profunda. Luego, se incorporaron dos regresiones enfrentadas contra el PBI y el PBI industrial. Se les ha graficado como simulación en el pasado y como proyección del año 2003 en adelante. Ninguna de las regresiones fue significativa estadísticamente, como fuera señalado anteriormente, pero se considera útil este número para dar una idea de la evolución del consumo.

Igualmente, debe destacarse que el mayor crecimiento de esta industria tiene que estar vinculado con un importante crecimiento de las exportaciones y no por un mayor consumo del mercado interno. Si bien el consumo per cápita de madera en Argentina es bajo, no debe desconocerse el factor idiosincrásico que conlleva a este comportamiento.

Se ha señalado en otros capítulos del trabajo que el bosque entrega una oferta de madera de distintas calidades que requieren una demanda diferenciada por calidades. Si sube mucho la demanda de madera pulpable (incluyendo los chips de los aserraderos), también es deseable que suba la aserrable y debobinable. La experiencia argentina ha demostrado una vez más que no es posible satisfacer la ecuación económica del forestador sólo sobre la base de madera pulpable. Como se señala en el capítulo de Misiones, entonces, el desafío va a estar puesto en aprovechar desde la industria la madera que ofrecería un bosque en expansión y en poder colocar en forma competitiva la producción obtenida en los mercados internacionales.

4.4 Tableros

En lo que se refiere a tableros, durante los últimos años ha habido un importante crecimiento de la producción en la Argentina que se estima seguirá en los próximos años, asociado por un lado al crecimiento de la demanda del mercado interno y por el otro a la necesidad del productor de utilizar los residuos de la producción de los aserraderos o de los raleos de pino. Debe tenerse en cuenta, por ejemplo, que comparado con Chile, el consumo per cápita de tableros de Argentina es de 0.014 m3 por habitante y en Chile de 0.033. Entonces, se espera un aumento vinculado a dos efectos, un aumento de consumo por crecimiento de la economía y, también, por un mayor uso por habitante.

La producción anual de tableros MDF en el año 2001 fue de 210 mil metros cúbicos. Esta producción se origina en la planta de Tableros Guillermina, ubicada en la provincia de Santa Fe y en la de Masisa S.A., que tiene su planta ubicada en Concordia, provincia de Entre Ríos. Ambas plantas utilizan como materia prima principal el eucalipto. A principios del año 2002, la empresa Alto Paraná ha comenzado la producción de este tipo de tableros en su nueva planta ubicada en el complejo industrial de puerto Piray. El producto elaborado tiene como marca Trupan y la capacidad de la planta es de 240 mil metros cúbicos. Con el aumento de producción y la baja del consumo en el mercado, ha subido la exportación y ha bajado el nivel de capacidad productiva utilizada.

Tabla 55. Detalle de capacidad y exportación planeada de plantas de MDF

Empresa

Producción

Exportación

Tableros Guillermina

2001: 42.000 m3

-

MASISA

2001: 150.000 m3

2002: ampliación planta:

270.000 m3/ año

2001: 43.500 m3

2002: proyectado:

160.000 m3/ año

Alto Paraná S.A.

2002: Capacidad Total:

240.000 m3/ año

2002: proyectado:

120.000 m3/ año

Fuente: Elaboración propia

Debe tenerse en cuenta que, al mismo tiempo, se está ampliando fuertemente la capacidad productiva en Brasil y que la proyección regional mostraría que quedaría poco espacio para expandir esta producción. Por un lado el incentivo para ampliar estas capacidades está vinculado con el uso de la madera fina y los residuos de aserraderos, pero por el otro, el mercado pone un límite estricto a la expansión, dado que el comercio interregional de estos productos, como fuera señalado, es muy pequeño.

Por su lado, los tableros aglomerados también han tenido un aumento significativo en la producción durante los últimos años. El mayor proyecto que se incorporó fue el de Faplac, en la localidad de Zárate, provincia de Buenos Aires. La capacidad productiva de esta planta es de 208 mil metros cúbicos. Cabe destacar que esta empresa recientemente ha recibido la certificación FSC, a la vez que ya contaba, en la parte industrial, con la certificación de la norma ISO 9002.

Los tableros de partículas o aglomerados tienen una producción anual de 450 mil metros cúbicos y utilizan como materia prima madera de eucalipto, de sauce y de álamo. Los tableros más producidos son aquellos que tienen un espesor de 15, 18, 19 y 16mm en ese orden. Todos ellos de tres capas.

Otro tipo de tableros que se produce en la Argentina son los llamados duros, que son elaborados por la empresa Fiplasto, que tiene su planta industrial en Ramallo, provincia de Buenos Aires. La producción de la empresa, según lo informado al consultor, es de 65 mil metros cúbicos, en tanto que el consumo local es de 30 mil metros cúbicos. El resto es exportado.

Los tableros contrachapados son de dos tipos: fenólicos y ureicos. La producción argentina es de 60 mil metros cúbicos, aunque fue mayor en el pasado. La baja en la producción se vincula con la antigüedad de los equipos, una baja en la demanda y un aumento en la competencia desde Paraguay de tableros con cara externa de maderas nobles. La mayor parte de esta producción se realiza en Misiones en plantas que no superan los 29 mil metros cúbicos anuales. La más importantes son Forestadora Tapebicuá (eucalipto), Queiroz y Henter. Estos dos últimos fabricantes se encuentran Misiones y trabajan tanto con pino como con especies nativas.

Este producto tiene precios muy variables dependiendo de la calidad de su cara externa. Si se trata, por ejemplo, de pino con nudos, el valor es bajo, pero si se trabaja con pino podado, con araucaria o, aún más, con caras de monte nativo, su valor es muy alto y los proyectos radicados en la Argentina se hacen rentables. Esta sería la capacidad de expansión de este capítulo dentro de los tableros.

Tabla 56. Producción de tableros compensados. Año 2001 (m3)

Especies

Total
general

Total
ureicos

Total
fenólicos

Total

52009

30230

21779

Nacionales

51794

30015

21779

Sub-total nativas

5634

4884

750

Cedro

295

232

63

Guatambú amarillo

3972

3972

-

Guayca amarilla

387

220

167

Varias

980

460

520

Sub-total cultivadas

46160

25131

21029

Alamo

21120

21120

-

eucalipto

24291

3262

21029

Paraíso

60

60

-

Pino resinoso

679

679

-

Varias

10

10

-

Importadas

215

215

-

Guatambú

215

215

-

Fuente: SAyDS – Dirección de Bosques. Programa Nacional de Estadística Forestal

La empresa Masisa también está ofreciendo en el mercado interno argentino paneles OSB, pero que no son producidos en el mercado local, sino fabricados por su filial en Brasil. Respecto de este tipo de tableros, que no se producen hoy en la Argentina, debe señalarse que no resuelven el problema de los chips, dado que sólo pueden utilizarse rollos para su elaboración. Además, su bajo valor por unidad de volumen, no lo hace exportable a países distantes por la incidencia del flete.

Además de usarse como materia prima para la elaboración de productos industriales, la madera puede tener un uso como fin energético, que es el punto con el que se va a continuar este trabajo.

4.5 Biomasa con fines energéticos: los biocombustibles

La madera es, en sí, un material combustible y, por lo tanto éste es uno de sus usos posibles, tanto de material extraído del bosque nativo, como de plantaciones.

Los países de América Latina, y Argentina en particular, poseen valiosos recursos forestales, que contribuyen al desarrollo y bienestar de la sociedad; tanto desde el punto de vista ecológico como fuente de diversidad biológica, protección de cuencas hidrográficas, mitigación de cambio climático y hábitat de vida silvestre; como desde el punto de vista socioeconómico a través de la generación de ingresos generando empleo, proveyendo alimentación, combustible y medicinas a las comunidades rurales.

El uso de combustibles de madera en América Latina indica que éstos juegan un papel significativo en la satisfacción de la demanda energética, tanto del sector doméstico (cocción, calefacción, calentamiento de agua), como del sector de pequeñas y medianas industrias rurales. El crecimiento poblacional, particularmente el sector de bajos ingresos, la creciente escasez y suba de los precios de los combustibles sustitutos y el potencial que ofrece el uso de los combustibles de madera como alternativa para reducir el consumo de combustibles fósiles y la emisión de gases efecto invernadero, potencian su relevancia.

4.5.1 Importancia del uso de la madera con fines energéticos

A partir de la crisis del petróleo en los 70´, se inició en el ámbito mundial un proceso de investigación y análisis sobre el uso de biomasa para fines energéticos. Su importancia a escala global se debe a varios factores, entre los que en el Informe sobre Madera para Energía, la ingeniera Arias7 menciona:

Una gran cantidad de personas depende total o parcialmente de los combustibles de madera como fuente de energía, siendo los dendrocombustibles la única o principal fuente de energía para más de la mitad de la población mundial.

Existe una gran variedad de usos energéticos: cocción de alimentos y calefacción doméstica, y para actividades productivas artesanales, industriales y de servicios.

La importancia económica y social de su uso, como generadora de fuentes de empleo e ingresos para poblaciones carecientes y como satisfactora de necesidades básicas.

Cuando los recursos de biomasa son manejados apropiadamente, son totalmente renovables y minimizan la emisión de gases efecto invernadero. Esto es así porque si bien hay emisiones de carbono, éstas se originan en material que fue capturado algunos años atrás. En cambio, cuando lo que se quema son combustibles fósiles, se retira del subsuelo lo ya capturado para reenviarlo a la atmósfera.

La necesidad de su uso como fuente energética con pocas alternativas económicamente viables, ha impulsado, en varios casos, un uso más responsable de los recursos. Como ejemplo, puede citarse lo ya incluido en el capítulo sobre Chaco y Formosa, en el que el manejo del bosque nativo ofrece, como subproducto, leña derivada del ordenamiento para la población local. De hecho, su producción dispersa, cercana a los sitios de consumo la constituyen en una de las fuentes de energía más democráticas y equitativas.

Los combustibles vegetales han constituido históricamente una importante fuente de energía para la generación de electricidad. La utilización como combustible de los residuos derivados de la industria de la madera es el ejemplo típico más representativo del sector. Los motivos principales que han incentivado el uso de estos combustibles en la generación eléctrica son de índole histórica, dado que en el pasado la generación de electricidad utilizando la combinación de caldera, motor a vapor y generador eléctrico era la solución más corriente disponible en el mercado; y técnica, puesto que en la mayoría de los casos había una gran cantidad de combustibles vegetales que estaban disponibles localmente y que constituían una solución rentable (principalmente en las zonas rurales).

Con el correr del tiempo, la penetración de los combustibles derivados del petróleo fue ganando mayor mercado hasta que la crisis energética iniciada en los años 70, y que continuó en los 80, renovó el interés por los biocombustibles.

• Los combustibles biomásicos, si bien han sido progresivamente desplazados por combustibles fósiles, mantienen en la generación de electricidad nichos de mercado importantes, encontrándose diversos sostenedores en el sector público y privado. Entre sus beneficios puede mencionarse que:

• Cuando están disponibles en calidad y cantidad constituyen, en general, una solución energética competitiva con otras alternativas que pueden dar lugar a proyectos rentables.

• La utilización de combustibles vegetales para la generación de electricidad constituye una nueva oportunidad para diversificar los mercados de las materias primas y productos provenientes del sector agrícola y forestal.

• Los fuertes cambios que se están produciendo en el sector energético a raíz de los cambios políticos, legislativos e institucionales (descentralización y desregulación del sector eléctrico) abren nuevas oportunidades a fuentes de energía alternativas; los combustibles biomásicos están en condiciones de competir con las fuentes energéticas convencionales (fósiles, hidra, nuclear, carbón mineral, entre otros).

• Permiten realizar el seguimiento de los mandatos del Programa 21 en lo que se refiere a los aspectos de desarrollo sostenible y protección del medio ambiente.

• Los combustibles biomásicos aptos para la generación de electricidad son muchos y muy diversos. Cada uno de ellos posee propiedades fisicoquímicas especificas que los caracterizan y requieren soluciones tecnológicas particularizadas para su utilización eficiente y confiable.

Existen diversos tipos de biomasa:

• Cultivos energéticos: Son aquellos combustibles derivados de plantaciones y cultivos cuyo principal objetivo es la producción de biomasa con fines energéticos. Actualmente se realiza una importante actividad de investigación y desarrollo en los países industrializados que están buscando alternativas ecológicas a las fuentes energéticas convencionales y una solución para el reciclaje de los excedentes agrícolas (Caso típico de los países europeos).

• Subproductos derivados: Constituyen los residuos; y se clasifican de la siguiente manera:

• Forestales: Son los derivados de la industrialización de la madera, derivados de las operaciones silviculturales y leña propiamente dicha.

• Agroindustriales: Son combustibles sólidos derivados de las operaciones de transformación y procesamiento de materias primas agrícolas, tales como bagazo, cáscaras de arroz, otros.

• Agrícolas: Son derivados de cultivos agrícolas en general, tales como paja, rastrojos, etc.

La utilización de residuos lignocelulósicos para la generación de electricidad está conformada por una cadena de diversas operaciones y procesos unitarios que, aparte de requerir la asistencia de especialistas de diferentes disciplinas, requieren un ajuste particular para su uso confiable y rentable. Esto cubre una serie de aspectos que van desde la generación de electricidad, su suministro y distribución pasando por la conversión de biocombustibles en energía termoeléctrica, la alimentación de los biocombustibles, su preparación adecuada para su uso eficiente, el almacenamiento, transporte, recolección y preparación. De hecho, por ejemplo, el proceso kraft para la fabricación de pastas, por intermedio del llamado licor negro, derivado de la lignina de la madera, usa ese combustible para proveer energía en el mismo proceso.

De la cadena de procesos requeridos para la generación de biowatts, resultan importantes los aspectos relativos que van desde la conversión a la producción de los biocombustibles, tales como:

• Aspectos técnicos: Cubren una serie de tecnologías desarrolladas para la efectiva y racional utilización de los combustibles biomásicos, para la generación de electricidad que incluye operaciones unitarias relacionadas con la producción (y el cultivo); la preparación, el almacenamiento, el transporte, el abastecimiento y suministro y la conversión de biocombustibles.

• Aspectos económicos: Son necesarios para la selección y adopción de este tipo de proyectos. Determinan la inversión inicial y los costos de operación.

De acuerdo con los valores de mercado del año 2000, es más barato producir energía sobre la base de gas que sobre la base de leña. Sin embargo, si se considera que el material utilizado como combustible, la leña originada en raleos y chips, es un descarte que, incluso, puede generar costos para su eliminación, esta evaluación se hace menos negativa. Si, además, se agregan los factores relacionados con el mejoramiento del ciclo de los gases de efecto invernadero, las desventajas disminuyen aún más8.

Una evaluación económica que comparó la posibilidad de utilizar residuos de bosques de cedro en Canadá en una planta que permita recuperar vapor, que requiere baja inversión de capital, y otra de ciclo combinado de vapor y energía, que permita la generación de electricidad, mostró que la segunda opción era la más rentable.

En la Tabla 57 se incluyen los requerimientos de capital para ambas opciones; en la Tabla 58 se detallan los ingresos y gastos operativos para el quinto año y en la Tabla 59 se especifican los índices de rentabilidad.

Tabla 57. Requerimientos de capital para planta de generación eléctrica con biomasa

Componente

Vapor, $CDN

Combinado, $CDN

Capital para la planta

$8,517,000

$10,116,000

Planta de transmisión

$150,000

$150,000

Sistema comunitario

$1,989,000

$1,989,000

Total de capital

$10,656,000

$12,255,000

Fuente: CITY OF REVELSTOKE

Tabla 58. Ingresos operativos para la planta de generación eléctrica con biomasa

Conceptos para año 5

Vapor, $CDN

Combinado, $CDN

Ingresos

$987,000

$2,051,000

Costos de operación y mantenimiento

$536,000

$921,000

Ingreso operativo neto

$451,000

$1,130,000

Fuente: CITY OF REVELSTOKE

Tabla 59. Indicadores de rentabilidad de generación eléctrica con biomasa

Concepto

Vapor

Combinado

Repago

21

10

ROI

% 1.8%

11.6%

Valor presente MM$

-$4.153

$3.634

Tasa de cobertura

0.3

1.4

Fuente: CITY OF REVELSTOKE

Para los estándares de rentabilidad de la empresa de energía canadiense en British Columbia, el rango de rentabilidad aceptable para proyectos eléctricos es de entre 8 y 12%, ubicándose este proyecto en la parte superior del rango para la alternativa de ciclo combinado. Se agrega, como comentario, que en este caso había un contrato posible de compra de largo plazo de la energía abastecida por la planta.

Una vez incluido este detalle ilustrativo, se continúa con los otros aspectos que se pueden tener en cuenta.

• Aspectos socio-económicos: La utilización de combustibles lignocelulósicos tiene una serie de implicancias socioeconómicas muy importantes en dos niveles diferentes. A nivel macro por la decisión de utilizar energía convencional o generar la propia electricidad a partir de residuos constituye una política, por lo que significa en cuanto a la redistribución de la renta local, la rentabilidad de actividades rurales asociadas derivadas del uso de subproductos agroforestales, y la diversificación de las actividades rurales con la consiguiente apertura de nuevos mercados. A nivel micro por la generación de empleo e ingresos con beneficios para la comunidad donde está ubicado el proyecto.

• Aspectos ambientales: Son múltiples y variados, se pueden dividir en tres niveles principales: en el nivel local se resuelve el problema de eliminación de residuos que ocasiona molestias y contaminación de diverso tipo; en el nivel zonal permiten proteger ríos y corrientes de aguas utilizadas por las comunidades de la zona; en el nivel global están relacionados con aspectos de contaminación del aire.

La importancia desde el punto de vista de disminuir gases de efecto invernadero, se puede volcar en la ilustración que se incluye a continuación, que es muy gráfica.

Ilustración 39. Ciclo simplificado del carbono en la bioenergía

Fuente: Trade Association of the UK bioenergy industry.

4.5.2 Principales Limitaciones: Problemas de Información y Aspectos Institucionales

El estado actual de los procesos de recolección de datos sobre combustibles de madera, indica que la información disponible es insuficiente y en general poco confiable. Ello es debido a que no se han instrumentado a nivel nacional y provincial mecanismos que garanticen la calidad y la continuidad de los datos recolectados, produciéndose de esa forma subestimaciones estadísticas significativas y disminuciones en la cobertura de los datos recogidos. Para solucionar estas deficiencias es necesario definir en forma conjunta, Nación y provincias, mecanismos únicos de captación que tengan carácter obligatorio.

La falta o incoherencia de la información impide a los países realizar un diagnóstico acabado de la situación del sector, imposibilitando las actividades de planificación para la adopción de políticas sectoriales que contribuyan al manejo forestal sostenible, de las cuales el uso de combustibles forestales constituye un componente importante.

Paradójicamente, una de las fuentes energéticas más importantes en los países en vías de desarrollo, los combustibles de madera, son los menos conocidos, estando poco y mal representados en las estadísticas nacionales, al margen de la economía formal, carente de marco legal y normativo adecuado, generalmente ausente de políticas de inversión y desarrollo.

Tal como lo indica la Licenciada Esper9 en su informe sobre combustibles forestales, el tema de la confiabilidad de la información está estrechamente ligado a los mecanismos de captación de los datos estadísticos de leña, carbón y sus procesos de validación.

La producción de las Estadísticas Forestales en las que se incluyen los combustibles forestales es competencia de organismos oficiales específicos, que integran el Sistema Estadístico Nacional, cuya coordinación está a cargo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Históricamente los datos sobre leña y carbón, tanto del bosque nativo como cultivado, fueron responsabilidad del Instituto Forestal Nacional (IFONA) hasta su disolución en el año 1991. En la actualidad la producción de datos estadísticos del sector primario para bosque nativo es competencia de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS), a través del Programa Nacional de Estadística Forestal, mientras que el bosque cultivado es responsabilidad de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) a través del área de Economía e Información.

La división oficial existente en la producción de los datos estadísticos se resolvió utilizando en ambos organismos los mismos criterios en el proceso de recolección tanto en las planillas para productos primarios, como en los formularios que sirven para obtener las estadísticas industriales. Los datos referidos al comercio exterior son proporcionados por la Dirección Nacional de Estadísticas del Sector Externo del INDEC.

Por su parte, los datos estadísticos del sector primario son suministrados por los Servicios Forestales Provinciales y la Administración de Parques Nacionales. Las oscilaciones numéricas observadas en las series de datos no permiten garantizar la confiabilidad permanente de los mismos, por lo que se recomienda instrumentar mecanismos de captación únicos y con carácter obligatorio.

Otra limitación corresponde al hecho de que la información que se obtiene del sector primario se refiere a la producción de madera y no está diseñada con fines energéticos. En cuanto al sector industrial, la información se obtiene a través del Censo Anual de la Industria de la Madera que se realiza a empresas privadas del sector forestal, sin incluir el formulario información detallada sobre combustibles forestales, por lo que también es escasa la información industrial referida a la utilización de combustibles vegetales con fines energéticos

En resumen, de acuerdo a la evaluación de los expertos sobre la materia convocados por la FAO10, las principales limitaciones se deben a deficiencias de información y problemas de articulación institucional, atribuibles mayormente al desinterés político e institucional sobre el tema. La información estadística dendroenergética es deficiente porque es poco confiable, es escasa, deslocalizada y no actualizada. Hay una fuerte falta de interés en el ámbito institucional y político por generar información sobre bioenergía. En la captura de información no se considera la importancia socioeconómica de este tipo de combustibles. Tampoco hay una adecuada cuantificación en las cuentas nacionales sobre la actividad forestal, siendo que sólo se cuantifica el sector primario y los productos madereros, sin considerar los servicios ambientales del bosque. También observan una insuficiente o inexistente coordinación interinstitucional e intersectorial, debida principalmente a una falta de acuerdos de trabajo en conjunto ente el sector energético y el forestal, duplicidad en la captación de datos y ausencia de armonización de métodos de relevamiento y procesamiento.

A los factores mencionados se suma la falta de recursos económicos suficientes y humanos calificados, desestimación de la importancia debida a los sectores informales que producen fuertes sesgos en la información, la discontinuidad de los programas por cambios en los gobiernos (por ausencia de memoria institucional), escasez de instrumentos metodológicos que utilicen la información para la planificación y toma de decisiones sobre asuntos dendroenergéticos y la falta de coordinación en las instituciones ligadas a la obtención de datos.

4.5.3 Análisis de las series disponibles de leña y carbón

De acuerdo a las consideraciones de la Licenciada Esper11, a estos productos no se les ha asignado la debida importancia en cuanto a compilación de información, homologación de mecanismos para capturarlos y procesarlos, análisis y divulgación para la toma de decisiones y definición de políticas de desarrollo, que contribuyan al bienestar socioeconómico del país y la región.

Cabe mencionar que, dentro del bosque nativo la actividad no registrada se presume que es alta, aunque existen escasos datos para sostener conclusiones precisas. La AFIP en el 2000, realizó un estudio sobre carbón vegetal cuya finalidad era estimar el nivel de evasión que registraba en la cadena, desde su elaboración hasta la comercialización. Este estudio, que es incluido en el capítulo de Chaco y Formosa, muestra que hay importantes niveles de subestimación del consumo.

Es pertinente aclarar que las importantes oscilaciones que se observan en las series de las especies cultivadas, en general son atribuibles a la falta de información por no procesar las guías forestales en las provincias que se acogen al Régimen de Promoción

Datos sobre Leña

En Argentina la importancia de la leña con relación a los demás productos forestales es alta, siendo el segundo en orden de importancia. Sin embargo, es uno de los países latinoamericanos con menor consumo per cápita de leña, a pesar de los cuantiosos volúmenes de leña y residuos que se dilapidan en los procesos de extracción, como en la extracción de madera, leña y residuos de la forestación que se queman sin aprovechamiento a fin de ampliar la frontera agropecuaria, con impacto negativo sobre los ecosistemas intervenidos. El Proyecto Biomasa Forestal del ex IFONA, estimó el recurso dendroenergético en 1987 de la siguiente forma:

En los 34 millones de hectáreas de bosques se pueden producir 10 millones de toneladas de dendroproductos. De ese total 2.8 millones corresponden a bosques energéticos y 9.2 millones a maderables, de los cuales 5.2 millones no tienen destino establecido, 3 millones para residuos forestales y 1 millón de rollizos industrializados. El proceso industrial, suponiendo una eficacia del 50%, genera unas 500.000 toneladas de residuos.

Del análisis se observa que Argentina es un país que se autoabastece de leña, es decir consume lo que produce, sin tener relevancia su comercio exterior. Sin embargo, la participación del total comercializado de leña en el total de transacciones forestales es escasa (0.027% mayor registro).

Tabla 60. Producción y consumo aparente de leña

La participación en el total del período fue de un 74% en las especies nativas y un 26% en las cultivadas. El mantenimiento del incremento en los niveles de extracción de especies nativas deberá en el futuro ir acompañado de políticas que protejan al bosque nativo, a fin de preservar el recurso.

Tabla 61. Producción de leña por especie

En cuanto al grado de participación de las jurisdicciones, la mayor participación está concentrada en las provincias de Chaco (36.8%), Buenos Aires (3.2%), Jujuy (10%) y San Luis (6%); concentrando estas provincias el 66% de las extracciones de leña del bosque.

Datos sobre Carbón

En el análisis de la serie se observa que el carbón es un producto excedente en Argentina, lo que indica que el país no solo se abastece consumiendo todo lo que produce sino que puede exportar. Sin embargo, la participación del total comercializado de carbón en el total de las transacciones forestales es poco significativa, siendo el mayor registro del 0.89%.

Tabla 62. Producción y consumo aparente de carbón

En cuanto al grado de participación de las jurisdicciones, la mayor participación está concentrada en las provincias de Santiago del Estero (36.2%), Chaco (27.9%), Buenos Aires (8.6%), y Salta (5.9%), concentrando estas provincias el 79% de las extracciones de carbón.

4.5.4 Estudio de Caso Sobre el Potencial de los Combustibles Vegetales como Recurso Energético

Se incluirá un detalle de un estudio realizado sobre hogares en Santiago del Estero en 1992, dado que se lo considera altamente significativo.

Resultados de la encuesta domiciliaria de consumo de leña en Santiago del Estero, Argentina en 1992, por la Universidad de Santiago del Estero

Este estudio, como su título lo indica, se destinó a analizar el consumo de leña en los hogares de Santiago del Estero en el año 1992.

En cuanto a las características de los hogares, cabe mencionar que el porcentaje total de niños en la población es de 47 %, de los cuales están afectados a la búsqueda de leña el 32 %. Además el 73% de los hogares corresponde a familias numerosas (más de 5 miembros). El jefe de la familia es de sexo masculino en un 91%. El abastecimiento de leña a través de la recolección es una tarea donde los hombres tienen la mayor responsabilidad, aunque también existe una participación importante de las mujeres y niños.

La mitad de la población encuestada manifestó tener PROBLEMAS DE LEÑA, indicado como tales, en orden de importancia: "SE VA MÁS LEJOS A BUSCAR", "SE ESTÁ ACABANDO" y "NO HAY QUIÉN CORTE". Cuando fueron consultados sobre qué harían en el caso de que se terminara la leña, las respuestas fueron NO SÉ (51,1 %), USAR CARBÓN (27,3 %), USAR GAS (18,2 %). El 100 % manifestó querer un brasero que ahorra leña.

La especie de mayor preferencia como leña en Santiago del Estero es la TUSCA (Acacia aroma) que es la especie de mayor aprovechamiento. Por su parte, de escasa utilización son el quebracho, el mistol, el ancoche, la afata, la jarilla, el garabato y el piquillín. El 100 % de la población reconoce las especies que utiliza y las identifica por las siguientes cualidades: "ARDE Y DURA MAS", "NO HAY OTRA PARA CORTAR", "NO DA HUMO", o "DA MAS BRASAS".

En cuanto a los USOS DE LA LEÑA, el 100% manifestó utilizarlas para cocinar, el 97% para calentar agua y el 48.5% para calefacción. El consumo de leña en Kg./día/per-cápita registra en promedio en Almirante Brown = 0,993, en Los Coi = 1,182, y en Solís = 1,424, siendo el promedio general de 1,163 Kg / día por persona, observándose un valor máximo = 2,435 y un valor mínimo = 0,339 Kg / día por persona.

La obtención de leña es principalmente a través del autoabastecimiento. El promedio de distancia recorrida a la zona de recolección es de 1890 metros. El sistema de corte utilizado es el machete y/o hacha. La mayor frecuencia de corte es de 1 a 3 veces por semana.

También las familias manifestaron usar otros combustibles, tales como carbón vegetal (48,5 %), gas envasado (30,3 %), gas oil (18,2 %) y kerosene (3,4 %).

Las aplicaciones del combustible de madera son: Iluminación 33,3 %; Cocinar 30,3 %; Encendido de fuegos 21,2 %; Calefacción 9,1 %; Calentar agua 9,1 %; Cocinar cuando llueve 6,1 %.

En cuanto al servicio de electricidad, el 51.5% indicó no disponer del mismo. Así el 69,7 % no dispone de heladera para conservar los alimentos. Por su parte, el agua potable se obtiene en un 50% de los casos de grifo público. El 48.5% tiene problemas en la provisión de agua potable.

El 73 % de los hogares utiliza un fuego único para cocinar, con fogón de tres piedras al aire libre, siendo las marmitas de 15 a 30 cm. de diámetro. En cuanto a la eficiencia estimada en el ámbito de dispositivos de combustión cabe mencionar que:

• Existen dos tipos básicos de fogón: 3 piedras al aire libre y “hornito” de barro. Los fogones tienen la función complementaria de generar humo en las trojes que están en las cocinas para evitar las plagas de los granos y de la madera. Sin embargo, ello acarrea serios problemas de salud a las familias, que inhalan altas concentraciones de humo, con especial impacto en la salud de las mujeres.

• En el fogón tipo “hornito” de barro se consume 30% menos leña que el fogón de 3 piedras, por lo que debe considerarse como una alternativa de difusión con aquellas familias que carecen de tierras para la extracción de leña

4.5.5 Consideraciones finales y Perspectivas

La disponibilidad de la información sobre bosques y recursos forestales constituye una condición indispensable para el manejo forestal sostenible, y en general para el desarrollo forestal, basado en políticas claras y contrapesadas desde el punto de vista económico, ambiental y social. La cobertura y calidad actual de la información forestal, ya sea por inconsistencias en los métodos de recolección y procesamiento de datos o por desinterés institucional que implica ausencia de coordinación interinstitucional e intersectorial, no es lo suficientemente buena como para alimentar los procesos de toma de decisiones.

Los estudios realizados muestran que en los recursos forestales contribuyen en buena medida a abastecer la demanda energética y tienen un potencial mucho mayor aún no utilizado. Por cada tonelada de rollos que llega a los aserraderos, alrededor del 16% es corteza y aserrín, y el aprovechamiento integral de los mismos para producir energía podría ayudar a mejorar la productividad y competitividad de la industria con base forestal.

De acuerdo a las conclusiones generales que se incluyen en la presentación especial de la Licenciada Norma Esper “La confiabilidad de la información en los Sistemas de Información Forestal aplicado a la dendroenergía” en ocasión del Taller “Información sobre Madera para Energía en América Latina”, se concluye que para resolver la actual problemática sobre los combustibles vegetales y desarrollar su potencial socio-económico y ambiental, Argentina debe:

• Incluir la recopilación, análisis y divulgación de las estadísticas de combustibles forestales como instrumento para la toma de decisiones y definición de políticas de desarrollo

• Compatibilizar los intereses estadísticos nacionales y provinciales para garantizar la producción continua y confiable de datos estadísticos

• Medir la contribución de madera para combustible en el desarrollo de las economías regionales

• Sistematizar la captura de datos, unificando conceptos y criterios e instrumentos de recolección

• Mejorar la información industrial de combustibles forestales con fines energéticos

• Realizar estudios para determinar el uso y destino de combustibles vegetales, y precisar el consumo doméstico urbano y rural

• Integrar la información obtenida a través de las áreas de competencia con la Secretaría de Energía y el INDEC

Además, se insiste en que el hecho de que en algunas cuencas haya una importante oferta potencial de chips y residuos de madera superior a la demanda proyectada, hace que la generación de energía eléctrica sobre la base de esta materia prima sea más atractiva que en otras ocasiones. El cálculo incluido, proveniente de otra zona forestal de importancia: Canadá, muestra que las plantas de ciclo combinado pueden ser rentables.

Por otro lado, como se mencionara en el capítulo de Chaco y Formosa, dentro del ordenamiento del bosque nativo, surge como subproducto material combustible que el poblador local aprecia como fuente energética.

Existe, entonces, un potencial que es difícil de medir por la falta de estadísticas, pero que es concreto y real.

4.6 Conexiones del sector con el resto del aparato productivo. Matriz de insumo producto

El desarrollo del sector forestal y sus industrias tiene un impacto en la economía hacia delante (abastece más productos a más sectores que los pueden demandar) y hacia atrás, mediante la demanda de más insumos para elaborar más metros cúbicos de tableros. Para el análisis de este tipo de encadenamientos productivos, en el nivel macroeconómico, se cuenta con las matrices de insumo-producto (MIP)

La MIP es un registro ordenado de las transacciones entre los sectores productivos orientadas a la satisfacción de bienes para la demanda final, así como de bienes intermedios que se compran y venden entre sí. De esta manera se puede ilustrar la interrelación entre los diversos sectores productivos y los impactos directos e indirectos que tiene sobre estos un incremento en la demanda final. Así, la MIP permite cuantificar el incremento de la producción de todos los sectores, derivado del aumento de uno de ellos en particular.

Lo primero que se va a incluir, en la tabla siguiente, es la que muestra las transacciones intersectoriales. Es un cuadro de doble entrada en donde cada sector productivo figura en las filas y en las columnas. En las filas, figuran las ventas que los sectores realizan tanto para el consumo intermedio como para la demanda final. Los bienes y servicios destinados al consumo intermedio son los que se insumen en el proceso de elaboración de otros bienes mientras que los asignados a la demanda final son los que no sufren una transformación ulterior durante el período de cómputo. Los bienes finales comprenden el consumo de las familias, el consumo del gobierno, la inversión bruta interna y las exportaciones. La suma de ambos destinos (intermedio y final) de los bienes y servicios de cada sector representa su valor de producción.

Luego, en la tabla, se incorpora el valor agregado por cada sector, que excede a las compras internas entre sectores. Como complemento para tener en cuenta la relación con las proyecciones realizadas que están vinculadas con el PBI, la suma de los valores agregados de los sectores son los que componen el PBI.

Tabla 63. Matriz de insumo producto del sector forestal para transacciones intersectoriales (miles de pesos de 1997)

   

Cons-trucción

Comercio minorista

Muebles y colchones

Servicios a las empresas y profesionales

Impresiones y reproducción de grabaciones

Comercio mayorista

Madera y sus productos

Papel y cartón ondulado y envases de papel y cartón

Productos de papel y cartón

Institu-ciones Finan-cieras

Servicios personales

Actividad de asocia-ciones

Aserra-deros

Productos lácteos

Salud humana privada

Edición de periódicos y revistas

10

Silvicultura y extracción de madera

409

-

229

-

-

-

82.916

173

-

-

733

-

114.214

-

-

-

40

Aserraderos

373.109

-

77.958

-

3

-

277.935

2.673

1.511

-

-

-

54.934

-

-

-

41

Madera y sus productos

628.339

37.774

452.480

117

1.044

22.757

13.907

1.209

23

-

-

2.216

-

99

-

0

42

Celulosa y papel

-

-

-

-

126.482

-

-

296.928

307.768

-

-

-

-

-

-

34.431

43

Papel y cartón ondulado y envases de papel y cartón

-

338.825

-

-

683

204.125

-

2.855

574

-

-

-

-

142.242

-

17.559

44

Productos de papel y cartón

46.416

8.662

11.560

140.249

731

5.000

683

10.012

7.213

22.921

29.795

39.892

386

-

6.934

650

45

Edición de libros, folletos, grabaciones y otras ediciones

-

8.426

5

108.257

10.618

5.076

2

1

1

4.427

14

8.365

1

4

55.786

2.773

46

Edición de periódicos y revistas

-

136.518

6.202

74.888

12.541

82.616

1.399

1.247

8.532

106.311

78.522

50.875

520

17.371

62.631

44.320

47

Impresiones y reproducción de grabaciones

-

171.275

2.305

168.535

331.846

104.137

916

36.057

3.518

85.909

89.131

86.578

1.144

6.273

27.771

48.247

   

1.048.273

701.480

550.740

492.045

483.946

423.712

377.758

351.154

329.140

219.568

198.195

187.925

171.198

165.990

153.123

147.980

Fuente: INDEC, BCRA y CEPAL

En la tabla que se expone se puede visualizar a qué sectores, dentro del mercado interno y en 1997, los integrantes del sector forestal le venden sus productos. Por ejemplo, el sector de la construcción (columna 3 del cuadro) se observa que compra bienes por 373 millones de pesos al sector del aserrío y 628 al sector de la madera y sus productos. Una duplicación del sector de la construcción duplicaría la demanda hacia estos sectores.

Por su parte, por ejemplo, el sector del comercio minorista compra al de papel y cartón ondulado 338 millones de pesos. Así se han incluido los 16 sectores más importantes teniendo en cuenta el importe de compra total, sobre un total de 124 sectores.

Otra herramienta disponible y muy útil para la planificación, es la que se vuelca en la tabla siguiente.

Tabla 64. Matriz de generación del ingreso y puestos de trabajo (valores en miles de pesos o puestos de trabajo). 1997.

Fuente: BCRA, INDEC y CEPAL.Nota: 1) Incluye impuestos netos de subsidios sobre la producción.En esta tabla lo que se hace es colocar en las columnas, por habérselos seleccionado, a aquellos sectores que forman parte de la actividad forestal. Se incluye, como dato de interés, el valor agregado bruto de cada sector y su participación sobre el total. Entonces, sobre la base de los datos de la MIP de 1997, el sector forestal abarca un 1.75% del valor agregado bruto de la Argentina. El total de sueldos alcanzaría a los 2 mil millones de pesos, lo que incluiría tanto a los registrados como una estimación de los no registrados. Por último, según estos datos, la cantidad de puestos de trabajos totales sería 235 mil.

Forma parte de esta metodología, también, lo que hace a exportaciones. Este dato se incluye en la Tabla 65 y forma parte, en realidad, de otras columnas de la tabla incluida anteriormente que detallaba las compras entre sectores.

Tabla 65. Exportaciones de los sectores forestales en la matriz de insumo producto

Insumo

EXPORTACIONES

 

Bienes

Servicios

Total

Silvicultura y extracción de madera

30.563

-

30.563

Aserraderos

16.408

-

16.408

Madera y sus productos

82.698

-

82.698

Celulosa y papel

62.756

-

62.756

Papel y cartón ondulado y envases de papel y cartón

226.829

-

226.829

Productos de papel y cartón

707

-

707

Edición de libros, folletos, grabaciones y otras ediciones

4.469

1.638

6.107

Edición de periódicos y revistas

34.238

201

34.439

Impresiones y reproducción de grabaciones

75.678

2.039

77.717

Fuente: BCRA, INDEC y CEPAL.

Como fuera señalado en el capítulo 5.2.2, Ejercicio de proyección sin techo de demanda a partir del año 6 de planificación (2009) y plantaciones de 40 mil hectáreas de la página 29 y en el siguiente, la mayor oferta maderera esperable de la Argentina, de industrializarse en su totalidad, debiera encontrar como destino el mercado externo. Entonces, esa mayor producción del sector se colocaría dentro de la MIP en la zona que se incluye en la Tabla 65.

El otro costado que analiza la MIP es la demanda que tienen los sectores industriales del área forestal sobre los otros. Esto logra verse técnicamente como las columnas de la matriz de coeficientes de requerimientos directos (o de coeficientes técnicos). Esta matriz es una derivación simple de la tabla de transacciones intersectoriales. Se obtiene dividiendo los componentes del consumo intermedio y valor agregado de cada sector por su correspondiente valor de producción. Expresa los requerimientos directos de insumos o valor agregado del sector que figura en el cabezal de la columna. Entonces, si la producción de pulpa crece al doble, todos los requerimientos se elevarán al doble. Debe destacarse que esta metodología sólo se usa para conocer los requerimientos.

Por ejemplo, en la Tabla 66 se incluyen los requerimientos del sector de aserraderos sobre el total de la economía. Se incluyeron en la misma los sectores más importantes. Aunque no está en la tabla incorporada en este trabajo, se aclara que las transacciones intersectoriales en el caso de los aserraderos explican un 34.36%. El restante 65.64% es valor agregado.

Nótese lo claro que queda reflejado en la matriz el fuerte peso que tiene el transporte de carga para el sector. Es, de hecho, el principal insumo para el sector; incluso, más importante que la silvicultura y la extracción de madera, que ocupa el segundo lugar. En pesos de 1997 se está hablando de 116 millones de pesos para el transporte y 114 millones para la madera y la silvicultura. Por su parte, la electricidad, que es un insumo importante para la industria, representa 15 millones de pesos. Entonces, si se triplica la producción del aserrío, la demanda del transporte en cada una de las regiones geográficas va a crecer en forma dramática. A la hora de hacer una planificación nacional, este hecho debiera quedar muy claramente de manifiesto.

Tabla 66. Requerimientos del sector aserrío (miles de pesos de 1997)

Sectores industriales

Aserraderos

Transporte terrestre de carga

115.977

Silvicultura y extracción de madera

114.214

Aserraderos

54.934

Comercio mayorista

27.260

Química básica

22.894

Electricidad

15.344

Otros productos químicos

13.031

Servicios a las empresas y profesionales

12.293

Comercio minorista

11.493

Instituciones Financieras

9.246

Refinación de petróleo

7.775

Engranajes, hornos, elevadores y otras maquinarias de uso general

7.158

Actividades inmobiliarias

4.941

Fuente: BCRA, INDEC y CEPAL.

En el caso de la industria de celulosa y papel puede ser llamativa la importancia del rubro comercio mayorista como el más importante. Sin embargo, es probable que el recorte de papel quede incluido dentro de ese rubro y, siendo el principal recurso fibroso del sector a mediados de la década del 90, su nivel de preponderancia se hace claro. Luego, la presencia de azúcar está vinculado con la utilización de bagazo para la producción de papeles en Jujuy (Ledesma) y Tucumán (Papel del Tucumán). Luego, se encuentran silvicultura y celulosa y papel, que, sumados, tienen un nivel similar al del recorte. Al mismo tiempo, debe recordarse que la exportación es un sector en si mismo y que la presencia de las exportaciones de celulosa se ven manifestadas en esa fila de la matriz.

Nótese, nuevamente, la importancia del rubro transporte terrestre de carga que en 1997 alcanzó a los 73 millones de pesos.

Tabla 67. Requerimientos del sector de celulosa y papel (miles de pesos de 1997)

Sectores industriales

Celulosa y Papel

Comercio mayorista

81.629

Transporte terrestre de carga

73.232

Azúcar

56.514

Silvicultura y extracción de madera

44.861

Celulosa y papel

40.100

Servicios a las empresas y profesionales

37.617

Electricidad

32.839

Química básica

28.577

Gas

28.264

Otros productos químicos

21.228

Fabricación de productos textiles

12.875

Servicios personales, de reparación, actividades deportivas y de esparcimiento

10.990

Fuente: BCRA, INDEC y CEPAL

En síntesis, se ha intentado mostrar estructuralmente en esta parte final lo que implica el crecimiento de la economía sobre el sector forestal y lo que implica el sector forestal hacia las dos puntas: hacia las ventas (sean mercado interno o exportación) o como demanda de materiales.

Se insiste en que se está exponiendo una mecánica de trabajo y que la misma, por la profundidad que implicaría su desarrollo total, justificaría un trabajo en sí mismo.

Sirve, también, para analizar los cuellos de botella extra sectoriales con que se podría encontrar la Argentina en caso de lograr finalmente tener un desarrollo acorde a sus potencialidades en la forestoindustria.

Adicionalmente, debe tenerse en cuenta, como se ve en la Tabla 68, que la MIP es una foto de un momento de la industria, que debe ser actualizada continuamente. Por ejemplo, la productividad en el sector forestal entre los años 1993 y 2000 fue tal que, en el caso de papel, por ejemplo, la producción aumentó un 18 por ciento, en tanto que la cantidad de obreros ocupados descendió en un 35%. En la industria del aserrío la mejora, si bien fue menor, es de destacar para un período tan corto: con un volumen físico muy parecido en la producción, el empleo cayó en un 21 por ciento. Es decir, la industria de la madera estuvo más cerca del promedio de mejora de productividad señalado para el nivel general de la industria, en tanto que la industria del papel tuvo una mejora muy por encima del promedio.

Tabla 68. Productividad en el sector forestal. 1993-2000

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC.

Podría tender a pensarse que este fue un fenómeno asociado al gran cambio estructural que vivió la Argentina, pero si se observa lo ocurrido entre los años 1950-1973 se comprende que es un fenómeno que no se detiene en el tiempo. Sin embargo, en la Tabla 69 se puede ver que el nivel general tuvo el mejor desempeño, seguido por la industria de la madera y finalmente el papel. En este sentido, puede ser mencionado que hacia la década del 60 Argentina era el productor líder latinoamericano de papel. Este bien puede ser un indicador de dónde quedó estancada su capacidad de liderazgo: en la pérdida de competitividad.

Tabla 69. Productividad en el sector forestal. 1950-1973

Fuente: Elaboración propia sobre la base del BCRA.

El potencial industrial argentino es indiscutible. Su mayor limitación es la escasez de capacidad de inversión de capitales argentinos o la reticencia de capitales extranjeros para introducirse en el país, aún a pesar de las enormes ventajas competitivas.

Queda claro, asimismo, que el motor de desarrollo de este sector es la exportación. El mercado interno argentino es insuficiente para el nivel productivo y competitivo que puede tener este sector.

Justamente, se pasa ahora a tratar el tema de comercio exterior.

4.7 Conclusiones

Argentina ya tiene un importante desarrollo industrial sectorial que pasó por varias etapas y en cada una superó a la anterior. El desarrollo del total del país está diferenciado por distintos volúmenes posibles de alcanzar y por distintos estadios de perfeccionamiento en el grado industrial. Misiones, ha sido pionera tanto en lo que respecta a monte nativo como a monte implantado. Esto último no es de extrañarse, no sólo por el accionar de los pioneros que pensaron que se podían plantar árboles en esas tierras, sino porque de alguna manera la idiosincrasia de la provincia se acercó más a las explotaciones de largo plazo.

Corrientes y Entre Ríos van camino a ser, cada una de ellas, cuencas importantes con líderes regionales muy claros y un cluster que se va gestando en forma cada vez más clara. El Delta del Paraná puede ser el caso paradójico del retroceso respecto de lo que alguna vez se pensó podía ser su potencial. Pero en este sentido queda por esperar la potencialidad de la madera de sauce híbrido y álamo con fines de valor agregado. En el sur, asimismo, existen polos, especialmente de álamo, que pueden ser expandidos.

Desde un punto de vista sectorial, la celulosa y el papel se han desarrollado en primer lugar, dando lugar a que en varias regiones, en segundo término, se desarrollase luego una industria del aserradero competitiva. Los tableros, sean provenientes del debobinado o del triturado, también se han desarrollado en forma competitiva, mereciéndose destacar el importante incremento de capacidad y producción que hubo en el último quinquenio.

Es decir, que están sentadas las bases para que se alcancen nuevos escalones en el desarrollo sectorial, más aún cuando la oferta de madera disponible, sea del ordenamiento del bosque nativo usado en forma sustentable, o de las importantes cuencas forestales de especies exóticas que se están formando, va a dar un fuerte impulso a la posibilidad de conversión industrial.

Pero esta conversión industrial, basada en las ventajas competitivas, no puede dejar de lado, en primer lugar, el análisis de los mercados en los cuales se va a pretender insertar esta producción. Este es el capítulo que se analiza a continuación.

7 Arias Teresita. Guía para estudios de demanda, oferta y abastecimiento de combustibles de madera. Documento perteneciente al del taller “Información sobre madera para energía en América Latina”, Información para el desarrollo forestal sostenible, FAO Enero de 2002
8 Graef et. Al. Feasibility Study of A Biomass Power Plant Cofired with Natural Gas for the Village of Angel Fire, New Mexico 2000
9 Esper Norma. Estudio de casos sobre combustibles forestales. Proyecto información y análisis para el manejo forestal sostenible (GCP/RLA/133/EC). Documento perteneciente al Informe sobre el Estado de la Información Forestal en Argentina, Información para el desarrollo forestal sostenible, FAO, Diciembre 2001
10 Conclusiones del taller “Información sobre madera para energía en América Latina”, Información para el desarrollo forestal sostenible, FAO Enero de 2002
11 Esper Norma. Diciembre 2001. Op. Cit.

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