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Factores ambientales


Efectos de la temperatura

La temperatura afecta la tasa de desarrollo de la planta a través de sus distintas fases (pág. 8) y la producción de hojas, tallos y otros componentes. Todos los procesos fisiológicos de la planta ocurren más rápidamente a medida que la temperatura aumenta entre una temperatura base y una temperatura óptima (pág. 91); más adelante se discute la estimación de estos efectos (pág. 91). Un buen manejo del cultivo puede contrarrestar más fácilmente los efectos negativos de las altas temperaturas que los de las bajas temperaturas, especialmente de las heladas.

Helada en un cultivo

AF van Herwaarden

Temperaturas bajas

A medida que desciende la temperatura el desarrollo se hace más lento. Si las temperaturas son lo suficientemente bajas como para llegar a helar, puede producirse un daño severo en los tejidos jóvenes; por ejemplo, los tallos vegetativos pueden morir a -5°C. Dos o más heladas consecutivas durante el período que va desde la emergencia de las espigas (Z5.1) hasta el inicio del llenado del grano (Z7.1), pueden tener consecuencias graves sobre el rendimiento. Temperaturas de 1,5°C registradas en la casilla meteorológica (pág. 90) a 1,5 m del suelo son lo suficientemente bajas como para producir daños ya que equivalen a 0°C sobre la superficie del cultivo. Una sola noche con helada durante este período puede no ser decisiva para la planta porque puede que sólo mueran los tejidos nuevos que están expuestos al aire; por ejemplo, como en las espigas con bandas de espiguillas muertas. Después de su exposición al aire todos los tejidos se vuelven más resistentes.

Bandas de espiguillas heladas

AF van Herwaarden

¿Son las heladas, o las bajas temperaturas, un problema?

Buscar plantas en estado vegetativo con tallos muertos. Las temperaturas han llegado muy por debajo de -5 °C. Esto ocurre solamente en altas latitudes y altitudes, y en regiones con cambios extremos de temperaturas entre las estaciones y entre el día y la noche. Una franja de color más claro a lo ancho de las hojas en crecimiento es un síntoma de heladas suaves y desaparecerá cuando envejezcan las hojas. Por otro lado, la fotosíntesis de la planta (pág. 100) disminuye y el crecimiento se puede detener por uno o dos días después de las heladas.



Desde la emergencia de las espigas hasta el llenado del grano, buscar una o varias bandas en la espiga (ver fotografía pág. 27). ¿Están las espiguillas vacías? ¿Están las bandas en una posición similar en muchas espigas? Cada pequeña banda es causada por una helada.



Buscar espigas de color oscuro, incluso negro, sin granos. Esto puede ser debido a varios días consecutivos con temperaturas bajas durante la antesis o durante el llenado inicial del grano. En lugares altos de la zona subtropical (por ejemplo, Nepal) la esterilidad en los trigos de primavera puede ser debida a más de tres noches consecutivas de temperatura menores de 5°C, pero sin helar, entre las fases Z4.9 y Z5.9.



¿Se observan una o dos espigas muertas en muchas plantas pero las otras espigas son normales?



¿Se observan florecillas abiertas con anteras arrugadas? Esto puede deberse a las heladas aunque también puede ser deficiencia de boro.

Espinas ennegrecidas y estériles después de bajas temperaturas pero sin heladas. Nepal

KD Subedi

¿Qué se puede hacer contra las heladas?

La única forma económica de enfrentarse a las heladas es asegurándose que el cultivo esté en una fase no sensible a las mismas en el momento en que es probable que las heladas ocurran.

Las temperaturas invernales por debajo del punto de congelación pueden matar la parte vegetativa

H GómezMacpherson

Sembrar más temprano o usar variedades más tardías de modo que las fases sensibles a las heladas (cerca de la antesis) ocurran cuando la probabilidad de heladas es muy baja. Heladas de hasta -4 °C durante la fase vegetativa no afectan los rendimientos en forma crítica.



Sembrar variedades en las que el espigado no sea sincrónico entre los tallos. Al tener espigas en diferentes estados de desarrollo y a diferentes alturas significa que no todas las partes serán dañadas por una misma helada.



Sembrar variedades derivadas de cruzamientos de trigo de invierno x trigo de primavera que tienen mayor tolerancia al frío (ver Subedi et al., 1998).

Temperaturas altas

Con temperaturas altas el cultivo necesitará más insumos (nutrientes, agua, radiación solar) para poder mantener su nivel de metabolismo. Para evitar pérdidas importantes de rendimiento a medida que aumente la temperatura, el manejo del cultivo deberá ser cada día más preciso; se pueden obtener buenos rendimientos compensando el efecto de las altas temperaturas con un óptimo suministro de agua y de nutrientes. Durante el llenado del grano y a medida que aumenta la temperatura, el desarrollo se acelera más que el crecimiento; aún bajo condiciones óptimas de manejo, el rendimiento se puede reducir hasta 4 por ciento por cada 1°C que aumente la temperatura media (Stapper y Fischer, 1990c) debido al acortamiento del período de llenado del grano.

El daño causado por las temperaturas altas está comúnmente asociado con el estrés hídrico por lo que el manejo del agua pasa a ser una operación crítica. En la medida en que las plantas puedan transpirar libremente también podrán hacer frente a las altas temperaturas. Los cultivos con suficiente agua disponible pueden soportar temperaturas del aire de 40°C; sin embargo, si el agua es un factor limitante, las hojas pueden morir a 40°C ya que las plantas estresadas intentan conservar agua cerrando sus estomas (pág. 99) y reduciendo así el beneficioso enfriamiento producido por la transpiración. Sin ella, la temperatura de las hojas puede llegar a 50°C interrumpiéndose los procesos metabólicos. Las plántulas en suelos muy calientes y secos pueden alcanzar fácilmente estas temperaturas críticas.

¿Son las temperaturas altas un problema?

Durante las etapas de plántula buscar zonas con emergencia pobre o plántulas con hojas secas o muertas. Las plántulas emergentes pueden desecarse rápidamente si la temperatura del suelo llega a 40°C o más. Si hace calor y hay una fuerte radiación solar, esta calentará un suelo seco hasta 50°C, sobre todo si son oscuros. Peacock et al. (1994) encontraron una reducción del 30 por ciento en el número de plántulas emergidas y en su supervivencia, cuando la temperatura del suelo a 5 cm de profundidad aumentó de 37 a 45 °C.



La antesis y el llenado del grano, ¿ocurren durante la parte más calurosa del año? El período de llenado del grano, ¿es muy corto?



Los granos, ¿están arrugados? ¿ha habido vientos desecantes fuertes y frecuentes durante el llenado del grano?

¿Qué se puede hacer en caso de altas temperaturas?

Cubrir el suelo con residuos vegetales para proteger las plántulas. Esto mantiene la temperatura del suelo baja durante el día aislándolo de la radiación solar y conservando la humedad. La cubierta de residuos también reduce el enfriamiento durante la noche.



Sembrar tan pronto como sea posible después de preparar el lecho de siembra para así minimizar las pérdidas de agua del suelo. Sembrando en suelo húmedo se pueden colocar las semillas a menor profundidad asegurando una emergencia de las plántulas más rápida. El lecho de siembra estará además más fresco.



Si se puede regar por aspersión, el riego reducirá la temperatura del suelo durante la emergencia de las plántulas. Es conveniente regar por la noche.



Minimizar los efectos de las altas temperaturas manteniendo el cultivo sin estrés hídrico. El enfriamiento del cultivo por la transpiración (pág. 101), en condiciones de baja humedad, puede reducir la temperatura del cultivo por debajo de la temperatura del aire en más de 5°C (algunos autores indican hasta 10-15°C).



Seleccionar el momento óptimo de siembra de tal manera que se eviten las altas temperaturas durante la antesis y el llenado del grano. Hay que evitar también la coincidencia del llenado del grano con vientos frecuentes, desecantes, calientes y fuertes. En estas condiciones el cultivo no puede transpirar lo suficientemente rápido como para mantener baja la temperatura.



Elegir una variedad lo más adaptada posible a las condiciones climáticas del lugar que evite las altas temperaturas durante la antesis y el llenado del grano (ver pág. 46 para el momento óptimo de siembra).

Los cultivos crecen más rápidamente con más radiación solar siempre que tengan suficiente agua

Efectos de la radiación solar

El crecimiento del cultivo está determinado en primer lugar por la cantidad de radiación solar que puede interceptar y usar durante su vida. Un exceso de radiación raramente es un problema, siempre que estén disponibles agua y nutrientes. Para obtener rendimientos altos las hojas deberán crecer y cubrir la superficie del suelo tan pronto como sea posible después de la siembra. Si este proceso se demora, la radiación solar se pierde en forma de calor incorporado al suelo desnudo, evaporando la humedad del suelo. La radiación solar es especialmente importante para el rendimiento durante el período que va del final del encañado hasta una semana después de la antesis (Z3.3 a Z7.05). En este período, una baja radiación acompañada por temperaturas altas reduce el número de granos (pág. 9) y afecta seriamente el potencial de rendimiento.

¿Ha estado el sol oculto por nubes o niebla?

Espigas estériles en un suelo deficiente en boro. Las espigas perecen translúcidas pero otras partes de la planta perecen normales

KD Subedi

Controlar el número de macollos durante el macollaje, ¿son tantos como cabría esperar en un cultivo normal? Comparar el número de hojas del tallo principal y el número de macollos por planta con los de la gráfica en la página 48. El macollaje no tiene lugar si el tiempo es nuboso y hace calor; tampoco ocurre cuando hace calor y falta agua.



Buscar tallos débiles hacia el final del macollaje (Z2.4 - 3.5).



Después de la antesis, ¿hay menos granos por espiguilla de los que se podrían esperar? Durante las dos semanas antes de la antesis, ¿estuvo el tiempo nublado o con lloviznas y hacía calor? Durante este período el porcentaje de reducción en el número de granos es casi igual al porcentaje de reducción de la radiación solar.



Después de la antesis, ¿aparecen todavía florecillas con las anteras pálidas o mal formadas? Durante las etapas Z3.9 y Z5.0, ¿fue la radiación solar baja debido a nubosidad o niebla y la temperatura alta? Si el suelo es ligeramente pobre en boro, esa puede ser la razón de la esterilidad. Los efectos de la deficiencia de boro en el suelo pueden ser exacerbados por la nubosidad, la escasa iluminación y la alta humedad. Estas condiciones reducen la tasa de transpiración (pág. 101) y están asociadas con la absorción de boro del suelo (ver Rawson y Subedi, 1995, para más información).

¿Qué se puede hacer respecto a la radiación solar?

Se debe regar de tal modo que se evite el estrés hídrico durante los períodos de alta radiación solar y temperatura y así usar estas variables en la forma más favorable para aumentar la producción de biomasa y el rendimiento.



Si es probable que la radiación sea muy baja entre el momento de la aparición de la aurícula de la hoja bandera y la antesis y que el suelo sea pobre en boro, se recomienda entonces aplicar 1 kg/ha de boro en el momento de la siembra. También es recomendable sembrar una variedad tolerante al bajo contenido de boro.

Suelos ácidos o alcalinos

La acidez o la alcalinidad se miden en unidades de pH con una escala de 1 a 14, si bien los valores extremos no ocurren en los suelos agrícolas. El pH=7 es neutro. La acidez aumenta con los valores de 7 a 4 y la alcalinidad de 7 a 10. El trigo crece mejor entre pH 5,5 y 7,5 (zona verde en la figura); sin embargo, puede crecer en suelos más ácidos si se agregan correctores al suelo.

El principal efecto de un pH muy alto o muy bajo es que algunos nutrientes pueden estar disponibles en forma excesiva y ser tóxicos mientras que la disponibilidad de otros puede disminuir y aparecer como deficiencias del cultivo (síntomas en la pág. 57). En la figura las deficiencias aparecen como barras rojas angostas.

Efecto del pH del suelo en la disponibilidad de nutrientes. La zona verde de pH 5,5 a 7,5 es la mas angosta significa menos disponibilidad del nutriente

Figura basada en Pratt (1965)

En los suelos ácidos, el aluminio y el manganeso pueden volverse muy solubles y tóxicos y, además, reducir la capacidad de la planta para absorber fósforo, calcio, magnesio y molibdeno. Especialmente en los suelos ácidos, el fósforo no está disponible para las plantas. Si el boro, el cobre y el zinc están presentes en el suelo, pueden presentar toxicidad a bajos pH. En suelos medianamente alcalinos es posible encontrar deficiencia de boro, cobre y zinc y puede no estar disponible el fósforo. El pH del suelo tiene relativamente poco efecto sobre el nitrógeno.

En los suelos ácidos la sustitución del trigo por especies tolerantes a esas condiciones puede mejorar la productividad de la finca. Sin embargo, las ganancias pueden ser efímeras ya que esas especies pueden acidificar más el suelo llegando incluso a un nivel que sea limitante para ellas. El mejor enfoque es sin duda el mejoramiento del suelo.

¿Es el suelo demasiado ácido o alcalino?

Tomar muestras de suelos a distintas profundidades en la zona radical y medir el pH con papel tornasol o con un medidor de pH. Poner especial atención a los valores por debajo de pH 5,5 y por encima de 7,5.



La deficiencia de fósforo o magnesio en las hojas más viejas (pág. 60), o de calcio en las hojas más jóvenes (pág. 62), son síntomas que indican un suelo excesivamente ácido.



Observar los cultivos vecinos de leguminosas o colza ya que éstos son más sensibles a la acidez del suelo que el trigo. ¿Tienen mal aspecto?



Se ven síntomas evidentes de deficiencias de zinc en las hojas más viejas (pág. 60), o de cobre o hierro en las hojas jóvenes (pág. 62)? ¿Sufren las plantas una deficiencia de boro evidenciada por una formación de granos al azar dentro de las espigas? Estos síntomas son indicadores de suelo alcalino.



¿Es el suelo muy impermeable, está desmenuzado, se agrieta cuando está seco y se hunde y drena con dificultad cuando está húmedo? El suelo puede ser alcalino y sódico.

Causas de pH extremos en suelos

¿Qué se puede hacer en los suelos ácidos o alcalinos?

Añadir cal a los suelos ácidos incorporándola al menos hasta 15 cm de profundidad. Las partículas deben ser lo más finas posibles y siempre menores de 2 mm. Es importante mezclar bien la cal con el suelo para evitar concentraciones alcalinas que pudieran eventualmente matar las plántulas. El pH aumentará entre 0,3 y 0,7 unidades por cada tonelada de cal de alta calidad añadida a una hectárea de suelo. El efecto puede durar unos 10 años. No añadir más de 2,5 t/ha ya que de lo contrario se podrían inducir deficiencias de zinc y manganeso; en suelos pobres en boro, su disponibilidad se podría limitar aún más.



Añadir grandes cantidades de abonos orgánicos para amortiguar el pH del suelo, sobre todo donde el aporte de cal no sea posible.



Evitar el uso de fertilizantes acidificantes en suelos sódicos, mejorar el drenaje, incorporar yeso y usar en la rotación cultivos de raíces profundas como leguminosas y crucíferas que lleven el yeso hacia abajo dentro del perfil del suelo. El yeso proporciona calcio que reemplaza el exceso de sodio. El azufre también se usa para acidificar el suelo.



Si la alcalinidad del suelo es sódica, mejorar el drenaje, incorporar yeso y usar cultivos de raíces profundas tales como leguminosas y canola en la rotación para trasladar el yeso hacia abajo en el perfíl del suelo. El azufre también es usado para acidificar el suelo. El yeso proporciona calcio para reemplazar el exceso de sodio.



Agregar los macro- o los micronutrientes que se identifican como deficiencias al observar las plantas. Colocar bandas de fósforo con nitrógeno de amonio en los suelos alcalinos para aumentar la disponibilidad del fósforo.

Suelos salinos

Todos los suelos contienen sales y algunas de estas se convierten en un problema cuando se concentran en la zona radical del cultivo; a veces, el problema es el cloruro sódico (o sal de mesa) pero también pueden serlo otras sales. Las sales pueden destruir la estructura del suelo causando la expansión de las arcillas y la dispersión de las partículas finas que obstruyen los poros del suelo a través de los cuales circulan agua y oxígeno. También favorecen la formación de costras superficiales.

Sales sobre la superficie del suelo

La clave para controlar la salinidad en los suelos es mantener o lixiviar las sales por debajo de la zona radical. Esto se obtiene con un movimiento neto de agua hacia las zonas profundas del suelo; se puede incluso usar agua ligeramente salina. Los problemas ocurren cuando la dirección del flujo del agua se invierte en un movimiento ascendente como, por ejemplo, cuando sube la capa freática. Las sales también pueden ascender hacia la superficie por capilaridad. Esto será un problema si la capa freática ya está alta y es salada pues las sales no necesitarán subir mucho para llegar a destruir toda la zona radical. Los cristales blancos de sal se pueden observar sobre la superficie del suelo cuando este se seca.

Cuando las plantas crecen en suelos salinos, su crecimiento se reduce y las hojas y los tallos no se expanden. Con la acumulación de las sales las hojas se mueren y, eventualmente, toda la planta muere. Cuanto mayor es el nivel de salinidad más rápidamente se evidencian sus efectos y decrecen los rendimientos. La fotografía en esta página muestra un crecimiento pobre y la muerte temprana de las plantas en zonas con problemas de salinidad.

Los cultivos y variedades difieren considerablemente en cuanto a la tolerancia a la salinidad. El trigo blando (o panadero) es más tolerante que el trigo duro y que otras especies como el arroz y el maíz. Algunas variedades de trigo blando son más tolerantes que otras, así como las plantas son más tolerantes durante el llenado del grano que cuando plántulas (Rawson et al., 1988).

Una zona salina en un cultivo de trigo en Australia

Rana Munns

Los suelos sódicos merecen ser mencionados ya que no son suelos salinos como tales pero contienen niveles relativamente altos de sodio. Esto hace que sean físicamente inestables, que se desmenucen y se agrieten cuando se secan y se hundan cuando están húmedos. Cuando se endurecen son relativamente impermeables al agua, favoreciendo la escorrentía que transporta arcilla en suspensión, materia orgánica y nutrientes. El agua con un contenido alto de sodio no debería ser usada para riego si los suelos son muy impermeables ya que la situación podría empeorar rápidamente (Russell, 1961).

¿Es el suelo salino?

Buscar cristales blanquecinos de sal en el suelo seco, sobre todo en la cresta de los surcos (ver fotografía pág. 34); tocarlos con un dedo humedecido, comprobar su sabor y confirmar que es sal.



¿Hay zonas del terreno desnudas que permanecen húmedas o pantanosas durante algunos días después del riego?



¿Hay zonas en el cultivo con menor crecimiento y hojas amarillentas?



Controlar los grupos de plantas que, a pesar de haber recibido suficiente agua, parecen marchitas y con hojas opacas (pág. 60), sin el brillo de las hojas sanas.



¿Se ha reducido el macollaje y hay una alta e inesperada proporción de hojas viejas muertas? Controlar cuántos macollos debería haber en un cultivo normal (pág. 47).



¿Hay una capa freática en ascenso a menos de dos metros de la superficie? ¿Es el agua salada? Excavar hasta la capa freática tomando un puñado de suelo cada 30 cm a medida que se excava. Anotar las muestras indicando su profundidad y probar el sabor de cada muestra (ver soluciones a estos problemas en pág. 37).

Causas de la salinidad del suelo

Sal causando la amarillez del cultivo y la muerte de las hojas. Haryana, India

H GómezMacpherson

¿Qué se puede hacer en los suelos salinos?

Probar el sabor del agua de riego. Si no es salada o ligeramente salada debería ser aceptable para el riego siempre que haya un buen drenaje. Si se desea, enviar una muestra al laboratorio para medir la conductividad eléctrica (CE) que indica el nivel de salinidad.



Si se sospecha que hay salinidad en áreas de crecimiento pobre del cultivo, poner un poco de suelo en un recipiente y agregar agua limpia de modo que cubra el suelo. Agitar. Cuando el agua en la parte superior se aclara, probarla. Si no presenta sabor salado o si es ligeramente salada, el problema no es la sal. Si es sumamente salobre, realmente hay un problema. Ver cual de las siguientes soluciones puede aplicarse (prueba de sabor según Rana Munns).



Hacer correr agua a través del suelo con riegos abundantes e infrecuentes en lugar de riegos ligeros y frecuentes. Si el suelo es muy salino, no se debería usar agua pura para la lixiviación. El agua sin sal podría destruir la estructura del suelo con formación de costras en el suelo húmedo que se agrietarán al secarse el suelo.



Mejorar el drenaje por medio de una labranza profunda y la incorporación de materia orgánica para asegurar un flujo descendente del agua de riego y lixiviar las sales.



Controlar por medio de la prueba de sabor si el agua de la capa freática es salina. ¿Indican las muestras que el suelo es más salino hacia la superficie? Si no es más salino, procurar bajar la capa freática. Si es más salino, concentrarse inicialmente en lixiviar las sales.



Si los análisis indican que la concentración de sodio es alta, agregar calcio, preferiblemente en forma de yeso, que reemplace el sodio intercambiable en el suelo.



Nivelar el campo de modo que no haya áreas que permanezcan húmedas por períodos excesivamente largos.


Probar el agua de riego y de un extracto de agua del suelo. Un gusto apenas salado o sin gusto a sal es aceptable. Un fuerte sabor a sal es un problema


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