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CAPÍTULO II PRODUCCIÓN DE HENO


El proceso de henificación convierte un forraje verde y perecedero en un producto que puede ser almacenado en forma segura y transportado fácilmente sin riesgo de deteriorarse; al mismo tiempo, las pérdidas de materia seca y nutrientes se limitan a un mínimo. Este proceso se basa en una reducción del contenido de humedad de 70-90 por ciento a 20-25 por ciento o menos. Las técnicas aplicadas para las pasturas naturales, para las praderas artificiales y para los cultivos específicos destinados a ser conservados son consideradas a tres niveles de tecnología: producción manual de heno, mecanización simple con animales de tiro o pequeños tractores y sistemas totalmente mecanizados. Es posible, sin duda, hacer alguna o todas las operaciones de producción de heno en forma mecánica y por contrato, siempre que los campos sean lo suficientemente grandes como permitir esas operaciones; esto es posible, sobre todo, donde el clima en el momento de la cosecha es favorable. Las áreas con condiciones climáticas inciertas son menos adecuadas ya que los equipos deben estar disponibles para cada operación en el momento en que el clima permita hacer los trabajos. Más comentarios sobre el tema se encuentran en los Capítulos III a VI donde se discuten los cultivos para henificar.

Los problemas de la henificación varían de acuerdo al cultivo, al clima y a las condiciones del tiempo prevalente en el momento de la cosecha:

en condiciones templadas subhúmedas y húmedas el principal problema es la velocidad del secado ya que para evitar el deterioro del forraje es necesario que pierda humedad tan pronto como las condiciones lo permitan;

en contraste, en condiciones cálidas y secas, los problemas más probables son la caída de las partes más finas de la planta a causa de un secado excesivamente rápido o el blanqueado del forraje por la luz solar con la consecuente pérdida de caroteno y vitaminas.

La principal discusión se centra en los climas donde el secado es el problema más serio ya que son los más difíciles para producir heno. Los pastos de hoja fina y las leguminosas son los cultivos tradicionales para henificar en la mayor parte de las áreas, pero en las zonas subtropicales, los pequeños agricultores producen el heno a partir de cereales gruesos como el maíz y el sorgo, especialmente en la India y en Pakistán. En las fincas mecanizadas, sin embargo, esos cultivos son por lo general ensilados.

En los lugares en que el heno se hace a partir de pasturas naturales en lugar de cultivos específicos, los campos deben ser pastoreados y segados en distintas estaciones del año.

Si el principal objetivo de un campo es el heno, deberá ser pastoreado cuando el tiempo es inadecuado y dejado para forraje para que alcance el estado adecuado en la estación propicia para henificar; el rebrote puede ser posteriormente pastoreado. Cuando los animales pastorean en el campo, la prioridad está dada por sus necesidades inmediatas, pero en el momento culminante del crecimiento del forraje la disponibilidad sobrepasa las necesidades del ganado y la principal parte de la producción de forraje -aislada con cercos eléctricos- puede ser oportunamente usada para henificar.

Tipos de heno

El heno puede ser hecho en varias formas, de acuerdo a las condiciones, al uso que se pretende hacer del mismo y al nivel de tecnología.

Heno largo, es la forma tradicional y más antigua de forraje cortado, dado vuelta y acarreado; es el principal tema de esta publicación.

Henotriturado, es una opción cuando las condiciones para el secado son favorables y los sistemas altamente mecanizados; es menos voluminoso y adaptado al manejo mecánico pero debe ser acondicionado, hilerado y recolectado con una cosechadora de forraje.

Heno en rollos o fardos, originariamente se hacía manualmente y posteriormente con máquinas fijas; se automatizó a partir de 1950 con la introducción del levantador de rol los. Los rollos grandes que pueden ser levantados por un cargador montado en el frente del tractor son ahora el principal tipo usado en la producción en gran escala. Los rollos son actualmente la forma más común y más simple de confeccionar fardos; su forma los protege de la lluvia y resisten al agua mejor que los fardos tradicionales.

Heno enfardado manualmente, es una forma muy difundida de hacer heno, a menudo usada para reducir las pérdidas por caida de hojas.

Heno pildorizado o comprimido, es denso y de buen flujo, fácil de transportar, manejar y almacenar. Existen equipos de campo pero son costosos; se usa para la producción de heno de leguminosas de alta calidad en climas que permiten un secado rápido. Las pérdidas son menores que con los rollos.

«Pasto seco», p.ej. forraje secado artificialmente a altas temperaturas; se produce esporádicamente. El proceso permite la conservación de material másjoven y de mejor calidad pero actualmente no es económicamente atractivo.

Heno secado en el establo, con equipos para el secado con ventiladores, con o sin calor adicional; no están muy difundidos.

Principios

El proceso del secado

Al inicio del proceso, la pérdida de humedad es rápida, sobre todo de las hojas, ya que los estomas se abren. A medida que el forraje se marchita, los estomas se cierran y el agua debe encontrar otra vía de salida a través de la epidermis cerosa de las hojas y los tallos. La humedad dentro de los tallos necesita más tiempo para salir de los mismos. En los forrajes más ordinarios es necesario algún tipo de acondicionamiento en el momento del corte si es que se desea un secado uniforme y en un tiempo razonable. La velocidad del secado, lógicamente, depende del clima: los principales factores ambientales son la radiación solar, el viento y el contenido de humedad del aire.

El secado debe ser hecho lo más rápidamente posible para minimizar las pérdidas. En el momento del corte, el forraje contiene entre 70 y 90 por ciento de humedad, la que debe ser reducida a 12 a 20 por ciento antes de que el heno pueda ser almacenado en forma segura. El contenido de humedad que permite un almacenamineto seguro depende de varios factores: el método de almacenamiento, las condiciones climáticas locales, el tamaño de los fardos o rollos, el lugar donde se almacena el heno y la naturaleza del cultivo. Como regla muy general, se recomienda un máximo de 25 por ciento de contenido de humedad para el heno largo; 20 por ciento para el heno cortado y 5 por ciento para el heno pildorizado.

El forraje cortado permanece en el campo y se hilera con un rastrillo manual o con un rastrillo mecánico o hileradora. Después que se ha secado sobre el suelo puede ser necesario un secado posterior en el rollo o en el fardo, en la parva o en el establo. El método de cosecha usado debería estar en relación con la velocidad y la cantidad total de secado que es posible esperar en el campo o en la hilera. La calidad del heno puede ser tentativamente apreciada en el campo ya sea visualmente o retorciendo un manojo de forraje; se debería sentir crocante y tener un aspecto brillante. El heno blanqueado indica que ha sido mal preparado.

El proceso de secado en el campo fue estudiado por Jones y Harris (1979). Los estomas de las hojas se cierran tan pronto como el forraje es cortado. La cantidad de agua a ser removida es ...en términos generales, equivalente a la que transpira el cultivo en un día, bajo las condiciones de mayo y junio en el sur de Gran Bretaña. Hay dos tipos de limitaciones a la pérdida de agua:(i) la limitación del movimiento del agua de los tejidos de la planta hacia el aire que la rodea dentro de la masa de material cortado, y (ii) la que restringe el movimiento del agua del aire en la masa de material cortado hacia el aire del ambiente. Las condiciones más favorables para el secado están en la superficie de la hierba segada donde la radiación y la circulación del aire están a un nivel máximo. Los requerimientos para el secado son una fuente de energía y un gradiente de vapor de agua decreciente de la superficie del forraje al aire del ambiente; estos elementos varían dentro de la masa de material cortado. Dentro de esta masa se desarrolla un microclima que limita la pérdida de agua. A medida que avanza el secado el gradiente de humedad dentro de la masa de material cortado aumenta porque la densidad se reduce a medida que se pierde agua y de este modo penetra más radiación solar y el flujo del aire mejora. En las condiciones de Gran Bretaña, Jones y Harris (1979) recomiendan que con tiempo soleado la masa de material cortado sea esparcida para recibir todos los efectos de la radiación; en condiciones de cielo nublado, pero en presencia de viento, la masa debería ser acondicionada para la aereación. Clark y McDonald (1977), en las condiciones de Gran Bretaña, encontraron que en el mes de julio la evaporación en la masa cortada fue limitada desde el alba hasta las 09:00 horas, la evaporación fue alta entre las 09:00 horas y el mediodía, disminuyó entre el mediodía y las 18:00 horas a causa de la disminución de energía y mayor resistencia de la masa cortada y la evaporación fue casi nula después de las 18:00 horas.

Las principales operaciones en la producción de heno

Los distintos métodos de producción de heno varían dependiendo del cultivo y de las circunstancias; sin embargo las principales operaciones son en general similares:

El corte, que puede ser combinado con el acondicionamiento.

El acondicionamiento artificial para un rápido secado (una innovación que se usa pocas veces).

El removido y esparcido del forraje cortado para permitir un secado uniforme del material, ayudar a disipar el calor y reducir el peligro de desarrollo de mohos y la fermentación.

El hilerado, o sea poner el forraje cortado en hileras para su posterior manejo y recoleccióny, en algunoscasos, para la protección nocturna; en condiciones cálidas y áridas el hilerado protege el forraje de la caída de hojas y de su blanqueo.

La formación de pequeñas parvas o montones son etapas intermedias del secado en algunos sistemas manuales.

El transporte y almacenamiento, con la formación de fardos o rollos; en los sistemas tradicionales el heno seco es transportado y almacenado en montones o en el establo. La preparación de rollos antes del almacenamiento es más común en los sistemas mecanizados modernos.

Pérdidas en la producción de heno

Para limitar las pérdidas y mantener el deterioro a un nivel mínimo, son fundamentales la capacidad y la experiencia del operador que debe prestar atención a detalles a lo largo de todo el proceso de producción de heno. Mucho de ello depende del criterio y la experiencia del operador. La primera y más importante forma de minimizar las pérdidas es secar el forraje tan rápido y uniformememente como sea posible y posteriormente manejarlo cuidadosamente.

Las causas de las pérdidas incluyen los siguientes factores:

Fermentación, cuya acción comienza tan pronto como el forraje es cortado; la oxidación enzimática de la savia y la actividad de las bacterias y los mohos sobre la superficie del cultivo causan pérdidas, con generación de calor. Si el cultivo no está lo suficientemente aireado como para disipar el calor pueden ocurrir daños importantes. Revolver y esparcir el forraje debe ser una operación inmediata y adecuada.

La pérdida mecánica de las hojas ocurre cuando llueve sobre el forraje cortado durante el proceso de curado. La rehumidificación del heno parcialmente secado es un problema más serio que la lluvia sobre el forraje recién cortado y puede causar el lavado y un grave daño de mohos. Si la lluvia fuera inminente sobre un forraje parcialmente secado, este debería en lo posible, ser recogido en montones más grandes.

Pérdidas mecánicas adicionales ocurren durante la recolección, transporte y formación de los fardos o rollos; la severidad del daño depende en parte de la habilidad del operador.

El deterioro en los rollos o en los fardos es particularmente peligroso y puede llevar a la pérdida de toda la cosecha, por lo general como resultado del almacenamiento de material con un alto contenido de humedad en unidades muy grandes o en parvas mal hechas que permiten la penetración de la lluvia o que no permitenunaventilaciónadecuada. Elcontenidoidealdehumedadparalasparvas o los rollos depende del cultivo y el lugar; la experiencia y el criterio del operador deben ser la guías principales. El agricultor debe juzgar y tomar una decisión según el clima prevalente: cuando el forraje está crocante y no muestra humedad cuando es retorcido, probablemente contenga de 25 a 30 por ciento de humedad y esté pronto para preparar fardos o rollos. Los medidores de humedad no están fácilmente disponibles y tampoco son prácticos para usar en el campo; por otra parte, también es difícil tomar muestras representativas. El forraje de hojas y tallos finos se seca rápidamente; los pastos ordinarios con tallos gruesos y nudos -p. ej. pasto Sudán-pueden tener mucha humedad en su tallo aún cuando sus hojas estén secas. En casos extremos, la fermentación puede aumentar la temperatura a niveles en que ocurre una combustión espontánea. El heno mal curado o con mohos, aparte de las pérdidas, será rechazado por el ganado e incluso, en algunos casos, podrá contener micotoxinas. El heno con moho da lugar a la enfermedad humana conocida como pulmones del agricultor.

Los desperdicios durante la utilización incluyen las pérdidas de parvas abiertas y malas técnicas de alimentación; este punto se discute en el Capítulo X.

Preservación del heno

Hoy día existen varios compuestos que preservan las propiedades del heno; su objeto es el de permitir el almacenamiento con altos niveles de humedad los que, en ausencia de esos compuestos, darían lugar a un severo deterioro o a ataque de mohos. En estas condiciones el heno se puede almacenar con un contenido de humedad de 40 a 50 por ciento. El ácido propiónico es una de las sustancias usadas. El amoníaco anhidro y la urea que originariamente se usaron para mejorar la digestibilidad de la paja, han dado buenos resultados para mejorar la estabilidad del heno bajo condiciones anaeróbicas y su valor nutritivo. El amoníaco además de excluir el aire tiene un efecto fungicida y también aumenta el contenido de proteína cruda del heno. Estos puntos se discuten en el Capítulo IX, donde se describen el tratamiento de la paja y los tallos.

Época de cosecha y estado de crecimiento

Hay dos factores principales que determinan el momento de henificar: las condiciones climáticas probables y el estado de madurez del cultivo. Por lo general, el momento está predeterminado por la disponibilidad potencial de forraje y la probabilidad de un tiempo adecuado para hacer heno. Las pasturas, naturales o implantadas, serán manejadas por medio del pastoreo o de cortes para ensilar, de modo que el forraje llega al momento adecuado para ser secado cuando se espera el buen tiempo. Cuando se siembra forraje expresamente para henificar, se deberá elegir cuidadosamente la especie y su cultivo deberá ser organizado de tal manera de hacer coincidir el momento de la henificación con el clima adecuado. Si se pretende hacer mucho heno en la finca, se debe considerar el cultivo de varias especies y cultivares de modo de extender la temporada durante la cual los distintos grupos de cultivos llegarán a su condición ideal para henificar y de este modo hacer el mejor uso posible de los equipos y de la mano de obra disponible.

Todas las etapas de la henificación deberán estar dirigidas a obtener un producto de la mejor calidad posible, pero el estado de madurez del cultivo es el principal factor determinante de la calidad final. La calidad del forraje disminuye rápidamente a medida que se acerca a la madurez, especialmente después de la floración; el forraje tierno con muchas hojas es mas difícil de manejar que el forraje maduro, y además su rendimiento es menor. Es necesario llegar a un punto de equilibrio entre rendimiento y calidad y, por lo general, el corte a mediados de la floración dará un producto razonable. Cuando se seca sobre un trípode o cuando hay facilidades para secar en el establo puede ser utilizado un forraje más tierno. En los climas considerados como buenos para henificar, los materiales masjóvenes pueden ser secados mejor que en áreas con climas húmedos o donde hay peligro de tormentas tropicales. Los cereales para heno se cortan en un estado más maduro que los forrajes de las pasturas, a menudo cuando los granos ya están bien formados. El heno que se produce en las pasturas naturales es más influenciado por el ciclo natural de crecimiento que los cultivos sembrados a propósito y las estaciones de cosecha son a menudo las tradicionales. La producción de heno de las praderas se basa en la fertilidad natural más que en los fertilizantes aplicados, por lo que, por lo general, hay solo un período del año en que hay suficiente forraje para henificar.

La época de cosecha depende de la disponibilidad de forraje adecuado y de las características del clima. Además, también juegan un papel importante el resto de las actividades de la finca y la disponibilidad de mano de obra y maquinaria. El objetivo es siempre obtener heno de alta calidad y hacerlo coincidir con una época adecuada para su producción. En los lugares en que hay escasez general de forraje, los agricultores pueden hacer heno cuando la calidad del cultivo es pobre. Por ejemplo, en las zonas monzónicas de los trópicos y subtrópicos, gran parte del heno es hecho con forrajes excesivamente maduros ya que el clima, cuando el forraje está en el momento de su mejor calidad, es inadecuado para el secado. El producto obtenido es pobre pero aún así este heno, que no es superior a la paja, es igualmente mejor cotizado. Algunos ejemplos sobre este punto se encuentran en los estudios de caso sobre Afganistán, India, Pakistán y la zona del Sahel.

El momento del día para comenzar las operaciones también depende del estado del tiempo, pero si el día amanece favorable es conveniente segar tan temprano como sea posible. Si el cultivo está sumamente húmedo debido a la lluvia o a un fuerte rocío puede ser conveniente esperar una o dos horas para que la parte superior de las plantas se seque ya que la parte verde en la planta se seca antes que el material cortado. De cualquier manera, el corte no debería ser demorado, sobre todo en condiciones tropicales donde es común que llueva por la tarde. Si se corta temprano, el pasto puede ser removido e hilerado en la mañana, antes de las lluvias de la tarde. Cuando se usa la guadaña para cortar el pasto es mejor comenzar cuando todavía hay rocío sobre el mismo, ya que esto facilita el corte. Sin embargo, Skerman y Riveros (FAO, 1989), recomiendan que cuando se corta con guadaña se debería esperar hasta cuando se seque el rocío. Un corte temprano permite otras operaciones, especialmente dar vuelta el forraje; de esta manera aumentan las posibilidades de obtener un buen secado en el primer día.

La decisión sobre cortar o no en la mañana puede ser un problema complejo. En zonas áridas y climas con una estación seca definida -p. ej. para hacer heno de avena en el norte de África a fin de la primavera o forraje bajo riego en zonas áridas- las dificultades son menores. Sin embargo, en los climas erráticos es necesario evaluar si habrá momentos de buen tiempo suficientes como para permitir la henificación en forma segura o, por lo menos, colocar el heno en grandes hileras. Los pronósticos locales del tiempo unidos a la experiencia personal contribuyen al éxito de la operación ya que el tiempo requerido para secar el heno varía con el lugar y el clima. En buenas condiciones tropicales y subtropicales puede ser cortado y secado el mismo día y en condiciones templadas húmedas son necesarios varios días de buen tiempo. En el Reino Unido, el heno raramente se puede hacer en menos de tres días. Las demoras, una vez que el cultivo ha llegado a un estado adecuado de madurez, reducirán la posibilidad de producir un heno de alta calidad. El corte, cuando hay probabilidades de un tiempo desfavorable para el secado, reducirá la velocidad del proceso de secado, alargará el período en el campo, habrá daño de lluvia y posible enmohecimiento. La decisión final requiere la experiencia y la capacidad del agricultor, pero en caso de una decisión difícil tal vez sea mejor cortar y no esperar.

El número de cortes por año es variable. En las pasturas naturales, sólo es posible obtener un corte del crecimiento de primavera o verano -excepto cuando el forraje ha sido fuertemente modificado por la aplicación de fertilizantes. Las pasturas sembradas y los forrajes pueden proporcionar varios cortes. En el caso de las pasturas, la alternancia de pastoreo con cortes -para heno o para silo- es corrientemente usada, de acuerdo con las necesidades del rebaño y el tiempo en el momento en que está disponible un exceso de producción para la conservación. Es necesario recordar que el heno puede ser hecho solamente cuando el forraje está disponible en el momento adecuado y el tiempo es propicio para ello. Los cultivos regados en zonas semiáridas tienen buenas condiciones para la henificación y el corte debería ser organizado para maximizar la producción y al mismo tiempo mantener la calidad por medio de cortes frecuentes. Esto es especialmente importante en el caso de los forrajes regados y la alfalfa; los detalles se presentan en los Capítulos III a VI. En climas cálidos y en áreas regadas, los cortes pueden tener una frecuencia casi mensual.

Producción de heno

La producción de heno requiere una acción rápida para aprovechar las ventajas del buen tiempo, para hacer el mejor uso posible del equipo, de la mano de obra y de la fuerza disponibles y para sincronizar y completar las múltiples tareas necesarias. La cantidad cortada deberá ser compatible con la capacidad disponible para su acondicionamiento, removido y enfardado o enrollado, de modo que cada parte del campo sea trabajada según el contenido adecuado de humedad.

Principios generales

Todas las actividades de henificación deben ser hechas oportunamente, desde el corte inicial, el removido, el hilerado y el enfardado o emparvado, de lo contrario el cultivo se deteriorará. Es necesario tener en cuenta que esta es una tarea continua desde el momento del corte del forraje hasta su almacenamiento seguro cuando está seco. La cantidad segada diariamente debe, por lo tanto, corresponder con la mano de obra y maquinaria disponibles para las operaciones siguientes. El corte debe ser organizado de tal manera que se minimice el tiempo vacío de la segadora y para facilitar las operaciones subsiguientes. Cualquier máquina que se use para dar vuelta el material cortado o para hilerarlo debe seguir los pasos de la segadora en la misma dirección de trabajo. Si se acondiciona el heno, esto debería ocurrir inmediatamente después del corte, ya que es el primer movimiento de los materiales para su aireación y acelerar el secado.

El heno hecho en buenas condiciones puede ser acarreado de las hileras después de uno o más vuelcos. El tiempo necesario varía de acuerdo al clima, el estado del tiempo y el cultivo. En condiciones subtropicales cálidas y secas el heno puede ser triturado, enfardado o acarreado el mismo día del corte y debe estar en buenas condiciones para prevenir pérdidas indeseables por caída de hojas.

Lámina 3. Trébol persa (Trifolium resupinatum) secándose en una superficie de tierra apisonada. Notar la hoz de uso local; la escobilla sirve para recuperar la hojas caídas. Ghazni, Afganistán

Práctica y equipos

Los detalles agronómicos de la instalación y manejo de los cultivos se tratan en los Capítulos III y IV; sin embargo, es necesario insistir sobre la buena nivelación del terreno para la siembra y cuando sea necesario, entre los cortes. En los casos en que haya piedras sobre la superficie del terreno es conveniente pasar rollos pesados en la primavera para enterrarlos y de esa manera proteger la segadora. Las aplicaciones fuertes de nitrógeno son limitadas por el aumento de la densidad del cultivo lo que demora el secado y puede causar su vuelco con consecuentes dificultades en la cosecha y relativas pérdidas.

El daño por las ruedas de los vehículos puede llevar a severas reducciones de la producción y la vida de las plantas, ya sea por compactación o, especialmente en el caso de la alfalfa, por daño a la corona y al rebrote cuando se demoran las operaciones de campo. En todos los casos se debería usar el equipo más liviano posible; el forraje cortado debería ser removido del campo lo más pronto posible y los pasajes innecesarios sobre el mismo deben ser evitados. En algunas áreas de Afganistán y norte de Pakistán se conocen casos de gran duración de los cultivos de alfalfa en predios de pequeños productores, donde todas las operaciones son manuales. Tal vez esto sea debido, en parte, a la ausencia de daño causado por los implementos con ruedas.

Producción manual de heno

Corte

Hasta cerca de la mitad del siglo XIX todo el heno era cortado a mano. Para ello se contaba con dos herramientas básicas: la hoz y la guadaña.

Las hoces han sido diseñadas para el corte de cereales y no están bien adaptadas para cortar heno, son más lentas y difíciles de manejar que las guadañas. De cualquier manera, son ampliamente usadas sobre todo en India y Pakistán, en una versión roma y con el filo dentado. Cuando las fincas son muy pequeñas y la producción de heno es una tarea secundaria, el equipo debe ser reducido al mínimo.

La guadaña es la herramienta tradicional para el corte de forraje en el norte de Asia y en Europa; puede cortar hasta cinco veces mas rápido que la hoz. Necesita un cultivo razonablemente libre de obstáculos, se debe afilar varias veces por día y es preciso tener una cierta habilidad para su uso. La guadaña corta el trigo mas rápido que la hoz pero no deja manojos prontos para atar. Cuando para la cosecha de los cereales se prefiere la guadaña, los pequeños agricultores son reacios a adquirir herramientas adicionales para un cultivo secundario como el heno.

Cuadro 1. Tiempo que requieren por las operaciones de producción de heno. Camerún.

Actividad

Por hectárea

Por tonelada de materia seca

Tamaño tractor (HP)

Tiempo
(horas)

Combustible
(litros)

Tiempo
(horas)

Combustible
(litros)

Corte manual con machete

12,5

-

3,1

-

-

Guadañado

6

-

1,5

-

-

Segadora con barra de corte

2,5-4

10-20

0,6-0,8

2,7-4,5

40-80

Segadora de discos

2-3

12-18

0,4-0,6

3,0-3,6

40-80

Removido mecánico

1-1,5

6-9

0,25-0,3

1,5-1,8

80

Hilerado






-con horquilla

33

-

8,3

-

-

-con hileradora

1-1,5

6-9

0,25-0,3

1,5-1,8

80

Paras a mano

25

-

6

-

-

Enfardado

1,5-2

9-15

0,4

2,2-3

80

Fuente: adaptado de IEMVT, 1992, citado por Rippenstein, 1977.

Lámina 4. Tipos de hoces.

Fuente: FAO, 1969: 102

En África, el machete (panga) es la herramienta tradicional para todo tipo de corte y se usa también para segar el forraje. Los datos de Camerún (Cuadro 1) indican que el corte con la guadaña es dos veces mas rápido que con la panga, pero esto puede ser debido a la mayor familiaridad de los operarios con esa herramienta. En el Chaco de Argentina el Estudio de Caso menciona el corte con machete.

Las hoces tienen numerosas formas y dos tipos de hojas: dentadas o lisas. La hoja puede ser semicircular, recta o ligeramente curva; por lo general tienen un mango de madera en un vástago de metal. En la sección de conservación de forrajes en Ladack, India se menciona el caso de hoces hechas de cuernos de yak. El corte de los cereales con hoz es lento pero permite la buena formación de manojos y evita el desgranado de las espigas; esto, unido a su bajo costo, es la razón de su popularidad entre los pequeños agricultores. Para el corte de cantidades importantes de forraje la hoz es lenta y cansadora, por lo que no estimula el corte de forrajes en las regiones donde es la única herramienta de cosecha. Sin embargo, es una herramienta económica, simple y todavía muy usada en casi todo el mundo. El heno cortado con hoz por lo general se deja en manojos en el momento del corte y es llevado bajo techo para su posterior secado. La cantidad individual es muy pequeña, pero en total se puede hacer una gran cantidad de heno con este procedimiento, sobre todo en la alfalfa bajo riego en Asia occidental y central y en las pasturas naturales en las zonas monzónicas. Con una herramienta tan tosca y a menudo roma, el forraje es reunido y cortado a nivel de la tierra; esto daña algunos cultivos, en especial la alfalfa, por lo que se deben tomar todas las precauciones necesarias para cortar por encima de los brotes jóvenes. La producción de heno está muy difundida en Afganistán y la hoz tradicional usada para tréboles y alfalfa, tiene un mango largo y una hoja lisa. Se mantiene bien afilada y es manejada con una mano en un movimiento semicircular; trabaja mejor y mas rápido sobre las leguminosas frescas que una guadaña.

La guadaña es esencialmente un implemento para cortar forraje que se maneja con las dos manos. Consiste de una hoja unida a un mango por un anillo fijador. Hay dos tipos diferentes de hojas: hojas afiladas con amoladora u hojas afiladas con martillo; el filo de ambas es terminado con piedra de afilar, la que también se usa cuando se trabaja en el campo para repasarla periódicamente. Las hojas afiladas con amoladora son del tipo antiguo y son usadas en Europa del Norte y América del Norte, mientras que las afiladas con martillo se desarrollaron en Austria y son usadas en Europa Central y del Sur y se han difundido en América Latina. El afilado en el campo con piedra de afilar puede requerir que las hojas sean humedecidas si el forraje está muy seco; la piedra de afilar se pasa por ambos lados de la hoja, comenzando desde el talón hacia la punta.

La hoja está hecha de un acero medio y tiene la parte trasera donde se une al mango, reforzada. La hoja para cortar cereales y forrajes tiene entre 75 y 100 cm y las hojas más cortas se utilizan para rozar; las hojas más largas necesitan un operador capacitado y una superficie libre de piedras. El ancho de la hoja para hacer heno mide en el talón 10 cm o menos pero puede ser más ancha para materiales de tallos gruesos. Los mangos por lo general son de madera o en algunas casos de metal liviano. El mango de tipo tradicional es largo y tiene una manija en su parte central para la mano derecha; algunos tipos de guadañas tienen otra manija en la parte superior y un tipo mejorado que se usa en Escocia tiene un mango en forma de Y con dos manijas.

Lámina 5. Cortando con guadaña

Fuente: FAO, 1969: 113

El diseño de las manijas varía considerablemente pero en general permiten que el operador corte con los brazos extendidos con ambas manos en aproximadamente el mismo plano horizontal de modo que el implemento puede ser pasado en un amplio semicírculo con la hoja siempre paralela a la superficie del suelo y sin esfuerzos excesivos. El largo de la manija y su posición deberían ser determinados por la altura del operador. La hoja se une al mango por medio de un anillo que se fija con un tornillo o una cuña; esto hace posible la regulación del ángulo entre la hoja y el mango. El alineamiento vertical de la hoja puede ser regulado por un herrero modificando el ángulo de inserción de la parte posterior de la hoja.

Las gramíneas, especialmente en las praderas no muy densas de forraje natural, son mas fáciles de cortar con una guadaña en las horas matinales o cuando todavía hay rocío. Las guadañas son frecuentemente recomendadas para los lugares en que se comienza a popularizar el uso del heno pero presentan ciertas dificultades; la razón puede estar en que, en el mundo occidental, se ha perdido el arte de guadañar y hay pocos técnicos con la experiencia necesaria para demostrar este arduo y complejo trabajo, incluyendo el mantenimiento de la guadaña. Cortar con una guadaña es un trabajo que requiere cierta habilidad y es muy diferente a cortar con una hoz. Los cultivos forrajeros se cortan con amplios movimientos, avanzando en línea recta y cortando fuera del cultivo en pie. Una guadaña corta cerca de 2,5 veces la longitud de la hoja, por lo que una guadaña de 75 cm de largo de hoja podrá cortar un ancho de 175 cm si el cultivo no es muy denso, con una sensible reducción en el caso de cultivos densos. En una tierra bien nivelada y libre de piedras se pueden cortar cerca de 500 m2 por hora.

Remoción y esparcimiento del forraje cortado

El hilerado y la remoción, tal como ocurría con el corte, se hicieron hasta hace relativamente poco tiempo en forma manual y es común el uso de varias horquillas de confección doméstica o local. La remoción manual, sin herramientas, es aún practicada pero es sumamente laboriosa. Las horquillas con dientes de metal aparecieron posteriormente. La horquilla es usada para la manipulación del heno durante la carga y la formación de parvas y el forraje puede ser llevado al establo para su secado final en un lugar fuera del alcance del ganado. Hay varias razones para el secado bajo techo, incluyendo la disponibilidad de áreas adecuadas para el secado, la conveniencia de la remoción y el manejo de pequeñas cantidades sin que sean necesarios viajes al campo -el cual puede estar distante, sobre todo en áreas montañosas- y también la posibilidad de evitar robos en el campo. Los ejemplos de este sistema bastante difundido se encuentran en los Estudios de Caso de Afganistán, Liaoning (China) y Pakistán. En los sistemas tradicionales, pequeñas cantidades de heno a menudo se almacenan en los techos, en los árboles y alrededor de los edificios de la finca, para mantenerlos fuera del alcance del ganado.

Donde el secado es lento y las condiciones del tiempo son inciertas, el heno puede ser amontonado a mano por algunos días; también puede ser amontonado cuando la lluvia es inminente y es vuelto a esparcir después de la lluvia. Un almacenamiento intermedio en grandes montones con un trípode central para ventilación fue un procedimiento común en el norte de Gran Bretaña para completar el secado en el campo antes del almacenamiento definitivo. Los montones y las hileras grandes también son usados en áreas cálidas y secas para evitar la caída del heno y el blanqueo por el sol.

El enfardado comenzó como una forma de atado -enrollado a mano de los manojos- una operación aún común en algunas áreas donde tradicionalmente se cortan las pasturas naturales. Los atados pequeños se usan para el heno de leguminosas en zonas semiáridas de Asia como forma de reducir las pérdidas de hojas. En los estudios de caso se cita la formación de atados en Argentina y en muchas zonas semiáridas de Asia. En algunos casos se usaron prensas fijas donde se comprimían el heno y la paja traídos desde grandes distancias; este sistema se utiliza aún hoy día en algunas áreas, como se informa en el Estudio de Caso del Chaco en Argentina.

Lámina 6. Alfalfa en atados hechos a mano secándose en hileras. Herat, Afganistán

Lámina 7. Continuación del secado de los atados de alfalfa en una parva poco densa. Herat, Afganistán

El transporte fue la primera operación mecanizada en la producción de heno -incluso antes que el corte- para la que se usaron carros a tracción animal. Para aprovechar mejor el espacio con una carga voluminosa como el heno, a los carros casi siempre se le agregan barandas adicionales. También se usan distintos implementos para llevar los fardos a espaldas, incluso cuerdas, sobre todo en tierras con pendientes pronunciadas inaccesibles a los vehículos. Cuando el heno se transporta en carros, por lo general se carga con horquillas y se acomoda cuidadosamente en la caja: primeramente se llenan los ángulos, después los lados y finalmente el centro, en capas y de modo que cada agregado bloquea el anterior. El transporte de cargas altas en carros en tierras pendientes no es fácil; si el cultivo está en una zona excesivamente pendiente será necesario cortar de modo de hilerar el cultivo hacia abajo.

Producción de heno con tracción animal

Corte o siega

Las segadoras de forrajes con hojas superpuestas fueron introducidas a principios del siglo XIX en los Estados Unidos de América y muy pronto fueron la principal máquina para cortar el pasto en la agricultura en gran escala. La segadora consta de un marco principal con un asiento para el operador, montado sobre dos ruedas a partir de las cuales se transmite la fuerza por medio de un eje y engranajes de diferencial al mecanismo de corte; los engranajes del diferencial funcionan en un baño de aceite. El mecanismo de corte está conectado al marco principal por una barra de tiro que permite ajustar la barra de corte a distintos niveles. Un cigüeñal y una barra de conexión transforman el movimiento rotatorio en el movimiento de vaivén. La barra de corte mide por lo general 125 cm o más y tiene láminas con dedos que forman una mitad de las tijeras. La acción de corte se completa por la barra de cuchillas de vaivén con hojas triangulares. Las secciones de las cuchillas se pueden cambiar fácilmente quitando dos remaches e insertando cuchillas nuevas. En el extremo de la barra de corte hay un abridor del forraje para separar el forraje cortado del forraje en pie.

Estas segadoras son de construcción relativamente simple y su mantenimiento y reparación pueden ser hechos en talleres sencillos; sin embargo, requieren campos limpios y un afilado frecuente de las cuchillas. Es esencial que las láminas de los dedos estén alineadas de modo que las secciones de las cuchillas se deslicen suavemente por encima. La barra de corte está alineada correctamente cuando la chaveta del cigüeñal, la cabeza de las cuchillas y el extremo final de las cuchillas están todas en la misma línea. Las barras de corte y las cuchillas son intercambiables. Este tipo de segadora requiere una potencia de 1,5 kW por metro de corte y su velocidad puede ser de 3 a 8 km/h. Es el único tipo de segadora que puede ser tirado por animales; por lo general es tirada por dos animales y corta lo suficiente para alimentar correctamente el resto del equipo de trabajo y la mano de obra. El forraje cortado debería ser removido a mano o con un rastrillo de ruedas si estuviera disponible, lo más pronto posible después del corte. Otros movimientos posteriores se pueden hacer a mano o con equipos simples. Un rastrillo volcador es sumamente útil para formar hileras y recoger el heno para su carga y transporte. El transporte y el emparvado se hacen como en el heno de producción manual.

Lámina 8. Segadora de pasto a tracción animal. Altai, Xinjiang, China

Manipulación del forraje cortado

El removido y el esparcido del forraje se hacen por lo general a mano si bien rastrillos volcadores, barredoras y máquinas para esparcir el forraje fueron desarrollados junto con las segadoras y posteriormente adaptados a la tracción animal. El rastrillo volcador (Lámina 9) es la herramienta más común y útil; consiste de un cierto número de dientes largos ligeramente curvos inseridos en una barra paralela a su eje con un retén y un mecanismo para engranar el rastrillo movido por el operador por medio de un pedal cuando está sentado y guía el caballo. Es usado para formar las hileras de heno y para limpiar los restos de la cosecha del heno y del maíz.

Lámina 9. Rastrillo volcador hilerando alfalfa recién cortada. Altai, Xingyian, China

Parvas, trípodes y secado en armazones

Cuando hay peligro de que el forraje cortado se vuelva a humedecer, lo cual es sumamente peligroso, hay una etapa intermedia en la cual el forraje parcialmente seco es colocado en pequeños montones o parvas para secar con poco daño de la lluvia que lo pudiera afectar. En condiciones subóptimas, las parvas pueden ser construidas en trípodes de madera para mejorar su ventilación o el forraje puede ser colocado en armazones, que son, sin embargo, operaciones costosas. Estas operaciones son útiles también en áreas secas donde el heno de mejor calidad se hace colocándolo en parvas, lo cual reduce el deshojado y el blanqueado y produce un heno verde con hojas ricas en caroteno. Los armazones y los trípodes requieren de cualquier manera una cierta cantidad de postes que no siempre están disponibles.

Los sistemas completamente mecanizados obtienen buenos resultados con un buen cuidado en el manejo y en el hilerado. IEMVT (1992) describe y recomienda varias estructuras para el secado para los pequeños agricultores; estas incluyen una carpa canadiense que se construye con dos marcos en A con un poste central y uno o más postes en los lados y un cerco escandinavo de postes y alambres.

Lámina 10. Heno transportado al mercado, en Lhasa, Xizang, China. El clima de la meseta es demasiado rígido para cultivar forraje pero el Pennisetum flaccidum, en lugares protegidos, alcanza una altura en que puede ser cortado

Recolección, carga y transporte

Para la tarea de recolección de las hileras se fabricaron juntadoras de heno hilerado tiradas por caballos; algunas de ellas ayudaban al rodamiento del material facilitando su descarga. También se usaron pequeñas grúas para cargar el heno en carros o para transferirlo desde estos a los armazones bajo techo o en el campo donde son sumamente utilizadas. Estos equipos se usaron en establecimientos grandes, los cuales hoy día están completamente mecanizados. En los sistemas de los pequeños agricultores el heno se transporta en carros que pueden ser temporalmente modificados agregando barandas para aumentar su capacidad y transportar material voluminoso como el heno.

Mecanización simple

Los pequeños tractores son cada vez más populares de los países en desarrollo y a menudo sus propietarios contratan algunos trabajos fuera de su propia finca. Algunas técnicas antiguas como el corte y el manejo del forraje cortado pueden ser hechas con una inversión modesta y un equipo mínimo y pueden acelerar y mejorar considerablemente la producción de heno. Una segadora, un rastrillo y algunas barandas para aumentar el volumen de carga de los carros pueden hacer una contribución positiva a la mecanización de la cosecha del heno. En el Estudio de Caso en Altai, por ejemplo, un conjunto de máquinas con equipo pesado manejadas por la administración central fueron menos atractivas para los agricultores que los equipos de mecanización simple hechos por contratistas.

Lámina 11. Segadora de disco montada detrás del tractor. Altai, Xinjiang, China

Corte

Cuando se comenzaron a usar los tractores, las cortadoras de vaivén se ajustaron a sus características; los primeros modelos de arrastre producían el movimiento trasmitido desde las ruedas hasta que se evolucionó a los modelos operados por la toma de fuerza del tractor. En estos últimos modelos, la barra de corte y los controles van montados delante del operador y la barra de tiro queda libre para otros trabajos. La colocación de los equipos es tal que permite el corte incluso en las esquinas. El movimiento de vaivén de la barra de corte requiere cerca de 1,5 kW por metro de corte a una velocidad de 3 a 8 km/h lo que rinde de 0,2-0,6 ha/h con un corte de 1,5 m. En una temporada esto significa sustituir el 50 por ciento del trabajo manual.

Manejo del forraje cortado

Hay rastrillos volcadores que han sido adaptados al tiro de los tractores. Estas máquinas con dedos de acero son simples y livianas y no necesitan engranajes. Varias ruedas de giro independiente, de gran diámetro y con dientes elásticos se ordenan radialmente en un marco oblicuo. Las ruedas se mueven gracias al contacto con la tierra, son flotantes y se superponen entre ellas. Cuando las ruedas están en una sola barra, la máquina actúa como una hileradora de entrega lateral. En las máquinas de doble barra las ruedas pueden ser en dos líneas, una detrás de otra a fin de dar vuelta el forraje cortado.

Las enfardadoras fijas -movidas por un tractor o un motor- fueron desarrolladas donde el heno o la paja debían ser transportados. En los establecimientos más grandes han sido sustituidas por enfardadoras que levantan el fardo, pero aún así son usadas junto con equipos a tracción animal y otros métodos simples de producción de heno. El Estudio de Caso en Pakistán menciona que la paja es enfardada para el transporte a las ciudades.

Sistemas modernos

Hoy día existen equipos de distintas clases y grados más o menos variables de desarrollo. Con un tractor pequeño como aquellos que se encuentran en muchas áreas cultivadas por pequeños agricultores y con algún equipo simple como rastrillos revolvedores o hileradores, todo el sistema de trabajo puede ser diferente y más rápido que haciendo heno con tracción animal. Cuando los predios son grandes y hay disponible equipo pesado, será necesario contar con equipo especializado; el heno por lo general es enfardado en el campo y almacenado en tal forma. La mecanización de la producción de heno, el enfardado y el manejo están hoy día altamente desarrollados.

Corte

La segadora debería poder cortar el forraje necesario para un día de trabajo. A una velocidad de 15 km/h con un corte de 1,8 m de ancho cortará de 1,5 a 2 ha/h. Para mayores rendimientos hay disponibles segadoras de 2 a 3 m de ancho, pero el forraje debería ser hilerado a 1,6 m para permitir el paso de las ruedas del tractor y adaptarse a otros equipos; además, la tasa de secado se reduce si las hileras son muy gruesas. La segadora debería ser capaz de trabajar en forma continua, sin detenerse aún en los forrajes mas densos. Menos de 25 por ciento del tiempo debería ser utilizado para el removido, viajes entre los campos, demoras y ajustes. Cuando hay piedras u otros obstáculos es necesario ajustar la barra de corte para que pase por encima de ellos, alrededor de 4 cm por encima del suelo. La barra de corte tradicional se describió anteriormente. La segadora sin dedos, de doble cuchilla es menos susceptible a bloquearse pero necesita un equipo especial para su afilado. Puede trabajar a una velocidad de 10-14 km/h y cortar de 6 a 10 ha entre cada afilada. También existen segadoras a motor, con la barra de corte al frente.

Segadoras de discos

Las segadoras de discos, que tienen una barra de corte con dos a seis discos de rápida rotación son una herramienta moderna y se adaptan mejor a las condiciones de campos mal nivelados y forrajes más ordinarios (Lámina 11). Su acción de cortado del forraje es diferente de las cuchillas en vaivén, por lo que el forraje se seca más rápidamente. Requiere una potencia de 7 a 15 kW por metro de corte -esta potencia puede duplicarse cuando la máquina está mal mantenida o las cuchillas están desafiladas- y trabaja a una velocidad de 10 a 15 km/h; para un modelo de cuatro discos se necesita un tractor de 35 HP (26 kW). Las segadoras de discos no son aptas para la tracción animal. Estas segadoras difícilmente se bloquean en cultivos volcados o en cultivos muy densos. El mantenimiento de las cuchillas es simple y unjuego de cuchillas puede durar 40 hectáreas en condiciones aceptables. Se debe prestar atención a la altura de las cuchillas y a la posición delantera y trasera de la barra de corte. Las segadoras de discos pueden trabajar hasta una velocidad de 16 km/h, pero por lo común trabajan entre 10 y 13 km/h. Su rendimiento es 0,5 a 1,5 ha/h por metro de corte. Las segadoras de doble tambor están actualmente difundidas en toda Europa occidental.

Acondicionadores

El objetivo de los acondicionadores es el de reducir el período durante el cual el cultivo está en situación de riesgo; no debería solamente aumentar la tasa de secado sino que además lo debería estimular. El acondicionamiento es, por lo tanto, efectivo solamente cuando las condiciones son adecuadas para la pérdida de humedad. El acondicionamiento mecánico por lo general lleva a la pérdida de algunos nutrientes por rotura del material. Es más efectivo cuando se hace en el momento del corte o inmediatamente después de este; por lo general tritura u ondula el forraje. La trituración se obtiene pasando el forraje entre rodillos lisos o acanalados; las ondulaciones pueden triturar o doblar el forraje a intervalos de 5-10 cm y pueden triturar algunas hojas. Los equipos modernos incluyen segadoras-acondicionadoras que trituran parcialmente el forraje en la operación del corte, acelerando de este modo el secado. Las primeras segadoras-acondicionadoras fueron diseñadas en los Estados Unidos de América para el cultivo de alfalfa y comprendían una segadora seguida de rodillos trituradores o dobladores; trabajan bien en cultivos medios pero no cuando estos son densos como en las condiciones europeas. En Europa se usan segadoras de tambor o disco de un ancho de 1,5 a 3 m seguidas de rodillos pero hay cada vez más esparcidoras que trituran el forraje contra un cóncavo en segadoras de tambor.

Manejo del forraje cortado

El esparcido del forraje inmediatamente después del corte favorece la tasa de secado. El acondicionamiento o triturado debería ser hecho dentro de 20 minutos después del corte. El momento de manejar el forraje cortado es fundamental, y cuando la demanda de mano de obra está en su momento culminante, es conveniente tener una máquina con una alta tasa de trabajo y una baja demanda de fuerza. Debería tener un buen ancho de corte y seguir la superficie de la tierra de modo de asegurar que la mayor parte del cultivo sea tratada correctamente. Las máquinas más modernas usan una configuración de dientes que se mueven en un plano casi horizontal y tienen algunos tambores para volcar el cultivo hacia un lado. Si fuera necesario dejar un gran espacio entre las hileras se puede pasar la máquina en sentido alternado combinando dos pasos de corte en una sola hilera. Los esparcidores de heno se están difundiendo ampliamente; tienen una serie de levantadores en el eje horizontal que levantan y airean el forraje cortado. Algunas máquinas combinan varias funciones y pueden esparcir o hilerar el forraje, dependiendo de la dirección de trabajo de los implementos. Las máquinas para levantar el forraje que trabajan a la velocidad del tractor, tales como las enfardadoras, necesitan una masa de forraje uniforme.

En climas templados el forraje cortado debe ser levantado para su aireación. En condiciones secas y cálidas puede ser conveniente esparcir el forraje sobre una gran superficie para que se beneficie con la insolación. En muchas situaciones de clima templado es necesario, sin embargo, rastrillar, mezclar y revolver el forraje cortado mientras ocurre el proceso del secado. Excepto cuando el tiempo es cálido y soleado, el forraje cortado debe ser colocado en una posición tal que pueda aprovechar cualquier movimiento de aire en el campo. Tanto los trituradores como los acondicionadores del forraje están diseñados para ordenar el forraje cortado y ayudar el movimiento del aire. Si la lluvia cae sobre una hilera preparada para el enfardado, deberá ser abierta tan rápidamente como sea posible, de lo contrario el secado será muy lento. En condiciones muy cálidas y áridas, un secado muy rápido de las hojas tiende a que estas caigan y además se blanqueen, pero el hilerado puede ser un paliativo para ello. El secado puede ser acelerado recolectando el forraje medio seco en hileras angostas y compactas para pasar la noche y esparciéndolo nuevamente la mañana siguiente una vez que el suelo entre las hileras se haya secado. El forraje cortado debe siempre ser recolectado en hileras para su transporte o enfardado. La velocidad del enfardado depende en gran parte del tipo de hilera que se presenta al molinete levantador.

Fardos y enfardadoras

En la producción mecanizada de heno el enfardado mas común es hecho por máquinas que recogen el forraje cortado. Hay fundamentalmente dos tipos de fardos: el fardo estándar de forma de un prisma rectangular que puede ser manejado manualmente y los fardos grandes, cilíndricos de cerca 500 kg de peso que se manejan usando el cargador frontal del tractor. Un fardo estándar mide aproximadamente 36 × 46 × 90 cm y pesa entre 15 y 25 kg según la densidad del fardo y el contenido de humedad del heno. Estos fardos son prácticos para manejar manualmente y proporcionan ración suficiente para cuatro a diez vacas lecheras. Tales fardos son útiles cuando son necesarias pequeñas cantidades de heno a alguna distancia del depósito o en edificios no adaptados al manejo mecanizado.

Hay dos tipos de enfardadoras estándar. La mayoría son del tipo de cabeza de carnero cortadora en la cual el elemento de vaivén que comprime el forraje recibe ese nombre y tiene una cuchilla para cortar el forraje al final de cada golpe. Si la cuchilla está bien mantenida y colocada, se formarán núcleos de forraje que después pueden ser fácilmente separados. La densidad del fardo puede ser ajustada entre 80 y 220 kg/m3 por medio de la regulación de las láminas elásticas. En muchas enfardadoras el largo del fardo puede ser ajustado a una medida entre 1,5 y 2 veces el ancho del mismo. Otro tipo de enfardadora es el compresor de fardos que dobla el forraje y no corta las sucesivas cargas de forraje. En condiciones similares del cultivo, produce un fardo menos prolijo, por lo general de una menor densidad que el compresor de cabeza de carnero cortadora. Tales fardos tienen la ventaja, sin embargo, de que el aire penetra mas fácilmente permitiendo una mejor ventilación, lo cual es útil para manejar un cultivo con alto contenido de humedad.

El levantador de una enfardadora debe ser lo suficientemente ancho como para trabajar en un cultivo denso y tomar un corte de forraje de 1,5 m de ancho. El mejor trabajo es hecho por una máquina que combine dientes levantadores estrechos, una rueda levantadora de flotación libre y una guía con resortes. El flujo del forraje cortado a la cámara de enfardado debe estar libre de obstáculos y las enfardadoras deben ser de fácil ajuste si se desea obtener fardos bien hechos. Si la alimentación es desuniforme, el fardo se curvará desde el lado más denso y las ataduras se pueden deshacer.

Las atadoras deben ser capaces de manejar diversos tipos de materiales para atar. Además, la enfardadora y la atadora necesitan un buen mantenimiento en la temporada de descanso.

La máquina debe ser ajustada de acuerdo al tipo de heno y a su contenido de humedad, el cual varía según la hora del día y su posición en el campo, por lo que la atención continua del operador es esencial. El heno húmedo produce fardos pesados que pueden romper las ataduras si son demasiado densos o grandes. Un heno liviano con muchos tallos produce fardos livianos con ataduras flojas. Los fardos deben ser examinados respecto a su contenido de humedad y a su forma a medida que dejan la cámara de compresión del forraje. En Gran Bretaña el heno es enfardado con una humedad entre 20 y 35 por ciento, pero debe continuar siendo secado bajo techo. Los fardos con alto contenido de humedad deberían ser más cortos que los fardos más secos. La producción de fardos varía entre 3,5 y 10 fardos/h pero por lo general está entre 6 a 7,5 t/h o equivalente a cerca de 1 ha/h. La mecanización de la carga y el manejo, por lo general se hacen en un remolque o en sistemas en los cuales, para la protección del mal tiempo en el campo, se agrupan los fardos en pirámides de tres a 15 fardos.

Las actividades involucradas en el manejo de fardos estándar son su agrupación, carga en el medio de trasporte, descarga y apilado en el lugar de almacenamiento. El proceso ideal es el acarreo directamente de la enfardadora al depósito, pero lamentablemente esto no ocurre comúnmente. A veces se hacen pequeñas pilas de fardos en el campo para retenerlos por un tiempo limitado y se ponen bajo una cubierta para protegerlo parcialmente de las inclemencias del tiempo mientras se disipan el calor de la oxidación y algo de humedad. El amontonamiento en el campo divide su manejo en los casos de escasez de mano de obra. La forma y el tamaño de las pilas deberá ser decidido como una parte integral del sistema de manejo y no debe reducir el rendimiento de la enfardadora. El tamaño de las pilas está relacionado al tamaño del campo y su topografía así como al tamaño del depósito y su diseño. Es necesario estimar cuanto forraje será manejado por unidad de tiempo de modo de evitar su deterioro entre el enfardado y el almacenamiento. Los fardos pueden ser recogidos desde el campo y cargados directamente en remolques, cerca de 180 fardos por persona por hora. Los cargadores mecánicos operados en forma hidráulica pueden cargar cerca de 400 fardos por hora. Un equipo de tres personas utilizando estos medios puede llegar a almacenar hasta 200 fardos/h o 70 fardos persona/h, que es el doble de la carga manual. Descargadores y eyectores pueden ser agregados a la parte trasera de la cámara de compresión de la enfardadora permitiendo una rápida remoción de los fardos del campo, pero en estos casos son necesarios varios remolques. El amontonamiento de los fardos sobre un remolque es un trabajo exigente y si los operarios no rinden de acuerdo a la marcha de las máquinas, el enfardado se demora. El tiempo necesario para cada ciclo trabajo se incrementa con estos equipos complejos.

Los fardos, así como salen de la enfardadora son muy susceptibles al daño de lluvias fuertes y además interfieren con el rebrote del cultivo si permanecen en el mismo lugar por varios días. Por lo general se amontonan los fardos en líneas; si las pilas son cubiertas con telas de plástico o lonas (Lámina 12) o con un techo de paja pueden permanecer por algún tiempo en el campo. Las coberturas de plástico deberían ser quitadas a intervalos para disipar el agua de condensación. La recolección manual después del pasaje de la enfardadora demora toda la operación. Los sistemas automatizados tales como los recolectores al azar y los recolectores completamente automáticos que recogen y apilan los fardos forman grupos que pueden ser levantados por un cargador sin más necesidad de mano de obra. Las máquinas más simples ordenan los fardos en grupos de ocho o diez unidades.

Fardos grandes

Hay dos tipos de fardos grandes cilíndricos. Los fardos construidos en una cámara fija tienen un diámetro único; al inicio el heno es enfardado al azar pero cuando entra en contacto con el mecanismo de formación del fardo empieza la acción del enrollado. Esto completa el fardo con una espiral de forraje alineado y comprimido. Las capas exteriores del fardo son más densas que su núcleo y el tamaño del fardo está predeterminado por el tamaño de la cámara de enfardado.

Lámina 12. Fardos comunes de heno cubiertos por una lona y secándose en un clima húmedo. Alford, Escocia

Lámina 13. Fardos cilíndricos secándose en el campo pero perjudicando el rebrote. Dunecht, Escocia

En las enfardadoras de cámara variable, el mecanismo de formación del fardo se expande con este, y está sometido a un enrollado continuo. El tamaño del fardo puede ser determinado por el atado en cualquier momento del proceso.

Los fardos grandes oscilan entre 0,9 m de diámetro y 1,2 m de largo hasta 1,8 m de diámetro y 1,5 m de largo. La densidad del fardo está por lo general entre 110 y 120 kg/m3.

Las enfardadoras grandes son de construcción y operación simple pero la forma y la estabilidad de los fardos depende en parte de la forma de la hilera recogida y de la habilidad del operador. El cultivo a ser enfardado debería estar más seco que para los fardos comunes, si fuera posible con menos de 18 por ciento de humedad. Los fardos son atados con cordeles finos y entonces eyectados, su atado puede consumir entre 30 y 40 por ciento del tiempo del enfardado. Estas máquinas producen 6-10 t/h dependiendo del cultivo y del tamaño del fardo. Los fardos permanecen en el campo para su secado posterior ya que el secado artificial no es eficiente en estos casos. Los fardos grandes son usados sobre todo como una forma de almacenar paja, especialmente para el tratamiento posterior con amoníaco. Estos fardos que siempre son manejados con el cargador frontal del tractor, deben ser removidos rápidamente del campo para evitar daños al cultivo; son colocados individualmente en un lugar adecuado para su almacenamiento, con suficiente espacio entre los fardos. Cuando se almacenan fardos se debe vigilar y hacer un buen mantenimiento durante todo el año y no sólo en el momento de la cosecha.

Almacenamiento

El heno puede ser conservado durante largos períodos si está bien hecho y correctamente almacenado; en cambio, se puede deteriorar rápidamente e incluso perderse en malas condiciones de almacenamiento. El objetivo del almacenamiento del heno es el de mantenerlo seco y evitar pérdidas debidas a pudriciones, pestes, ganado suelto, fuego o viento.

Las áreas de almacenamiento, tanto las parvas en el campo como los fardos deben tener una base seca todo el año y no solamente en el momento del almacenamiento. Deben ser siempre accesibles a los medios de transporte y estar protegidos del ganado suelto y del riesgo del fuego. Siempre que sea posible, es mejor almacenarlo en condiciones protegidas antes que dejarlo en el campo. El almacenamiento ideal es cerca o en el mismo establo, pero no siempre es posible.

Emparvado

Las parvas de material suelto son el método tradicional de almacenar grandes cantidades de heno y, aparte del almacenamiento en el establo, han sido el principal sistema en fincas grandes y pequeñas hasta que la introducción de la enfardadora revolucionó la producción comercial de heno.

Una vez que el heno se ha secado en el campo a un contenido adecuado de humedad, es transportado hasta el lugar en que se armará la parva. El heno debe ser cuidadosamente cargado en los carros y descargado en el mismo orden en que fue cargado. En ningún caso se volcará del carro, aun cuando se construya la parva con horquillas ya que el heno desparramado sin orden es difícil de manejar. El emparvado es un trabajo que requiere cierta experiencia y la calidad y la seguridad de la cosecha dependen en gran parte de la habilidad del operador, sobre todo en aquellas regiones de lluvias moderadas a altas. Las parvas pueden ser de sección cilíndrica o rectangular dependiendo de las cantidad de heno y de sus condiciones. A menudo se construyen sobre una base de piedras para su buena aireación y en zonas templado- húmedas se puede colocar con ese objetivo un trípode en el centro de la parva. Skerman y Riveros (FAO, 1989) recomiendan construir parvas alrededor de un poste central de madera dura, pero esto dependerá de su disponibilidad y costo. Cuando se construye la parva, el centro debe ser mas sólido, de lo contrario la parva puede desarmarse y penetrar la lluvia. Los lados deberían tener una cierta inclinación hacia afuera y la parte central superior estar ligeramente más levantada. En algunos casos se usan cuerdas o redes para proteger las parvas del viento. Una cobertura con paja o pastos ordinarios puede ser común en áreas donde puede llover en la época de almacenamiento. Esta operación no debería ser hecha inmediatamente porque es necesario disipar el calor y la humedad después de construir la parva.

El lugar en que se construye la parva debe ser mantenido limpio durante su construcción y en el período de almacenamiento y plagas como los roedores deben ser eliminadas sin demora. Además del daño que producen los roedores, en algunas áreas atraen serpientes, que son motivo de trabajo adicional cuando el heno se distribuye al ganado. Los termites también son otra causa de daño y en áreas sujetas a fuertes vientos se deben construir rompevientos de tierra, de lo contrario no se puede almacenar el heno. En los áreas de vientos muy fuertes la parva no podrá ser más alta que los rompevientos.

Las parvas forradas son tradicionales en las áreas en las cuales la paja es triturada en el momento de la cosecha como se describe en los Estudios de Caso. Este sistema no es mayormente usado hoy en día. El almacenamiento de heno y paja en las horquetas de los árboles está bastante difundido, sobre todo para la paja, de modo de mantenerla fuera del alcance del ganado suelto.

El almacenamiento del heno sobre el techo de las casas es común entre los pequeños agricultores en zonas semiáridas donde los techos por lo general son planos; el techo es usado a veces para secar otros cultivos además del heno. En áreas en que las precipitaciones son muy bajas o casi nulas este es un buen método de almacenamiento, pero en las áreas lluviosas el material se deteriora considerablemente. Una razón para usar el techo de las casas es, seguramente, colocar el heno fuera del alcance de los animales; otra razón es el actuar como aislante para la casa. El sistema tiene, sin embargo, un riesgo importante de incendio.

Lámina 14. Heno emparvado detrás de un rompeviento, Altai, Xinjiang, China. En este clima árido no es necesario colocar un techo pero las parvas deben ser bajas y necesitan protección contra los vientos fuertes

En algunas partes de India y Nepal, los refugios de madera o terai se construyen comúnmente cerca de las viviendas o del galpón para los animales, por lo general búfalos. El terai es una construcción de techo plano que sirve como plataforma para almacenamiento de paja y heno y que protege al ganado del sol. Algunas de estas construcciones tienen un poste central para amontonar más firmemente el heno o la paja.

Riesgo de incendio

El heno, como todos los residuos secos de las plantas, es un material fácilmente inflamable, por lo que es necesario tener cuidado de ubicar las parvas y almacenar el heno en lugares estratégicos a fin de minimizar los riesgos. El heno almacenado puede quemarse accidentalmente por fuego de las casas, descuido de los fumadores, chispas de quema de bosques y muchas otras causas. El cuidado en la ubicación, la limpieza -incluyendo remover el heno que cae durante el transporte- el evitar de fumar o de encender otros fuegos en las cercanías ayudarán a prevenir accidentes. Cuando el heno se almacena cerca de las poblaciones es necesario aumentar esos cuidados. La combustión espontánea puede ocurrir cuando el heno es almacenado con un contenido de humedad excesivo.

Los incendios intencionales conforman otra situación de riesgo: una solución interesante a este problema, en una zona donde este es un procedimiento usual para dirimir controversias, se presenta en el Estudio de Caso en Turquía oriental donde las autoridades han insistido en la construcción de parvas comunales: si una de ellas se quema, se queman todas.

Almacenamiento de los fardos

Los avances en la mecanización se han concentrado más en la limpieza de los campos que en el manejo del depósito. Los elevadores mueven los fardos desde los carros hasta la parva, pero la velocidad de la operación no está en consonancia con los sistemas de manejo en el campo. Es necesario un equipo de tres personas para alimentar un elevador y almacenar los fardos, un total de 420 a 500 fardos por hora. Cuando el diseño del depósito es adecuado se usan cargadores frontales.

Fraccionado del heno de las leguminosas

En China se utilizan sistemas tradicionales para separar las hojas y los tallos de las leguminosas para diferentes usos. El secado final del heno se hace usualmente cerca de la casa y una vez que está realmente seco, es golpeado ligeramente de modo que las hojas se separen de los tallos. Las hojas son un alimento de alta calidad y por lo general se reservan para animales monogástricos. En el caso del heno de alfalfa, los tallos serán usados para los rumiantes (ver Estudio de Caso 5, Liaoning, Capítulo XI). En áreas en las que hay falta de combustibles como el Plateau de Loess, el trébol de olor (Melilotus sp.) y la vicia lechosa del norte de la China (Astragalus adsurgens) son tratadas con este método y los tallos más gruesos usados como combustible; esto se hace, sin embargo, cuando hay abundancia de mano de obra familiar. Una técnica similar es usada algunas veces para recoger las hojas de los árboles y los arbustos mientras están verdes; las podas son amontonadas en un lugar soleado y ventilado para su secado y almacenamiento. Las ramas que sobran se usan como combustible doméstico. Caragana spp. algunas veces se trata de esta forma en el Plateau de Loess así como también Alhagi spp. en el norte de Afganistán. Ziziphus spp. es cortado en trozos en algunas partes de Rajastán.


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