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9. REQUISITOS ADMINISTRATIVOS Y DE INVESTIGACIÓN


Los requisitos administrativos para el seguimiento y ordenación de la capacidad pesquera dependerán del sistema de ordenación adoptado. En general, los Estados deben comprobar que el sistema administrativo es suficiente para sustentar el sistema elegido.

9.1 Necesidades de datos

La capacidad pesquera debería supervisarse independientemente del sistema de ordenación elegido. Ello requerirá la utilización sistemática de datos sobre las capturas y la flota.

En general la producción se supervisa de forma sistemática en la mayor parte de los países, al menos en lo que respecta a los desembarques. La ordenación basada en la producción requerirá un control mucho más estricto de los desembarques y capturas, que permita el seguimiento de los descartes y capturas incidentales.

Con respecto a los insumos, en el PAI se insiste en que los Estados deberán preparar y mantener registros nacionales apropiados y compatibles de barcos pesqueros, especificando además las condiciones de acceso a la información. En espera de la entrada en vigor del Acuerdo de cumplimiento se pide a los Estados que apoyen que la FAO establezca para el final del 2000 un registro internacional de barcos pesqueros que faenan en alta mar.

A los efectos de la ordenación de la capacidad pesquera nacional, los registros de los buques pesqueros pueden contener información básica sobre los mismos, como número de identificación, bandera y puerto de registro, tipo, especificaciones clave (edad, origen, eslora, potencia, tonelaje, etc.), propietario, tipo de artes y características principales.

Si la capacidad pesquera se va a ordenar mediante el control de los insumos, habrá que hacer mucho más hincapié en los sistemas estadísticos de la flota y en los registros de los buques pesqueros. Quizá haya que especificar con mayor detalle las características de las embarcaciones y los artes. Las autoridades pesqueras quizá necesiten también reconstruir el historial de la flota durante un largo período (fecha de construcción y de modificación de los buques/artes, fechas de ingreso en pesquerías específicas, etc.). En ausencia de esta información, será difícil y costoso examinar la dinámica de la flota a largo plazo, requisito necesario para el diseño de planes de ordenación de la capacidad general y para el control de los insumos en particular.

Deberá recopilarse también información en forma sistemática en relación con cada uno de los buques. Ello supondría un registro de las autorizaciones específicas de cada uno de ellos (por ejemplo, contingentes de captura en el marco de CI; autorización para acceder a zonas y pesquerías específicas; limitación de los artes; entrada-salida de diferentes pesquerías, etc.).

En general, se observa que los insumos y la producción se supervisan generalmente de forma más bien dispersa: los datos sobre capturas, sobre capturas y esfuerzo y sobre flotas se recopilan de tal manera que resulta difícil analizar las interacciones entre insumos y producción y la dinámica de la flota en relación con la base de recursos. En Italia, por ejemplo, se ha establecido un sistema bastante avanzado de seguimiento de la flota, que es muy útil en cuanto tal, pero que no consigue vincular la información sobre los insumos (técnicos y económicos) y los resultados (capturas, ingresos) en pesquerías específicas. Aun cuando esto pueda considerarse consecuencia directa del sistema de ordenación vigente en el Mediterráneo, este sistema ofrece poca información que pueda utilizarse en las pesquerías. Ello demuestra la necesidad de supervisar las flotas en el plano nacional, en forma de establecimiento de registros de normas, y en cada pesquería, mediante el seguimiento de las operaciones de los buques en una o varias pesquerías.

La mayor parte de los países han establecido tradicionalmente sistemas de seguimiento y servicios complementarios de investigación que conceden gran importancia al desarrollo de los conocimientos sobre capturas y sobre la situación de la base de recursos. Las autoridades pesqueras quizá consideren útil desarrollar sistemas semejantes para supervisar sus flotas y mejorar los conocimientos de sus características y dinámica, tanto en el país como en las distintas pesquerías y en relación con los cambios en la situación de los recursos, la economía y la reglamentación.

El control directo o indirecto de los flujos de inversión y la asignación del esfuerzo requiere un sistema adecuado de segmentación para definir las unidades de ordenación de las pesquerías. El enfoque dominante en la segmentación sectorial es la pesquería, definida en función de las poblaciones. La segmentación puede aplicarse también a la flota en general y al espacio (zonificación). La segmentación puede realizarse a partir de una o varias bases, con el fin de definir unidades de ordenación de la capacidad para las actividades de supervisión y ordenación de la capacidad.

Cuando se contempla la posibilidad de introducir un plan de operación de la capacidad, la autoridad pesquera debería evaluar y, en caso necesario, revisar la segmentación del sector pesquero en la forma más adecuada para los instrumentos que se van a crear.

9.2 Necesidad de investigación

La sobrecapacidad es un problema que afecta a todo el sector. Para hacerle frente se requiere una comprensión adecuada del comportamiento económico de las empresas pesqueras. Los Estados deberían impulsar la investigación sobre los aspectos industriales y de gestión de la economía de las empresas pesqueras con el fin de mejorar ese entendimiento y permitir la formulación de medidas contra la sobrecapacidad que sean compatibles con las estrategias económicas de los pescadores.

Las instituciones pesqueras deberían prestar más apoyo a la investigación sobre las cuestiones relacionadas con la ordenación de la capacidad pesquera. Se requiere también investigación internacional coordinada, sobre todo con respecto al desarrollo de instrumentos y políticas que puedan ser más indicados para los países en desarrollo.

En la segunda parte de este documento se han formulado sugerencias sobre las áreas que requieren mayor investigación, si se desea una ordenación eficaz de la capacidad. En la presente sección se resumen las principales esferas en las que es preciso trabajar.

Al parecer, hay cuatro áreas principales en que la investigación sería particularmente beneficiosa. La primera se refiere a la medición y evaluación de la capacidad. Aunque se han conseguido progresos desde 1998, hay que continuar trabajando para elaborar nuevos conceptos y métodos y lograr una aplicación coordinada. Las nuevas investigaciones internacionales, regionales y nacionales deberían orientarse en particular a los siguientes fines:

Una segunda esfera que debe ser objeto de investigación empírica es la producción en cuanto tal. Es claro que el tema de la sustitución de insumos es fundamental para la ordenación de la capacidad, sobre todo en situaciones en que no pueden utilizarse métodos de control basados en incentivos. Los Estados deben promocionar la investigación para llegar a una comprensión de la funciones de producción en sus grandes pesquerías, a fin de que pueda formularse una política coherente de ordenación de la capacidad. Como ya se ha señalado antes, puede ser muy difícil, por no decir imposible, controlar la capacidad en una pesquería que tenga tecnología de la producción muy flexible (los insumos pueden sustituirse fácilmente por otros).

Una tercera esfera donde es necesaria la investigación, tanto teórica como empírica es la relativa a los instrumentos de ordenación. En la sección 8 se observa que los países tienen relativamente pocos instrumentos entre los que elegir para la ordenación de las pesquerías. Podrían realizarse provechosamente investigaciones empíricas sobre la adaptación de los instrumentos existentes a situaciones concretas de ordenación de la pesca, por ejemplo, el establecimiento de sistemas viables de derechos territoriales de uso o de ordenación conjunta de las pesquerías en pequeña escala.

Finalmente, se necesitan muchos más estudios para comprender el comportamiento económico de los pescadores. En este documento se ha insistido en que la sobrecapacidad es debida a las respuestas racionales de los pescadores ante los incentivos económicos con que se encuentran. Sería muy útil realizar nuevas investigaciones para mejor conocer los incentivos, tanto macroeconómicos como sectoriales, con que se encuentran los pescadores en pesquerías concretas. La identificación de sus incentivos permitiría a los Estados evitar políticas contraproducentes, lo que representaría ya un avance importante. El análisis de los comportamientos de inversión y de las políticas fiscales presentado por Jensen (1998) constituye un ejemplo del tipo de investigación que podría llevarse a cabo provechosamente en muchos países.

Entre los temas más concretos especialmente pertinentes para una investigación coordinada de alcance nacional, regional e internacional sobre los métodos de ordenación de la pesca y la ordenación de la capacidad cabe señalar los siguientes:


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