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Libros

Manglares: un ecosistema frágil

Mangroves du Sénégal et de la Gambie. Claude Marius. Tesis doctoral. Paris, ORSTOM, 1985. 357 págs.

Los manglares, uno de los ecosistemas más amenazados de nuestro planeta, ocupan una extensión de 15 millones de hectáreas en las zonas tropicales de Africa, Asia y los Estados Unidos. En ellos la vegetación de tierra y la fauna marina viven juntas en un equilibrio precario que todavía no se ha llegado a entender bien, aunque se sabe que es fácilmente destruible.

Antiguamente el término manglar se utilizaba para designar las formaciones de plantas de ciertas llanuras costeras en las regiones tropicales. Actualmente, designa ecosistemas completos de los estuarios de muchas regiones tropicales.

Existen tres factores que condicionan la formación de manglares. El primero y principal es el clima, ya que para su crecimiento necesitan temperaturas elevadas. En segundo lugar, los lugares más favorables son las zonas de intermareas: deltas, estuarios y lagunas. Por último el grado de salinidad; los manglares mejores se desarrollan en las regiones ecuatoriales y tropicales húmedas donde, la mayor parte del año, las aguas no contienen sal.

En esta tesis doctoral, Claude Marius estudia formaciones de Senegal y Gambia. Las de Casamance y Saloum, en Senegal, crecen en brazos de mar y están expuestas a la influencia directa del agua salada del mar. Las formaciones vegetales son de dos tipos: los manglares, representados por seis especies de plantas, y los pantanos salobres de halófilos que reciben el nombre de tannes. Los manglares de Gambia crecen en un verdadero estuario donde el agua dulce neutraliza el efecto del agua marina. El río Gambia, a diferencia del Casamance y del Saloum, es suficientemente caudaloso como para que sus aguas dulces hagan retroceder el agua salada durante gran parte del año.

El autor estudia ese medio ecológico desde el punto de vista del clima, la flora, la fauna marina y terrestre y la hidrología, y analiza la morfología de los suelos de manglar estudiando seis muestras y examinando los principales factores que influyen en la pedogénesis de esos suelos, en particular el azufre, del que dependen la acidez y el contenido de sales solubles que provocan la salinidad.

En el pasado, un gran número de productos de los manglares eran de uso corriente, sobre todo en las esferas de la nutrición, medicina, agricultura, pesca y producción maderera. Hoy en día las zonas de manglares se utilizan en muchos países con fines agrícolas, sobre todo donde existe una gran presión demográfica. El principal cultivo es el arroz. En la tesis se dedica un capítulo importante a la explotación de esos suelos. y se ponen de relieve las muchas dificultades con que tropiezan las actividades de ordenación. Por ejemplo, la mayor parte de los suelos de los manglares, que tienen una textura fina y no son muy permeables, están amenazados por distintos tipos de inundaciones. La salinidad, la dificultad de acceso y la inestabilidad de las tierras no bonificadas hacen muy difícil las operaciones de roza, sobre todo por medios mecánicos.

En las orillas de los afluentes del Casamance la presencia de grandes zonas vírgenes de manglares ha inducido al Gobierno de Senegal a iniciar un vasto programa de ordenación en esta región. Se espera que la explotación de los manglares permita el desarrollo equilibrado y armonioso de las actividades relacionadas con este medio, a saber la pesca y la acuicultura en los tannes y el cultivo arrocero gracias a la construcción de presas que permitan disponer de agua dulce al final de la estación de las lluvias.

No debe olvidarse, sin embargo, que tanto los trabajos de ordenación como la modificación de las técnicas tradicionales agrícolas pueden perturbar el frágil equilibrio del ecosistema. Por consiguiente, conviene proteger los puntos débiles, sobre todo las orillas sometidas a la erosión, y proteger la tierra que rodea los manglares.

Qué se entiende por ordenación de recursos genéticos

Gestion des ressources génétiques des plantes. J. Pernes. Paris, Organismo de Cooperación Cultural y Técnica, 1984. Dos volúmenes. 558 págs.

La desaparición de las tierras cultivables debido a la erosión y a una utilización irracional del suelo, y las elevadas pérdidas debidas a las plagas producidas por parásitos que se han hecho inmunes a los plaguicidas, exigen la urgente adopción de técnicas agrícolas más eficaces y la mejora genética del material de cultivo. En los países en desarrollo esas medidas resultan todavía más urgentes puesto que la seguridad alimentaria de la población, siempre en aumento, depende de ellas.

ARROZ EN INDONESIA hay que defender las especies silvestres (F.BOTTS/FAO)

NUEVAS INVESTIGACIONES SOBRE ESPECIES DE CAFETALES un intento de ordenación genética (FAO)

Teniendo en cuenta esta realidad, el Organismo de Cooperación Cultural y Técnica, organización intergubernamental creada en 1970 en virtud del Tratado de Niamey, inició hace varios años un proyecto en dos fases: la primera de ellas para el acopio, intercambio y elaboración de datos mediante inventarios sobre el terreno, análisis de laboratorio y creación de un banco de datos computadorizados, y la segunda, orientada específicamente a la aplicación de esos datos. El resultado de esta labor es el libro que se reseña aquí, preparado por un equipo de especialistas bajo la dirección de J. Pernes. El libro consta de dos partes: un manual y una serie de monografías.

El objetivo inmediato del manual es permitir que los lectores comprendan lo que se entiende por «ordenación de recursos genéticos» y proporcionarles al mismo tiempo instrumentos para formarse un bagaje metodológico y técnico propio. (Para una visión más especifica de la función que desempeña la ordenación de recursos genéticos forestales véase «La genética y los bosques del futuro», de Gene Namkoong en Unasylva 38 (152): 2-17 - Red.)

El manual consta de cinco capítulos. En el primero se estudia la organización de las especies complejas, es decir las plantas que, en condiciones naturales, pueden intercambiar genes por hibridación, ya sea directamente o a través de plantas intermedias. Los autores señalan que la constitución, conservación y evaluación de recursos genéticos no significa simplemente mantener, etiquetar y enumerar. La diversidad de un grupo de plantas cultivadas es, de hecho, una entidad dinámica en constante evolución.

El manual pasa seguidamente a analizar las estrategias de prospección, cuyo objetivo define como el acopio de material vivo, incorporando la mayor variabilidad posible. En realidad, la prospección encaminada a la mejora genética de una planta debe ser exhaustiva y estar destinada a reunir la mayor cantidad de conocimientos posibles sobre la planta en cuestión.

En tercer lugar, con respecto a la evaluación de recursos, los autores indican que el material vegetal acumulado durante las investigaciones puede constar de millares, e incluso decenas de millares, de ejemplares. El programa de evaluación consistirá entonces en analizarlos, teniendo en cuenta el conjunto de problemas que pueda plantear su futura utilización. La evaluación agronómica carecerá de utilidad si no se realiza en las mismas condiciones ecológicas del proyecto fitogenético.

Con respecto a la conservación de los recursos genéticos. el manual indica la posibilidad de salvaguardar el potencial genético mediante la conservación in situ de las formas silvestres en sus respectivos ecosistemas y de las formas cultivadas en las zonas agrícolas tradicionales. Señala, sin embargo, que la aparición de una agricultura moderna, de elevado rendimiento, ligada al crecimiento demográfico mundial y a la industrialización, ha ocasionado la desaparición de cultivares tradicionales que han sido sustituidos por un número limitado de variedades seleccionadas.

En quinto lugar, el capítulo que trata de las bases de datos y de su utilización con fines estadísticos, constituye un prontuario de los conocimientos biológicos necesarios para aquellos que trabajan en temas sobre información y que desean adaptar las bases de datos generales a los problemas específicos de los recursos genéticos.

El autor insiste en que existen muy pocas plantas cultivadas cuya explotación no haya traspasado ampliamente las fronteras de su región de origen, y que muy pocas plantas indígenas se cultivan con fines agrícolas en un solo país, por lo cual la mayor parte de los recursos genéticos escapan a la atención de los que los utilizan. Se pueden adoptar dos soluciones: la creación de un organismo internacional que se encargue de la gestión de los recursos genéticos, considerados patrimonio de la humanidad no susceptibles de apropiación por grupos de interés limitado, o la creación por parte de cada país de su propio banco de genes.

Las monografías dan ejemplos concretos de la información presentada sistemáticamente en la sección de «metodología». Se estudian cuatro especies: Panicum maximum, café, arroz y mijo. Se ha elegido la planta forrajera Panicum maximum (hierba de Guinea) por la necesidad de fomentar la investigación tanto en lo que respecta a la ordenación de pastos naturales como a la creación de otros artificiales que reduzcan el creciente déficit de proteína animal. Las investigaciones, realizadas en Cote d'Ivoire, Kenya y la República Unida de Tanzania han permitido el acopio de especies vivas que se han plantado en una parcela del centro ORSTOM situado en Cote d'Ivoire.

Con respecto al café, la labor se ha centrado en la mejora de las especies y en la selección de las más prometedoras, dando preferencia a C. canephora por su vigor y resistencia a las enfermedades,

El cultivo del arroz en Africa occidental, afirman los autores, se remonta a tiempos muy antiguos, probablemente anteriores a los de la introducción del arroz de origen asiático. Sin embargo, durante los últimos 50 años la puesta en ejecución de proyectos arroceros y la promoción de las variedades modernas han puesto en peligro la supervivencia de las especies indígenas. Actualmente las investigaciones se ocupan sobre todo de identificar y determinar las posibilidades de adaptación y utilización de las variedades nativas.

En cuanto al mijo, cereal básico en toda la zona del Sahel, en los recientes programas de mejora, se ha procurado reducir la relación entre paja y grano y mantener la variabilidad genética.

El trabajo termina con una amplia bibliografía y numerosos cuadros e ilustraciones.

Catálogo de publicaciones sobre agricultura

Publications of the International Agricultural Research Centres. Grupo consultivo sobre investigación agrícola internacional (GCIAI). Los sañas, Laguna, Filipinas Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz/Organismo para la Cooperación Técnica de la Rep Fed. de Alemania (GTZ), 1985 En rústica. 13,70 dólares EE.UU. incluido el envío por correo aéreo y la entrega.

Los Centros Internacionales de Investigación Agrícola (CIIA) dedican sus modernas investigaciones sobre agricultura a los cultivos y al ganado, que proporcionan el 75% de los alimentos a los países en desarrollo. Los Centros publican en gran profusión libros, periódicos, colecciones de diapositivas, películas y otros materiales didácticos sobre agronomía y tecnología agraria para los países en desarrollo.

El Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz (IRRI) es coeditor de este catálogo de publicaciones agrícolas, que incluye un índice analítico, y se está ocupando de su distribución en todo el mundo. El catálogo es un compendio de las principales publicaciones de los CIIA patrocinados por el Grupo consultivo sobre investigación agrícola internacional (GCIAI) incluido el Consejo Internacional de Recursos Fitogenéticos (CIRF) - pero que comprende también otros centros no patrocinados por el GCIAI.

Los incendios y los bosques mediterráneos

La prevenzione degli incendi boschivi - i problemi e le tecniche della difesa. G. Calabri Edagricole, 1984 184 págs.

En su manual sobre la prevención de incendios forestales - tema sobre el que anteriormente había escrito un articulo para Unasylva, 35 (141) - Giancarlo Calabri se remonta al origen de los tiempos para demostrar cómo el fuego, símbolo de vida en la mitología y en las religiones de todo el mundo y, en algunas filosofas, principio de todas las cosas y centro del universo, se ha convertido, debido al uso incontrolado que los seres humanos han hecho de él, en símbolo de destrucción y de muerte y, dentro del contexto de este libro, en símbolo de destrucción y muerte del bosque.

Calabri, especialista en la materia, empieza por describir el funcionamiento del fuego mediante la imagen de un triángulo cuyos lados son el combustible, el oxigeno y el calor. Pasa después - y este es uno de los capítulos más importantes - a describir las causas del fuego y reconoce que solamente existe una causa natural digna de tener en cuenta: el relámpago. Rechaza la teoría de la autocombustión que nunca se produce en los bosques y que se ha convertido simplemente en una coartada cómoda. Son las acciones humanas (la negligencia y, en muchos casos la malevolencia) las verdaderas responsables de los incendios. A esto viene a añadirse el reciente uso del bosque como lugar de esparcimiento (meriendas campestres, hogueras y fuegos artificiales). Pero también interviene la presión de la agricultura sobre las zonas boscosas y la utilización de técnicas agrícolas y pastorales tradicionales.

Calabri aborda seguidamente dos de sus temas preferidos: la prevención y la detección. El primero incluye todas las medidas destinadas a evitar que se declaren o propaguen los incendios y a reducir los danos en la medida de lo posible. El segundo se refiere a las operaciones de extinción, que sólo serán eficaces y económicas si se detecta el fuego y se determina su intensidad y extensión con la debida antelación para adoptar las medidas defensivas adecuadas. A este último tema está dedicado el capitulo más importante del libro, que trata de la lucha activa contra el fuego y en el que se describen las técnicas de control y extinción de incendios, las herramientas manuales y mecánicas, la utilización de tractores para la apertura de pistas, bombas hidráulicas y el equipo de tierra y aéreo.

Se trata de una obra clara, precisa e instructiva destinada tanto a los especialistas como al público en general. Merecen mención especial las ilustraciones realizadas por el propio autor, que describen de forma humorística algunas situaciones a las que pueden tener que hacer frente los equipos de bomberos.

Fay Banoun, Roma

Reforestación con pino marítimo

La culture du pin maritime en Aquitaine. H. Chaperon. París, AFOCEL, 1986. 231 págs.

En este libro se estudia la repoblación forestal con pino marítimo en el sudoeste de Francia, zona donde predominan los suelos arenosos y las landas húmedas.

Un largo capitulo se dedica al material vegetal reproductivo (semillas y estacas) e ilustra el sistema de organización de los viveros de pino maritimo. En otro capitulo se describen las diferentes etapas de repoblación forestal: avenamiento, desbroce y preparación del suelo, fertilización y elección de las especies y variedades más adecuadas.

El autor describe tres métodos de silvicultura entre los cuales se elegirá el que mejor se adecue a las condiciones ecológicas del lugar (silvicultura intensiva, lignicultura, y arboricultura). Señala la importancia de aplicar un cuidadoso análisis ecológico y económico antes de emprender ningún trabajo de repoblación forestal.

Se impone igualmente una ordenación intensiva de las masas forestales, que incluye trabajos de mantenimiento, lucha contra los agentes patógenos, fertilización, aclareo y poda.

Por último, el estudio de los aspectos económicos ha demostrado que cuanto mayor sea la inversión inicial más aumentará la producción y, por ende, la rentabilidad.

Libros recientes sobre Australia

La historia se repite

A history of forestry in Australia. L.T. Carron. Australian National University Press. ISBN 008 029874 5. 40 dólares australianos.

El Dr. L.T. Carron hace una crónica de la evolución de los distintos tipos de actividad forestal que se desarrollaron en Australia desde aproximadamente la época en que llegaron los europeos hasta los últimos años del decenio de 1 970.

La publicación de un libro sobre la historia de la actividad forestal resulta un hecho bastante insólito, tanto más cuanto que este libro provocó en el autor de la reseña, que durante más de 30 años ha trabajado en distintos sistemas burocráticos forestales, la pregunta «¿qué es la historia?». Según una pseudodefinición «la historia es la esencia de innumerables biografías» (Thomas Carlyle). De ser así, el trabajo del Dr. Carron, magníficamente re fe re n ciado, avala esa definición, ya que más de la mitad de los temas del índice se refieren a personas. Pero, por otra par te: «lo que la experiencia y la historia nos enseña es que ni las personas ni los gobiernos han aprendido nunca nada de la historia o han actuado según los principios derivados de ella» (Geo. W. Hegel).

Una forma más concisa de decir lo mismo es afirmar que «la historia se repite». Este hecho se ha demostrado ampliamente en Australia. La relación que hace el Dr. Carron de las luchas para establecer una silvicultura oficial en cada uno de los seis estados del país, basta para recomendar la lectura del libro, pero resulta aún más interesante cuando se considera dentro del contexto de experiencias paralelas en otros países.

Para ayudar al lector no australiano a entender plenamente este libro, habría sido conveniente plantear los hechos en perspectiva, y dar información adicional relativa a Australia sobre, por ejemplo: cómo se produjeron las varias y profundas crisis económicas; qué problemas especiales de incendios se plantean en esa zona de los «antípodas»; el hecho de que Australia sea un gran importador de productos forestales; de que en Australia existieran (algunos dirían existan) «seis estados en busca de una nación»; de que la constitución otorgue tanto poder (siempre celosamente custodiado) a los estados, que la silvicultura federal se resienta de ello.

A pesar de todo lo anterior, el autor ha escrito un trabajo de amena lectura que de algún modo reconoce la labor, sin llegar a ser laudatorio, de los que han contribuido al desarrollo de la silvicultura. Por otra parte, por el simple hecho de hablar de ello, el autor manifiesta claramente su desdén hacia los comités de alto nivel, con sus lentos procedimientos, y hacia los políticos faltos de convencimiento. Aquellos cuyos trabajos les ha llevado a ocupar puestos de responsabilidad pueden cobrar ánimos con la lectura de las conquistas conseguidas y las batallas (a veces campañas) libradas por los responsables de la silvicultura en Australia.

CONSIDERACION DEL PROBLEMA DESDE UNA PERSPECTIVA AMPLIA nueva historia de la silvicultura en Australia (FAO)

La aportación más valiosa del libro es la crónica de la evolución de distintas organizaciones forestales - unas 12 en total - y de los acontecimientos que llevaron a la creación de cada una de ellas. Al tecnócrata que subyace en todo ingeniero forestal, le gustará leer la descripción, que se hace de vez en cuando a lo largo del libro, de avances técnicos como el de la plantación de pinos meridionales en Queensland tropical, y las medidas adoptadas en Australia en cuanto a su crecimiento y rendimiento.

EUCALIPTOS EN LOS JARDINES BOTANICOS DE CANBERRA un importante árbol australiano (C.PALMBERG)

Los lectores de Unasylva que se encargan o se ocupan de ese tipo de organizaciones y de su desarrollo, se recrearán, por lo menos, con un libro que de forma tan desapasionada relata cómo se repite la historia. El libro puede llegar incluso a reforzar la convicción del lector de que pueden encontrarse formas de influir en el curso del desarrollo de la silvicultura.

Sin embargo, los lectores no encontrarán muchas referencias a la ordenación de la tierra durante el período preeuropeo, al uso recreativo de los bosques, a la plantación de árboles en explotaciones agrarias, a las industrias forestales adecuadas o a la política nacional forestal, así como tampoco a la razón por la cual deben gastarse 1 600 millones de dólares australianos para detener la degradación del suelo en ese continente insular. Estos son defectos, sin embargo, que hay que achacar a los sistemas forestales australianos y a la sociedad australiana de antaño y no al autor.

Tal vez la descripción del desarrollo de la silvicultura en Australia habría sido más completa si hubiera colaborado con el Dr. Carron un especialista en ciencias políticas que hubiese incluido observaciones sobre los acontecimientos sucedidos desde 1975, puesto que los problemas forestales con que se enfrenta actualmente Australia serán los problemas de mañana en muchos otros países.

T. Fearnside

Tony Fearnside es Oficial superior de operaciones y Jefe de la Sección de Asia y el Pacifico del Departamento de Montes de la FAO, Roma

Agrosilvicultura en los antípodas

Agroforestry in Australia and New Zealand. Rowan Reíd y Geoff Wilson Victoria, NSW, Goddard y Dobson, 1985, 223 págs. En rústica.

En Australia y en Nueva Zelandia la agrosilvicultura significa sobre todo la combinación de la arboricultura con la cría de ovejas y ganado vacuno. De esto trata sobre todo el libro que se reseña.

El principal autor, Rowan Reid, es graduado superior en ciencias forestales por la Universidad de Melbourne, y posee el título de master en agrosilvicultura por esa misma universidad. El otro autor Geoff Wilson, es un periodista de temas agrícolas que ha venido informando y haciendo propaganda en los dos países sobre los beneficios de la plantación de árboles desde principios del decenio de 1970, cuando la agrosilvicultura era más corrientemente conocida como «explotación forestal en granjas».

Habría que empezar este libro leyendo el capitulo 10, «Necesidades actuales de la agrosilvicultura». En este capitulo final, los autores enumeran abiertamente las dificultades con que se ha tropezado para conseguir una mayor aceptación de la agrosilvicultura. Señalan que «sólo un pequeño grupo de agricultores de Australia y de Nueva Zelandia con espíritu emprendedor están aplicando con éxito las técnicas de la agrosilvicultura». Los autores atribuyen este hecho a varias razones, entre ellas la falta de información práctica que tienen los agricultores sobre toda la gama de ventajas que pueden obtenerse de los árboles, además de la eventual extracción de madera, y a una grave escasez de información económica sobre el tema.

Los autores sugieren que tal vez haga falta una nueva generación de agricultores y extensionistas para que la agrosilvicultura se convierta en una técnica aceptada y practicada en el año 2000, en cuyo caso este libro será sin duda una aportación útil a la agrosilvicultura en varios aspectos.

En primer lugar, resulta un manual de fácil y agradable lectura sobre el nivel actual de conocimientos en relación con el tema, lleno del tipo de in formación empírica que debe resultar atractiva a las personas pragmáticas y prácticas que viven de la agricultura. Utilizando un enfoque periodístico, los autores han reunido un conjunto de información y experiencia acumulada procedente de informes sobre investigación, boletines de extensión agraria, artículos técnicos, documentos de conferencias y entrevistas, complementado con las propias ideas y experiencias de los autores.

Por ejemplo, el capítulo sobre la ejecución práctica, contiene todo lo relacionado con la planificación agraria en general, es decir, cómo realizarla y dónde acudir para obtener ayuda. En el capítulo sobre especies de árboles se describen el lugar y las características de crecimiento y las aplicaciones de los pinos en agrosilvicultura (seis especies), álamos, eucaliptos, acacias y una serie de especies productoras de forraje, frutas y frutos secos.

Los diez estudios monográficos sobre agricultores que practican la agrosilvicultura revisten particular interés y dan al libro un fuerte elemento de autenticidad. Los arboricultores que se citan en los estudios representan una serie de modalidades agroforestales: el ganado vacuno y la madera; los cortafuegos y las ovejas; los árboles forrajeros, el trigo y las ovejas; la leña; el ganado ovino y el bovino; la acacia de tres espinas y las ovejas, etc.

También se describen en el libro toda la gama de actividades que abarca la ordenación forestal, desde el establecimiento de huertos de semillas y la plantación, hasta la silvicultura y la comercialización. Se citan numerosas conferencias donde puede obtenerse más información.

Es frecuente que se cite el nombre de la fuente de donde proceden los datos, y el texto está profusamente acompañado de fotografías en blanco y negro y de otras ilustraciones.

En segundo lugar, el libro constituirá un instrumento útil para el personal de extensión agrícola y forestal que trabaja con los ganaderos de ovejas y vacas. Para el extensionista puede resultar un libro de consulta sobre agrosivicultural explotación forestal en granjas, tal como se aplica en Nueva Zelandia y en Australia concretamente, razón por la cual el libro merece formar parte del equipo de campo de cualquier extensionista agrario o forestal.

Uno de los aciertos del libro es que destaca los problemas de la agrosilvicultura así como sus beneficios, sus fallos y sus éxitos. Por desgracia, el capítulo más flojo es el que trata de los aspectos económicos de la agrosilvicultura, que es corto y carece de un análisis económico detallado. Simplemente, no logra aducir razones económicas de peso para que se adopte la agrosilvicultura en Australia y en Nueva Zelandia.

Los autores reconocen el hecho al hacer su recapitulación y señalan que, «hasta que no se pueda demostrar a los agricultores que pueden obtener resultados satisfactorios al introducir la arboricultura en las explotaciones agrícolas, serán lamentablemente lentos los progresos de la agrosilvicultura y de cualquier otra plantación de árboles en granjas».

A tal fin, los autores sugieren que se realicen mas investigaciones económicas, al mismo tiempo que se aumenta la capacitación y extensión en agrosilvicultura para general una oleada de actividad observable por los burócratas y políticos que establecen la política agraria.

Porque en Nueva Zelandia y en Australia, al igual que en todos los demás sitios, siguen siendo los agricultores los que deben tomar la decisión de plantar árboles, basándose en una sólida información técnica y económica facilitada por los investigadores agrarios y forestales y por los extensionistas.

R. Pardo

Richard Pardo es Oficial de montes. (Instituciones) del Departamento de Montes de la FAO Roma

Los arboles de los bosques australianos

Forest trees of Australia. DJ. Boland, M.I.H. Brooker, G.M Chippendale, N. Hall, B.P.M Hyland, R.D. Johnston, D.A. Kleinig y J.D. Turner. Thomas Nelson Australia y CSIRO, 1984 xiii + 687 págs. en pasta dura. 6 láminas en color. ISBN o 17 006264 3. 39,95 dólares austrolianos.

El libro es la cuarta edición de Forest trees of Australia, una amplia guía sobre 223 árboles australianos seleccionados por su importancia con respecto al medio y a la industria maderera. Se incluyen en él las principales especies procedentes de todos los estados australianos, de las cuales 137 (61 %) son eucaliptos. Para esta cuarta edición, se ha preparado una sección completamente nueva sobre las especies con nuevas fotografías, láminas y mapas en color.

Las primeras 35 páginas del texto están dedicadas a una descripción general de la evolución, variación y adaptación de las especies arbóreas australianas. Se describen las familias de árboles más importantes y los factores que determinan la actual distribución de éstos en el paisaje. Se hace una descripción del clima australiano utilizando una serie de mapas con los que se da información sobre temperatura, radiación, precipitaciones, evaporación y número de días sin heladas.

Las especies descritas se agrupan en gimnospermas, monocotiledóneas y dicotiledóneas. Se incluyen secciones introductorias de gran utilidad para los principales géneros: Acacia, Banksia, Casuarina, Eucalyptus y Melaleuca. Para la descripción de cada árbol se utiliza un formato básico de dos páginas, con el texto y el mapa de distribuciones en la parte izquierda y un conjunto de fotografías en blanco y negro en la derecha.

Todo sobre los árboles

Think trees grow trees. Canberra, Servicio de Publicaciones del Gobierno de Australia, 1985, 200 págs. ISBN 0 644 03736 9 (en pasta dura), ISBN O 644 04234 6 (en rústica) 24 dólares australianos en pasta dura; 19,95 dólares australianos en rústica, incluido el embalaje y envío por correo de superficie.

En un principio, Think trees grow trees era el título de una serie de conferencias que se dieron en Canberra, organizadas por el Instituto de Ingenieros Forestales de Australia. Más tarde, el Programa Nacional de Arboricultura del Gobierno facilitó los fondos para reunir el material de las conferencias en un libro de 200 páginas, con 75 excelentes fotografías, que se caracteriza por su estilo directo y por la calidad de su edición.

El libro está destinado a las personas interesadas en arboricultura y refleja también el actual interés que despierta en Australia el tema de los árboles y los bosques. Será de utilidad para todos los profesionales forestales que deseen hablar a los demás sobre árboles.

El libro contiene 14 capítulos, divididos en dos partes principales: «Piense en los árboles», que trata sobre los árboles en el medio ambiente; y «Plante árboles», que trata sobre el cultivo de árboles para distintos fines. Sigue un epílogo y un apéndice sobre cómo cultivar plántalas de eucalipto.

En la actualidad, parecería que el tema de los árboles y el medio ambiente es demasiado amplio para que interese solamente a los técnicos forestales, por lo cual los 17 autores incluyen a un agricultor, un guardabosques experimentado, un especialista en fitopatología, otro en arboricultura, un experto en incendios forestales y un edafólogo, así como a varios eminentes ingenieros forestales de Australia.

Think trees grow trees puede encargarse al Australian Government Publishing Service, dirigiéndose, para hacer los pedidos, al GPO Box 84, Canberra, ACT 2601, Australia.

T. Fearnside


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