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Produccion de alimentos y manejo de los recursos pecuarios


3.1 Seguías y seguridad alimentaria
3.2 Conservación de aparas y suelos
3.3 Manejo de hatos y pastizales
3.4 Leña y agroforestería


Seguías y seguridad alimentaria

La baja y errática precipitación es con certeza la característica fundamental de las tierras áridas; y en tal virtud, las sequías son un factor crítico para las zonas de tierras áridas lo cual debe reflejarse en el desarrollo de las estrategias. Los aspectos que deben considerarse incluyen las reservas de alimentos, la distribución de los mismos antes de que los campesinos se vean forzados a liquidar sus haberes, la previsión del mejoramiento de hatos y cultivos, y el desarrollo de tecnologías apropiadas. Por supuesto, no es sólo lo imprevisible la causante del problema, sino el hecho de que los períodos de sequía reducen la producción por debajo de los niveles ya marginales, de tal manera que la supervivencia está por si misma amenazada.

Bajo esta condición, la seguridad alimentaria es de suprema importancia, en especial para la mayoría con limitaciones de acceso a los recursos y cuyos ingresos son bajos. Y aunque la nueva tecnología puede ayudar, por si sola no puede incrementar la estabilidad de la producción de alimentos ni garantizar la seguridad alimentaria para los pobres. Cuando arremeten las sequías, podría ser necesaria como consecuencia de las mismas, la intervención directa del gobierno a través de precios subsidiados para los artículos alimenticios básicos, programas de alimentación dirigidos a sectores específicos de la población, o programas de generación de ingresos para atender a los desvalidos. Para facilitar tales programas es también necesario un adecuado almacenamiento del grano, tanto de carácter central como localmente, con el fin de mantener y acrecentar las reservas para las sequías y, en áreas de gran riesgo, para guardar la ayuda externa de alimentos. La ayuda alimentaria puede ser crucial durante emergencias alimenticias y servir significativamente al pobre y al desvalido, cuando los sistemas de distribución son adecuados y los alimentos llegan sin demora a la población señalada. Sin embargo, el permanente alivio del hambre, indica con certeza la necesidad de ejecutar un reasentamiento.

Las prescripciones generales son inapropiadas — cada situación requiere evaluarse de acuerdo con sus propias características—. En particular, debe hacerse una distinción entre las áreas donde la tecnología agrícola mejorada puede complementar la ayuda, las áreas sobre-pobladas que están más allá de la ayuda tecnológica y las áreas de pastoreo donde deben aplicarse estrategias especiales para las sequías (movilidad, reservas de pastos y forrajes para las sequías, así como mercados de emergencia para el intercambio de animales por granos). También necesitan evaluarse las posibilidades para un desarrollo simbiótico entre las tierras áridas y las tierras permanentemente abastecidas de agua, y establecerse sistemas remotos de alarma con el fin de anticiparse a la sequía y al hambre inminentes.

Probablemente donde la tecnología agrícola puede ayudar más, es en la conservación del agua y en la obtención de variedades de cultivos que combinen la eficiencia en el uso del agua con otros atributos necesarios para la seguridad alimentaria {desarrollados a través de un trabajo compartido de la investigación de sistemas de producción agrícola y la cría de plantas). Estas últimas condiciones incluyen la resistencia a pestes y enfermedades, tanto en el campo como en los silos de almacenamiento y, a menudo, la habilidad de suministrar forraje para los animales que, en áreas de cultivo marginales, proveen una garantía adicional de supervivencia ante un fracaso en la cosecha. Además del empleo de cualesquiera otros insumos y estrategias, un esfuerzo vigoroso debe darse al mejoramiento de la infraestructura de almacenamiento de alimentos en las fincas. Las pérdidas de alimentos, tanto en cantidad como en calidad, ocurren en todas las etapas del sistema de post-cosecha. Aunque las pérdidas de granos suelen ser más bajas en las tierras áridas que en las zonas más húmedas, algunas veces son lo suficientemente grandes como para sugerir la posibilidad de minimizarlas y mejorar as' la seguridad alimentaria.

La acción reguerida es como sigue:

La principal responsabilidad reside en las autoridades nacionales, pero con aportes sustanciales de la comunidad internacional en materia de ayuda alimentaria y no alimentaria y en el desarrollo de los sistemas remotos de alarma. Las comunidades y las organizaciones locales deben participar en el diseño, y ejecución y manejo de las estrategias alimenticias.

Existen también grandes oportunidades de colaboración regional en el desarrollo y ejecución de estrategias para las sequías, incluyendo los sistemas remotos de alarma, el cruce de fronteras para la movilización de los ganados y el intercambio de excedentes alimenticios.

 

Conservación de aparas y suelos

La extensamente propagada erosión de los suelos y su pérdida de fertilidad son limitaciones para mejorar la productividad de las tierras áridas. La conservación del agua es también un tema de interés para las tierras áridas, en las cuales por definición, hay escasez de lluvias para el crecimiento de las plantas y para la recarga de los acuíferos. Incluso, la erosión de suelos y la escorrentía superficial están íntimamente relacionadas. Las causas fundamentales de la erosión y la degradación, son tratadas a través de otros aspectos de las estrategias para las tierras áridas; esta sección se relaciona más con las acciones especificas para la conservación de aguas y suelos.

Acción requerida:

La principal responsabilidad reside en los gobiernos nacionales; sin embargo, pocos países serán capaces de llevar a cabo los programas descritos sin la asistencia de agencias externas y de la comunidad de donantes. Las instituciones regionales también pueden apoyar con la capacitación e intercambio de información.

 

Manejo de hatos y pastizales

El sobrepastoreo es una limitación ampliamente extendida, para el desarrollo de las tierras áridas, la cual requiere insumos importantes para mejorar el manejo de los hatos, la manipulación de las ganaderías y la integración del control del pastoreo con el desarrollo hídrico. Sin embargo, el sobrepastoreo es sólo un síndrome ya que las causas verdaderas están inmersas en la naturaleza misma de la producción ganadera extensiva. El tema central, por consiguiente, es cómo incrementar la producción y la seguridad de los sistemas de producción pecuarios, incluyendo el aumento de la producción de forraje mediante la prevención de las innecesarias quemas de pastizales y la aplicación de fertilizantes fosfóricos a las leguminosas, al mismo tiempo que se evita o detiene la degradación de las tierras.

En la práctica, se necesitan diferentes estrategias para sistemas de producción pecuaria diferentes (con sistemas ecológicos y/o sociopolíticos diferentes). Evidentemente, los sistemas de producción agropecuaria ofrecen oportunidades para producir forraje {en la forma de heno y paja seca, así como cultivos de subsistencia y pastos de corte) que están haciendo falta en los sistemas pastoriles. Rara vez es una opción atractiva de desarrollo la siembra o fertilización de las tierras de pastoreo, y en consecuencia, debe darse mayor credibilidad a los beneficios de esta práctica en lugar de admitir sólo el crecimiento natural de la vegetación. Esto involucra el mantenimiento de facilidades para la movilización y la protección de tierras de pastoreo contra los incendios no deseados. Algunas veces, sin embargo, las quemas pueden ser una herramienta útil para la supresión de meleras indeseables y el control de las moscas tsetsé, previendo que todo está planificado dentro de una rotación de pastos.

Las acciones requeridas incluyen, en primer lagar, adoptar un enfoque de sistemas de producción agrícola y, en segundo lugar, asegurar que las organizaciones locales tengan responsabilidad en el manejo. La planificación del desarrollo puede entonces avanzar de acuerdo con las acciones que se expresan a continuación. No se incluye la sedentarización de los pastores debido a que cualquier situación que restrinja la movilidad, al menos para las zonas áridas, es invariablemente detrimento para los ganados, los pastizales y la seguridad familiar.

La principal responsabilidad recae en las autoridades nacionales para garantizar los estudios de planificación requeridos. Se debe asegurar la participación de la comunidad y de los productores, así como estimular el sector privado para tomar las riendas del mercadeo de ganados y de los sistemas bancarios para los productores. Las agencias bilaterales e internacionales pueden ayudar en parte del trabajo de diseño y en el asesoramiento de componentes específicos del desarrollo

 

Leña y agroforestería

La escasez estacional de leña y forraje es endémica en las tierras áridas, y a menudo conduce a acciones estratégicas tales como la plantación de bosques energéticos y de forraje suplementario, el fomento del uso de fertilizantes fosfóricos para las leguminosas y el estableciendo de medidas para el control del fuego

La leña continúa siendo la principal fuente de energía para la mayoría de los habitantes rurales pobres del mundo y también para muchos residentes urbanos. Esto asciende a casi el 85 por ciento de la madera utilizada en los paises en vías de desarrollo y equivale a más de las tres cuartas partes del consumo total de energía en los paises más pobres. En las tierras áridas, la demanda de leña es creciente y el abastecimiento disminuye aceleradamente, alcanzando ya muchas áreas una situación de déficit (por ejemplo, el Norte de Africa). El continuo proceso de remoción de árboles y arbustos está acelerando la degradación de las tierras.

Los esfuerzos para reducir el consumo de leña en los hogares han logrado sólo un éxito limitado; el uso continuará así hasta que estén disponibles aparatos más atractivos para el ahorro de energía y las mujeres adopten y propaguen su empleo en la comunidad rural para el uso por ellas mismas.

Las prácticas forestales pueden jugar otro papel muy importante en las tierras áridas para el control de la erosión de suelos, mejorar el ambiente para la producción de alimentos a troves de cinturones protectores y cortavientos, y contribuir a la alimentación del ganado y al suplemento de la dieta de la población rural, tanto de forma directa con frutas, nueces y hojas, como indirectamente a través de la miel y la fauna silvestre. Las posibilidades de beneficio de estas acciones requieren ser exploradas mediante un vigoroso programa de investigación agroforestal, adaptado a los diferentes climas y sistemas de producción agrícola.

La agroforestería debe ser considerada como una parte integral del desarrollo futuro de cierras áridas, al menos en la zona semi-árida donde resulta relativamente fácil la plantación de árboles. Aunque los beneficios a largo plazo pueden ser considerables, su adopción requerirá alternativas atractivas y fácilmente disponibles, como también la necesidad de una fuerte inversión a nivel de finca para los insumos iniciales. Para el caso de las plantaciones comunitarias existe una clara necesidad de definir los derechos de propiedad.

La acción requerida incluye lo siguiente:

La principal responsabilidad reside en los gobiernos nacionales, aunque las agencias internacionales pueden jugar un papel importante para condicionar que los programas de desarrollo con financiación externa, estén integrados a sistemas de producción agrícola y forestales y que esté disponible un adecuado entrenamiento y extensión forestal.


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