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7 IDENTIFICACION Y VALORACION DE IMPACTOS


7.1 Metodología de análisis ambiental
7.2 Principales impactos sobre el ambiente físico
7.3 Efectos sobre el ambiente biológico
7.4 Efectos sobre el ambiente social
7.5 Cantidad, calidad y manejo de las emisiones
7.6 Valoración de impactos


7.1 Metodología de análisis ambiental


7.1.1 Metodología general
7.1.2 Evaluación de impactos


7.1.1 Metodología general

Aún sin ser un estudio formal de evaluación de impacto ambiental (EIA), que habría involucrado considerables recursos humanos y económicos, especialmente para establecer la línea de base y mejorar los niveles de calidad y cantidad de información, la metodología general de este trabajo mantiene cierta similitud con aquellas de común aceptación en estos estudios. La evaluación comprende:

- la definición de las acciones de los proyectos de cosecha forestal del bosque nativo siempreverde, las que ya fueron descritas en los capítulos 3, 4 y 5

- la descripción del área de estudio en relación a los aspectos del ambiente que son o pueden ser afectados por las acciones de cosecha, principalmente suelo, hidrografía, vegetación, fauna y ambiente social, correspondiente al capítulo 6

- la identificación de efectos y la predicción de la magnitud de los cambios sobre el ambiente, que considera una preidentificación de efectos, resultado de trabajos anteriores y revisión de antecedentes bibliográficos, y la elaboración de una matriz de interacción entre las acciones y los componentes ambientales

- la evaluación de los impactos, que consiste en la valoración de los efectos a través de un índice de impacto ambiental elaborado siguiendo la metodología de los Criterios Relevantes Integrados (CRI)

- la identificación y proposición de medidas mitigadoras con el fin de atenuar o evitar altos niveles de impacto

El área de estudio para los fines de la evaluación, más que los lugares de muestreo considera la globalidad, esto es toda la X Región y dentro de ella el bosque con más presencia, el tipo siempreverde. Para poder comprender la importancia de los cambios que la actividad forestal ha operado o puede imponer sobre los componentes ambientales se describe los efectos más relevantes de los ambientes físico, biológico y social.

Con el fin de lograr una mejor predicción de la magnitud de los cambios en el componente ambiental suelo, especialmente intensidad y extensión de la remoción y compactación, se practicaron mediciones de campo en cuatro sitios representativos del bosque siempreverde.

7.1.2 Evaluación de impactos

En general se sigue la metodología de los Criterios Relevantes Integrados (Buroz, 1994), elaborándose índices de impacto ambiental para cada efecto identificado en la matriz de acciones y subcomponentes ambientales. Esta metodología se ha aplicado a proyectos específicos con una base grupal conformada por especialistas en vegetación, fauna, suelo, hidrología, sociología, antropología, economía, evaluación ambiental y cosecha forestal. Sin embargo, en esta oportunidad ante la imposibilidad de reunir al grupo para discutir cada impacto desde la perspectiva de este estudio, el autor se ha permitido considerar la opinión escrita de los especialistas en trabajos anteriores, consciente de las limitaciones que ello conlleva (Unda et al, 1990; INFOR, 1991; Meneses et al, 1992; Iroumé et al. 1992; Gayoso et al. 1994; Meneses y Gayoso, 1995).

En forma específica este método considera en una primera fase la calificación de los efectos según los siguientes criterios (Buroz, 1994; Meneses y Gayoso, 1995):

Tipo de acción que genera el cambio.

Carácter del impacto. Se establece si el cambio en relación al estado previo de cada acción del proyecto de cosecha es positivo o negativo.

Intensidad. Se refiere al vigor con que se manifiesta el cambio por las acciones del proyecto. Basado en una calificación subjetiva se estableció la predicción del cambio neto entre las condiciones con y sin proyecto. El valor numérico de la intensidad se relaciona con el índice de calidad ambiental del indicador elegido, variando entre 0 y 10.

Extensión o influencia espacial. Es la superficie afectada por las acciones del proyecto de cosecha tanto directa como indirectamente o el alcance global sobre el componente ambiental. La escala de valoración es la siguiente:

Extensión

Valoración

Generalizado

10

Local

5

Muy local

2

Duración del cambio. Establece el período de tiempo durante el cual las acciones propuestas involucran cambios ambientales. Se utilizó la siguiente pauta:

Duración (Años)

Plazo

Valoración

>10

Largo

10

5-10

Mediano

5

1-5

Corto

2

Magnitud. Es un indicador que sintetiza la intensidad, duración e influencia espacial. Es un criterio integrado, cuya expresión matemática es la siguiente:

Donde:

I = intensidad

WI = peso del criterio intensidad

E = extensión

WE = peso del criterio extensión

D = duración

WD = peso del criterio duración

Mi = Indice de Magnitud del efecto i

WI + WE + WD = 1

Reversibilidad. Capacidad del sistema de retornar a una situación de equilibrio similar o equivalente a la inicial:

Categoría

Capacidad de reversibilidad

Valoración

Irreversible

Baja o irrecuperable


Impacto puede ser reversible a muy largo plazo (50 años o más)

10

Parcialmente reversible

Media. Impacto reversible a largo plazo

5

Reversible

Alta. Impacto reversible a corto plazo (0 a 10 años)

2

Riesgo. Se refiere a la probabilidad de ocurrencia del efecto sobre la globalidad del componente. Se valora según la siguiente escala:

Probabilidad

Rango (%)

Valoración

Alta

>50

10

Media

10-50

5

Bajo

1-10

2

El índice integral de impacto ambiental VIA. El desarrollo del índice de impacto se logra a través de un proceso de amalgamiento, mediante una expresión matemática que integra los criterios anteriormente explicitados. Su formulación es la siguiente:

Donde:

R = reversibilidad

wr = peso del criterio reversibilidad

RG = riesgo

wrg = peso del criterio riesgo

M = magnitud

wm = peso del criterio magnitud

VIA = Indice de Impacto para el componente o variable i. Además wr + wrg + wm = 1

Los pesos relativos asignados a cada uno de los criterios corresponden a los siguientes:

W intensidad

= 0.40

W extensión

= 0.40

W duración

= 0.20

W magnitud

= 0.61

W reversibilidad

= 0,22

W riesgo

= 0.17

Significado. Se refiere a la importancia relativa o al sistema de referencia utilizado para evaluar el impacto. Consiste en clasificar el Indice o VIA obtenido, según las siguientes categorías:

Indice

Nivel o significado

> 8,0

MUY ALTO

6,0 - 8,0

ALTO

4,0 - 6,0

MEDIO

2,0 - 4,0

BAJO

< 2,0

MUY BAJO

7.2 Principales impactos sobre el ambiente físico


7.2.1 Suelos
7.2.2 Hidrología


Se acepta que el ambiente físico comprende principalmente los componentes geomorfológico, clima, suelo, agua y aire (Estevan, 1980). Algunos autores incluyen también el paisaje, aún cuando estos últimos puede ser considerados parte del ambiente sociocultural (MOPU, 1981).

Las operaciones de cosecha del bosque nativo traen una mayor presión sobre el medio ambiente físico debido a las acciones necesarias para el manejo, cosecha y repoblamiento. Los efectos directos sobre cada área cosechada se manifiestan en un aumento de los niveles de compactación, erosión superficial, amasado y desplazamiento del suelo, cambios en la hidrología del área, cambios microclimáticos y una disminución de la fertilidad. Por otra parte los efectos indirectos o fuera de cada área de cosecha afectan entre otros, el régimen y balance hídrico de las cuencas, la producción de aguas en cuanto a calidad, la producción de sedimentos y cambios en la profundidad de napas freáticas entre otros. En forma puntual y generalmente como consecuencia del transporte se altera los niveles de ruido y contaminación del aire (Gayoso, 1995b).

La severidad de estos efectos sobre o fuera de cada área de cosecha varían en magnitud según la intensidad, la duración y extensión del cambio, y por el grado de reversibilidad de las consecuencias. Casi siempre los efectos sobre el componente ambiental físico son primarios porque se ubican en el inicio de las cadenas de efectos y comúnmente tienen consecuencias sobre los componentes biológico y social (Buroz, 1994). Esta es la razón por la cual medidas preventivas, mitigantes y correctivas a los impactos del componente físico tienen mayor eficacia.

7.2.1 Suelos

A nivel global, el diagnóstico del estado actual del recurso suelo en la X Región muestra que los principales problemas de degradación del recurso están relacionados con la degradación biológica y la erosión hídrica (CONAMA, 1993). El primero, influenciado por la deforestación y las quemas que contribuyen a una fuerte disminución de la materia orgánica, el segundo por la topografía montañosa, la intensidad de las precipitaciones, la explotación indiscriminada del bosque y la habilitación de suelos de aptitud forestal para la agricultura y ganadería. En prioridades siguientes se mencionan la degradación física o compactación y la expansión de los asentamientos humanos. Desde la perspectiva de las operaciones de cosecha en bosque nativo no menos importante es la remoción de suelo causada por el tránsito de maquinaria y la construcción de caminos.

i) La erosión hídrica y la extracción de madera

De acuerdo con IREN (1979) los ecosistemas naturales de la X Región presentan un 21% de su superficie con niveles de erosión grave o muy grave y otro 34% con erosión moderada. La situación de estabilidad coincidente con los niveles de erosión leve o latente, está relacionada principalmente con el mayor nivel de cobertura vegetacional.

La tasa de pérdida de suelo es función de la energía cinética del agua, la que depende del volumen y velocidad del agua que escurre. Por lo tanto, y especialmente por la topografía accidentada donde se ubica el bosque siempreverde, se espera moderadas a altas tasas de erosión en los primeros años después de la corta con el consecuente mayor aporte de sedimentos a los ríos y lagos, figura 7.1. La erosión será más intensa en las cortas a tala rasa y corta de protección en fajas y menos en las cortas de protección homogénea. La corta selectiva al no alterar significativamente los niveles de cobertura no incrementa per se las tasas de erosión, sin embargo persiste la influencia generada por las vías de saca y la construcción de caminos. La erosión hídrica además de significar una disminución del volumen de suelo, reduce la capacidad de retención de agua, la materia orgánica y los elementos nutritivos, reduciendo la fertilidad y la actividad de la flora y fauna del suelo (CONAMA, 1993).

Empleando la ecuación universal de pérdidas del USLE se estimó la pérdida de suelos que ocasionaría una tala rasa, estratificada por categoría de pendiente (Wischmeier y Smith, 1978). El cuadro 7.1 resume las estimaciones basadas en la textura, estructura, permeabilidad y materia orgánica del suelo. Esta considera además el límite superior del rango de pendiente (S), un factor de erosividad de lluvias (R) igual a 370 (J/m2/mm/h), una longitud de laderas (L) de 300 metros, un factor de cobertura y manejo (C) incluido el subfactor de práctica de control erosivo (P), C * P== 0,001. La pérdida de suelo llega hasta 8,9 ton/año/ha para el año siguiente a la corta y sin quema de desechos, valor que al segundo año bajaría a 0,74 ton/año/ha para estabilizarse en los años siguientes en valores cercanos a la situación bajo bosque adulto, esto es 0,07 ton/año/ha (Meneses y Gayoso, 1995; Iroumé et al, 1989). Estas pérdidas de suelo originadas por la actividad forestal si bien importantes, son sin lugar a dudas menores que las tasas que presenta la agricultura tradicional.

Por otra parte, en el caso de la tala rasa en fajas debe considerarse que este impacto ocurre por una sola vez al menos en la edad de rotación esperada de 60 años o más, esto es un promedio de 0,15 ton/año/ha adicionales a la tasa de pérdida considerada normal. Sin embargo, todos estos valores deben considerarse sólo como referenciales, dado que no existen antecedentes suficientes para ajustar la ecuación de pérdidas a la zona que se estudia.

Sin perjuicio de los valores calculados, el alto contenido de materia orgánica de los suelos, muchas veces superior a 20%, colocarían a los suelos en la categoría no erodable. Aún en situación de remoción del horizonte orgánico, se esperarían valores menores a los anotados.

Figura 7.1 Erosión hídrica. Consecuencia de roce y quema de vegetación nativa (Chaihuín).

Figura 7.1 Erosión hídrica. Consecuencia de inadecuada canalización de aguas y exceso pendiente longitudinal en caminos (Chaihuín) (A)

Figura 7.1 Erosión hídrica. Consecuencia de inadecuada canalización de aguas y exceso pendiente longitudinal en caminos (Chaihuín) (B)

Cuadro 7.1 Tasas máximas de pérdida de suelo después de cosecha forestal estimadas según la Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo

LUGAR

TIPO DE SUELO

TASA DE PERDIDA DE SUELO ton/ha/ano

PENDIENTES (%)

3

15

30

45

60

Putraique

L

0,05

0,45

1,48

3,12

5,34

Liquiñe

L

0,07

0,63

2,08

4,36

7,48

Chaihuín

SiC

0,09

0,75

2,47

5,19

8,90

Rupanco

SiL

0.08

-



-

L= franco; SiC = arcillo limoso; SiL = franco limoso

En la X Región no hay registros de erosión bajo bosque nativo, por lo que la predicción del impacto de la cosecha en los bosques nativos siempreverdes se basa en antecedentes medidos en áreas adyacentes cosechadas o con cobertura de bosques de plantación.

A pesar que son escasos los antecedentes de investigación de erosión en terrenos forestales en Chile, se puede proveer con certeza un aumento considerable de las pérdidas de suelo producto de las prácticas de cosecha y preparación de suelos. Iroumé et al (1989), en suelos arcillosos sometidos a precipitaciones de más de 2000 mm/año, trabajando sobre parcelas experimentales, bajo la condición sin cobertura después de tala rasa y quema de desechos, determinaron pérdidas anuales de 1563 kg/ha, 1878 kg/ha y 3926 kg/ha para pendientes de 30, 50 y 60% respectivamente.

En Chile, se ha detectado que la erosión de los suelos por mal manejo constituye un importante problema ambiental (Hajek et al, 1990), lo cual está estrechamente asociado con otros problemas como la tala rasa de bosques nativos e introducidos, el arrastre permanente de sedimentos de los ríos y el deterioro de suelos por las quemas. Carrasco (1988) ha observado problemas de erosión en la cuenca del Bío Bío, especialmente en los suelos que tienen sobre un 30% de pendiente y donde la pluviometría supera los 1200 mm anuales, debido a los métodos que se emplean, como quema de desechos, compactación del suelo y construcción de caminos forestales. Peña et al (1993) si bien miden pérdidas de 1,89 a 3,12 ton/ha/año en parcelas con pendientes de 8 a 18 por ciento, estiman probable que las pérdidas de suelo puedan alcanzar entre 55 y 120 ton/ha/año en situaciones de laderas de 25 a 30% y gran longitud en el año peak siguiente a la tala rasa.

En el caso de las cortas a tala rasa, aunque en fajas, tiene mucha importancia la forma en que se manejan los residuos. Oyarzún (1993) analiza los efectos de dos tratamientos sobre las pérdidas de suelo para cosechas a tala rasa de plantaciones de Pinus radiata. La tasa de erosión anual medida en kg/ha alcanzó a:

Tipo Tratamiento

Año 1991

Año 1992

control bajo dosel

11

41

tala rasa con quema

859

623

tala rasa con residuos

570

133

Las mayores pérdidas se observaron en los tratamientos con quema, comprobando su efecto degradante. Iroumé et al (1989) en pendientes del 30% midieron pérdidas de suelo después de tala rasa y quema de desechos casi 12 veces mayores a las obtenidas en condiciones de cobertura arbustiva. Los valores medidos bajo bosque se encuentran dentro del rango de erosión geológica para cuencas con bosques no alterados, esto es menores de 70 kg/ha/año. Debe destacarse que los grandes volúmenes de pérdida registrados el primer año disminuyen drásticamente a partir del año siguiente, debido al rápido recubrimiento del suelo con pastos y plantas herbáceas (Iroumé et al, 1989; Oyarzún, 1993).

Entre las acciones comunes de la cosecha, sin duda que la construcción de caminos de madereo y acceso pueden acelerar la erosión superficial y el movimiento de masas, figura 7.1. A nivel nacional no hay estudios que relacionen la construcción de caminos con la erosión y la producción de sedimentos, sin embargo investigaciones realizadas en terrenos montañosos de Norte América lo han demostrado claramente (Rice et al, 1979; King y Tennyson, 1984; Swift, 1984).

La pérdida de suelos por erosión hídrica a partir de los caminos forestales, según el tipo de suelo, la pendiente del camino y la longitud del tramo, puede alcanzar valores medios anuales del orden de 1,6 a 11 kg/m2 de superficie de camino, o bien extrapolando a un área forestal con una densidad de caminos de 16 a 30 m/ha, de 37 a 160 toneladas por km2 y año (Fahey y Coker, 1989). En el año peak de construcción de caminos esta tasa puede alcanzar valores mayores a dos veces a los aquí señalados.

Las pérdidas son mayores en aquellos caminos que alteran el flujo normal de cauces naturales y que se construyen con fuertes pendientes longitudinales, con sistemas de drenaje inadecuados y con excesiva remoción y exposición de suelos en los taludes de corte y terraplén. Por lo tanto, la estabilización de calzadas, la construcción de cunetas y alcantarillas, la disminución del movimiento de tierras y el empleo de la maquinaria adecuada pueden ayudar a disminuir la pérdida de suelo y el deslizamiento de tierras.

En resumen, las causas principales de la erosión por la cosecha del bosque nativo es el madereo en laderas, el madereo en el sentido de la máxima pendiente, el madereo no planificado que altera una gran superficie del suelo, el madereo en temporada húmeda, el empleo de maquinaria pesada que genera remoción del suelo y la construcción de caminos y canchas de acopio. Esta situación se ve agravada en los lugares donde se practica la sustitución del bosque nativo por especies introducidas, actividad que comprende actualmente acciones de roce y quema. Sin embargo, la corta de protección dejando niveles de cobertura mayores al 30% del dosel superior, la presencia de sotobosque y una capa protectora de hojarasca (litter) y el manejo adecuado de los residuos de la cosecha, puede conducir a aminorar las tasas de pérdida de suelo por erosión hídrica.

ii) Remoción y compactación de suelos por el madereo

La cosecha del bosque nativo siempreverde se basa casi exclusivamente en el madereo terrestre, esto significa que el suelo recibe presiones entre 50 y 300 kPa según se trate de animales, neumáticos estándar o de alta flotación, zapatas estándar o de baja presión al suelo, cuadro 7.2.

La presión de contacto se transmite hacia las capas más profundas del suelo provocando su densificación. La presencia de una capa de raíces, ramas y hojarasca puede ayudar a distribuir las cargas, disminuyendo la presión unitaria. Las presiones disminuyen en el suelo con la profundidad y esto es más notorio mientras más denso es el suelo. Sin embargo, los suelos blandos de la X Región no son propicios para provocar una buena distribución de las cargas, razón por la cual las presiones se transmiten hacia las capas más profundas generando compactación y remoción del suelo. Los ahuellamientos son más profundos a mayor presión del equipo, menor capacidad de soporte del suelo y mayor contenido de humedad, figura 7.2.

Cuadro 7.2 Presiones básicas al suelo entregadas por los equipos de madereo

Equipo

Rodado

Peso (toneladas)

Presión (kPa)

Bueyes

Pisada

0,6-0,8

250-300

Tractor agrícola

Neumáticos

3,0-4,0

120-150

Skidder estándar

Neumáticos

10,0-12,0

180-200

Skidder alta flotación

Neumáticos

10,0-12,0

60-80

Tractor bulldozer

Orugas

12,9-17,7

52-66

Las huellas dejadas por los tractores alcanzan comúnmente de 300 a 900 m/ha, de 3,5 a 4 m de ancho y profundidades variables hasta 60 cm y más, cuadro 7.3 y 7.4. La profundidad de las huellas y dragado del suelo depende además del número de pasadas del equipo, aunque el mayor efecto se produce en las primeras pasadas (Gayoso e Iroumé, 1991b).

Cuadro 7.3 Extensión de las vías de saca y superficie alterada por el madereo Fuente: Gayoso (1995d)

Figura 7.2 Ahuellamiento profundo causado por skidder con neumáticos de alta flotación, temporada intermedia (Puerto Montt).

Remoción en temporada húmeda con skidder equipado con doble neumático (Rupanco)

Cuadro 7.4 Profundidad de huellas y volumen desplazado.

Fuente: Gayoso (1995d)

Tipo de corta

Pendiente terreno (%)

Equipo

Profundidad

Ancho

Volumen removido o desplazado

media

máxima

medió

m

m

m

m3/m

m3/ha

tala rasa(1)

plano

SKn/Sko

0,32

0,95

3,3

1,21

1085

tala rasa(2)

plano

Sknaf

0,28

0,60

5,5

0,83

498

tala rasa(2)

plano

Sko

0,27

0,40

4,0

0,43

258

selectiva(3)

20-40

Sko

0,42

0,65

3,5

1,39

422

selectiva(4)

20-40

Sko

0,48

1,20

4,8

2,28

380

SKn = tractor skidder sobre neumáticos; Sknaf = tractor skidder sobre neumáticos dobles; Sko = tractor sobre orugas

(1) Llahuecha; (2) Rupanco; (3) San Juan, Contreras (1995); (4) San Juan, sólo huellas principales Gayoso (1995d)

Además de las vías de saca, se debe agregar las áreas ocupadas por los caminos, canchas y las huellas de convergencia a las mismas, lo que agrega 4 a 7% de superficie alterada adicional, figura 7.3 (Contreras, 1995; Gayoso era/, 1991a; Gayoso e Iroumé, 19930). Las huellas de convergencia a las canchas son las que registran mayor daño con una profundidad media de 1,3 metros, esto debido a que concentran el mayor número de pasadas (Contreras, 1995). Es preciso hacer notar también que los tractores, una vez que la huella se hace profunda y el lomo central amenaza con colgar al tractor, el operador rebaja el segmento central utilizando la pala topadora, continuando en las siguientes pasadas la profundización del ahuellamiento. No se conoce de otros ahuellamientos tan profundos informados por la literatura local.

Comparando los niveles de alteración en cortas a tala rasa, entre áreas de cosecha en bosque nativo y bosques de plantación, se puede señalar que el porcentaje de superficie alterada es menor en las primeras. Gayoso et al (1991a) determinaron que entre caminos, canchas y vías de saca no planificadas para madereo con skidders se llega a cubrir hasta un 53,5% de la superficie total cosechada en bosques de plantación. Sin embargo, la intensidad del volumen removido de suelo es marcadamente mayor en las áreas de nativo (Gayoso, 1995d).

La severidad del daño donde ha habido remoción profunda dejando el suelo mineral expuesto es casi irreversible en forma natural. La desactivación de vías de saca cortándolas transversalmente y favoreciendo el desarrollo de vegetación ayuda a controlar sólo el proceso erosivo siguiente.

Figura 7.3 Superficie alterada por el madereo terrestre, corta selectiva

Como resultado del tránsito de la maquinaria forestal sobre el suelo se prevé un aumento de la densidad aparente de las capas superficiales, la exposición de suelo mineral y una disminución de la fertilidad del sitio, cuadro 7.5.

Cuadro 7.5 Medición de la compactación y módulo de resistencia al corte en áreas de bosques siempreverdes, X Región (Gayoso, 1995d)

Existe una fuerte intensidad de la compactación bajo huella de los diferentes equipos, aún en huellas de segundo orden. Los equipos de rodados especiales si bien entregan una menor presión al suelo, bajo condiciones de extrema humedad generan igualmente compactación como consecuencia del amasado del suelo. En las huellas principales la compactación va asociada con una drástica remoción de los horizontes superficiales del suelo, transformando esta área en improductiva. Esto sugiere seleccionar temporadas estivales de cosecha en aquellos suelos de mayor susceptibilidad a la compactación. Además, debido a que las primeras pasadas del equipo de madereo causan la mayor parte de la compactación, resultará conveniente planificar las vías de saca anticipadamente (Gayoso e Iroumé, 1991b; Krag et al, 1993).

La compactación trae consigo un aumento de la cohesión y consecuente aumento de la resistencia al corte, lo cual dificulta el establecimiento y desarrollo de la regeneración, cuadro 7.5. Otra consecuencia es la disminución de la permeabilidad por disminución de los macroporos, lo cual significa menor disponibilidad de agua en el suelo y aumento de la escorrentía superficial (Gayoso e Iroumé, 1993b). La intensidad de las alteraciones varía con la humedad del suelo y el número de repeticiones de carga. A mayor grado de saturación en el suelo, mayores las pérdidas de porosidad, figura 7.4.

Figura 7.4 Pérdida de porosidad asociada a la humedad del suelo, intensidad y número de repeticiones de la carga. Fuente: Gayoso et al, 1991a)

Esto es especialmente grave en condiciones de temporada húmeda donde se espera la mayor alteración del suelo. Algunas empresas forestales que trabajan en la cosecha del bosque nativo han seleccionado orugas de zapatas de baja presión al suelo, neumáticos de alta flotación e incluso han incorporado doble neumático. Otros han disminuido la longitud de los trozas, otorgado mayor participación al trabajo combinado con yuntas de bueyes y tractores o sencillamente han decidido no transitar el suelo en condiciones de máxima saturación (Gayoso, 1995b). En áreas cosechadas con torre de madereo se pudo apreciar la formación de huellas angostas causadas por el madereo semi suspendido de las trozas, pero que en suma no ocupan más de 3% de la superficie cosechada. Además del impacto al suelo hay una notoria caída de la productividad de los equipos y consecuente aumento de los costos. La reserva de los terrenos más frágiles para cosechar en la temporada estival, facilitaría el desplazamiento, disminuiría los costos y afectaría menos el suelo.

El daño por compactación tiene una recuperación en forma natural sólo a muy largo plazo por la acción de la meteorización mecánica y biológica. Subsolados y técnicas culturales pueden ser efectivos para recuperar parcialmente los suelos alterados.

iii) Remoción de suelos y deslizamientos por caminos

Estimaciones a partir del perfil transversal del camino permiten establecer que la remoción de suelo varía con la pendiente del terreno, el ancho de la plataforma y la longitud de caminos por unidad de superficie. Para plataformas de 6 metros de ancho, el volumen removido alcanza de 2000 m3/km para 10% de pendiente lateral hasta 25400 m3/km en terrenos de 70 por ciento, figura 7.5. También, en terrenos planos con suelos orgánicos es necesario remover hasta encontrar una mejor calidad de subrasante lo que significa una remoción de 64 m3/ha. Para densidades de caminos de 20 m/ha en terrenos de pendientes de 40 a 60%, los volúmenes desplazados por el movimiento de tierras alcanzan valores de 245 a 420 m3/ha. El empleo de un diseño poco ajustado con la fragilidad de los terrenos puede elevar aún más las pérdidas de suelo, como es el caso de caminos de reciente construcción con plataformas de 10 m de ancho. La obtención de áridos de pozo contribuye igualmente a la remoción de suelo, figura 7.6.

Otra situación que contribuye al movimiento del suelo son los deslizamientos originados por la construcción de caminos en terrenos con pendientes y substrato inestable, incrementando la producción de sedimentos, figura 7.7

Figura 7.5 Volumen de movimiento de tierras en zonas de pendientes

Figura 7.6 Remoción para obtención de áridos (Chiloé)

Figura 7.7 Deslizamientos en taludes (Riñihue)

7.2.2 Hidrología

Las acciones que comprende la cosecha de los bosques nativos siempreverdes afectan el componente ambiental agua, derivado del impacto directo sobre los componentes ambientales suelo y vegetación, con los cuales ésta se relaciona. El grado de impacto ambiental producido depende también de la severidad de las condiciones climáticas y la topografía.

Debe considerarse en el análisis que la X Región comprende una extensa red hidrológica y numerosos e importantes lagos, de los cuales obtiene el recurso agua para abastecimiento de agua potable y posibilita el desarrollo de la acuicultura. Esto además del creciente uso turístico y recreacional de este recurso.

i) Cambios en la intercepción, escorrentía y caudal

La disminución de los niveles de intercepción como consecuencia de la tala de árboles causa un aumento de la escorrentía superficial. En casos extremos y dependiendo de la superficie talada puede favorecer el anegamiento temporal de áreas bajas como consecuencia de una tala masiva, lo que afecta la regeneración y la microfauna del suelo. En períodos de tormentas, la mayor cantidad de agua de escorrentía genera un aumento de la erosión y arrastre de sedimentos a los cursos y cuerpos de agua, afectando su calidad físico-química. En cuerpos de agua pequeños esto puede afectar la micro flora y fauna acuáticas, figura 7.8, (Meneses y Gayoso, 1995).

Figura 7.8 Aumento de la escorrentía, erosión y producción de sedimentos

El bosque siempreverde en la X Región intercepta 800 a 900 mm de precipitación anual, es decir, un 35% de la precipitación media anual (Menzel, 1993). Por ello, la corta de árboles se ha considerado como acción degradante. Por ejemplo, el primer año siguiente a una corta a tala rasa en fajas, llega en forma directa al suelo un aporte adicional de 9 millones de litros de agua por hectárea cosechada. Igualmente, dado que la evapotranspiración de este bosque consume entre 500 a 600 mm/año (Menzel, 1993), las cortas a tala rasa dejan disponible un volumen de 5 a 6 millones de litros por hectárea intervenida, incrementando los caudales y su torrencialidad.

Sin embargo, los métodos de corta selectiva y de protección no conducen a modificaciones de importancia en el balance hídrico. Al menos en las áreas cortadas la cubierta vegetacional se recupera en el corto a mediano plazo, restableciéndose así los niveles de intercepción, las tasas de evapotranspiración y por lo tanto los niveles de escorrentía previos a la intervención.

Otras acciones de la cosecha que afectan negativamente la intercepción de la precipitación y escorrentía son la construcción de caminos y canchas y las cortas de liberación y raleos productivos. Sin embargo, los valores de los impactos son menores, dado que la superficie que involucran en la actualidad es poco significativa. Se considera además como un impacto de carácter positivo la regeneración, enriquecimiento y crecimiento del bosque secundario.

Se estima que la superficie de intervención del bosque nativo en la X Región en relación al tamaño de las cuencas, es pequeña. Aunque, en casos determinados puedan incidir un aumento del caudal local a nivel de microcuencas como consecuencia de la disminución de la intercepción y evapotranspiración y el aumento de la escorrentía superficial.

La cosecha, por concepto de eliminación de vegetación, es la acción de mayor peso en esta evaluación. La construcción de caminos y canchas, así como las liberaciones y raleos productivos también contribuyen al aumento del caudal, pero en menor grado.

ii) Ascenso del nivel de la napa freática

Partiendo de la base que en la X Región las cuencas no presentan déficit hídrico, en áreas planas el superávit de agua puede traducirse en inundaciones temporales e incluso permanentes por aumento del nivel de la napa freática, figura 7.9. De acuerdo a Meneses y Gayoso (1995), esta situación puede afectar a la vegetación por falta de aireación radicular, así como al suelo involucrado en cuanto a procesos pedogénicos y microflora y fauna de éste. Esto podría afectar además la fisonomía del lugar y la fauna asociada. No obstante, el impacto ambiental negativo que afecta a este subcomponente es de significado medio, considerando que la magnitud actual de las áreas de cosecha en los proyectos mayores no superan las 100 a 200 ha anuales. Además, resulta de mucha importancia el establecimiento detallado de acciones en el Plan de Manejo, que fijan las tasas máximas de corta anual, técnicas apropiadas de ordenamiento de desechos y restablecimiento de la vegetación, entre otros.

Figura 7.9. Anegamientos por mayor disponibilidad de agua e insuficiente canalización

iii) Calidad físico-química del agua

Se ha podido observar en la temporada de invierno, que el mayor impacto que genera la cosecha del bosque nativo y la construcción de caminos es la producción de sedimentos. Estos pueden alterar la calidad físico química del agua, aumentando la turbidez y disminuyendo la concentración de oxígeno disuelto, lo cual puede tener efectos perjudiciales en las poblaciones de fauna y flora acuática y la disminución de la calidad de su habitat. La destrucción de los bosques, el aumento de la actividad económica y la transformación de tierras se relaciona con el riesgo potencial de eutroficación de los lagos (Soto, 1994). Sin embargo, en general los lagos de la X Región de Chile están poco afectados con bajo contenido de nutrientes, baja densidad de algas y bajo valor de clorofila (Campos, 1984; Soto, 1994).

Con la finalidad de atrapar los sedimentos, se establecen franjas de protección de 30 a 60 m de ancho en todos los cursos de agua, áreas donde no se permite practicar ningún tipo de cosecha ni construcción de caminos.

Por otra parte, no se preveen contaminaciones graves de sustancias tóxicas ni alteraciones significativas de la calidad química de las aguas producto de las acciones de cosecha del bosque nativo siempreverde. El manejo del bosque nativo no comprende actualmente uso de fertilizantes y herbicidas de uso tan común como en el establecimiento de plantaciones de eucaliptos. Además, se espera que la tasa de cambio de las alteraciones producidas no sean de larga duración, ya que se supone un rápido restablecimiento de la vegetación en las áreas cosechadas. Por ello, el impacto ambiental de la cosecha sobre el subcomponente ambiental calidad físico-química del agua, aunque es de carácter negativo, es de significación moderada.

7.3 Efectos sobre el ambiente biológico


7.3.1 Vegetación
7.3.2 Fauna


7.3.1 Vegetación

La cosecha del bosque siempreverde debe ser analizada según sea el tipo de corta. En situaciones de corta a tala rasa tanto para habilitación de terrenos agrícolas y sustitución por especies de rápido crecimiento como las cortas de protección en fajas significan la eliminación del 100% de la cobertura arbórea, siendo allí donde el impacto adquiere su máxima expresión. En cambio en las cortas selectivas y cortas de protección homogénea, aún cuando intensas tienen un efecto menor sobre el componente ambiental vegetación.

En el caso de cortas de protección y selectivas adquiere importancia el mayor o menor daño que el proceso de cosecha genera sobre los árboles remanentes y la regeneración, por encima de las variables del componente.

Como lo señala el especialista botánico en Meneses y Gayoso (1995), los efectos más apreciables que causan las acciones de la cosecha de los bosques siempreverdes sobre la flora son por un lado la reducción del número de especies nativas y, por otro, el aumento de malezas alóctonas invasoras. La reducción de las especies nativas es una consecuencia directa de la cosecha y construcción de caminos. Sin embargo, ninguna de las especies vegetales prospectadas en la X Región tiene problemas de conservación. Por otra parte, al despejar los terrenos, destruyendo la cubierta arbórea, se deja terreno libre que puede ser invadido por malezas foráneas, que generalmente son de difícil erradicación.

i) cambios en la composición del bosque y daño a los árboles remanentes

Una primera medición en cortas selectivas del tipo forestal siempreverde, aún cuando no tiene la rigurosidad de un diseño experimental acabado, muestra que el daño por cosecha en los árboles remanentes no supera el 10 por ciento (Gayoso, 1995d). Esto para condiciones de bosque con pendientes de 20 a 35%, escaso dosel intermedio y madereo con bueyes. No hay antecedentes sobre daño a la regeneración establecida (1-2 m), aunque prácticamente no se observó.

Sin embargo, Contreras (1995) comparando inventarios pre y postcosecha sobre doce parcelas de 1500 m2 estudia el cumplimiento de una corta de protección homogénea en bosques siempreverdes propuesta por el Plan de Manejo, y determina el daño sobre el rodal remanente, cuadro 7.6. El resultado muestra que ocurre una alteración en la composición del bosque, con una corta concentrada en algunas especies de mayor interés y sanidad, aunque la corta total queda por debajo de la autorizada en el Plan de Manejo (8% menos volumen). Al observar la distribución espacial se pudo comprobar la distribución homogénea del dosel, sin embargo el exceso de cobertura debe removerse en una corta sucesiva con el fin de otorgar las condiciones de abertura y luminosidad que exigen las especies más intolerantes a la sombra.

Definiendo como daño leve las lesiones físicas recuperables (pérdida de ramas o daño menor en corteza) y daño grave a los que es conveniente eliminar (pérdida completa de la copa, pérdida de corteza), se obtuvo que 15,6% de los árboles con diámetro mayor de 10 cm resultaron con daño grave y 28,8% tuvieron daño menor por volteo y madereo, figura 7.10.

Cuadro 7.6 Comparación de la composición del bosque antes y después de la intervención

Fuente: Contreras (1995)

Especie

Bosque original

Bosque residual

(arb/ha)
(1)

(%)

Volumen
(2)

m3/ha
(3)

(arb/ha)

(%)

Tepa

82,5

32,0

92,7

62,3

55,6

33,9

Coigüe

4,5

1,7

19,8

11,3

1,7

1,0

Ulmo

10,5

4,4

38,1

13,3

9,4

5,8

Mañío

60,7

23,6

122,5

12,1

60,0

36,6

Olivillo

58,4

22,7

68,2

26,2

5,0

3,1

Tineo

12,9

5,0

28,1

11,4

7,2

4,4

Otras

27,2

10,6

33,6

0,7

25,0

15,2

Total

257,7

100,0

403,0

137,3

163,9

100,0

(1) Promedio (2) Volumen total s.s.c. (3) Volumen aserrable s.s.c.

Figura 7.10 Daño grave al rodal remanente por volteo (Riñihue)

Figura 7.10 Daño grave al rodal remanente por madereo (Neltume)

Figura 7.11 Daño por volteo y madereo por corta de protección sobre los árboles remanentes. Promedio de 12 parcelas.

Fuente: Contreras (1995)

El objetivo del bosque residual en las cortas de protección es dar un resguardo al suelo y generar semillas para que se forme un estrato de especies acompañantes que mantengan la diversidad de especies en el bosque. Sin embargo, por la lentitud con que se establece la regeneración natural y la baja presencia de especies de interés, se observó en la práctica un enriquecimiento con especies nativas. Esto se realiza el año subsiguiente a la cosecha previa preparación de fajas colocando 800 a 1100 plántulas de roble (Nothofagus obliqua) y raulí (Nothofagus alpina). Así, se espera obtener bosques con el doble de la productividad actual en rotaciones de 40 años (Contreras, 1995). Este nuevo bosque de mejor forma y sanidad podría ser manejado en forma sustentable.

ii) Efectos en la dinámica regenerativa del bosque siempreverde

El método de corta selectiva ha sido el que tradicionalmente se ha empleado para cortar el bosque siempreverde. De múltiples ejemplos, es posible aseverar que puede causar serios daños al bosque si se aplican criterios exclusivamente económicos al momento de su planificación, generando un rodal residual fuertemente empobrecido al extraer sólo lo mejor del bosque (Novoa, 1985; Muñoz, 1984; Donoso, 1989). Además la tolerancia e intolerancia a la sombra de las especies componentes hace surgir comúnmente un bosque con una composición distinta al bosque original. Muchas veces la baja intensidad de las intervenciones no permite la regeneración de las especies intolerantes de mayor interés comercial y otras cortas más intensas conducen a la formación de un denso sotobosque invadido por quila (Chusquea quila) y otras especies invasoras, las que retrasan el establecimiento de la regeneración.

Muñoz (1984) analizando los bosques siempreverdes de la Isla Grande de Chiloé, señala que los rangos de extracción media de 30 a 50 por ciento del área basal son los más favorables para asegurar una regeneración adecuada tanto en cantidad como en calidad especialmente para el subtipo forestal siempreverde con intolerantes emergentes. El asentamiento de la regeneración natural se produce en el rango de 6 a 10 años después de la cosecha, aunque Novoa (1985) precisa que su establecimiento definitivo requiere más de 10 años. Sin embargo, bosques fuertemente alterados no tienen la posibilidad de restaurarse en forma natural a no mediar una acción dirigida de repoblamiento.

En el caso de Chiloé, al cortar bosques siempreverdes a tala rasa, la recuperación de ellos se realiza mediante la regeneración masiva del canelo (Drimys winteri) que, actuando como pionero, forma extensos renovales. Estos bosques de canelo son poco estables en el tiempo, ya que posteriormente son colonizados por especies más estables, como tineo (Weinmannia trichosperma), coigüe de Chiloé (Nothofagus nítida) y mañíos (Saxegothaea conspicua), figura 7.12 (Meneses y Gayoso, 1995).

A pesar que a partir de 1990 la CONAF ha intensificado las actividades de fiscalización dedicadas a detectar cortas ilegales correspondientes a cortas realizadas sin planes de manejo aprobados y al control de los planes vigentes, persiste un alto grado de incumplimiento de las normas legales.

De 381 cortas ilegales detectadas en 1993, 323 correspondieron a bosque nativo. En el 95% de los casos los infractores fueron personas naturales y sólo el 5% correspondió a empresas forestales. Por su parte el control de planes de manejo vigentes en 1993 arrojó que un 55% de la superficie intervenida presentó incumplimiento. Sin lugar a dudas que este no cumplimiento dificulta el establecimiento de la regeneración y el manejo sustentable del recurso (CONAF, 1994e).

Figura 7.12 Regeneración establecida en tipo siempreverde

iii) Efecto sobre comunidades acompañantes

En las sinusias epifíticas son muy importantes los "Helechos películas" de la familia Hymenophyllaceae, que por su especial fisiología, resisten pasivamente el desecamiento. Esto los hace muy sensibles a la apertura del dosel superior, ya que al disminuir la humedad y aumentar la luz, son fácilmente desplazados por plantas superiores, de mayor agresividad. De hecho estas especies no pueden sobrevivir en árboles aislados o en un bosque ralo manejado. Por lo anterior, donde se corta el bosque a tala rasa hay que esperar su desaparición total (Meneses y Gayoso, 1995).

En bosques manejados, con menor cobertura y estratificación estas sinusias epifíticas no pueden establecerse, porque al cambiar la estructura, es muy difícil su regeneración y cuando ella se produzca, seguramente no será en base a las especies primitivas. Sobre este componente botánico, las acciones forestales de la cosecha forestal, pueden causar la reducción en el número de especies y de los individuos de las mismas, al destruir sus habitat.

También el espectro biológico de las formaciones boscosas sufre profundos cambios cuando se destruye el dosel arbóreo, ya que pasan a dominar los arbustos, que forman densos matorrales secundarios. Generalmente, las hierbas desaparecen al no poder competir con especies alóctonas. Sin embargo, el cambio más drástico se produce en la proporción de trepadoras o lianas, forma de vida que se mantiene en un límite discreto de desarrollo en el bosque, pero que cuando se corta el dosel prolifera en exceso, y si los rodales remanentes son muy pequeños, puede terminar por ahogarlos. La cosecha según la intensidad de la corta, afecta las formas de vida especialmente las trepadoras al aumentar la abundancia de ellas, las que incluso podrían afectar la vegetación arbórea (Meneses y Gayoso, 1995).

7.3.2 Fauna

Los comentarios que siguen se basan en estudios de impacto ambiental realizados para dos proyectos de cosecha de bosques nativos siempreverdes y uno de establecimiento de plantaciones en la X Región y por lo tanto corresponden a los especialistas en fauna (Meneses et al, 1992; Gayoso et al, 1994; Meneses y Gayoso, 1995).

La fragmentación del bosque tiene a menudo efectos sobre la comunidad de aves y de pequeños mamíferos a través de la destrucción del habitat. La pérdida de habitat boscoso coloca a una proporción importante de especies de aves en una situación de alto riesgo, por el alto nivel de endemismo que caracteriza a la mayoría de ellas (Meneses y Gayoso, 1995). La perturbación del bosque reduce las posibilidades de alimentación y refugio de las especies, tanto para pequeños mamíferos que usan nidos o cuevas como para aves y marsupiales arborícelas. Así, la remoción de árboles antiguos reduce la existencia de nudos o protuberancias que ofrezcan sitios para el nidaje de las aves. Por otra parte, una alta proporción de plantas leñosas usan a las aves como vectores de polen y semillas (Armesto y Rozzi, 1989; Smith y Ramírez, 1993). Las plantas polinizadas o dispersadas por aves en un bosque fragmentado con poblaciones reducidas de aves mutualistas están sujetas a fallas reproductivas y patrones alterados de flujo génico. Así, el mantenimiento de poblaciones de aves mutualistas tiene importantes repercusiones recíprocas para la comunidad de plantas.

i) Efecto sobre la diversidad y abundancia de mamíferos y aves

Teniendo en cuenta que las cortas del bosque nativo siempreverde han sido preferentemente selectivas, a excepción de la habilitación de terrenos para la agricultura, la eliminación de vegetación afecta en forma leve el nivel poblacional y la diversidad de los mamíferos mayores, cuyos ámbitos de hogar y territorios son amplios. El efecto es moderado y transitorio para aves y mamíferos pequeños, que son desplazados a otros sectores. El efecto sobre el habitat redundará en pérdida de refugios tanto en árboles que serán cortados, como en el sotobosque. El ruido de las maquinarias puede contribuir a una dispersión mayor de la fauna existente en el área. Todo lo anterior significa que se verá más afectada la abundancia de individuos que la diversidad.

El peso de la maquinaria, el arrastre y transporte de trozos destruye nidos, cuevas y madrigueras de las especies que utilizan el sotobosque. Producen efecto levemente deletéreo en el nivel de la población. Agregúese el efecto de la polución de los gases de los combustibles que afectan la vegetación y hojarasca, destruyen la fauna de invertebrados, fuente de alimento de roedores y aves.

Las cortas a tala rasa constituyen la acción de mayor impacto de la cosecha forestal sobre el componente faunístico. Se modifica el habitat para especies de aves, mamíferos arborícelas (mono del monte, Irenomys) afectando zonas de nidificación y de alimentación de especies frugívoras, insectívoras, fungívoras. El ordenamiento de desechos y la preparación del suelo agudiza el deterioro del sistema de cortas a tala rasa en fajas. El suelo que deja es inhabitable por un tiempo prolongado. No obstante puede ser fuente de refugio para el animal que sobrevive y para el que recoloniza, como pequeños mamíferos y aves que nidifican en el suelo. Esto es válido si la acumulación de ramas y desechos se hace en la orilla de la faja explotada.

ii) Efecto sobre la abundancia de las especies en peligro de extinción, vulnerables y raras

El efecto más grave es la reducción de especies En peligro o Vulnerables o que pueda llevar a alguna a la categoría de vulnerable y en peligro de extinción. Las especies que por sus características pudieran ser posiblemente afectadas serían los dos Marsupiales Dromiciops australis, especie arborícela, categorizada por CONAF como Rara y Rincholestes raphanurus presente en matorrales, como En peligro de extinción, y la especie del Orden Rodentia Geoxus valdivianus, categorizada como Rara. Tres especies de aves están en la categoría de Vulnerables (Columba araucana, Enicognatus leptorhynchus y Campephilus magellanicus). Ryncholestes raphanurus es una especie escasa, la única representante del género, secretiva, que vive escondida en los matorrales y presenta torpor invernal, elementos que hacen de ésta una especie muy vulnerable a cualquier manipulación que se realice del habitat. Pudiese ser seriamente afectada si la cosecha se lleva a cabo en épocas en que el animal se encuentra aletargado. Las otras especies tanto aves como mamíferos que están en la categoría de especies vulnerables y raras presentan efectivamente un efecto mayor tanto en diversidad como en abundancia que las especies más comunes. La existencia de un mayor número de bordes y espacios abiertos facilitará la labor depredadora de D. fulvipes.

7.4 Efectos sobre el ambiente social


7.4.1 Cambios en el uso del paisaje
7.4.2 Aspectos socioeconómicos


Tal como se señalara en el capitulo 6, el análisis comprende los efectos más significativos de la cosecha forestal sobre el componente ambiental socioeconómico. En este sentido teniendo en cuenta la magnitud de las intervenciones actuales, en su mayoría cortas de tipo selectivo, se identifican los siguientes efectos: cambios en el paisaje, incremento de la oferta de trabajo, aporte al sector productivo, mejoramiento de la calidad de vida, presión sobre la infraestructura pública y surgimiento de una opinión pública.

7.4.1 Cambios en el uso del paisaje

El mayor cambio en el componente uso del paisaje en la X Región tiene su origen en acciones distintas a la cosecha tradicional de los bosques nativos, ellas son la habilitación de tierras para uso agrícola ganadero y la conversión en bosques de plantaciones exóticas.

Aún cuando a través de una encuesta en la X Región, la gente opinó que el mayor problema ambiental era la deforestación (Hajek et al 1990), una investigación del INFOR mostró que durante el período 1960 a 1990 la superficie sustituida de bosques nativo en Chile no superó el 2,7% de las existencias, afectando sólo el 0,6% en la X Región (CORMA, 1994c). Por lo tanto, la apreciación del público puede tener más sentimiento que realidad. Sin embargo, existe la percepción que a partir de los años 90, como consecuencia del aumento de la actividad económica en la zona la tasa de deforestación y sustitución del bosque nativo se ha incrementado. Además, la cosecha informal de bosques nativos que suministran anualmente 3,6 millones de m3 de leña a la región confirman este temor. La extensa distribución de la misma hace difícil su control y puede pasar desapercibida, pero se debe tener en cuenta que muchos fenómenos ambientales ocurren como consecuencia de una acumulación de intervenciones individuales pequeñas.

Otro aspecto que limita una evaluación es la ausencia de una cuantificación de las actuales existencias de bosque siempreverde. Recién durante 1997 estará finalizado el nuevo catastro del bosque nativo de Chile, que precisará sobre las superficies y calidades de los bosques productivos (CONAF, 1994h).

De lo anterior se desprende que el impacto de la cosecha actual de bosques siempreverdes, siguiendo los tipos de corta autorizados, no conducen a una modificación importante del paisaje. Sin perjuicio de ésto, se debiera estimular el desarrollo de una instancia que permita evaluar los planes y decisiones de manejo a escalas espaciales y temporales mayores que las prediales.

7.4.2 Aspectos socioeconómicos

En general los impactos de los proyectos de cosecha forestal sobre los aspectos socioeconómicos de la X Región se consideran positivos, al igual que cualquier actividad productiva, aunque de significado bajo a medio.

Fuerza de trabajo. La silvicultura y extracción del bosque nativo genera el 1 % de la demanda de fuerza de trabajo en la región, y corresponde a la cuarta parte de todos los empleos del sector forestal. Si bien el porcentaje parece pequeño, es importante si se considera que incide en el ámbito rural o de pequeñas comunidades y genera no menos de tres empleos indirectos por cada uno directo. Aspectos negativos lo constituyen el bajo empleo de la mano de obra local y la estacionalidad del trabajo.

Muchas veces se ha constituido en una crítica la no contratación de mano de obra local en los proyectos de cosecha del bosque nativo. Sin embargo, los contratistas forestales que se desempeñan en este sector prefieren buscar gran parte de la mano de obra calificada en la VIII Región del país, zona que ha enfrentado mayores niveles de competitividad y por consiguiente se refleja en trabajadores con mejores productividades y una mejor moral de trabajo que los lugareños. Sin embargo, siendo trabajadores que provienen de la cosecha de bosques de plantación, se ven enfrentados a un trabajo generalmente más difícil por el mayor tamaño e irregularidad de las copas de los árboles que les exige nuevas habilidades (Johansson, 1994).

A lo anterior se suma que el trabajo en operaciones de cosecha en el bosque nativo es marcadamente estacional, concentrado en los meses de verano, lo que repercute en la estabilidad y continuidad de los trabajos desincentivando la capacitación. Estadísticas nacionales muestran además que los trabajadores forestales tienen una alta rotación cercana al 30% anual (Torres, 1992).

Capacitación. En los últimos años no ha variado la situación de la capacitación, persiste el bajo nivel de educación promedio de los trabajadores forestales de la X Región - el que no alcanza a la enseñanza básica completa - lo cual es un impedimento para que la mayoría de ellos pueda hacer uso integral de la capacitación existente (Wilhelm, 1989). Además, la lejanía de los Centros de Capacitación ha implicado que los grupos interesados con menores recursos financieros no puedan acceder a este tipo de servicio. La capacitación entonces se efectúa tradicionalmente en el propio trabajo, donde ayudantes y estrobadores se contratan para llegar a ser motosierristas y operadores de máquina (Johansson, 1994).

Los contratistas poco seguros de contar con los mismos trabajadores la temporada siguiente, tampoco hacen esfuerzos por invertir en capacitarlos. Por consiguiente se observa hoy, un bajo nivel de capacitación y bajo empleo de fuerza de trabajo local en las faenas forestales, traduciéndose también en bajos niveles de productividad. Esta carencia se manifiesta incluso en el nivel de formación de los propios contratistas, los que difícilmente han recibido entrenamiento en las cuestiones técnicas y gestión de recursos.

Condiciones de vida. En general las condiciones de vida del trabajador forestal asociado al bosque nativo son bajas. Se percibe un impacto positivo de la cosecha forestal sobre este subcomponente en lo que respecta a las condiciones laborales, sobre todo a nivel de campamentos, los que gradualmente se ven cada vez más implementados (casino, dormitorios, baños, agua caliente y calefacción). Persisten sin embargo marcadas diferencias con los niveles ofrecidos en la cosecha de bosques de plantación.

La cosecha del bosque siempreverde no actúa directamente sobre los componentes de la calidad de vida y el efecto negativo de sus acciones se consideran de escasa significancia sobre el sistema de servicios sociales: educación, vivienda y salud. Por otro lado, al generar fuentes de empleo está indirectamente mejorando las condiciones para elevar el nivel de vida de una parte de la población. Pero esto es sólo probable, aceptándose siempre un impacto positivo de poca significancia.

Sectores productivos. El sector forestal nativo contribuye de manera importante al PGB de la región y genera un efecto multiplicador en el área de servicios. En este sentido y dado que su costo de oportunidad es bajo, su impacto se considera positivo. Un sector que podría competir por iguales recursos podría ser el turismo, aunque sus flujos no debieran verse afectados dadas las actuales tasas anuales de cosecha del bosque.

Infraestructura para la actividad productiva. Es lógico suponer una estrecha relación entre la actividad comercial y la productiva. En primer lugar, las cosechas demandan una serie de insumos, varios de los cuales se deben adquirir localmente (alimentación y vestuario). En segundo lugar, el comercio se incrementa por la mayor capacidad adquisitiva de la población. Se estima que la cosecha de bosques siempreverdes significa aproximadamente un monto en salarios de US$ 8 millones anuales, entre obreros temporales, permanentes y administrativos. Los servicios privados con la mayor actividad tienen un incentivo para su establecimiento. De hecho el proyecto necesita de variados servicios, tanto directamente productivos como indirectamente. Así, el impacto es mayoritariamente positivo, a excepción de la mayor presión y sobre la infraestructura pública de caminos y servicios. Por ejemplo, el mayor tránsito de camiones con carga pesada sobre la red caminera anticipa su destrucción, crea situaciones de riesgo e inseguridad, lo que impacta negativamente a los usuarios en general.

7.5 Cantidad, calidad y manejo de las emisiones


7.5.1 Residuos asimilables a los urbanos
7.5.2 Residuos inertes
7.5.3 Residuos tóxicos y peligrosos
7.5.4 Volumen total de los residuos
7.5.5 Manejo de los residuos


Como en todo proceso productivo, las actividades y técnicas empleadas en las operaciones de cosecha del bosque siempreverde generan emisiones. Estas, según sea su manejo, pueden afectar los diferentes componentes ambientales. En los párrafos siguientes se identifican los principales residuos y se agrupan en: residuos asimilables a los urbanos, residuos inertes y, residuos tóxicos y peligrosos. La estimaciones de tasas de residuos por metro cúbico de madera producida se hace en base al análisis de un proyecto de cosecha forestal específico en bosques nativos siempreverdes (Meneses y Gayoso, 1995).

El análisis no considera los desechos propios de la cosecha, aunque según sea el manejo de ramas, corteza y hojas, puede afectarse positiva o negativamente los componentes suelo, regeneración y habitat de fauna entre otros. Tampoco se consideran las emisiones de ruidos, polvo y gases.

7.5.1 Residuos asimilables a los urbanos

Estos residuos se encuentran formados por restos orgánicos procedentes tanto de campamentos como de talleres de mantenimiento y corresponden fundamentalmente a plásticos, restos de alimento, papel y cartones, textiles y gomas. Presentan una tasa de emisión anual estimada de 0,022 Kg por metro cúbico de madera producida. Además de 0,0003 m3/m3 por eliminación de neumáticos y gomas.

7.5.2 Residuos inertes

Los residuos inertes se caracterizan por su inocuidad, estando constituidos por ciertos tipos de chatarras, vidrios, escorias, cenizas, abrasivos, polvos metálicos y otros provenientes principalmente de las actividades de mantenimiento. Estos residuos presentan un valor estimado de emisión de aproximadamente 0,17 Kg/m3 de madera. Pueden incluirse como desechos inertes los equipos y máquinas de cosecha y construcción de caminos, los que de acuerdo con su cantidad y vida útil muestran un valor anual de 0,41 Kg de acero por unidad de madera cosechada.

7.5.3 Residuos tóxicos y peligrosos

Corresponden a cualquier residuo que por sus características de inflamabilidad, corrosividad o toxicidad se constituya en un desecho que ponga en riesgo la salud humana y el medio ambiente. Dentro de estos se encuentran aceites lubricantes, aceites hidráulicos y grasas usados en motores y sistemas de transmisión de maquinarias, además de los solventes y aceites utilizados en mantenimiento. La emisión en este caso son desechos líquidos (aceites) y gaseosos (emisión de dióxido de carbono por combustión de petróleo). La tasa estimada de emisión anual de aceites y fluidos hidráulicos es de 0,16 litros por m3 de madera extraída. Parte de los residuos líquidos orgánicos, como los aceites lubricantes, tienen alternativas de reutilización en otros procesos. El dióxido de carbono puede ser estimado a partir de la cantidad de combustible utilizado anualmente, el que presenta un valor de aproximadamente 3,25 l/m3.

7.5.4 Volumen total de los residuos

Se estima que al menos el 27% de la producción de maderas nativo de la X Región se realiza con un nivel tecnológico que genera residuos como los antes señalados. Es decir para producir 1,35 millones de m3 de madera, se espera las siguientes emisiones anuales:

- 30 toneladas de residuos asimilables a los urbanos
- 400 m3 de neumáticos
- 230 toneladas de residuos inertes
- 277 toneladas de chatarra de acero reciclable
- 216 m3 de desechos líquidos (aceites y fluidos)
- dióxido de carbono correspondiente a 4,4 millones de litros de combustible

7.5.5 Manejo de los residuos

En la mayoría de las faenas de cosecha en bosque siempreverde no existe programas para manejo de emisiones ni depósitos ad hoc. Sin embargo, no todo queda en el bosque, ocasionalmente se hace una recuperación de aceites quemados para su reutilización con otros fines y la chatarra se regresa para reciclaje. Otras situaciones de manejo son la construcción de vertederos para los residuos orgánicos, parte de los residuos inertes y otros asimilables a los urbanos. Las aguas servidas se conducen preferentemente a pozos negros y pocas veces a fosas sépticas. A pesar del insuficiente manejo y considerable volumen de residuos, por ahora se estima de bajo significado.

7.6 Valoración de impactos


7.6.1 Evaluación de impactos al componente suelo
7.6.2 Evaluación de impactos al componente agua
7.6.3 Evaluación de impactos al componente vegetación
7.6.4 Valores de impacto ambiental para el componente fauna
7.6.5 Evaluación del componente socioeconómico
7.6.6 Evaluación global


La valoración que se presenta en los cuadros siguientes sigue la metodología de los Criterios Relevantes Integrados (CRI) y se practica sólo para los principales efectos sobre los componentes ambientales. El método pretende sistematizar y objetivar la calificación del impacto, basado en el juicio que especialistas en edafología, hidrología, botánica, fauna, economía y sociología han expresado en estudios de casos en la X Región de Chile. A pesar de la rigurosidad del método, puede existir un cierto sesgo en la valoración de los impactos al haber estado ausente la discusión transdisciplinaria habitual al final de la evaluación. Otra restricción deriva de la escala espacial regional empleada en el análisis, a pesar de la heterogeneidad de la X Región, lo que puede conducir a suavizar o a exagerar algunos efectos.

No obstante lo anterior, los resultados permiten identificar las acciones más degradantes de la cosecha en los bosques siempreverdes, los subcomponentes ambientales más afectados y el tipo de efecto, con lo cual es posible proponer medidas mitigadoras. Resumiendo, se procedió a calificar un determinado efecto bajo cada criterio con el cual fue posible calcular el índice integral de impacto ambiental (VIA). Este último se traspasó a una escala de significación de simple interpretación (para mayor detalle ver método en capítulo 7.1).

Las acciones se integran en cuatro grupos principales: construcción de caminos y canchas, cosecha, carguío y transporte y, manejo de desechos. Las emisiones se consideran asociadas a las acciones y su efecto es evaluado en los correspondientes componentes ambientales. La acción cosecha se ha tipificado según tipo de corta en tala rasa, selectiva y protección, agrupando a su vez las acciones de tala, trozado, desrame, madereo y ordenamiento en cancha de acopio. Caminos, canchas y transporte si bien difieren según el tipo de corta, no lo hacen significativamente según su efecto sobre los componentes ambientales. Para el caso de cortas a tala rasa se analiza el efecto de las quemas y el arrumado de desechos en fajas.

La simbología empleada en los cuadros es la siguiente:

C = carácter

RE = reversibilidad

MA = muy alto

MB = muy bajo

EX = extensión

RG = riesgo

AL = alto

NE = neutro

DU = duración

VIA = índice de impacto

ME = medio


MAG = magnitud

SIG = significado

BA = bajo


7.6.1 Evaluación de impactos al componente suelo

Teniendo presente que el grado de impacto al suelo está asociado a los subcomponentes ambientales derivados según la fragilidad del mismo, se evaluó separadamente cada uno de ellos. No se evalúa la categoría "susceptibilidad grave a la degradación" debido a que en estos terrenos no se practica cosecha alguna y los bosques se destinan a protección. La apreciación objetivada de los efectos ambientales, esto es las notas asignadas a cada criterio, el VIA calculado y el significado se presenta en los cuadros 7.7, 7.8 y 7.9, donde: fragilidad 1 = leve susceptibilidad a la degradación; fragilidad 2= moderada susceptibilidad a la degradación; fragilidad 3= alta susceptibilidad a la degradación (para mayor descripción ver capítulo 3.1.1).

Cuadro 7.7 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto ambiental compactación del suelo

Cuadro 7.8 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto ambiental remoción del suelo

Cuadro 7.9 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto ambiental erosión hídrica del suelo

Las acciones más alterantes sobre el componente suelo son la construcción de caminos y la cosecha a tala rasa, por la generación de los efectos de compactación, remoción y erosión de alto significado. Los impactos son mayores a mayor fragilidad del componente. Esto puede resultar extraordinariamente grave en el futuro, dado que gran parte del bosque siempreverde remanente se sitúa en terrenos de fragilidad media y alta.

Dentro de la construcción de caminos el mayor aporte al impacto se atribuye a la técnica constructiva "bote al lado", la magnitud de volumen de movimiento de tierras, la inestabilidad de los taludes, las limitaciones de las obras de drenaje y el escaso mantenimiento. Los efectos asociados a la construcción de caminos se consideran muy locales, de largo plazo e irreversibles, por ello adquiere gran importancia la adecuada planificación y diseño de los mismos.

En cuanto a la cosecha propiamente tal, el mayor impacto sobre el suelo lo genera el arrastre de trozas con tractores. La no planificación anticipada resulta en una alta densidad de vías de saca y alta ocupación de la superficie que queda removida y compactada. Se acentúa el impacto a mayor intensidad de la corta y a mayor humedad en el suelo. Sin embargo, esto es menos crítico desde una perspectiva global considerando que tradicionalmente las cortas selectivas, de protección e intermedias representan el 85% de las cortas del tipo forestal siempreverde en la X Región. El ordenamiento de desechos en fajas después de tala rasa se consideró como atenuante de la erosión hídrica y por consiguiente de carácter positivo.

7.6.2 Evaluación de impactos al componente agua

El análisis del componente agua comprende principalmente las aguas superficiales y los efectos que se valoran están relacionados con el cambio de los niveles de intercepción y escorrentía en relación con la erosión hídrica y la producción de sedimentos. Ubicándose los bosques siempreverdes en una zona de superávit hídrico, el aumento de caudales se consideró negativo por el aumento de la torrencialidad de los cauces y riesgo de inundaciones, cuadros 7.10 y 7.11.

Cuadro 7.10 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto cambios en la intercepción, escorrentía y caudal

Cuadro 7.11 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efectos nivel de napa freática y calidad físico-química del agua

Los impactos de mayor significación corresponden a la corta a tala rasa y posterior quema de desechos ya sea para la habilitación de terrenos agrícolas o sustitución por especies de rápido crecimiento. La eliminación total de la vegetación trae consigo la eliminación de la intercepción con e! consecuente aumento de la escorrentía superficial, efecto que se manifiesta en toda la superficie cosechada y con mayor intensidad el año siguiente a la corta. En los años siguientes y a medida que se restablece la vegetación la situación tiende a la normalidad en el mediano plazo. El arrumado de desechos siguiendo las curvas de nivel al favorecer la infiltración y atrapar sedimentos causa un efecto de carácter positivo.

7.6.3 Evaluación de impactos al componente vegetación

El impacto sobre la vegetación se evalúa para los subcomponentes flora, vegetación y sinusias epifíticas, cuadros 7.12, 7.13 y 7.14. Este último por la importancia que adquiere en los bosques húmedos de la parte sur de la X Región (Chiloé). Los principales efectos analizados son la reducción de especies nativas, el aumento de especies de malezas y la alteración de la composición de los bosques. La intensidad de los efectos es generalmente máxima debido precisamente a que la acción de cosecha es una acción directa sobre la vegetación y cualquier modificación de la condición original se considera negativa desde una perspectiva ecológica. Esto puede ser discutible, ya que un manejo adecuado del bosque puede conducir a la obtención de un bosque más sano y de mejor productividad, que desde otra perspectiva puede ser considerado un efecto positivo.

Cuadro 7.12 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente ambiental flora

Consecuente con lo planteado anteriormente, la acción más alterante es la cosecha a tala rasa como consecuencia de la corta de árboles. Por la dinámica regenerativa del tipo forestal o cambio de uso del suelo esto significa una reducción de las especies nativas y la entrada de malezas.

Cuadro 7.13 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente ambiental vegetación

Cuadro 7.14 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente Sinusias epifíticas

De acuerdo a los indicadores de impacto que se presentan en los cuadros anteriores, el subcomponente ambiental más afectado negativamente por la cosecha de bosques siempreverdes en las zonas húmedas de la X Región, es el de Sinusias epifíticas, seguido por la degradación del bosque. La alteración de la estructura y composición del bosque no sólo es importante desde el punto de vista ecológico sino también desde el económico. Este efecto es generalizado debido a que la corta selectiva ("floreo") de este tipo forestal es mayoritaria y puede transformarse en irreversible.

El carácter de las cortas de protección sobre la estructura y composición del bosque es ambivalente, aunque debiera ser preferentemente positivo. Esto debido a que la corta si bien se orienta a obtener un mejor bosque en una perspectiva sustentable, puede reducir algunas especies del espectro biológico.

7.6.4 Valores de impacto ambiental para el componente fauna

La estructuración del análisis del componente fauna se hace en base sólo a los subcomponentes ambientales mamíferos y aves, aún cuando en la X Región existen otros de importancia como reptiles, peces, anfibios y microfauna. Lamentablemente la escasa información de base no permitió incorporarlos en el análisis.

Los efectos considerados son la reducción de la diversidad y la abundancia. También como una forma de apreciar el impacto sobre el habitat de mamíferos y aves se analizan por categoría ecológica y por último se califica el efecto de las acciones de cosecha sobre la abundancia de especies protegidas, cuadros 7.15, 7.16, 7.17 y 7.18.

Cuadro 7.15 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente ambiental mamíferos

Cuadro 7.16 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente aves

Cuadro 7.17 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente categoría ecológica, efecto reducción de habitat

Cuadro 7.18 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente especies protegidas, efecto abundancia

Sin duda que la acción que más impacto causa sobre el componente fauna es la cosecha a tala rasa, tanto por la corta de árboles como por el arrastre de trozas y tránsito de maquinaria que reducen o alteran el habitat. Como consecuencia, la abundancia de mamíferos se ve más afectada que la diversidad de ellos. En cuanto al subcomponente especies protegidas, se presenta mayor impacto para las especies en peligro de extinción y mamíferos y aves vulnerables.

7.6.5 Evaluación del componente socioeconómico

Para evaluar el componente socioeconómico resulta difícil segregar la cosecha en acciones parciales, ya que todas ellas en conjunto se traducen en efectos sobre los subcomponentes ambientales. Esta es la razón por la cual el análisis siguiente, cuadro 7.19, considera la cosecha como una acción única.

Cuadro 7.19 Valores de impacto ambiental según método CRI cosecha forestal sobre componente socioeconómico

SUBCOMPONENTES

EVALUACION SOCIOECONOMICA

C

IN

EX

DU

MAG

RE

RI

VIA

SIG

Cambios en el paisaje

-

1

5

10

4,4

5

2

3,9

BA

Demanda fuerza de trabajo

+

3

5

10

5,2

10

5

6,0

AL

Condiciones y calidad vida

+

2

2

10

3,6

10

5

4,8

HE

Sectores productivos

+

5

5

10

6,0

10

5

6,5

AL

Infraestructura vial

-

2

5

10

4,8

2

5

4,0

HE

Opinión pública

-

3

5

10

5,2

2

2

3,6

BA

Los indicadores de impacto determinados en esta evaluación muestran, según el cuadro 7.19, que los impactos negativos son de baja significación y su carácter es discutible según la escala temporal de análisis. Es el caso de la infraestructura vial, si bien existe mayor presión sobre la red caminera de la X Región, lo cual puede considerarse negativo, en el largo plazo debiera conducir a una mayor inversión pública y mejores caminos con un beneficio para todos. La opinión pública también se puede considerar ambivalente en cuanto al carácter, según el punto de vista considerado. Los medios de comunicación, como vehículo de la opinión pública, tienden a destacar las denuncias de agrupaciones pro defensa del bosque nativo en relación al componente ambiental vegetacional, por sobre los beneficios del componente social.

Los principales impactos positivos son el aporte al producto geográfico y dinamismo de la economía regional, además de la generación de empleo. Un bajo impacto positivo se percibe también sobre las condiciones y calidad de vida, aunque esto no debe llevar a equívocos. Si bien se aprecia un cambio positivo, ello no significa que se ha logrado superar el insuficiente nivel de capacitación de los trabajadores forestales, las bajas condiciones de vida y seguridad de las faenas.

7.6.6 Evaluación global

Al aplicar una numérica como la empleada en las matrices anteriores, puede entrar la tentación de llegar a representar los 223 cruces causa-impacto, en un solo número. Aún cuando a través de una técnica grupal o método Delphi se determinen las ponderaciones a cada cruce y se reduzcan las interdependencias, el resultado puede ser poco práctico. Un alto impacto en un subcomponente no puede ocultarse por una situación de normalidad en los restantes.

A pesar de las limitaciones que significa la división de los componentes en distinto número de subcomponentes y efectos, se puede decir en general que las situaciones de muy alto y alto impacto negativo representan un 16% de los cruces totales. De ellos el 41 % afecta al componente suelo, 24% al componente fauna. 19% al componente vegetación y el resto al agua. Igualmente se puede deducir que el origen del mayor impacto es atribuible en 73% a la cosecha a tala rasa y posterior quema de desechos y 19% a la construcción de caminos y canchas.

Este impacto es el determinado en las áreas bajo cosecha. Para ser justos se debe reiterar las cifras entregadas en los antecedentes, donde se señala que la intervención de bosques siempreverdes en la X Región alcanza una tasa anual del 0,6% de las existencias y que de este total sólo un 14,7% corresponde a cortas a tala rasa. Este último porcentaje mayoritariamente representa habilitación de terrenos agrícolas que posteriormente constituirán bosques de plantación.

Por otra parte el 7% de los cruces muestran impactos positivos, concentrándose la mayor parte de ellos en los beneficios socioeconómicos asociados a esta actividad económica en la Región.

En resumen, la cosecha del bosque nativo siempreverde en Chile genera impactos específicos originados fundamentalmente por el vector tecnológico y por consiguiente susceptibles de ser atenuados con el empleo de técnicas de cosecha más apropiadas. En el capítulo siguiente, basándose en los impactos de más alta significación se proponen las correspondientes medidas mitigadoras.


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