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II. EL CASO DE HOJANCHA


2.1 Descripción general del área de trabajo
2.2 Estrategias de vida
2.3 Simbólica social
2.4 Formas tradicionales de utilización de los bosques y árboles en la zona
2.5 Formas novedosas de utilización de los bosques y árboles en la zona
2.6 Agendas de investigación campesina
2.7 Características de los procesos de innovación
2.8 Lógica que primó en el proceso de innovación
2.9 Socialización del "proceso de innovación" al interior de la comunidad
2.10 Dinámicas institucionales de las entidades involucradas en los procesos de investigación/extensión


2.1 Descripción general del área de trabajo


2.1.1 Posición geográfica y aspectos agroecológicos
2.1.2 Breve reseña histórica
2.1.3 Uso del suelo y distribución de la tierra
2.1.4 Problemática ambiental


2.1.1 Posición geográfica y aspectos agroecológicos

Con una extensión de 261,42 km2, el cantón de Hojancha se ubica en la provincia de Guanacaste. Las coordenadas geográficas medias del cantón de Hojancha son: 9° 58' 38" latitud norte y 85° 24' 39" longitud oeste. En su parte más ancha mide veintinueve kilómetros, en dirección noreste a suroeste.

Según Tosi (1969), en ella se encuentran dos zonas de vida; a saber: bosque húmedo tropical y bosque muy húmedo premontano. La primera de ellas presenta una biotemperatura promedio anual entre 24 y 30° C y una precipitación promedio anual entre 2000 y 4000 mm, mientras que, con la misma precipitación, la segunda presenta una biotemperatura promedio anual entre 17 y 24° C.

El área de estudio presenta alturas entre 0 y 833 msnm, y la caracteriza un relieve irregular con pendientes promedio de 40%.

Según el sistema de clasificación de Herrera (1986-a) los climas dominantes en la zona se clasifican como C4 (dominante) y C1. Ambos son descritos como climas húmedos, calientes, con déficit muy grandes de agua (más de 70 días), según los siguientes parámetros:

C4:

Precipitación promedio anual:

1900 a 2400 mm


Temperatura promedio anual:

21 a 26° C


Evapotranspiración potencial anual:

1565 a 1710 mm


Indice de aridez:

>20


Indice hídrico:

20 a 40


Estación seca: Desde mediados de diciembre hasta abril, y a veces hasta mayo.

C1:

Precipitación promedio anual:

2050 a 2400 mm


Temperatura promedio anual:

23 a 27 °C


Evapotranspiración potencial anual:

>1710 mm


Indice de aridez:

>20


Indice hídrico:

20 a 40


Estación seca: Desde mediados de diciembre hasta abril y a veces hasta mayo.

De acuerdo con Gómez (1986), el tipo de vegetación presente en la zona se clasifica como bosques semidecíduos-decíduos, y son descritos como bosques ralos con matorrales xerófilos en zonas expuestas. "Cejas" y terrazas aluviales con vegetación semidecídua y siempreverde. Vegetación sobre formas de denudación en serranías de origen ígneo, de topografía muy accidentada. Suelos entisoles, principalmente lithic ustorthent, mal desarrollados, poco profundos, secos por más de 90 días al año.

2.1.2 Breve reseña histórica

En la época precolombina, el territorio perteneciente al actual cantón de Hojancha formaba parte de una de las provincias de los indígenas llamados Chorotegas.

La colonización de Hojancha se inició a partir de 1910, con los primeros pobladores que provenían de Matambú y de los cantones de San Ramón, Atenas y Palmares. Dicho proceso se aceleró en la década de los 30, basándose en la producción de granos básicos y una limitada crianza de ganado. Sin embargo, entre los años 40 y los 60, la ganadería se convirtió en la actividad productiva principal, mostrando un incremento del 11.236 cabezas de ganado en 1935 y a 101.421 en 1963. Sin embargo, la caída de los precios de la carne en los 60 provocó la bancarrota de muchos pobladores de la zona, causando la emigración del 57% de la población total (Current 1993).

Dada la difícil situación económica en que se vio envuelto el cantón, se realizaron los esfuerzos necesarios para establecer un proceso de desarrollo rural integrado, el cual promovió la creación del Centro Agrícola Cantonal de Hojancha (CACH) en 1978.

Con una población cercana a los 6000 habitantes, la mayor parte de la fuerza laboral de la zona se concentra en el sector primario (73,6%) y solamente un 18,3% en el sector terciario. Una tasa de mortalidad infantil de un 22% dice de problemas sociales que sustentan la búsqueda de alternativas productivas importantes en la región.

2.1.3 Uso del suelo y distribución de la tierra

En términos del uso del suelo en el cantón de Hojancha, del área total catalogada como finca en 1982, un 78% estaba cubierto por pastos, un 9% se utilizaba en actividades de labranza, un 2% lo ocupaban cultivos perennes (sobre todo café) y un 11% son áreas sin cultivar, generalmente de tipo marginal.

Resulta notoria la concentración de área para la producción de pastos y, según Chinchilla (1987), origina que el área no cultivada en este cantón se halle por debajo de los promedios regional y nacional (24% y 34%, respectivamente). Según aumenta el tamaño de las fincas, es mayor la proporción del área sin cultivar y el uso del suelo dominante tiende a ser más extensivo (pastos). Cabe aclarar que en los últimos diez años ha ocurrido un incremento en la proporción de áreas cultivadas con madera y café (cultivos perennes), generalmente en áreas antes cubiertas por pastos.

Más del 62% del área del cantón corresponde a fincas con más de 40 ha, las cuales están en manos del 11,7% de los propietarios del cantón. Esta concentración de tierra tiene raíces en el proceso de colonización de los inmigrantes del Valle Central del país, y se facilitó con el auge de la ganadería entre las décadas de los 40 y 60, la cual permitió un uso extensivo de las áreas disponibles.

En la última década, este régimen de tenencia de la tierra ha incidido directamente sobre el rol que cada estrato socioeconómico del cantón ha tenido en la actividad forestal de la zona.

2.1.4 Problemática ambiental

La deforestación masiva del cantón de Hojancha, el cual en 1976 contaba con tan sólo un 2% de su área total en reserva forestal (Chinchilla 1987), ha sido el resultado de prácticas de ganadería extensiva y cultivo a suelo limpio, realizadas durante décadas. Dadas estas prácticas y el relieve bastante quebrado dominante en el área (pendiente promedio de 40%), la pérdida de suelos constituye la principal causa de degradación ambiental en el cantón.

Definitivamente este es un aspecto que incide en el tipo de modelo de desarrollo que se estructura en el cantón. El modelo moderno clásico es "depredador" y guarda relación con la agricultura tecnificada que se encuentra en la localidad; esto se ha hecho sentir en Hojancha y otras regiones del país donde llegaron los inmigrantes del Valle Central.

No había un tratamiento especial respecto a las maderas, simplemente se vendía lo que era vendible y el resto se quemaba para trabajar la tierra. Se partía de la presunción, fuertemente difundida, de que un terreno "bien preparado" era un terreno "limpio" en el sentido más literal (limpio de árboles y maleza).

Como consecuencia, la base productiva de la zona se ha degradado. ha motivado la utilización de algunos sistemas productivos más intensivos como el café con árboles, generándose interés también por los rompevientos (Current 1993).

Las cercas vivas, los árboles dispersos en los pastizales, la siembra de árboles para cercas vivas (indio desnudo), guácimo colorado, nance; etc. son algunas de las prácticas de "aquel entonces".

2.2 Estrategias de vida


2.2.1 Dimensión productiva
2.2.2 Dimensión familiar
2.2.3 Dimensión organizativa


Las estrategias de vida de los grupos campesinos se articulan en tres planos: productivo, familiar y organizativo.

2.2.1 Dimensión productiva

Con respecto al primer plano, el productivo, queremos dar cuenta del conjunto de actividades que desarrollan los agricultores para procurar su sobrevivencia y su bienestar y que están directamente relacionadas con el proceso de la producción.

En este sentido nos parece oportuno partir de una caracterización que realiza Current (1983) sobre los sistemas de finca practicados en Hojancha, ya que la misma se halla en estrecha relación con las estrategias productivas de los habitantes de la zona. De manera resumida, dicha referencia indica la práctica de cinco distintos sistemas de finca, según se describen a continuación.

a. Productores sin tierra: Estos productores practican agricultura de autoconsumo en áreas alquiladas de una a tres hectáreas y venden su mano de obra, emigrando temporalmente, especialmente hacia zonas bananeras del país. Las familias normalmente trabajan como peones de finca, la mayoría de veces con base en contratos específicos. Tienden a emigrar hacia otras áreas del país.

b. Pequeñas fincas a nivel de subsistencia: Las propiedades oscilan entre 6 y 30 hectáreas (promedio de siete hectáreas por trabajador), pero a menudo con suelos de baja productividad. La agricultura constituye su actividad dominante, aunque también venden su mano de obra para suplementar la producción de sus fincas; en períodos de siembra y cosecha a la vez se ven obligados a contratar mano de obra. La cría de pequeñas cantidades de ganado es común, para la producción de leche de consumo familiar y como medio de ahorro para casos de emergencia.

c. Pequeña finca con producción agrícola para el mercado: En los alrededores de Hojancha, y generalmente sobre los 500 msnm, estas fincas presentan condiciones ambientales y logísticas favorables para la producción de café, frutas y vegetales, generalmente para los mercados de Hojancha y Nicoya. El café es el cultivo que generalmente cubre más área en estas fincas, aunque también se producen granos básicos para autoconsumo. Asimismo, se mantienen algunas cabezas de ganado con miras al autoabastecimiento de leche.

Los productores de esta categoría no venden su mano de obra, sino que generalmente deben contratar peones durante la cosecha del café, siendo el sistema de finca que requiere el manejo más intensivo, con una gran cantidad de insumos y crédito bancario. Por otra parte, el retorno para la mano de obra familiar en esta categoría es menor que el de aquellos que producen ganado extensivamente, pero mayor que la de los pequeños productores a nivel de subsistencia. La capacidad de acumular capital de estos productores está entre baja y moderada.

d. Ganaderos medianos: En esta categoría el tamaño de las fincas varía entre 30 y 150 hectáreas, razón por la cual la mano de obra familiar se convierte en un factor de producción más limitante que la tierra. Con la práctica de la ganadería extensiva se logran altos retornos a la mano de obra familiar. Estos productores compran animales recién destetados, de pequeños productores, y a la edad de dos años los venden a los grandes ganaderos para engorde. Las vacas se ordeñan para consumo familiar y se producen granos básicos con el mismo fin. Los excedentes de estos últimos se venden en el mercado.

Dentro de esta categoría se encuentran tanto los productores que mantienen la producción extensiva de ganado, como aquellos que han incrementado la producción de granos básicos desde que se inició la crisis del ganado (aproximadamente en 1983). De igual modo, los productores que también producen café y aquéllos que se han cambiado hacia el ganado de doble propósito.

e. Ganaderos grandes: En estos casos la mano de obra es contratada en un 100%. Los propietarios generalmente viven fuera de la zona, atendiendo otras inversiones realizadas con capital acumulado durante los buenos años del ganado.

Una vez expuesta esta tipología cabe señalar que, aun cuando distintos sectores han participado en las actividades de reforestación, el tipo de agricultor que con más fuerza se ha involucrado en los programas de reforestación en la zona son los medianos. Estos son los grupos b, c y d de la tipología. Al menos son los agricultores que han marcado más la dinámica del proceso de reforestación.

Efectivamente, el tipo de agente social con que estamos tratando en este estudio es un agricultor moderno y ya no un campesino "tradicional". Se trata de un agricultor modernizado y, como veremos, con elementos de identidad cualitativamente distintos al campesino de San Miguel en la zona de Baja Talamanca.

La estrategia de vida de estos agricultores se halla relacionada con un pasado de migración del Valle Central (San Ramón, Atenas, etc.) a la región guanacasteca. Se trata de agricultores con una tradición de cultivos como el café, y una vieja inmersión en la "economía de mercado". Son "progresistas" (en el sentido convencional de utilización de este término), con una mentalidad más "moderna", lo cual años atrás se hizo sentir en los niveles de deforestación de la zona.

Esta estrategia se articula alrededor no tanto de lo que podría llamarse una estrategia de sobrevivencia sino de acumulación ampliada. Así por ejemplo, en la actualidad los viveristas forestales están diversificando la actividad dedicándose también a la producción de ornamentales que consumen los hoteles de la costa. En la mayoría existe una amplia preocupación por mantener la calidad del producto, ya que ello repercute en el éxito de su propia actividad. Se preocupan por la calidad de la producción, lo cual se nota en garantizar el porcentaje de pega, arrancando las plantas en óptimas condiciones, con un grueso ideal, un buen sistema radical y empacando en sacos con "burucha" previamente mojada en fungicida, para evitar daños por hongos (dos capas de plantas por una de "burucha").

En su afán de eficiencia, estos agricultores han copiado algunos procedimientos de los viveristas de café, que era el cultivo tradicional de la zona, sobre todo en procedimientos de germinación y control de malas hierbas, ya que se utilizan agroquímicos que han sido probados en la actividad cafetalera.

Se trata de productores que buscan la rentabilidad del producto, y ese criterio define los derroteros fundamentales dentro de los que se mueven. La tecnología, por ejemplo, se inscribe dentro de esta perspectiva: ahorro de mano de obra, disminución de costos, eficiencia de producción, etc. En términos de sus ingresos, cada vez cobran más importancia aquellos que provienen de esta actividad.

Cada cual tiene sus clientes fijos, pero no existen contratos para producir a un determinado cliente de manera permanente. Los viveristas no sólo utilizan sus propias tierras para producir sino que alquilan terrenos, puesto que por las especies que cultivan (melina, teca, pochote y guayaquil), necesitan por lo menos año y medio para sacar su producción. Por ello se debe tener otra alternativa de donde sembrar año con año, en particular si se requieren ingresos anuales. Otra razón es que a veces se saca muy tarde la producción y se pasa el tiempo de siembra.

Debido a que no hay mecanismos legales o administrativos establecidos por la institución rectora de la actividad forestal de control de calidad, y a que la competencia desleal los afecta mucho, los agricultores esperan que la dinámica del mercado se encargue de eliminar a los desleales; los cuales, en muchos casos, venden las plantas a un precio más bajo que el costo de producción de éstas, ya que son de material de deshecho.

Otra actividad de la que se pueden valer los agricultores de la zona es el turismo de la costa. Hay un beneficio indirecto: algunos vecinos de Hojancha venden sus servicios en la zona turística, pero es una actividad que en sentido estricto no forma parte de la problemática forestal.

2.2.2 Dimensión familiar

Está claro que estamos en presencia de estrategias familiares de acumulación y ascenso social, en donde existe todo un tejido familiar que le da cohesión y organicidad a la experiencia. Efectivamente, los lazos de carácter productivo entre los sujetos están cubiertos por un halo de afectividad, producto de relaciones de parentesco, los cuales le otorgan a la organización un significado que va más allá de los simples intereses corporativos.

Los viveros han generado empleos principalmente para las mujeres y los niños, quienes se integran como grupo familiar, desarrollando actividades como llenado de bolsas, siembra y recolección de semilla.

En términos generales existen ciertas familias que tienen un mayor peso en la zona en cuanto a la conformación y la realización de las actividades de reforestación, ocupando puestos claves en el desarrollo de la misma. Este aspecto se hace sentir también en la conformación de las organizaciones claves de la zona: AGUADEFOR, el CACH, etc.

2.2.3 Dimensión organizativa

La dimensión organizacional en Hojancha se halla por lo general muy estructurada. AGUADEFOR (Asociación Guanacasteca de Desarrollo Forestal) es una asociación de segundo orden que agrupa organizaciones a nivel de todo Guanacaste, aunque la cabeza es de Hojancha.

En el cantón de Hojancha, bajo el contexto de la búsqueda de alternativas, en donde se inicia a principio de los años ochenta la articulación de toda una serie de organizaciones de la comunidad como el CACH, municipalidad, colegio, etc., alrededor de una estrategia de desarrollo comunal. Todas las fuerzas vivas se unieron para lograr el desarrollo de Hojancha, a lo cual debe sumársele que los viveristas mismos funcionan como una fuerza en la región, aunque no de tipo formal.

Aun cuando son una fuerza en la región, los viveristas reconocen la existencia de ciertos problemas de comunicación entre ellos. Efectivamente, se ha generado un cierto individualismo alimentado por la competencia, que inhibe la realización de actividades tendientes a organizar los viveristas. En la práctica, "cada uno jala por su lado".

La estrategia de vida de estos sectores de agricultores cercanos al CACH se halla articulada a una estrategia de desarrollo en general de tipo comunitario que hace del recurso forestal un componente importante. Contiene además otros rubros como el café y la parte agrícola (ganado de leche, apicultura y proyectos de cerdos).

Por otra parte, la organización de alguna manera es un arma para lograr acceso a cierto tipo de información en aras de la colocación del producto, el acceso a apoyos estatales y otros. Existe una articulación con el plano político que es importante señalar; ciertos dirigentes de AGUADEFOR tienen lazos importantes con partidos políticos a nivel nacional, lo cual da cuenta de la existencia de contactos externos que le dan viabilidad política al proyecto tal y como está planteado.

2.3 Simbólica social

La simbólica de estos sectores se articula alrededor de una autopercepción en la que se perciben como agricultores modernos, sabedores, conocedores de la técnica, orgullosos de esta condición, etc. Su pasado en el Valle Central, en relación con una agricultura intensiva ligada a productos como café y caña de azúcar, nos habla en este caso de un sector de agricultores con una cierta predisposición "cultural al cambio".

Su percepción de "progreso" se explica por cuanto los agricultores han visto mejorar con el pasar de los años sus condiciones de vida:

"En esta comunidad con lo que nos hemos propuesto me siento bien, nos propusimos hacer una ermita y la terminamos, este año un acueducto para el pueblo y ya tenemos alguna ayuda, somos unidos y se logra. La gente, es cuestión organización, estimular un poco lo que es... aquí no hay mucho problema..." (viverista)

A partir de ahí se estructura la búsqueda de un mayor estándar de vida, de comodidad, de ganancia, etc. Con una visión clara de futuro y una percepción espacial pluridimensional, son agricultores culturalmente "modernos", que conciben la tecnología como un apoyo sustancial para el logro de sus metas, y el desconocimiento y la ignorancia tecnológica, como el principal obstáculo que enfrentan para salir adelante.

Existe una fuerte identificación con el campo, pero con las comodidades de la ciudad. El carro, la moto, el teléfono personal, las casas cómodas, etc., forman parte de un modo de vida indicativo de un sector agricultor próspero y moderno.

"Yo pienso que uno ya con años no hay muchas ilusiones. Para la juventud yo creo en la conservación de suelo y reforestación, que todos tengan agua potable, corriente, seguir trabajando. Si contáramos con una clínica, mejor con más doctores, los que puedan, que tengan mejores servicios.

Yo no me voy a la ciudad, me gusta la vida tranquila, sana...

...Yo veo que con los hijos estamos de acuerdo, ellos piensan que si tienen la oportunidad de ir a estudiar, van, pero sí les gusta el trabajo en el campo. Que estudien pero permanezcan en el campo", (viverista)

Esta actitud abierta al cambio y la modernidad, provoca sin embargo algunos problemas, en particular en el caso de los agricultores más pequeños, los cuales atraídos por los incentivos deciden meterse en la actividad. El problema radica en que, al tener poca tierra y dedicarla en gran parte a proyectos forestales, se limita la producción de granos básicos, importantes para su subsistencia en el corto plazo.

Para alcanzar su meta de mayor bienestar existen algunos obstáculos en el camino que se deben vencer. Les preocupan las guerras de precios que genera la competencia desleal entre algunos de ellos, lo que relacionan con oportunismo e ignorancia. Ello los lleva a plantearse como mecanismo básico de regulación la imposición de un control de calidad y se quejan de la inexistencia de mecanismos establecidos para tal fin. Actualmente esperan que la dinámica del mercado se encargue de eliminar a los desleales, los cuales venden las plantas a precios más bajo que el costo de éstas.

La innovación se inscribe claramente dentro de una lógica de reducir costos y con ello obtener mayores ganancias. La tecnología se concibe como un apoyo fundamental.

Ahora bien, fuera de esta simbólica predominante en la zona, es necesario rescatar la existencia de lo que podríamos llamar sub-simbólicas o simbólicas marginales. Por ejemplo, aunque parece ser un caso excepcional, por la importancia que puede tener, nos detendremos en la visión de un agricultor "tradicional" de la zona, campesino cuya perspectiva es distante de la que es dominante en la zona.

Se trata en este caso de un campesino que se siente

"...guanacasteco por los cuatro costados. Nacido aquí, ahí no más, ahí donde doblaron para acá. Ahí nací, ahí me crié, aquí me hice viejo...y seguro que, creo que seguro, aquí debo morirme. De aquí seguro tienen que sacarme para el cementerio". (Agricultor-viverista)

Con su insistencia sobre su origen pareciera tomar distancia de los que implícitamente considera como "cartagos" (agricultores originarios o descendientes de inmigrados del Valle Central), más involucrados en los procesos de experimentación ligados a AGUADEFOR en la zona.

Este campesino trabaja básicamente con especies nativas y produce árboles por pedido (5000 árboles de 10 a 12 especies), generalmente para extranjeros y personas dueñas de hoteles (gente de mera de Hojancha). Su interés por las especies nativas fue reforzado por la alternativa económica que le ofrecieron gentes de fuera de la región. Reconoce haber acumulado experiencia en la producción de especies nativas, y se autocalifica como un apasionado por lo ecológico, por la montaña. Además, ha desarrollado conocimientos fenológicos sobre las especies que produce, de manera que recoge las semillas que requiere.

Toma distancia respecto a un tipo de reforestación que percibe como muy comercial. Reproducimos, en este sentido, parte del diálogo mantenido con él:

"Ya hay mucha gente que ha comenzado a reforestar ecológicamente. Porque para mí el reforestar con melina y con teca, para mí no me da... que muchos dicen que estamos reforestando el cantón de Hojancha. El cantón Hojancha está reforestado con melina y teca. Para mí es comercial; la teca y la melina es comercial.

E-¿Y por qué no es ecológico?

P- No es ecológico.

E-¿Por qué... conoce algunos problemas que se hayan dado?

P- Bueno, es que el hecho de ser ecológico es éste: entre usted en un melinal, y entre usted en un tecal. Usted ahí no encuentra un pájaro, ahí no encuentra una araña, ahí no encuentra nada. Y a estas horas usted dentra y aquello está seco, tostado. ¡Eh, aquéllo es un desierto!

E-¿Y el suelo?

P-El suelo está totalmente rajado ahí. Si ahí no hay nada.

E-¿Se lava mucho?

P-Cómo no. Si usted, si vamos yo los puedo llevar a ustedes donde hay un tecal o hay un melinal. Aquí no más, veamos allá..., allá..., ahí hay una parcela que sembró un señor, en esa ladera. Vamos y les voy a enseñar, a ver si no hay unos zanjos donde se ha erosionado la tierra, tal vez de más de dos metros de profundidad..." (Agricultor viverista)

Se maneja la idea de que el asunto beneficia a todos, pero particularmente a un pequeño círculo en donde priman los lazos familiares.

"Yo le voy a decir una cosa. Si este cantón de Hojancha sigue así como está, yo creo que todo el mundo emigra de aquí...

Aquí sólo son las argollas las que viven bien...

Y yo le voy a decir una cosa... me gustaría que usted conociera afondo el cantón de Hojancha, el lugar de Hojancha, ahí el centro de Hojancha para que se diera cuenta. Mire, los de almácigos de teca y gmelina son dos familias. Así así, son dos familias..." (Agricultor viverista)

Es interesante por cuanto es la visión del campesino que se siente marginado del proceso, utilizado por los técnicos y los de afuera. En este sentido, opina que las instituciones externas hacen bien su trabajo; sin embargo, siente que los de afuera le explotan sus conocimientos en fenología:

"Aquí han venido gringos, aquí han venido colombianos, aquí han venido venezolanos, tomando informes sobre fenología, y de aquí..., de Jicaral, de Cóbano." (Agricultor viverista)

Se siente apático respecto a las instituciones y no conoce bien el aporte que hacen. Sin embargo, le preocupa la deforestación, y por eso le disgusta el trabajo de MIRENEM, especialmente porque cree que le facilitan la corta de árboles a los grandes propietarios y se la dificulta a los pequeños.

Es entonces notorio en la zona un sentimiento de algunos agricultores que se sienten excluidos del CACH, y que piensan que éste favorece a los medianos y grandes productores, a ciertos grupos de la comunidad mientras que a otros no. Otro actor importante de la comunidad es el sacerdote, quien toma distancia de las políticas de reforestación en la medida que visualiza un problema en la tendencia a la especialización de los pequeños campesinos en una actividad que considera no directamente relacionada con las actividades de subsistencia.

2.4 Formas tradicionales de utilización de los bosques y árboles en la zona

La procedencia de los colonizadores de Hojancha y su actitud "progresista" ante la vida, las limitaciones en las características intrínsecas de los suelos (capacidad de uso) y las condiciones de los mercados de productos agropecuarios y forestales, en gran medida han determinado los usos predominantes de los recursos naturales en la zona. Según fuera el caso, podemos citar el masivo cambio de uso del suelo causado por la ganadería extensiva entre los años 40 y los 60, el notorio incremento en el componente arbóreo de la zona en la última década y el aumento de las plantaciones de café en los últimos cinco años.

Las formas "tradicionales" de utilización de los árboles y bosques de Hojancha están muy ligadas a las acostumbradas en el Valle Central del país. Perspectiva desde la cual, hasta recientemente, la silvicultura no formaba parte de las prácticas productivas de los sistemas de finca practicados. La presencia de árboles en las fincas generalmente cumplía objetivos no directamente productivos, como la protección de riberas y nacientes de ríos, complemento como sombra de cultivos (café) y del ganado, y autoabastecimiento de algunos productos como leña y madera de construcción.

En otras palabras, a excepción de los bosquetes naturales que generalmente se mantienen para proteger las riberas y nacientes de los ríos, las formas tradicionales de utilización del componente arbóreo de las fincas se enmarcan dentro de algún sistema agroforestal, según se describe en el cuadro número 2.

Cuadro No 2. SISTEMAS AGROFORESTALES TRADICIONALES EN HOJANCHA

SISTEMA AGROFORESTAL

ESPECIES

PRODUCTOS Y SERVICIOS

Arboles con cultivos perennes

Cedrela odorata
Bombacopsis quinatum
Frutales

Sombra, madera, frutas, materia orgánica

Arboles aislados

Cedrela odorata
Bombacopsis quinatum
Astronium graveolens
Enterolobium cyclocarpum

Sombra, madera

Cercas vivas4

Bursera simaruba
Gliricidia sepium
Bombacopsis quinatum

Leña, ahorro de mano de obra en el mantenimiento de cercas, postes de cerca vivos, forraje.

2.5 Formas novedosas de utilización de los bosques y árboles en la zona


2.5.1 Innovaciones y adaptaciones en el establecimiento y manejo de viveros
2.5.2 La siembra directa innovación clave en el desarrollo silvicultural de la zona y del país
2.5.3 Innovaciones y/o adaptaciones en la recolección y manejo de semillas y frutos
2.5.4 Innovaciones y adaptaciones en el manejo e industrialización de plantaciones
2.5.5 Otras innovaciones


En los alrededores de 1980, cuando la producción de carne ya no constituía una alternativa financieramente atractiva, y la degradación de los suelos, causada por la deforestación masiva, las quemas y la práctica de la ganadería extensiva, restringía las alternativas productivas en la zona, comenzó a dar frutos una estrategia comunal pro-desarrollo del cantón que se inició durante la primera mitad de la década de los 70 y tuvo su auge en los 80. Dicha estrategia, promovida por el párroco comunal, permitió la capacitación de algunos jóvenes del cantón, y con ello la transformación paulatina de las prácticas de manejo de los recursos naturales y del paisaje local. En este sentido, el sacerdote de la localidad tuvo un papel clave en diversos aspectos relacionados con el desarrollo de la comunidad.

De esta manera, desde finales de la década de los 70 y principios de la de los 80, a través de proyectos como Leña CATIE, posteriormente MADELEÑA y CORENA-032 (AID-Gobierno de Costa Rica) se promovió el manejo integrado de los recursos naturales, introduciéndose así la práctica de la silvicultura de viveros y plantaciones. Por esa razón, y dada su novedad, la mayor parte de las actividades que involucra la silvicultura generalmente han tenido o tienen algún elemento innovador.

Para efectos de este estudio, en cuanto a utilización de árboles y bosques se refiere, se logró identificar un proceso de innovación/adaptación tecnológica campesina que se inició en el área del establecimiento y manejo de viveros, paralelamente a la recolección y manejo de semillas. En los últimos años, dicho proceso se ha dirigido hacia el manejo e industrialización de las plantaciones, mientras que las dinámicas de los mercados han reorientado los esfuerzos de algunos productores locales hacia la investigación de otras alternativas económicas como la producción de plantas ornamentales.

2.5.1 Innovaciones y adaptaciones en el establecimiento y manejo de viveros

Dada la incipiente cultura forestal costarricense dos décadas atrás, y el carácter urgente de las necesidades nacionales de reforestación, los primeros paquetes tecnológicos silviculturales que se hicieron disponibles a nivel "masivo" en el país provinieron de otros países como Honduras y Brasil, y enfatizaban la producción de viveros y el establecimiento de plantaciones. Sin embargo, con la importación de estos paquetes tecnológicos surgió una serie de limitaciones de adaptabilidad, de producción y de manejo de las especies (exóticas) incluidas por dichas tecnologías (entre ellas: Pinus sp, Eucaliptus sp, Cupressus lusitanica y Casuarina equisetifolia).

En general, esos paquetes tecnológicos no permitían la solución de muchas necesidades forestales nacionales, inclusive de Hojancha. Por esta razón, los técnicos forestales que laboraban en la zona a finales de los 70 y principios de los 80, se interesaron por producir tecnología silvicultural apropiada para las condiciones locales. Para esto se utilizaron métodos participativos de investigación que permitieron capitalizar el conocimiento y el interés de los agricultores locales que tradicionalmente cultivaban café.

A partir de este esfuerzo local por desarrollar un paquete tecnológico silvicultural adaptado a las condiciones y necesidades locales, se originó uno de los más notables avances tecnológicos hasta hoy experimentado a nivel nacional en el ámbito de viveros forestales: la producción de almácigos forestales. Además, este mismo proceso permitió la innovación/adaptación de herramientas y equipos calificables como tecnologías intermedias (de bajo costo, localmente disponibles, que no crean dependencia hacia insumos de difícil adquisición, ecológicamente sanas, que aumentan la productividad humana y provienen o se adaptan al conocimiento local).

Viveros en almácigo

A diferencia de los viveros producidos en bolsa (tecnología importada), los viveros producidos en almácigo permitieron una simplificación significativa del proceso productivo y, con ello, la producción masiva (económicamente más factible y atractiva) de plántulas para mercados locales y externos.

Como variación fundamental del paquete tecnológico de los almácigos forestales figura la siembra directa de las semillas en el área de producción. Otras variaciones importantes se observaron en el manejo del riego, el control de malezas y en la cosecha y empaque de plantas.

2.5.2 La siembra directa innovación clave en el desarrollo silvicultural de la zona y del país

Con la siembra directa de las semillas en el área de producción (terreno donde las plantas crecen hasta el momento de su traslado al sitio de plantación) se disminuyeron significativamente las necesidades de mano de obra, antes requerida para el llenado y acomodo de bolsas y para el repique o transplante. Esto se tradujo en la eliminación de un "cuello de botella" serio que, especialmente en términos de mano de obra y de altos índices de mortalidad de plántulas, imponían las tecnologías de germinación de las semillas en camas o áreas de germinación para luego ser transplantadas (repicadas) a bolsas o bancales (eras):

"Sí, para bajar costos. O sea, el repique definitivamente es muy muy ingrato... es muy..., de producción muy alto. Por todo, eh.. diay la mano de obra de estar repicando era muy grande..." (viverista).

Una vez superada esa dificultad, la producción de almácigos forestales se hizo factible a nivel comercial. Hecho que, al coincidir con el inicio del programa de incentivos estatales (fiscales) para la reforestación, permitió un incremento acelerado en los niveles de producción de árboles en el cantón y así captar gran parte de la demanda nacional de gmelina (Gmelina arborea), teca (Tectona grandis) y pochote (Bombacopsis quinatum), especie nativa. Además de una alta demanda a nivel nacional, dichas especies presentan características adecuadas para la producción en almácigo, como un tamaño de semillas manejable y una raíz pivotante (más resistente a exposiciones a la luz). Además, las tres especies tienen buena capacidad de rebrote, característica que permite el transporte y siembra (en la plantación) en pseudoestacas.

Aunque en un principio (1984-1987) las altas demandas de árboles fueron suficiente incentivo para mejorar el paquete tecnológico existente (aumentar la capacidad productiva de los recursos disponibles), en los últimos cinco años dicho incentivo ha pasado a ser una necesidad generada por la contracción del mercado externo y la consecuente presión impuesta por la competencia desleal de algunos viveristas. En ambas situaciones, la innovación y adaptación de los productores ha estado presente en el diseño de herramientas y métodos más productivos.

Entre las herramientas desarrolladas para facilitar la siembra directa, se logró identificar, entre otros:

Rayadores de terreno

Consiste en estructuras de metal, semejantes a un peine o arado múltiple con puntas de metal, cuyo ancho y espaciamiento es particular para cada especie a producir. La importancia de los rayadores estriba en que, una vez roto el esquema de sembrar la semilla en hoyos individuales, los costos de producción se bajaron significativamente, ya que este aparato permite ir colocando las semillas en las rayas que va dejando, que pueden ser hasta siete o más (dependiendo del tamaño y de si es halado por un animal o por peones) disminuyendo hasta en un 75% la mano de obra necesaria respecto al método tradicional (espequeado) en la labor de sembrado.

Los rayadores observados tenían entre tres y siete puntas. Y la utilización de éstos varía dependiendo de la cantidad de rayas que el viverista desee hacer, así como de las características del terreno. Por ejemplo, para aplicar fertilizante al terreno, una vez establecidas las plántulas, la utilización del rayador de tres dientes es conveniente para producir rayas en las que se deposita más fácilmente el fertilizante a la par de donde están naciendo las plántulas, evitándoles daños.

Para usar el rayador es necesario preparar el terreno con arado y rastra, hasta que el suelo quede bien suelto y parejo. Una condición importante es que el terreno esté húmedo. Una vez depositada la semilla en las rayas, éstas se tapan haciendo uso de una rama con la que se barre el suelo en dirección transversal a la de las rayas.

Desde un punto de vista retrospectivo, es importante notar que en un inicio la siembra directa se realizaba en bancales o eras de uno a un metro treinta de ancho, según se heredó de la tecnología ancestral. Además, en ese entonces, para la siembra de la semilla los hoyos se abrían con un espeque sencillo (según era tradicional en el cultivo de granos como el maíz o los frijoles), pero este método era sumamente lento y requería mucha mano de obra en terrenos grandes.

Posteriormente se pensó utilizar un espeque con tres puntas adaptadas en una tabla que se unió al extremo de una vara, para así lograr tres hoyos con cada impacto. Sin embargo, esta herramienta se aterraba mucho y entorpeció el trabajo. En la siguiente etapa se desarrolló un espeque múltiple que consiste en un marco cuadriculado que contaba con una punta en cada vértice de los cuadros (entre diez y treinta puntas), y que era manejado por dos personas; una a cada lado del bancal.

Una vez roto el esquema de la producción en bancales, pasándose a la producción en áreas con drenajes cada ocho o diez metros, se desarrolló una herramienta que consistió en un estañón al que le habían soldado puntas en el exterior, y se le había adaptado una guía para ser halado por una persona. Esta herramienta tuvo el inconveniente de que la presencia de terrones causaba disparidad en su funcionamiento, motivo por el cual se optó por utilizarla parcialmente llena con agua, pero se presentó el problema de que también se aterraba.

Con el siguiente paso se llegó al actual rayador, el cual se retoma de una idea empleada por nuestros campesinos unos veinte a treinta años atrás, cuando la anterior generación utilizaba unos similares para la siembra de arroz. A diferencia de los "antiguos", los actuales cuentan con dientes de metal y no de madera. Los actuales sufrieron varias modificaciones para optimizar su uso, ya el primero de ellos contaba con mecanismos que le permitían variar la inclinación de los dientes y el uso de tracción animal; pero se vio que no había necesidad por lo que se simplificó, dejándolo fijo y adaptado para el uso de tracción humana o animal.

Adicionalmente, al permitir el uso de tracción animal, al rayado se le puede ensamblar una tabla (atornillándosela) en la parte posterior de los dientes para utilizarlo como emparejador del terreno.

Manejo del riego

Entre las innovaciones tecnológicas que se introducen con la producción de viveros en almácigos se cuenta la producción de almácigos sin riego, programando las actividades de manera que se pueda aprovechar el régimen local de lluvias. Esta innovación se introdujo accidentalmente, pero es importante resaltar la observación innata en nuestros campesinos:

"Nosotros, el primer año, que hicimos el vivero de melina y pochote, por lo menos, eh!..., no teníamos la experiencia. Creíamos que ocupaba riego en el verano y compramos un motor. Y pasamos tres meses regando, y aquí los veranos son de seis meses. Después de que nos robaron el motor, entonces no pudimos regar más y lo dejamos solo. Y después nos pusimos a pensar Emel y yo que..., diay, si metíamos pseudoestacas y soportaban, por qué no iba a soportar un vivero, que estaba sembrado tal vez en el mismo tiempo, y a una densidad más bien estrecha, entonces ellos mismos se daban sombra, se secaban menos. Y ya lo dejamos, y ese año, en realidad se marchitó un poco, como toda planta, pero soportó, y yo por otro lado. Entonces la gente misma vio el resultado, que sí servía, y que era más barato, y ahí fue cuando se empezó a producir así." (Campos, viverista 1994)

Por la conveniencia de asegurar riego diario inmediatamente después de la siembra y para poder garantizar una germinación pareja, la instalación de un sistema de riego es en todo caso conveniente. Sin embargo, dado el alto costo de los equipos de riego nació la necesidad de buscar alternativas tecnológicas de menor costo, búsqueda en la cual un agricultor dio origen a un sistema de riego de manufactura casera.

Sistema de riego de manufactura casera

El sistema de riego observado se estableció con mangueras y unas torres de aspersión hechas con tubos galvanizados de media pulgada de diámetro, y aproximadamente un metro setenta de largo.

A estas torres se les soldó una punta metálica en un extremo, para enterrarla en el suelo, y un acople en forma de T para conectar la manguera del agua, a presión. En el otro extremo se fijó un acople para colocar los aspersores.

Control de malezas

Para darle ventaja competitiva a las plántulas por emerger, se acostumbra aplicar un herbicida quemante (generalmente Gramoxone) unos pocos días antes de la germinación. También es práctica común la aplicación de herbicidas pregerminadores selectivos, que no representen peligro para las plántulas deseadas.

Cosecha y empaque de las plantas

Para la cosecha (arranque) de las plantas propiamente dicha se utilizan unos palines de fabricación local. Mientras que para el transporte seguro del material vegetativo se identificó un método de empaque.

Palines de fabricación local para el arranque de plantas

Al determinarse que los palines disponibles en el mercado no tenían la longitud, el peso ni la resistencia deseada, se estableció la necesidad de diseñar una herramienta alterna.

Esa herramienta consiste en un tubo de metal pesado de unos dos metros de largo y dos pulgadas y media de diámetro, al cual se le suelda en una cuña de acero, cortada de un disco de arado en desuso, de unos diez centímetros de ancho por 15 a 20 centímetros de largo. La cuña se suelda en los bordes longitudinales del tubo y no en su borde transversal, pues una soldadura en este sentido debilitaría el material de la cuña transversalmente, facilitándose así una eventual fractura de ésta. Un palín con estas características se hunde más fácilmente para el arranque de plantas, y tiene la ventaja adicional de que es duradero.

Método de empaque

La mayoría de veces las plantas se transportan en forma de pseudoestacas, y generalmente tardan más de dos días sin ser sembradas. Por este motivo, la manera de empacarlas debe brindarles protección contra la luz, el calor y los golpes.

Para alcanzar dicho fin, las pseudoestacas se introducen en sacos, formando capas intercaladas con un aserrín húmedo. Al cerrar el saco, con hilo y aguja, con un marcador se anota, en el saco, la cantidad de pseudoestacas que contiene.

Viveros en bolsa

Muchas especies, por lo general nativas, presentan raíces no pivotantes, dificultándose así su producción en almácigos. Sin embargo, cuando las semillas no son demasiado pequeñas, generalmente nada impide que se las puedan sembrar directamente en bolsas, ahorrándose así una cantidad significativa de mano de obra. Con esta práctica se observa cómo un adelanto de la tecnología de almácigos revierte sobre la tecnología de viveros en bolsa. Como parte de este paquete tecnológico se observaron dos innovaciones adicionales: una zaranda con rodines y unos haladores de bolsas.

Zaranda con rodines

Antes del llenado de bolsas se debe preparar el suelo que se quiere utilizar para tal fin, proceso en el cual es necesario eliminar piedras, terrones duros y cualquier objeto indeseable.

Para realizar dicha actividad es normal utilizar una zaranda. En este caso, una zaranda mejorada con un sistema de rodaje.

Esta zaranda está construida con un marco cuadrado de madera, de aproximadamente un metro treinta de lado, cuyo fondo es un cedazo de metal con un calibre de aproximadamente un centímetro, al que se acoplaron rodines (balineras) metálicos en cada extremo. Este marco se coloca sobre una especie de mesa rectangular del mismo ancho de la zaranda, que posee en la parte superior externa unos carriles metálicos sobre los que se montan y ruedan los rodines, con un tope a cada lado. Esto permite que una sola persona pueda colar tierra con facilidad al mover la zaranda sobre la mesa, labor que con la zaranda tradicional necesitaba dos personas y era bastante fatigosa.

Haladores de bolsas

Para facilitar el transporte y acomodo de bolsas llenas con tierra se construyeron unos cajones rectangulares, abiertos por un lado, de unos 10 ó 20 centímetros de ancho por el largo que se desee y provistos de un par de reglas salientes en cada extremo, a manera de agarraderas.

2.5.3 Innovaciones y/o adaptaciones en la recolección y manejo de semillas y frutos

Los procesos de innovación/adaptación tecnológica campesina de Hojancha, iniciados en el área de establecimiento y manejo de viveros, se han visto acompañados de innovaciones/adaptaciones en la recolección y manejo de semillas. En esta área de la silvicultura se logró identificar las herramientas, equipos y procesos novedosos que a continuación se señalan:

Gancho para la recolección de semillas

Como etapa previa a la producción de viveros propiamente dicha, para la recolección de semillas forestales se hizo común la utilización de un gancho análogo a los que generalmente se usan para bajar frutas de árboles altos. Esta herramienta consiste en una vara delgada y larga (entre dos y cuatro metros) con un trozo de varilla de construcción de unos 30 cm, doblado en forma de gancho y amarrado en un extremo de la vara.

Este gancho viene a hacer las veces de la podadera de extensión a la que los técnicos generalmente están acostumbrados, y posiblemente entró en escena porque, normalmente, las personas que se dedican a recolectar semillas son desposeídas de tierra (muchas veces están buscando la manera de vender su mano de obra), y de una u otra manera no tienen acceso a muchas herramientas de fábrica. La utilización de esta herramienta es indispensable cuando se desea recolectar semillas de especies con fuste espinoso (pochote), o con frutos que explotan esparciendo las semillas en muchas direcciones, o con ramas largas y quebradizas.

Adaptaciones del chancador de café para semillas de "Gmelina arborea"

Dada la cantidad de mano de obra que se requería para extraer la semilla de la gmelina manualmente (cortar la pulpa en un extremo del fruto y presionar hasta expulsar la semilla), se requirió un método o herramienta que acelerara dicho proceso. En este sentido, un ingeniero agrícola que laboraba en la zona propuso adaptar un chancador de café (máquina que permite separar la semilla de la pulpa del fruto) para tal fin (Quesada 1994).

"Mirá yo creo que Emel dice que en Turrialba, vieron un chancadorcillo pero manual... Probablemente después ahí mismo lo adaptaron un poquito más... Entonces nosotros medio copiamos la idea de uno de ésos, y así se empezó. Pero se traía un chancadorcillo de esos antiguos de café que tiraba dos chorrillos por aquí, de ésos que tenían dos salidillas así, entonces ése se empezó así, después se vio que tiraba muy poco y se cortó. Esto es el mismo principio de un chancador de café, nada más que con los hules más amplios, por el mayor tamaño de la semilla..." (Técnico viverista)

Dado que los frutos y semillas de gmelina son bastante más grandes que los del café, se requirió cambiar la camisa original, hecha de cobre (pieza de metal que recubre un tambor que gira, prensa y corta y separa la pulpa de la semilla) por otra de metal más resistente. La separación de los soportes de hule contra los que la camisa prensa el fruto, los cuales también se cambiaron por unos más grandes, se ajustó con base en una serie de ensayos (Mena 1994; Rodríguez A. 1994).

En el chancador se pueden identificar varias adaptaciones de carácter endógeno:

"Se vio que no tragaba mucha semilla, entonces se cortó y se le hizo una sola salida en toda la pieza, y sale muchísima más semilla que al comienzo. Este motor originalmente no tiene este sistema de enfriamiento. Lo traen fijo con un radiadorcito, pero al trabajar bastante rato calientan mucho. Entonces vimos que lo conveniente es que tengan agua circulante (en el radiador). Entonces se puede trabajar todo el día si quieren y el motor se mantiene fresquito." (Técnico viverista)

Equipo de separación y lavado de las semillas

Al salir del chancador, las semillas se confunden entre la pulpa de los frutos. Por esa razón ambas, pulpa (mojada) y semillas, son recibidas en una zaranda gruesa (calibre de aprox. 1,5 cm), en donde se les separa presionando las semillas contra el cedazo, haciéndolas caer en una pileta con agua. En el fondo esta pileta tiene otro cedazo más delgado (calibre de aprox. 0,5 cm), contra el cual se friccionan las semillas para liberarlas de la pulpa que aún tienen adherida.

Este equipo de lavado (la pila y las zarandas) aparentemente es un elemento endógeno del paquete tecnológico para la producción de gmelina.

Secado de semillas

El proceso de secado en sí no muestra ningún elemento innovador, excepto por el método utilizado para estimar el grado de humedad que contienen las semillas, el cual se basa en el sonido que ellos generan al agitarlas con las manos. Aparentemente este es un desarrollo endógeno.

Tanque para embeber las semillas

Previo a la siembra de las semillas se acostumbra a embeberlas con agua, de manera que dispongan de la cantidad necesaria para iniciar su proceso de germinación, y así lograr el mayor aprovechamiento de la semilla disponible.

Para embeber las semillas (de la mayor parte de las especies y en especial de las más duras), se utiliza un tanque hecho de concreto, con unos 65 cm de profundidad por un metro de ancho y largo variable. La particularidad de este tanque es que fue diseñado con bordes salientes hacia adentro, de manera que los sacos con la semilla pueden mantenerse sumergidos en el agua haciendo uso de reglas de madera que cruzan de borde a borde, y se prensan contra los bordes internos del tanque por la fuerza de empuje del agua.

En el proceso de pregerminación de semillas de gmelina y teca, la semilla se coloca en el tanque durante varios días (entre cuatro y diez días), luego se saca y se pone húmeda al sol, dándole vuelta con regularidad y teniendo cuidado de mantener húmedos los sacos.

2.5.4 Innovaciones y adaptaciones en el manejo e industrialización de plantaciones

Como etapa posterior a la producción de viveros, y desde una perspectiva de proceso de transformación paulatina de los patrones locales de uso de los recursos naturales, la silvicultura de plantaciones ha enfrentado limitaciones relevantes.

Entre éstas, una de las más importantes ha sido el rechazo que, en muchas ocasiones, los propietarios han manifestado en contra de la necesidad de ralear las plantaciones, pues generalmente les resulta inconcebible cortar muchos de los árboles que les costó establecer a cambio de ninguna retribución monetaria.

Para realizar las podas, generalmente del pochote, se diseñó una podadora. Las innovaciones en el campo de industrialización de las plantaciones se han limitado a las contribuciones hechas por los técnicos y asesores del Centro Agrícola Cantonal de Hojancha y de AGUADEFOR.

Podadora de árboles

Siguiendo la misma idea de los ganchos utilizados para recolectar semillas, esta hace las veces de la podadora de extensión generalmente conocida por los técnicos, y consiste de una vara de dos metros o más, a la que se acopla un serrucho arqueado ("rabo de zorro") en el extremo más delgado.

2.5.5 Otras innovaciones

Paralelamente a la apertura de un mercado local de plantas ornamentales, desarrollado alrededor de la industria del turismo regional, los viveristas del cantón han incursionado en él dirigiendo esfuerzos hacia innovaciones tecnológicas que faciliten esta nueva actividad productiva. En este sentido, fue posible observar un equipo de riego de bajo consumo de agua y costo para plantas ornamentales.

Equipo de riego de bajo costo y consumo de agua

Este es el resultado de un intento por establecer un sistema de riego por goteo con materiales baratos, disponibles en la localidad.

Dicho sistema consiste en mangueras de media pulgada de diámetro dispuestas en medio de las eras, a las cuales se les introducen los acoples o broches (utilizados en riego por goteo) para mangueritas de poco caudal, iguales a las utilizadas para el suministro de sueros vía intravenosa (de bajo costo en el mercado). Con cinta adhesiva cada manguerita se fija al tallo de una planta, dirigiendo la salida del agua hacia la base de ésta. Las plantas son sembradas en el suelo y, para facilitar la retención de humedad, la base de éstas se cubre con una capa de aserrín.

Las mangueras de media pulgada de diámetro se acoplan a una tubería de PVC, también de media pulgada, la cual cuenta con varias llaves de paso que permiten la administración del agua entre las distintas hileras de plantas. No se puede decir que el equipo de riego sea por goteo, ya que más bien debería llamarse "por chorrito". Con abrir tres llaves durante diez minutos, en la actualidad se riegan 120 plantas con un bajo consumo de agua y de mano de obra, requiriendo una pequeña inversión inicial.

2.6 Agendas de investigación campesina

Los agricultores sienten necesidad de investigaciones en el campo del manejo de malezas en los viveros, por medio de la utilización de herbicidas, por cuanto es en el que enfrentan mayores problemas. La necesidad básica es de un apoyo técnico.

Asimismo, un aspecto que surgió con fuerza se refiere a la carencia de información sobre los potenciales compradores de sus productos, y en general sobre las condiciones del mercado. Después de casi diez años de experiencia en la zona en actividades de viveros y reforestación, los agricultores se sienten bastante seguros en la parte productiva y técnica, aunque no así en lo que respecta a la comercialización.

2.7 Características de los procesos de innovación

La descripción de las innovaciones de los campesinos nos permite entresacar una serie de rasgos de estos procesos que se vuelven importantes en términos de nuestro problema de análisis.

- Observación - adaptación - ensayo, pasos todos mediados por la reflexión, dan cuenta de un proceso en el que los campesinos crean y recrean la tecnología existente.

- Por ejemplo, se aplica la lógica de un instrumento que respondía a un tipo de necesidad para llenar otra, en otro tiempo, otro contexto, otra realidad y respondiendo a otra necesidad.

- Hay una apropiación consciente de la tecnología. Se utilizan procedimientos lógicos para llegar a soluciones convenientes en aras de una tecnología apropiada. Así se inició un proceso de observación, adaptación, copia, reflexión, corrección, etc., que permitió, por ejemplo, llegar a disponer de una máquina que hizo económicamente factible la extracción de cantidades masivas de semilla de gmelina.

- Como motivación de las innovaciones se nota una tendencia a optimizar el uso de los recursos disponibles. Por ejemplo, en el caso del chancador, ciertas adecuaciones están orientadas a prolongar el tiempo de trabajo de la máquina, pero también el agua con que se enfría el motor se utiliza además para despejar la pulpa que se acumula en la salida del chancador.

- Lo que se busca con las innovaciones es facilitar el trabajo y, sobre todo, economizar mano de obra. Por ejemplo, con el rayador se ahorra la mitad y a veces más de la mano de obra, ya que sólo requiere de tres personas para hacer siete rayas utilizables; mientras que para obtener ese mismo resultado se requerirían siete peones. Si para esta misma labor se utilizara un caballo que halara el rayador, se ahorraría un peón más. En síntesis, lo que se pretende es utilizar sistemas económicos y funcionales.

- Existe también un elemento que podemos llamar "casualidad", que puede influir estos procesos. Así por ejemplo, el ser robada la bomba de agua utilizada para regar un vivero, trajo como consecuencia que se pregunten que, si las plantas sobreviven el verano sin riego al estar sembradas en el campo, lo mismo podría suceder si es eliminado, como efectivamente sucede en los viveros en la actualidad.

- En la actividad de viveros existe mucha competencia, por lo que el control de los costos de producción y la eficiencia inciden de forma directa en el éxito de la actividad. Por este motivo se busca abaratar los costos, en especial en el rubro más oneroso, a saber, la mano de obra.

2.8 Lógica que primó en el proceso de innovación

A través de la descripción de las innovaciones y las características que se han destacado de estos procesos, se hace evidente que existe una cierta lógica moderna relacionada con la productividad y la ganancia, que está en el origen de las transformaciones tecnológicas que se producen en la zona. Podemos señalar, en este sentido, como fundamentales los siguientes criterios:

- Ahorro de mano de obra.
- Obtención de mayores ganancias.
- Lógica costo-beneficio.
- Optimización de recursos disponibles (motor, chancador...)
- "La ganancia" como motor del desarrollo tecnológico.

Claro está que no estamos aquí en presencia de una racionalidad fría de costo-benefício como pudiéramos encontrarla en una gran empresa capitalista, tipo Ston Forestal por ejemplo. Se trata de agricultores que encuentran una actividad que les motiva en cuanto es rentable (planteado en términos económicos), y en ese sentido es una alternativa a nivel productivo, pero que entienden además que la actividad de reforestación les puede deparar mucho beneficio a la zona y al país. Justamente en este sentido la acción desarrollada por el CACH y DECAFOR (Dpto. Desarrollo Campesino Forestal, Dirección General Forestal) en la zona cobra su significado y le da una dimensión a esta actividad que rebasa los límites de lo estrictamente personal y utilitario.

Debido a estas razones en el caso de Hojancha, en el plano de las intencionalidades, si bien estamos en presencia de una lógica de costo/beneficio, la misma coexiste con una intencionalidad de tipo promocional, en el sentido de integración de sectores sociales a la dinámica del desarrollo; y a la vez con la intencionalidad de desarrollo del sistema forestal, dado que el mismo se ha convertido paulatinamente en punto de amarre de las estrategias de vida en la zona. (Brenes y Segleau 1994)

2.9 Socialización del "proceso de innovación" al interior de la comunidad


2.9.1 Agentes y mecanismos de difusión
2.9.2 Aspectos que obstaculizan o limitan la difusión
2.9.3 Impacto de la innovación sobre la unidad productiva


2.9.1 Agentes y mecanismos de difusión

Con respecto a las programas de reforestación en general, las primeras parcelas se establecieron a través de un programa de incentivos del CACH, el cual aportó la mano de obra y los insumos necesarios, mientras que el finquero solamente aportaba la tierra. Conforme crecieron estas plantaciones fueron despertando el interés de los vecinos que, haciendo uso de los incentivos estatales para la reforestación, establecieron más parcelas.

En un inicio, asimismo, el CACH organizó actividades con el fin explícito de difundir aspectos ligados a la reforestación.

A propósito de los agentes que promueven una innovación, más que una asesoría formal, muchas veces los técnicos desarrollan sus propias plantaciones y los vecinos o peones de las mismas van viendo el proceso y cada cual se va apropiando del mismo de acuerdo a sus posibilidades (si tiene tierra para hacer sus propias plantaciones, o las hace a medias con otro, etc.) hasta llegar a desarrollarlas solos. Es una asesoría indirecta o no intencional.

"Bueno, yo diría que nosotros mismos les dimos un poco las experiencias, por ejemplo: cuando se iniciaron los viveros aquí los primeros que hicimos viveros en bolsa fuimos Emel y yo, por lo menos. Ya Emel se apartó y se fue a trabajar con los hermanos. Y le planteó a Alvaro, a Gerardo, a Amado, inclusive a otro muchacho que era socio de ellos. Después, posteriormente, ellos tenían peones y también ahí aprendían, entonces se fue propagando ¿no?

El caso mío fue que me puse a hacer almácigos con unos hermanos míos que todavía tienen almácigos. Y también a ellos yo les hice almácigos dos años y medio, y después siguieron solos. Ellos tienen peones, y los peones ya... trabajan dos, tres años y se abren solos". (Técnico viverista).

Los procesos de innovación llevados a cabo en Hojancha han sido desarrollados por los viveristas y las instituciones han jugado un papel de facilitadores. La investigación ha sido llevada a cabo sobre el terreno; si hay una necesidad, ellos mismos experimentan hasta encontrar la solución.

La difusión tecnológica y de la información se produce de la siguiente manera: los obreros trabajan en todos los viveros (hay quince o veinte pequeñas empresas con un máximo de dos peones fijos), dependiendo de las labores a realizar van pasando de uno a otro y van aprendiendo cosas diferentes en cada uno de los viveros en que trabajan; de este modo transfieren lo que les sirve al siguiente. En conclusión, los obreros manejan mucha tecnología, por lo que son ellos los que producen la transferencia de innovaciones tecnológicas dentro de un proceso caracterizado por un alto grado de espontaneidad.

En la mayoría de las empresas se guardan muy celosamente las innovaciones tecnológicas, no siendo este el caso en Hojancha, ya que al poseer una población flotante de obreros especializados en vivero, común a todas ellas, éstos se encargan de transmitir o diseminar entre todos los que trabajan en esta actividad, cualquier innovación que se dé.

Los viveristas organizaron estas cuadrillas flotantes de personal especializado, ya que los viveros "no aguantan" una planilla fija al tener una época de trabajo que se concentra sobre todo en invierno, además de que no hay disponibilidad de mano de obra suficiente que cubra a todos los viveros, por lo que tienen la necesidad de prestarse los peones. En el verano esta población flotante trabaja fundamentalmente en recolección y extracción de semillas y arranca del almácigo de pochote.

Los obreros realizan todo tipo de trabajo en distintas actividades, pero lo que genera trabajo básicamente son los viveros y el café; recolección de café en la parte alta de Hojancha y luego al acabar esta actividad van a trabajar al Valle Central hasta que se inicia otra vez la época del vivero.

Los viveristas forman un grupo bastante consolidado, reciben créditos del Centro Agrícola Cantonal de Hojancha y funcionan como un grupo informal en donde se coordinan actividades y se ponen de acuerdo en precios, producción de plantas, etc. La organización como tal constituye entonces una red de comunicación donde se habla de las diferentes actividades de los viveros, incluida la transferencia tecnológica tanto exógena como endógena.

La diferencia entre los obreros (peones agrícolas) y los viveristas es que estos últimos son de pequeños y medianos agricultores y tienen tierras, mientras que el obrero se limita a vender su trabajo y no tiene tierras. Muchos viveristas ceden terrenos a los obreros para que produzcan sus propias plantas o les permiten invertir en su producción por un determinado número de plantas. Si se da lo primero, se le fijan normas de calidad y se les recibe el producto; esto ayuda a que se den relaciones de solidaridad obrero-patronales y le garantiza al viverista, por su parte, disponer de mano de obra relativamente segura.

2.9.2 Aspectos que obstaculizan o limitan la difusión

En un inicio, debido a patrones culturales de uso del suelo (en la agricultura y ganadería como únicos usos "productivos", los árboles eran un estorbo), la introducción del cultivo de árboles fue difícil, especialmente antes de que se tuviera acceso a los incentivos de reforestación.

En la actualidad el problema radica en la ejecución de los raleos, pues los técnicos tienen dificultades para convencer a los reforestadores de que para garantizar el mayor volumen, de la mejor calidad posible, es necesario ejecutar raleos. Ellos se resisten a la idea de cortar árboles que les costó tanto sembrar.

La difusión supone que cada vez más agricultores se meten a producir viveros, lo cual da origen al surgimiento de cierto tipo de competencia, que puede conducir a una disminución de las ventas:

"Aquí la gente compró como un millón de plantas todos los años. Eran camiones y camiones y camiones. Claro... idiay, este año ellos (Ston Forestal) casi no compraron. Bueno, sinceramente no compraron, y es muy probable que ya no compren." (Viverista)

La difusión sin límite de la innovación provoca ciertos efectos contrarios a la misma innovación. Se podría señalar en este sentido que, paradójicamente, uno de los aspectos que limita la difusión y la innovación, es justamente el surgimiento de cierto grado de competencia entre los mismos productores, lo cual lleva un poco a querer guardar algunos "secretos", contactos, etc.

2.9.3 Impacto de la innovación sobre la unidad productiva

En el caso de Hojancha el impacto más importante de la innovación principal, o sea la siembra directa de almácigos forestales de algunas de las especies más utilizadas en la reforestación, como se ha indicado, es que trajo como consecuencia la eliminación de un cuello de botella serio que, especialmente en términos de mano de obra, costos y de altos índices de mortalidad de plántulas, imponían las tecnologías de germinación de las semillas en camas o áreas de germinación para luego ser transplantadas (repicadas) a bolsas o bancales (eras), lo que asociado al auge de la reforestación (gracias a los incentivos) a nivel del cantón y del país repercutió en un aumento cualitativo y cuantitativo de la producción de plantas.

Además de que, por ser una tecnología simple, permitió que un gran número de agricultores se dedicaran de lleno a la actividad de producción de plantas, siembra y venta de semillas de especies forestales, sustituyendo en muchos casos otras actividades que desarrollaban en sus fincas, pasando incluso a ser la única actividad a que se dedican o dedicaban gran número de personas.

Por muchos años el cantón de Hojancha fue el productor de plántulas y semillas sobre todo de teca, gmelina y pochote, llegando incluso personas u organizaciones del otro extremo del país a comprar sus productos, con el consiguiente gasto en el transporte.

Al irse exportando esta tecnología a otras partes del país (muchas veces por personas emigradas de Hojancha, que establecían viveros en otras zonas), paulatinamente ha ido bajando el número de plantas y la cantidad de kilos de semilla que venden año a año, lo que ha traído como consecuencia una fuerte competencia, búsqueda de alternativas para disminuir los costos de producción y elevar la calidad del producto, que muchos, sobre todo pequeños viveristas, no han soportado y se retiraron de la actividad, con el lógico problema que esto acarrea, como es el caso de quienes la tenían como la única actividad a la que dedicaban su finca.

Otro problema al que se enfrentan los agricultores y las organizaciones que los representan es del mercadeo, ya que muchas de las parcelas reforestadas ya están produciendo raleos económicamente aprovechables y algunas incluso están llegando al turno final de corta. Para solventar este problema, las organizaciones del Pacífico Seco y algunos agricultores con el liderazgo de AGUADEFOR, han creado una compañía con soporte del Gobierno de Suecia denominada MAPESA (Maderas del Pacífico), la cual será la encargada de dirigir la industrialización y mercadeo del producto forestal proveniente de las plantaciones de la región.

Otro impacto que ha generado la actividad forestal en la zona de Hojancha es justamente el desarrollo de una cultura forestal que no existía antes. Casi todos los agricultores de la zona tienen una plantación en la finca y hablan de plantar, conservar, etc.

Pero no se trata sólo de un interés en la conservación por sí misma. Como se mencionó, en la actualidad están empezando a sacar madera de las primeras plantaciones que sembraron. Esto ha estimulado a otros para que entren más de lleno en la actividad y los más reacios se empiezan a dar cuenta que efectivamente puede ser una actividad rentable.

2.10 Dinámicas institucionales de las entidades involucradas en los procesos de investigación/extensión


2.10.1 Apoyo concreto de las instituciones y visión de los técnicos
2.10.2 Visión de los campesinos respecto de los técnicos


2.10.1 Apoyo concreto de las instituciones y visión de los técnicos

En un principio hubo apoyo técnico de diferentes instituciones, instancias y proyectos, tales como: del AITEC, el proyecto MADELEÑA (LEÑA en ese entonces) de CATIE y de la Dirección Forestal con el proyecto 032, CORENA.

Es notable en el caso de Hojancha una fuerte presencia de la parte técnica. Esto tanto a nivel de la actividad de AGUADEFOR en la zona, de técnicos de MIRENEM, como del CACH. En realidad, AGUADEFOR trabaja en estrecha colaboración técnica con el CACH, coordinando entre sí toda la labor que despliega en la zona. El CACH de alguna manera canaliza todo este tipo de apoyo técnico hacia la actividad de reforestación.

En un inicio los técnicos cumplieron un papel de motivación importante. Se escogieron algunos campesinos líderes de la comunidad y se comenzó a experimentar en sus parcelas buscando tener un efecto demostrativo de la actividad. De acuerdo a la visión de los técnicos, los campesinos se involucraron en un afán solamente de conservar, no dándole importancia al hecho de que la actividad pudiese ser interesante desde el punto de vista económico.

Los técnicos de AGUADEFOR en la actualidad trabajan como asesores de los viveristas en decisiones de mercadeo y precio, ya que manejan información de cuánto y de cuáles especies se va a reforestar por año, lo que les permite inferir el comportamiento del mercado. Asimismo, reciben información de los grupos que la conforman, y se enteran de la cantidad de incentivos para reforestación por parte del gobierno.

Entre MIRENEM y el CACH hay mucha coordinación, y en el fondo responden al mismo tipo de lineamientos. En general, el nivel de coordinación que se ha dado entre las instituciones ha jugado un papel importante en el plano de la ejecución de la política.

El MIRENEM brinda asesoría casi exclusivamente para la producción de árboles en bolsa. De acuerdo a funcionarios en la zona, la tecnología de almácigos es sencilla y se ha difundido mucho, de manera que no es necesario brindar asesoría para producir árboles con siembra directa. Además, la producción de árboles en bolsa se hace en la misma finca y ofrece menos riesgos de pérdida de plántulas que la siembra directa, permitiéndoles también producir especies nativas.

Existe cierto sentido de orgullo de parte de los técnicos, por cuanto señalan que la mayoría de las técnicas sobre viveros que se manejan a nivel nacional se desarrollaron primeramente en Hojancha. Se experimentaron técnicas de germinación de la semilla, distribución en el campo, distanciamientos, formas más rápidas de obtener el producto requerido, fertilización, etc. Los técnicos se encargaron de difundir muchas técnicas entre los agricultores de la zona. Asimismo, se sienten orgullosos de ser de la zona y toman distancia con respecto a los foráneos que, al no conocer bien la zona, les cuesta mucho entender la problemática local.

En la actualidad, el trabajo de reforestación comienza a ser más fácil en la medida que al ver los resultados, después de 10 ó 12 años de las primeras plantaciones, los campesinos se animan más:

"Hay cosas que favorecen y otras que no. Favorece que al iniciar el aprovechamiento de plantaciones principalmente en Hojancha, la gente se da cuenta que es cierto lo que dicen los técnicos; ahora sí, ya se están cosechando plantaciones. Si están cerca del aserradero la gente se da cuenta que sí funciona y la gente se desinfla cuando los aserraderos están muy lejos. Con los 60.000 colones por ha por año la reforestación es mejor que el café, y están a la expectativa. Favorable y desfavorable son los precios por bosques, a 70 colones en pie es 2 veces mayor y se ve interesante. Eso está tan caliente que hemos empezado a dominar..." (Técnico DECAFOR)

Efectivamente el entusiasmo que el técnico transmite es producto de la nueva coyuntura: los agricultores pueden "ver" ahora lo que antes eran sólo promesas, y esto incide positivamente en animarlos hacia la reforestación.

Ellos parten de que en la actualidad los campesinos de Hojancha saben trabajar. Los perciben como modernos, ávidos de aprender, abiertos, y no oponen mucha resistencia en el plano cultural a las nuevas técnicas, aspecto que obviamente les facilita su labor.

A pesar de la organización que se generó en la zona en el contexto de los planes de desarrollo forestal, los técnicos señalan las dificultades que han existido en lograr que los viveristas se organicen, aspecto que atribuyen básicamente a actitudes de corte individualista y a la competencia. En la medida que a nivel nacional se comience a impulsar un programa de certificación de semillas, con el apoyo de las regencias forestales, se piensa que esta podría ser una vía para organizar a los productores. La idea sería mejorar las semillas y garantizar que la semilla que sale de la zona sea de buena calidad.

2.10.2 Visión de los campesinos respecto de los técnicos

En la zona existe una fluidez en el plano tecnológico entre la parte campesina y el sector técnico. Esto se explica por la presencia de un sector que podríamos llamar de "productores-técnicos", esto es, productores que tienen cierto grado de calificación técnica importante. Algunos de ellos se hallan a la cabeza de los procesos de innovación tecnológica.

Por su parte, los campesinos valoran como positiva la labor de los técnicos, y existe la ventaja de que la mayoría son de la zona. Son jóvenes que han estudiado ingeniería forestal, técnicos agropecuarios y se han preparado siempre identificados con la problemática de la región, lo cual es bien visto por los campesinos.

Mas allá de esto, existe en ciertos sectores campesinos no directamente relacionados con el CACH, una cierta sensación y queja de exclusión, en el sentido de no ser incorporados plenamente a las actividades, particularmente en el plano de la información.

"Deberíamos tener una persona que facilite, hay por todo el cantón quien produce semilla...El Centro Agrícola debiera hacerlo más para todos. Es lo que le decía, uno ha visto que hay 4 que no dejan. Ya uno de esa forma se siente mal, más que son grandes, más de uno tienen cantidades. Yo he hablado con algunos y les he dado esa idea, pero no les gusta..." (viveristas)

También se quejan de que la asesoría no se extiende a todos los agricultores sino solamente a unos pocos, no se visita suficientemente las parcelas, etc. Esta visión es rebatida por ciertos técnicos, mientras que otros tienden a reconocer problemas a ese nivel.


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