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Comisión VI. Los economistas, administradores y planificadores

Presidente:
A. MADAS (Hungría)

Vicepresidentes:
M. RUKUBA (Uganda)
K. LANZ (Suiza)
M. Río TORRES (Perú)

Nota de la Secretaria

Moderador:
J.W. DEINEMA (Estados Unidos)

Secretarios técnicos:
S.L. PRINGLE FAO
S. H. SEJENOVICH (Argentina)

El temario de la Comisión VI abarca tres puntos de sumo interés para economistas, administradores y planificadores especializados en dasonomía:

planificación del desarrollo forestal;

nuevas tendencias de la oferta y la demanda;

necesidades y tendencias de las instituciones dedicadas a la planificación y el desarrollo.

Los tres adquieren particular importancia en un momento como el actual, en que los técnicos forestales toman gustosamente en cuenta las agresivas reclamaciones del medio ambiente de un mundo que, en nuestros días, está en rápida mudanza. Se emplea la palabra gustosamente porque ya es tradicional que los técnicos forestales se encarguen de ordenar los múltiples valores que entrañan las tierras incultas y/o inaccesibles. En efecto, la gran mayoría de los técnicos forestales acogen con beneplácito el interés que el medio ambiente despierta en todo tipo de personas.

Los trabajos presentados a la Comisión VI versan sobre las diversas ocasiones de plantar bosques y comprenden datos provenientes de un amplio espectro de culturas que atraviesan diferentes etapas de desarrollo. Aunque se ponen de relieve muchas oportunidades y/o problemas comunes, se plantean también los problemas específicos de una economía determinada, pues para ella no son menos reales. El desafío consiste en tratar de establecer cuáles son las principales tendencias que con respecto a la dasonomía se observan en el mundo, asignando a la vez importancia a los elementos o asuntos específicos que antes no se solían precisar, pero que en lo futuro pueden tener repercusión. Este ha sido nuestro propósito sincero. Aunque procuramos llevarlo a cabo, quizás se nos hayan pasado algunos temas que resulten importantes a juicio de otros lectores. No pedimos disculpas, sin embargo, pues damos por sentado que los miembros de esta comisión traerán a colación y debatirán intensamente cualquier tema significativo que hayamos omitido.

1. Planificación del desarrollo forestal

La planificación del desarrollo forestal se está volviendo cada vez más compleja, pues depende de numerosas variables que cambian rápidamente. Históricamente, se ha oscilado en materia de planificación del desarrollo forestal entre los conceptos de rendimiento nulo y de aprovechamiento máximo de los productos de la madera. El enfoque global cambia y valores de difícil estimación (la recreación, la vida silvestre, la disminución de la contaminación, la estética, etc.) constituyen nuevos parámetros de los cuales los planificadores forestales deben tomar conciencia detalladamente. Por otra parte, los programas de forestación son a menudo un instrumento vital al que recurren los gobiernos centrales con vistas a alcanzar objetivos políticos.

ENFOQUE GLOBAL

Ya en el comienzo de su estudio Gregory reconoce que carecen de sentido sus primeros intentos de justipreciar los respectivos méritos del desarrollo forestal planificado y sin planificar. Ocurrió sencillamente que, durante el último decenio, el desarrollo forestal planificado se ha convertido en una realidad que acepta la mayoría de las autoridades mundiales de la política, la economía y la dasonomía, prescindiendo de la forma de gobierno - centralizada o no - que adopten. Señala luego que, en la actualidad, se admite en general la planificación del desarrollo forestal porque:

el desarrollo económico es preocupación fundamental de más de los dos tercios de la población mundial;

la planificación del desarrollo aventaja al viejo método consistente en reunir los análisis en «un plan nacional», en el cual simplemente se fijan metas nacionales con respecto al crecimiento y la inversión.

Gregory señala que en este decenio la pregunta que hay que formularse no es la de «¿planificar o no planificar?», sino la de «¿cómo se deben diseñar y ejecutar los planes de desarrollo y a quién corresponde hacerlo?», Es fundamental que las naciones en desarrollo elaboren planes para que los sectores forestal y de la industria maderera contribuyan al crecimiento económico. Teniendo en cuenta su formación y adiestramiento especializados, los técnicos y economistas forestales no deben regatear su aporte para que la toma de decisiones sobre inversiones a largo plazo en dasonomía guarde relación con los otros sectores de la economía.

Johnston nos transmite un claro concepto de la formulación y ejecución de la política forestal en su conjunto. Se ocupa fundamentalmente de la dasonomía controlada por el Estado y parte del supuesto de que los gobiernos adoptan decisiones en materia forestal teniendo en cuenta básicamente consideraciones políticas. La política gubernamental se interpreta en general en la estrategia de los planes para empresas dedicadas a la actividad forestal. Las interpretaciones táctica y operacional tienen lugar en orden descendente en los niveles administrativos de la región (conservación) y del distrito (parque nacional).

Johnston indica asimismo cómo van cambiando los conceptos teóricos de la planificación forestal. Tradicionalmente, con la planificación forestal se ha procurado en esencia la obtención de productos forestales para uso local. En la actualidad, la dasonomía se utiliza cada vez más como instrumento de los gobiernos centrales para tratar de alcanzar objetivos políticos. También en este caso, los economistas, administradores y planificadores forestales deben tener plena conciencia de los fines políticos del gobierno, a fin de que la planificación forestal se integre con los demás sectores de la economía. Los factores sociales, económicos, políticos. y tecnológicos, que cambian rápidamente, inducen a establecer políticas forestales flexibles y no fijas ni estáticas. Es necesaria la presta actualización para proporcionar estabilidad a los programas. Van aumentando los objetivos forestales múltiples, en detrimento de los particulares (productos de la madera), y la política debe considerar también objetivos los valores sociales intangibles o invendibles. Los factores de insumo y producción no se deben proporcionar ni medir exclusivamente en función de su valor de mercado. La planificación en los diversos niveles tiene que ser verdaderamente definitiva y constituir un proceso flexible y dinámico. Desde el punto de vista operacional, tanto los planes anuales (de corto alcance) como los quinquenales o decenales (de largo alcance) pueden proporcionar flexibilidad y continuidad, siempre que el año uno se convierta anualmente en un presupuesto detallado. Los resultados obtenidos se deben comparar con los planes y presupuestos.

Earl corrobora con hechos los postulados de Gregory y Johnston al examinar:

las necesidades de madera a largo plazo;

la dasonomía como inversión, y

los beneficios de la dasonomía que no se pueden comercializar.

Señala que la fuente del vigor de la dasonomía siempre ha sido su interés por el medio ambiente e insta a adoptar un criterio fundado en el beneficio social neto - como consecuencia de una mayor utilización de las técnicas de análisis de costos/beneficios - a fin de mantener dicho interés.

De Camino examina las bases de la planificación del desarrollo para el sector forestal y destaca la necesidad de su presentación al nivel regional y nacional. Llama la atención acerca del error de evaluar los proyectos únicamente desde el punto de vista del sector privado, sin el reconocimiento de los beneficios sociales, lo que frecuentemente coloca a los proyectos forestales en desventaja al competir con otros proyectos para la asignación de fondos de inversión. Confirma la importancia de comprender la posición intermedia del sector, su complementación con otros sectores, su función en el aumento de la ocupación, la armonización del desarrollo y el reparto del costo de capital para éste, así como la necesidad de coeficientes para medir estas relaciones en su conjunto. Describe un modelo de desarrollo económico para el sector forestal, que utiliza las características estratégicas del sector y que alcanza su mayor validez al nivel regional.

Ejemplos en países

Con sus observaciones, Gregory y Johnston determinan las características de muchas de las tendencias generales que economistas, administradores y planificadores encuentran en el mundo. Diversas comunicaciones de autores de países en desarrollo ilustran también muchos de estos mismos problemas y oportunidades.

Srivastava y Hejmadi se refieren a la planificación del desarrollo forestal en la India. Entre 1951-56 y 1964-71 se llevaron a cabo planes quinquenales, dirigidos a los tres objetivos principales siguientes:

tener una cubierta forestal adecuada para prevenir las inundaciones, conservar el suelo y la humedad y mitigar los excesos climáticos en general;

proveer madera para la construcción, para las industrias basadas en la madera y para leña de uso doméstico, y

reservar los bosques para el estudio científico, los deportes y la recreación.

Las lagunas importantes en planes anteriores también se identificaron, evaluaron y estudiaron cuidadosamente al considerar el enfoque para el plan 1974-79. Con estas adiciones y mediante una esperada duplicación de los fondos, se piensa lograr un ambicioso programa para los próximos cinco años.

Agarwala y Seth se ocupan también de la planificación del desarrollo en la India. Kamau describe la situación en Kenia. De Rosayro trata del planeamiento del uso de la tierra en Jamaica, y Caruso estudia este mismo problema en Argentina, en la provincia de Córdoba.

Métodos e instrumentos de planificación y toma de decisiones

Row examina los progresos recientemente alcanzados en la adaptación de operaciones técnicas de investigación y otros instrumentos económicos para la facilitación de la adopción de decisiones polivalentes. Cada día se dispone de más información técnica (que se puede incorporar a modelos de evaluación) sobre las reacciones biológicas y físicas que producen las actividades administrativas. No obstante, la falta de métodos y de información en diversos campos limita la utilidad de las técnicas actuales. Entre éstas se encuentran las empleadas para inventariar los recursos económicos de áreas de la extensión de unidades administrativas, las tendencias de la demanda y los valores asignados al rendimiento de los recursos forestales, los métodos para estimar costos que toman en cuenta la extensión y las condiciones de las áreas administrativas individuales, y las formas de medir los efectos ambientales adversos.

Moiseev estudia métodos para calcular el volumen de corta para su empleo en los pronósticos. Sólo pueden ser usados hasta cierto punto. ya que dejan de lado, en parte, la influencia de las medidas proyectadas en la dinámica del total de los árboles en pie. Al mismo tiempo, los métodos para el cálculo del volumen de corta sólo pueden ser perfeccionados mediante una coordinación orgánica de los planes actuales de la administración forestal con los objetivos del desarrollo a largo plazo.

Asimismo, Gane, Grut, Tersch, MacGregor, Monteiro. Alves, Obminski y Mujica hacen que nuestra atención recaiga en los métodos e instrumentos de planificación y toma de decisiones. También en este caso parece existir la tendencia a buscar métodos y sistemas que desarrollen y empleen criterios para obtener beneficios sociales netos de los esfuerzos que se realizan para planificar y desarrollar la forestación.

PLANIFICACIÓN DE LAS PLANTACIONES

Garrasino, Sainz-Sanguino, Falla Ramírez, Hummel y Davidson, y Familton concentran su atención en los muchos factores que planificadores, economistas y administradores deben considerar en el caso de la planificación, el desarrollo y la administración de bosques artificiales, y el mercadeo de los productos de las plantaciones.

Garrasino se ocupa de:

la protección, el control y la utilización adecuados de los bosques naturales que ya existen y la reposición de las mejores especies;

la selección de tierras apropiadas para que crezcan las plantaciones; las semillas de calidad superior; el mantenimiento de las plantaciones dentro de niveles forestales técnicamente aceptables, y

la firme y permanente asistencia financiera del gobierno.

Sainz-Sanguino analiza dificultades y circunstancias similares en el desarrollo de un programa de plantaciones. El programa, que se implanta por decisión política, se sustenta en razones de conservación y de beneficios indirectos; sus bases se examinan en un amplio marco. Se incluyen entre los beneficios del programa tanto los directos (producción de madera, gomas o frutos) como los indirectos (zonas verdes para recreación, estabilización del suelo, creación de oportunidades de empleo y ayuda a la economía rural). Aunque las plantaciones tienden a reducir las tierras disponibles para pastoreo, podría atenuarse este inconveniente con el mejoramiento de los pastos. Se estudian asimismo los servicios y actividades de sostén, como la financiación, la contabilidad, la facilitación de acceso a los terrenos y los caminos destinados a la salida de los troncos cortados, los problemas relacionados con los incendios de los bosques, la estructura administrativa, los problemas específicos de los terratenientes, los sistemas de información y los bancos de datos obtenidos con ordenadores.

Falla Ramírez señala que los países tropicales de América que tienen un alto índice de crecimiento demográfico se ven frente a un grave problema, con peligro de una crisis social incontrolable, debido a la imposibilidad de satisfacer las necesidades mínimas del conjunto de su población. Estas necesidades pueden ser satisfechas hasta un punto aceptable si se llega a un nivel económico individual que permita a cada uno obtener lo que precisa en materia de alimentos, sanidad, vivienda, educación, vestido y esparcimiento. Este nivel económico, sin embargo, no puede esperarse que sea un regalo, o una función, del Estado. Debe provenir únicamente de la redistribución de la tierra y del trabajo.

El concepto tradicional que considera la agricultura y ganadería como únicos usos económicos de la tierra no ha permitido que se aprecie la alternativa de la repoblación forestal, no sólo como el uso más adecuado de la tierra desde el punto de vista económico y técnico, sino como una actividad que puede incorporar más mano de obra: a la producción nacional. El autor expone algunos análisis económicos que tienden a demostrar que la actividad de establecer plantaciones de repoblación forestal es una forma importante de proveer ocupación y ganancias adecuadas para las familias del sector rural, ya sea como complemento de la producción agrícola o como única actividad productiva en sus granjas respectivas.

Hummel y Davidson se ocupan de la planificación de los mercados primarios para la madera, tales como aserraderos, fábricas de elaboración de pasta y de tableros de partículas a partir de 1918 aproximadamente. Desde el: punto de vista de los propietarios de bosques, se considera que éstos y las industrias madereras constituyen un solo complejo. El desarrollo del mercado presenta cuatro aspectos fundamentales:

1. La. disponibilidad de madera para nuevas actividades.

2. La preparación de una estrategia global del desarrollo industrial.

3 Una organización nacional que coordine los esfuerzos de productores e industriales.

4. Acuerdos comerciales que garanticen una coordinación similar a nivel de proyecto.

La estimación de las existencias de madera se debe basar en pronósticos de la producción formulados en función de la cantidad y calidad de la madera, y condicionarse con arreglo a la demanda de los mercados existentes. Se sugiere que sean consultados asesores profesionales independientes, a quienes guíen los actuales criterios estratégicos cuando deban examinar las alternativas. Prescindiendo del tipo de estructura que presente el complejo industrial maderero, es esencial que haya buenas líneas de comunicación oficiales, privadas y hasta personales. Pocas industrias madereras realizarán inversiones de capital a largo plazo sin tener la seguridad de que los productores dispondrán de bastante madera durante largo tiempo.

Familton pasa revista a los estudios realizados en 1925 por técnicos forestales, que predijeron y/o determinaron que:

En Nueva Zelandia se agotarían, en el decenio que se inicia en 1970, los troncos de aserrío.

No existían perspectivas de mantener, y mucho menos de aumentar, la cantidad de la madera disponible mediante el cultivo de especies de árboles nativos de crecimiento lento.

La única solución factible era emprender un programa intensivo de plantación de coníferas importadas de rápido crecimiento potencial.

Iniciado el programa intensivo de plantación, Familton describe la evolución de la dasonomía con la utilización de Pinus radiata. Las ideas que con respecto a la planificación se desarrollaron durante más de 50 años de ordenación de plantaciones deben resultar de mucha utilidad para los países que emprendan, por imperio de la necesidad, programas similares. Un punto particularmente notable es que la política administrativa, que en vez del mantenimiento de la producción procura su expansión, proporciona la flexibilidad necesaria para alcanzar una tasa de crecimiento maderero no sólo conveniente sino también ajustada a la planeada ampliación de la capacidad de elaboración industrial.

Garrasino, Sainz-Sanguino, Falla Ramírez, Hummel y Davidson, y Familton no señalan que el uso de los bosques como lugares de recreación ya se ha convertido en un factor significativo que toma en cuenta la ordenación de plantaciones. ¿Se manifiesta la recreación como factor importante tan sólo cuando los países desarrollados disponen de plantaciones maduras (o bosques naturales) y un excedente (exportable) de productos forestales? Así parecen corroborarlo las observaciones de Ghosh y Lohani. Sague Díaz y Romero bosquejan determinados programas de plantaciones, mientras que Frediani y Ruan Ruan se ocupan de los problemas de las inversiones y la financiación.

VALORES AMBIENTALES Y SOCIALES

Niesslein, Grayson y Beale y Storms llaman nuestra atención sobre los valores ambientales y sociales que los economistas, administradores y planificadores forestales deben tomar en cuenta como consecuencia de su creciente repercusión. Niesslein pone de relieve que hay tres áreas en las cuales los puntos de contacto entre la madera (bosque) y la recreación uso-social suelen convertirse en elementos antagónicos porque la recreación:

es sólo uno de los diversos (múltiples) usos de los bosques;
se puede oponer al adiestramiento de los especialistas en dasonomía y a las aplicaciones de esta ciencia, y
puede demorar y/o disminuir los ingresos de la empresa forestal, que constituyen una cuestión de fundamental importancia.

Las empresas forestales austríacas son organizaciones económicas que procuran incrementar sus ganancias comerciales aunque aumente el costo de la mano de obra. El mayor uso de las tierras arboladas de la empresa con fines de recreación contribuye a que se produzcan:

daños en árboles y equipos como consecuencia de incendios que se extienden como reguero de pólvora;

posibles demandas de los turistas por responsabilidades derivadas de los peligros que encierran las

operaciones que se efectúan en los bosques;

demora o desorganización de los trabajos forestales a causa del tráfico turístico, y

desvalorización de los cotos de caza.

Una ley aprobada en 1971 por el parlamento austríaco reconoce que la recreación repercute desfavorablemente en la economía de las empresas forestales, en los bosques de las fincas y en las ventas de tierras y prevé reembolsos provenientes de fondos federales siempre que sea necesario. Niesslein ha elaborado y aplicado métodos de evaluación que determinan equitativamente estos efectos negativos.

Grayson analiza los beneficios de la dasonomía (reales o supuestos), que no se miden en dinero. Entre los principales beneficios que no se pueden comercializar figuran la recreación, la amenidad para el público, el control de la producción de agua, la disminución de la erosión del suelo, el resguardo contra el viento y el mantenimiento de un modo de vida ya establecido. Aunque a menudo se dice que dichos beneficios son intangibles, es raro que lo sean; en cambio, lo más probable es que se trate de bienes y servicios invendibles.

Merecen evaluarse todos los beneficios que puede brindar la dasonomía y así dos encargados de adoptar decisiones podrán juzgar con corrección los aportes que los bosques están en condiciones de ofrecer. El análisis de costos/beneficios es el instrumento de trabajo que se utiliza en economía para determinar y evaluar los costos y beneficios (comercializables o no) desde el punto de vista de la sociedad. Grayson describe y analiza los recientes y muy positivos progresos alcanzados con relación a los intentos de evaluar los beneficios que no se pueden comercializar, tales como la recreación y la producción de agua, y otros aún más difíciles de evaluar como la amenidad para el público o el paisaje. Un debate fundamentado exige: (a) metas definidas; (b) análisis y evaluación objetivos y, si es posible, cuantitativos, y (c) sentido común para preparar conclusiones y recomendaciones. El juicio subjetivo infundado sobre una cuestión determinada entraña, en el mejor de los casos, simple intuición y, en el peor, meros prejuicios. Se necesitan más datos sobre las consecuencias físicas y sociales de la dasonomía. Aunque los pertinentes efectos no se puedan medir ni evaluar en dinero, será posible llevar a cabo un debate fundado en una información más completa.

Beale y Storms analizan cómo en los Estados Unidos la administración de las tierras arboladas públicas se centra en torno del concepto de «uso múltiple». En virtud de él se consideran diversas demandas de uso y no se recurre a una fórmula única para tomar decisiones a fin de distribuir los recursos forestales. Los ciudadanos a quienes preocupa el interés público participan ahora en un debate en el que se oponen los productos forestales económicos a las oportunidades para la recreación y la amenidad. Una cantidad de personas cada vez mayor desea cambiar los beneficios forestales por una satisfacción de difícil medición.

Bowles señala que, desde la segunda guerra mundial, la U.R.S.S. se ha convertido en una de las principales potencias industriales del mundo. Por consiguiente, quizás las naciones en desarrollo consideren que el sistema económico de la U.R.S.S. es el modelo apropiado que deben imitar para obtener un rápido crecimiento económico. Examina un aspecto de la economía soviética - - el «costo social» de la utilización de los bosques y de la industria maderera - para establecer cuáles son los conocimientos que pueden aprovechar los países en desarrollo.

También Lewis expresa la necesidad de buscar el equilibrio entre los beneficios económicos y los sociales que la nación puede extraer de la dasonomía aclarando que habrá que hacer hincapié en unos u otros de acuerdo con las necesidades de los pueblos de diferentes economías. Mientras las naciones en desarrollo requieren beneficios económicos, las naciones desarrolladas otorgan cada vez más valor a los beneficios que no se pueden comercializar. Los gobiernos deben garantizar que no se extinga el potencial dedicado a producir beneficios sociales intangibles para obtener exclusivamente beneficios económicos. Algvere confirma en general las conclusiones expuestas. En lo atinente a la dasonomía pone de relieve que es necesario mantener el ideal de un rendimiento sostenido, pues las consideraciones ambientales irán disminuyendo cada vez más las exigencias de conseguir mayores ganancias económicas recurriendo a la mecanización y a operaciones en gran escala. Samek trata de la politice forestal en relación con las funciones sociales en Checoslovaquia.

2. Tendencias del desarrollo de la oferta y la demanda

Madas, Zivnuska, Vorobiov, Josephson y Ogasawara llaman nuestra atención sobre las más recientes tendencias de la oferta y la demanda de la madera. Basándose en proyecciones esbozadas en su trabajo general) Madas estima que en el año 2000 el consumo mundial de productos de la madera llegará aproximadamente a un total de 5000 millones de m3. Son incompletos los datos relativos a las reservas totales con que cuenta el mundo (tomando en consideración las existencias de bosques existentes y en formación), pero es probable que las reservas conocidas de América del Norte y la U.R.S.S., unidas a las constituidas por bosques vírgenes de otras regiones y a la producción de los demás bosques administrados en el resto del mundo, puedan satisfacer el nivel de consumo estimado para el año 2000.

A fin de satisfacer el consumo calculado para el año 2000, Madas prevé que será necesario aumentar las actuales importaciones europeas, japonesas y estadounidenses de 140 millones a 360 millones de m3 de equivalente de materia prima maderera (EMPM), lo que representa un aumento de 220 millones.

El estudio de Madas pone de manifiesto que las importaciones netas de otros 220 millones de EMPM podrían desglosarse así:


Millones de metros cúbicos de EMPM

Canadá

120

U.R.S.S.

30

Otras regiones

40

Otros recursos no madereros

30

Total

220

Zivnuska examina las probables variaciones que experimentarán los futuros precios de los productos de la madera, en relación con las tendencias mundiales, teniendo en cuenta:

los niveles generales de los precios;

los ingresos de los cuales realmente pueden disponer los consumidores;

los precios de los sucedáneos de la madera, y

los precios de otros recursos naturales.

Zivnuska recurre a la historia forestal de los Estados Unidos desde 1870 hasta 1970 para aclarar problemas similares que aquejan en el mundo de hoy a las naciones en desarrollo cuya provisión de madera es relativamente limitada. Se examinan las tendencias que se manifiestan en la población mundial y sus posibles repercusiones en el suministro mundial de madera. Es probable que en los Estados Unidos los precios de los productos forestales continúen su tendencia alcista, por lo menos hasta el año 2000; cabe esperar asimismo que los precios mundiales de los productos de la madera se eleven en relación con los precios de otros artículos durante los próximos decenios. Los técnicos forestales se enfrentan con una gran tarea: proporcionar los medios para controlar el aumento del costo de los productos de la madera. La población mundial, cada día mayor aunque resulten eficaces las medidas de control de la natalidad, acrecentará su demanda de alimentos, fibras textiles, viviendas y energía, cuya provisión actual es insuficiente. Esta circunstancia puede invertir la tendencia actual a asignar mayor importancia al aspecto recreativo de los bosques que a su valor comercial.

Vorobiov se refiere a las tendencias en la utilización y ordenación de bosques en la U.R.S.S. En un siglo marcado por el desarrollo excepcionalmente acelerado de la ciencia y la ingeniería, de la industria y la agricultura, la importancia protectiva de los bosques se siente en forma creciente, al mismo tiempo que aumenta constantemente la demanda de madera. Estas complicadas y polivalentes funciones originan la necesidad de desarrollar un enfoque versátil. En la U.R.S.S. esto se está resolviendo mediante la mayor intensificación posible de la ordenación forestal, teniendo en cuenta la distribución geográfica, la inevitable armonización de la utilización del bosque con el proceso total de la utilización de la naturaleza y la intensificación de la investigación científica.

Las zonas industriales y densamente pobladas necesitan la purificación del agua y la atmósfera, la protección de los suelos contra la erosión, la creación de condiciones favorables para el descanso y el turismo, el embellecimiento del paísaje y de los aspectos estéticos, y el que se dé especial importancia a distintos tipos de corta que no sean rasas (de selección, sucesiva, de mejoramiento y sanitaria). Aunque la explotación de los bosques debe estar inevitablemente regida por las necesidades silvícolas, deben tenerse en cuenta todos los objetivos. Los aumentos en la producción deben lograrse en las áreas menos pobladas de la Siberia y el Lejano Oriente.

Josephson analiza un nuevo estudio de la situación forestal actual y futura de los Estados Unidos. Se trata del último de una serie de estudios periódicos que efectúa el Servicio Forestal de ese país. En efecto, se actualizan los datos del análisis sobre las tendencias del mercado de la madera realizado en 1962 y del extenso examen de los recursos madereros efectuado en 1952. Los puntos más destacados de este estudio son:

La demanda de productos de la madera aumentó en los Estados Unidos un 40 por ciento en los dos últimos decenios, esperándose incrementos similares en los próximos años.

Crece rápidamente la demanda de recursos distintos de la madera y del uso de los bosques.

Los recientes niveles de la ordenación forestal no aportarán un suministro de madera suficiente para satisfacer, a los precios tradicionales, la demanda prevista.

Aunque las crecientes importaciones constituyen un factor significativo, las mayores exportaciones neutralizan una parte sustancial de dicho crecimiento.

Probablemente los precios de la madera aumentarán como consecuencia de la mayor demanda y de la disminución de los suministros.

Los sucedáneos de la madera ofrecen alternativas aceptables, pero engendran otros problemas ambientales.

La mejor utilización de los recursos de madera puede mitigar los problemas del abastecimiento.

La ordenación intensificada de los bosques puede aumentar los suministros a largo plazo y mantener un aceptable ambiente forestal.

Sintéticamente, Ogasawara compara la situación de la dasonomía japonesa en 1965 con la alcanzada en 1971. La producción interna de madera se ha estancado en Japón como consecuencia del creciente costo de la mano de obra forestal local y de la mayor competencia de la mercadería importada. La producción interna ha quedado estancada, mientras las importaciones están alcanzando una participación cada vez mayor en el consumo total. Al mismo tiempo, aumentan las exigencias que se plantean a la dasonomía con respecto al medio ambiente. Una comparación de los informes oficiales de 1965 y 1971 indica que:

La producción interna de madera no puede satisfacer la creciente demanda y las importaciones superaron el 50 por ciento de la totalidad del consumo de 1970 (aproximadamente unos 100 millones de m3).

Japón está procurando iniciar un programa tendiente a aumentar la producción interna hasta 90 por ciento de la demanda hacia el año 2015.

Por primera vez se está otorgando especialísima atención a los problemas ambientales y a la protección de otros recursos naturales (que son problemas mundiales).

Las futuras actividades forestales deben armonizar los antedichos problemas con el desarrollo de una dasonomía sana.

Kurokawa confirma con los hechos las anteriores observaciones sobre exportaciones e importaciones y señala las posibilidades de que Japón contribuya al desarrollo de una dasonomía científica en todas las naciones en desarrollo, proporcionándoles mercados para sus productos de la madera. Bludovsky, Chittaranjan y Giallorensi examinan en sus respectivas economías tendencias similares del desarrollo y ponen de manifiesto que las tendencias sociales están en expansión.

3. Necesidades y tendencias en los organismos de planificación y desarrollo

ADMINISTRACIONES FORESTALES

Velay, Speidel y Henry examinan diversos aspectos de las administraciones forestales, junto con las experiencias recogidas en sus respectivas economías. Velay manifiesta que, no habiéndose puesto jamás en evidencia en tan alto grado como actualmente su papel en la sociedad y en la economía, las administraciones forestales experimentan ciertas dificultades para adaptarse al mundo contemporáneo y se preguntan, por lo tanto, sobre su futuro. A su criterio, es imperativo:

modernizar sus técnicas y métodos de trabajo para ponerlos a tono con el desarrollo de la ordenación y el progreso de la ciencia, y

determinar su mejor estructura en la actualidad a fin de desarrollar la función productiva de los bosques y cumplir plenamente el papel que les corresponde con respecto al medio ambiente.

El aspecto silvícola de la producción depende cada vez más del sector industrial y comercial que deriva del bosque. Los administradores forestales pueden intervenir en este sector participando directamente en las actividades de explotación, manufactura y venta de los productos forestales y madereros, favoreciendo una economía contractual o mostrándose flexibles ante los intereses públicos y privados.

¿Debe, en consecuencia, limitar la administración su campo de actuación al dominio forestal propiamente dicho, o ampliarlo progresivamente a todas las áreas naturales y a los recursos que encierran? La respuesta puede variar de acuerdo con cada país, pero a menudo la elección es delicada. Es preferible evitar que los recursos del servicio forestal se dispersen en demasiadas actividades.

También es necesario que la administración forestal asegure la financiación de las actividades a su cargo. Los problemas normales de financiación se intensifican cuando hay que aumentar los gastos al mismo tiempo que disminuyen las recaudaciones. En todos los casos parece necesario distinguir cuidadosamente en el balance financiero entre las actividades que atañen a la producción en sí y las que tienden a proteger la naturaleza o el medio ambiente y fomentar la recreación. A fin de facilitar la adaptación de las administraciones forestales a su nueva misión, preparándolas para el futuro, los responsables deben prestar especial atención a la investigación, al adiestramiento de jóvenes técnicos forestales. a la formación de personal técnico y administrativo permanente y al empleo de modernos métodos de administración e información.

Speidel examina los factores que hay que tomar en consideración para establecer y poner en marcha una unidad de servicios económicos y de planificación que sirva de ayuda a los administradores forestales. Define qué son los servicios de administración y planificación forestal. Se refiere también a las tareas que deben realizar, a las condiciones en que se debe establecer la unidad, a su forma y ámbito de competencia y a la evaluación de los resultados que se obtengan.

Henry nos proporciona una narración cronológica (historia de un caso) de los más importantes esfuerzos de cooperación forestal que llevan a cabo los Estados y el Gobierno federal de Australia desde 1900 aproximadamente. Pasa revista a los intentos australianos de fijar una política forestal nacional y a la situación presente.

En lo fundamental, los Estados australianos, que dictan leyes y controlan los recursos forestales, son celosos de su soberanía; no obstante, dependen del gobierno federal en cuanto a los recursos financieros. Los cuatro campos más importantes en que hay cooperación son los de educación, investigación, repoblación y mercadeo. Es tradicional que el gobierno federal se ocupe fundamentalmente de la educación y la investigación.

La conclusión es que no se debe esperar una política nacional global, pero, gracias a la cooperación y a la buena voluntad, complementadas por leyes. que abarcan campos específicos limitados, la dasonomía puede progresar satisfactoriamente sin que haya duplicación de esfuerzos ni los gobiernos persigan propósitos antagónicos.

Elisei propone la creación de un centro nacional para la organización administrativa, técnica y financiera de la explotación de los bosques italianos.

PROBLEMAS ESPECIALES

Adeyoju, Gregersen y Naysmith presentan ejemplos de tipos de problemas especiales planteados a economistas, administradores y planificadores forestales.

Con frecuencia, las autoridades públicas proponen y/o inician proyectos tendientes a recuperar desiertos o zonas mineras y tierras esquilmadas en demasía por la agricultura y el pastoreo, así como a mejorar las características físicas de regiones costeras. Se cuenta con la tecnología industrial necesaria para llevar a cabo estos proyectos. Sin embargo, los tipos de tenencia de tierra, los factores socioeconómicos y las dificultades que se presentan para obtener la titularidad de terrenos marginales engendran a menudo problemas formidables tanto en las naciones desarrolladas como en las que están en vías de desarrollo.

Adeyoju examina los factores institucionales que afectan al dominio y utilización de la tierra. El concepto del derecho de propiedad es el más importante, pero otras instituciones (económicas y de otra índole) también influyen en el dominio y utilización antedichos. Considera especialmente la influencia general del gobierno, de la organización administrativa y de las leyes referentes al dominio y utilización de terrenos marginales. Necesariamente, los gobiernos recurren, en general, a la distribución política de los recursos mediante proyectos que, como los de rehabilitación, persiguen múltiples propósitos.

Los ministerios comunes no pueden realizar operaciones comerciales y quienes fundan empresas públicas establecen con frecuencia estructuras nuevas y autónomas como sociedades anónimas, juntas administrativas y compañías estatales. Se plantean así problemas especiales y, a causa de ellos, proliferan a menudo leyes y reglamentaciones sin restricciones, mal redactadas y que no se conocen ni se cumplen. No hay estructura institucional que no se pueda eludir. Los esfuerzos de una persona madura e imaginativa que pretenda reformar la tenencia de tierras marginales no serán vanos si toma en cuenta estos factores.

Gregersen examina la importancia de las exportaciones de productos forestales que muchos países pueden aprovechar, y define la naturaleza general de dichos programas de exportación en función de:

objetivos;

medidas e instrumentos pertinentes, y

ejecución de los programas.

Se hace especial referencia a los países de menor desarrollo relativo. Tras definir la sustitución de las importaciones y las exportaciones, se afirma que sólo las exportaciones netas aumentan la disponibilidad de divisas.

Entre los beneficios que trae aparejados la expansión de las exportaciones se pueden mencionar:

mayores ingresos de divisas;

superación tecnológica y mejoramiento de la organización, y

contribución al desarrollo nacional en general.

Las medidas y los programas de desarrollo con que se pretenda expandir las exportaciones deben satisfacer estas mínimas exigencias básicas:

calidad del producto y normas de producción aceptables;

volumen y frecuencia aceptables de las remesas, y

precios competitivos.

Los instrumentos con que cuentan los gobiernos para promover programas de fomento de las exportaciones son:

propiedad del gobierno y manejo de las operaciones de exportación;
reglamentaciones, e

incentivos para empresas del sector privado - incentivos directos en los precios (exención de impuestos) - incentivos indirectos en los precios (investigación, adiestramiento).

El establecimiento y ejecución de programas de fomento de las explotaciones implican:

determinación de mercados de exportación y comparativas ventajas internas;

determinación de las exigencias de los mercados de exportación;

análisis de los estrangulamientos o barreras que se oponen a la satisfacción de dichas exigencias;

evaluación y selección de los instrumentos y programas para superar los estrangulamientos, y

creación de un marco institucional y orgánico para poner en marcha el programa elegido.

Gregersen analiza cada uno de los puntos enumerados. haciendo especial hincapié en los criterios para evaluar los incentivos a las exportaciones y el desarrollo del programa. En una última sección se proporciona un ejemplo del procedimiento empleado para diseñar un programa de fomento de exportaciones forestales en un país latinoamericano imaginario.

Naysmith examina la influencia de la tecnología en los pueblos nativos (indios canadienses y esquimales) y determina dos puntos fundamentales:

El efecto que el uso indiscriminado de los recursos provenientes del agua, los bosques y la tierra podría tener en el hábitat natural y, por lo tanto, en el pueblo nativo que depende en cierto grado de la «tierra» para su subsistencia.

El desafío consistente en proporcionar al pueblo nativo la oportunidad de desempeñar, si lo desea, un papel productivo en una sociedad tecnológica.

Teniendo en cuenta que el objetivo del punto primero es reducir al mínimo la modificación de la base de recursos naturales, hay que reconocer que todos los valores propios de la «tierra» son importantes. Aunque quizás el número de personas que en Canadá dependen total o parcialmente de la «tierra» esté disminuyendo y decrezca por lo tanto su importancia, la recolección de los alimentos en el campo aún representa un sector significativo de la economía local. En general, el sector industrial admite su responsabilidad y procura reducir al mínimo la perturbación de la «tierra». En efecto, ha dado muestras de buena voluntad par trabajar ajustándose a normas sensatas impuestas por las leyes y/o las reglamentaciones.

En los sitios donde la caza, en sus distintas modalidades, y la pesca son todavía los medios fundamentales de ganarse la vida, es frecuente que los miembros más jóvenes de la comunidad no deseen continuar ese tipo de vida. Sin embargo, al incorporarse a la fuerza de trabajo, se encuentran en desventaja si tienen que competir con personas que, no siendo nativas, han recibido una buena educación y un adiestramiento técnico adecuado. Aquí se explica el punto segundo. Hasta el momento, los datos empíricos indican que la movilidad ascendente de estos jóvenes es limitada. Por otra parte, cuando los nativos reciben enseñanza escolar positiva y adiestramiento técnico, el resultado es satisfactorio, tanto para el empleador como para el empleado.

Se requiere que el gobierno y el sector privado desarrollen conjuntamente un programa más vigoroso de instrucción técnica y adiestramiento en el mismo lugar de trabajo, a fin de ampliar las oportunidades de empleo para los nativos.

Conclusión

Un examen global de la planificación actual de la dasonomía pone de manifiesto que nosotros, en nuestro carácter de economistas, administradores y planificadores forestales, posiblemente debamos volver a considerar un principio enunciado hace mucho tiempo y tres tendencias que persisten, a saber:

La fuente del vigor de la dasonomía ha sido y será siempre su interés por el medio ambiente.

En la actualidad, la dasonomía se utiliza cada vez más como instrumento del gobierno central para tratar de alcanzar objetivos políticos.

El desarrollo económico es preocupación fundamental de más de los dos tercios de la población mundial, y la planificación es un elemento vital y aceptado en que dicha preocupación se encauza.

Van aumentando rápidamente los objetivos forestales múltiples (económicos y sociales) en detrimento de los particulares (productos de la madera), pero el grado de esta aceleración depende de que una economía determinada haya alcanzado cierta etapa de desarrollo y/o disponga de suficiente madera en bruto.

Teniendo en cuenta las antedichas tendencias, resulta claro que la planificación forestal se está volviendo cada vez más compleja y depende de variables que cambian de continuo. Por lo tanto, debe constituir un proceso dinámico y flexible, siendo la rápida actualización de los planes requisito previo para que los programas se vean coronados por el éxito. Aunque alguna vez la planificación fue la clave para mantener el rendimiento de los bosques y/o conseguir las máximas ganancias, la tendencia actual es incluir entre los objetivos forestales cada vez más valores relacionados con la amenidad. La pregunta que hay que formularse no es ya la de planificar o no planificar, sino la de cómo se deben diseñar y ejecutar los planes de desarrollo y a quién corresponde hacerlo.

La clave de la planificación forestal ya no reside en el valor de mercado ni en la interacción de la oferta y la demanda de los productos de la madera. A medida que se asigna más importancia a los aspectos ambientales y otras amenidades forestales surgen también especializaciones en la ordenación. Por consiguiente, en nuestro carácter de economistas, administradores y planificadores forestales, nos vamos a encontrar trabajando y/o dependiendo cada vez más de la planificación de insumos por individuos o equipos de diversas clases de especialistas (hidrólogos, edafólogos, ordenadores de praderas y vida silvestre, etc.). Es preciso que conozcamos esos datos especializados, a fin de estar en condiciones de formular recomendaciones acertadas a los organismos rectores.

Algunas comunicaciones presentadas a la Comisión VI versan directamente sobre las plantaciones de árboles. En este campo, la tecnología ha realizado progresos impresionantes y tiene expedito el camino para continuar avanzando mucho más. La mayoría de estas comunicaciones se refieren a economías desarrolladas o en rápido desarrollo que importan madera, lo que pone de relieve que en ambas situaciones es importante llevar a cabo con éxito programas de plantaciones de árboles. Gracias a una dasonomía que no se contente tan sólo con el mantenimiento, sino que procure la expansión de las plantaciones, el país se puede convertir, al cabo de cierto tiempo, de importador en exportador de madera. Sin embargo, este cambio sólo se puede lograr si las plantaciones se planifican y efectúan con vistas a un futuro mediato. Asimismo, la producción forestal y el desarrollo de la capacidad industrial de los establecimientos correspondientes se deben sincronizar mediante planes de largo alcance.

Los valores ambientales y sociales de los bosques están mereciendo una atención cada vez mayor en todo el mundo. El grado de atención que se brinda a estos valores parece guardar una estrecha relación con el de desarrollo de las economías. En cualquier tipo de economía, los economistas, administradores y planificadores forestales deben participar en el proceso de toma de decisiones gubernamentales, garantizando que el potencial dedicado a producir beneficios sociales que no se pueden comercializar no se agote en aras de la consecución de beneficios económicos. Todos los beneficios de la dasonomía merecen ser tenidos en cuenta para que los encargados de adoptar las decisiones puedan guiarse por un juicio correcto sobre el particular. También aparece otro factor que, por el momento, no se puede medir, pero sí reconocer. La creciente población mundial, aunque resulten eficaces las medidas de control de la natalidad, aumentará su demanda de alimentos, fibras. textiles, viviendas y energía. ¿Invertirán en lo futuro estas demandas mundiales la tendencia actual, con arreglo a la cual se asigna gran importancia al aspecto recreativo de los bosques. que nada tienen que ver con la producción exclusiva de la materia prima (madera)?

Las nuevas tendencias de la oferta y la demanda de productos de la madera no configuran un cuadro mundial de gran abundancia ni de mucha escasez. Partiendo de la base de inventarios y estimaciones mundiales conocidos, parece que el suministro de materia prima maderera bastará para satisfacer la totalidad de la demanda mundial por lo menos hasta el año 2000. Este aserto se formula partiendo de la base de que se pueden expandir las exportaciones totales mundiales hasta cubrir las necesidades totales mundiales de la importación. La demanda económica y los factores vinculados con el abastecimiento, que además están condicionados por los costos del transporte de la madera en bruto y de los productos madereros, determinarán hasta qué punto puede elevarse este nivel de exportaciones e importaciones. Cabe esperar que, en los próximos decenios, los precios mundiales de la madera aumenten con respecto a otros bienes y servicios. Las naciones industrializadas que importan madera pueden brindar asistencia a los países en desarrollo que tienen un excedente de madera en bruto, mediante el diseño y ejecución de políticas y prácticas de importación a largo plazo.

Desde un punto de vista institucional, existen pruebas significativas de que muchos técnicos forestales se limitan a trabajar en un ámbito estrecho, y que experimentan dificultades para adaptarse al mundo contemporáneo. En nuestro carácter de economistas, administradores y planificadores debemos examinar de continuo las estructuras orgánicas existentes en busca de las más apropiadas. Existe la necesidad de modernizar permanentemente las técnicas y métodos de trabajo, poniéndolos a tono con la evolución administrativa y el progreso científico. Aunque las condiciones varían con arreglo a cada economía. probablemente se logre un funcionamiento eficaz cuando los administradores forestales, en vez de limitar su campo de actuación al ámbito del bosque propiamente dicho, lo amplíen a todas las áreas naturales y a los recursos que encierran. Es preciso distinguir cuidadosamente en el balance financiero entre las actividades que atañen a la producción en sí y las que tienden a proteger el medio ambiente y la naturaleza. Los economistas, administradores y planificadores forestales deben asegurarse de que las actividades a su cargo cuenten con adecuada financiación. Se debe prestar especial atención a la investigación, al adiestramiento de jóvenes técnicos forestales, a la formación de personal técnico y administrativo permanente y al empleo de modernos métodos de administración e información (unidad de servicios económicos y de planificación, por ejemplo). En último término, aunque no sea lo menos importante, debemos adquirir los conocimientos que nos permitan comprender y solucionar los problemas referentes al dominio y utilización de la tierra, promover programas de exportación y adjudicar plena importancia a los deseos, esperanzas y necesidades de los pueblos nativos cuando toque determinar los objetivos forestales.

MEMORIAS DE LA COMISIÓN VI

MEMORIAS GENERALES

Adeyoju, S.

Institutional problems involved in the reclamation of marginal lands

Beale, J.A. & Storms, M.W.

Multiple use demands on the forest administrator

Falla Ramírez, A.

Superficies mínimas de bosques artificiales en unidades forestales familiares

Familton, A.K.

Successful planned development of forestry and associated industry

Garrasino, L.M.

Planificación del desarrollo forestal

Grayson, A.J.

The valuation of non-wood benefits

Gregersen, H.M.

Export development programs for forestry

Gregory, R.

Planned or unplanned forest development

Henry, J.

The creation of a national forest policy in a federal state

Hummel, F.C. & Davidson, J.L.

The planning and development of markets for man-made forests

Johnston, D.R.

The formulation and implementation of forestry policy

Josephson, H.R.

The changing timber situation in the United States

Madas, A.

What will 2000 bring in changed patterns of production, trace and consumption?

Moiseev, M.A.

Methods of the cutting volume calculations for forecast purposes

Naysmith, J.K.

The impact of technology upon native people and their traditional pursuits

Niesslein, E.

Coordination of environment conservation with forest economic objectives

Ogasawara, M.

Trend of forestry of Japan for the recent six years

Row, C.

Methods for evaluating multiple use alternatives

Sainz-Sanguino, L.

Bases para la elaboración y desarrollo de un programa nacional de repoblación forestal

Speidel, G.N.

Creation and development of economic and planning services in forest administrations

Velay, L.

L'avenir des administrations forestières

Vorobiov, C.I.

Main trends in forest utilization and forest management in the U.S.S.R.

Zivnuska, J.A.

Will wood products be cheap or expensive?

MEMORIAS ESPECIALES

Agarwala, V.P.

Planning for forests and forest products industries

Algvere, K.V.

Problems in evaluation of the contribution of forestry to socio-economic development

Bludovsky, Z.

Development trends of Czechoslovak forest economics

Bowles, W.D.

Environmental disruption and the Soviet model for developing countries

Caruso

Argentina forestal y Córdoba

Chittaranjan

Future development of forest and forestry in India

de Camino, R.

Bases para la formulación de un modelo de desarrollo económico en función del sector forestal

de Rosayro, R.A.

An integrated approach to land use in the humid tropics (with special reference to Jamaica)

Earl, D.E.

Does forestry need a new ethos?

Elisei, F.

Pour un centre national de gestion administrative, technique et comptable des exploitations forestières italiennes

Frediani, G.

Generalidades sobre el contenido de un proyecto de inversiones de una masa forestal

Gane, M.

The systematic identification of forest development opportunities

Ghosh, R.C. & Lohani, D.N.

Plantation forestry its implications in Indian economy

Giallorensi

Panorama maderero industrial argentino

Grut, M.

Evaluating public investments in forestry

Instituto Nacional de Desarrollo y Aprovechamiento Forestales, Cuba

Dinámica de la actividad forestal en Cuba 1972

Kamau, F.M.

Forestry in Kenya's developing economy

Kurokawa, H.

The role of Japanese forestry on the world timber market and resource

Lewis, G.D.

Social influences in forest exploitation

MacGregor, J.J.

A critique of criteria sometimes used in judging forest policies

Monteiro Alves,

A. Marginal approach to financial maturity of timber

Mujica

Análisis de la variación del precio de los sauces en el mercado de frutos del Tigre (Argentina)

Obminski, B.

Theory of forest physiographic regionalization

Romero, R.R.

Plan forestal Mendoza, Argentina

Ruan Ruan, F.

Estudio de crédito para plantación de 200000 ha de bosques industriales

Sague Díaz, H.

Plan de desarrollo integral de la cuenca superior del río San Juan (Cuba)

Samek, V.

Forestry policy with respect to the social functions of the forest in Czechoslovakia

Seth, V.K.

New dimensions of forestry planning and development in India

Srivastava, T.M. & Hejmadi

Forestry development planning in India

Tersch, F.

A current inquiry of revenue and costs and their trend as an aid to decision-making in Austrian forest policy

Informe

Planificación del desarrollo forestal

1. Hubo consenso sobre la naturaleza de la tarea de planificación del desarrollo forestal.

2. Las funciones fundamentales del bosque en lo que respecta al suministro de un sinnúmero de bienes y servicios para el bienestar del hombre son esencialmente los siguientes:

a) de producción;
b) de protección;
c) sociales, recreativas.

La función productiva es desempeñada por organismos privados o estatales y generalmente está sujeta a la condición de que los ingresos deben ser iguales o superiores a los costos en la contabilidad comercial.

3. Algunos de los servicios de protección y sociales del bosque pueden ser ofrecidos en forma circunstancial y no planificada, paralelamente a la función productiva, porque son inherentes a la presencia del bosque en sí. Sin embargo, estas funciones pueden asegurarse adecuadamente sólo mediante un esfuerzo de parte del sector público, normalmente mediante la acción del gobierno y a expensas del erario. Es esencial establecer la contabilización de estas funciones a fin de poder tomar decisiones acertadas en materia de planificación.

4. Además de las funciones directas de los bosques, el sector forestal en su conjunto desempeña un papel importante en la economía en general, mediante su aporte a los componentes de la economía nacional tales como el empleo, la renta nacional, la renta fiscal, los ingresos de divisas, la distribución de los ingresos y el desarrollo rural. En muchos de estos aspectos, el sector forestal está en condiciones muy favorables para producir un importante impacto.

5. En casi todos los países, cualquiera que sea la etapa de su desarrollo, las funciones protectoras y sociales están adquiriendo cada vez más importancia en relación con la función productiva, si bien esta última en general sigue siendo la principal. Unicamente la combinación acertada de}as principales funciones adaptada a las necesidades a medio y largo plazo del país o la región puede producir los beneficios óptimos de los bosques para el bienestar general, de interés no sólo para la economía en su conjunto, sino también para el sector forestal. Cada vez más, los gobiernos están usando al sector forestal como un instrumento de la economía general y la política social, mediante su impacto sobre el desarrollo de la economía nacional.

6. Por ello es de fundamental importancia que los forestales tengan una clara comprensión de las relaciones recíprocas entre las funciones del bosque, de su impacto sobre la economía, y de los métodos de financiar y presupuestar estas actividades, y que se aseguren de que los encargados de la formulación de planes y de la toma de decisiones en todos los niveles tengan un conocimiento cabal de estas características y del potencial del sector para promover el desarrollo económico y social.

7. Los inventarios forestales, las proyecciones de la demanda, la evaluación de la factibilidad y los planes de ordenación siguen siendo las bases principales para la planificación del desarrollo forestal. Estos deben ser ampliados a fin de que abarquen objetivos definidos de las funciones proctectoras, sociales y recreativas, así como de la correcta evaluación de la base de los recursos. Sin embargo, los planificadores ahora disponen de muchos nuevos elementos y métodos para la planificación y la toma de decisiones, tales como el análisis de costos/beneficios y los modelos de simulación, que a menudo pueden usarse gracias a las computadoras. Algunos de estos métodos pueden ser de importancia fundamental al considerar el papel que corresponde desempeñar al sector en el desarrollo integral.

8. Además de los planes para la ordenación de zonas forestales individuales, es necesario preparar o revisar los estudios de las tendencias nacionales de la madera, teniendo en cuenta las evaluaciones de las tendencias regionales y mundiales. En algunos países, los datos disponibles pueden ser inadecuados para el nivel que exige la planificación. En consecuencia, en muchos casos el levantamiento de inventarios y los estudios del consumo de la madera deberán ser objeto de atención prioritaria.

9. También se deberán determinar las necesidades relativas a las funciones de protección y sociales del bosque, e incorporarlas en las evaluaciones nacionales.

10. Sobre la base de esta información imprescindible, podrán prepararse los planes estratégicos a largo plazo, los planes tácticos a plazo medio y los planes operativos a corto plazo. Los planes estratégicos a largo plazo deben ampliarse a fin de abarcar un período de 15 a 20 años por lo menos, para permitir la formulación clara de la estrategia.

Tendencias del desarrollo de la oferta y la demanda

11. La comisión tomó conocimiento de los estudios relativos a las perspectivas de la oferta y la demanda realizados sobre el mundo en su conjunto y sobre las principales zonas de consumo. Los resultados de estos estudios, así como de los efectuados por la FAO, señalan varias conclusiones generales importantes.

12. Durante los próximos decenios. y para el año 2000 aproximadamente, el consumo mundial de la madera se duplicará. Sin embargo, en las principales categorías de productos se espera que la tasa de expansión difiera considerablemente. El consumo de leña, que actualmente representa aproximadamente la mitad del consumo total de madera, así como de la categoría inferior de madera rolliza miscelánea, quedará casi estancado. El consumo de la madera para usos industriales en general se triplicará. En materia de madera aserrada, que tradicionalmente ha sido la forma principal de uso industrial, el incremento anual de consumo será modesto - del orden del 1,5 por ciento. Sin embargo, para los productos de pasta y para los paneles fabricados con derivados de madera, la tasa anual de crecimiento será del orden del 4 al 6 por ciento, o sea que por lo menos se triplicará o cuadruplicará el consumo para fines del siglo.

13. Esto también significa que para el fin de este decenio el consumo de madera para la producción de pasta y de paneles fabricados con derivados de madera habrá superado en importancia al consumo de madera aserrada. Desde luego, es dable esperar que ocurran diferencias considerables entre las tasas relativas de crecimiento de distintas regiones.

14. Si bien el incremento de todos los productos de la madera combinados no es espectacular, traerá aparejada una reducción considerablemente mayor de la oferta de la madera. En algunas regiones, principalmente en el Japón, Europa occidental y los Estados Unidos, será necesario aumentar los niveles de importación. Si bien una gran parte de las necesidades adicionales tal vez provenga del Canadá y la U.R.S.S.. es probable que la demanda de madera de los bosques tropicales en las zonas tropicales también aumente apreciablemente. Las plantaciones ya establecidas desempeñarán un papel cada vez más importante en lo que concierne al suministro de materias primas. Habrá necesidad y también oportunidad, especialmente en los países en desarrollo, de aumentar las inversiones en plantaciones en las zonas donde puede producirse un rápido crecimiento con objeto de lograr un incremento en el rendimiento para contribuir a hacer frente a las futuras demandas de madera.

Necesidades y tendencias en los organismos de planificación y desarrollo

15. Las administraciones forestales deberían hacer el trabajo de planificación y asegurarse de que los planes de fomento forestal sean coordinados e integrados con la planificación económica nacional.

16. El administrador forestal dispone de nuevas técnicas para la formulación de politices y la toma de decisiones. El administrador gubernamental tiene la responsabilidad y la facultad de coordinar todos los objetivos y evaluaciones de los distintos subsectores, que a veces pueden ser divergentes y hasta incompatibles, y amalgamarlos en un programa que asegure el perdurar de los servicios y del recurso en si.

Temas adicionales de debate

17. Un crecido número de participantes procedentes de algunos países de América Latina pusieron de manifiesto su preocupación por la naturaleza del desarrollo forestal de la región.

18. Expresaron su preocupación por el hecho de que, con demasiada frecuencia, el objetivo de las operaciones forestales era obtener utilidades máximas a corto plazo más bien que el sano objetivo social de obtener los máximos beneficios a largo plazo. El interés de las empresas privadas en obtener utilidades a corto plazo está en contraposición al ciclo natural a largo plazo de los bosques. Opinaron que ésta es la razón fundamental del exterminio de los bosques naturales en muchas regiones en desarrollo.

19. Asimismo, manifestaron su preocupación por el hecho de que se distorsionaban los objetivos de la planificación dedicando preferente atención a las utilidades comerciales. Opinaron que, a fin de que toda la comunidad participara de los beneficios de un plan integral de desarrollo de los recursos forestales, deberla efectuarse una redistribución sustancial de la riqueza. Además de las consideraciones sociales que esto implica, es evidente que la comunidad, como tal, debe ser la responsable de poner en práctica un programa de inversiones y emplear distintos criterios en el proceso.

20. A fin de superar la contradicción entre las utilidades privadas y los beneficios sociales, la propia sociedad deberá interesarse en este tipo de inversión y asumir la responsabilidad de esta tarea.

21. Muchos delegados señalaron que la industria forestal privada era con frecuencia muy eficaz en la acertada ordenación forestal a largo plazo. Se describieron los criterios adoptados por algunos países para promover el desarrollo, detener el agotamiento de los bosques o crear nuevos bosques. Un país describió su programa para el otorgamiento y control de los convenios sobre concesiones a empresas industriales. Otro describió un programa de incentivos fiscales para alentar el establecimiento de plantaciones forestales mediante exenciones tributarias de parte del gobierno.

22. Se tomó nota de la posibilidad de estimular al sector forestal para que absorba los costos derivados del impacto del medio ambiente elevando los costos.

Recomendaciones

23. Las autoridades forestales deben hacer frente a sus actuales responsabilidades y, además, debe forjarse una posición de liderazgo en la ordenación total de las tierras silvestres. Deben tenerse en cuenta nuevos valores sociales, ecológicos y económicos emergentes, así como también los valores más convencionales.

24. La planificación del recurso forestal debe ser congruente con los objetivos generales de desarrollo en cada país. Para la mayor parte de la población mundial esto significa satisfacer las necesidades primarias de alimentación, vivienda, vestimenta, salud, educación y otras necesidades básicas.

25. A fin de que esta planificación comprenda la ordenación racional del bosque y tenga en cuenta las limitaciones ecológicas, cuando el objetivo del máximo beneficio social a largo plazo está en pugna con el de dar importancia primordial a las utilidades a corto plazo, debe prevalecer el primero. En este respecto, el Estado debe desempeñar un papel decisivo y principal y no una función meramente indicativa.

26. La Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal reconoce que, para lograr una planificación eficaz del aprovechamiento de la tierra, se necesitan sistemas mejorados de clasificación de tierras que incluyan índices de accesibilidad; por lo tanto, debe prestarse especial atención a la investigación científica en este terreno. En el mismo sentido, es necesario contar con datos empíricos detallados sobre los rendimientos de las plantaciones. Deben elaborarse sistemas internacionales de búsqueda selectiva de información, tal como se recomendó en los informes de otras comisiones.

27. Todos los gobiernos deberían dar urgente prioridad a las encuestas sobre consumo de madera y a los estudios sobre las tendencias de la madera para la construcción, a fin de poder preparar planes locales y nacionales efectivos, e incluso planes indicativos de las tendencias regionales y mundiales para el sector forestal y el de la industria forestal, con el fin de encontrar los medios adecuados para satisfacer las demandas y aspiraciones futuras de todas las naciones.

28. Debido al rápido desarrollo de los acontecimientos en lo que respecta a la integración de la corta de aprovechamiento y la utilización de la madera, todos los países deberían revisar cuidadosamente sus estadísticas sobre extracción y aprovechamiento con el propósito de simplificar la primera y reforzar la última. Debido a la proliferación de productos forestales elaborados y a su combinación, se debe prestar atención a la clasificación de los productos. Se solicita que los organismos internacionales. y especialmente la FAO, presten atención inmediata a los problemas de coordinación en esta materia.

29. En lo que respecta al establecimiento de plantaciones forestales, no sólo para la creación de nuevas zonas forestales, sino también para la reposición de bosques explotados, debe prestarse especial atención a la elección de los sitios más apropiados, los que no tienen necesariamente que estar directamente relacionados con las zonas actuales o con actividades anteriores. La Comisión II también trató esta cuestión.

30. Los grupos de naciones que tengan características ecológicas, objetivos de desarrollo y potenciales económicos similares deben forjar y utilizar un criterio regional de planificación. Deben tratar conjuntamente de obtener capital para el desarrollo y buscar soluciones para otros problemas comunes.

31. Debe prepararse una encuesta sobre las politices forestales de todas las naciones como documento básico para futuros congresos forestales mundiales. Esta petición ya fue hecha en anteriores congresos.

32. La conservación y mejoramiento del medio deben integrarse con los objetivos prioritarios de cada país. A fin de que no exista contradicción entre la conservación del medio en los bosques y sus otros usos múltiples, la propiedad. así como la utilización de la tierra forestal, deben cumplir una función social y su distribución debe estar de acuerdo con los esfuerzos productivos de sus miembros.

33. Cuando el objetivo de la ordenación forestal es lograr beneficios sociales para la comunidad en general, se requieren y se deben proveer fondos públicos para hacer frente a los gastos que ello implica. Los servicios forestales han demostrado su capacidad para realizar la tarea que les incumbe, pero la producción de madera por si sola no puede ni debe costear los gastos de todas las funciones del bosque.

34. Las administraciones forestales deben participar activamente en el proceso de toma de decisiones cuando éstas afecten a la forestería Deben contar con recursos financieros y personal capacitado a fin de lograr los objetivos establecidos.

35. Para cualquier futuro congreso forestal mundial debe asegurarse la participación adecuada de representantes de los trabajadores, de los sindicatos industriales y de los organismos financieros a fin de lograr un criterio más amplio respecto de los problemas de la forestería mundial.


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