En este capítulo se ilustran en detalle las acciones recomendadas para la formulación e implementación de planes específicos para el desarrollo de la acuicultura en ambientes lagunares (Plandac). Estos planes pueden representar un componente de ejercicios más amplios de manejo integrado de zonas costeras o de desarrollo regional; sin embargo, en el caso general es recomendable que sean concebidos con un enfoque suficientemente completo para proporcionar a las instancias encargadas de la toma de decisiones todos los elementos necesarios, en particular sobre las interrelaciones — presentes y futuras — entre las actividades acuícolas y las demás actividades económicas presentes en el territorio, así como los posibles impactos sobre el medio ambiente y las medidas de mitigación y control convenientes.
La delimitación del territorio de estudio sobre el cual incidirán las intervenciones propuestas, se realizará esencialmente con base en consideraciones de naturaleza geográfica y política (límites de las entidades administrativas) bajo un enfoque realista que tome en cuenta la exigencia de restringir el área a un tamaño manejable con los recursos previstos y compatible con la estructura nacional y estatal de agregación de los principales datos socioeconómicos, minimizando al mismo tiempo el factor de imprecisión introducido al no considerarse porciones de territorio pertenecientes a la cuenca hidrográfica interesada. Sin embargo, para los aspectos hidrobiológicos, hidrodinámicos y de contaminación, se tendrá que considerar la influencia de situaciones críticas ubicadas aguas arriba en los ríos que desembocan en el sistema lagunar (p. ej. represas, derrames de actividades industriales, mineras o agrícolas intensivas, descargas urbanas, etc…) (Recuadro 10).
Recuadro 10: Algunos criterios básicos para la delimitación del área de intervención |
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Los criterios que se presentan a continuación son planteados para ser utilizados según las características de cada caso, pudiendo seleccionarse uno o más de ellos o diseñarse otros, pero siempre atendiendo a las necesidades específicas del contexto y los objetivos de desarrollo acuícola elegidos:
En ningún caso el empleo de estos criterios o algunos otros, elimina la necesidad de considerar los efectos significativos sobre los sistemas estuarinos de las actividades económicas que, por el establecimiento de los límites del área objetívo, hayan quedado excluidas. En este caso dichas influencias serán clasificadas como efectos de origen extemo. |
Como resultado de la delimitación territorial propuesta, será conveniente preparar uno o más mapas en donde se evidenciará en forma clara (eventualmente, a diferentes escalas) la zona propiamente estuarina-lagunar, el área territorial colindante que ejerce una influencia sobre el ambiente acuático o tiene una dependencia de él, y la cuenca hidrográfica de la cual la zona lagunar constituye el sistema terminal, enfatizando, de ser el caso, las situaciones potencialmente críticas que en esta cuenca se identifiquen inmediatamente (concentraciones urbanas o industriales, represamientos, ríos que descargan en el sistema, etc…). Se insertarán en esta cartografía de base, — que tiene además gran relevancia con respecto a la organización racional de las actividades de campo del equipo de planificación — los confines administrativos, vías de acceso y principales centros urbanos. Se establecerá así la base de un sistema de información geográfico (SIG) al cual se añadirán posteriormente los oportunos niveles de información temática. Idealmente, el SIG será computarizado, si las circunstancias lo permiten; sin embargo el planteamiento y el método siguen perfectamente válidos aunque los mapas sean realizados con técnicas manuales tradicionales.
De acuerdo al enfoque propuesto de planificación participativa y “de abajo hacia arriba” (bottom-up) (Recuadro 11), el ejercicio se lanzará en el curso de reuniones preliminares entre las instancias promotoras del Plan y sus futuros beneficiarios — entidades estatales, representaciones de dependencias federales, autoridades municipales, productores, sector social, comunidades, en su conjunto denominados “actores” del Plan —, por un lado, y la agencia encargada de la planificación, por otro; estas reuniones tendrán por objeto el intercambio de información, en particular sobre los problemas que se perciben y las aspiraciones hacia el cambio de la diferentes partes afectadas, y serán oportunamente integradas por recorridos en el campo y entrevistas con representantes de los pobladores del área de estudio, especialmente útiles para instaurar el clima de mutuo respeto, confianza y colaboración que representa un factor esencial para el éxito de la actividad.
Recuadro 11: Iniciar el proceso a nivel local -planificación “de abajo hacia arriba” |
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La planificación “de abajo hacia arriba” se inicia a nivel local y está basada en la participación activa de las comunidades y de los agentes económicos directamente involucrados. La experiencia y los conocimientos de los responsables sectoriales y de los productores locales son aprovechados en la identificación de las prioridades de desarrollo y en la formulación e implementación del Plandac. Las principales ventajas consisten en lo siguiente:
Además, es conveniente considerar que también pueden presentarse algunas desventajas:
A fin de prevenir estas situaciones, o mitigar sus consecuencias negativas, es recomendable impulsar la circulación de la información entre los varios niveles involucrados y crear las condiciones para el desarrollo fructífero del diálogo interinstitucional. Fuente: adaptado de FAO, 1993) |
Este primer contacto con la realidad del contexto sobre el cual se pretende intervenir deberá permitir, además:
proceder a la recolección de la documentación básica existente sobre el área de estudio y las problemáticas inherentes al Plandac, o por lo menos a la identificación de las fuentes para su adquisición;
verificar la disponibilidad de las distintas entidades del sector público y privado para jugar un papel activo en las actividades de campo y de análisis requeridos para la formulación del Plan, y el nivel de recursos que podría comprometerse;
comprobar la capacidad y voluntad institucional para la implementación del Plan.
Se establecerán, en consulta con los actores, las metas específicas del Plandac (p. ej. incremento y/o diversificación de la producción acuícola; solución permanente de conflictos entre usos competitivos del sistema lagunar; creación de empleos, etc…), su nivel de prioridad y su horizonte temporal.
Las metas deben generalmente derivarse de una escrupulosa consideración tanto de las prioridades locales como de las establecidas a nivel estatal o nacional. Para su correcta definición, es aconsejable listar los problemas percibidos en el área y los beneficios esperados, e identificar aquellos problemas que pueden resolverse, al menos en parte, a través del mejoramiento de las prácticas acuícolas y/o de la pesca artesanal; distinguir entre metas de largo plazo y otras que pueden conseguirse en el período considerado por el Plan; así como delimitar las metas de eventuales planes de desarrollo más amplios que también se aplican al área.
En esta etapa se establecerá además el nivel de detalle que se espera del Plan, así como su contenido y formato, este último en relación a las exigencias de presentación y divulgación de los resultados.
Finalmente, se discutirán tiempos, costos y requerimientos financieros para la realización del Plandac, y se configurarán los aspectos organizativos de las operaciones (contraparte oficial del equipo de planificación; enlace con otras instituciones; logística; requerimientos formales, etc…).
El resultado esperado de esta etapa consiste en un documento de proyecto que incorpore los términos de referencia globales del ejercicio de planificación, incluyendo metas, resultados esperados, tiempo previsto de ejecución y recursos presupuestales asignados. Sobre la base de este documento se establece normalmente un contrato de servicios con la entidad encargada de la formulación del Plan.
Con base en los planteamientos contenidos en el documento de proyecto, se elaborará en esta etapa un programa de trabajo detallado, en el cual quedarán claramente determinadas las actividades y los criterios para su realización, la composición del equipo interdisciplinario y las responsabilidades individuales, así como la duración esperada de cada actividad y los recursos asignados. Al respecto, se recomiendan los siguientes pasos:
Definición de áreas temáticas. Para las finalidades del ejercicio de planificación, resulta conveniente dividir la problemática general relacionada con el desarrollo acuícola sustentable en cuatro áreas temáticas principales: legal (marco jurídico-institucional de la pesca ribereña y la acuicultura, legislación en materia de protección al ambiente); socioeconómica (aspectos demográficos, estructura de las actividades económicas, organización social, uso del territorio); ambiental (características del entorno biofísico, causas de alteración — naturales y antropogénicas — y sus efectos); y producción pesquera y acuícola (organización de la producción y de la comercialización, infraestructura y servicios de apoyo, tecnologías de cultivo); al interno de éstas, pueden circunscribirse oportunamente, de acuerdo a las peculiaridades encontradas en la zona de intervención, áreas especializadas (p.ej. análisis de los conflictos de uso de los recursos naturales). El enfoque propuesto facilita tanto la identificación de los perfiles profesionales requeridos, como la definición de las tareas individuales y de los niveles de interacción y complementación esperados.
Formación del equipo de trabajo. Para la formación del equipo, basada en la evaluación de las prestaciones técnicas requeridas para cada área temática, deben también considerarse detenidamente las circunstancias específicas de cada caso, tales como: disponibilidad de recursos financieros; existencia de expertos locales; posibilidad de utilizar personal de la contraparte o de otras entidades públicas; exigencia de darle mayor énfasis a una determinada problemática que apareciera dominante, y/o no suficientemente investigada, en el área de estudio, etc… Normalmente, el coordinador del equipo de trabajo elabora y somete a la contraparte institucional los términos de referencia de cada uno de los perfiles profesionales identificados y, sucesivamente, los curricula vitarum de los expertos seleccionados. A título de ejemplo, se muestra en el Recuadro 12 la composición del equipo de trabajo coordinado por la FAO que ha realizado los estudios piloto mencionados en la Introducción de la presente Guía (pág. 9).
Identificación de las actividades. Se realiza organizando, con el mayor detalle posible, la lista de las actividades previstas para el ejercicio de planificación y precisando, para cada una de ellas, las personas (o las entidades) involucradas en su ejecución y el respectivo nivel de responsabilidad, así como la duración estimada y los recursos necesarios. Es oportuno fijar, además, el orden de ejecución de las actividades, indicando cuáles de ellas deberán terminar (o llegar a un determinado avance) antes que puedan comenzar otras.
Elaboración de un programa de operaciones. En el programa de operaciones se establecen las interrelaciones entre las diversas actividades, los recursos que se les asigna y el factor tiempo. El programa puede ser presentado en forma de tabla (la más elemental), de gráfico de barras (el de lectura más fácil) o de gráfico de ruta crítica (critical path chart, recomendable para el manejo de proyectos complejos pero bien definidos a nivel de todos sus componentes); en el Recuadro 13 se muestran los ejemplos correspondientes, realizados con el auxilio de software comercial accesible a usuarios no especializados. También pueden integrarse a los gráficos o tablas elementos relativos a costos previstos y reales, particularmente útiles para permitir un control permanente dirigido a asegurar el puntual cumplimiento del trabajo sin rebasar el presupuesto asignado. Finalmente, con base en el programa de operaciones, resulta conveniente preparar planes de trabajo detallados para cada área temática o, en su caso, para cada experto participante en el ejercicio.
Recuadro 12: Ejemplo de composición de un equipo de trabajo para la formulación de un Plandac |
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Además de personal de apoyo para muestreos rápidos y realización de un SIG, entre otros. |
El esfuerzo requerido para llevar a cabo en forma completa y efectiva la fase de organización
del trabajo es importante, inclusive en el caso de ejercicios relativamente poco complejos y
de corta duración; además, no es posible programar todas las actividades con el mismo grado de
precisión, especialmente cuando se prevé la participación en ellas de entidades diferentes, con
estructuras organizativas, hábitos y cargas de trabajo a veces muy distintas; por último, siempre
pueden producirse sucesos imprevisibles. No obstante, las consecuencias de una organización
insuficiente e imperfecta — falta de coordinación, retrasos innecesarios, resultados por debajo de
las expectativas — son suficientemente graves para justificar que se le
Recuadro 13: Ejemplos de manejo de programas de operación | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Se muestra a continuación, presentada en forma de tabla, de gráfico de camino crítico (de arriba hacia abajo), la misma fase de uno del los subprogramas establecidos para la formulación de planes piloto en dos sistemas lagunares de los Estados de Veracruz y Nayarit (ver Introducción).
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El análisis sistemático de la situación y las problemáticas existentes en la zona objetivo del Plandac se organizará de acuerdo a la definición, establecida en la etapa anterior, de las áreas temáticas esenciales y de la relevancia relativa de cada una de ellas en el contexto estudiado. En los incisos siguientes, se proporcionan algunos lineamientos fundamentales para su ejecución, que deberán adecuarse a las especificidades de cada caso. En el Recuadro 14 se indica, en forma esquemática, la naturaleza de la información normalmente requerida en el ámbito de las diversas disciplinas o áreas temáticas.
Recuadro 14: Naturaleza de la información requerida por área temática de conocimiento |
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En este paso inicial del análisis, el objetivo es conocer e interpretar las condiciones institucionales y las regulaciones (jurídicas, administrativas, normativas y crediticias, a los diferentes niveles de atribución federal, estatal y municipal) que limitan o fomentan el desarrollo de las actividades de pesca ribereña y de explotación acuícola en sistemas lagunares, con énfasis especial en las disposiciones para la protección al medio ambiente costero. Estas regulaciones se refieren, en particular, a:
tenencia de la tierra y organización social de la producción;
usos permisibles del territorio, áreas protegidas;
uso y aprovechamiento de los recursos bioacuáticos y del agua;
preservación del equilibrio ecológico y control de la contaminación del agua;
condiciones de acceso al crédito sectorial.
La evaluación de las implicaciones de las recientes innovaciones a la legislación en materia de pesca, de cooperativas y de ecología, integrada con el estudio del entorno socioeconómico (ver siguiente inciso), permitirá la identificación de las nuevas oportunidades que pueden ofrecerse en el área de estudio y de las estrategias más convenientes para aprovecharlas.
Para las finalidades del Plandac, el análisis del entorno socioeconómico exige definir el conjunto de indicadores que ofrezcan mayor relevancia para caracterizar la situación en que se encuentran el área de intervención y la población objetivo. Al respecto, se requiere de información específica, cuyas fuentes principales se indican en el Recuadro 15.
Recuadro 15: Principales fuentes de información estadística para el análisis socioeconómico | |
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Institución | Publicación |
Instituto Nacional de Esta dística, Geografía e Informática (Inegi) | Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos |
Inegi y Gobiernos de los Estados | Anuario Estadístico (de cada Estado) |
Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural | Información de la Producción Agropecuaria |
Consejo Nacional de Recursos Minerales | Información sobre la Producción Minera |
Secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca | Anuarios Estadísticos de Pesca. |
Secretaría Estatal de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero (p. ej. Gobierno de Veracruz) | Avance Mensual de Actividades Ganaderas, Agrícolas y Pesqueras |
Secretaria Estatal de Planeación y Desarrollo (p. ej. Gobierno de Nayarit) | Planes, Anuarios, Boletines, etc… |
Inegi | Censos Agropecuarios |
Inegi | Censos Económicos |
Inegi | Censos Ejidales |
El método comparativo permite establecer criterios de continuidad y discontinuidad con universos relativamente mayores que, a su vez, comprenden a la micro-región bajo análisis. Las particularidades del área de intervención adquieren, entonces, su justa dimensión cuando son ubicadas en el centro de las regiones y macro-regiones con las cuales interactúan en distintos grados de intensidad.
Por consiguiente, en esta sección del análisis de área, se presentarán las pautas de desarrollo económico y los niveles de acceso a los mínimos de bienestar en los distintos niveles que constituyen el ámbito de referencia, a fin de ubicar (y a la vez comparar) la comunidad en el contexto local, y a éste en el ámbito regional, estatal, nacional e internacional.
Sin embargo, esto no implica que todas las correlaciones deban establecerse sistemáticamente en todos los niveles. Una aplicación racional del criterio de selectividad conlleva el análisis del contexto apropiado de comparación entre los distintos ámbitos mencionados.
El análisis del entorno socioeconómico comprende típicamente el perfil sociodemográfico, las actividades económicas y la organización social.
El perfil sociodemográfico busca caracterizar a la población que habita el área de intervención y establecer patrones relevantes de comparación con los indicadores equivalentes para la región, el estado y el país.
La naturaleza y calidad de la información disponible constituye una gran limitante para realizar un análisis de área fidedigno. La fuente primaria de datos son los Censos Nacionales de Población y Vivienda que, en el caso de México, se levantan cada diez años. Como los resultados definitivos se publican con un atraso de dos años, algunos datos de mayor desagregación (particularmente, los referidos a localidades) tienen un alto grado de atraso temporal. Por lo tanto, deben corroborarse y complementarse con fuentes estatales y municipales más recientes (si las hay).
Las entrevistas y encuestas que se levanten en la fase de trabajo de campo pueden ayudar a la caracterización de la población objetivo. No obstante, y aun cuando estos datos son de mayor actualidad y realismo, por lo general no son comparables con los datos censales en virtud de las diferentes metodologías aplicadas y el tiempo transcurrido desde el último Censo Nacional.
Los principales indicadores demográficos a considerar son: población, sexo, densidad, ruralidad, y población económicamente activa por sector de actividad. Comparando estos datos con los de años anteriores (análisis diacrónico o evolución) se pueden establecer hipótesis sobre el cambio de estructura ocupacional, los flujos migratorios, estimar necesidades de generación de empleo, etc… El análisis espacial (o sincrónico), por su parte, está encaminado a distinguir las particularidades del área de estudio, en relación al (a los) municipio(s), estado o país.
Análogamente se procede en el caso de los satisfactores básicos y/o necesidades básicas insatisfechas, siendo los indicadores mas relevantes, los referentes a alimentación, educación, vivienda, salud, infraestructura de servicios disponibles, etc… (Recuadro 16).
En algunas ocasiones se dispone de fuentes secundarias de información que realizan instituciones federales o estatales con base en los datos primarios de los Censos, que pueden resultar de interés. Tal es el caso del Consejo Nacional de Población que, en México, procesa y edita información sobre proyecciones de la población, índices integrados de marginalidad, etc…, así como publicaciones de los Gobiernos Estatales (en forma de Anuarios Estadísticos o de información básica).
En primera instancia se trata de establecer la importancia relativa de cada actividad y su contribución al producto interno bruto de la región o Estado. Cuando es difícil establecer o estimar esta proporción en términos monetarios — lo cual ocurre frecuentemente —, se puede recurrir al potencial de recursos disponibles para el desarrollo de la actividad (longitud del cordón litoral, superficie estuarina, superficie forestal maderable, superficie de labor agrícola bajo riego, inventario ganadero por especies, atractivos e infraestructura turística, etc…). Seguidamente se procede al análisis de cada actividad en sí misma, en términos de volumen y valor de la producción.
Es conveniente presentar las actividades en orden de complejidad e importancia dentro de la economía regional para identificar los flujos de integración. De esta forma se comenzaría con las actividades primarias (agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y minería) continuando con las secundarias de transformación industrial, enfatizando la agroindustria y la industria de procesamiento de alimentos del mar, para finalizar con las actividades terciarias de turismo y servicios, haciendo hincapié en la capacidad instalada de acopio y transporte especializado.
La bibliografía a consultar para esta sección depende básicamente de las publicaciones periódicas que producen los órganos rectores de Gobierno, tanto de estadísticas generales como las específicas sectoriales (Recuadro 15).
Para el desarrollo del tema resulta necesario incorporar un marco histórico político sobre el énfasis que han tenido los movimientos sociales que han determinado la estructura organizativa de la producción. Por esto, es útil hacer referencia al movimiento cooperativista y a la organización ejidal en relación al otorgamiento de permisos de explotación pesquera y acuícola, así como a las formas de tenencia de la tierra, analizando, en particular, los conflictos originados y sus consecuencias actuales.
El sustento estadístico se puede encontrar en los Censos Ejidales que periódicamente lleva a cabo el INEGI. Mayor detalle de información histórica se ubica en los Anales de la Secretaría de la Reforma Agraria, la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Pesca.
Información directa de grande interés puede obtenerse de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y de los grupos de desarrollo social operantes en el área.
Recuadro 16: Análisis comparativo de carencias básicas (caso de estudio en nayarit) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Indicadores utilizados La vinculación de los proyectos de desarrollo regional con la superación de la pobreza en los países de América Latina se ha convertido en un imperativo nacional después de la década de los años ochenta, reconocida por la mayoría de los autores como la “década perdida” o la “década pauperizante”. En el análisis de proyectos de desarrollo alternativos impulsados por el sector público, se busca priorizar aquellos que contribuyen con mayor eficacia a disminuir los rezagos acumulados en los segmentos más desaventajados de la sociedad. De allí que muchos estudiosos se han abocado a establecer metodologías para medir el nivel de pobreza de los grupos sociales que constituyen la población objetivo de dichos proyectos. Los métodos propuestos se sintetizan básicamente en dos: la “Línea de la Pobreza” y las “Necesida des Básicas Insatisfechas”. El método de la Línea de la Pobreza consiste en definir un nivel de ingresos mínimo para atender las necesidades básicas del grupo familiar, a partir de los componentes de una canasta normativa de satisfactores esenciales. Una vez establecido este nivel de ingresos, se define como población pobre a la que no alcanza dicho nivel. El método de las Necesidades Básicas Insatisfechas se basa en la selección de un conjunto de indicadores que permiten medir el grado de satisfacción de cada componente según tipo de necesidad. Como se parte de una definición del nivel mínimo para cada indicador, debajo del cual se considera insatisfecha la necesidad, la calificación de pobreza queda comprendida para la población (hogares o personas) con una o más necesidades insatisfechas. A diferencia del método de la Línea de la Pobreza, el de las Necesidades Básicas Insatisfechas permite medir el grado de alejamiento, por arriba o por abajo, de la norma para cada tipo de necesidad. De esta manera, es posible inferir lineamientos para orientar el gasto público y definir el contenido de políticas y programas de desarrollo social en el contexto de las regiones que serán sujetas de atención. Con el objetivo de proponer criterios para mejorar las condiciones en que se desenvuelven los pobladores de la Región Norte de Nayarit, se realizó un ejercicio comparativo de 10 indicadores básicos de carencias para los municipios que la integran en relación con los valores homólogos a nivel estatal y nacional. Aun cuando los promedios agregados no constituyen normas ideales, el ejercicio permitió detectar en cuáles rubros y en qué municipios se constatan los mayores alejamientos. Los indicadores utilizados se refieren a los ámbitos de educación, vivienda, ruralidad, ingresos y salud. Su cálculo se realizó con base en los resultados del IX Censo General de Población y Vivienda, por lo que están referidos al año de 1990, a excepción del indicador de salud que corresponde a 1992 siendo su fuente el Anuario Estadístico del Estado de Nayarit. Los indicadores se calcularon como expresión porcentual de carencias, según las siguientes fórmulas. Indicadores de Educación: [1] Analfabetismo ANALF en donde:
[2] Sin primaria completa en donde:
Indicadores de Vivienda: [3] Ocupantes en vivienda particular sin disponibilidad de drenaje ni excusado USDE en donde:
[4] Ocupantes en vivienda part. sin energía eléctrica SEE en donde:
[5] Ocupantes en vivienda particular sin agua intubada SAT en donde:
[6] Viviendas con algún nivel de hacinamiento HACIN en donde:
Se considera vivienda con hacinamiento a la que teniendo 1 cuarto es ocupada por 3 o más personas, o teniendo 2 cuartos es ocupada por 5 o más personas, o teniendo 3 cuartos es ocupada por 7 o más personas, o teniendo 4 cuartos es ocupada por 9 o más personas. [7] Ocupantes de viviendas con piso en tierra PTIER en donde:
Indicador de Ruralidad [8] Población en localidades con menos de 5,000 hab. RUR en donde:
Indicador de Ingresos [9] Población que percibe ingresos < 2 salarios mínimos H2SM en donde:
Indicador de Salud [10] Población no derechohabiente de inst. de salud NDHA en donde:
Resultados obtenidos Los 10 indicadores se calcularon para los siete municipios de la Región Norte y se compararon con sus homólogos a nivel nacional y estatal. Como en todos los casos se utilizó en el numerador un criterio de carencia. Se infiere que a mayor valor del indicador, es mayor la insatisfacción en esa necesidad básica. Por el contrario, cuando el valor disminuye se entiende que es menor la carencia. Los datos obtenidos se ordenaron en una tabla cruzando indicador por entidad/municipio (ver tabla a continuación). El siguiente paso consistió en restar el valor del indicador nacional del homólogo municipal. De esta forma, cuando la necesidad en el municipio está más satisfecha que en el país, se refleja en un valor de signo negativo. A medida que el valor aumenta por arriba de cero, es mayor la distancia que separa al municipio de los promedios nacionales en la satisfacción de esa necesidad y mayor es la carencia. Análogamente se procedió con los valores de los indicadores a nivel estatal, obteniéndose dos series de valores que permiten calificar la situación del municipio, en relación a esa carencia, como:
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Las lagunas costeras son ecosistemas acuáticos complejos pero que, en primera instancia, representan un fenómeno hidrológico resultado del encuentro entre dos tipos de agua y en donde la cuantificación y seguimiento de algunos factores físico-químicos resulta imprescindible en el conocimiento y manejo integral de estos ambientes.
Recuadro 17: Disponibilidad de la información sobre ecología de los ecosistemas costeros mexicanos |
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La búsqueda y localización de la información pertinente a la ecología de los ecosistemas costeros, frecuentemente se vuelve uno de los mayores obstáculos en la integración imprescindible de los antecedentes para la conformación de cualquier proyecto. Desafortunadamente, la información formal se encuentra dispersa y en muchas ocasiones es prácticamente inaccesible. El término información formal se refiere a toda aquella que ha sido académicamente revisada y aceptada como veraz; entre ésta, la más conocida es la publicada en revistas especializadas, tesis de grado y la proveniente de diferentes reuniones de tipo académîco (Congresos, Simposia, Coloquios y Talleres). En el caso de las primeras, su adquisición es relativamente fácil debido a los bancos de información o bases de datos conocidos, como es el caso de ASFA (Aquatic Sciences, Fisheries and Aquaculture) u otros: Science Citation, Biological Abstracts, Ecological Abstracts, Pollution Abstracts etc… En el caso de los segundos y terceros, su localización en muchos países es tarea difícil por no decir imposible en ocasiones. En México, una importante fuente de información está representada por el centro de documentación Ecosistemas Litorales Mexicanos que cuenta con más de 4,000 referencias bibliográficas con resumen incluido. Este centro está ubicado en el Departamento de Hidrobiología la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad lztapalapa y viene funcionando desde 1991 (véase Castañeda y Contreras, Eds., 1993; 1994a, b y c). En lo que corresponde a los sectores gubernamentales, las entidades directamente involucradas con la utilización del agua y/o de donde la información es particularmente importante son:
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Cuando se trata de conocer y entender a estos ecosistemas por primera vez, generalmente se hace tomando como referencias básicas sus características abióticas, es decir, las físicas (como vientos y mareas), y las químicas (como salinidad, oxígeno disuelto, pH y temperatura). Posteriormente, se determina la cantidad de nutrientes (amonio, nitratos, nitritos y fosfatos) y como resultado de la interacción espacio-temporal de los anteriores factores, se cuantifica la productividad primaria (biomasa fitoplanctónica y/o macrofitas acuáticos) que significa la respuesta ecológica del sistema, en términos de flujo energético, que es incrementada por el aporte de biomasa de los manglares a la cadena detritivora.
Desde esta perspectiva, el estudio básico se acompaña del conocimiento de los principales componentes de la biota lagunar — vegetación circundante y sumergida, fitoplancton, zooplancton, bentos e ictiofauna — lo que adquiere especial significado, ya que estas comunida des se desarrollan primordialmente condicionadas a las características ambientales particulares del ecosistema en estudio. Por último y bajo esta óptica, debe contemplarse la identificación de los principales elementos derivados de las actividades antrópicas que se desarrollan, tanto en las proximidades del cuerpo lagunar, como en las tierras altas. Lo anterior es de suma importancia porque ningún proyecto de aprovechamiento tendrá éxito si el ecosistema se encuentra amenazado con las descargas de aguas residuales de industrias o asentamientos humanos que no estén eficientemente tratadas.
Esta estrategia metodológica debe ser llevada a cabo por un tiempo mínimo de un año, ya que el comportamiento hidrológico, biológico y ecológico manifiesta características condicionadas principalmente por las épocas climáticas propias de cada región — normalmente lluvias, estiaje y período invernal.
Una vez realizado el estudio básico, es conveniente dejar establecido un monitoreo de los factores característicos de cada laguna en particular que, si bien pueden ser variables, se mantienen como fundamentales: salinidad, oxígeno disuelto y pH; en cuanto se tenga la mínima infraestructura (lo que debe ser una prioridad) deben implementarse los análisis de nutrientes, ya que éstos representan la fuente de información más importante para conocer tanto la capacidad de producción, como el estado de salud del sistema acuático.
La conceptualización del anterior marco ecológico, permite tomar decisiones con respecto al manejo integral de los recursos desde varias perspectivas. El seguimiento de los factores abióticos a lo largo de un ciclo anual provee de las bases necesarias para ubicar cambios en la calidad de agua, condición imprescindible tratándose de proyectos acuícolas.
Hay que destacar que las lagunas costeras no están sujetas a las normas de calidad del agua que comúnmente se aplican para otros ambientes, como los ríos, estanques y lagos, debido a la marcada particularidad de sus características físico-químicas y su estacionalidad. En este sentido una estrategia conveniente es el conocimiento de estas variaciones para cada caso en particular, lo que permite el descubrimiento de los patrones individuales y la detección de las anomalías.
Es importante señalar y reiterar lo anterior, porque si bien resulta útil y estratégico el establecer algunos lineamientos metodológicos para lagunas costeras en lo general, éstos no deben pretender en ningún momento convertirse en una regla, ni su aplicación debe llevarse a cabo sin tomar en cuenta la individualidad de cada laguna.
Es conveniente la planificación previa de una metodología en lo que respecta a los sitios de muestreo. Hay que recordar que las lagunas costeras son ambientes cambiantes, tanto espacial como temporalmente, por lo que la selección de lugares idóneos para llevar a cabo la toma de muestras, adquiere especial relevancia. Los muestreos se caracterizan en dos tipos: los móviles y los fijos.
Los móviles consisten en el muestreo a lo largo y ancho de la laguna, tratando de cubrir áreas significativas del ambiente lagunar, esto es, la entrada de ríos, las áreas críticas (bancos de ostión, de pastos, canales de manglar, etc…) y la(s) comunicación(es) con el mar, cuando ésta(s) existe(n). Para establecer el número y profundidad de las estaciones de muestreo es necesario conocer, aunque sea de forma general, la morfología lagunar. Un número mayor de estaciones no significa necesariamente un mejor muestreo, el número óptimo es generalmente el mínimo necesario y se obtiene del conocimiento de las principales características lagunares.
Los fijos consisten en estaciones de 24 horas de muestreo continuo a intervalo de tres horas, con el fin de determinar ciclos nictemerales, diurnos y de influencia de la marea; deben ser realizados preferentemente en las zonas de comunicación con el mar.
Existe un número importante de parámetros a considerar si se quiere conocer el comportamiento hidrológico de un sistema lagunar. Sin embargo, hay una cantidad mínima que es fiel reflejo de las condiciones ambientales. La cuantificación de éstos, con una correcta interpretación, permite comprender algunos fenómenos ecológicos y abre las posibilidades de su control o manejo.
Vientos: por la importancia que tienen los vientos sobre el patrón de circulación vertical y horizontal del agua, debido a la poca profundidad de los sistemas estuarinos, es primordial la determinación de su dirección e intensidad.
Mareas: el fenómeno mareal constituye uno de los principales causantes de la distribución de materia y energía en los sistemas lagunares, por lo cual es esencial determinar el tipo y la amplitud de las mareas locales.
Salinidad: la salinidad juega un papel primordial en la distribución de los organismos estuarino-lagunares; su determinación y seguimiento ofrecen las pautas necesarias para conocer los hábitats de los organismos. La salinidad puede presentar amplias variaciones espacio-temporales que deben ser conocidas y consideradas en cualquier proyecto acuícola. En un sistema lagunar, generalmente se presentan cuatro zonas con respecto a su salinidad: la oligohalina (0.5–5.0‰), la estuarina o mesohalina (5–18‰), la polihalina (18–35‰) y la marina (>35‰); todas éstas con sus respectivas variaciones temporales. Dentro de esos intervalos de salinidad, los organismos pueden crecer bajo condiciones adecuadas, cuyo conocimiento es enfocado al cultivo, según sean eurihalinos (de tolerancia a variaciones amplias de la salinidad) o estenohalinos (de estrecha tolerancia a la salinidad).
Oxígeno disuelto: la cantidad de oxígeno disuelto en el agua es imprescindible en la vida de los organismos, por lo que un contenido suficiente de este gas (entre 4 y 5 ml/l) es siempre un buen indicador de la salud del ecosistema. Las lagunas costeras presentan frecuentemente sobresaturación de oxígeno disuelto en sus aguas, rebasando los 6 o 7 ml/l, lo que indica una elevada productividad primaria, ya sea por parte del fitoplancton, las áreas de vegetación sumergida o proveniente del microfitobentos. Valores cercanos a 1.0 ml/l, usualmente detectados durante la madrugada y ocasionados por la respiración nocturna, son riesgosos para la vida acuática. Otro aspecto que es necesario tomar en cuenta es la relación inversa que se esperaría entre la solubilidad del oxígeno y la temperatura; sin embargo, la experiencia demuestra que, en sistemas tropicales, esta relación no es siempre significativa, lo que ratifica la importancia del aporte de este gas por los productores primarios.
pH: el valor del pH fluctúa generalmente de 7 a 8 unidades. Un valor menor es indicativo de aguas con presencia de ácidos que pueden tener un origen natural, como es el caso de los ácidos húmicos provenientes de los manglares, o pueden ser generados por actividades humanas relacionadas con desechos industriales o de asentamientos urbanos y con movimientos de tierras en suelos de sulfatos ácidos, frecuentes en manglares.
Nutrientes: la cuantificación de las principales sales inorgánicas y el respectivo seguimiento son las claves fundamentales en la comprensión de la ecología básica de las lagunas costeras. El problema más común de las lagunas es su tendencia a la eutroficación, que no es más que una sobresaturación de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo. Hasta la actualidad no ha sido comprobado cual de los dos elementos es el limitante para la productividad primaria, aunque en el caso de las lagunas el problema no es su carencia, sino su exceso.
La elevada concentración de nutrientes en las lagunas costeras es la causa de una alta productividad primaria que acondiciona una mayor cantidad de organismos en el siguiente nivel trófico. La sobretasa energética característica de estos ecosistemas, es la que provoca las condiciones especialmente propicias para un manejo acuícola.
El amonio (NH4+) es un nutriente íntimamente relacionado a procesos de heterotrofía y descomposición en ambientes acuáticos; también es indicador de aguas de desecho de origen antrópico. El incremento de esta forma nitrogenada por arriba de los 20 μg-at/l señala condiciones de posible impacto, representando un riesgo de toxicidad para los organismos acuáticos en general, sobretodo cuando el pH tiende a la acidez, dado que se forma amoniaco (NH3). Los nitritos (NO2-) en los ambientes naturales son de baja concentración (<2 μg-at/l) por su fácil tendencia a oxidarse a nitrato (NO3-) o reducirse a amonio, pero su incremento puede proceder de los excesos de fertilización agrícola de inorgánicos y su aporte a los sistemas acuáticos a través del lavado de las tierras; algunas investigaciones señalan que puede ser una forma tóxica para la biota acuática, pero se requiere de estudios adicionales. Los nitratos en cantidades elevadas son generalmente asociados a condiciones de fuerte oxigenación del sistema; su presencia está relacionada con la época de lluvias y, normalmente, es menor a la del amonio. El fósforo en sus diferentes formas, principalmente las inorgánicas, es el propulsor directo de la cantidad de biomasa fitoplanctónica, que puede ser cuantificada como clorofila a y que resulta en un índice idóneo para conocer la potencialidad productiva de un ecosistema. Usualmente, una cantidad elevada de nutrientes, por encima de los valores mencionados, es un reflejo de alteraciones ambientales, algunas de ellas inclusive lejanas del cuerpo lagunar, como es el caso de la defoliación y deforestación en tierras altas, represamientos, uso de fertilizantes, desvío de cauces y asentamientos humanos e industriales, que generan desechos que son depositados finalmente en las lagunas costeras. Con base en la información existente hasta la actualidad, es posible comparar la cantidad y variación de los principales nutrientes en un gran número de lagunas costeras.
Clorofila a: la presencia de clorofila a en el agua o su equivalente la biomasa fitoplanctónica, está fuertemente ligada al proceso de la productividad primaria. Sin embargo, la relación no es proporcional o exponencial, es decir, no existe una relación directa causaefecto en donde se esperaría que a una mayor cantidad de clorofila, hubiese también una elevada productividad. La presencia de clorofila en cantidades significativas, puede llegar a traducirse en tasas importantes de producción primaria, cuando las condiciones se vuelvan idóneas para ello. Por esta razón, la valoración de la clorofila a ha sido tomada como base para clasificar a los ecosistemas acuáticos epicontinentales en diferentes niveles, aunque recientemente esta clasificación ha sido aplicada en áreas oceánicas y lagunas costeras con sus consecuentes adaptaciones: oligotróficos (0.123–2.6 μg/l), mesotróficos (2.61–20.0 μg/l), eutróficos (20.1–425.0 μg/l) e hipereutróficos (>425.0 μg/l) (Contreras et al., 1994).
Los factores mencionados podrían considerarse como los representativos de un muestreo de estudios básicos; existen otros más pero para la finalidad de esta Guía, éstos representan los parámetros más significativos de un sistema acuático lagunar. Hay que destacar el hecho de que estos factores pueden ser considerados como los más importantes, debido principalmente a que existe la información suficiente para, prácticamente, todas las lagunas costeras de México (Recuadro 17).
En cualquier proyecto de uso y aprovechamiento de áreas costeras es imprescindible determinar la flora y fauna local, ya sea para preservar a las especies en peligro de extinción o para optimizar el posible manejo de las especies aptas para cultivo.
Para fines acuícolas, los organismos lagunares se pueden estudiar por los siguientes grupos: Vegetación, Fitoplancton, Zooplancton, Bentos y Necton; la cuantificación de las especies más abundantes de esos grupos se debe realizar por lo menos tres veces al año (i.e. secas, lluvias e invierno).
Vegetación: el papel de la vegetación, tanto circundante como sumergida, es primordial en la ecología lagunar, por lo que resulta indispensable conocer las dimensiones de la cobertura vegetal de los alrededores, así como las especies más representativas de ella. Al constituirse en sitios de resguardo, alevinaje y reproducción para un gran número de peces y crustáceos, la vegetación de tipo manglar y pantanos tienen importancia trascendental en las pesquerías litorales. Por otro lado, el aporte de materia orgánica al sistema lagunar propicia una significativa cadena trófica vía detritos, que resulta en ocasiones de mayor magnitud que la que se desarrolla en la columna de agua. Por lo anterior, la identificación y cuantificación de la vegetación local es esencial con fines de preservar su estado, ya que en general estas áreas son consideradas, además, como áreas vitales o protegidas.
Fitoplancton: los productores primarios por excelencia, dentro de los cuales hay organismos conocidos como diatomeas, dinoflagelados y la porción nanofitoplanctónica — cuya talla es menor a 20 μ de diámetro. La forma más frecuente de cuantificar fitoplancton es a través de la biomasa referida en células/litro, cuyas cifras pueden ser variables según las características ambientales espaciales y temporales; para ofrecer un punto de partida en una laguna durante un florecimiento se pueden alcanzar niveles superiores o cercanos a 1,000 × 103 cel/l, pero son comunes valores de 50 × 103 a 200 × 103 cel/l.
Zooplancton: de este componente sobresale el conocido como meroplancton, que está constituido por larvas de especies bentónicas o nectónicas (ictioplancton) y que conforma una porción importante del zooplancton, principalmente desde la perspectiva temporal. La identificación de las formas larvarias resulta significativa para comprender el papel de las lagunas costeras en las fases de desarrollo de algunas especies de gran importancia comercial, como el camarón. Con base en el seguimiento de estas formas larvarias, es factible el conocimiento de las temporadas de reproducción o crecimiento de especies de peces o crustáceos.
Bentos: los componentes de la comunidad bentónica tienen, regularmente, importancia comercial. Tanto los moluscos como los crustáceos representan recursos de una especial demanda por parte del mercado de productos pesqueros, tales son los casos de jaiba, cangrejo, ostras, almejas, entre otros. Las lagunas costeras de características estuarinas resultan sitios idóneos para proyectos de cultivo de ostras, como Crassostrea virginica, molusco cuya demanda es alta en todo el país y cuyo crecimiento y desarrollo es intenso en aguas de alta productividad, por ser una especie filtradora. La ubicación de los bancos de ostión o de almejas, junto con las características que los distinguen, son elementos importantes en la evaluación de los recursos actuales y potenciales de una laguna.
Necton: compuesto principalmente por peces, organismos importantes desde un punto de vista antropocéntrico por ser un recurso alimentario de alta demanda. La pesca y sus actividades aledañas son un atributo sustancial de las lagunas costeras; en cualquier proyecto de optimización de su manejo es imprescindible el conocimiento de estos organismos, su distribución, abundancia y ciclos vitales. Como los representantes de la cúspide de la pirámide trófica, los peces están sujetos a las variaciones de los niveles energéticos anteriores y de su buen funcionamiento, esto es, de una condición adecuada en las características físico-químicas y la calidad del agua que llega a las lagunas, sobre todo tratándose de elementos contaminantes que se reflejarán en la calidad del producto final. Por otro lado, el conocimiento de la fauna local abre posibilidades de aprovechar las cadenas tróficas locales.
Para comprender cabalmente y en detalle los usos a los que se dedica el territorio y proceder a la realización de una evaluación minuciosa, es necesario primeramente conceptualizarlos como uno de los resultados de los procesos de expansión social y de desarrollo-económico, entre los cuales se presenta una red de interacciones en la que confluyen los intereses de los individuos, de grupos sociales, las directrices gubernamentales de desarrollo, las características físicas de la región, las físico-químicas e hidrológicas de los cuerpos de agua, así como la abundancia y calidad de los recursos naturales existentes.
Es en ese sustrato donde se deben buscar los procesos que a través del tiempo han generado el escenario actual. Sin embargo, no menos importante y de mayor relevancia para poder definir medidas realistas y de implementación al corto, mediano y largo plazo es analizar el panorama vigente de tendencias en el desarrollo económico, ya sean provenientes de los sectores oficiales, particulares o resultado de la dinámica social.
Así, el estudio del uso del territorio como se presenta al momento de realizarlo, debe considerarse como una unidad compleja integrada por características interconectadas de orden natural y antropogénico. De esta forma, el trabajo requerido para configurar el esquema de los usos del suelo se muestra como una labor de gran envergadura, la cual es necesario sistematizar y priorizar a fin de poder obtener en tiempo relativamente breve un panorama confiable de la situación imperante.
Por lo anterior, un aspecto al que se debe otorgar una atención cuidadosa para iniciar el trabajo, es el correspondiente a la delimitación del área de intervención, de tal forma que se cuente con visualización concreta del espacio físico que se pretende planificar (ver 4.1.). A su vez, y a partir de que es el desarrollo acuícola el que se pretende fomentar, los cuerpos de agua entendidos como lagunas, esteros, represas, cauces de aguas artificiales y naturales deben considerarse como una subunidad del entorno, a partir de la cual se debe centrar metodológicamente el estudio.
Recuadro 18: Fuentes de información acerca del uso y ocupación del territorio |
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Por la amplitud de los estudios de uso y ocupación del territorio, las fuentes de información son diversas y en la mayoría de los casos de tipo oficial. La actividad de recopilación, por lo tanto, está concentrada en instancias oficiales, tanto en su modalidad central como en las representaciones estatales y de campo, y en las dependencias gubernamentales de los Estados. Entre esas instituciones, destacan las secretarías federales o estatales de Agricultura, Ganadería y Recursos Hidráulicos; de Planeación del Desarrollo; de Recursos Naturales, Medio Ambiente y Pesca y de Minas e Industria Paraestatal; los Comités Estatales de Planeación del Desarrollo (Coplade); la Comisión Nacional del Agua (CNA) y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA). El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) cuenta con mapas temáticos y topográficos de escala 1:250,000 y topográficos 1:50,000 (en general, anteriores a 1990, y en algunos casos aún más antiguos), así como con gran diversidad de publicaciones que de manera sistemática presentan información estadística de aspectos demográficos, sociales, económicos y geográficos de los Estados costeros de México. Ahí también, en algunos casos, se pueden obtener fotografías aéreas de variadas escalas y por consulta específica a la oficina central ubicada en Aguascalientes, Ags., a través de sus representaciones locales, se puede obtener información estadística no publicada. Otras fuentes de información, particularmente de fotografías aéreas y/o imágenes de satélite, las constituyen empresas privadas, nacionales o norteamericanas. La ventaja de las imágenes de satélite es que por la forma de operación de los sensores remotos con que se obtienen, siempre se puede adquirir material altamente actualizado. También es factible la obtención de información a través de la consulta de tesis, artículos especializados e informes técnicos, pero en muchos casos su búsqueda y obtención, cuando es factible, requiere gran cantidad de tiempo y esfuerzo; además, generalmente esos trabajos están enfocados hacia aspectos muy específicos y de alcance limitado. |
Una vez que se definen los límites y se considera la subunidad “cuerpos de agua”, se procederá a categorizar las actividades humanas y la ocupación del territorio en locales, aledañas y lejanas, de acuerdo al esquema siguiente:
Actividades humanas locales: se refieren a los usos directos que se hacen de los cuerpos de agua, como pesca, acuicultura, paseos turísticos, descargas de aguas residuales y de desechos provenientes de la industria, la actividad agropecuaria y los asentamientos humanos.
Actividades humanas aledañas: se integran por aquellas actividades cuyos límites son colindantes con los de los cuerpos acuáticos. En esta categoría se presentan la agricultura de riego o temporal, la ganadería, la silvicultura, el turismo, la industria, los asentamientos humanos, las vías de comunicación terrestres, las plantas de producción acuícola, la infraestructura pesquera, los puertos y muelles industriales o pesqueros.
Actividades humanas lejanas: corresponden a las mencionadas en el inciso anterior; la diferencia de esta categoría con la precedente es que los límites físicos no tienen colindancia con los cuerpos acuáticos, pero se realizan en el ámbito del área de intervención o en la cuenca de captación del sistema lagunar estudiado.
Además, los usos del territorio se deben caracterizar según su extensión y/o intensidad, por ejemplo, para la agricultura se puede determinar la superficie que ocupa, si es de riego o temporal, su distribución territorial y los tipos y frecuencia de los cultivos. En cambio, para el uso de los cuerpos de agua como reservorios de descargas urbanas, la información es la ubicación del punto de descarga, el tipo, volumen y frecuencia de los efluentes.
Sin embargo, no todas las actividades humanas tendrán la misma influencia en los usos u ocupación del territorio; característicamente, en la zona costera, la agricultura, ganadería, silvicultura, acuicultura, pesca, turismo, industria y los asentamientos humanos son los de mayor relevancia, pero según la región específica de que se trate, algunos tendrán mayor presencia que otros; por ejemplo, en la franja costera de Quintana Roo el turismo es la actividad humana preponderante, en cambio en la de Nayarit predominan la pesca y la acuicultura.
Para poder integrar el mosaico de usos y ocupación del territorio es conveniente considerar las características de cada tipo de actividad primeramente por separado:
Pesca: esta actividad primordialmente hace un uso extractivo de recursos naturales, cuya demanda, distribución y abundancia promueven el uso diferencial de áreas o zonas de los cuerpos de agua donde la concentración de las especies comerciales sea más prometedora, así como de zonas terrestres limítrofes a los cuerpos de agua que por sus características geográficas facilitan la ubicación de infraestructura de apoyo (campamentos temporales, muelles, atracaderos, etc…).
Acuicultura: típicamente las actividades acuícolas utilizan el espacio de tres formas: la primera considera las porciones de cuerpos acuáticos que por sus características físicoquímicas, biológicas y morfológicas sean las adecuadas para el establecimiento in situ de sistemas de cultivo (p.ej. corrales para camarón). La segunda corresponde al empleo del territorio continental para la creación y operación de infraestructura específica para el cultivo de organismos acuáticos (p.ej. estanquerías e instalaciones para peces o crustáceos). La tercera consiste en es el empleo de porciones de los cuerpos acuáticos para la captura de crías o reproductores de las especies que se cultivan.
Agricultura: la agricultura representa un factor de uso intensivo de las características y potencial pedológico y del agua dulce tanto superficial como del acuífero sobre el que se localiza. Su gran importancia para la alimentación y el desarrollo económico del país impulsa a que la frontera agrícola tienda a expanderse, a que se incremente el empleo de estrategias agrícolas intensivas como la creación de distritos de riego, al control o modificación de los cauces de los ríos, a la retención de grandes volúmenes de agua por los represamientos, a la eliminación de especies nativas y a la reducción de la cubierta vegetal autóctona. La agricultura es la actividad que genera mayores cambios en el uso y características del suelo tanto por su extensión, intensidad y tasa de crecimiento.
Ganadería: la ganadería de tipo extensivo es la de mayor difusión en la zona costera y comparativamente con la agricultura representa menor intensidad del uso del suelo, pero puede causar la eliminación de superficies significativas de la cubierta vegetal o la simplificación de fracciones de ecosistemas, propiciando el desplazamiento de especies nativas al facilitar el ingreso de biota invasora. Sin embargo, su importancia para la alimentación y economía local, regional o nacional es indudable, pero conjuntamente con la agricultura son las actividades económicas que tienen el mayor pero en la modificación de las características naturales de los ecosistemas terrestres y por ende en las potencialidades y cambio del uso territorial.
Turismo: a diferencia de la agricultura y la ganadería, el turismo hace típicamente un uso más localizado y por lo tanto menos expansivo del territorio, ya sea por la infraestructura necesaria para su funcionamiento, las áreas limitadas que por sus características representan un atractivo, como las playas y las zonas de interés naturalístico. Cabe señalar que la zona costera de Quintana Roo es una excepción, ya que el turismo es la actividad eje de la economía, por lo cual su desarrollo es altamente expansivo abarcando la casi totalidad de esa zona.
Industria: su presencia en la zona costera es semejante a la del turismo, en relación a que la extensión que ocupa es limitada, pero su influencia en su entorno inmediato o no, puede propiciar fuertes modificaciones del potencial del uso del suelo y/o causar detrimento del uso actual, además de afectar el marco ambiental acuático. Su importancia económica en muchas ocasiones es indudable, como p.ej. en la región de Coatzacoalcos en el Estado de Veracruz, donde la industria petrolera es preponderante, pero también lo ha sido la transformación del entorno en el cual se inserta.
Silvicultura: actividad preponderantemente de tipo extractivo de recursos naturales que se encuentra diseminada en la zona costera, principalmente en las tierras altas; su importancia no es tan marcada como la de las actividades humanas anteriores.
Asentamientos humanos: son la expresión de la ocupación del territorio y se caracterizan en general por ser el centro local de la actividad social, política, administrativa, cultural, económica y de concentración de la población humana. En términos de la ocupación del territorio, cabe incluir en esta categoría a las vías de comunicación terrestre que según su estado y tipo pueden coadyuvar al desarrollo de la región, sin embargo de manera global México cuenta con un sistema carretero de calidad regular para la comunicación en las áreas más próximas a la línea de costa o a los sistemas estuarinos.
Existen tres aspectos del territorio que no son propiamente usos que se le otorgan, pero que influyen decisivamente en el uso potencial que se le puede asignar por lo cual es indispensable integrarlos en el análisis, estos son la distribución y tipología pedológica; el volumen, calidad y accesibilidad de las aguas subterráneas; y la distribución, porcentajes de escurrimiento y características de las aguas superficiales.
Ahora bien, la evaluación del uso del suelo y ocupación del territorio también se debe enfocar desde dos perspectivas complementarias, que son la determinación de la vocación del suelo y los usos vigentes a los que se dedica, a fin de poder establecer las incongruencias y definir acciones correctivas, así como el potencial óptimo de expansión para cada tipo de actividad humana. Esto da paso a la necesaria inclusión en el estudio, de los proyectos de desarrollo económico y social que se encuentran programados pero aún no ejecutados.
El análisis y evaluación de los usos del suelo conlleva la visualización de los conflictos actuales y potenciales que se puedan presentar a través de un cierto estilo de desarrollo socioeconómico, lo cual coadyuva en la caracterización socioeconómica de la región objetivo.
La expresión gráfica de los conflictos corresponde a la elaboración de mapas donde se ubiquen los tipos de uso y los traslapes existentes entre las distintas actividades humanas y la tenencia de la tierra y/o concesionamiento de los cuerpos de agua. Con la ayuda de información contextual de la problemática socioeconómica, esos mapas permiten determinar la ubicación física de las porciones de territorio en donde se localizan los conflictos, su distribución espacial, la extensión de terreno o cuerpos de agua involucrados y las características de los actores principales, por ejemplo, ejidos, cooperativas pesqueras, pequeños propietarios, etc… Esta forma de proceder es conveniente efectuarla por separado para los conflictos actuales y los potenciales.
Como resultado del estudio es conveniente que se alimente el sistema de información geográfico (SIG) ya diseñado y puesto en marcha (ver 4.1. y un ejemplo en la Figura 6) para el manejo, análisis, interpretación, y evaluación de la información obtenida, para la modelación de alternativas de acción, y la generación de cartografía que apoye la toma de decisiones.
La información disponible para el análisis del uso del territorio se divide en dos niveles: el primero corresponde a la de tipo general que se puede obtener de las fuentes mencionadas en el Recuadro 18. El otro es el que debe capturarse directamente en las instancias locales (tanto administrativas, como universitarias e inclusive entidades privadas de investigación) que pueden detentar y proporcionar información especialmente provechosa, aunque no publicada o de difícil acceso, sobre planes y programas de reciente desarrollo que hayan incluido un componente de estudio sobre los usos actuales y/o potenciales del territorio en el área de intervención.
Figura 6: Ejemplo de mapa de uso del territorio (caso de estudio en Nayarit)
Para entender las múltiples interacciones, tanto naturales como antropogénicas, que se manifiestan en los ambientes costeros, es imprescindible conceptualizar a estos ecosistemas como un espacio terminal de la planicie costera, influenciado por un número considerable de variables. Dentro de las naturales, es necesario comprender que las lagunas costeras están sujetas a la influencia de la estacionalidad climática, del mesoclima y microclima, de los escurrimientos terrígenos (que pueden originarse a distancias importantes tierra adentro) y de la influencia de la marea, las corrientes litorales y la dinámica oceánica como el transporte de sedimentos. Si al anterior esquema se agrega la acción no siempre benéfica del hombre en el entorno terrestre o inclusive dentro del sistema acuático, es de esperarse que riesgos ambientales de todo tipo se reflejen drásticamente, sobre todo cuando se pretende establecer estrategias para el aprovechamiento acuícola de la laguna.
Con base en los conocimientos bióticos-abióticos que se tienen sobre los ecosistemas costeros se puede afirmar que las principales causas de la alteración de estos ambientes son las reportadas en el Recuadro 19, junto con sus efectos correspondientes. Además, es oportuno considerar lo siguiente:
Los mecanismos que hacen acumular nutrientes (compuestos nitrogenados y fósforo) también contribuyen a acumular substancias contaminantes.
La destrucción de áreas productoras de detritos (pantanos, manglares y zonas de pastos marinos), reduce drásticamente la productividad natural y limita directa e indirectamente el potencial de recursos.
Las cadenas alimentarias son particularmente susceptibles a interferencias humanas.
A pesar de que, generalmente, los organismos de zonas estuarinas y lagunares presentan mayor tolerancia a cambios de salinidad y temperatura en el agua que los estrictamente marinos, cabe mencionar que dichos organismos están cercanos a sus propios límites de tolerancia y pueden verse alterados significativamente, por cualquier presión adicional, ya sea natural o generada por la contaminación.
Recuadro 19: Principales causas antropogénicas de alteración y sus efectos en los sistemas lagunares costeros | |
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Causa | Efecto (s) |
Deforestación en tierras altas. | Azolvamiento, cambios en los hábitats lagunares, aportes adicionales de nutrientes y contaminantes. |
Represamiento o desvío de cauces de ríos y canales | Salinización, pérdida de hábitats lagunares, sobrecalentamiento. |
Actividades industriales en tierras altas sin control de desechos. | Contaminación por metales pesa dos, hidrocarburos y elementos tóxicos. |
Agricultura tecnificada | Contaminación por biocidas y eutroficación por fertilizantes. |
Ganadería extensiva. | Deforestación y eliminación del borde vegetativo circundante. |
Eliminación del borde vegetativo circundante y en los canales. | Cancelación de la entrada de materia orgánica, entrada adicional de contaminantes, propiciamiento de erosión circundante, cambios en los hábitats lagunares. |
Asentamientos humanos. | Contaminación por descargas de aguas negras. |
Abertura de bocas de comunicación con el mar mal planificadas. | Salinización de agua o suelos aledaños y mantos freáticos, cambios en los hábitats lagunares. |
Dragados y canalizaciones mal planificadas; extracción de la vegetación sumergida, emergida y circundante | Anoxia, resuspensión de materiales tóxicos para la biota lagunar; alteración de áreas colindantes previamente sanas y productivas; incremento de turbidez en la columna de agua, que afecta negativamente los procesos fotosintéticos de los productores primarios y otras funciones metabólicas. |
Bajo esta perspectiva, los elementos que llegan a constituirse en disturbios ambientales se pueden clasificar en externos e internos y, en particular:
Externos naturales: provocados por eventos en la macroescala climática como son: tormentas, ciclones, inundaciones o huracanes. Generalmente estos fenómenos están ubicados, clasificados y calificados en su intensidad y frecuencia en ciertas regiones litorales, lo que debe tomarse en cuenta antes de establecer estrategias de uso y manejo.
Externos antropogénicos: se asocian a aportes, muchas veces indeseables, que alteran y afectan severamente la calidad del agua, como los desechos provenientes de asentamientos humanos e industriales, ya sea en los alrededores o lejanos, pero que están relacionados con la laguna por vía fluvial; el cambio en los volúmenes usuales de los ríos derivado de represamientos o desvíos de cauces; y, finalmente, la deforestación y las actividades intensivas de agricultura tecnificada o ganadería extensiva en tierras altas. Desde la perspectiva de los diferentes elementos contaminantes, los externos antropogénicos pueden derivarse a partir de las siguientes fuentes:
Industriales: las actividades industriales en las inmediaciones de la laguna sin contar con un estricto control de sus desechos son totalmente indeseables; de los desechos derivados de la industria, sobresalen los metales pesados como el plomo, el cadmio, el mercurio y el níquel. Los hidrocarburos generalmente provienen de diferentes fases en la producción y refinamiento del petróleo, y destacan los hidrocarburos policíclicos alifáticos (PAH's); por último, la introducción de sustancias tóxicas relacionadas con diferentes actividades industriales como ácidos, aceites, sustancias cáusticas, entre otras. La contaminación generada por las actividades industriales suele ser en general puntual pero distribuida por la dinámica acuática y frecuentemente persistente, aumentando así su peligrosidad y haciendo más difícil su mitigación.
Agropecuarios: los contaminantes están representados por diferentes clases de biocidas y fertilizantes. De estas actividades económicas cabe destacar a la ganadería, practicada tradicionalmente en las zonas costeras y que se constituye en una de las más dañinas, al inducir y fomentar la deforestación de tierras, tanto altas como aledañas. Además, es importante considerar los efectos de la fumigación aérea en cultivos intensivos.
Asentamientos humanos: los principales riesgos de contaminación derivados de asentamientos ribereños o inclusive los ubicados en tierras altas pero relacionadas con la cuenca hidrológica de la zona lagunar, se debe a que no se cuenta con un tratamiento adecuado de sus aguas negras, lo que propicia la presencia de una cantidad considerable de bacterias coliformes y patógenas asociadas a éstas, como Shigella, Salmonella, Vibrio y el virus de hepatitis, que constituyen especial peligro por su acumulación en los organismos filtradores, como el ostión. Además, se introducen toda clase de elementos dañinos al sistema y sustancias no biodegradables.
Internos naturales: la presencia de vegetación circundante cuya degradación foliar natural genera una gran cantidad de materia orgánica puede provocar, en ocasiones, anoxia y mortandad de organismos; en otros casos, el aislamiento de ciertas áreas lagunares a la circulación general de la laguna, aunado a la tendencia natural de estos ecosistemas a la eutroficación, propicia sitios hipereutróficos en donde las drásticas variaciones de oxígeno (llegando inclusive a la anoxia nocturna), representan una limitante importante. Otro lo es el azolvamiento natural de los ecosistemas costeros, ya que éstos se encuentran inmersos en un proceso continuo de progradación geológica debido a las elevadas tasas de sedimentación. Finalmente, y dentro de las variaciones normales de la salinidad, hay que tomar en cuenta, en algunos casos, la tendencia a la hipersalinidad.
Internos antropogénicos: en una relación más estrecha con el sistema están las acciones antrópicas en las inmediaciones o en el interior de los sistemas lagunares, como tala inmoderada de manglar y/o vegetación circundante, las obras mal planificadas de dragado, canalización y abertura de bocas, el lavado de embaracaciones de gran calado, el establecimiento de oleoductos o de torres para conducción de electricidad, la construcción de plantas termoeléctricas y sus desechos de agua con mayor temperatura que la normal (de por sí elevada en la mayoría de las lagunas). Desde el punto de vista socioeconómico, cabe resaltar la sobrexplotación de los recursos naturales disponibles y la práctica de métodos de captura no selectivos.
Dragados: las obras mal planificadas de dragado y canalizaciones en el interior lagunar generalmente ocasionan alteraciones dañinas a un mediano plazo; la remoción de materiales orgánicos y arcillosos de los sedimentos conlleva generalmente a la resuspensión de contaminantes otrora atrapados e inmovilizados en los fondos lagunares.
Desechos acuícolas: las aguas provenientes de las actividades acuícolas, por su naturaleza, tienden a incrementar las tendencias a la eutroficación del sistema.
Construcciones: cualquier tipo de construcción que eventualmente interrumpa los flujos acuáticos dentro de la laguna, provoca un incremento en el azolvamiento de las lagunas, que normalmente manifiestan tasas elevadas de sedimentación, y cambios de salinidad.
Todos estos factores pueden provocar que, en ciertos casos, las recomendaciones derivadas de una evaluación exclusivamente local sean nulificadas por circunstancias externas al sistema lagunar.
Debido a la complejidad y al costo de la cuantificación de los compuestos indicadores de un tipo de contaminación particular, es necesario establecer cuidadosamente tanto los sitios, como la frecuencia de muestreo. Para lo anterior, es imprescindible ubicar las posibles fuentes de contaminación y la frecuencia de sus emanaciones para determinar la periodicidad de los muestreos y el tipo de análisis químico requerido.
Los contaminantes de origen industrial y de asentamientos humanos, generalmente son constantes y se incrementan con el aumento de la producción y el crecimiento de la población, respectivamente. Los provenientes de actividades agrícolas, usualmente están ligados a los ciclos de las actividades de cultivo, entre los que destacan: turbidez (siembra), desechos orgánicos (cosecha), biocidas (eliminación de plagas), fósforo y nitrógeno (fertilización). Por consiguiente, la frecuencia idónea de muestreo para los desechos industriales y de asentamientos humanos es de uno cada 15 ó 20 días, determinando, para los primeros, metales pesados y/o hidrocarburos y, para los segundos, bacterias coliformes y patógenas asociadas; en cambio, para los agrícolas se debe realizar de manera concomitante al ciclo de los principales cultivos aledaños.