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El abastecimiento de combustible en Nairobi: La importancia de las pequeñas empresas de fabricación de carbón vegetal

M. Kinyanjui

Maxwell Kinyanjui es miembro asociado de la Agroenergy Ltd, Kenya. Recibió de la FAO el encargo de preparar un informe sobre las empresas productoras de carbón vegetal que operan en Nairobi, como parte de la labor cada vez mayor de la FAO sobre la contribución de las pequeñas empresas forestales al desarrollo. El presente articulo es una versión de ese informe.

La información disponible indica que la economía del carbón vegetal en Kenya, aunque poco documentada o conocida, tiene una importancia estratégica para el abastecimiento doméstico de energía, la obtención de ingresos y los cambios en los sistemas de aprovechamiento de la tierra. Los combustibles derivados de la madera, y especialmente el carbón vegetal, no pueden ya considerarse como «no comerciales». De hecho, el carbón vegetal se ha convertido en un producto muy comercializado que antes proporcionaba a Kenya sumas considerables de divisas, y que ahora es probablemente el que más ahorros de importación produce en el sector energético del país. En el presente artículo se ilustra, mediante un ejemplo, la diversidad y complejidad de funcionamiento de este tipo de pequeñas industrias.

SUMINISTRO DE CARBON VEGETAL A NAIROBI un cuarto de la energía urbana local de Kenya

· No hay datos fiables que indiquen con precisión cuándo se convirtió el carbón vegetal en un combustible doméstico popular en Kenya. Parece, sin embargo, que su uso pasó a ser corriente cuando comenzó la urbanización y empezó a utilizarse el hornillo metálico tradicional - el jiko - que se introdujo en el país hace unos sesenta años procedente de la India. Según la información facilitada por los productores de carbón vegetal, la obtención de este combustible, sobre todo en las regiones costeras y centrales de Kenya, se habla convertido ya en 1915 en una actividad lucrativa, y en el decenio de 1950 comenzó una activa comercialización del producto.

En los decenios siguientes, la producción de carbón vegetal aumentó en importancia y en difusión geográfica al acelerarse el proceso de urbanización y mejorar las carreteras de acceso al país. El comercio se extendió hasta el valle del Rift, en Kenya occidental y, por último, hasta las zonas remotas, áridas y semiáridas, de la región septentrional. Hasta finales del decenio de 1970, las materias primas para el carbón vegetal parecían ser inagotables por su abundancia y gratuidad. Las reservas forestales del Gobierno, pastizales abiertos, zonas altas de las cuencas hidrográficas y regiones de las llanuras semiáridas, se convirtieron en la principal fuente de suministro de ese combustible.

Durante años, los factores dinámicos fundamentales de la expansión de la industria del carbón vegetal en Kenya han sido el crecimiento urbano acelerado, el desmonte de las tierras agrícolas y la rentabilidad del sector, especialmente para los intermediarios.

Durante los últimos veinte años, la parte correspondiente al carbón vegetal en el consumo total de energía del país ha aumentado al 6 por ciento, y actualmente representa el 26 por ciento del consumo total de energía en el sector doméstico. Entre 1975 y 1985, el consumo estimado de carbón vegetal aumentó en un 192 por ciento. Para hacer frente a esta demanda, que se centra sobre todo en las zonas urbanas, hay más de 40000 carboneros que trabajan a tiempo completo, o de forma itinerante o intermitente en la producción de ese combustible. Diariamente, flotas de camiones transportan el carbón a los centros urbanos donde una extensa, aunque no definida, red de intermediarios y minoristas se dedica exclusivamente a la distribución del combustible entre los consumidores. La demanda de carbón vegetal crece actualmente a un ritmo del 6,7 por ciento anual, que es casi dos veces el de la leña.

Hasta 1975, año en que se prohibió la exportación, la venta de carbón vegetal era una importante fuente de divisas para Kenya. Según los datos a disposición del Departamento Forestal, entre 1970 y 1974 Kenya exportó 362693 toneladas por un valor de 240 millones de KSh. Antes de que se prohibiera la exportación, el principal importador de carbón vegetal de Kenya era una fábrica de cemento en Tororo (Uganda). El carbón vegetal exportado a los mercados exteriores como Kuwait (40 por ciento de las exportaciones totales) y al norte de Europa se producía con materia prima procedente de los manglares costeros, cuyas existencias disminuían rápidamente.

Aunque no es probable que en un futuro cercano Kenya vuelva a convertirse en país exportador de carbón vegetal, este producto seguirá siendo una importante fuente - probablemente la principal de ahorro de divisas en el sector energético.

Empresas productoras de carbón vegetal

Las zonas de producción de materia prima para el carbón vegetal que abastece a Nairobi están situadas dentro de un radio de 118 km de la ciudad, si bien se sabe que, en condiciones difíciles y cuando se imponen restricciones oficiales en las zonas tradicionales de producción, esa distancia puede llegar a los 300 km. El sistema de producción abarca tres zonas agroecológicas principales: la zona semiárida con un bajo potencial, donde el volumen de precipitaciones anuales no llega a los 750 mm, la zona de tierras altas de gran potencial que recibe más de 1000 mm de lluvia anualmente y la zona de tierras altas de potencial medio con unas precipitaciones anuales de 760 - 900 mm.

Por lo general, las empresas que se dedican a la producción de carbón vegetal en Kenya, y sobre todo las que abastecen a la ciudad de Nairobi, operan en pequeña escala; los propietarios y los encargados de la gestión son los propios carboneros, muy experimentados en el sistema tradicional de fabricación consistente en pilas de leña recubiertas con una capa de tierra. Hasta ahora, esas empresas operan en el sector informal y, debido a su carácter itinerante y a la índole ocasional y a menudo clandestina de sus operaciones, están aún poco estudiadas y no se tiene una idea muy clara de ellas. Las entidades preocupadas por la conservación del medio ambiente han llegado a considerar a los productores de carbón vegetal como agentes de destrucción del medio.

A fin de establecer algunos criterios para analizar esas empresas, se realizó un número limitado de encuestas. Las empresas incluidas en las muestras se dividían en tres clases; empresas pequeñas, que producen menos de diez sacos por ciclo de carbonización y que abastecen sobre todo a los consumidores locales, quedándoles un pequeño superávit que venden en los caminos a los consumidores que se dirigen a la ciudad; empresas de tamaño medio que producen de 10 a 100 sacos por ciclo y venden el carbón vegetal a transportistas con sede en Nairobi, y empresas grandes que producen más de 100 sacos por ciclo y contratan suministros a largo plazo con determinados transportistas establecidos en Nairobi.

En las empresas que operan en pequeña escala trabajan carboneros calificados y una o dos personas mas, pertenecientes por lo general a su familia. En las empresas de tamaño medio trabajan hasta cinco obreros no calificados y en las de tamaño grande, pueden trabajar de 15 a 20 personas durante un ciclo de producción.

De las empresas incluidas en el muestreo, el 26 por ciento operaba en pequeña escala, el 64 por ciento a escala media y el 10 por ciento en gran escala. Las empresas pequeñas y medianas actúan por lo general en las zonas de bajo potencial mientras que, previsiblemente, las que operan en gran escala lo hacen en la zona de elevado potencial. De acuerdo con la frecuencia de su actividad, se pueden dividir en productoras a tiempo completo, estacionales y ocasionales.

El número de productores de carbón vegetal a tiempo completo esta disminuyendo rápidamente. Sólo el 3 por ciento de los entrevistados afirmaron que la producción de carbón era su ocupación cotidiana o la fuente de la mayor parte de sus ingresos. Por lo general, son personas experimentadas, con más de 10 años en el oficio. Operan en su mayor parte en la zona de alto potencial y obtienen los árboles de bosques públicos o de cotos forestales privados.

Los productores estacionales diseminados en las tres zonas principales representaban el 78 por ciento de las empresas objeto de la encuesta, y se dedican a esa actividad cuando hay madera cortable en las arboledas existentes, o durante las sequías u otras situaciones de escasez. Algunos productores estacionales fabrican carbón cuando hay que pagar la matricula en las escuelas o siempre que tienen una necesidad imperiosa de dinero.

Si bien las empresas de producción a tiempo completo y las estacionales pueden utilizar métodos bastante «profesionales», los que producen carbón vegetal en forma esporádica o infrecuente, que representan el 19 por ciento de la muestra, utilizan generalmente instalaciones provisionales. Los productores esporádicos suelen operar en zonas donde, por estarse realizando el desmonte de nuevas tierras, se pueden conseguir árboles gratuitamente o sin pagar casi nada. Mientras que los productores a tiempo completo y los estacionales suelen iniciar ellos la tala de árboles para fabricar carbón, los esporádicos u ocasionales aprovechan por lo general los árboles ya cortados para otros fines.

En Kenya, se utilizan dos técnicas principales para la producción de carbón vegetal: el sistema tradicional (una pila de leña recubierta de tierra), y el horno de ladrillos de tipo Missouri. El carbón vegetal producido en hornos de ladrillo en la fábrica de la East African Tanning Extract Company, situada en Eldoret, es dé 7000 a 8000 toneladas anuales pero, debido a los elevados gastos de transporte, sólo una parte insignificante de esa cantidad llega a Nairobi. Las empresas dedicadas al carboneo que abastecen el mercado de Nairobi, utilizan la pila tradicional recubierta de tierra y según la encuesta, realizan dos tipos de producción: la tradicional de alto rendimiento y la tradicional de bajo rendimiento.

La principal distinción entre esos dos sistemas es que en el primero se utilizan métodos de carboneo más eficaces que permiten un mayor aprovechamiento de la madera. Las empresas de alto rendimiento utilizan hornos más grandes - que producen más de 100 sacos por ciclo de carboneo - y disponen de una cantidad mucho mayor de biomasa, hierbas u hojas, que permiten controlar mejor el proceso de carbonización. Las empresas de escaso rendimiento están situadas en las zonas de producción semiáridas y emplean a carboneros eventuales o itinerantes.

Las empresas que abastecen de carbón a Nairobi pueden clasificarse según el sistema de producción de los recursos que utilizan; el sistema de autorregeneración de la materia prima, el de recuperación, y el de erradicación.

Las empresas de tamaño pequeño y medio de las zonas semiáridas de potencial medio operan en su mayor parte mediante la recuperación y erradicación. El único sistema de producción de cierta importancia que permitía la autorregeneración de las materias primas, se observó en las zonas altas y utilizaba Acacia mearnsii y en menor grado Eucalyptus (véase Cuadro 1).

Cuadro 1. Zona de alto potencial: árboles a la producción de carbón vegetal

Nombre toral

Nombre científico

Región

Muthanduku

Acacia mearnsii

Aberdares oriental

Mutamaiyu

-

Aberdares oriental, Monte Kenya

Mununga

-

Mwiga, Nyeri, Narok

Mugaa

Acacia sayal

Kitui, Machakos, Narok

Mukinduri

Croton megalocarpus

Valle del Rift, Machakos

Muteero

-

Aberdares oriental, Monte Kenya

Mubao

Eucalyptus saligna

Molo, Narok

Mukane

-

Aberdares oriental, Nyahururu

Mwaawansi

-

Machakos, Chyulu

Fuente: encuestas y entrevistas sobre el terreno, 1985.

Sin embargo, los niveles de producción de esas empresas de fabricación de carbón vegetal no excluyen necesariamente a los otros en sus zonas de operación. Por ejemplo, no es raro encontrar un productor en gran escala, a tiempo completo o estacional, que utilice el sistema de recuperación de materia prima cuando se presenta la oportunidad.

La mayor parte de los productores, en todos los niveles, se dedican también a otras actividades; a la explotación agrícola o ganadera, o al trabajo como obreros agrarios asalariados. Las empresas productoras de carbón no se ocupan del transporte y venta de su producto en Nairobi, lo cual les permitiría aumentar sus ingresos.

Por lo general, los beneficiarios directos de los ingresos procedentes de la producción de carbón vegetal son los dueños de los árboles, los desempleados, las personas que no poseen tierra y los pequeños agricultores y pastores. La Junta de Producción de Distrito y el Departamento Forestal, obtienen pequeños ingresos con los impuestos locales y la concesión de licencias. Los hogares locales aprovechan la leña, que por lo general es un subproducto de la fabricación de carbón vegetal.

No se ha observado ninguna tendencia al establecimiento de empresas dedicadas exclusivamente a la producción de carbón vegetal. La participación de ese tipo de empresas en el sector sigue siendo insignificante y no hay intentos de organizar la industria en forma de cooperativas.

Las empresas abastecen de carbón vegetal a Nairobi ya sea vendiéndolo directamente a los transportistas, ya sea en pequeñas cantidades en puestos situados al borde de la carretera a los viajeros que se dirigen a la capital. Los productores a tiempo completo y estacionales tienen como principales clientes a los camioneros. La red que se ha formado para el transporte del carbón constituye un segundo tipo de empresas que tienen una función decisiva en la industria carbonera de Kenya.

Empresas de transporte y distribución

En el transporte de carbón vegetal a Nairobi y su distribución a los consumidores, intervienen un número todavía no determinado, pero alto, de transportistas, distribuidores, ciclistas e incluso conductores de carros tirados por asnos. Por ferrocarril y en automóviles privados se transportan cantidades más pequeñas. Antes de alcanzar su destino final en Nairobi, el carbón experimenta distintas modalidades de transporte.

La primera es desde el horno hasta la carretera, en los lugares donde los camiones no pueden llegar al horno. De ese transporte se encargan los carboneros llevando los sacos sobre la espalda o utilizando carretillas. En algunos lugares, se utilizan los asnos o los carros tirados por ellos y, por lo general, los gastos de transporte no se computan en términos monetarios, y se consideran parte de los costos de producción.

El segundo sistema consiste en transportar el carbón desde el horno hasta los puestos al borde de la carretera, donde lo compran los mayoristas o minoristas de Nairobi. Las empresas de ese tipo han aumentado tanto en número como en complejidad de funcionamiento. Los 7 ó 10 camiones, generalmente viejos y pertenecientes a un solo dueño, transportan a Nairobi más de 87000 toneladas métricas de carbón anualmente. Esos camiones constituyen empresas gestionadas por los propietarios, que utilizan un conductor y dos o tres obreros.

Por término medio, los camiones transportan de 200 a 250 sacos de carbón por viaje, y el 60 por ciento aproximadamente de los camiones incluidos en la encuesta se dedicaban exclusivamente al transporte de carbón vegetal. Es frecuente también que el transportista sea al mismo tiempo el distribuidor, o que invierta en el carbón transportado. La operación es de fácil gestión. El propietario del camión contrata a un conductor, entrega una determinada cantidad de dinero para la compra de combustible, la obtención de la licencia y el mantenimiento del vehículo y espera en Nairobi dos o tres días después a que le devuelvan el capital invertido más un beneficio fijado de antemano.

El transporte del carbón desde el lugar donde lo descargan los transportistas hasta el consumidor se realiza en carretillas de mano - mkokoteni - y en bicicleta. Por lo general en las carretillas se transportan hasta 10 sacos de carbón desde los puestos donde se realiza la venta al por mayor hasta los de la venta al por menor. En las bicicletas, que por lo general son de propiedad de los vendedores de carbón, se lo transporta hasta los hogares, restaurantes e instituciones públicas donde se vende a precio de mayorista. Una de las formas de competencia entre los vendedores es la venta a domicilio.

Empresas de venta al por mayor y al por menor

Las pequeñas empresas al aire libre, gestionadas por sus dueños, que se dedican a la venta al por mayor y al por menor de carbón vegetal en los centros urbanos de Kenya, son quizás las que ofrecen el mayor número de puestos de trabajo a tiempo completo en toda la industria carbonera. En Nairobi, las empresas vendedoras están instaladas en terrenos públicos, generalmente en zonas reservadas de las carreteras o calles, dentro de las zonas residenciales de la ciudad. Los vendedores deben obtener licencia de vendedor ambulante de la Junta Municipal, y a algunos de ellos se les han concedido licencias temporales para ocupar los terrenos correspondientes. Cabe distinguir dos niveles de operaciones: el de los mayoristas que venden solamente sacos enteros de carbón y el de los minoristas que, aunque venden también sacos enteros, despachan por lo general cantidades menores medidas en latas y otros recipientes.

Cuadro 2. Empresas de producción de carbón vegetal que abastecen a Nairobi

Empresas

Total de puestos de trabajo por empresa

Características típicas

Capital inicial mínimo necesario

Tipo principal

Principales niveles y tamaño/producción

Propiedad

Tecnología

Frecuencia de producción

Empresas productoras de carbón vegetal

Pequeña: menos de 10 sacos/ciclo de carbonización

2

Productor

Sistema tradicional de pila recubierta de tierra

Infrecuente

Insignificante

Media: hasta 100 sacos/ciclo de carbonización

5

Productor

Sistema tradicional de pila recubierta de tierra

Estacional

700 KSh

Grande: más de 100 sacos/ciclo de carbonización

15-20

Productor

Horno

Estacional y a tiempo completo

1000 KSh

Empresas de transporte y distribución

Transportistas/distribuidores Entrega de hasta 1000 sacos al mes

4

Propietario del camión

Camiones diesel

Estacional y a tiempo completo

60-000 KSh




Bicicletas y carretillas

A tiempo completo

n.d.





A tiempo completo


Empresas mayoristas y minoristas

Mayoristas solamente 500 sacos/mes

2-3

Empresario/familia

Terrenos al aire libre

A tiempo completo

5000 KSh

Mayoristas y minoristas 194 sacos/mes

1-2

Empresario/familia


A tiempo completo

100 KSh

Fuente: encuesta de campo del autor, 1985.

Cuadro 3. Acacia mearnsii. Ingresos anuales estimados de una parcela arbolada de 1 ha en la zona montañosa durante un ciclo de siete años (KSh de 1985)

Año de crecimiento

Producto obtenido

Tamaño (diámetro basal)

Cantidad

Precio medio/unidad (KSh)

Ingresos brutos estimados (KSh)

1

Palos

2,8 cm

400

0,5

200

2

Cerchas

5,5 cm

90

6

540

3

Vigas

8,0 cm

200

6,5

1300

4

Postes/estacas

9,5 cm

150

10

1500

Leña


4 pilas

200

800

5-6

Postes/estacas

11 cm

35

13

455

Leña

11 cm

1,5 pilas

200

300

7

Varas

11 cm

4 toneladas

400

1600

Cortezas

11 cm




Leña

11 cm

5 pilas

200

1000

Arboles

11 cm

360

16

5760

Producción de carbón vegetal

11 cm

270 sacos

30

8100

Fuente: basado en datos y medidas obtenidos por el autor durante una encuesta a propietarios de parcelas arboladas y a carboneros, en septiembre de 1985.

De una muestra de 50 vendedores de carbón de Nairobi, solamente el 6 por ciento afirmó que vendía exclusivamente sacos enteros. Se trataba en general de personas que dirigían el negocio con dos o tres socios.

Los vendedores al por menor son más numerosos y emplean a hombres, mujeres y niños. En algunas zonas residenciales muy pobladas, como Kawangware, Kangemi y el valle de Mathare, más del 95 por ciento de los vendedores de carbón que trabajan a tiempo completo son mujeres que venden a la puerta de sus casas o en la calle. La mayoría de ellas reciben ayuda de los hijos pequeños, y realizan la actividad como negocio familiar. En otras zonas residenciales, son en general los hombres los dueños y gestores de los negocios de venta de carbón, y representan el 85 por ciento de los minoristas y mayoristas incluidos en la encuesta.

Las empresas vendedoras de carbón vegetal dan empleo estable por cuenta propia a los participantes. El periodo medio en que éstos se hablan venido dedicando a la venta de carbón a tiempo completo era de tres años, si bien cerca del 8 por ciento de los vendedores incluidos en la muestra habían trabajado exclusivamente en este tipo de negocio durante más de 20 años. Las empresas vendedoras almacenan unos 90 sacos de carbón, equivalentes a una inversión de capital de 4989 KSh. Las empresas más pequeñas pueden tener hasta un solo saco de reserva. Según la información recogida, las ventas medias diarias oscilaban entre 5,4 sacos en la estación calurosa hasta 10 en la estación fría y húmeda.

Los minoristas indicaron asimismo que cada uno de ellos compraba 194 sacos al mes a los transportistas/distribuidores. Pueden calcularse por lo tanto unas ventas medias diarias de 6,6 sacos por empresa. Después de las empresas de transporte/distribución, las que obtienen un margen de beneficios más alto son las de venta al por mayor y al por menor. Las empresas de venta están aumentando en número más que en tamaño, y tienden a aparecer en cada nueva zona residencial que se establece (véase el Cuadro 2).

Aumento de los beneficios a medida que el carbón pasa del productor al distribuidor

El cálculo de la rentabilidad de las fábricas de carbón vegetal se basa en su mayor parte en conjeturas, debido a la falta de documentación sistemática en este sector. Sin embargo, los datos e información disponibles obtenidos en las pocas encuestas realizadas indican que la industria del carbón vegetal proporciona beneficios económicos apreciables a los inversores. La rentabilidad, en este caso, equivale aproximadamente a los ingresos netos registrados o estimados del propietario o de los trabajadores. Una característica digna de tener en cuenta con respecto a la rentabilidad es su variación según las zonas geográficas, los tipos de empresa y el nivel de operaciones de éstas. Los beneficios netos aumentan a medida que el producto pasa de un tipo de empresa a otro en la red de producción y distribución. Las tasas de beneficios son desproporcionadamente mayores entre las empresas de transporte y comercialización que entre las de producción y elaboración, característica que es típica de otros productos agrícolas comercializados en zonas urbanas.

A continuación se intenta hacer una evaluación de la rentabilidad de varios tipos y niveles de empresa. Debido a la falta de datos fidedignos, estos cálculos deberán considerarse indicadores aproximados de la importancia relativa de este sector como fuente de ingresos.

Propietarios de árboles

La rentabilidad o los ingresos percibidos por los propietarios de los árboles puede expresarse de dos formas: los ingresos en efectivo obtenidos de la venta de los árboles, o los ingresos en especie obtenidos del intercambio de árboles por trabajo en la explotación agrícola o por otro producto o servicio. Los pagos en efectivo a los propietarios o arboricultores son más habituales y continuos en las zonas de gran potencial de producción. Los ingresos en especie son más habituales en las tierras de pastos, donde los propietarios de la tierra pueden pagar a sus obreros con árboles para la producción de carbón cuando éstos ayudan al desbroce de la tierra para el cultivo o para pastos.

En el Cuadro 3 se da una estimación de los ingresos anuales de una parcela arbolada de una hectárea en la zona montañosa. En la mayoría de los casos, cerca del 38 por ciento de los ingresos brutos, estimados para una hectárea en 21555 KSh durante un ciclo de siete años, van a parar al carbonero en lugar del arboricultor. La razón es que la mayor parte de los propietarios de árboles prefieren venderlos a producir ellos mismos el carbón.

Se ha elegido en este caso la acacia negra, no porque sea la especie típica utilizada para la producción de carbón vegetal en Nairobi, sino porque existen datos económicos más verificables sobre ella, y este sistema de producción demuestra la utilidad de un árbol de usos múltiples para la producción de carbón.

Los factores determinantes de la cuantía de los ingresos netos obtenidos por los propietarios de los árboles utilizados para producir carbón vegetal son diversos. En primer lugar, el sistema de utilización de los árboles determinará no solamente los ingresos netos de los propietarios, sino también el costo definitivo de los árboles para el carbonero. Suponiendo que todos los productos que figuran en el Cuadro 3 fueran recogidos y comercializados por el dueño de los árboles, se podrían calcular unos ingresos brutos de 21555 KSh para un ciclo de crecimiento de siete años, con un rendimiento medio de 3000 KSh anuales por hectárea. Esta cantidad podría considerarse como los ingresos anuales del propietario, si hubiera suministrado toda la mano de obra, cosa que no sucede en la mayoría de los casos. Lo más frecuente es que el agricultor venda directamente los árboles a los carboneros, en cuyo caso sus ingresos anuales son mucho menores. En una muestra de 42 propietarios de parcelas arboladas de acacias negras, solamente el 6 por ciento afirmaron haber obtenido beneficios por encima de los 2150 KSh anuales por hectárea en las zonas montañosas, cantidad que está muy por debajo de los beneficios obtenidos con el cultivo del té o del café, o con el trabajo agrícola.

Otro factor determinante de los ingresos de los propietarios es la especie arbórea utilizada. Las frondosas de usos múltiples son las que alcanzan precios más altos. Por ejemplo, un tronco de acacia negra de cuatro años de edad se cotiza a 10 KSh, mientras que por un tronco similar de eucalipto el dueño recibe 4 KSh.

Como en todos los demás tipos de empresas dedicadas a la producción de carbón vegetal, las variaciones estacionales de la demanda de carbón y las necesidades presupuestarias domésticas son también factores determinantes de los ingresos de los propietarios de árboles. Cuando la demanda de carbón es elevada, los árboles podrán venderse a un precio superior, y cuando sea necesario pagar las tasas escolares u otros gastos domésticos obligatorios el arboricultor puede vender a precios de «liquidación».

Si bien el mantenimiento de parcelas arboladas para la producción de carbón vegetal no parece ser una empresa muy rentable para el dueño, las ganancias obtenidas con ese tipo de producción pueden considerarse altas si se tiene en cuenta que suelen dedicarse a tal fin sólo las tierras baldías, no aptas para otro tipo de producción agraria. Además, el arboricultor no tiene que invertir prácticamente ningún capital y puede obtener unos ingresos sin aportar ningún trabajo propio. El precio de los árboles destinados a la producción de carbón vegetal oscila entre 6 KSh en las zonas de bajo potencial y 18 KSh en las zonas de alto potencial por un árbol que dé de dos a tres sacos de carbón. Los ingresos que obtienen los propietarios de los árboles y de la tierra constituyen un incentivo importante para que los sistemas continuos de fabricación de carbón vegetal se utilicen solamente en las zonas de alto potencial.

En general, puede afirmarse que el cultivo de árboles para la producción de carbón vegetal en las zonas que abastecen el mercado de Nairobi no constituye un sistema capaz de competir en rentabilidad con otros modos en que el agricultor puede utilizar la tierra.

No parece existir ningún sistema de producción de árboles destinados a la producción de carbón que garantice unos ingresos al productor comparables por su cuantía y regularidad a los obtenidos con otros sistemas de utilización de la tierra entre los productores que abastecen a Nairobi. En general, puede afirmarse que el cultivo de árboles para la producción de carbón vegetal en las zonas que abastecen el mercado de Nairobi no constituye un sistema capaz de competir en rentabilidad económica con otros modos de utilización de la tierra por el agricultor. Ello puede explicar en parte la rápida desaparición de materias primas para la producción de carbón vegetal en torno a la ciudad.

Productores de carbón vegetal

La producción de carbón vegetal en todas las zonas que abastecen el mercado de Nairobi constituye una actividad generadora de ingresos firmemente establecida, que produce más beneficios - como se ha visto - a los que fabrican ese producto que a los propietarios de los árboles. En algunas partes del distrito de Embu, al norte de Kenya, por ejemplo, producir carbón vegetal solamente dos veces al año con los árboles de una hectárea de tierra produce más beneficios que el cultivo de una hectárea de algodón, a lo cual se añade la ventaja de no tener que invertir ningún capital ni efectuar gastos, y de necesitar mucha menos mano de obra.

En dos o tres días, una persona sola puede cortar madera suficiente para producir de 10 a 15 sacos de carbón vegetal. Después de unos 10 días de trabajo para construir el horno y vigilar el proceso de carbonización, se obtendrá carbón por un valor de unos 390 KSh. Por consiguiente, un carbonero puede ganar por término medio 39 KSh al día durante el ciclo de carboneo, cantidad que es casi dos veces y media la del salario mínimo oficial de los trabajadores agrícolas no calificados.

Un obrero no calificado que trabaje en una empresa carbonera gana por término medio de 20 a 25 KSh al día, cantidad que supera en 5 a 10 KSh el jornal de un trabajador agrícola.

Los principales factores que determinan la mayor o menor rentabilidad de la producción de carbón vegetal son, entre otros, la tecnología utilizada, la eficacia de la operación, la distancia de los principales mercados, el costo local de los insumos y las especies de árboles utilizadas. Los hornos de mayor tamaño (que producen más de 100 sacos por ciclo de carbonización) utilizados por los fabricantes en gran escala, parecen ser más productivos y rentables que los de menor tamaño (los cuales producen menos de 10 sacos por ciclo de carbonización).

Rentabilidad del capital invertido en la producción de carbón vegetal

Es bastante elevada y los beneficios, generalmente garantizados, se obtienen de manera rápida. Por ejemplo, los productores incluidos en la muestra correspondiente a la zona de montaña invierten por término medio 16 KSh en la compra de un árbol que produce por lo menos 1,5 sacos de carbón, utilizando su propia fuerza de trabajo o mano de obra a razón de 5 KSh por saco, lo cual da un costo total de 21 KSh por materia prima y mano de obra. Con un precio a pie de horno de 30 a 4.0 KSh por saco, en esta zona se obtienen de 45 a 60 KSh por árbol, lo que da por lo menos un beneficio bruto por árbol de 24 KSh. El beneficio neto mínimo por saco según un productor de la zona de Chyulu Hills, en el distrito de Machakos, es de 7 KSh. Los beneficios netos oscilan entre 7 y 12 KSh por saco en las zonas que abastecen a Nairobi.

A pesar de estos amplios márgenes de beneficio, los ingresos obtenidos de la producción de carbón vegetal no son una parte importante de los ingresos totales de todos los carboneros, ya que muchos de ellos son pequeños productores estacionales que obtienen con ello algunos ingresos extraordinarios para cubrir gastos domésticos de emergencia.

Los productores de carbón vegetal se enfrentan con un problema importante: la rápida disminución de la materia prima disponible; los árboles están desapareciendo rápidamente de las zonas donde tradicionalmente se produce carbón. Por desgracia, no existen reservas importantes de árboles no explotadas en zonas situadas fuera de la actual región productora, lo cual explica las frecuentes prohibiciones y restricciones impuestas en distintos períodos al carboneo. Algunos productores se refirieron a estas restricciones como problemas a los que tienen que hacer frente sus empresas, además del control del gobierno a los precios a pie de horno.

Otra limitación con que tropieza el desarrollo y crecimiento de esta industria, es quizá una valoración social y una actitud política muy negativas hacia las actividades relacionadas con la producción de carbón vegetal. Se considera al productor, más que al comerciante o al consumidor, como principal responsable de la despoblación forestal incontrolada que se está produciendo en Kenya. Si bien ello puede ser cierto en algunas zonas, esa actitud ha provocado también el abandono casi total de la industria carbonera, sin que se haya hecho ningún esfuerzo serio por mejorar las condiciones de producción.

Transportistas/distribuidores

Entre las empresas carboneras que abastecen a Nairobi, las de transporte ocupan un lugar importante en cuanto a la utilización de tecnología moderna (camiones diesel), la organización semiprofesional y a la concentración de ingresos y beneficios en manos de unos pocos operadores. En las entrevistas con los transportistas de carbón se puso de manifiesto que el suministro a Nairobi es un negocio bien administrado que proporciona al propietario y al conductor del camión beneficios considerables, e ingresos no desdeñables a dos o tres obreros por cada camión.

Los propietarios de camiones que se dedican sólo al transporte, tienen unos gastos que oscilan entre 8 y 10 KSh por saco para una distancia media de 125 km de Nairobi. Según los datos disponibles, los camiones con una capacidad de 250 sacos que realizan ocho viajes al mes proporcionan al propietario unos ingresos mensuales netos de 58007600 KSh. El conductor gana 2500 KSh por mes, y sus dos ayudantes 900 KSh cada uno.

Los transportistas/distribuidores ganan mucho más que los nuevos transportistas. El precio a pie de horno del saco de carbón es de 28 KSh por término medio. Después de descontar los gastos de transporte - diez chelines por saco - el transportista/distribuidor puede ganar 29700 KSh al mes si transporta a Nairobi 2000 sacos de carbón vegetal en un camión de 250 sacos de capacidad.

Aunque las ganancias de los dueños de los camiones son inferiores a las de otros negocios de transporte, es preciso tener en cuenta que los camiones utilizados para ese fin son por lo general viejos y desvencijados y no pueden utilizarse para el transporte ordinario. Sólo el 11 por ciento de los camioneros etrevistados manifestó que hablan adquirido sus vehículos específicamente para el transporte de carbón. Una ventaja de la actividad combinada de transporte y comercio es que los ingresos están prácticamente garantizados. El carbón vegetal que se lleva a Nairobi tiene asegurada la venta en menos de dos días. Por lo tanto, existen siempre contratos o empleos para transportistas, y la mayor parte de ellos logra realizar dos entregas por semana. El propietario puede entrar en el negocio o abandonarlo a voluntad.

Normalmente con una inversión inicial de 9500 KSh por carga puede obtener un beneficio neto de 1750 KSh en un periodo de tres días.

Mayoristas y minoristas

Los mayoristas y minoristas de Nairobi compran el carbón vegetal a los transportistas/distribuidores a un precio medio de 45 KSh por saco. Los mayoristas lo venden a 55 KSh, obteniendo un beneficio bruto de 10 KSh por saco. Por término medio, un mayorista vende de 600 a 700 sacos al mes obteniendo así unos ingresos mensuales brutos de 6000 a 7000 KSh.

Los minoristas adquieren el carbón vegetal ya sea al precio del transportista/distribuidor de 45 KSh o al precio del mayorista de 55 KSh. Dividen el saco en porciones más pequeñas y lo venden en latas cuyo tamaño más corriente es de cuatro litros, donde caben aproximadamente dos kilos de carbón, que venden a 3-4 KSh. Los minoristas pueden sacar una media de 20 latas por saco, y obtener de cada saco vendido unos ingresos brutos de más de 60 KSh. En algunas zonas residenciales como Park-lands, donde el carbón es algo más caro, dos minoristas informaron de que habían obtenido en total 125 KSh de la venta de un saco de carbón. Lo más corriente es, sin embargo, que se obtenga un beneficio neto de 15 KSh por saco. Como promedio, un minorista vende de tres a cinco sacos al día y, por lo tanto, debe obtener unos ingresos diarios de 45-75 KSh, cantidad que corresponde, y en muchos casos supera, a los salarios de trabajadores con calificaciones y conocimientos similares a los de esos minoristas, que en muchos casos son mujeres ayudadas por sus hijos mayores.

Introducirse en cualquiera de los dos niveles del comercio de carbón vegetal en Nairobi es bastante fácil. Los puestos de venta al por menor proliferan en todas las zonas residenciales. Los minoristas entrevistados indicaron que su inversión inicial era de 538 KSh, como promedio. Después de dos años de buena marcha del negocio, esta inversión habla permitido la creación de una pequeña empresa con la que el minorista obtenía unos ingresos mensuales de 2390 KSh.

Los minoristas tienen que hacer frente a un problema especial relacionado con la fluctuación de los precios del carbón y su control oficial. Los transportistas y distribuidores reajustan los aumentos de los costos haciéndolos repercutir en los minoristas, quienes se encuentran sin embargo bajo una constante vigilancia pública y oficial y no pueden cargar fácilmente sus costos al consumidor. Por lo tanto, los comerciantes tienen que sufrir frecuentes pérdidas económicas si quieren seguir en el negocio. En varias zonas, el gobierno ha conseguido que el carbón se venda al consumidor al peso en vez de al volumen.

Como no siempre se obtiene el peso reglamentario de un saco entero y los fabricantes y transportistas de carbón no lo venden al peso, el minorista se encontrará con el problema de tener que recuperar el dinero invertido al vender el carbón al peso.

Mejora del sistema de comercialización

Durante la realización de este número limitado de encuestas, se examinaron varias posibilidades de mejorar los canales comerciales.

Aumentar el suministro de materias primas Para ello se podrían adoptar medidas tales como la introducción de programas de extensión y de asistencia técnica que permitieran un ordenamiento científico y económico de los bosques indígenas existentes así como de parcelas forestales y árboles de los pastizales que se están utilizando actualmente para la producción de carbón vegetal. Con esos programas se intentaría crear una fuente de suministro de madera más estable mediante incentivos económicos a los arboricultores y una revisión del precio de los árboles. En apoyo de estos programas, los planes de desarrollo de regiones y de distrito tendrían que incorporar estrategias para el aprovechamiento de tierras, a fin de desarrollar los recursos dendroenergéticos en zonas acotadas para ese fin.

Eficiencia de las empresas de producción de carbón vegetal El carácter preferentemente itinerante y estacional de esas empresas ha hecho que sea difícil introducir mejoras en ellas. Sin embargo, en todas las zonas existe un gran número de productores que trabajan a tiempo completo, con carácter estacional y con una cierta frecuencia. A ellos pueden dirigirse sobre todo los esfuerzos para introducir técnicas eficaces de fabricación de carbón con alto rendimiento. Como esferas de acción inmediata se podría proceder a mejorar las herramientas para la corta de árboles, introduciendo sierras manuales o eléctricas que sustituyeran a la fatigosa hacha, a capacitar en métodos más eficaces para el funcionamiento del sistema tradicional de pilas recubiertas de tierra y - cuando fuese factible a utilizar hornos de ladrillo, herramientas y mejores técnicas para clasificar el carbón, eliminar las materias extrañas y el polvo.

Abaratamiento del transporte y la distribución El problema más generalizado del transporte del carbón se presenta en la estación de las lluvias, cuando los caminos hasta los hornos son intransitables. Durante esa época, los precios del combustible en Nairobi pueden aumentar extraoficialmente en un 30 ó 40 por ciento con respecto al precio normal. Otro problema es el elevado costo del combustible importado y el mantenimiento de los vehículos para el transporte del carbón. En las conversaciones con los transportistas se observó que estos problemas podrían resolverse introduciendo varias fases en el transporte.

Para ello habría que establecer depósitos centrales en las principales carreteras de las zonas productoras de carbón vegetal que sean transitables durante todo el año. Los camiones de menor capacidad que se utilizan actualmente para el largo viaje hasta Nairobi, se utilizarían solamente para abastecer esos depósitos, sobre todo durante la estación seca, que es cuando más carbón se produce. Desde esos depósitos se transportaría hasta Nairobi en camiones con remolque, de mayor capacidad que los utilizados actualmente. Así, en ese recorrido largo, los remolques podrían transportar de 600 a 700 sacos de carbón por viaje, frente a los 200300 que transportan ahora.

Con esta división en un recorrido corto hasta el depósito, y uno largo, se podrían reducir los costos al parecer en un 30 por ciento por lo menos. Uno de los transportistas entrevistados había hecho ya un plan de inversión para modificar el sistema de transporte en ese sentido. De hecho, a medida que aumentan las distancias de Nairobi, puede resultar extremamente caro o antieconómico transportar el carbón vegetal en cantidades de menos de 400 sacos por camión.

Mayor estabilidad para los minoristas En muchas pequeñas empresas del sector no profesional, la venta al por menor del carbón vegetal encuentra numerosos problemas derivados de tener que actuar al aire libre en lugares de tenencia insegura, que imponen limitaciones reales a la expansión del capital y al crecimiento y rentabilidad de las empresas. Durante la estación lluviosa, el carbón vegetal se vende mojado, lo que reduce considerablemente su rendimiento y redunda en perjuicio del usuario.

Introducir una mayor seguridad en el régimen de tenencia de tierras mediante la concesión de licencias temporales de ocupación a los vendedores de carbón podría contribuir a mejorar las condiciones materiales de la venta al por menor. Ahora bien, aunque esa medida mejoraría las condiciones de trabajo de los vendedores, podría acarrear unos gastos generales que ahora no existen.

Ni el Gobierno ni ningún otro organismo de desarrollo ha adoptado medidas dignas de mención para mejorar los resultados económicos de las empresas fabricantes de carbón vegetal en Kenya. No se ha intentado organizar a los productores y vendedores en cooperativas de comercialización o de producción, como se ha hecho con otros muchos artículos rurales que se venden en las ciudades. Los adelantos tecnológicos obtenidos en los laboratorios no se han hecho extensivos todavía a la industria. Los sectores interrelacionados que suministran insumos para la producción, el transporte y el consumo de carbón vegetal, parecen considerar que las empresas productoras son incapaces de adaptarse a los cambios y que no vale la pena intentar establecer y mejorar la coordinación intersectorial, pues quizás esas empresas son incapaces de responder a tales esfuerzos.

Sin embargo, uno de los aspectos que ha recibido últimamente una gran atención por parte de las instancias oficiales y de los donantes ha sido el rendimiento en el uso final del producto. Los trabajos de investigación, desarrollo y difusión de hornillos de carbón vegetal perfeccionados han permitido la introducción de más de 100000 de esos hornillos. Para 1988 se espera haber sustituido por otros nuevos más del 75 por ciento de los hornillos tradicionales de bajo rendimiento. Se ha hecho comprender al consumidor de carbón vegetal que el aumento de rendimiento en el uso de éste significaría para él un importante ahorro en efectivo. Cuando se utiliza el hornillo de carbón vegetal perfeccionado que ahora se vende en Kenya, se produce una reducción media del 25 por ciento en el costo del combustible utilizado para cocinar, equivalente a un 30 por ciento de ahorro del carbón vegetal necesario para cocinar una comida normal. Por último, varios organismos se han ocupado de mejorar el rendimiento de los hornillos tradicionales de tres piedras.

Sin embargo, al igual que en el resto de Africa, la difusión de hornillos de leña perfeccionados en los hogares más pobres ha tropezado con problemas en Kenya. Aunque en los últimos cinco años se han perfeccionado algunos modelos que permiten economizar combustible, hasta 1935 no se han manifestado indicios que permitan prever un proceso continuo en la difusión de los hornillos perfeccionados de leña.

Se sabe que el desarrollo y difusión de la tecnología para la conservación de la dendroenergía es sólo una parte de la posible solución de la crisis energética general. El aumento de la producción de materias primas procedentes de las parcelas arboladas existentes, y los sistemas recientemente establecidos, son de la máxima importancia.

El perfeccionamiento de una producción eficaz y de las técnicas de conservación exige la intervención de un personal técnico que escasea mucho.

Por desgracia, en Kenya no existen centros de investigación y capacitación para la enseñanza de los conocimientos básicos sobre técnicas de aprovechamiento de la dendroenergía.

Por esta y otras varias razones, la mejora y el crecimiento del sector dendroenergético tal vez tenga que proceder a un ritmo totalmente distinto del que sigue la demanda del producto, que está en rápida ascensión.

Perspectivas para el futuro

Actualmente se acepta en general la idea de que, para aumentar la viabilidad futura de la industria del carbón vegetal en Kenya, es preciso intensificar el sistema existente de producción y crear nuevas fuentes de materias primas para esa producción, especialmente cerca de las zonas pobladas. Hasta ahora, y a pesar de que se tiene una idea más clara de las medidas que pueden adoptarse, ambas tareas han resultado en cierto modo irrealizables.

En primer lugar, la producción sostenida de carbón vegetal, al igual que la producción agrícola, es una actividad relacionada con el aprovechamiento de la tierra, que debe incluirse en todos los planes de desarrollo de los distritos o las regiones encaminados a tal fin. Una vez que sean oficiales, los planes de aprovechamiento de la tierra pueden, en virtud de una Ley de Planificación, designar qué tierra debe destinarse a la producción de dendroenergía. Luego, habría que establecer contacto con el Gobierno y los propietarios privados a fin de examinar nuevos mecanismos que permitan dejar tierra disponible para las plantaciones destinadas a la producción de carbón. Entre los posibles sistemas de tenencia de la tierra cabe citar el arrendamiento, la propiedad y la aparcería.

En segundo lugar, una vez que se disponga de la tierra, podrán formularse planes de. inversión y estrategias de gestión para zonas y sistemas de producción específicos. La disponibilidad de préstamos a largo plazo para inversiones de capital con períodos de gracia de hasta 20 años podría acelerar mucho las inversiones en la industria del carbón vegetal.

En tercer lugar, y a fin de contribuir a movilizar el capital necesario, las instituciones financieras del sector correspondiente, las empresas del sector privado y los productores de carbón podrían llegar a un acuerdo financiero para reducir al mínimo los riesgos individuales y aumentar al máximo los beneficios. En las zonas rurales está comenzando a desarrollarse de forma extraoficial el comercio a plazo de los bienes energéticos, y existe la posibilidad de que más adelante participe en él el sector privado especializado.

En cuarto lugar, algunas compañías recientemente creadas para prestar servicios técnicos o invertir en la producción y comercialización de dendroenergía. han reconocido que existen oportunidades de actividad y de inversiones alternativas en ese sector. Es necesario alentar y fortalecer a esas empresas y a otras del mismo tipo para que apoyen los actuales esfuerzos del Gobierno y de las organizaciones de voluntarios para combatir la crisis de la dendroenergía.

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