El presente documento refleja la preocupación por las presiones que se han ejercido sobre las tierras áridas del mundo — y en particular por la degradación humana y ambiental resultante—y la necesidad sentida de un marco de trabajo para dar prioridad y coordinar las acciones por parte de las autoridades nacionales e internacionales. Las características de las tierras áridas se describen más ampliamente en el Anexo, pero en principio se consideran como tales aquellas tierras con menos de 120 días de período de crecimiento de las plantas por año.
En los pasados 20 años se ha producido una sucesión de revisiones de necesidades, problemas y experiencias de desarrollo de las tierras áridas. La FAO ha contribuido al proceso desde su comienzo, mediante la participación en la formulación del programa del Hombre y la Biosfera de la UNESCO y luego en la conferencia de la PNUMA (1977) sobre desertificación, así como en la organización en 1974 de las consultas y el subsiguiente programa sobre la Ordenación ecológica de pastos áridos y semiáridos (EMASAR). Más recientemente, siguiendo las revisiones de las experiencias de desarrollo hechas por el Banco Mundial y otras organizaciones, la FAO publicó en 1987 un documento de política sobre "Mejoramiento de la productividad de las tierras áridas", a través de su Comité de Agricultura (COAG). El documento del COAG es razonablemente completo y ha sido tomado como punto de partida para este análisis.
El presente documento toma en cuenta las acciones de desarrollo y las necesidades identificadas en el documento del COAG, e identifica 12 aspectos claves de las estrategias para el desarrollo sostenible de las tierras áridas agrupándolos en tres categorías. Exceptuando la identificación de varias condiciones previas para el desarrollo, no se indican prioridades entre los aspectos claves, debido a que su relativa importancia dependerá de las circunstancias de cada país y de los programas a ser ejecutados. En lugar de prioridades pro-establecidas, se considera mas útil indicar el quién y el cómo de las acciones. Además, las áreas de acción propuestas se discuten en términos de su relevancia para las agencias internacionales, organismos regionales, autoridades nacionales y entidades locales.
Aunque el documento se estructura sobre la publicación del COAG, es también un paso adelante para la elaboración de la "Estrategia a largo plazo para el sector de la agricultura y la alimentación" considerada en la Conferencia de la FAO de 1989. En el documento de la Conferencia se trataron los diferentes asuntos y las necesidades de las tierras de alto y bajo potencial. En razón a que muchas de estas últimas son predominantemente tierras áridas, el presente documento trata las necesidades de esas tierras de bajo potencial. El mayor énfasis está dirigido al sector agrícola, aunque se ocupa también de identificar las interdependencias y los puntos de contacto con los otros sectores.
Estos aspectos claves de las estrategias de desarrollo para las tierras áridas, intentan orientar y estimular la agricultura sostenible y el desarrollo rural en las tierras áridas del mundo; particularmente, en las áreas donde la gente es pobre y la tierra se haya degradada. El propósito de las estrategias es fomentar formas de uso de la tierra y de aprovechamiento de los recursos que sean sostenibles y a la vez de ayuda, a corto plazo, para mitigar la pobreza y detener o revertir los procesos de degradación de las tierras.
Específicamente, la descripción de estos aspectos claves de las estrategias para el desarrollo de las tierras áridas, buscan incrementar la efectividad del desarrollo, eliminando las limitaciones políticas y de organización, proporcionando un ambiente social y económico que conduzca al desarrollo, mejorando la participación comunitaria y de los sistemas de comunicación, y proporcionando datos y conocimientos necesarios para una eficaz planificación del desarrollo. En el documento se hace énfasis sobre los cultivos alimenticios y la producción ganadera, al igual que sobre otros medios para mejorar la seguridad alimentaria, aunque también se presta atención a la ordenación de los recursos y a la conservación de la diversidad ecológica y genética de los ecosistemas naturales remanentes.
Se ha centrado la atención sobre las tierras áridas, debido al bajo nivel de prioridad y de insumos que estas zonas generalmente reciben, en relación con su tamaño, población y necesidades. Con el fin de concentrar el interés en las principales áreas necesitadas, no se han considerado las explotaciones comerciales ni los grandes distritos de irrigación. Lo anterior no implica que tales empresas deban ser excluidas del desarrollo de las tierras áridas, sino más bien que las oportunidades existentes para la creación de nuevas empresas son limitadas y los requisitos para su desarrollo están bien documentados en otros informes. Sin duda, el enfoque seguido en este documento asume que el desarrollo será planificado dentro de un marco de políticas nacionales, donde se asegure el desarrollo complementario entre áreas y empresas. Muy seguramente los distritos de irrigación cuidadosamente planificados pueden contribuir en gran medida al desarrollo de las tierras áridas vecinas.
Se intenta que este documento sea utilizado por los gobiernos y las organizaciones internacionales, para guiarlos y fortalecerlos en la preparación de sus estrategias para el desarrollo de las tierras áridas. Está dirigido principalmente a los países en vía de desarrollo, donde las necesidades son mayores, aunque no están excluidas las otras tierras áridas. Los países con condiciones variadas pueden hallar necesario establecer estrategias regionales diferentes, aunque complementarias, para las distintas zonas con el fin de reflejar las necesidades específicas de desarrollo de sus diversas áreas.