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La Conferencia Latinoamericana de silvicultura y Productos Forestales


Teresópolis, 1948
Mensaje de Sir John Boyd Orr
Desarrollo Forestal de la América Latina, Discurso de Apertura por el Director de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO
Resultados de la Conferencia: Bases de una política forestal para la América Latina
Resoluciones adoptadas por la Conferencia
Delegados y Representantes que asistieron a la Conferencia

El Dr. Daniel de Carvalho, Ministro de Agricultura del Brasil, hace la declaratoria de apertura de los trabajos de la Conferencia. En el lugar de honor aparecen sentados, de izquierda a derecha: Marcel Leloup, Representante del Director General de la FAO; P. de Souza (Brasil), Secretario General de la Conferencia; el Excmo. Señor Ministro de Agricultura del Brasil; Teixeira Leite, Secretario de Agricultura del Estado de Río de Janeiro; y R. C. Fortunescu (FAO), Subsecretario General de la Conferencia.

Teresópolis, 1948

La Conferencia Latinoamericana sobre Silvicultura y Productos Forestales fué celebrada en Teresópolis, Estado de Río de Janeiro, Brasil, del 19 al 30 de abril de 1948.

Situada en las frescas montañas que dominan la bahía de Río de Janeiro y entre el hermoso panorama que ofrecen lo bosques que la rodean, Teresópolis constituyó un escenario perfecto para la Conferencia. Las oficinas centrales de la Conferencia habían sido establecidas en el Higino Palace Hotel, donde con gran satisfacción general, se alojó la secretaría y la mayoría de los delegados.

Patrocinada conjuntamente por el Gobierno de los Estados Unidos del Brasil y la FAO, la Conferencia estuvo integrada por delegados y observadores de los 19 países miembros, un país no miembro y 5 organizaciones intergubernamentales que figuran en la siguiente lista:

Países Representados por Delegaciones

Brasil

Nicaragua

Chile

Países Bajos

Cuba

Paraguay

Estados Unidos de América

Perú

Francia

Reino Unido

Guatemala

República Dominicana

Honduras

Uruguay

México

Venezuela

Países Representados por Observadores

Argentina

Italia

Canadá

Portugal

Organizaciones Internacionales que enviaron Representantes

Naciones Unidas
UNESCO
Organización Internacional del Trabajo
Unión Panamericana
Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas

El Ministro del Australia al Brasil también asistió a la sesión plenaria final.

La Conferencia fué inaugurada por el Ministro de Agricultura del Brasil, Dr. Daniel de Carvalho, en el salón Casino del Higino Palace Hotel, ante una asamblea plena de delegados y espectadores. El Señor Ministro dió la bienvenida en nombre de su Gobierno a los representantes de los países y organizaciones que pudieron aceptar las invitaciones de la FAO y del Gobierno del Brasil. Recordó cómo el Brasil ha sustentado sus ideales de cooperación internacional y subrayó la contribución de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz y el mejoramiento del orden social en el mundo. Sus palabras de bienvenida fueron reiteradas por el Dr. Teixeira Leite a nombre del Gobernador del Estado de Río de Janeiro.

El Señor Leloup, Director de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO y representante personal del Director General, solicitó del Secretario General de la Conferencia, Dr. Paulo de Souza, que leyera el mensaje de bienvenida de Sir John Boyd Orr. El Señor Leloup procedió entonces a delinear las bases científicas y prácticas que habían de encauzar las deliberaciones de la Conferencia, dentro de la estructura general de la situación mundial en lo que afecta la silvicultura y los productos forestales. Su discurso aparece publicado en otra sección de este número.

El Dr. Bandeira de Mello, a nombre del Director General de la Organización Internacional del Trabajo, hizo ver la importancia que el desarrollo de los recursos forestales en lo que concierne a los problemas latinoamericanos del trabajo y expresó la esperanza de que se estableciera una estrecha colaboración con la Organización Internacional para Refugiados.

El Señor Héctor Hernández Carabaño, miembro de la delegación venezolana, hizo ver la necesidad de que se abordara con dinamismo el problema del desarrollo de los recursos forestales de la América Latina.

La primera sesión plenaria terminó con la elección unánime del Dr. Daniel de Carvalho como Presidente Honorario de la Conferencia y del Dr. Virgilio Gualberto, Presidente del Instituto Nacional del Pino del Brasil, como Presidente Ejecutivo. Al expresar su reconocimiento, el Dr. Gualberto manifestó la esperanza de que se establecieran en la América Latina relaciones más estrechas y directas entre los técnicos, los industriales y los silvicultores, así como que los técnicos se interesaran más en los aspectos prácticos del problema.

La siguiente es la lista de la Conferencia y la Secretaría:

Presidente Honorario:

Daniel de Carvalho (Brasil)

Presidente Ejecutivo:

Virgilio Gualberto (Brasil)

Vicepresidentes:

Francisco Guerra y Morales (Guatemala)


Dr. Héctor Lazos (México)

Relator General:

Gabriel M. Caldevilla (Uruguay)

Representante del Director General de la FAO:

Marcel Leloup (FAO)

Secretario General:

Paulo Ferreira de Souza (Brasil)

Secretario General Auxiliar:

Radu Fortunescu (FAO)

Secretario Administrativo:

Morris Greene (FAO)

Después de varias consultas no oficiales celebradas con gobiernos interesados antes de la Conferencia, la FAO redactó un proyecto de agenda general para la Conferencia, que habiendo sido examinado y aceptado por la Comisión de Iniciativas, compuesta por los jefes de todas las delegaciones, fué adoptado en la segunda sesión plenaria como guía para las deliberaciones de la Conferencia Esta agenda estipulaba la discusión de:

A. Aprovechamiento de los Recursos Forestales

1. Situación actual.
2. Grado a que pueden extenderse el aprovechamiento y el desarrollo.
3. Medidas necesarias para obtener esta expansión.

B. Protección y Desarrollo de los Recursos Forestales

1. Organización de los Servicios Forestales.
2. Investigación Forestal.
3. Personal.
4. Ley Forestal.
5. Inventarios Forestales.
6. Problemas de Reforestación.
7. Fomento del Interés Público.

De consiguiente, la Conferencia dividió su trabajo entre dos comisiones, la primera para considerar los temas relativos al aprovechamiento de los recursos forestales de la América Latina, y la segunda para estudiar los problemas del manejo y administración dasocrática de los bosques. La Comisión de Iniciativas coordinó los esfuerzos de las dos comisiones y de la Conferencia en pleno.

Los funcionarios de las Comisiones fueron:


Comisión I

Presidente:

Héctor Hernández Carabaño (Venezuela)

Vicepresidente:

Gildo Guerrero Insfrán (Paraguay)

Relator:

Raúl González Guzmán (Chile)

Secretario:

L. J. Vernell (FAO)


Comisión II

Presidente:

Edward I. Kotok (EE.UU. de A.)

Vicepresidente:

Felipe Livori Larco (Perú)

Relator:

Luis A. García Villafañe (Venezuela)

Secretario:

Toni François (FAO)

Las Comisiones celebraron juntas diarias del 20 al 23 de abril y nombraron subcomisiones para el estudio de problemas especiales, así: una Subcomisión de Investigación, bajo la presidencia del Señor Muller (EE.UU. de A.); una Subcomisión de Industrialización y Comercio, encabezada por el Señor Pereira (Brasil); y una Subcomisión sobre la Preparación del Personal, presidida por el Señor Villafañe (Venezuela). También se organizaron grupos, según lo requerían las circunstancias, con el propósito de redactar las resoluciones y recomendaciones.

Después que hubo transcurrido la primera semana de deliberaciones, se proporcionó a los delegados la grata oportunidad de visitar durante el fin de semana el Parque Nacional de Teresópolis y otros sitios interesantes de la localidad. Mientras tanto, los relatores y secretarios de las Comisiones se ocupaban de redactar los informes que contenían la substancia de las discusiones y las recomendaciones preliminares.

En las sesiones que las Comisiones celebraron el lunes 26 de abril se discutieron detalladamente estos proyectos de informes y se llegó a un acuerdo acerca de las recomendaciones concretas. El 28 y el 29 de abril se discutieron nuevamente los proyectos corregidos de los informes y se adoptaron los textos finales.

La Comisión de Iniciativas celebró reuniones finales el jueves 29 de abril para tratar de los puntos controvertibles que habían surgido. Se llegó a un completo acuerdo, con excepción de una recomendación, acerca de la cual se hace referencia en el texto del Informe. Este documento, tal como había sido aprobado finalmente por la Comisión de Iniciativas, fué presentado a la sesión plenaria final de la Conferencia por el Relator General el 30 de abril y adoptado unánimemente.

El informe final que contiene 26 resoluciones sometidas a la consideración de los gobiernos, la FAO y otras organizaciones internacionales, pone de manifiesto la importancia de los numerosos problemas en que se pusieron de acuerdo los delegados de todos los gobiernos participantes.

Por falta de tiempo, la Conferencia no podo ocuparse de todos los problemas que se presentaron. Sin embargo, consideró que sus deliberaciones habían establecido un firme punto de partida para nuevas actividades. Sobre todo, las reuniones de la Conferencia proporcionaron una oportunidad para el establecimiento de provechosas relaciones que permitirán la celebración de nuevas consultas acerca de los problemas técnicos y económicos que afectan a la silvicultura y los productos forestales. Los delegados expresaron la esperanza de que para la próxima Conferencia Latinoamericana, que han recomendado se celebre en 1950, las delegaciones llegarán con más amplias instrucciones para disentir las cuestiones económicas y comerciales.

En los discursos pronunciados en la sesión plenaria de clausura, a la cual asistieron el representante personal del Presidente de los Estados Unidos del Brasil y lose representantes del Gobernador del Estado de Río de Janeiro, así como autoridades locales y federales, se reflejó el espíritu de concordia a que se llegó como resultado de las actuaciones de la Conferencia. El Ministro de Agricultura calificó la Conferencia de Silvicultura y Productos Forestales para la América Latina como una verdadera prueba del buen entendimiento y la cooperación interamericanas. "Las Américas", dijo él, "están determinadas a resolver sus problemas en el seno de las conferencias y no en campos de batalla". Expresó la confianza de que los resultados de la Conferencia serían de gran trascendencia no sólo para el Brasil sino para el mundo entero.

Antes de que se dieran por terminadas las labores, el delegado de Guatemala expresó oficialmente a nombre de los miembros de la Conferencia la gratitud de todos para con el Gobierno de Brasil por la generosa hospitalidad que les había sido brindada y los servicios prestados por el personal del Gobierno y los miembros del Instituto Nacional del Pino. El éxito de la Conferencia fué debido en gran parte a sus generosos esfuerzos.

Los miembros de la Conferencia fueron presentados al Presidente de la República, General Eurico Gaspar Dutra, en el Palacio Catete, en Río de Janeiro, el 27 de abril. Más tarde, ese mismo día, fueron recibidos por el Ministro de Relaciones Exteriores en el Palacio de Itamaraty.

Mensaje de Sir John Boyd Orr

Director General de la FAO

GRACIAS a la gentil hospitalidad del Gobierno de los Estados Unidos de Brasil, se inaugura hoy en Teresópolis la Conferencia Latinoamericana de Silvicultura y Productos Forestales, que viene a ser así la primera de las tres reuniones internacionales que la FAO tendrá la satisfacción de organizar en la América Latina en 1948.

Hace un año, cuando visité la América Latina y formulé con vosotros los planes para la celebración de esta reunión, tuve la esperanza de que me sería posible regresar y renovar las estimulantes relaciones que en esa oportunidad tuve el placer de iniciar y estrechar, así como tomar personalmente parte activa en la labor del desarrollo de esta región, cuyos resultados espero llegarán a ser considerados como una de las realizaciones más notables del siglo veinte.

Desafortunadamente, no me ha sido posible asistir, pero me satisface saber que estaré representado por el Sr. Marcel Leloup, mi colega y amigo, quien habiéndose distinguido ya en su propia patria, Francia, ha logrado en menos de dos años hacerse acreedor al reconocimiento general por sus capacidades, visión e iniciativa y por la eficiencia con que ha dirigido las labores de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO.

Abrigo la esperanza de que esta Conferencia podrá señalar el curso a seguir tanto para el desarrollo comercial de los bosques de la América Latina como para la conservación y mejoramiento ininterrumpido de los mismos mediante la aplicación de los conocimientos científicos modernos. La realización de estos objetivos demandará la ejecución de numerosas tareas. Vosotros dedicaréis los próximos días a considerar las medidas que habrán de ser tomadas.

De suma importancia para el éxito final es que el primer paso sea dado en la dirección acertada. Personalmente, considero que este primer paso debe consistir en el establecimiento en cada país de una administración forestal como una dependencia gubernamental influyente, que se ocupe de todos los aspectos de la administración forestal, así como de la producción, aprovechamiento y distribución de los productos forestales, dotada del personal suficiente y los recursos necesarios para poder cuidar de los millones de hectáreas donde crecen o debieran crecer árboles. Sin tal administración, todas las decisiones que vosotros podáis tomar quedarían reducidas a un legajo de documentos; pero contando con servicios forestales adecuadamente financiados para el desempeño de su cometido, el resultado vendrá como consecuencia lógica, porque vuestros silvicultores estarán en la obligación de hacer y harán, como los silvicultores de otros países lo han hecho antes, que se tomen las medidas necesarias.

Los servicios forestales son dependencias gubernamentales, pero la organización efectiva de ellos no depende exclusivamente de la comprensión y la buena voluntad de los Presidentes, Ministros y funcionarios del Servicio Civil. Es de vital importancia que las personas que viven en el campo y en las ciudades de esta vasta región geográfica lleguen a entender la importancia que tiene la buena administración de los bosques en el abastecimiento de agua, en la agricultura y en las industrias, así como todo el bienestar material, oportunidades de ocupación y posibilidades industriales que pueden esperar todos y cada uno de los habitantes del desarrollo inteligente y bien planeado de los recursos forestales de la América Latina.

Las deliberaciones que tengan lugar en la Conferencia pondrán de manifiesto la gran importancia que tiene la silvicultura para los países latinoamericanos y las medidas que deberían ser tomadas para el fomento de la misma.

Los países latinoamericanos tienen ahora ante sí una oportunidad de demostrar lo que son capaces de hacer. En Europa, Asia y Norteamérica siempre ha ocurrido en el pasado que se han destruído en gran escala los bosques antes de que prevaleciera el criterio más inteligente para la adopción de medidas saludables tendientes a la conservación y el mejor aprovechamiento de lo que había quedado así como a la reparación del daño hecho.

Hasta cierto grado, el mismo proceso de destrucción ha tenido lugar ya en las inmediaciones de vuestras grandes ciudades, pero la mayor parte de vuestros bosques están todavía intactos. Entiendo que existen alrededor de 800 millones de hectáreas - una superficie casi el doble de la de toda Europa - disponibles para las labores de fomento. Depende de vosotros si esto ha de convertirse en uno de los grandes recursos del mundo en la constante lucha de la humanidad por el progreso económico y social.

Se tienen hoy día grandes conocimientos acerca de los errores que deben ser evitados y de los métodos reconocidos en el campo de la silvicultura y del aprovechamiento de la madera que pueden y deben ser aplicados en el fomento de nuevos recursos e industrias forestales.

Me complace decir que la FAO, por medio de su Dirección de Silvicultura y Productos Forestales, está preparada para prestar su asistencia en cualquier forma que le sea posible para el desarrollo de vuestros planes y proyectos.

La Conferencia Internacional de la Madera, que por convocación de la FAO se celebró en Europa en 1947, produjo grandes resultados al lograrse el acuerdo tanto de los países exportadores como de los importadores acerca de planes que han contribuido en gran escala a disminuir la escasez de madera en Europa Tengo la esperanza de que esta Conferencia contribuirá apreciablemente a mejorar la situación en la América Latina así como a aliviar la escasez mundial de madera.

Desarrollo Forestal de la América Latina, Discurso de Apertura por el Director de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO

Al examinar la situación forestal de la América Latina es sorprendente la diversidad de opiniones que surgen.

Por un lado, las estadísticas indican que la superficie forestal de este continente es de más de 800 millones de hectáreas, lo que representa un 40 por ciento de la superficie terrestre total, pero el escaso rendimiento de sólo 0.2 metros cúbicos por hectárea que actualmente se obtien sugiere que riquezas inagotables no esperan más que la voluntad del hombre para entrar a fortalecer la vida económica de la América Latina.

Por otro lado, eminentes especialistas niegan la abundancia aparente que estas cifras sugieren. Estas personas señalan la destrucción causada por los abusos de corte y los incendios provocados con la mira de aclarar terrenos para la agricultura y el pastoreo, a menudo concentrados en zonas relativamente restringidas. Señalan también los resultados inevitables de la deforestación, las copiosas inundaciones que vienen después de las sequías y arrastran los suelos superficiales inestables y causan la erosión de las laderas de las montañas, depositando gruesas capas de sedimentos sobre las tierras fértiles y los vasos de almacenamiento de las plantas hidro-eléctricas. Hacen notar la baja en los niveles del agua del subsuelo que ya ha privado a ciudades importantes de sus abastecimientos y finalmente, se refieren a la escasez de madera sufrida en muchas ciudades y regiones debido a que los recursos forestales fácilmente asequibles han sido imprudentemente destruidos. Citan ejemplos en que ano en las partes más ricas de la cuenca del Amazonas, el abuso en el corte y la extirpación de especies preciosas a la orilla de los ríos ha dejado los bosques empobrecidos y algunas veces ha causado considerable asolve de las vías fluviales.

La verdad, Señores, se encuentra sin duda alguna en un término medio entre estos dos puntos de vista extremados. Aún los más pesimistas admiten que enormes riquezas forestales deben de hallarse escondidas en las regiones interiores de la América Latina esperando solamente que sus potencialidades sean descubiertas, y que, bajo una administración dasocrática apropiada, se podría sacar gran cantidad de madera ano de los bosques ubicados en las laderas de las montañas sin comprometer ni su futuro ni la estabilidad de los suelos.

Por lo demás, la América Latina es un extenso conjunto de países y sería erróneo considerarlo como una sola entidad. Cada país, cada región, tiene sus problemas forestales peculiares, regidos por las características de su suelo, de su clima y de su topografía. Ciertos aspectos de estos problemas tienen, sin embargo, características comunes.

Los lazos que unen a los países de la América Latina les imponen la obligación de buscar soluciones comunes a estos aspectos y esta obligación parece haber sido reconocida a juzgar por su determinación de hacerse representar en esta Conferencia. Cada problema específico deberá ser considerado a la luz de esta circunstancia.

Para concretar en pocas palabras las diferentes opiniones, puede decirse que hasta hoy, en la mayor parte de los países, las riquezas forestales más fácilmente accesibles han sido explotadas sin la menor consideración ni para su reposición ni para las consecuencias que podrían resultar de su desaparición, pero que las menos asequibles - sin duda las más abundantes - han pasado desapercibidas por completo.

NECESIDAD DE DESARROLLAR LAS INDUSTRIAS FORESTALES

Parece haber llegado el momento de remediar esta situación, y se hace sumamente necesario emprender una vigorosa acción.

Muchos de los países de la América Latina han comprendido de sobra esta necesidad. Muchos de ellos están actualmente organizando el desarrollo racional de sus recursos forestales. Varios gobiernos han creado organismos para poner en obra o estudiar importantes proyectos de desarrollo industrial en todos los ramos del aprovechamiento de la madera.

Aunque parezca paradójico, existe en realidad una escasez de madera en la América Latina. En demasiadas localidades esta escasez incluye hasta la leña y el carbón vegetal. La necesidad de importar madera para usos industriales pesa demasiado sobre la economía nacional para que los Gobiernos no sientan la urgente necesidad de abordar el problema de la explotación de los bosques vírgenes con un sincero deseo de llegar a una solución.

Si no se encuentra remedio para esta escasez, el problema se hará cada día más agudo a medida que los países de la América Latina traten de desarrollar su economía y sus industrias. No debemos olvidar que el desarrollo industrial de Un país requiere no solamente acero, maquinaria y metales diversos, sirio también esencialmente madera. A tal punto que, un déficit de madera, especialmente de maderas suaves, de las que Latinoamérica está escasamente dotada, puede constituir una barrera infranqueable para el desarrollo industrial, y, en general, para el progreso económico y social de una nación.

El remedio a esta situación consiste evidentemente en trabajos de investigación y en el rápido desarrollo de nuevos recursos de bosques maderables. Puesto que mencionamos especialmente las maderas suaves, se impone la administración dasocrática apropiada y la explotación prudente de los bosques existentes. Al mismo tiempo, se deben buscar entre la gran variedad de maderas tropicales duras, aquellas especies que puedan ser utilizadas bajo las mismas condiciones que las coníferas y que eventualmente puedan llegar a substituirlas para todos los usos comunes y corrientes.

Por otra parte, la explotación desordenada de los terrenos forestales que aún quedan y que son fácilmente accesibles a los centros de población, deberá someterse a un control estricto si no se quieren acentuar los avances de la erosión y la declinación de la fertilidad de los suelos, lo que podría privar eventualmente a estos centros hasta de los medios más esenciales para su existencia.

Si convenimos en que se hace necesario entrar en acción, éste parece ser el momento propicio para empezar las actividades.

Dadas las responsabilidades de la FAO en el plano internacional, es su obligación llamar la atención de la América Latina sobre el interés que encierra el desarrollo de sus riquezas forestales naturales.

El mundo escasea de madera. Europa, en particular, atraviesa actualmente por una crisis grave y en las recientes conferencias celebradas en ese continente se puso de manifiesto que no se trata de una crisis temporal, sino de una situación que perdurará por lo menos por varias décadas. Seguramente que éste fué el motivo por el que los delegados de los países europeos reunidos el año pasado en Marianske Lazne, recomendaron que la FAO celebrara otras Conferencias en otras partes del mundo y expresaron la esperanza de que todos los Gobiernos que aún cuentan con recursos que no han sido tocados, tomen en consideración las necesidades mundiales cada día mayores de productos forestales.

Bajo la circunstancias actuales, el rendimiento de los bosques vírgenes podría seguramente encontrar salida en el comercio de exportación. Si el desarrollo de las explotaciones y de las industrias forestales puede emprenderse con rapidez, no deberá ser difícil obtener los créditos, que son el factor esencial de este desarrollo, ya que son buenas las perspectivas de utilidades y una pronta amortización del capital.

No es necesario insistir sobre los beneficios económicos y sociales que los países interesados podrían obtener de este desarrollo industrial. Afluencia de divisas, aumento en la circulación monetaria, nuevas fuentes de trabajo y de ingresos, que transformarían en productivas regiones hasta ahora abandonadas tales son, Señores, algunos de los beneficios que se pueden alcanzar sin que esto sea una utopía sino una posibilidad factible dentro de un plazo razonable.

Delegados reunidos frente al Hotel Higino Palace, en Teresópolis para recibir al Excmo. Señor Ministro de Agricultura del Brasil y Presidente honorario de la Conferencia.

Vista del salón de sesiones plenarias

Los bosques hasta ahora vírgenes y sin utilidad para los países que los poseen, tienen sin embargo un papel nada insignificante en la expansión económica de los países de la América Latina que se ve desarrollarse rápidamente en otros campos. A su vez, esta expansión económica, estimulada por la abundancia de productos forestales - cuya escasez podría entorpecerla considerablemente, o impedirla del todo - provocará un aumento en la demanda nacional de estos productos. El desarrollo ulterior de los mercados nacionales, así como de los internacionales, asegurará el consumo de la producción de las nuevas industrias que puedan establecerse. No pensamos, por lo tanto. en una prosperidad temporal para las industrias forestales que sugerimos. Las tendencias económicas actuales les asegura la estabilidad, condición esencial para el bienestar social de un país, y no solamente la estabilidad, sino también las posibilidades de un desarrollo mayor deseado por los países que se encuentran en la ruta del progreso económico.

Al cuadro de Estas grandes posibilidades que se encuentran en el umbral de la América Latina. se presenta una objeción.

Estas industrias nuevas que deseamos crear, esta "bonanza de madera," que parece tan atractiva, estos nuevos desarrollos, ¿no llegarán a provocar un atuso en la explotación de los bosques del Continente, acentuando el daño causado por la tala inmoderada y conduciendo más tarde a escaseces de madera esencial para los mercados nacionales?

La respuesta a esta objeción es clara.

Hay un principio que deberá aplicarse a los bosques de la América Latina para limitar las explotaciones que habrán de realizarse y es el que ya manifesté en Marianske Lazne y que deberá aplicarse a los bosques de todo el mundo. Este principio es que "los bosques son un legado de las generaciones precedentes a la generación actual, herencia que ésta debe restituir intacto, o mejorado, a las generaciones venideras." Todo abuso de corte hecho únicamente con un fin comercial. y que cause la disminución de este capital, es contrario a este principio y deberá prohibirse en lo absoluto.

Sin embargo, se encontrará que en la mayoría de los casos, la iniciación de la explotación de los bosques vírgenes requerirá temporalmente cortes excesivos para librarlos de los muchos árboles a punto de perecer. Este corte excesivo se impone. Es la única forma de convertir un capital ocioso - cuyo crecimiento anual es contrarrestado por las pérdidas debidas a causas naturales - en un capital productivo cuyo aumento normal pueda retirarse en la forma de cortes periódicos. Huelga decir que el corte inicial deberá llevarse a cabo siguiendo las prácticas silvícolas.

Es precisamente el sobrante de la madera que proviene de la apertura de estos bosques vírgenes lo que proporcionaría los productos para abastecer, durante el período actual de crisis aguda, a los mercados de exportación. Más adelante el rendimiento normal y constante del capital forestal puesto en producción aseguraría el abastecimiento de las demandas nacionales. dejando aún cantidades suficientes para satisfacer, por lo menos en parte. Las necesidades de la clientela extranjera.

En resumen, el camino a seguir para el desarrollo de las industrias forestales de la América Latina deberá basarse en la explotación de las riquezas acumuladas de tiempo atrás en los bosques vírgenes, y posteriormente, en el desarrollo constante de la producción con base en los rendimientos sostenidos que da la administración dasocrática, con mercados seguros gracias a la creciente y próspera demanda local.

PROBLEMAS DEL FOMENTO

Si se analizan las dificultades que se oponen a la realización de este programa se apreciará que son de dos clases.

Primeramente hay aquellas que yo llamaría de orden técnico y comercial. Estas conciernen a los equipos necesarios, vías de comunicación, maquinaria, equipo de explotación y de transporte. personal, y el financiamiento de empresas nuevas dedicadas a este trabajo de desarrollo. Después viene el problema del establecimiento de mercados permanentes y de la salida de los productos para que el futuro de estas empresas esté asegurado en el plan general de comercio y esto requiere igualmente que se tengan conocimientos de las calidades de las maderas que habrán de ser explotadas y de sus posibilidades para utilizarse en ramos determinados de la industria.

Sin embargo, por otro lado se presentan problemas de orden administrativo, legislativo y científico. Una empresa no puede establecerse sin estar segura de encontrar a una distancia conveniente Un abastecimiento suficiente de materias primas para sostener su producción, no solamente durante algunos años, sino de manera permanente y estable. Esto implica que el bosque, fuente de estas materias primas, debe ser previamente investigado, y después administrado según los principios adecuados que aseguren una producción constante. Hace falta también que el bosque sea protegido contra los riesgos naturales, principalmente los incendios. Deberán establecerse reglamentaciones que limiten los derechos de explotación y los de los propietarios del bosque. Deberán implantarse métodos apropiados de trabajo y sobre todo, es necesario centrar con un personal competente encargado de determinarlos y de aplicarlos. Este personal deberá igualmente hacerse cargo de los problemas de reforestación y de protección de los suelos que en ciertas regiones presentan problemas particularmente difíciles.

Solamente solucionando estas dos clases de problemas podrá encontrarse respuesta al problema general que confronta a la presente Conferencia. Resolver los unos sin los otros y especialmente los primeros sin considerar los segundos, significaría que un país está empeñando exactamente en la explotación inmoderada cuyos resultados funestos ya he señalado. Además, ninguna empresa forestal tendría la posibilidad de un éxito duradero si no se le asegurara Un abastecimiento continuo, por tiempo indefinido, de la materia prima. Tal industria necesitaría generalmente establecer nuevos poblados y únicamente la seguridad de estabilidad podría dar a estos nuevos centros de población una posibilidad de prosperar.

LA COOPERACIÓN GUBERNAMENTAL ES ESENCIAL

Si la Conferencia considera, como yo lo creo, que estos problemas son los que deben ser considerados, adoptará el proyecto de agenda* que la FAO ha preparado, en la que se prevea el establecimiento de dos comisiones encargadas respectivamente del estudio de cada uno de estos grupos de problemas.

(* Véase página 4.)

Los resultados que la presente Conferencia pueda obtener dependen enteramente de ella misma.

Considero necesario, sin embargo, llamar la atención sobre un punto importante. Sean cuales fueren las conclusiones a que se llegue, sólo podrán tener valor práctico si los gobiernos aquí representados hacen todo el esfuerza posible por asegurar su aplicación en cada uno de sus países respectivos.

He dicho hace un momento que las condiciones locales varían e considerablemente de una región a otra de esta extensa región. Si consideramos aquellos países del mundo donde la administración dasocrática y la explotación forestal se practican bajo las mejores condiciones técnicas y científicas - y aún allí todavía hay muchos progresos por realizar - nos daremos cuenta que los métodos utilizados y los reglamentos aplicados, por ejemplo, en la América del Norte, no convendrían en Europa y que en la misma Europa, los métodos usados en los países septentrionales no son apropiados para los países meridionales. Desde luego, hay ciertos principios generales como el de una producción sostenida de que ya se ha hablado, que todos los países deberán adoptar como una regla de oro. Sin embargo, los medios para lograr este objetivo habrán de diferir de un sitio a otra de la Tierra.

Esto significa que los métodos adecuados tendrán que determinarse para cada país, o cada región, por técnicos que posean un conocimiento profundo no solamente de su clima y de su vegetación, sino también de sus costumbres y de sus necesidades económicas. Será éste un trabajo largo, puesto que el ciclo de la evolución forestal puede extenderse a varias generaciones humanas.

La ayuda de países extranjeros y el estudio de los métodos puestos en práctica por ellos puede seguramente ser de gran utilidad. Pero solamente un grupo de especialistas que posean amplios conocimientos acerca del país al que sirvan está en realidad capacitado para establecer una organización que resuelva los problemas específicos de dicho país. Es indudablemente a una larga sucesión de tales especialistas, consagrados por completo a su trabajo, que los países más adelantados, desde el punto de vista forestal, deben el progreso que han alcanzado en este terreno.

Un punto sumamente importante al abordar los problemas forestales, al que generalmente se le presta escasa atención, es que estos especialistas requieren un respaldo doble. Primeramente de parte de sus gobiernos que tienen el deber básico de comprender la complexidad de las implicaciones sociales y económicas de una administración forestal apropiada y deben por lo tanto procurar por todos los medios posibles ayudar a los especialistas en su tarea. En segundo lugar, necesitan el respaldo de la opinión publica que habrá que educar ya que tan a menudo se muestra ciega ante estos problemas. Los gobiernos deberán poner todo su empeño para promover esta educación, principalmente valiéndose de la profesión docente que puede tener una profunda influencia en el ánimo de las poblaciones. Los gobiernos deberán también buscar el apoyo y la cooperación de las autoridades locales, que por la posición que ocupan están en condiciones de ejercer una influencia social benéfica.

El peso principal de poner en práctica las recomendaciones que apruebe esta Conferencia habrá de recaer sobre los gobiernos.

Este peso, sin embargo, será más ligero si después de que los países reconozcan la importancia de la colaboración en asuntos forestales, hacen esfuerzos para lograr una cooperación permanente en la realización de los fines que se han propuesto. Tal colaboración es absolutamente necesaria en muchos casos. Por ejemplo, en trabajos de investigación sobre la tecnología de la madera y los métodos silviculturales; en la realización de reconocimientos y formulación de inventarios forestales; en la formulación de reglamentos y leyes apropiadas para determinadas condiciones locales; en el intercambio de informaciones para evitar violentas fluctuaciones en los mercados; y en la coordinación del desarrollo de las industrias forestales.

Si la cooperación entre los países de la América Latina se reduce solamente a la celebración de las conferencias, no podrá producir beneficios duraderos. Para ser útil, deberá existir continuidad en esta colaboración. Me limito aquí a citar como ejemplo la decisión tomada por los países europeos, reunidos el año pasado en Marianske Lazne, que habiendo comprendido que para ellos también, era una necesidad la cooperación regional, decidieron establecer una Comisión europea con este fin y ya han obtenido buenos resultados de la coordinación de sus esfuerzos.

AYUDA DE LA FAO

La FAO desea ayudar a la coordinación de los esfuerzos de los países de la América Latina y contribuir en todo lo que esté a su alcance para facilitar la tarea de los Gobiernos.

La creación de una oficina regional de la FAO en la América Latina ya está decidida, y la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales estará debidamente representada en esta oficina. ¿Cuál será el trabajo de estos representantes? Esta Conferencia puede dar sus luces respecto a esa labor y trazarles un programa práctico. Pero sus objetivos serán, al igual que la FAO, trabajar para el mejoramiento del nivel de vida de todos los pueblos de la América Latina, por medio del desarrollo progresivo de los recursos de esta región que aún no han sido lo suficientemente aprovechados.

De este modo las actividades forestales de la América Latina podrán coordinarse con la más amplia organización internacional que la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales está tratando de establecer. Esta región, ocupando como ocupa una posición de gran importancia para el futuro del mundo, puede obtener beneficios de los trabajos que lleven a cabo las conferencias y congresos internacionales organizados por los organismos interesados en su desarrollo. La FAO puede también ayudar mediante sus publicaciones, a hacer que todas las clases sociales comprendan mejor lo que significa el bosque como fuente de ingresos y como un indispensable elemento para la protección de los suelos y la agricultura. Por último, los Comités técnicos de la FAO pueden estudiar los problemas específicos de esta extensa región y dar sus consejos cuando los gobiernos lo soliciten.

Hay muchísimas organizaciones interesadas en los problemas forestales de orden científico y práctico de los diversos países. Sus actividades pueden coordinarse dentro del campo más amplio de actividades de la FAO con lo cual ganarán mayor autoridad.

PAPEL QUE LA CONFERENCIA DESEMPEÑA

La Conferencia que hoy se inaugura, que es la primera de su clase en la América Latina, no habría resultado un esfuerzo vano aún cuando lo único positivo que se lograra fuese despertar un interés permanente por las condiciones forestales de esta región.

Pero hay otros resultados más tangibles que los delegados reunidos aquí tienen el derecho de esperar. A ellos les corresponde sugerir soluciones concretas y encontrar los medios que garanticen que el trabajo iniciado en Teresópolis habrá de ser continuado en el futuro.

Pero al formular planes para el futuro, los delegados deberán tener siempre presente los dos aspectos del problema integral por resolver. Por una parte, el desarrollo de los extensos recursos potenciales que pueden contribuir grandemente al progreso económico de la América Latina. Por otra parte, el uso adecuado de estos recursos para que puedan renovarse continuamente en beneficio de las generaciones futuras.

Las conclusiones a las que llegue esta Conferencia, Señores, serán importantes no tan sólo durante los años que inmediatamente siguen y para los países representados aquí, sino que influenciarán inevitablemente el futuro lejano de esta gran región y de la raza humana en general.

Resultados de la Conferencia: Bases de una política forestal para la América Latina

En otro lugar de este número de Unasylva se encontrarán las numerosas recomendaciones sometidas por los delegados que representaron a sus países en la Conferencia Latinoamericana de Silvicultura y Productos Forestales celebrada en Teresópolis. Sin embargo, cabe preguntarse si, aparte de estas recomendaciones, se ha logrado dar realmente un paso hacia la iniciación de la explotación y el desarrollo racional de los recursos forestales de la América Latina. Si bien es cierto que al patronizar esta Conferencia, uno de los fines de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO fué la de atraer la atención mundial sobre la importancia de estos recursos y sobre la complexidad de los problemas que representa su explotación, su interés no terminaba allí. La Dirección deseaba obtener resultados concretos y esta esperanza la compartían seguramente todos los delegados a la Conferencia.

Parece razonable poder afirmar que esta esperanza no ha sido frustrada. A pesar de las dificultades puestas de manifiesto durante las largas deliberaciones de las Comisiones, se llegó a un acuerdo general, no solamente sobre las soluciones a poner en práctica, sino además, sobre los medios para llegar a estas soluciones.

La determinación de la Conferencia de llegar a resultados concretos se hace patente desde el principio de su Informe, en cuyo preámbulo, discutido hasta sus más mínimos detalles, se afirma la política forestal bien definida que los países de la América Latina se proponen seguir.

PREÁMBULO

1. Las riquezas forestales, latentes en los países de la América Latina, podrán ser aprovechadas para la reconstrucción de postguerra. De esta manera, todas las naciones latinoamericanas tendrán la cantidad suficiente de productos forestales para su propio desenvolvimiento económico, mientras que, por otra parte, contribuirán al bienestar de la humanidad con el excedente de su producción

2. Las circunstancias actuales son particularmente favorables al desarrollo racional de los bosques de la América Latina, y se les ofrece a los países una. gran oportunidad para obtener ventajas de la abundancia con que la naturaleza los ha dotado.

3. Esta oportunidad es consecuencia de la escasez mundial de maderas, que amenaza persistir por muchos años, ano después de ser subsanados los inconvenientes que se presentan en la distribución de las existencias actuales originadas por las dificultades de divisas extranjeras. Por otro lado tenemos la expansión económica que se está operando en todos los pueblos y que deberá producir, gradualmente, en todo tiempo, un incremento en la demanda de madera y sus derivados.

4. Los problemas de la silvicultura y de los productos forestales que se presentan en los países de la América Latina fueron divididos por esta Conferencia en dos grupos estrechamente relacionados. En primer lugar, se hicieron consideraciones sobre las cuestiones relativas al desarrollo de los bosques vírgenes o poco explotados, de manera de estimular el desenvolvimiento económico y social de los países latinoamericanos. Por otra parte, la Conferencia discutió la necesidad de poner estos bosques y ano aquellos ya explotados bajo una dirección racional, lo que es una necesidad absoluta y fundamental, no solamente para evitar la rápida destrucción de los recursos forestales, sino también la ruina causada por la erosión que ya sufren muchas regiones de los países latinoamericanos.

5. Por consiguiente, la Conferencia realizó el estudio de estos dos grupos de problemas por intermedio de dos Comisiones. Las conclusiones de esas Comisiones, conjuntamente con las recomendaciones resultantes de sus deliberaciones, están englobadas en los Capítulos I y II, respectivamente, de este informe.

6. La Conferencia reconoció plenamente que los bosques de la América Latina deben ser utilizados de acuerdo con preceptos modernos y científicos. de manera de elevar el nivel de vida de la población a un plano compatible con la dignidad humana.

7. Por consiguiente, la Conferencia reconoció la necesidad de continuar aumentando el auxilio y la orientación proporcionados por organismos técnicos internacionales, especialmente por aquellos cuyos trabajos se relacionen con los bosques y productos forestales.

8. La Conferencia declaró firmemente que los bosques y sus productos no deben ser explotados por métodos primitivos o coloniales: por el contrario. los países latinoamericanos deben tener acceso a todos los conocimientos técnicos forestales y al necesario equipo mecánico. Con este propósito, las organizaciones internacionales adecuadas deben facilitar y proporcionar el auxilio financiero necesario para garantizar el desarrollo de los recursos forestales de la América Latina sobre bases racionales, contribuyendo así al bienestar y a las aspiraciones de todos los pueblos de la tierra.

9. Fué ésta la primera oportunidad que tuvieron los países latinoamericanos de reunirse en una Conferencia para considerar especialmente los problemas de la Silvicultura y los Productos Forestales. El único temor que abriga esta Conferencia es que después de haber logrado los representantes de las distintas naciones un amplio entendimiento, sus recomendaciones no sean llevadas a la práctica por los distintos gobiernos y organismos encargados de aplicarlas.

10. Previendo tal eventualidad, se decidió:

(a) Que el informe y las resoluciones de la Conferencia fueran sometidas a la inmediata consideración de los Gobiernos por cada delegación.

(b) Que el informe y las resoluciones fueran presentados también al Consejo y a la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación con la sugestión de que los pasos necesarios para la ejecución de las recomendaciones por los gobiernos y otros organismos internacionales, deberían ser debidamente coordinados.

(c) Que cada delegación sugiriera que a los resultados de la Conferencia y a los principios inherentes a su informe, se les diera una publicidad tan amplia como fuera posible, con el fin de ilustrar a los pueblos sobre la importancia y la urgencia de los problemas forestales de la América Latina.

Fué precisamente para evitar un tropiezo de esta naturaleza que la Conferencia adoptó cierto número de recomendaciones, todas las cuales fueron acogidas muy favorablemente, destinadas a no dejar en suspenso los resultados obtenidos y asegurar la prosecución de los trabajos iniciados por ella. Estas recomendaciones apremian a la FAO a que establezca una Junta de Trabajo Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales, y a los gobiernos, a constituir una Comisión Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales. Estos serán los dos organismos sobre los que descansará la responsabilidad de continuar el trabajo emprendido por la Conferencia y de mantener entre los países la cooperación que ellos mismos reconocieron en Teresópolis que era necesaria. Las resoluciones invitan también a los gobiernos a establecer sin más demora planes de desarrollo basados en los principios establecidos por la Conferencia, los cuales, al igual que los resultados obtenidos, serán examinados por una nueva Conferencia proyectada para 1960.

Estas son proposiciones concretas, cuya realización puede lograrse en corto tiempo y la experiencia obtenida en Europa ya ha demostrado que un plan de esta naturaleza puede conducir a resultados tangibles. A pesar de la diferencia en las circunstancias y en los problemas por resolver, todo hace esperar que los resultados que se obtengan en la América Latina serán igualmente favorables.

Pero el deseo de los delegados asistentes a Teresópolis de emprender medidas de acción se denota también en otro aspecto que no puede menos de atraer interés en la lectura del Informe. Es el aspecto decididamente práctico de las recomendaciones que han sido el fruta, de las deliberaciones de la Conferencia. Habiendo reconocido que, para que la explotación intensiva de los bosques de la América Latina produzca beneficios reales y duraderos a los países de este continente y a sus habitantes, era necesario que esta explotación fuese convenientemente reglamentada y basada sobre las prácticas de administración dasocrática que permitan la producción, por tiempo indefinido, de una utilidad constante y lo más elevada posible, la Conferencia concentró sus esfuerzos en definir los elementos indispensables para obtener estos resultados.

Esta fué la tarea de la Comisión II, y puede decirse que, salvo mínimas divergencias de opinión sobre asuntos de detalle, sus trabajos se desarrollaron en una atmósfera de unanimidad que atestigua el acuerdo absoluto de todos los delegados respecto a las bases necesarias para el fomento de los recursos forestales latinoamericanos y a las deficiencias a suplir lo más rápidamente posible, para cimentar esta actividad sobre bases sólidas.

Pero la Comisión no se contentó con hacer notar estas deficiencias y la necesidad de remediarlas. Indicó también la forma de hacerlo, los principios que había que observar y los medios prácticos a emplear. Uno de los ejemplos más sobresalientes del aspecto práctico de las deliberaciones de esta Comisión es probablemente la parte de su informe que se relaciona con la preparación del personal forestal, pasaje cuya redacción fué preparada por una subcomisión reducida a la cual se estimó prudente encomendar el estudio de este importante asunto. Esta subcomisión recomendó por una parte medidas a corto plazo que pueden ponerse fácilmente en ejecución ya sea por los gobiernos. O bien por la FAO con la mira de asegurar la preparación de ingenieros forestales en el extranjero, o de permitir la creación, con la ayuda de los elementos de que ya dispone cada país, de un núcleo de ingenieros forestales, de personal subalterno y de especialistas en trabajos de silvicultura o de industrias forestales. Por otra parte, formuló un programa a plazos más largos, para la preparación completa, en cada país, de los ingenieros forestales y técnicos madereros necesarios así como la creación de un instituto central latinoamericano que sería a la vez un centro de investigación y un establecimiento de instrucción técnica superior.

El mismo espíritu práctico caracteriza las recomendaciones relativas a organización de servicios forestales y de investigación, legislación forestal, inventarios forestales, y problemas de reforestación. Se observará especialmente que la Conferencia invitó a la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales a prestar su ayuda a los países interesados por medio de la publicación y difusión de folletos relativos a los inventarios forestales y a la legislación forestal.

Como estos son trabajos va emprendidos por la Dirección, el interés que les prestó la Conferencia es motivo de estímulo valioso para proseguirlos hasta su conclusión dentro del menor tiempo posible. En el mismo orden de ideas, se notarán también las recomendaciones relativas al envío por la FAO de expertos especializados en las diferentes materias mencionadas anteriormente, particularmente en ocasión del levantamiento del Censo Agropecuario Mundial de 1950. Estas recomendaciones concuerdan también con la política que esta Organización se propone seguir y de la que se esperan resultados fecundos.

Las deliberaciones de la Comisión I tocaron puntos más delicados puesto que no se referían ya, en general, a las bases mismas del fomento de los recursos forestales. Habiendo quedado establecidas las bases, el problema consistía en construir sobre ellas, y la cuestión de los detalles de la arquitectura que convenía adoptar podía dar lugar a numerosas divergencias de opinión. En efecto, las discusiones fueron largas y animadas, aunque en todas ellas prevaleció el mismo espíritu de cooperación. El hecho de que se llegara a soluciones comunes es por la tanto significativo así como también lo es el que estas soluciones estén animadas del mismo espíritu práctico que prevaleció en las deliberaciones de la Comisión II.

Dr. Virgilio Gualberto (Brasil), Presidente Ejecutivo de la Conferencia, dirigiéndose a los delegados.

La Comisión I logró en realidad definir claramente un programa de acción para la futura Junta de Trabajo y para la Comisión Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales. Habiendo e emprendido la falta de medios materiales y financieros para la realización de los extensos programas que muchos de los países tienen en proyecto o van a someter a estudio. esta Comisión señaló los medios por los cuales estos obstáculos pueden ser vencidos.

Aquí también se notará, desde el punto de vista práctico, la sugerencia que tiende a la preparación, por cada uno de los gobiernos interesados, de informes relativos a su situación respectiva y listas de los elementos que les son necesarios para asegurar convenientemente el desarrollo. el aprovechamiento y la conservación de sus recursos forestales. Estos informes y estas listas serán revisadas y coordinadas por la FAO, en estrecha colaboración con la Comisión Económica de las Naciones Unidas para la América Latina. En esta forma podrá elaborarse un informe completo sobre las necesidades de la América Latina, informe que permitirá atraer la atención de las organizaciones internacionales interesadas acerca de las necesidades particulares de la región en este capítulo.

Es importante señalar un punto especialmente interesante que, contrario a la mayoría de los demás, sólo dió lugar a ligeras discusiones. habiendo sido fácil lograr la unanimidad de las delegaciones. Se trata del que se refiere a la integración de las industrias forestales, considerada como base de desarrollo de estas industrias y de la explotación forestal. No es de extrañar que la idea de esta integración haya seducido a delegados decididos a intensificar las explotaciones forestales, a asegurar el mejor aprovechamiento de todos los productos de los bosques y a disminuir los precios de costo, fundando estas actividades en la explotación racional de las superficies forestales administradas cuidadosamente bajo el principio del rendimiento sostenido. Pero conviene decir que esta idea abre a la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales, a sus comités técnicos, a sus comisiones de trabajo y especialmente a su Junta de Trabajo para la América Latina, en fin, a los mismos gobiernos, amplios caminos de acción en los cuales deben penetrar con toda decisión. Las recomendaciones relacionadas con este asunto de importancia primordial no es uno de los resultados menos significativos logrados por la Conferencia de Teresópolis. Si se ponen en práctica se pueden esperar resultados espléndidos.

Un último aspecto de las recomendaciones de la Conferencia sobre el cual conviene llamar la atención, es el énfasis que colocan sobre la importancia que tiene establecer una estrecha cooperación entre los diversos organismos internacionales interesados en el desarrollo de la América Latina. En los considerandos y recomendaciones del informe de la Conferencia, se citan varios de estos organismos además de la FAO: la Comisión Económica de las Naciones Unidas para la América Latina, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Unión Panamericana.

En efecto, está claro que, si la explotación de los recursos forestales de la América Latina implica esencialmente estudios técnicos que forman su base y que están comprendidos dentro de las actividades de la FAO en cooperación con los Gobiernos interesados, el desarrollo económico y social a que deben y pueden dar lugar estos recursos no es más que una parte del desarrollo económico y social, tan extraordinario en otros dominios, en la región latinoamericana. Este aspecto no puede desarrollarse separadamente. La Conferencia lo ha expresado con toda claridad al declarar, por ejemplo, en las últimas páginas de su informe, que la educación forestal del público - necesaria para sostener la acción de los servicios forestales y para que una acertada legislación forestal pueda ponerse en vigor - no es simplemente más que una parte de la educación, y que en muchos países, la mejor manera de promoverla es reduciendo el analfabetismo.

Es así como la FAO se encuentra invitada a proseguir la ruta que ya ha emprendido, de una estrecha colaboración con todos los organismos internacionales que, sin perseguir su mismo fin específico, disponen, sin embargo, de ciertos medios indispensables para alcanzar este fin.

Sin duda, como lo subrayó el Director de Silvicultura y Productos Forestales en su discurso, y como lo han repetido los delegados en el Preámbulo de su informe anteriormente expuesto, la iniciativa y la carga más pesada descansan ahora en cada uno de los gobiernos individualmente. Mas la Conferencia les ha dado consejos claros y detallados y les ha señalado la ayuda que los organismos internacionales pueden prestarles.

Sobre todas las cosas, la Conferencia ha sido una demostración espléndida de lo que puede la colaboración entre países en el estudio de problemas difíciles y de lo que se podrá lograr en el futuro si se siguen las recomendaciones de Teresópolis. Este llamado a la cooperación en el esfuerzo ha encontrado una justa expresión en la comunicación presentada a la Conferencia por la delegación francesa, la que al ofrecer la ayuda inmediata de todas la estaciones de investigación, laboratorios y servicios diversos de que dispone su gobierno, ha concluido:

"No olvidemos que la comunidad de intereses de los países intertropicales se ha manifestado espontáneamente con anterioridad en la difusión. en toda su zona climática, de numerosas plantas útiles, que son indispensables hoy día para la vida de los pueblos de los países tropicales, o que han contribuido a su riqueza. Los bosques americanos han sido especialmente generosos en dones de todas clases que han enriquecido la agricultura tropical: la hevea en la Indo-Malasia, la cinchona en las Indias Neerlandesas, el cacao en Africa y toda una variedad de árboles frutales de frutas deliciosas hoy día repartidos por todo el mundo; Africa ha dado a la América sus cafetos, a la Indo-Malasia sus palmas de aceite, etc. Todos estos intercambios han contribuido a la evolución de la humanidad en las regiones tropicales.

Desde el punto de vista más directamente forestal, es de suponerse que otros cambios resultarían igualmente fecundos. Ojalá que el sentido de la cooperación forestal entre los países tropicales se despierte o se avive como resultado de conferencias como ésta."

Directiva de la Comisión II. Aparecen de izquierda a derecha. T. François (FAO), Secretario E. I. Kotok (Estados Unidos de América), Presidente; F. L. Larco (Perú), Vicepresidente; y L. A. García Villafañe (Venezuela), Relator.

Resoluciones adoptadas por la Conferencia

APROVECHAMIENTO DE LAS RIQUEZAS FORESTALES

I. Planes de Desarrollo

LA CONFERENCIA

RECONOCE que se deberán aprovechar los recursos forestales de la América Latina sobre una base racional, haciéndolo de acuerdo con las posibilidades de cada país,

RECOMIENDA que todos los gobiernos interesados de la América Latina formulen planes concretos para la utilización futura de sus recursos forestales en períodos de etapas sucesivas. La FAO debería prestar toda la asesoría técnica posible para esta finalidad a los gobiernos que así lo solicitaren. Los planes deberán incorporar los principios contenidos en las conclusiones de esta Conferencia, tomando en consideración las circunstancias particulares de cada país.

II. Necesidades Especiales

LA CONFERENCIA,

RECONOCIENDO que una explotación y aprovechamiento más intenso de los bosques y una producción mayor de gran número de productos forestales manufacturados requiere la disponibilidad de grandes cantidades de equipo y materiales que bajo las condiciones actuales de dificultades económicas, están sujetos a fuerte demanda ;

RECONOCIENDO así mismo, las ventajas de programas y planes establecidos por los gobiernos interesados, por medio de consultas recíprocas, formulados sobre bases comparativas con el auxilio de técnicos calificados;

SUGIERE (a) que todos los gobiernos latinoamericanos interesados presenten a la FAO una relación de su situación, necesidades más apremiantes y de los elementos de que carecen, indispensables pira un mejor desarrollo, utilización y protección de sus recursos forestales; (b) que esas listas e informes sean revisados y coordinados por la FAO en estrecho contacto y acuerdo con la Comisión Económica para Latinoamérica de las Naciones Unidas o con cualquiera otra agencia internacional competente, con la idea de preparar una amplia declaración racional acerca de las necesidades latinoamericanas y llamar la atención de todos los organismos internacionales y otras entidades que puedan estar interesadas en estas necesidades especiales de los países de Latinoamérica.

III. Financiamiento

LA CONFERENCIA,

RECONOCIENDO que en ciertos casos el capital requerido puede ser demasiado grande y no podría ser suscrito exclusivamente, por los recursos financieros nacionales,

RECOMIENDA que si se quiere que el desarrollo económico progrese más rápidamente durante los próximos anos, será necesario promover una mayor y mejor regulada afluencia de capitales, preferentemente por intermedio de las agencias internacionales que operan dentro de la estructura de la Naciones Unidas, y con especialidad por el Banco Internacional para la Reconstrucción y Fomento.

IV. Producción Forestal

LA CONFERENCIA,

RECONOCIENDO que los procedimientos seguidos en algunos países en la explotación de los bosques, siguen sistemas primitivos, lo que hace desmerecer la calidad de los productos y, consecuentemente ocasiona un bajo valor comercial,

RECOMIENDA a los países latinoamericanos productores de artículos forestales y sus derivados, a mejoramiento de los sistemas de explotación, prestando atención especial a la calidad de los artículos elaborados.

V. Industrias de Productos forestales

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que la maquinaria que actualmente se viene utilizando en los centros industriales ha sufrido un deterioro considerable, a lo que hay que agregar la imposibilidad de su modernización, por la falta de abastecimientos por los países productores; y,

CONSIDERANDO también, que un incremento substancial de la cantidad de maderas destinadas al consumo local, a la conversión industrial y a la exportación, requiere entre otras cosas una mayor eficiencia del trabajo en todas las fases de la producción, incluso una mejora de las técnicas en los aserraderos y en otras plantas industriales;

RECOMIENDA que los países de la América Latina deben planificar sus propias industrias forestales mediante la instalación de plantas modernas de producción y la modernización de las ya existentes. Las vías comerciales deberán expandirse de tal forma que las maquinarias y otros elementos de la industria forestal pueden ser adquiridos por los países de la América Latina que son productores y exportadores actuales o potenciales de productos forestales, permitiendo un intercambio comercial lógico y un mejoramiento recíproco en las condiciones de vida.

VI. Producción Industrial

LA CONFERENCIA,

RECONOCIENDO que mayores facilidades industriales locales podrían disminuir la dependencia en que se encuentran diversos países de la América Latina con respecto a la importación de productos de madera manufacturados o semi-manufacturados, y expandir sus potenciales comerciales.

RECOMIENDA la conveniencia de producir una mayor variedad de productos de madera y sus derivados, tales como maderas multilaminadas o contraplacadas, planchas de fibra (fiber boards), pulpa de madera, y otros productos manufacturados secundarios, así como proporcionar las facilidades para secar y preservar la madera, antes y después de su transformación.

VII. Control de los Cortes de Madera para Combustible

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que a fin de impedir la explotación antieconómica de los bosques, particularmente de los bosques protectores ubicados cerca de los centros poblados y en las regiones montañosas, las naciones de la América Latina deberán reglamentar la producción de leña y carbón vegetal, basándose para ello en los principios de una sana administración forestal,

SUGIERE la conveniencia de substituir gradualmente la leña y carbón vegetal, cuando ello fuere económico, por los combustibles minerales, propiciando a la vez una mayor utilización de la fuerza hidroeléctrica.

VIII. Integración de las Industrias

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que los países podrían prestar una atención primordial a sus planes de fomento forestal, adaptando modernas formas de explotación de bosques y métodos de extracción a las condiciones locales con la finalidad de intensificar la explotación, disminuir los desperdicios y reducir los costos ;

CONSIDERANDO así mismo que uno de los mejores medios de conseguir al incremento de la producción forestal e industrial bajo las condiciones que prevalecen en la América Latina, es por medio de la conveniente integración de las diversas industrias que utilizan la madera como materia prima, de manera que se abastas can de áreas forestales predeterminadas en el máximo de su rendimiento sostenido ;

RECOMIENDA a los gobiernos que con la ayuda de la FAO y de sus comités técnicos examinen detalladamente las posibilidades de establecer industrias forestales integrales en localidades seleccionadas en la América Latina y de instalar plantas piloto.

IX. Mercadeo de los Productos Forestales

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que un proceso de comercialización fácil y seguro, sólo sería factible si el costo del corte, extracción, transporte e industrialización de la madera puede conservarse al mínimo compatible con la calidad del producto y sin menosprecio de la justa remuneración que corresponde a la mano de obra; y que este hecho sugiere la necesidad del perfeccionamiento de los sistemas de explotación de bosques, como requisito esencial para la comercialización de productos técnicamente satisfactorios a precios que atraigan compradores potenciales,

SUGIERE que la FAO debería asesorar sobre métodos adecuados para proseguir los estudios preliminares a fin de lograr métodos uniformes para la venta de las maderas y sus derivados.

X. Comercio Internacional 1

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que será difícil una mayor expansión de la exportación de madera mientras el comercio internacional se vea obstaculizado por los diferentes sistemas de control existentes y los elevados fletes terrestres, fluviales y marítimos, en tanto que la exportación de productos semi-manufacturados disminuiría las necesidades de espacio de los embarques y reduciría considerablemente los costos de fletes;

CONSIDERANDO que las exportaciones que actualmente se componen principalmente de materias primas deberían consistir preferiblemente, en gran parte, de productos elaborados y que es indispensable que los mercados compradores traten de adquirir estos productos elaborados a medida que estos vayan apareciendo, para que se pueda alcanzar esta transición ;

RECOMIENDA que la FAO, en consulta con los organismos técnicos y económicos que estime conveniente, realice las investigaciones de todos los factores susceptibles de facilitar al comercio internacional de dichos productos, especialmente en lo que se refiere a fletes.

( 1 El delegado del Reino Unido desea hacer constar su voto en contra de esta resolución fundándose en (a) que el segundo considerando se refiere A cuestiones de principio que sólo competen a rada país, de conformidad con su política económica, y (b) que la FAO no es la entidad indicada para asesorar acerca de medios y formas de solucionar las dificultades específicas haría las males llama la atención.)

XI. Uniformidad de los Productos Forestales

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que la intensificación del comercio internacional de productos forestales, exige especificaciones comerciales uniformes, que permiten un conocimiento exacto de las calidades y especificaciones de los productos,

URGE que la FAO, en consulta con los gobiernos latinoamericanos procure establecer normas uniformes para la clasificación, especificación y dimensiones a usarse en el comercio internacional de los diversos productos forestales latinoamericanos, en interés tanto de los productores, como de los consumidores.

XII. Publicidad acerca de los Productos Forestales Latinoamericanos

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que la publicidad referente a las maderas y otros productos forestales de la América Latina debería ser intensificada en los países consumidores y las calidades de determinadas especies ampliamente divulgadas, ya que muchas de las dificultades para la comercialización de los productos forestales y derivados se debe, en gran parte, a la falta de conocimiento de su existencia y de su calidad, en los países interesados,

RECOMIENDA que los gobiernos de los países latinoamericanos den a conocer mediante una inteligente propaganda exterior, la excelente calidad de los productos forestales de las Américas, a fin de procurar atraer la atención hacia las posibilidades del incremento del comercio.

XIII. Investigaciones sobre Productos Forestales

LA CONFERENCIA,

CONSIDERANDO que la expansión de los mercados y de la utilización de los productos forestales exige un gran desarrollo en las investigaciones de laboratorio, cuyos resultados deben ser comparados, coordinados y difundidos con amplitud,

RECOMIENDA (a) que todos los gobiernos latinoamericanos utilicen ampliamente las facilidades de investigación nacionales e internacionales existentes pidiendo, si fuere necesario, la colaboración de la FAO en este asunto. Debe prestarse la debida atención a la aplicación de los conocimientos existentes en el campo de la investigación, donde quiera que sean apropiados; (b) la creación de un Centro Latinoamericano de Investigaciones adecuadas, consagrado a los problemas especiales de los países latinoamericanos. La FAO deberá consultar con la Unión Panamericana y los gobiernos interesados acerca de la mejor ubicación de este Instituto.

XIV. Trabajo

LA CONFERENCIA

Llama la atención de los gobiernos latinoamericanos sobre la importancia de las siguientes normas para los trabajadores madereros y forestales:

(a) seguridad en el empleo,
(b) establecimiento de salarios equitativos,
(c) mejoramiento del standard de vida, especialmente en lo que refiere a habitación, higiene y alimentación
(d) facalidades de enseñanza técnica.

XV. Estadísticas de Productos Forestales

LA CONFERENCIA,

RECONOCIENDO la importancia de que todos los gobiernos puedan estar constantemente informados acerca de la producción, consumo y comercio de los productos forestales,

SUGIERE a los gobiernos latinoamericanos: (a) asegurar la compilación de todos los antecedentes y datos comparativos, según lo demanda el programa estadístico de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO; (b) proporcionar a la FAO los datos estadísticos anuales referentes a productos forestales. Este programa mínimo debe incluir datos que abarquen los más importantes productos madereros, así como la producción anual de los bosques, la producción industrial y el comercio exterior.

RECOMIENDA que la FAO envíe sus especialistas a la América Latina con el objeto de preparar y asesorar a los técnicos especialistas en estadística y para promover Un contacto directo entre los funcionarios encargados de los problemas de estadística que surjen de las actividades de la FAO.

PROTECCION Y DESARROLLO DE LOS RECURSOS FORESTALES

XVI. Servicios Forestales

LA CONFERENCIA RECOMIENDA

(a) que se encarezca a todos los Gobiernos la formación de Servicios Forestales técnicos especializados, autónomos o adscriptos a un Ministerio que comprenda funciones afines ;

(b) que estos Servicios mantengan proporción con la obra que van a realizar, con la magnitud de los recursos forestales y con los programas por desarrollar ;

(e) que se les asignen presupuestos adecuados para el eficaz desarrollo de su labor ;

(d) que para el establecimiento de Servicios de esta naturaleza la FAO asesore técnicamente a los países que lo requieran, a expensas de sus respectivos gobiernos ;

(e) que sería conveniente también establecer una estrecha colaboración entre los servicios forestales de los países latinoamericanos, para lo cual la FAO suministrará la ayuda y el asesoramiento necesarios.

XVII. Investigaciones Forestales

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA

(a) encarecer a todas las naciones de la América Latina que emprendan un programa de investigaciones forestales cuya realización, repartida entre el mayor número posible de localidades, se efectúe bajo la supervisión del servicio forestal de cada país y cuyos resultados deberían concentrarse finalmente en un instituto central para su divulgación posterior,

(b) que la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO preste la atención necesaria al próximo desarrollo del proyecto de Instituto de la Hylea Amazónica, auspiciado por UNESCO, en vista del interés que este Instituto podría presentar para la realización de la recomendación anterior y, en todo caso, vista la necesidad de establecer una cooperación estrecha con este Instituto, ya que podría contribuir provechosamente a las investigaciones forestales en la cuenca amazónica.

XVIII. Preparación del Personal

LA CONFERENCIA

(1) Para acción inmediata

RECOMIENDA

(a) que la FAO, levante un censo de los centros de enseñanza forestal en el cual se especifique:

(i) la ubicación y el medio en que actúan;
(ii) los programas de enseñanza;
(iii) la duración de los cursos;

(b) que la FAO se mantenga al tanto de la distribución de las becas que otorgan las universidades, laboratorios y gobiernos, destinadas a la formación y al perfeccionamiento de personal técnico especializarlo.

(c) que los diferentes gobiernos propicien la creación o la intensificación de los cursos forestales con el objeto de preparar:

(i) ingenieros agrónomos-silvicultores, cuyos estudios estén basados en las escuelas de ingeniería agronómica y otras escuelas similares, de rango universitario con uno o más años de especialización en ciencias forestales.

(ii) peritos forestales formarlos en escuelas vocacionales, para ser encargados de faenas de forestación, de corte y aserraderos y de otros trabajos en industrias forestales afines.

(iii) guardias forestales, encargados de la vigilancia forestal y de la aplicación de las leves forestales, el control del fuego, etc.

(iv) cursos de divulgación, de corta duración, para propietarios de bosques y plantadores para la capitación técnica de operadores de aserraderos, etc.

(d) que se intensifique la práctica del canje de profesionales especialistas de los distintos países y entre los profesores y alumnos de los establecimientos educativos. En los casos en que el canje no fuere posible, se recomienda el envío de profesores de universidades reconocidas en enseñanza forestal.

(2) Como programa de acción mediata:

RECOMIENDA

(a) la creación de Escuelas Forestales especializadas, de rango universitario, para la formación de ingenieros forestales capaces de realizar labores directivas, de política forestal, de administración, etc.;

(b) que se ponga en práctica la recomendación del Subcomité de Bosques Inexplotados de la FAO, reunido en Ginebra en agosto de 1947, relativa al establecimiento de un Instituto Latinoamericano de Ciencias Forestales, en el que se realicen programas de investigación fundamental y de enseñanza técnica superior para postgraduados;

(c) que la FAO, en acuerdo con la Unión Panamericana estudie la ubicación más ventajosa para fundar dicho Instituto y que a tal fin realice las gestiones pertinentes con aquellas naciones que demuestren interés en ese proyecto.

XIX. Inventarios Forestales

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA

(a) encarecer con toda urgencia a todos los países de América Latina que realicen o completen sus inventarios forestales;

(b) que estos inventarios se hagan en una forma progresiva, a fin de cubrir al principio objetivos generales; por ejemplo, la determinación de las áreas forestales, de los tipos de bosques, de los suelos que necesitan forestación y, a medida que sea necesario, ir cubriendo los objetivos indispensables que permitan la ordenación racional de los bosques, de acuerdo con la densidad de las especies forestales de valor económico, su volumen, crecimiento, etc.;

(c) que los gobiernos reconozcan toda la importancia del Censo Agrícola Mundial de 1950 y el lugar prominente que debe corresponder a los bosques en este censo.

(d) que la FAO asesore a los gobiernos que lo deseen facilitando la cooperación entre los países, o informándoles sobre los métodos que deban adoptarse, por medio de:

(i) la publicación y distribución de un folleto que describa los métodos utilizados en el levantamiento de inventarios, ya sea en reconocimientos de carácter general, o para la determinación detallada de los factores esenciales para la ordenación forestal. A este folleto deberá acompañarse un opúsculo de la terminología forestal.

(ii) El envío a los países que lo solicitaren, a sus expensas y con bastante anticipación al censo de 1950, de uno o más técnicos, que asesoren a los gobiernos sobre la organización o reforma de sus servicios estadísticos a fin de uniformar, especialmente desde el punto de vista forestal, los métodos para el levantamiento de inventarios y garantizar así la mayor exactitud posible en los resulta dos.

XX. Legislación Forestal

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA

(a) que los gobiernos de las naciones de América Latina que no tengan legislación forestal promulguen cuanto antes las leyes tendientes a proteger y desarrollar sus recursos forestales

(b) además, que las naciones que ya hayan legislado sobre esta materia, introduzcan las modificaciones pertinentes que tiendan a mejorar las respectivas disposiciones actuales.

(c) que la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO asesore a los países que quieran estudiar o reformar la legislación forestal por los medios siguientes:

(i) compilando, estudiando y comparando la legislación existente y difundiendo el resultado de sus estudios entre los países interesados, a fin de informarlos acerca de los principios básicos sobre los cuales conviene fundamentar una sana legislación y ayudarlos así a adaptarlos a sus condiciones particulares.

(ii) favoreciendo la cooperación sobre esta materia entre todos los países de América Latina que tengan problemas comunes;

(iii) enviando expertos en legislación forestal a los países que así lo solicitaren, cuyos servicios serán prestados a expensas de los respectivos gobiernos.

XXI. Reforestación

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA

(a) sugerir a tardos los gobiernos de América Latina que aún no los tengan, la iniciación de planes de reforestación, incluyendo en ellos un programa de víveres forestales para la distribución gratuita de plantas y que los fondos necesarios para llevar a cabo dichos planes, los obtengan de recursos nacionales y privados;

(b) que se promueva la investigación de los resultados que se obtengan en los planes de reforestación, especialmente en lo concerniente a las condiciones geográficas, ecológicas y económicas de las regiones en donde se desarrollen; asimismo, que se mantenga un asiduo intercambio de información entre los países sobre los resultados obtenidos en el curso de estas investigaciones.

(c) que en todo lugar donde sea necesario, se introduzcan disposiciones especiales en la ley forestal para favorecer las labores de reforestación.

(d) que se efectúen los trabajos en estrecha colaboración, cuando sea necesario, con las organizaciones industriales interesadas en estos trabajos, así como con municipalidades.

(e) que la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO preste su ayuda técnica en esta materia a los países que la pidan, a expensas de sus respectivos gobiernos.

(f) que la misma Dirección considere con toda atención la conveniencia de estudiar y promover la firma de una convención internacional para la certificación de semillas y de plantas forestales.

Momento de ser adoptado el Informe de la Conferencia durante la sesión plenaria final.

XXII. Educación del Público

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA

(a) sugerir a los gobiernos de todas las naciones de América Latina que interesen a la prensa, la radio y el cine en cuestiones forestales; favorezcan las organizaciones privadas dedicadas a la difusión de las prácticas forestales; aprovechen todas las oportunidades de divulgación y procuren, en fin, la colaboración de las instituciones que puedan desarrollar una acción benéfica en la conciencia del pueblo.

(b) sugerir a los gobiernos que consideren con particular atención la enseñanza en las escuelas de nociones elementales de protección a la naturaleza.

(c) que en la América Latina, así como en el ámbito mundial, la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO continúe sus esfuerzos para la difusión de los principios forestales, a fin que su acción sirva de apoyo o toda otra iniciativa de estos países.

(d) que la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO continúe trabajando en estrecha colaboración con la UNESCO con el propósito de favorecer el desarrollo de la enseñanza forestal elemental, por medio de un programa de educación fundamental y de otros medios educativos. A tal efecto, puede sugerir que en la Conferencia sobre Conservación de los Recursos Naturales Renovables que se celebrará en Denver, Estados Unidos de América, en el curso de este año, se dé la debida importancia al aspecto educativo.

OTRAS MEDIDAS

XXIII. Junta Latinoamericana de Trabajo sobre Bosques y Productos Forestales

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA a la FAO que su Dirección de Silvicultura y Productos Forestales, con el fin de ayudar a la solución de los problemas forestales de Latinoamérica, establezca una Junta de Trabajo Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales, integrada por técnicos miembros de la FAO.

XXIV. Comisión Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA

(a) que se cree una Comisión Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales, integrada por delegados técnicos de todos los países latinoamericanos, la cual se reunirá periódicamente para orientar a la Junta de Trabajo de Bosques y Productos Forestales de la FAO y para asegurar que sus trabajos lleguen al conocimiento de los gobiernos de los países latinoamericanos, para su aplicación.

(b) que esta Comisión Latinoamericana de Bosques y Productos Forestales considere como su primer objetivo la adopción por parte de los gobiernos latinoamericanos de todas las providencias necesarias para la realización de las recomendaciones de esta conferencia;

SOLICITA encarecidamente a los gobiernos latinoamericanos que permitan a sus expertos y especialistas auxiliar a la FAO prestando sus servicios en esta comisión o en cualquier otro organismo técnico que la Organización decida convocar.

XXV. Estudio de los Planes y Progresos Realizados

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA que en el próximo año y con la asistencia, si es necesario de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO y de su Junta de Trabajo para la América Latina y de sus comités técnicos, cada uno de los gobiernos interesados, estudien y elaboren basándose en los principios enunciados en esta Conferencia, un plan de desarrollo forestal dentro de un plazo determinado,

RECOMIENDA

(a) también, que estos planes y los resultados obtenidos por la aplicación de las normas recomendadas en esta Conferencia, sean presentados, en 1950, a une nueva conferencia forestal latinoamericana, para el efecto de conocer los adelantos logrados en los distintos países.

(b) que la FAO realice con suficiente anticipación las consultas necesarias para la determinación de la sede de la Conferencia.

XXVI. Suministro de Técnicos Extranjeros

LA CONFERENCIA

RECOMIENDA que la FAO asesore a los organismos competentes sobre las medidas prácticas que permitan a la América Latina obtener la colaboración de técnicos, expertos capacitados y trabajadores especializados extranjeros en materia de silvicultura, maderas e industrias afines, de entre los grupos de personas desplazadas por la guerra que deseen establecerse permanentemente en dichos países.

Delegados y Representantes que asistieron a la Conferencia

BRASIL

Delegado en Jefe: DANIEL DE CARVALHO, Ministro de Agricultura

Suplente: VIRGILIO GUALBERTO, Presidente del Instituto Nacional del Pino

Miembros: LUCIANO PEREIRA DA SILVA, Asesor Legal, Presidente del Consejo Federal de Silvicultura
ANTONIO DA CUNHA BAYMA, Auxiliar Técnico del Ministerio do Agricultura
LINCOLN NERY DA FONSECA, Secretario General del Instituto Nacional del Pino
RAYMUNDO PIMENTEL, GOMES, Director del Servicio Forestal
OLIMPIO FLORES, Jefe de la Comisión del Convenio de Wáshington, Ministerio de Finanzas
JESÚS SOARES PEREIRA, Jefe de la Dirección de Economía Forestal del Instituto Nacional del Pino

Asesores: SILVIO AZEVEDO LIMA, Jefe de la Dirección de Estadísticas del Instituto Nacional del Pino
JOSÉ BENIGNO DE OLIVEIRA, Jefe de la Dirección de Silvicultura del Estado de Minas Geraes
JOÃO GERALDO KUHLMAN, Director de los Jardines Botánicos
DURVAL VIERA CALAZANS, Jefe de la Dirección de Clasificaciones del Instituto Nacional del Pino
MANOEL V. GUSMAO FRAGA, Jefe de la Dirección de Reforestación del Instituto Nacional del Pino
ARMANDO SAMPAIO NAVARRO, Director del Servicio Forestal de la Companhia Paulista de Estradas de Ferro
NELSON ALVES FONSECA, Ministerio de Relaciones Exteriores

Secretario General: PAULO FERREIRA DE SOUZA, Subdirector de los Servicios Forestales del Ministerio de Agricultura

CUBA

Delegado en Jefe: GABRIEL LANDA, Embajador en Brasil, Embajada de Cuba, Río de Janeiro

CHILE

Delegado en Jefe: RAÚL GONZÁLEZ GUZMÁN, Profesor de Silvicultura, Temuco, Chile

ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

Delegado en Jefe: EDWARD I. KOTOK, Jefe Auxiliar u cargo de Investigación, Servicio Forestal de los Estados Unidos, Wáshington, D. C.

Miembro: JOSEPH LEO MULLER, Jefe, Sección de Productos Forestales, Oficina de Comercio Internacional, Departamento de Comercio, Wáshington, D. C.

Asesor: GUY LOUIS BUSH, Agregado Agrícola, Embajada de los Estados Unidos de América, Río de Janeiro

FRANCIA

Delegado en Jefe: JEAN LARRIEU, Inspector General de Aguas y Bosques

Miembro: ANDRÉ AUBRÉVILLE, Inspector General de Aguas y Bosques

GUATEMALA

Delegado en Jefe: FRANCISCO GUERRA Y MORALES, Ministro de Guatemala en el Brasil

HONDURAS

Delegado en Jefe: MANOEL SOTO DE PONTES CAMARA, Cónsul de Honduras, Río de Janeiro

MEXICO

Delegado en Jefe: HÉCTOR LAZOS, Agregado Agrícola a la Embajada de México, Buenos Aires

NICARAGUA

Delegado en Jefe: JOSÉ MERCEDES PALMA, Cónsul de Nicaragua, Río de Janeiro

PAISES BAJOS

Delegarlo en Jefe: IZAAK ANTHONIE DE HULSTER, Jefe del Servicio Forestal, Surinam

Asesor: JUSTUS WILHELM GONGGRYP, Profesor de la Universidad de Delft

PARAGUAY

Delegado en Jefe: GILDO GUERRERO INSFRÁN, Agrónomo, Ministerio de Economía

PERU

Delegado en Jefe: FELIPE LIVONI LARCO, Secretario de la Embajada del Perú, Río de Janeiro

REINO UNIDO

Delegado en Jefe: WILLIAM ANTHONY SOWDEN, Primer Secretario (Comercial), Embajada Británica, Río de Janeiro

REPUBLICA DOMINICANA

Delegado en Jefe: PEDRO PABLO CABRAL, Primer Secretario. Embajada de 1A República Dominicana, Río de Janeiro

URUGUAY

Delegado en Jefe: GABRIEL M. CALDEVILLA, Director del Servicio Nacional de Parques

Miembro: ALFREDO T., WEISS, Director de Economía y Estadísticas Agrícolas

VENEZUELA

Delegado en Jefe: HÉCTOR HERNÁNDEZ CALABAÑO, Director de Silvicultura, Ministerio de Agricultura

Miembro: Luis A. GARCÍA VILLAFAÑE, Jefe del Departamento Forestal

ARGENTINA

Representante: JOSÉ M. ASTIGUETA, Primer Secretario, Embajada Argentina, Río de Janeiro

CANADA

Representante: MAURICE BELANGER, Secretario Comercial, Embajada del Canadá, Río de Janeiro

ITALIA

Representante: ELISIO BALLERINI, Consejero Comercial, Embajada de Italia, Río de Janeiro

PORTUGAL

Representante: JOSÉ ALVES, Ingeniero Forestal, Funcionario del Gobierno de Portugal, Servicio Forestal

NACIONES UNIDAS

Representante: PAUL VANORDEN SHAW, Director, Centro de la formación de las Naciones Unidas, Río de Janeiro

UNESCO

Representante: BASILE MALAMOS, Funcionario para la Cooperación Científica en la América Latina

Adjunto: FILHO LUIS EMYGDIO DE MELLO

ORGANIZACION INTERNACIONAL. DEL TRABAJO

Representante: ALFONSO BANDEIRO DE MELLO, Jefe del Departamento de Bótanica, Museo Nacional, Río de Janeiro

UNION PANAMERICANA
(Véase a continuación)

INSTITUTO INTERAMERICANO DE CIENCIAS AGRICOLAS

Representante: RALPH HERBERT ALLEE, Director - También en representación de la Unión Panamericana

Adjunto: MANUEL ELGUETA, Agrónomo, Jefe del Departamento de Producción Vegetal


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