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Medio siglo de actividades forestales estadounidenses

por RICHARD E. MCARDLE

Jefe del Servicio Forestal de los Estados Unidos

En el año de 1955 se cumple el quincuagésimo aniversario de la creación del Servicio Forestal estadounidense. Es buena coyuntura para pasar revista al medio siglo de progresos forestales en los Estados Unidos y proceder a un nuevo examen de las tareas aún pendientes de realización.

Hace cincuenta años, la silvicultura aún era en los Estados Unidos un concepto teórico en unos cuantos espíritus previsores; sólo en contados lugares había sido objeto de algún que otro ensayo de alcance muy limitado sobre el terreno.

Cuando se emprendió la colonización de las tierras que actualmente constituyen los Estados Unidos, grandes zonas de tales territorios estaban cubiertas de bosques. Casi todas las tierras situadas al este de las Grandes Llanuras eran bosque virgen. En las zonas montañosas del Oeste se encontraban también grandes extensiones de bosque. Los árboles cerraban el paso a las ciudades, a las explotaciones agrícolas y a los mismos hogares. La madera era abundante; su valor, bajísimo. Los bosques se explotaban pródigamente o se talaban antieconómicamente en grandes extensiones.

Hace cincuenta años, la mayor parte de la gente aún creía que los bosques eran inagotables; siendo contados los propietarios que pensaran en someter a ordenación los terrenos arbolados para hacerlos producir constantemente. La corta ajena a toda preocupación era práctica seguida casi sin excepción. Sólo unos cuantos hombres y mujeres previeron el día en que las zonas forestales de un país en expansión habían de constituir uno de sus recursos vitales.

El Servicio Forestal se creó en 1905. Aunque el Gobierno Federal había ido realizando algunos trabajos forestales unos años antes, hasta el momento de crearse dicho Servicio no se forjó una amplia política nacional de conservación de bosques ni empezó a hacer verdaderos progresos la silvicultura estadounidense. Casi todos los grandes triunfos por ésta conseguidos se han registrado en el curso del pasado medio siglo... es decir, durante la vida de muchos que todavía despliegan actividades en el campo de la silvicultura.

Alcance del Servicio Forestal

La labor del Servicio Forestal se ha centrado en tres actividades principales: investigación forestal; administración de los parques forestales nacionales y cooperación con los diferentes estados y propietarios privados en la realización de programas forestales.

El estudio de los montes y de los métodos forestales constituyó la principal actividad desarrollada por el pequeño organismo forestal que precedió al Servicio Forestal en la Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos. La labor de investigación se amplió en gran medida después de crearse el Servicio Forestal. En 1908 puso éste en marcha su primera estación de experimentación forestal, la de Fort Valley, en la meseta de Coconino, en Arizona. No tardaron en establecerse otros montes y pastizales experimentales. Las investigaciones que con carácter de labor precursora se llevaron a cabo en estas estaciones y en otros puntos aportaron un gran cúmulo de conocimientos que coadyuvaron al perfeccionamiento de la lucha contra incendios, la ordenación de montes, pastizales y cuencas colectoras. El Laboratorio de Productos Forestales, creado en 1910 en cooperación con la Universidad de Wisconsin, empezó a dar casi inmediatamente resultados valiosos para los fabricantes, transformadores y consumidores de maderas.

Por la Ley McSweeney-McNary de 1928, el Con graso sentó una amplia base legal para la realización de un programa de investigaciones forestales en los Estados Unidos. De conformidad con esta ley, el Servicio Forestal continuó estableciendo estaciones regionales de experimentación sobre montes y pastizales para atender a las principales regiones forestales del país. En la actualidad, el Servicio Forestal mantiene un Laboratorio de Productos Forestales y nueve estaciones experimentales regionales, con numerosos centros de experimentación directa sobre montes, pastizales y cuencas colectoras. En Puerto Rico y Alaska existen asimismo pequeñas secciones de experimentación forestal. Varias de las estaciones de experimentación forestal mantienen sus oficinas centrales o locales en cooperación con las universidades de los estados o privadas y están enclavadas en los terrenos de éstas. Organismos oficiales y privados e industrias forestales también llevan a cabo investigaciones forestales, colaborando con ellos el Servicio Forestal en la realización de no pocos proyectos de investigación.

Los parques forestales nacionales

Los primeros parques forestales nacionales se establecieron constituyendo en reserva determinadas zonas de patrimonio público situadas en su mayor parte en los estados del oeste del país. Posteriormente, el Congreso autorizó la adquisición oficial de tierras para destinarlas a parques forestales nacionales, estableciéndose otros más en la zona oriental del país. Al establecimiento de parquee nacionales se opusieron al principio muchos que creían que estos bosques públicos iban a acotarse, entorpeciendo así el desenvolvimiento de la industria local y sacrificando el presente al porvenir. Pero el Servicio Forestal adoptó el principio de que la silvicultura es la conservación de los bosques mediante su aprovechamiento racional y que todas las tierras enclavadas en los parques nacionales habían de destinarse siempre a su aprovechamiento más productivo en beneficio de la población toda.

En 1905, los parques nacionales eran en su mayor parte zonas lejanas del interior sin explotar. Había pocas carreteras y demás medios de protección y ordenación. Hoy, estos parques desempeñan una importante función en la economía del país. Hay 150 parques forestales nacionales enclavados en 39 estados y en Alaska y Puerto Rico. La superficie que ocupan suma en total más de 73 millones de hectáreas. Actualmente permiten una corta anual de 27.180.000 m³ de madera. A medida que van construyéndose nuevas vías por zonas actualmente inaccesibles y a medida que va aumentando el material básico en crecimiento, puede incrementarse la producción anual sostenida. Los bosques nacionales contribuyen también a la producción ganadera del país procurando pastos estacionales para más de 8 millones de cabezas de ganado vacuno y ovino. En el pasado año, los parques nacionales fueron visitados por 40 millones de personas en busca de esparcimiento al aire libre. El Servicio Forestal ha establecido unas 4.500 zonas para acampar y efectuar excursiones y 200 para la práctica de deportes de invierno. En estos bosques vive una fauna silvestre muy numerosa, que abarca cerca de una tercera parte de la caza mayor de la nación. Comprenden 130.390 Km. de arroyos de pesca y más de un millón de hectáreas de lagos.

En los parques forestales nacionales está enclavada parte de los cursos superiores de muchos de los ríos más importantes de la nación. Están situados principalmente en las zonas de gran altitud, a lo largo de las cadenas de montañas, zonas de máxima precipitación. Estos bosques coadyuvan a proteger el abastecimiento de agua de unas 1.800 capitales y ciudades, de más de 5 millones y cuarto de hectáreas de tierra agrícola de regadío, de más de 600 centrales hidroeléctricas y de miles de instalaciones industriales.

En su calidad de propiedad del Estado que contiene recursos naturales básicos, los bosques nacionales se administran en régimen de producción constante. La administración procura que sirvan a diversos fines, siguiendo la norma de someter todos los recursos forestales a un aprovechamiento equilibrado y de obtener el máximo volumen de ingresos y de beneficios para el público.

Proyectos cooperativos

Como en los Estados Unidos la mayoría de los terrenos forestales de interés comercial es de propiedad privada, la protección y ordenación racional de estos montes de propiedad privada revisten gran importancia para la economía de la nación. El Servicio Forestal se ha esforzado en cumplir su cometido en esta esfera mediante la realización de diversos programas que lleva a cabo en cooperación con los estados.

El Servicio Forestal colabora con las dependencias forestales de los estados para proteger contra incendios los terrenos forestales de éstos y los de propiedad privada. Coopera también con los estados en la producción y distribución de plantitas de vivero a bajo costo para la plantación en terrenos de propiedad privada. Otro programa cooperativo persigue la finalidad de informar y asesorar en el aspecto técnico a los propietarios de terrenos forestales y a los industriales transformadores de productos forestales primarios. Se encuentran en marcha diversos proyectos cooperativos encaminados a combatir focos de insectos y enfermedades forestales. Servicios de divulgación federales y estatales llevan a cabo un programa de difusión de nociones de silvicultura entre los agricultores.

En el curso de los pasados cincuenta años, la mayoría de los diversos estados han ido oreando departamentos forestales. En la actualidad, casi todos los 48 estados de la Unión, así como Hawaii y Puerto Rico llevan a cabo programas de fomento forestal. Con la cooperación federal, los estados han extendido la protección organizada contra incendios a más de 151 millones de hectáreas de terrenos forestales de propiedad estatal y privada y de cuencas hidrográficas. En 1953, los servicios de protección de los estados redujeron la superficie incendiada a menos del 1 por ciento (0,7 por ciento) de toda el área protegida. De los 21½ millones de hectáreas que todavía carecían de protección organizada destruyeron los incendios el 13,5 por ciento.

En 1954, los viveros forestales de los estados distribuyeron 465 millones de árboles para plantar en terrenos de propiedad privada. Se prestó asistencia técnica a 32.224 propietarios de montes cuyas propiedades sumaban un total de 1.035.223 hectáreas. Estados, condados y municipalidades mantienen cerca de 11 millones de hectáreas de montes y parques estatales y comunales.

Montes de propiedad privada

En los últimos cincuenta años se han registrado en los Estados Unidos notables adelantos en la silvicultura privada. En la actualidad, gran número de propietarios administran sus montes en régimen de producción sostenida de cosechas de madera. Muchas de las grandes compañías madereras y fábricas de pulpa y papel disponen ahora de técnicos forestales propios para ayudarlas a desarrollar prácticas racionales de ordenación forestal. Diversas empresas privadas y asociaciones industriales forestales distribuyen también plantitas de vivero gratuitamente y prestan asesoramiento y asistencia técnica a los pequeños propietarios.

En lo que atañe a las pequeñas propiedades privadas, la silvicultura no ha adelantado tanto. El número de propietarios de pequeños terrenos arbolados asciende a 4½ millones De éstos, tres cuartas partes son agricultores. Las pequeñas propiedades, agrícolas y no agrícolas, comprenden tres cuartas partes de toda la superficie arbolada explotable de propiedad privada de los Estados Unidos. Los constantes esfuerzos de divulgación y asistencia técnica desplegados por el Servicio Forestal, los departamentos forestales de los estados, las industrias forestales y las asociaciones privadas de conservación de recursos naturales han coadyuvado a imprimir ímpetu a la aplicación de la ordenación de montes a algunos de estos pequeños terrenos arbolados, pero son muchos más aquellos en que todavía no se aplican medidas silvícolas.

Enseñanza forestal

Hace medio siglo sólo había en los Estados Unidos un puñado de hombres dotados de formación profesional en silvicultura. Hasta 1898, en ningún colegio universitario estadounidense se podía cursar estudios completos de ingeniería forestal, siendo la Universidad de Cornell la primera en organizar tales estudios. La Escuela de Montes de la Universidad de Yale se estableció en 1900.

En la actualidad suman más de 30 las universidades y escuelas superiores de los Estados Unidos en que se da una formación profesional completa en ingeniería forestal. En los pasados cincuenta años, más de 21.000 estudiantes han seguido cursos regulares de ingeniería forestal de cuatro años de duración y más de 4.000 han obtenido el título de «Master» o de «Doctor» en la especialidad.

En los dos primeros decenios del siglo actual, el Servicio Forestal era el principal organismo donde se empleaban los forestales. En 1912, un 60 por ciento de los ingenieros forestales de los Estados Unidos estaban al servicio del Gobierno Federal, calculándose que en algunos momentos dicha cifra ascendió al 95 por ciento. El Servicio Forestal sigue siendo el centro más importante de empleo de forestales capacitados, pero actualmente sólo tiene contratados una parte del total de éstos. Los estados, municipalidades, centros docentes, asociaciones industriales y corporaciones privadas emplean también a gran número de forestales titulados. Las industrias forestales sólo dan trabajo actualmente a cerca de 6.000.

Fundación de la silvicultura estadounidense

Mientras la silvicultura fué desarrollándose en Europa a lo largo de siglos enteros, la silvicultura estadounidense empezó hace poco más de medio siglo, falta casi totalmente de base técnica.

La silvicultura europea contribuyó en gran medida al rápido desenvolvimiento de la silvicultura en los Estados Unidos. Cuando en 1876 destinó el Congreso una pequeña asignación para el nombramiento de un técnico que estudiara la situación forestal del país e informara sobra ella, uno de los cometidos que se le señalaron fué determinar «las medidas que se han aplicado satisfactoriamente en el extranjero... para la conservación y restablecimiento o plantación de bosques». El técnico entonces nombrado, Dr. Franklin B. Hough, se trasladó a Europa unos años después y llevó a cabo un estudio de la silvicultura en los países del continente. En su tercer informe, presentado en 1882 al Congreso, dió cuenta de los resultados de tal estudio. Las pequeñas Direcciones de Montes que precedieron al Servicio Forestal en la Secretaría de Agricultura, tuvieron de jefe durante muchos años a un silvicultor de formación europea, el Dr. B. E. Fernow, prusiano. El Dr. Fernow desempeñó este cargo de 1886 a 1898, año en que pasó a director de la primera Escuela de Montes estadounidense, en Cornell. En 1903 fué nombrado decano de la Facultad de Ingeniería Forestal de la Universidad de Toronto.

Gifford Pinchot, que fué el primer Jefe del Servicio Forestal al crearse éste en 1905, cursó sus estudios de ingeniería forestal en Francia, Alemania y Suiza. El Dr. Henry S. Graves, que sucedió al Sr. Pinchot en 1910, también estudió ingeniería forestal en Europa. Durante algunos años antes y después de su época de Jefe del Servicio Forestal, el Dr. Graves fué Decano de la Escuela de Montes de Yale.

Pero la silvicultura europea no podía brindar soluciones ya hechas para los problemas forestales estadounidenses. En el hemisferio occidental los árboles eran distintos; lo eran también los suelos y el clima, y asimismo lo era el fondo económico y la actitud de la población hacia los montes. Existían centenares de especies de interés comercial y docenas de tipos de bosque sobre los cuales no daba información alguna la bibliografía forestal de la época. En el oeste de los Estados Unidos se daban numerosos tipos de forrajes pastorales relacionados entre sí que planteaban nuevos problemas, entre ellos su aprovechamiento para el pastoreo en los montes y la conservación de la fauna y flora silvestres. Fué, pues, indispensable que la silvicultura americana procediera a sentar su propia base técnica.

Aportaciones a la silvicultura mundial

Teniendo en cuenta que tuvo que empezar casi desde el principio, creo que los progresos conseguidos por la silvicultura estadounidense en el curso de los pasados cincuenta años son sumamente alentadores. Medio siglo de investigaciones y experiencias han cristalizado en no pocas directrices racionales para la acertada ordenación de los montes y pastizales de los Estados Unidos. La silvicultura ha pasado a ser una verdadera actividad práctica sobre el terreno desplegada sobre muchos millones de hectáreas de tierras de propiedad pública y privada.

Para mí constituye una especial satisfacción que la silvicultura estadounidense haya podido contribuir en años recientes al progreso de la silvicultura en otras partes del mundo. Los forestales estadounidenses tuvieron parte en la incorporación de la silvicultura a los programas de trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. El malogrado Dr. Henry S. Graves, entonces decano honorario de la Escuela de Montes de la Universidad de Yale, fué presidente de la Comisión Técnica sobre Silvicultura y Productos Forestales Primarios que definió loe objetivos y sugirió la estructura de una organización internacional forestal permanente. La FAO tuvo sus oficinas centrales en los Estados Unidos hasta 1951, año en que se trasladó a Roma. Diversos forestales estadounidenses, inclusive ex-funcionarios del Servicio Forestal, han prestado servicios en las oficinas centrales de la Dirección de Montes de la FAO y en las misiones de asistencia técnica enviadas por ésta a países miembros. Especialistas americanos han prestado también servicios en el programa de la Administración Estadounidense de Asistencia Técnica (Punto IV) atendiendo a solicitudes de ayuda técnica presentadas por diversos países.

Los Estados Unidos han brindado hospitalidad a muchos visitantes de otros pises que se trasladaron a nuestro país para examinar las actividades forestales estadounidenses. El Servicio Forestal, las industrias y escuelas forestales y otros organismos han cooperado en la organización de viajes de estudio y han desarrollado cursos de capacitación para nuestros visitantes extranjeros.

Abrigo la firme esperanza de que estas misiones de forestales norteamericanos en el extranjero y la ayuda prestada por nuestro país a visitantes extranjeros coadyuven en medida considerable a la realización de programas de fomento forestal de otros países. Tengo la seguridad de que el intercambio de información y la mejor comprensión mutua que tiene por consecuencia tal cooperación internacional redunda en beneficio de la silvicultura en mi propio país.

El medio siglo próximo

Aunque son notables los adelantos que en los Estados Unidos se han logrado en materia de ingeniería forestal durante los pasados cincuenta años, esto sólo representa el comienzo. Todavía queda por recorrer un largo camino en el fomento y acertado aprovechamiento de nuestros recursos forestales y pastorales. Hace falta extender a muchos más millones de hectáreas los beneficios de una ordenación racional de montes. Existen grandes zonas de tierra agotada que se impone hacer más productivas. Mediante la investigación y el acopio de experiencias necesitamos encontrar ano la solución de no pocos problemas planteados por el cultivo de árboles maderables la protección de cuencas colectoras, el aprovechamiento de pastizales, la tecnología de la madera y otras muchas fases de la ordenación y aprovechamiento de montes. No cabe duda de que el aumento constante de nuestra población y la expansión de nuestra economía someterán los bosques a una demanda cada vez mayor.

Se brindan, pues, oportunidades para conseguir en la silvicultura estadounidense en el curso de los próximos cincuenta años progresos mayores de los registrados en el medio siglo que acaba de terminar. Confío asimismo en que podremos aportar nuestra contribución plena al continuo progreso de la forestería mundial, coadyuvando así a la mayor solidez de la economía y al mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos de todo el mundo.


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