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Investigaciones sobre la utilización de la madera en las Filipinas

por
GEORGE M. HUNT
Oficial de Asistencia Técnica de la FAO

Los forestales de todo el mundo tienen presente la necesidad de mantener y aumentar la producción de los montes mediante mejores prácticas forestales y mediante una reducción en las pérdidas causadas por los insectos, hongos, incendios y la agricultura migratoria. Mantienen una constante actividad para conseguir especies híbridas que crezcan y produzcan madera con más rapidez que las especies de que proceden, lo cual supondría un aumento de la capacidad productiva potencial de las tierras forestales. Todas estas actividades deben complementarse por una explotación y aprovechamiento más eficaces de las masas maderables, ya que de poco sirve conseguir mayores volúmenes de madera si luego gran parte de éstos se desaprovecha.

En los países más desarrollados se desperdicia muy poca madera, no obstante la posibilidad de encontrar mejores usos para la mayoría de estos residuos. Pero en aquellas otras partes del mundo en que aún existen grandes extensiones de selva virgen sólo llega al consumidor en forma de productos acabados de una cuarta parte a una tercera parte de la madera producida en tales tierras. El resto se pudre abandonado en el terreno o se pierde en forma de corteza, serrín, virutas, costeros, recortes, piezas defectuosas o en cualquier otra forma durante las diversas fases de transformación de las trozas en productos de consumo. La razón de este malgasto estriba en que ni el leñador ni el fabricante pueden encontrar una aplicación provechosa para sus residuos. Este problema alcanza proporciones de especial gravedad en los países tropicales, donde existen tantas especies maderables, de las cuales sólo un corto número encuentran aceptación comercial. Las especies no comerciales deben esperar a que los resultados de las investigaciones indiquen nuevas formas provechosas de aplicación, o a que la escasez de madera sea lo suficientemente aguda para obligar a su aprovechamiento, pese a la poca aceptación con que cuentan. Por ejemplo, en las Filipinas existen unas 3.000 especies arbóreas que alcanzan un diámetro de 30 cm, o más, pero al máximo sólo 200 de éstas tienen aplicación, y de ellas sólo 60 son de importancia comercial. Casi ninguna de las 2.800 especies restantes se dan en abundancia, pero sin duda alguna todas ellas encontrarían una aplicación comercial de una forma u otra si pudiera llegarse a un total conocimiento de sus propiedades.

Los desperdicios de madera y corteza que en las Filipinas se registran todos los años ascienden a muchas toneladas siendo así que todos ellos podrían constituir materias primas para infinidad de industrias que, a su vez, proporcionarían empleo a millares de personas, con lo que los productos forestales podrían contribuir en mayor grado al bienestar de las gentes, sin ejercer por ello una excesiva presión sobre el bosque. Cuando la población mundial era reducida y los bosques cubrían toda la redondez de la tierra, la eficacia en el aprovechamiento de la madera no tenía importancia. Hoy que la población aumenta a un ritmo tan acelerado y que los bosques van mermando rápidamente no hay más remedio que utilizar la totalidad del árbol, y no sólo una parte. Los medios para esto los proporcionan el fomento industrial y la investigación.

Instituto de investigaciones sobre productos forestales

La investigación relativa a las propiedades y utilización de las maderas constituye una necesidad moderna en todo país al que haya cabido en suerte una abundancia de bosques. Esta necesidad se va reconociendo en todo su valor, como lo demuestra el hecho de que diversos países hayan ya creado laboratorios de investigación para este objeto, a la vez que se crean otros nuevos o se amplían los ya existentes.

Desde largo tiempo los forestales de las Filipinas admiten la necesidad de un completo programa de investigaciones sobre productos forestales, sin que hasta fecha muy reciente hayan podido hacer algo en este sentido. Sin embargo y aun en forma fragmentaria, ya se efectuaron investigaciones muy útiles en este terreno por algunos miembros del Bureau of Forestry, el Philippine Bureau of Science y el College of Forestry. Hato de esperarse hasta 1954 para que se convirtiera en realidad el sueño de un laboratorio independiente sobre productos forestales que se dedicara exclusivamente a la investigación de las propiedades, usos y aplicaciones industriales de la madera. En noviembre del mencionado año el pabellón principal del Laboratorio de Productos Forestales quedó terminado en el Parque Nacional de Mount Makiling, relativamente cerca de Manila, comenzándose en seguida la instalación de maquinaria y la dotación de personal. Durante los años siguientes el número de edificios aumentó hasta seis, a la vez que se triplicó el volumen de la maquinaria y de los aparatos y que el personal llegó a contar unas 160 personas, de las cuales más de la mitad eran licenciados universitarios. En un principio el Laboratorio de Productos Forestales constituía una sección del Bureau of Forestry, pero el 5 de julio de 1957 se independizó de éste y se reorganizó en su actual forma de Instituto semiautónomo de Investigaciones sobre Productos Forestales, dependiente para fines administrativos de la Universidad de las Filipinas.

La evolución y crecimiento orgánico de este Instituto constituyen un notable ejemplo de cooperación internacional y personal. Desde abril de 1954 la FAO ha venido facilitando los servicios de un experto de asistencia técnica, que trabajó junto al Gobierno filipino en la dotación y organización del Instituto, capacitación del personal y elaboración de su programa de investigaciones. Además, la FAO proporcionó los servicios de cinco especialistas, en épocas distintas y durante períodos de hasta doce meses, que prestaron asistencia especializada en sus respectivas disciplinas (ensayo de maderas, investigaciones sobre pasta y papel e investigaciones sobre chapas, tableros contrachapeados y encolado). Los terrenos y las edificaciones, así como parte de los materiales y de los salarios del personal los proporciona el Gobierno filipino. Gran parte de los materiales han sido facilitados por la Administración de Cooperación Internacional de los Estados Unidos, pero también se han recibido materiales en cantidades considerables como donaciones con arreglo al Plan Colombo, procedentes de los Gobiernos del Reino Unido y de Australia. La Fundación Rockefeller aportó un gran número de libros para la biblioteca técnica.

Unos 26 miembros del personal del Instituto reciben al presente capacitación en los Estados Unidos, Australia y la India, o bien han terminado tal capacitación y regresado a sus puestos. Han hecho posible esta capacitación todos los organismos de cooperación antes mencionados y además algunas universidades de los Estados Unidos, así como el Programa Smith-Mundt-Fulbright de los Estados Unidos. Muchas otras personas y organismos (tantos, en realidad, que sería imposible citarlos todos) han contribuido de una u otra forma a la dotación de los locales, formación de la biblioteca u organización del Instituto.

Sería difícil encontrar otros ejemplos de casos en que, como en éste, el éxito de una institución dependió en tan gran medida de la cooperación internacional, cooperación que se prosigue hoy en escala acaso mayor. Como resultado de esto, las Filipinas cuentan actualmente con un instituto de investigaciones en pleno funcionamiento que, probablemente, es en su clase el más completo en toda Asia y que, sin duda alguna, adquirirá aún mayor importancia en el futuro, aportando valiosas contribuciones hacia el conocimiento de la madera y de su aprovechamiento, sobre todo en cuanto a maderas tropicales del Asia sudoriental y de las islas vecinas. El Instituto servirá así de monumento vivo conmemorativo de las muchas organizaciones e individuos cuya activa participación hizo posible su existencia.

Programa de investigaciones

En los primeros años de actividades de un instituto forestal de este tipo, el programa de investigaciones debe ser en gran medida del tipo exploratorio para llegar a un conocimiento de la resistencia, durabilidad peso específico, coeficientes de contracción, propiedades de desecación, posibilidad de tratamientos, composición química, dimensiones de las fibras, grado en que se prestan a la fabricación de pasta y papel y otras propiedades de todas las maderas de importancia comercial y, en último término, de todas las especies arbóreas de las Filipinas. Al mismo tiempo, deberán practicarse estudios encaminados a un perfeccionamiento de las operaciones de elaboración que reduzcan los residuos y mejoren la calidad del producto, buscándose a la vez nuevas aplicaciones industriales en que se aprovechen las maderas que hoy se desperdician.

Esta necesidad de limitarse en un principio a la fase de reconocimiento obedece, en parte, a la falta de conocimientos sobre las propiedades fundamentales de las maderas filipinas. Esta información es de todo punto necesaria y deberá obtenerse tan pronto como sea posible. También obedece en parte a la falta de capacitación y experiencia de la mayor parte de los miembros del personal en cuanto a la investigación científica. A medida que el personal adquiera mayor experiencia y competencia y despliegue su propia iniciativa personal, estos estudios empíricos dejarán paso a investigaciones más científicas.

Las investigaciones que lleven a cabo otros laboratorios de productos forestales constituirán una gran ayuda para el nuevo Instituto y proporcionarán una abundante información de aplicación inmediata a las condiciones filipinas sin necesidad de repetir las experiencias en su totalidad. Habrán de repetirse, sin embargo, algunos de los trabajos hechos en otros países para determinar si los resultados obtenidos son aplicables a las maderas y condiciones filipinas.

El programa de investigaciones del Instituto está organizado con arreglo a los mismos principios generales que rigen las actividades dé otros laboratorios de productos forestales. La asignación de los diversos proyectos entre las distintas divisiones de investigación no siempre se ajusta a un criterio lógico, pero tal situación se subsanará tan pronto como las circunstancias lo permitan.

Investigaciones químicas

Al presente, se atiende preferentemente a la aptitud de las maderas, bambúes y residuos agrícolas fibrosos (abacá, bagazo, paja de arroz, etc.) de las Filipinas, para la conversión en pasta. Por supuesto, las fibras procedentes de cultivos agrícolas no son productos forestales, pero dado que ninguna otra institución de las Filipinas cuenta con elementos de investigación sobre la fabricación de pasta y papel, se ha incluido en el programa del Instituto el estudio de tales fibras.

Las Filipinas importan casi todo el papel que se consume en el país, pese a que cuentan con enormes recursos de madera que podrían convertirse en pasta y papel. Una instalación se encarga de convertir en pasta el bagazo de cañamiel con la cual se fabrica papel de buena calidad. En Manila y en sus alrededores existe un buen número de otras fábricas de papel y cartón que, sin embargo, se sirven de pasta importada o papel usado. Las actividades del Instituto de Investigaciones sobre Productos Forestales han demostrado ya que con gran parte de las frondosas y bambúes indígenas que se han ensayado, así como con fibras de abacá y bagazo, puede obtenerse una gran variedad de papeles de fácil aceptación comercial. Se opina que quizá no haya ni una sola especie maderable en las Filipinas que no pueda convertirse en papel comercial de alguna clase, sea por sí sola o en mezcla con otras maderas o fibras.

El Instituto cuenta con una máquina Fourdrinier que fabrica una hoja continua de papel de 8½ pulgadas (212 mm.) de anchura. Hasta la fecha se han realizado con esta máquina 125 productos distintos sin clasificar de calidad aceptable con pastas de una gran variedad de especies o de mezclas. En otros países se han realizado experimentos y demostraciones acerca de determinadas maderas y bambúes filipinos, habiéndose obtenido con ellos papeles de excelente calidad. Es ya un punto demostrado que las Filipinas pueden fabricar prácticamente todo el papel que necesitan utilizando sus propias maderas y fibras. El principal problema consiste hoy en reunir el capital necesario, montar las fábricas e iniciar la producción, si bien todavía es mucha la labor de investigación que hay que hacer en cuanto a refinar los métodos de fabricación para obtener papeles de determinada calidad y resolver la infinidad de problemas que Irán surgiendo. Por supuesto, no debería construirse ninguna fábrica de pasta y papel sin contar antes con un estudio económico a fondo, aparte de los estudios puramente tecnológicos que puedan efectuarse en el laboratorio.

FIGURA 1. - Máquina Fourdrinier «Midget» que produce una hoja continua de papel de 212 mm. de anchura y espesor variable. Ya se han obtenido con esta máquina 125 clases de papel diferentes con frondosas, bambúes, abacá, bagazo y mezclas.

Otro aspecto de las actividades del Departamento de Investigaciones Químicas es la producción de carbón de leña y de briquetas de éste. Esta labor será ante todo de demostración, ya que desde hace tiempo se viene practicando en otros países tanto la carbonización como la fabricación de briquetas de carbón vegetal, conociéndose, por tanto, los materiales y métodos utilizados. También en las Filipinas se produce carbón de leña, y una compañía industrial utiliza unas 1.000 toneladas de carbón de leña grueso por mes. Durante el manejo del carbón de leña se obtiene una gran cantidad de polvillo o carbón fino que es de aplicación más difícil y menos satisfactoria que la del carbón grueso. Con la fabricación de briquetas se obviaría este inconveniente. Algunas de las maderas frondosas más densas, proporcionan un carbón de leña fuerte fácil de manejar, pero las maderas más blandas proporcionan un carbón más frágil. Cuando se utilicen residuos de explotación forestal y de aserraderos en la fabricación de carbón de leña, las coníferas y frondosas se carbonizarán juntas. La pulverización y subsiguiente formación de briquetas dará un combustible industrial conveniente y de densidad uniforme. Al presente se instala una pequeña fábrica de briquetas de carbón de leña que producirá unas 500 libras (227 kilos) de briquetas por hora, la cual se utilizará para determinar si este proceso industrial es factible y para obtener briquetas destinadas a ensayo industrial.

Tecnología de la madera

La fabricación de chapas y tableros contrachapeados está adquiriendo en las Filipinas un rápido desarrollo y los fabricantes tropiezan con abundantes problemas en cuya resolución serían de gran ayuda los resultados de la investigación. En sus estudios para determinar el ángulo de inclinación correcto de la cuchilla y la posición de la regla de sujeción en el torno de desenrollado para producir chapas de calidad óptima con rollos de diferentes especies, así como para estudiar los múltiples problemas del desecado mecánico de chapas y los detalles del encolado de tableros contrachapeados de calidad adecuada para la exportación, y para ensayar los resultados, el Instituto se sirve de una instalación completa de pequeño volumen en la que se producen chapas y tableros contrachapeados. Quedan también por determinar las características de encolado de las maderas comerciales filipinas más comunes antes de poderlas utilizar en la producción de maderas laminadas. Es también objeto de estudio la relativa conveniencia de diversas clases de colas que pueden utilizarse sin riesgo en un clima tan húmedo como el de las Filipinas, así como la amplitud en que pueden disolverse con materiales más baratos en la fabricación de tableros contrachapeados.

Por supuesto, se efectúan otros estudios fundamentales en cuanto a la resistencia de las diversas especies filipinas para poderlas utilizar con mayor provecho en la construcción de edificios y en otras aplicaciones para las cuales la resistencia y tenacidad son importantes. En estos estudios, así como en los referentes a poso específico y coeficientes de contracción, el plan previsto es ensayar la madera de al menos cinco árboles distintos procedentes de cada una de las tres regiones de pluviosidad para estimar los promedios correspondientes a cada especie. Estas regiones de pluviosidad se clasifican como muy húmedas, muy secas e intermedias. Ciertamente es ésta una clasificación muy genérica, aunque probablemente es la mejor que puede hacerse, y permitirá determinar si las diferencias en el régimen de lluvias influyen de manera sensible en los valores promedios o en la serie de propiedades correspondientes a las diversas especies.

Desde sus comienzos, el Instituto ha seguido la norma de elegir sus árboles de ensayo en el propio bosque, tomando muestras botánicas que se clasifican en el herbario como prueba de una correcta identificación taxonómica y registrando con todo detalle los datos relativos al lugar de origen del árbol, naturaleza del suelo en que se desarrolla, elevación y pendiente del terreno, especies presentes en las cercanías inmediatas, etc. El procedimiento resulta algo engorroso, pero es necesario cuando existe una tal abundancia de especies. Después de haber ensayado un número suficiente de árboles, la información obtenido permitirá analizar los datos relativos a una especie o grupo de especies con arreglo a varios criterios, incluida la influencia del tipo de suelo, humedad del suelo, latitud, altitud, régimen de lluvias y otros factores, sobre las propiedades de la madera.

La Sección de Entomología de la División de Preservación de la Madera estudia las plagas de insectos xilófagos, enormemente abundantes en las Filipinas, e investiga los medios prácticos para combatirlas. El mayor grupo lo constituyen los termes subterráneos, los termes de la madera seca, los lictos y los barrenillos del leño. Cada uno en su estilo, destruyen o inutilizan enormes cantidades de madera cada año. Se utiliza y difunde plenamente la información con que ya se cuenta en otros países acerca del combate contra estos insectos, a la vez que en el terreno experimental se efectúan ensayos de campo y demostraciones para llevar a la práctica los métodos de protección más eficaces, así como para investigar otros mejores.

La Sección de Patología Forestal estudia los hongos xilófagos y los hongos cromógenos de las Filipinas, e investiga los procedimientos más aptos para combatirlos. Los hongos cromógenos son de interés particular ya que influyen sobre la producción de rotén para la exportación y de suelas de madera para el calzado (bakya) para el consumo interior. En ambos casos las pérdidas económicas son enormes, especialmente en la producción de retén. Puede ocurrir que hasta el 50 por ciento del total de cañas cortadas de retén sufran una coloración anormal de tal intensidad que pierdan todo su valor antes de llegar a su destino. En ambos casos, la necesidad más urgente no estriba en recoger nueva información, sino en inducir a los operarios a que apliquen los procedimientos y materiales ya admitidos para prevenir la coloración anormal fungosa. En este caso, como en muchos otros resulta más fácil determinar lo que debe hacerse que conseguir que las gentes lo hagan.

FIGURA 2. - Medida de fibras en el microscopio. Hasta el presente se han dado a conocer los resultados de las mediciones de las fibras de más de 100 especies maderables y bambúes

El problema de prevenir la pudrición consiste también en gran parte en inducir a las gentes a que eviten las condiciones que puedan favorecer tal pudrición o a que recurran a un tratamiento antiséptico conveniente. La Sección de Tratamientos Antisépticos estudia la relativa facilidad de tratamiento para diversas especies con la esperanza de añadir al apitong otras especies de fácil tratamiento y también de elaborar buenos métodos de tratamiento para especies que deban utilizarse aun ofreciendo gran resistencia a la penetración del antiséptico. En estas actividades se contará con la ayuda de una pequeña y completa instalación de tratamiento que aplicará antisépticos a presiones de hasta 70 Kg. por cm.2

En la Sección de Desecación, el principal problema lo constituye la clasificación de las maderas filipinas comerciales en grupos según su relativa facilidad de desecación en horno y trazar normas de desecación para cada grupo que permitan la desecación más rápida que pueda obtenerse con un peligro mínimo de degradación de las maderas.

Ya se han establecido normas de desecación para algunas especies en años anteriores, pero se estima que aún pueden mejorarse mucho.

Al igual que en otros países, algunas especies de las Filipinas son tan afines entre sí en cuanto a estructura y aspecto que no pueden distinguirse examinando la madera ni aun bajo el microscopio. Esto ocurre con el lauán rojo y el tangile, ambos de importancia comercial. Por consiguiente, uno de los proyectos de la Sección de Anatomía de la Madera de la División de Tecnología de la Madera es la búsqueda de métodos que permitan distinguir estas especies entre sí. Las 3.000 especies arbóreas de las Filipinas ofrecen oportunidades sin límite para que en esta Sección se lleguen a establecer claves de identificación y a comparar las características anatómicas. La Sección estudia, asimismo, las dimensiones de las fibras de las maderas y bambúes al objeto de clasificarlas respecto de su utilidad potencial en la fabricación de papel. Ya se han clasificado de esta suerte más de 100 especies, habiéndose dado a conocer los resultados.

Programas futuros

La falta de espacio no permite mencionar los muchos otros estudios de interés e importancia que formarán parte del programa de investigaciones para el año civil de 1958-59, integrado por unos 90 proyectos de mayor o menor envergadura. Muchos de estos proyectos seguirán figurando en el programa durante gran número de años, mientras que otros, por su naturaleza, podrán quedar terminados en unos cuantos meses. Se da una descripción de cada proyecto en el programa anual de investigaciones que se publica alrededor del 1 de julio, con una breve indicación de los resultados anteriores y de los planes para el futuro. Prácticamente, de cada uno de los proyectos se trata en un detallado plan de actividades en el que se describen los objetivos del proyecto y se bosqueja la forma de ponerlo en práctica. Tales planes en detalle se harán menos necesarios en un instituto que cuente con gran experiencia, pero revisten una importancia máxima en un instituto reciente cuyo personal no ha adquirido aún la necesaria experiencia.

La transición de las investigaciones desde el tipo de reconocimiento hoy practicado hasta las exploraciones del todo inéditas que trasponen ya los límites del conocimiento actual será gradual y sólo podrá conseguirse cuando una mayor proporción del personal haya ampliado su preparación académica y haya adquirido la competencia necesaria para conseguir el doctorado o un título equivalente. Ninguno de los miembros del personal ha obtenido hasta la fecha este título y sólo unos cuantos poseen el «Master of Science». La necesidad de contar con investigadores y organizadores bien preparados en el terreno científico es enorme en los países tecnológicamente poco desarrollados, siendo éste un obstáculo que el Instituto de Investigaciones sobre Productos Forestales tratará de salvar con la mayor rapidez posible. En un principio se enviaban becarios al extranjero por cuenta del Instituto para aprender en la práctica trabajando en otras instituciones las tareas que se les asignaría a su regreso. Esto era necesario para iniciar las actividades de reconocimiento tan pronto como fuera posible. Hoy se considera de más urgencia una ampliación de estudios post-universitaria que permita acceder a títulos superiores.

Si bien el Instituto de Investigaciones sobre productos forestales se encuentra aún en sus albores, ha proporcionado ya una abundancia de útil información a los industriales de las Filipinas y parte de su experiencia se ha traducido en procesos de elaboración muy satisfactorios. Ha podido también resolver algunos litigios. Por ejemplo, un fabricante local de papel estimó que un importante cargamento de pasta extranjera era inaceptable, aduciendo que con esta pasta no podía fabricarse un buen papel, pese a que el fabricante extranjero de la pasta consideraba su producto de primera calidad. Comprador y vendedor llevaron una muestra de la pasta al Instituto donde el examen microscópico demostró que era de buena calidad, obteniéndose en una máquina de laboratorio un buen papel de embalaje. Resultó que el fabricante de papel no había batido la pasta en el modo conveniente y una vez subsanado este punto, la pasta resultó del todo aceptable.

Un fabricante de productos madereros contaba con un gran volumen de residuos de madera. Al mismo tiempo importaba papel para impregnarlo con asfalto. A solicitud suya, se le mostró en qué forma los residuos podían convertirse en papel de impregnación mediante un sistema relativamente fácil, tras de lo cual el fabricante se procuró inmediatamente los materiales para este fin.

Se ha prestado también ayuda en temas concretos como es la elección de especies locales para la fabricación de persianas, mangos de herramientas, lápices, partes de pianos y otros artículos; Los inventores o los ideadores de nuevos procedimientos han recibido ayuda para resolver obstáculos que a primera vista parecían insolubles y que estribaban en su falta de conocimientos o de materiales adecuados.

Por último, el Instituto recibe un número de consultas cada vez mayor y va siendo mejor conocido, a la vez que su influencia y utilidad van en continuo aumento. Todo hace pensar que en los años venideros su contribución a la ciencia y a la industria será inapreciable.


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