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Panorama mundial de la subnutrición

Magnitud del hambre: ¿cuánta hambre tienen los hambrientos?

Para adoptar medidas significativas que terminen con el hambre, es preciso conocer no sólo el número de personas que lo padecen en todo el mundo, sino también su magnitud.

Mejora de la cantidad y calidad de las dietas: ejemplo de China

Cuando el aporte dietético es adecuado, la variedad de alimentos es generalmente mayor, ya que proporcionan más energía y una nutrición mejor.

Fuente: Encuesta nacional de ingresos y gastos en hogares urbanos, Gobierno de China, 1990.

El conocimiento del número de kilocalorías de que carecen las dietas de las personas subnutridas ayuda a completar la imagen de la privación de alimentos en un país. La situación es más grave en un país donde las personas subnutridas carecen de 400 kilocalorías al día que en otro donde el déficit medio es de 100 kilocalorías. Cuanto mayor es el déficit, mayor es la exposición a riesgos de salud relacionados con la nutrición. Una persona débil y enfermiza no puede desarrollar todo su potencial. Una nación constituida por personas débiles y enfermizas no puede progresar.

El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo informa periódicamente sobre las últimas estimaciones del número y la prevalencia de las personas que padecen hambre crónica.
El informe de este año da un paso más, calculando el déficit de alimentos de las personas hambrientas. Esta medida indica la magnitud del aporte de energía dietética que falta a las personas subnutridas para satisfacer sus necesidades mínimas.

La magnitud del hambre, o el déficit de alimentación, se mide comparando el promedio de energía dietética que las personas subnutridas obtienen de los alimentos que ingieren con la energía dietética mínima que necesitan para mantener el peso corporal y realizar una actividad ligera.

Las dietas de la mayoría de los 800 millones de personas que padecen hambre crónica carecen de 100-400 kilocalorías al día. La mayoría de tales personas no mueren de inanición, sino que en muchos casos están delgadas, pero no demacradas. La presencia de hambre crónica no siempre es evidente debido a que el cuerpo compensa una dieta insuficiente frenando la actividad física y, en los niños, el crecimiento. Además de aumentar la exposición a las enfermedades, el hambre crónica hace que los niños sean desatentos y no puedan concentrarse en la escuela, las madres den a luz niños con falta de peso y los adultos carezcan de energía para desarrollar todo su potencial.

Déficit medio de alimentos de las personas subnutridas, 1996-98

En meras cifras, hay más personas con hambre crónica en Asia y el Pacífico, pero la magnitud del hambre es claramente mayor en el África subsahariana, donde, en un 46 por ciento de los países, el déficit medio de las personas subnutridas es de 300 kilocalorías por persona al día. En cambio, sólo en el 16 por ciento de los países de Asia y el Pacífico, las personas subnutridas adolecen de un déficit medio de alimentos de esta magnitud.

En los casos en que el déficit medio de kilocalorías es muy elevado, las dietas de muchas personas son carentes en todo, especialmente de alimentos básicos amiláceos (maíz, papas, arroz, trigo y yuca, ricos en carbohidratos) que proporcionan sobre todo energía. Sin embargo, en los casos en que el déficit es más moderado, se ingieren suficientes alimentos básicos y se carece frecuentemente de varios otros alimentos que constituyen una dieta nutritiva: leguminosas, carne, pescado, aceites, productos lácteos, hortalizas y frutas, que aportan proteínas, grasas, y micronutrientes, además de energía. Para la seguridad alimentaria es fundamental disfrutar de una dieta completa.

La falta de ingresos en dinero es una de las causas más importantes que impiden a la población urbana y rural obtener la diversidad de alimentos necesaria para una dieta adecuada. Ahora bien, incluso en los casos en que se ayuda a las familias rurales pobres a producir una mayor variedad de alimentos en sus parcelas familiares, se suelen vender tales productos en lugar de consumirlos, porque tienen alto valor en el mercado. Por esta razón, la seguridad alimentaria familiar mejora sólo cuando los ingresos del hogar ascienden a un nivel que les permite adquirir los demás alimentos que necesitan.

Déficit, 1996-98

La magnitud del hambre se mide por el déficit medio de energía dietética de las personas subnutridas, no del conjunto de la población, expresado en kilocalorías por persona al día. Cuanto mayor es la cifra, mayor es la magnitud del hambre.

Cercano Oriente y África del Norte

kcal

Mauricio

180

Afganistán

480

Gabón

160

Yemen

290

Países en transición

kcal

Iraq

210

Tayikistán

250

Marruecos

210

Azerbaiyán

240

Argelia

190

Kirguistán

230

Egipto

190

Bulgaria

220

Irán

190

Armenia

210

Kuwait

180

Georgia

210

Jordania

170

República de Moldova

210

Turquía

170

Bosnia y Herzegovina

190

Asia y el Pacífico

kcal

Líbano

160

Turkmenistán

190

Bangladesh

340

Rep. Árabe Siria

160

Croacia

180

Corea, RPD

340

Arabia Saudita

150

Estonia

180

Mongolia

310

Emiratos Árabes Unidos

140

Uzbekistán

180

India

290

Jamahiriya Árabe Libia

130

La ex República Yugoslava de Macedonia

170

RDP Lao

280

Túnez

130

   

Viet Nam

280

África subsahariana

kcal

Federación de Rusia

170

Camboya

270

Somalia

490

Kazajstán

160

Pakistán

270

Mozambique

420

Eslovaquia

160

Filipinas

270

Burundi

410

Ucrania

160

Nepal

260

Liberia

390

Albania

150

Papua Nueva Guinea

260

Congo, Rep. Dem.

380

Letonia

150

Sri Lanka

260

Sierra Leona

380

Eslovenia

150

Tailandia

260

Eritrea

370

Yugoslavia**

150

China*

250

Níger

350

Hungría

140

Indonesia

200

Etiopía

340

Lituania

140

Myanmar

200

Zambia

340

Belarús

130

China, RAE de Hong Kong

140

Zimbabwe

340

República Checa

130

Malasia

140

Chad

330

Polonia

130

República de Corea

130

Rwanda

330

Rumania

130

América Latina y el Caribe

kcal

Angola

320

Países desarrollados

kcal

Haití

460

Guinea

320

Sudáfrica

160

Nicaragua

300

Rep. Centroafricana

310

Suecia

150

Honduras

270

Madagascar

310

Finlandia

140

Brasil

250

Malawi

310

Grecia

140

República Dominicana

250

Rep. Unida de Tanzanía

300

Italia

140

Guatemala

250

Burkina Faso

290

Países Bajos

140

Perú

240

República del Congo

290

Suiza

140

Bolivia

230

Kenya

290

Estados Unidos

140

Guyana

230

Malí

290

Australia

130

Panamá

230

Lesotho

280

Austria

130

Trinidad y Tabago

230

Uganda

280

Bélgica

130

Colombia

220

Camerún

260

Canadá

130

Paraguay

220

Namibia

260

Dinamarca

130

Cuba

210

Togo

260

Francia

130

México

210

Botswana

240

Alemania

130

Venezuela

210

Gambia

240

Islandia

130

El Salvador

200

Mauritania

240

Irlanda

130

Jamaica

200

Senegal

240

Japón

130

Suriname

190

Sudán

240

Luxemburgo

130

Costa Rica

160

Côte d'Ivoire

230

Nueva Zelandia

130

Ecuador

160

Benin

220

Noruega

130

Chile

150

Ghana

210

España

130

Uruguay

150

Nigeria

210

Reino Unido

130

Argentina

140

Swazilandia

210

Israel

120

       

Malta

120

       

Portugal

110

       

* Incluida Taiwán Provincia de China
** Serbia y Montenegro

Estimaciones y proyecciones del hambre

Según las últimas estimaciones, en 1996-98 seguía habiendo 826 millones de personas subnutridas, 792 millones en el mundo en desarrollo y 34 millones en el desarrollado. Estas cifras no representan cambio alguno con respecto a 1995-97, período al que se refería el informe anterior. Los datos que se muestran en los gráficos y figuras indican que la imagen general ha cambiado también poco a nivel regional.

No obstante, los acontecimientos de breve duración no indican necesariamente tendencias a largo plazo, y las nuevas proyecciones a 2015 y 2030 muestran una trayectoria mejor. Se espera que el número de personas subnutridas en el mundo en desarrollo disminuya a unos 580 millones en 2015, lo que representa una mejora, pero queda lejos del objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de reducir dicha cifra a mitad, unos 400 millones de personas. Las proyecciones indican que no se alcanzará la cifra de 400 millones hasta 2030.

Tendencias proyectadas de la subnutrición

 

1996-98

2015

2030

1996-98

2015

2030

 

Porcentaje de la población

Millones de personas

África subsahariana

34

22

15

186

184

165

Cercano Oriente y África del Norte

10

8

6

36

38

35

América Latina y el Caribe

11

7

5

55

45

32

China* e India

16

7

3

348

195

98

Otros países de Asia

19

10

5

166

114

70

Países en desarrollo

18

10

6

791

576

400

Fuente: Agriculture: Towards 2015/30. Technical Interim Report, FAO, abril de 2000.

Las cifras para 2015 indican que la proporción general de personas subnutridas en los países en desarrollo será la mitad que en 1990-92, período base para determinar el logro del objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. Sin embargo, el total de personas subnutridas seguirá equivaliendo al 70 por ciento de su cifra de 1990-92.

Población total y número de personas subnutridas, por región, 1996-98 (millones)

Aplicando el objetivo por regiones, Asia meridional y oriental se hallarían en camino de acercarse al objetivo en 2015, mientras que el África subsahariana y el Cercano Oriente se mantendrían lejos de él y América Latina se hallaría a mitad de camino.

Estos resultados reflejarían la continuación de la disminución a largo plazo de la prevalencia de la subnutrición en Asia, que comenzó en 1969-71 en Asia oriental y un decenio más tarde en Asia meridional. En los dos países más grandes del mundo -China e India- la reducción del crecimiento demográfico y el fuerte crecimiento económico proporcionarán aumentos considerables de los suministros alimentarios per cápita entre 1996-98 y 2015.

En el conjunto de estos dos países, la prevalencia de la subnutrición disminuirá, según las proyecciones, del 16 por ciento en 1996-98 al 7 por ciento en 2015. Juntos representan más de un tercio de la población mundial, por lo que todo cambio en sus niveles de subnutrición influye mucho en los promedios mundiales.

El África subsahariana se enfrenta con los mayores desafíos, ya que en esta región se hallan la mayoría de los países más pobres del mundo, donde la prevalencia de la subnutrición es elevada y son limitadas las perspectivas de un crecimiento económico inmediato y rápido. La situación es especialmente grave en las zonas del centro, sur y este del continente.

Número y proporción de personas subnutridas, por región y subregión, 1996-98

Aunque, según las proyecciones, la prevalencia de la subnutrición en el África subsahariana disminuirá del 34 por ciento de la población en 1996-98 al 22 por ciento en 2015, los elevados índices de crecimiento demográfico hacen temer que el número real de personas subnutridas aumente ligeramente desde ahora hasta 2015, antes de que empiece a disminuir. Algunos países muy pobres del Asia oriental, el Caribe y el Cercano Oriente presentan características semejantes y las perspectivas de alcanzar en ellos el objetivo de la Cumbre son realmente malas.

Como se explica en detalle a lo largo de este informe, es preciso dedicar una atención especial a los países y regiones que progresan lentamente porque están atrapados por la pobreza y el hambre. No obstante, como demuestran los éxitos logrados en otras partes del mundo, un esfuerzo concertado puede marcar la diferencia y demostrar que las proyecciones estaban equivocadas.

Número de personas subnutridas, por región, 1996-98 (millones)

Proporción de personas subnutridas por categoría de prevalencia y región, 1996-98

Proporción de la población subnutrida en países en desarrollo, por categoría de prevalencia, 1990-92 y 1996-98

Barras grises: 1990-92 Barras verdes: 1996-98

Privaci-n de alimentos: prevalencia y magnitud del hambre

Para obtener la imagen más exacta posible del hambre, la FAO ha combinado las estimaciones de la prevalencia y la magnitud del hambre (que se presentan en las páginas 1-4) en cinco grupos clasificados según la privación de alimentos. Estos grupos, que se muestran por países en el mapa, varían desde los menos privados de alimentos (Grupo 1 - baja prevalencia de subnutrición en la población y bajo déficit de energía dietética entre las personas subnutridas) a los más privados de ellos (Grupo 5 - alta prevalencia de subnutrición y alto déficit de energía).

Los 23 países del Grupo 5 se enfrentan con los problemas más acuciantes y difíciles para alimentar a sus poblaciones. La inestabilidad crónica y los conflictos, la mala gestión, las inclemencias del tiempo, la pobreza endémica, las pérdidas de cosechas, la presión demográfica y los ecosistemas frágiles contribuyen a incrementar la magnitud, la difusión y la persistencia del hambre.

Figuran en este grupo 18 países del África subsahariana, es decir, casi la mitad de los Estados africanos tratados en este informe. También figuran Afganistán, Bangladesh, Haití, Mongolia y la República Popular Democrática de Corea.

En el otro extremo se hallan los 52 países del Grupo 1, integrado por todos los países industrializados, 11 países en transición y 15 países en desarrollo con ingresos relativamente altos. La paz y la prosperidad económica caracterizan a todos estos países.

Grado de la privación de alimentos: cartografía del hambre, 1996-98

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación propuso el objetivo de reducir el número total de personas subnutridas en el mundo. Sin embargo, podrán lograrse también mejoras significativas centrando los esfuerzos en primer lugar en la reducción de la magnitud del hambre.

Medida de la privación de alimentos, 1996-98

Combinando la prevalencia y la magnitud del hambre resultan cinco grupos de privación de alimentos

Con este enfoque, un país con elevada prevalencia de la subnutrición y un déficit de energía dietética diaria de más de 300 kilocalorías por persona lucharía por reducir la magnitud del hambre como principal prioridad. Es posible que esta estrategia no permita a un país notificar una reducción inmediata del número de personas subnutridas, pero haría que éstas tuvieran menos hambre que antes. Su exposición a los riesgos de salud relacionados con la nutrición disminuiría y el país se hallaría en camino de reducir progresivamente la prevalencia del hambre.

Estimación de la prevalencia y magnitud del hambre

Se da a continuación una breve descripción del método utilizado por la FAO para estimar la prevalencia y la magnitud de la subnutrición:

Cálculo de las necesidades de energía alimentaria

La cantidad que cada persona necesita comer cada día -la necesidad de energía dietética diaria- depende de su peso, altura, edad, sexo y actividad.
En el cuadro se ofrecen ejemplos de actividad ligera, moderada e intensa y de la cantidad de energía alimentaria necesaria para que hombres y mujeres de distinto peso corporal la realicen. Las necesidades de energía de las personas ancianas son a veces inferiores, y las de los niños, mucho menores.
La prevalencia y magnitud del hambre se calculan utilizando necesidades diarias mínimas de energía de distintos grupos por edad y sexo de una población. La necesidad mínima de cada grupo se basa en el peso mínimo aceptable para la altura normal del grupo en un país y en la norma de actividad ligera.

Norma de actividad física para los adultos

Actividad ligera: Actividad de quien trabaja sentado en un despacho o detrás de un mostrador con instrumentos automatizados.
Actividad moderada: Ligera actividad física continua, como en un trabajo ligero en la industria o en la agricultura fuera de estación.
Actividad intensa: Trabajo pesado y, a veces, enérgico (producción agrícola, trabajo en minas o fundiciones).

Necesidad diaria aproximada de energía de los adultos

   

Actividad
ligera

(kcal)

Actividad
moderada

(kcal)

Actividad
intensa

(kcal)

 

Hombres (1,71 m de altura)*

     
 

Peso corporal mínimo aceptable (54 kg)

2 335

2 682

3 164

 

Peso corporal máximo aceptable (73 kg)

2 786

3 199

3 775

 

Mujeres (1,59 m de altura)*

     
 

Peso corporal mínimo aceptable (47 kg)

1 846

1 941

2 154

 

Peso corporal máximo aceptable (63 kg)

2 223

2 337

2 594

 

* Las necesidades serán más elevadas para personas de estatura mayor.
Normas basadas en el Informe de la Consulta Mixta de Expertos FAO/OMS/UNU sobre necesidades de energ'a y prote'nas, 1985.

Localización del hambre en los países en transición

Después de transcurridos menos de diez años desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, la subnutrición sigue siendo un problema persistente en muchos de los países que forman parte de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). En cambio, los países de Europa Oriental y del Báltico han conseguido evitar este problema en gran medida.

Estos son los resultados de las primeras estimaciones hechas por la FAO del número y la proporción de personas subnutridas en los países en transición. En nueve de los 12 países de la CEI, al menos un 5 por ciento de la población padece subnutrición. En cuatro países -Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Tayikistán- padece subnutrición al menos el 20 por ciento de la población. Sólo un país, Belarús, tiene un porcentaje de personas subnutridas comparable a los que se encuentran en el mundo industrializado (menos del 2,5 por ciento de la población).

Nota sobre las estimaciones

La estimación de la FAO relativa al número de personas subnutridas se deriva de los datos disponibles sobre población, producción y comercio alimentarios y distribución de los alimentos e ingresos dentro de la población.

Sobre muchos países estos datos son escasos. En la CEI el problema se complica a causa de las dificultades derivadas de los cambios en curso en los sistemas de recolección de datos.

En el sistema de planificación centralizada, se obtenían los datos principalmente de registros administrativos. Para sustituirlos, es preciso realizar encuestas por muestreo, pero esta labor se halla aún en su primera etapa. Por ello, las estimaciones del número y la proporción de las personas subnutridas en la CEI deberán considerarse con especial cautela.

Como la fiabilidad de los datos actuales de muchos países de la CEI es incierta, los expertos que trabajan sobre el terreno completan los datos cuantitativos con evaluaciones cualitativas. Pruebas obtenidas sobre el terreno apoyan los datos, señalando que un número considerable de personas viven en dificultad debido a su bajo poder adquisitivo, falta de empleo, insuficiencias dietéticas y escasez de combustible, vivienda, medios de transporte y servicios de salud.

Siete Estados de la CEI -Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán- con una población total de 53 millones de habitantes, están clasificados ahora por las Naciones Unidas como países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, cuyo producto nacional bruto anual es inferior a 1505 dólares EE.UU. per cápita.

Para explicar esta difícil situación se dan varias razones. En los países de la CEI la transición económica ha ido acompañada de cambios administrativos y políticos de amplio alcance que han trastornado las relaciones comerciales y de intercambio existentes y han provocado graves déficit de divisas. Además, se han derrumbado los sistemas de producción y comercialización agrícolas, lo que ha disparado la inflación y ha causado situaciones de escasez temporal de pan y, en varios casos, conflictos abiertos. El producto interno bruto se ha desplomado, lo mismo que el poder adquisitivo de un gran número de ciudadanos. En la mayoría de los países de la CEI, los niveles de producción no son ahora más que una fracción de lo que eran en 1991, mientras que los de desempleo y subempleo son bastante elevados, si bien están paliados en muchos casos por el trabajo en el sector informal.

Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria en los países de la CEI

Vulnerabilidad muy alta
Azerbaiyán
Tayikistán

Vulnerabilidad relativamente alta
Armenia
Georgia
Kirguistán
Vulnerabilidad intermedia
República de Moldova
Turkmenistán
Uzbekistán

Vulnerabilidad relativamente baja
Kazajstán
Federación de Rusia
Ucrania
Vulnerabilidad muy baja
Belarús

En cambio, los datos de los países de Europa oriental y el Báltico, donde se produjeron trastornos similares, muestran que la transición económica no tiene por qué reducir la seguridad alimentaria. En 1996-98, sólo cinco de los 12 países de Europa oriental y los tres del Báltico registraban niveles de subnutrición superiores al 5 por ciento de la población, y en ninguno excedían del 20 por ciento.

El riesgo de la subnutrición en los países de la CEI ha disminuido también desde 1995, si bien no tanto como en los Estados de Europa oriental y del Báltico. La liberalización del mercado y la privatización de la producción agrícola han permitido mejorar la distribución de alimentos en la mayoría de los países. Se han eliminado en gran medida los controles de los precios de los cereales y del pan, el comercio privado desempeña una mayor función y han desaparecido la mayoría de las situaciones de escasez. Como consecuencia de ello, se han suprimido los programas de ayuda alimentaria de emergencia en la mayoría de los países de la CEI. En 1997, se obtenía en el sector privado la mayor parte de los productos agropecuarios en la mayoría de los países de la CEI. Los productores privados comercializaban hasta un 30-40 por ciento de su producción, vendiéndola directamente a los consumidores con pago en efectivo.

Primer plano: Azerbaiyán

Primer plano: Georgia

Aunque se pueden obtener alimentos en los mercados urbanos y rurales, el poder adquisitivo de la mayor parte de los 7,6 millones de habitantes del país sigue siendo bajo. Los alimentos, cuyo costo medio al mes para una familia de cinco personas es de 68 dólares EE.UU., representan alrededor del 70 por ciento del gasto total de la población más económicamente vulnerable.

Se ha prestado asistencia humanitaria desde comienzos de los años noventa. Continúan necesitando esta ayuda casi 500 000 personas (la mitad de las cuales han huido de zonas afectadas por el conflicto político con Armenia). La mayoría de ellas han vendido todo lo que tenían de valor y les queda poco margen de seguridad.

Una encuesta sobre las familias desplazadas internamente, realizada en 1998, determinó que hay síntomas de malnutrición en un 30 por ciento de ellas.

Los ingresos de la población rural han quedado prácticamente estancados pese al rápido crecimiento del sector agrícola desde 1995. La desigualdad en los ingresos ha aumentado mucho y una gran parte de los 5,1 millones de los habitantes del país siguen siendo pobres. El gasto en alimentos absorbe el 60-70 por ciento del presupuesto familiar medio.

El sistema de seguridad social es relativamente ineficaz, pues las pensiones y prestaciones son muy bajas y se pagan con mucho retraso. Las personas ancianas, discapacitadas, desempleadas y geográficamente aisladas siguen siendo muy vulnerables a la inseguridad alimentaria.

Aunque oficialmente no se reconocen casos de malnutrición aguda, se está observando un aumento lento pero claro de la malnutrición entre los niños, pese a la distribución selectiva de ayuda alimentaria complementaria.

Fuente: Informe especial FAO/Programa mundial de alimentos, Evaluación de las cosechas y suministros de alimentos, misión a Azerbaiyán, diciembre de 1999.

Fuente: Situación de las cosechas y suministros de alimentos en Georgia, FAO, Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura, diciembre de 1999.

Proporción de población subnutrida en países en transición, por categoría de prevalencia, 1996-98

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