FAO en Uruguay

El uso responsable de biotecnologías en la producción agrícola

15/08/2014

La FAO y el MGAP se encuentran trabajando en un proyecto que busca fortalecer el sistema regulatorio de cultivos transgénicos para la producción agrícola sustentable.

Montevideo.- La Representación de la FAO en Uruguay y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca recibieron en misión oficial a Alberto Pantoja, oficial técnico especialista en producción y protección vegetal en la Oficina Regional de FAO en Santiago de Chile, para iniciar el Proyecto Fortalecimiento de la capacidad nacional en bioseguridad de cultivos transgénicos para la producción agrícola sustentable (TCP/URU/3403).

El oficial técnico estuvo en el país del 11 al 15 de agosto para abordar el proyecto que tiene como objetivo principal apoyar el uso responsable de biotecnologías en la producción agrícola, en base al uso de herramientas, desarrollo de capacidades y análisis de riesgo. Esto permitirá fortalecer al Gabinete Nacional de Bioseguridad mejorando las capacidades en la evaluación y gestión de los riesgos y su comunicación.

A su vez el proyecto busca establecer una estrategia de comunicación del sistema regulatorio, con el fin de acercar el tema de biotecnología y bioseguridad de organismos vegetales genéticamente modificados a la sociedad civil y a los consumidores. Será liderado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y contará con la asistencia del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).

El proyecto toma en cuenta las recomendaciones de la Conferencia Regional de la FAO para ALC1 y contribuye al Marco Estratégico de la FAO 2014-2017 que es "Aumentar y mejorar el suministro de bienes y servicios procedentes de la agricultura, la actividad forestal y la pesca de una manera sostenible".

En las últimas décadas, la producción agrícola en Uruguay transitó por un proceso de profundos cambios, registrándose una importante expansión de las áreas cultivadas. El impacto de los cultivos genéticamente modificados (OGM) en la economía internacional, en los sistemas de producción y en la aceptación social, pone de relieve la discusión y planificación de los avances de la biotecnología en el plano agropecuario.

En este sentido Pantoja expresó a la FAO que "Uruguay se encuentra buscando referentes en otros países para certificar un laboratorio en detección molecular de OGM que pueda luego certificar a otros laboratorios a nivel nacional. El oficial manifestó que el país deberá tener las regulaciones correspondientes si decide producir productos transgénicos y entrar al mercado internacional, ya que éste se encuentra muy regulado.

La biotecnología es el sector de la economía que enfatiza la utilización eficiente y sustentable de los procesos de producción y procesamiento de la biomasa para obtener alimentos, combustibles, compuestos químicos y materiales para la agricultura y la industria. Promover el fortalecimiento de la capacidad nacional en biotecnología y bioseguridad para la producción agrícola sustentable emerge como un tema clave para la integración de los diferentes actores involucrados, que incluye los tomadores de decisión de políticas agropecuarias.

Pantoja sostuvo que América Latina es uno de los mayores productores de transgénicos del mundo. En Brasil, EEUU, Uruguay y Paraguay, existe un mercado creciente.

Con respecto a la posición de la FAO sobre los productos transgénicos, el técnico expresó que el organismo "no está ni a favor ni en contra del uso de OGM, pero si está a favor de la investigación, debate y el intercambio de información sobre bases científicas validadas de los beneficios y riesgos potenciales de los OGM. Esta discusión se debe basar en datos científicos entregados por los organismos que estudian el tema.

La FAO reconoce que la modificación genética puede ayudar en algunas circunstancias a incrementar la producción y la productividad en la agricultura, silvicultura y en la acuicultura, y así contribuir a la seguridad alimentaria, en especial frente a los desafíos de cambio climático y crecimiento poblacional. Sin embargo, la FAO también está consciente sobre los riesgos potenciales que implican los OGM en relación con sus posibles efectos en la salud humana y animal y el medio ambiente. La FAO sostiene una postura de revisión caso-a-caso de los organismos genéticamente modificados atreves de un proceso de bioseguridad sobre bases científicas y soberanía nacional.

La coordinadora de la instancia de evaluación de riesgo de cultivos transgénicos en la oficina de bioseguridad del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alejandra Ferenczi, evalúa "muy positivamente la asistencia de la FAO para fortalecer el sistema regulatorio de Uruguay".

Ferenczi agregó que, en concordancia con el surgimiento de los cultivos transgénicos a nivel mundial en 1996, Uruguay inicia un marco regulatorio el cual ha ido evolucionando. En el 2008 se creó el Gabinete Nacional de Bioseguridad y de esta manera el marco regulatorio ha avanzado en la definición de la política nacional sobre la seguridad de la biotecnología y en la consolidación de la estructura del sistema regulatorio que se apoya en la metodología de Análisis de Riesgos caso a caso.

Este proyecto busca, entre otras cosas, ajustar el formulario que tiene que completar el solicitante donde pide autorización para el uso de un cultivo transgénico. "Si bien los criterios a nivel técnico son similares en cada país", explicó la técnica, "es necesario ajustarlos con el avance de la tecnología y no existe información publicada, por eso son importantes los talleres programados donde se trabajará con expertos de los diferentes temas". Los talleres se realizarán a lo largo de los próximos doce meses en forma de convocatoria nacional, serán para el público en general con énfasis a los técnicos sobre las necesidades que se presentaron.