FAO en Uruguay

Fortalecer las capacidades en inocuidad alimentaria

16/04/2015

El MGAP junto con la FAO avanzan en la implementación de políticas de inocuidad alimentaria y en el desarrollo de una estrategia nacional.

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se encuentran trabajando en la etapa final  del proyecto “Sistematización de la gestión de la inocuidad de los alimentos” con el objetivo principal de fortalecer las capacidades tendientes al desarrollo de un sistema de inocuidad basado en el Análisis de Riesgos. A su vez, se busca que el tema posea igual nivel de desarrollo técnico y operativo en todas las dependencias del MGAP.

El proyecto contribuye al principal objetivo de la FAO que es “erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición” y así continuar mejorando los sistemas alimentarios en todo el mundo, brindando asistencia a los gobiernos nacionales para que sus políticas estén en armonía con las recomendaciones internacionales.

En conversación con Norman Bennett, coordinador de la UCPIA (Unidad de Coordinación y Planificación de Inocuidad Alimentaria) del MGAP, y Paula Ferrer, consultora del proyecto, afirmaron que “se pretende principalmente que el proyecto contribuya a alcanzar un MGAP fortalecido en sus capacidades para el diseño e implementación de políticas de inocuidad de los piensos y alimentos que son de su competencia. También potenciar al MGAP como un actor fundamental a nivel nacional en el desarrollo de una estrategia nacional de inocuidad”.

En referencia a las acciones en proceso de desarrollo, los técnicos explicaron que se “está trabajando en el fortalecimiento del rol de la UCPIA, “creada con el objetivo de modernizar, fortalecer y adecuar las garantías del control de la inocuidad del sistema agroalimentario del país a los nuevos modelos internacionales vigentes , y como Unidad coordinadora del proyecto”. Este proceso comenzó en el año 2008 con la creación de una Comisión de Inocuidad donde se integraron representantes técnicos de las Unidades del MGAP vinculados a la Inocuidad de los Alimentos.

A su vez se buscará la “mejora de  las capacidades de los laboratorios para contar con técnicas más sofisticadas y  validadas con normas internacionales”, entre otras acciones.

 

Inocuidad de los alimentos

Se estima que tres millones de personas en los países desarrollados y en desarrollo mueren cada año a consecuencia de enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua, y que muchos millones más enferman, lo que genera además grandes costos para las economías de los países.

“Por lo tanto, debe ser la misión de los sistemas de control de la inocuidad de los países, promover la inocuidad de los alimentos y evitar enfermedades de origen alimentario, resguardando a los consumidores y promoviendo prácticas justas en el comercio de alimentos. Estos sistemas deben ser eficaces y capaces de identificar los peligros de inocuidad prioritarios y capaces de analizar el riesgo de los mismos bajo las condiciones de consumo de los diferentes alimentos implicados”, concluyeron los entrevistados.

La inocuidad de los alimentos garantiza que éstos no causarán daño al consumidor cuando se preparen y consuman de acuerdo con el uso al que se destinan. Su importancia es fundamental ya que es un derecho básico de los consumidores, y en el mercado internacional es un requisito indispensable que deben satisfacer los países exportadores de alimentos, como los países del MERCOSUR, para comercializar sus productos.

 

Contexto

Uruguay es un país productor y comercializador de una amplia gama de alimentos. El sector agroindustrial aporta el 14% del Producto Bruto Interno (PBI) a la economía nacional. Dicho sector, a través de las exportaciones de base agropecuaria, supera el 70% del total de exportaciones mientras las importaciones representan únicamente el 5% del total. Esto se sustenta en el estatus sanitario que posee el país y el cumplimiento de las exigencias de los países importadores de los productos, generando relaciones confiables a lo largo del tiempo.

El crecimiento futuro en un país con superávit en el balance alimentario, debe conciliar la necesidad del adecuado manejo de los recursos naturales, el aumento de valor de sus productos derivados de las cadenas agroalimentarias, jerarquizando la calidad e inocuidad de los mismos, beneficiando tanto a los consumidores internamente como a los destinatarios en la región y el mundo. La importancia de coordinar acciones en inocuidad y calidad de los alimentos y contribuir al desarrollo e integración de las cadenas agroindustriales exportadoras está entre las prioridades de desarrollo, mencionadas en las propuestas del Marco Estratégico de Mercosur.