Principales asuntos tratados en el Capítulo 3
Por qué cambian los precios
Sobre todo, los precios dependen de ...
La oferta, lo que la gente está en capacidad de vender a determinado precio
La demanda, o lo que la gente está dispuesta a comprar a determinado precio
Qué cantidad de producto se pone a la venta en un día
Los cambios en la demanda a corto plazo
La disponibilidad en el mercado de los productos competitivos
La oferta, afectada por
Cuánto han sembrado los agricultores
El estado del tiempo
Las propias necesidades de consumo de los agricultores
Si los agricultores almacenan o no
La demanda, afectada por
El precio
El precio de los productos competitivos
La época del año
Existe un comportamiento estacional de los precios de la mayor parte de los productos, especialmente de los cultivos anuales
Los precios pueden fluctuar considerablemente en respuesta a cambios repentinos en la oferta
En ciertas épocas del año aumenta la demanda por algunos productos ... y lo mismo ocurre con los precios
CÓMO SE DETERMINA EL PRECIO
En un sistema orientado hacia el mercado el precio de un producto es determinado por la oferta y la demanda. Básicamente, se logra un equilibrio entre lo que un sector está preparado para abastecer a un precio dado y lo que la otra parte desea comprar. Este fenómeno es conocido por los economistas como un precio de mercado de equilibrio. A medida que el precio de un producto se eleva, aumenta la cantidad ofrecida y disminuye la cantidad demandada, y viceversa. El precio de mercado aumentará o disminuirá hasta cuando las cantidades ofrecidas y demandadas sean iguales, o sea, hasta cuando se alcance un equilibrio.
Es importante tener en cuenta que:
La oferta está formada por lo que la gente está preparada para vender a un precio dado. No obstante que la oferta es inducida por la producción no siempre es igual a la producción. Por ejemplo, tal como se indicó antes, algunas veces puede suceder que los agricultores siembren productos perecederos y que no los cosechen porque el precio en el mercado está muy bajo. Cuando se trata de productos menos perecibles, los agricultores o los comerciantes pueden tomar la decisión de almacenarlos con la esperanza de que los precios reaccionen, en vez de venderlos de inmediato. Cuando los precios aumentan, pueden sacar los productos y venderlos. En este momento, la oferta es igual a la producción cosechada para venta inmediata más los productos liberados de almacenamiento;
La demanda no es igual a cuánto quisiera comprar el público o a cuánto debiera adquirir para cumplir con una dieta de salud. Es igual a lo que el público está dispuesto a adquirir a un precio de mercado dado.
Este capítulo revisa brevemente y en forma sencilla los factores que afectan los precios. Empieza considerando las variaciones de los precios a corto plazo, especialmente para productos bastante perecederos. Los precios pueden fluctuar en forma significativa de un día para otro y aún dentro del mismo día. Considera después los movimientos de los precios a largo plazo, para períodos de un año o mayores. Tal como ya se indicó, los servicios de información de mercados pueden ser valiosos en el suministro de información sobre ambas clases de movimientos o variaciones en los precios; primero, para habilitar a los agricultores para la toma inmediata de decisiones sobre cuándo cosechar y segundo, para ayudarles a programar sus siembras.
FLUCTUACIONES DE PRECIOS A CORTO PLAZO
Las principales causas de los cambio en los precios de productos frescos a corto plazo son:
la cantidad de producto ofrecida en venta en un mercado en un día en particular y las cantidades vendidas en los días inmediatamente anteriores;
los cambios en la demanda a corto plazo;
la influencia de los productos suplementarios sobre la demanda.
Cantidades disponibles
Por regla general, los precios en los mercados mayoristas estarán estrechamente relacionados con las cantidades que lleguen al mercado en un día en particular. De esta forma, si un mercado mayorista recibe 1 000 kg de naranjas un lunes y el precio mayorista de compra por kilogramo es de $1 puede esperarse que si el martes llegan al mercado 1 000 kg es muy probable que el precio de compra sea el mismo. Sin embargo, es posible que esta situación no sea siempre la misma. Por ejemplo, por una u otra razón (por ejemplo, mal tiempo o huelga de transportes) puede haber sucedido que al final de la semana anterior no hayan llegado naranjas al mercado. Esta situación creará una escasez del producto en el mercado y el lunes los precios se dispararán al tiempo que los minoristas competirán por la compra de naranjas con el fin de venderlas a los consumidores a quienes se les hayan agotado sus provisiones. Es claro que el martes se habrá normalizado la oferta, y que los precios de mercado descenderán aunque la cantidad ofrecida sea la misma.
Aún cuando la producción de perecederos en un área determinada puede ser altamente estacional, muchos países tienen varias zonas de producción, cada una de las cuales puede tener temporadas ligeramente diferentes. De esta forma, puede suceder que los agricultores de una zona sean los únicos abastecedores de un producto específico en una determinada semana y ello hace que se genere un incremento en los precios de mercado. Sin embargo, puede ocurrir que en la semana siguiente lleguen al mercado algunos productos procedentes de otra zona de producción, y que se cause una disminución en los precios. Con el fin de maximizar las utilidades, los agricultores de la primera zona tratarán de llevar al máximo sus ventas durante la primera semana (por ejemplo, vendiendo productos que aún no están en punto de sazón) mientras que los productores de la segunda aplicarán las mismas técnicas para sacar adelante sus ventas.
Cambios en la demanda a corto plazo
Cuando los comerciantes tienen expectativas sobre aumentos en la oferta en los días venideros (por ejemplo, cuando saben que una nave de cabotaje cargada de naranjas tiene programado llegar pronto) se prepararán para pagar menos por la naranja a medida que se acerca la fecha de llegada de la nave. De esta manera, mientras que 1 000 kg de naranja pueden haber alcanzado un precio de $1 el lunes, para el miércoles el precio puede haber descendido hasta $0,75, debido a que la demanda ha disminuido a la espera de menores precios cuando llegue la embarcación. Por supuesto, muchos mercados disponen de instalaciones adecuadas para almacenar productos perecederos y ello permite reducir las fluctuaciones en sus precios.
Generalmente, la demanda de los consumidores es mayor al comienzo de los fines de semana. Para empezar, en muchos países las tiendas o almacenes cierran un día de la semana y ello puede llevar al público que adquiere alimentos diariamente a querer compra el doble de productos frescos con un día de anticipación. Esto puede presionar un poco los precios al alza, no obstante que los agricultores y los comerciantes, debidamente prevenidos de esta situación, realicen ajustes en su oferta. Durante los fines de semana también cambian los patrones de consumo. La gente está más dispuesta a cocinar en sus hogares y muchas personas acostumbran tomar alimentos especiales solamente en los fines de semana. Por otra parte, aquellos negocios dedicados a vender almuerzos a los trabajadores bien pueden cerrar durante los fines de semana y por tanto no necesitarán adquirir productos frescos. Las fiestas patrias o religiosas pueden tener notorio efecto sobre la demanda. Algunos productos son cultivados especialmente para estas fiestas. Por ejemplo, en las Islas Maldivas se acostumbra consumir sandías en el Ramadán; en los Estados Unidos se cultivan las calabazas especialmente para la fiesta de las brujas. La demanda por frutas y hortalizas tiende a aumentar cuando las familias celebran los días festivos con comidas especiales.
Productos competitivos
Si en un mercado mayorista solo se dispone de naranjas, el precio de esta fruta aumentará bastante. Sin embargo, es posible que en los días siguientes lleguen otras frutas al mercado. Entonces, los minoristas, y por tanto los consumidores, podrán escoger entre, por ejemplo, naranjas, mangos, o piñas. Así, aunque la cantidad de naranjas llevadas al mercado permanezca constante, el precio bajará porque algunos clientes que hubieran comprado naranjas se decidirán ahora por otra fruta. Los mayoristas tendrán que reducir el precio de las naranjas para poder vender todas las que han ingresado al mercado.
Un buen servicio de información de mercados deberá estar en capacidad de suministrar información no solo de precios sino también de cantidades ofrecidas. En la práctica, muy pocos SIM lo hacen. Por tanto, es importante que los extensionistas encargados de asesorar a los agricultores en temas relacionados con comercialización estén al tanto de que los precios de algunos cultivos, especialmente los de los más perecederos, pueden fluctuar en forma rápida y significativa.
CAMBIOS EN LOS PRECIOS A LARGO PLAZO
Los factores que mayormente afectan el desarrollo de los precios de mercado de los productos agrícolas a largo plazo son:
oferta;
demanda;
época del año.
Oferta
Mientras que las cantidades disponibles en un mercado en un día en particular pueden conducir a fluctuaciones en los precios en el corto plazo, otros factores afectan la tendencia de los precios a largo plazo. En el caso de los productos perecederos que no pueden ser almacenados por largo tiempo, o para los cuales no se dispone de almacenamiento adecuado, el factor que mayor efecto tiene sobre los precios es la estacionalidad o temporalidad de la producción. De esta forma, para un cultivo como el tomate la tendencia de los precios dependerá principalmente de cuándo el cultivo alcanza el punto de sazón en la más importante zona de producción.
En el caso de alimentos básicos como el arroz en cáscara (paddy) o el maíz y otros cultivos que pueden ser almacenados por largo tiempo, tales como la papa, cebolla, ajo, y frutas como manzana, el precio de mercado no tiene mucha relación con la oferta diaria a los mercados como con el total de la producción en una temporada o en un año.
La oferta al mercado puede ser afectada por:
Cuánto se sembró. Si en un año los precios son malos, los agricultores responderán sembrando menos en el año siguiente. De esto resultará menor producción y precios más altos, hechos que estimularán a sembrar más en el año siguiente, con una consecuente caída en los precios. Este ciclo natural de producción y de precios es bastante frecuente. Algunas veces, los agricultores que tienen éxito son aquellos que hacen lo contrario de lo que están haciendo otros agricultores.
El tiempo. Las lluvias impropias pueden tener efecto significativo sobre los niveles de producción de todos los productos no cultivados con riego artificial.
Las necesidades de la familia de los agricultores. Antes que todo, los agricultores deben atender las necesidades alimentarias propias y de sus familias. Esta necesidad puede exagerar los efectos de una mala cosecha sobre las cantidades ofrecidas al mercado. Por ejemplo, si un país produce un millón de toneladas de arroz en un año normal y los agricultores dejan la mitad para sus familias, entonces quedan disponibles 500 000 toneladas para ser vendidas en el mercado. Sin embargo, si la cosecha es mala y se reduce a 750 000 toneladas, puede suceder que los agricultores insistan en reservar para sus familias las 500 000 toneladas, dejando para vender en el mercado únicamente 250 000 toneladas. De esta forma, una caída en la producción del 25% podría generar, realmente, una baja del 50% en la cantidad vendida.
El precio. Cuando los agricultores cuentan con facilidades de almacenamiento adecuadas tienen la opción de vender de inmediato o de almacenar con la esperanza de que los precios se incrementen más tarde en la temporada. Su decisión sobre cuánto almacenar y cuánto vender dependerá de sus necesidades de dinero después de la cosecha, del precio y de su conocimiento de la probable tendencia de los precios. Si venden una porción importante de su producto inmediatamente después de la cosecha, inevitablemente se generarán precios más bajos en el mercado, aunque el efecto puede reducirse si comerciantes y molineros deciden almacenar grandes cantidades.
Demanda
La demanda es afectada por:
El precio. Cuando el precio de mercado es alto los consumidores reducen sus compras. En el caso de algunos productos tales como las frutas, las reducciones pueden, con frecuencia, ser significativas debido a que los consumidores no las consideran como componente esencial de sus dietas. Sin embargo, cuando se trata de alimentos básicos como arroz, maíz, tubérculos y raíces y otros productos importantes (por ejemplo, en algunas sociedades, ajíes y cebollas) es más difícil generar reducciones significativas en las cantidades consumidas. Si los precios se elevan, la gente puede comer ligeramente menos y, con el fin de desperdiciar menos alimentos, también puede llegar a ser más cuidadosa con las cantidades que prepara. Es posible también que continúen comprando las mismas cantidades pero que adquieran calidades inferiores, por ejemplo, arroz con un mayor porcentaje de granos quebrados o harina de maíz no cernida en vez de harina supercernida. También pueden inclinarse a comprar otros productos que consideren como de mayor valor nutritivo, si es que tales productos existen en el mercado.
Si el precio de mercado de un producto es bajo es probable que los consumidores aumenten su consumo, compren mejor calidad, y si pueden hacerlo, sean menos cuidadosos con el control del desperdicio. Pero como una persona no puede consumir sino un tanto de arroz o maíz, los consumidores que ya consiguen proveerse de una cantidad adecuada de estos productos no aumentarán su consumo. En lugar de ello, probablemente usarán el dinero ahorrado en la compra de productos de consumo general para adquirir una cantidad de frutas y verduras mayor que la que normalmente consumirían.
La correlación que existe entre oferta y demanda y los precios de los alimentos es, por tanto, absolutamente compleja. Un cambio en el precio de un producto puede afectar la demanda y, a su vez, el precio de un producto completamente diferente. En general, puede observarse que probablemente la oferta fluctúa mucho más que la demanda y que por tanto los cambios en la producción tendrán, normalmente, una repercusión más grande sobre los precios que los que tienen los cambios en la demanda.
Época del año
Usualmente los precios de los cultivos anuales se acomodarán a los mismos patrones estacionales, a pesar de que puede esperarse que el nivel general de precios varíe de año a año de acuerdo con el nivel general de inflación y el tamaño de la cosecha. Para un país que empieza sus cosechas en abril o mayo puede esperarse que los precios al consumidor se eleven en el período de diciembre a marzo. En abril pueden permanecer más o menos estables hasta el final del mes cuando empezarán a caer hasta cuando muchas de las nuevas cosechas estén disponibles. A partir de entonces se producirá una caída en los precios que se extenderá hasta junio o julio cuando empezarán a reaccionar ligeramente, produciéndose un alza más pronunciada hacia el final del año. Obviamente, algunas fluctuaciones serán menos marcadas en un país que tenga dos temporadas de cosecha de los principales alimentos básicos (por ejemplo, muchos países productores de arroz) pero aún así existe la probabilidad de que en ellos también se registren variaciones estacionales en los precios.
Tal como ya se indicó, uno de los beneficios importantes de los servicios de información de mercados es que pueden suministrar información a largo plazo que permite a los agricultores conocer las tendencias estacionales de precios para varios cultivos. Puede que sean pocas las ventajas que esta información tenga para los agricultores de productos básicos como el arroz y el maíz, pero cuando se trata de productos hortícolas, especialmente de aquellos que el agricultor nunca ha sembrado, es muy importante estar al tanto de las variaciones estacionales de precios para poder tomar la decisión más acertada en relación con la rentabilidad de la producción.