Por regla general, las cuestiones planteadas por quienes han respondido al cuestionario del presente estudio reflejan los problemas examinados en las publicaciones. En todo el mundo hay una gama muy amplia de programas de pequeñas plantaciones con la correspondiente complejidad de problemas. Por consiguiente, no debe presuponerse el carácter y la magnitud de los beneficios de los programas de pequeñas plantaciones. A continuación se ofrece un resumen de las cuestiones básicas que parecen determinar la existencia de pequeñas plantaciones equitativos y útiles. Estas cuestiones se desarrollaron aún más para crear un conjunto de principios y criterios, o sea un marco analítico (véase Recuadro 4, infra).
Sobre la base de la información obtenida de los programas de pequeñas plantaciones examinados en este estudio, las cuestiones clave que contribuyen al éxito de los programas son, entre otras, las siguientes:
Acuerdos adecuados de pequeñas plantaciones forestales
Los acuerdos de pequeñas plantaciones forestales ofrecidos por las empresas forestales varían dentro de cada país y entre países, y los programas sobre los que se informa en el presente estudio son una prueba de esta diversidad. Los acuerdos incluyen:
Si bien en algunos programas los términos del acuerdo pueden ser fijos, otros ofrecen una considerable flexibilidad en el grado de participación del cultivador y los cultivadores pueden determinar sus contribuciones en mano de obra y en inversiones. Muchos programas de pequeñas plantaciones forestales se han puesto en marcha sólo en fecha reciente, y varios de ellos han sido objeto de adaptación o se encuentran todavía en ese proceso (por ejemplo el programa Aracruz Cellulose del Brasil está ampliando su actividad para incluir la producción de madera para pulpa y madera aserrada).
Seguridad en las contribuciones y las asociaciones
En las publicaciones se ha puesto de relieve la importancia de la seguridad de la tenencia de la tierra para la participación de los propietarios de tierras en los programas de pequeñas plantaciones (por ejemplo, Arnold 1997; Higman y otros 1999; Mayers 1999), pero la seguridad de la tenencia de la tierra no es el único requisito. El propio acuerdo de pequeñas plantaciones puede crear incertidumbre puesto que se trata de un acuerdo no oficial (por ejemplo como en las Islas Salomón y Vanuatu), debido también a la pérdida de viabilidad comercial de cada uno de los socios, el cambio de política de la empresa, la clausura/venta de la empresa, u otras externalidades. Las externalidades pueden incluir cambios en la política del gobierno (por ejemplo, una redistribución obligatoria de la tierra), fluctuaciones en el valor de la moneda local, o cambios en los mercados (pérdida de mercados locales causada por cambios en la demanda y en la oferta en el mercado mundial).
La incertidumbre planteada por la redistribución obligatoria de la tierra se citó en el caso de tres programas de pequeñas plantaciones forestales en el presente estudio, y se estimó que la seguridad de la tenencia de la tierra era un requisito previo necesario para establecer un programa de pequeñas plantaciones forestales. Sin embargo, la propiedad de la tierra no es el único arreglo de tenencia de la tierra que ofrece seguridad, puesto que hay ejemplos de cultivadores que han establecido plantaciones en tierras de propiedad de la comunidad y en tierras sujetas a alquiler a largo plazo.
El proceso de negociación debería permitir a ambas partes hacer una evaluación detenida de la seguridad de las contribuciones y obligaciones del otro socio. Asimismo, en los contratos se debería especificar claramente las circunstancias en que un acuerdo de pequeñas plantaciones forestales puede ser anulado y modificadas las condiciones de indemnización.
Compartir la producción y los riesgos del mercado
Además de los precios pagados por las empresas forestales en el momento de la tala, los ingresos del cultivador dependen del hecho de que es necesario obtener rendimientos óptimos de producción. A su vez esto depende de la adopción de prácticas de silvicultura adecuadas para facilitar el crecimiento de las plantaciones y reducir el riesgo del daño ambiental a los árboles.
Tal como se ha indicado antes, el carácter y la importancia de los riesgos del mercado varían para los asociados, tanto para la empresa como para los cultivadores, dependiendo tanto de los propios programas como de otros factores externos. Cuando las empresas forestales hacen la inversión financiera y técnica y asumen la responsabilidad del proceso de producción, y el cultivador recibe un porcentaje convenido de los ingresos de la producción con arreglo al contrato (por ejemplo, acuerdos de alquiler), las razones de la preocupación de los cultivadores han sido las siguientes:
Con arreglos a algunos programas de pequeñas plantaciones forestales (por ejemplo, cuando los cultivadores comparten la responsabilidad en la producción), las empresas forestales facilitan asistencia técnica y asesoramiento para disminuir los riesgos con que se enfrentan los cultivadores.
Sin embargo, la prestación de esta asistencia puede también aumentar los costos de producción para los cultivadores (Arnold 1997). Por otra parte, desde la perspectiva de una empresa, la participación de cultivadores carentes de experiencia puede aumentar mucho los riesgos de una producción pobre. Los programas de pequeñas plantaciones a cargo de PS Zimboard en Zimbabwe ofrecen a los cultivadores asistencia técnica y comercial por conducto de una tercera parte, y cada cultivador compra insumos o paga por un asesoramiento según sea necesario.
Si bien es difícil dar directrices de carácter general, los acuerdos de pequeñas plantaciones forestales deberían tener como objetivo equilibrar las posibilidades de una participación flexible con una seguridad contractual.
Negociación de acuerdos
Ambas partes tienen que estar capacitadas para negociar genuinamente acuerdos de pequeñas plantaciones forestales que sean justos y equitativos. La creación de capacidad puede exigir un desarrollo de los conocimientos (por ejemplo, conocimiento del mercado, capacidad de negociación) u ofrecer una posibilidad viable, tal como la participación de una tercera parte para negociar activamente en nombre de un socio. Por ejemplo, un cultivador en pequeña escala puede tener muy poca capacidad de negociación pero, cuando su acción se combina con la de un gran número de otros cultivadores (por ejemplo, mediante una cooperativa de cultivadores, una contratación común de un agente de mercado) puede obtener mejores condiciones en las negociaciones.
El presente estudio reveló que los propietarios/cultivadores se encuentran con frecuencia en una débil posición para negociar con las grandes empresas forestales industriales, debido a su desconocimiento del mercado (por ejemplo, precios equitativos, tendencias a largo plazo del mercado), y si las empresas ofrecen solamente un contrato estándar. En algunos casos, las empresas forestales preferirán negociar con una única organización representativa (por ejemplo, una cooperativa de cultivadores), en vez de incurrir en gastos elevados y en una pérdida de tiempo si cuando la negociación se hace con un número importante de cultivadores (Curtis & Race 1998). Sin embargo, el grado en que un socio puede negociar un mejor acuerdo refleja en gran parte la voluntad de ambos socios de participar en un programa de pequeñas plantaciones, lo que a su vez se ve influido considerablemente por el carácter de los mercados locales (por ejemplo, en favor de los propietarios/cultivadores o elaboradores).
Tener conciencia de oportunidades que sean realistas
A pesar de los aparentes múltiples beneficios de los programas de pequeñas plantaciones forestales para los cultivadores y las empresas forestales, puede existir mucha incertidumbre respecto del hecho de si se gozará de esos beneficios a largo plazo (algunos programas pueden crear obligaciones por 30-40 años). Un elemento de esta incertidumbre es inherente a las fluctuaciones de la industria forestal, tanto a escala local como internacional.
Sin embargo, con frecuencia los cultivadores se encuentran en situación de desventaja porque carecen de una información detallada y realista acerca de los ingresos que pueden obtener a largo y corto plazo. Hay prueba de que los precios pagados a los cultivadores corresponden en gran parte al nivel de la competencia del mercado entre los compradores. Ahora bien, tanto los propietarios de tierras como los cultivadores no deberían confiar ingenuamente en la posibilidad de contar con socios industriales que proporcionen una evaluación de las oportunidades que existen en el ámbito de los programas de pequeñas plantaciones. Las terceras partes (por ejemplo, organizaciones no gubernamentales, gobiernos) que desean fomentar un desarrollo forestal adecuado podrían desempeñar una función catalítica garantizando la disponibilidad de evaluaciones precisas de mercado.
Algunos de los que respondieron al cuestionario informaron que algunos cultivadores habían podido renegociar los precios o sus porcentajes en la asignación de madera con las empresas con el propósito de reflejar mejor las perspectivas del mercado (por ejemplo, Aracruz Cellulose en el Brasil, SOPORCEL en Portugal).
Ordenación forestal sostenible
Si bien los principios de una ordenación forestal sostenible pueden ser bien conocidos, la forma en que la ordenación forestal sostenible debería traducirse en prácticas forestales locales dista mucho de ser clara. Este factor se complica aún más en el caso de los programas de pequeñas plantaciones cuando los propietarios/cultivadores tienen opiniones diferentes respecto de lo que es una ordenación sostenible. Como sucede con el aumento del conocimiento de mercado, ambas partes tienen que asumir la responsabilidad de comprender las consecuencias de las prácticas forestales utilizadas con arreglo a los programas, y proceder a una negociación subsiguiente para garantizar la concertación de un acuerdo claro. Aunque los que han respondido al cuestionario del estudio no informan al respecto, las terceras podrían desempeñar una función importante poniendo a disposición la información necesaria y negociando en representación de un socio para garantizar que se empleen prácticas de la ordenación forestal sostenible.
Apoyo de la comunidad
En los proyecto forestales en gran escala, o cuando la silvicultura tiene una importancia directa para los medios de vida de la comunidad en general, los directores de los programas de pequeñas plantaciones forestales deben tener presente sus obligaciones para la comunidad en general. El hecho de sostener que los programas de pequeñas plantaciones son exclusivamente un contrato entre cada propietario de tierra o cultivador y la empresa forestal probablemente no impedirá una repercusión negativa en la comunidad en general si se estima que disminuyen los beneficios públicos. La posibilidad de una reacción pública contra el desarrollo forestal no debe subestimarse, ya que en el pasado ha dado como resultado cambios dramáticos en la política gubernamental, retrasos en las apelaciones ante la justicia, una disminución en la reputación de las empresas, daños para la propiedad de los cultivadores, y una disminución del interés de la comunidad en una participación futura en programas de pequeñas plantaciones forestales. El hecho que complica aún más la situación es que las comunidades pueden dividirse en lo que se refiere a su apoyo a la explotación forestal, resultando difícil determinar claramente los dirigentes de opinión y los problemas que son causa de preocupación.
En cambio, si se estima en general que los programas de pequeñas plantaciones forestales son equitativos y benéficos para los socios que participan y para las comunidades asociadas, existe la posibilidad de que se obtengan beneficios mayores y más duraderos gracias al desarrollo forestal, y no simplemente produciendo fibra de madera. Algunas empresas incluso absorberán los costos más elevados del funcionamiento de un programa de pequeñas plantaciones, o de la producción de madera de baja calidad, en comparación con una inversión en sus propias plantaciones industriales como consecuencia del apoyo comunitario positivo que puede atraer.
Haciendo uso de las publicaciones y de los resultados del presente estudio, se ha elaborado un conjunto de principios y criterios, o un marco analítico, como un instrumento para evaluar las implicaciones de los programas de pequeñas plantaciones forestales (recuadro 4). En este marco se esbozan las características que al parecer influyen más en el grado en que los acuerdos de pequeñas plantaciones son equitativos y benéficos para cada socio (o posibles socios). También puede ser útil para las organizaciones que estén considerando la posibilidad de establecer o apoyar un programa de pequeñas plantaciones.
Indudablemente, muchos gobiernos han demostrado que son capaces de crear las condiciones necesarias para que se establezcan programas de pequeñas plantaciones forestales que sean útiles. Sin embargo, probablemente será necesario contar con un apoyo continuo para garantizar que los beneficios previstos llegan, a largo plazo, a todas las partes que (directa o indirectamente) participen en los programas de pequeñas plantaciones forestales (por ejemplo, la función de los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y grupos de la sociedad civil, así como intermediarios del mercado), en especial cuando existen pocos incentivos o compromisos para que cada parte contribuya adecuadamente a la organización de estos acuerdos.
| Recuadro 4: Marco para evaluar los programas de pequeñas plantaciones forestales |
Principios
Criterios
|
La forma en que estos principios y criterios se adapten a un determinado contexto local será diferente dependiendo de que: