Más progresos en el convenio internacional de las maderas tropicales
Talleres móviles de reparación y mantenimiento de sierras para Bangladesh
Las plantas medicinales: Un recurso desaprovechado
Fusión de la medicina tradicional y la medicina moderna
Miel en lugar de caucho
Los 41 países productores y consumidores signatarios del Convenio Internacional de las Maderas Tropicales (CIMA), un instrumento para el comercio internacional con cláusulas de conservación únicas en su género, han resuelto el problema del emplazamiento de la sede y el nombramiento del Director Ejecutivo. La Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT), que administra las disposiciones del Convenio, iniciará ahora sus actividades en la sede ubicada en Yokohama, y tendrá por Director al Dr. Freezailah B.C. Yeom, de Malasia (para un artículo del Dr. Yeom sobre las especies arbóreas poco conocidas, véase Unasylva, 36, (145): 2-16).
El CIMA es el único convenio de productos básicos de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) que tiene por finalidad la conservación de un importante recurso vivo. En el marco del objetivo del Convenio previsto en el inciso h) de su artículo 1, las partes se comprometen a «fomentar el desarrollo de políticas nacionales encaminadas a la utilización sostenible y la conservación de los bosques tropicales y de sus recursos genéticos, y al mantenimiento del equilibrio ecológico de las regiones interesadas».
Los Estados partes en el CIMA controlan más del 95 por ciento de todo el comercio de maderas tropicales y de los bosques tropicales que quedan en el mundo. En virtud del Convenio los votos están divididos por igual entre países consumidores y productores. Los correspondientes a los países productores se han distribuido por regiones principales (Africa, Asia y América del Sur) y asignado en forma proporcional al comercio y a la superficie de bosques, lo cual comporta el otorgamiento de derechos de voto con fines de conservación.
La negociación del CIMA duró. más de 10 años, y el instrumento se depositó para la firma tras la realización de debates en los que participaron 70 gobiernos.
La siguiente reunión de la OIMT está prevista para mayo de 1987 en Yokohama. El Japón ha hecho grandes esfuerzos para que se escogiera esta ciudad como sede, porque se está transformando en un importante centro de comercio internacional. Ese país es también el principal importador de maderas tropicales, dominando el mercado mundial junto con la CEE.
de un comunicado de prensa del Fondo Mundial para la Naturaleza
Miembros de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales: | |
PRODUCTORES |
CONSUMIDORES |
Bolivia |
Alemania, Rep. Fed. de |
Brasil |
Austria |
Camerún |
Bélgica |
Congo |
Canadá |
Côte d'Ivoire |
China |
Ecuador |
Dinamarca |
Filipinas |
Egipto |
Gabón |
España |
Ghana |
Estados Unidos de América |
Grecia |
Francia |
Honduras |
Finlandia |
India |
Irlanda |
Indonesia |
Italia |
Malasia |
Japón |
Papua Nueva Guinea |
Liberia |
Perú |
Luxemburgo |
Tailandia |
Noruega |
Trinidad y Tabago |
Países Bajos |
|
Reino Unido |
|
República de Corea |
|
Suecia |
|
Suiza |
|
URSS |
En fecha reciente se entregaron a la FAO dos talleres móviles de mantenimiento y reparación de sierras, suministrados por la empresa británica Original Vollmer. Estas unidades, que se enviarán a Bangladesh para su empleo con fines de capacitación, complementarán un taller fijo recientemente establecido. Están destinadas a mejorar los servicios de manutención de sierras y herramientas de los aserraderos de Bangladesh.
Los dos vehículos tienen un chasis Bedford, con tracción en las cuatro ruedas, fabricado por la General Motors, y una carrocería especial, construida en Amersham por Reynolds Boughton, que puede abrirse para disponer de una zona más espaciosa de taller.
Los camiones disponen de un generador diesel de arranque eléctrico que proporciona fuerza motriz para la maquinaria y la iluminación. El equipo de manutención incluye un banco grande para sierras de cinta, una afiladora automática para sierras de cinta y circulares, y una segunda afiladora automática para sierras de pequeño tamaño.
En su parte posterior los bancos tienen una afiladora auxiliar, así como equipo para empalmar y montar cintas de sierra.
En la parte trasera del techo los vehículos llevan montado un aparato diferencial de cadena con vigueta telescópica para izar pesos de hasta 500 kg. Los talleres también disponen de equipo de soldadura de arco eléctrico y oxiacetilénica.
Estas primeras unidades se utilizarán al comienzo para fines de capacitación, con la idea de emplear talleres móviles análogos en países del Tercer Mundo para prestar servicios a grupos de pequeños aserraderos, a título de ensayo.
de Timber Trades Journal
Según un estudio de las Naciones Unidas, el valor total del comercio mundial dé plantas medicinales ascendió en 1980 a 550 millones de dólares EE.UU. Esto debería ser una buena noticia para los países en desarrollo que poseen bosques tropicales, ya que su diversidad genética representa una enorme reserva, en gran parte sin explotar, de especies de posible valor medicinal, y otro incentivo para una conservación apropiada de los recursos forestales tropicales.
Por desgracia no se presta a este potencial la atención que merece, en parte porque las principales compañías farmacéuticas del occidente no han invertido cantidades importantes en las investigaciones sobre productos naturales a causa de los riesgos comerciales involucrados. La recogida de plantas en zonas remotas e inaccesibles de bosques, con el fin de comprobar la presencia de ingredientes activos, absorbe mucho tiempo y sus resultados son inciertos.
Además, el lograr que un nuevo medicamento cumpla las estrictas normas gubernamentales previstas es un proceso largo y costoso, sobre todo si la sustancia se obtiene de un producto natural recientemente descubierto, al tiempo que es mas barato producir variantes de compuestos conocidos que, por ende, son más fáciles de aprobar. Con todo, el Dr. Clive Denyer, un investigador científico de la Fundación Wellcome de Londres, considera que la concentración de las empresas farmacéuticas en obtener productos sintéticos en el laboratorio ha redundado en perjuicio de las investigaciones sobre productos naturales, dando lugar a que se abandone este sector de actividad científica.
Según el Dr. Denyer, «no hay forma de inventar lo que las plantas han tardado más de 3000 millones de años en conseguir. Si en épocas pasadas no se hubieran extraído substancias de las plantas, no existiría la rama de la química orgánica».
Otro obstáculo importante para un mayor uso de las plantas curativas en la medicina moderna es la dificultad de garantizar un abastecimiento constante y en gran escala de materias primas de calidad uniforme. Al presente la mayoría de las plantas medicinales se recogen en los bosques, y a veces la gran demanda de ellas conduce casi a su extinción.
El Sr. Dick Van Sloten, un oficial de recursos genéticos de la Dirección de Producción y Protección Vegetal de la FAO, indica que «la producción de plantas medicinales en gran escala comporta la necesidad de establecer un programa de mejoramiento genético». Agrega que «para convertir una planta silvestre en un cultivo agrícola se requieren muchas investigaciones, una gran cantidad de germoplasma y garantías de que se contará con un sector consumidor. Una de las principales dificultades reside en los escasos conocimientos acerca de las plantas medicinales en general, cuyo número es enorme».
En la actualidad, el mandato de varias organizaciones internacionales parece incluir el tipo de investigación que podría conducir al cultivo sistemático de nuevas plantas medicinales. El Centro del Consejo Internacional de Recursos Fitogenéticos ha decidido orientar sus esfuerzos hacia los principales cultivos alimentarios del mundo.
«No se puede trabajar en todos los sectores y obtener siempre buenos resultados», señala el Sr. Van Sloten. «La mayoría de estos recursos de germoplasma no están seriamente amenazados, como a veces se afirma. Es probable que sigan existiendo dentro de diez o veinte años, especialmente si tienen éxito las medidas de conservación. Los cultivares silvestres de los productos agrícolas son objeto de mayores presiones, y ello es uno de los principales motivos de nuestras prioridades.»
El cultivo con éxito de plantas aromáticas para la industria de los cosméticos podría servir de modelo para las plantas medicinales. Actualmente se cultivan en el Nepal plantas aromáticas como la citronela, la hierba de limón, las rosas y la artemisa, al tiempo que en Birmania en el marco de un proyecto que recibe ayuda de la FAO - se está considerando la posibilidad de sustituir las plantas que sirven para producir estupefacientes ilegales por especies como el regaliz, el espliego y la palma de aceite babasú, entre otras.
«La sustitución de las plantas narcóticas ilegales por plantas medicinales podría tener un gran futuro», señala el Dr. Carlos Pineda Cardoza, del Grupo de Cultivos Industriales de la FAO. Se podría aumentar el valor de los cultivos mediante la elaboración local, lo cual permitiría que se aproximara a los altísimos precios de las drogas ilegales. Ello significaría que a los gobiernos les resultaría menos difícil persuadir a los agricultores a abandonar el cultivo de plantas narcóticas ilegales, y no tendrían que depender más de medidas coercitivas o subvenciones.
La demanda en el mundo desarrollado de productos naturales y ecológicamente inocuos podría extenderse de la industria de los cosméticos a las plantas medicinales y a otros productos forestales de menor importancia. Si se efectúan suficientes inversiones para garantizar un suministro regular y en gran escala de productos como el retén, las resinas y las ceras, y se hace especial hincapié, en lo que atañe a la publicidad comercial, en su origen natural, cualquiera de esos productos forestales podría competir con éxito con sus rivales sintéticos. También tienen la ventaja de provenir de un recurso renovable y no de uno agotable.
Philip Willan,
Roma
UN TALLER MOVIL DE REPARACION Y MANTENIMIENTO DE SIERRAS asistencia de la FAO a Bangladesh
Como parte de una campaña iniciada en 1977 para lograr «la salud para todos en el año 2000», la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los gobiernos que adopten medidas para fusionar la medicina tradicional y la atención sanitaria moderna. Esa tarea no es nada fácil y queda mucho camino por recorrer hasta que la OMS pueda declararse satisfecha.
«La respuesta ha sido satisfactoria, pero podría haber sido mayor», afirma el Dr. Olayiwola Akerele, el funcionario responsable de la medicina tradicional en la sede de la OMS en Ginebra. «Queda librado al criterio de los distintos países determinar la medida de la integración.»
Uno de los principales aspectos del programa es la inocuidad de los medicamentos, y la OMS ha impartido cursos sobre inocuidad y formulación de dosis en la medicina tradicional. También facilita información sobre plantas medicinales a las organizaciones sin fines de lucro por medio de la base de datos computadorizados de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Illinois en Chicago. Este servicio, conocido por el nombre de NAPRALERT (vigilancia de productos naturales) proporciona información - tomada de publicaciones de todo el mundo sobre los productos obtenidos de las plantas. Entre otras cosas, facilita los nombres y usos tradicionales de las plantas medicinales, así como información sobre sus ingredientes activos y su toxicidad.
Otro sector donde la OMS considera que pueden lograrse progresos es la integración de los que practican la medicina tradicional en los planes sanitarios nacionales, especialmente al nivel de la atención primaria de la salud. La capacitación de parteras tradicionales es un ejemplo de cómo la cooperación entre la medicina tradicional y la moderna puede aumentar el alcance de esta atención sanitaria.
Sin embargo, hay muchas dificultades que resolver, algunas de las cuales han sido ilustradas por el Dr. Mohammad Saleh Lashari, director del Hospital General de Oleh en Nigeria. En un artículo aparecido en la revista de la OMS Foro mundial de la salud (vol. 5, 1984), el Dr. Lashari puso de relieve los efectos perjudiciales de ciertas prácticas médicas tradicionales. No obstante, señaló que la medicina tradicional, sobre todo en las zonas rurales, era en general más accesible, menos costosa y mejor aceptada que su rival moderno. Indicó asimismo que la población rural solía ir ante todo a los curanderos, y sólo utilizaba los hospitales modernos como último recurso.
En el artículo afirmaba que «esto entraña una pérdida considerable de tiempo, de valor inapreciable, pues a veces, cuando los enfermos acuden en busca de asistencia médica moderna, ya no hay esperanza de curación y el desenlace desfavorable acentúa entonces la impopularidad de la medicina científica».
Para eliminar los efectos nocivos de la medicina tradicional, el Dr. Lashari recomienda que los curanderos reciban una formación básica en materia de asistencia médica moderna, que sus prácticas se sometan a evaluación científica y que suscriban un código de conducta. «Una cosa es indudable: la medicina tradicional debe perfeccionarse», indicaba en dicho articulo.
La falta de investigaciones científicas sobre las plantas medicinales puede estar privando a la medicina moderna de nuevos fármacos eficaces, pero según el Dr. Akerele, en definitiva ello podría ser una ventaja para los países en desarrollo. «Propugnamos el uso de medicinas en su estado natural, y no estamos interesados en aislar los ingredientes activos», dice el Dr. Akerele. «Los ensayos clínicos de una nueva droga moderna son muy costosos y, al final, el medicamento resulta demasiado caro para la población de los países en desarrollo.»
El Profesor N.R. Farnsworth, director del Centro Colaborador de la OMS para Medicina Tradicional en la Universidad de Illinois, tiene una opinión más optimista de las posibilidades de desarrollo farmacéutico industrial como consecuencia de las investigaciones sobre las sustancias medicinales extraídas de las plantas. En un artículo publicado en el Foro mundial de la salud (vol. 6, 1985), escribía lo siguiente: «En la mayoría de los países en desarrollo, la flora sigue virtualmente inexplorada en lo referente a utilización práctica, y en los dos próximos decenios se elaborarán muchos medicamentos útiles derivados de las plantas que aliviarán los sufrimientos humanos. La mayoría de esos medicamentos serán descubiertos por científicos entusiastas, enérgicos y sumamente motivados de los países en desarrollo.»
Philip Willan,
Roma
OBTENCION DE PRODUCTOS FORESTALES NO MADEREROS nuevas fuentes de néctar en Malasia
Se está alentando a los pequeños agricultores de Malasia a que se dediquen a actividades alternativas para mantener sus ingresos, en vista de la baja de los precios del cancho, del aceite de palma y de otros productos de cultivos arbóreos. El Gobierno de Malasia promueve, por ejemplo, el pastoreo del ganado ovino entre los árboles del cancho. También se sugiere el cultivo de árboles frutales, la piscicultura y la apicultura.
El potencial de la apicultura es grande, ya que el país importa 400000 kg de miel al año y la demanda va en aumento. El Instituto de Investigaciones sobre el Caucho de Malasia está estudiando la forma en que los pequeños agricultores pueden dedicarse a esta actividad.
El primer paso es asegurarse una fuente abundante de néctar en la finca. La palma de aceite puede proporcionar bastante néctar, pero como el árbol del caucho sólo florece durante unas seis semanas en marzo y abril, los campesinos que lo cultivan tienen que plantar otras especies. '
El Instituto de Investigaciones sobre el Caucho ha examinado las posibilidades que ofrecen los árboles frutales. Uno de ellos es la especie que produce la llamada fruta estrellada. El árbol fructifica pronto y florece durante todo el año; en una finca de tamaño medio hay espacio para unos 20 de ellos. El banano es otra posibilidad, y el guayabo florece en forma profusa y regular.
Se ha observado asimismo que los pedúnculos de las hojas de algunas variedades de mandioca exudan néctar, fenómeno que se está estudiando más detenidamente. Hay otras plantas que también son una fuente de néctar y, si se escogen debidamente, podrían ser igualmente útiles como cultivos forrajeros para el ganado ovino. Un ejemplo de ello es la maleza Asystaria, que florece todo el año.
En Malasia se comenzó a practicar la apicultura con la abeja europea, pero ésta se extinguió y actualmente se utiliza y mejora una abeja autóctona, la Apis cerena; al parecer se puede criar perfectamente en colmenas. Se utilizan colmenas del tipo «Langstroth» que cuestan unos cinco dólares de Malasia cuando las construye el propio apicultor. Con todo, los investigadores están estudiando una nueva colmena mejor adaptada al clima húmedo.
Los apicultores pueden obtener unos 3 a 5 kg de miel por colmena en una campaña. No obstante, esa cantidad aumenta cuando se cultivan plantas más apropiadas para las abejas. La miel local es más popular que la importada, por lo cual sus precios son más elevados: del triple al cuádruple. Los malasios parecen preferir la miel con sabor a coco, caté o fruta. En el proyecto iniciado participan unos 100 pequeños productores. Cada uno dispone de unas tres colmenas, y la actividad ha tenido tal éxito que todos quieren poseer más. La Universidad Pertanian de Malasia ha iniciado cursos para extensionistas y agricultores, esperándose que puedan ayudar a otras personas a emprender este ramo. Se está creando una asociación de apicultores que permitirá a los ya experimentados y a los novicios reunirse e intercambiar ideas.
«The Farming World»,
(BBC)