Director General QU Dongyu

Octava Conferencia Regional Oficiosa para América del Norte (INARC): observaciones preliminares

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

09/04/2024

Estimados y estimadas colegas:

Estoy agradecido a los dos miembros fundadores importantes de la FAO —el Canadá y los Estados Unidos de América— por su compromiso y apoyo a largo plazo.

Gracias al Canadá por acoger esta Conferencia Regional Oficiosa para América del Norte, que nos brinda una oportunidad vital para debatir y dialogar a fondo.

Sin la visión de los líderes canadienses y estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial y el reconocimiento que tuvieron de la importancia de la agricultura y la seguridad alimentaria, la FAO no se hubiera establecido oportunamente hace 80 años. 

Aguardo con interés celebrar con todos nuestros Miembros este importante hito de la creación de la FAO el año próximo: su 80.º aniversario como parte de la familia de las Naciones Unidas.

Esta agrupación regional es exclusiva de la FAO y refleja aún más la importante función que reviste esta región para la Organización.

Desde que asumí el cargo en 2019, me he centrado constantemente en recrear la FAO como una Organización ágil, orientada a la acción y adecuada a los fines previstos, capaz de innovar y encontrar soluciones a los desafíos mundiales actuales y, lo que es más importante, de aplicarlas de forma eficiente, eficaz y coherente, en consonancia con nuestro mandato.

Mi primer mandato se basó en las “cuatro es (v. 1.0)”: la eficiencia, la eficacia, lo extraordinario y la excelencia. Ahora, mi segundo mandato se centra en partir de nuestras aspiraciones originales para consolidar una FAO unificada en consonancia con las “cuatro erres (v. 1.0)”: la recuperación, la reforma, la reconstrucción y el renacimiento.

Aun así, tenemos que trabajar juntos para lograr estas aspiraciones colectivas: nuestra asociación es fundamental para alcanzar el éxito. 

Estimados y estimadas colegas:

En los últimos cinco años hemos escuchado a nuestros Miembros y hemos trabajado duro para forjar asociaciones que tengan impacto y refuercen la confianza mutua.

Esta confianza quedó patente cuando los Miembros acordaron apoyar el primer aumento en 12 años del presupuesto de nuestro programa ordinario. Un aumento que debería haberse hecho hacía tiempo y que era muy necesario. Gracias por reconocerlo y prestarle su apoyo.

El Canadá y los Estados Unidos son donantes muy importantes de la FAO, tanto a través de sus cuotas asignadas como de sus contribuciones voluntarias. Teniendo en cuenta las difíciles condiciones económicas a nivel mundial, vale la pena señalar que el apoyo que han prestado a la FAO ha sido históricamente elevado en los últimos años.

Para mí, esto demuestra que se está restableciendo la confianza en la FAO, lo cual es un reconocimiento innegable de nuestra importante contribución a la seguridad alimentaria mundial.

Si bien creo que la asociación que tenemos con ustedes es sólida tanto individualmente como en grupo, estoy decidido a fortalecer aún más esta relación porque estoy convencido de que juntos podemos hacer aún más y mejor.

Sus observaciones constructivas, sus ideas estratégicas y sus prioridades pragmáticas son importantes para mí, y aguardo con interés los debates que mantendremos estos dos días.

Al examinar los resultados y acuerdos logrados en la reunión anterior en ocasión de la séptima INARC, permítanme ofrecerles algunas reflexiones sobre los avances que ha hecho la FAO en relación con muchos de los objetivos que se fijaron en 2022.

Los desafíos a los que nos enfrentamos como comunidad mundial suponen un reto para la vida, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria y la nutrición de los seres humanos, especialmente en el caso de las comunidades y los hogares del medio rural y, en particular, en el caso de las mujeres y los jóvenes.

La persistencia de los altos precios de los alimentos, la desaceleración económica y la crisis climática afectan de manera desproporcionada a las personas más vulnerables.

Las subidas de los precios de la energía, los insumos agrícolas, los servicios y la logística, junto con las tensiones geopolíticas, han supuesto una amenaza directa para las cadenas de suministro mundiales y repercuten en la disponibilidad de alimentos, la accesibilidad a estos y su asequibilidad.

Es indispensable mantener el libre comercio, y herramientas como el Sistema de información sobre el mercado agrícola (SIMA) son decisivas. El SIMA aumenta la transparencia y proporciona una plataforma para coordinar la adopción de medidas en materia de políticas en tiempos de incertidumbre en los mercados, así como ayuda a evitar subidas inesperadas de los precios de los principales productos básicos.

La incesante guerra en Ucrania, los conflictos y las crecientes crisis humanitarias —como en Gaza, el Afganistán, Haití, el Sudán y el Yemen— son motivo de gran preocupación. Sigo insistiendo en que la paz es un requisito previo indispensable para la seguridad alimentaria y que la alimentación es un derecho humano básico.

Junto con otros asociados, estamos proporcionando apoyo técnico y agrícola para llevar socorro, reconstruir y restablecer la producción agrícola.

La FAO se ha comprometido a buscar nuevas vías innovadoras para transformar los sistemas agroalimentarios mundiales a fin de que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.

Las cuatro mejoras —una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor— son los pilares del Marco estratégico de la FAO para 2022-2031, que los Miembros de la FAO hicieron suyo. 

Las cuatro mejoras son la vía para que podamos garantizar que nadie se quede atrás.

La labor de la FAO se centra en respaldar a los Miembros para que fomenten la resiliencia, de modo que en especial las personas más vulnerables —en particular las mujeres, los jóvenes, los Pueblos Indígenas y las comunidades marginadas— puedan prevenir crisis y perturbaciones y hacerles frente; todos ellos ámbitos en los que el Canadá y los Estados Unidos han prestado su apoyo. 

Eso también incluye nuestro compromiso con el programa Una sola salud, en el que trabajamos estrechamente con ustedes para ayudar, detectar e intervenir ante la aparición de enfermedades que suponen una amenaza en todo el mundo.

En los últimos dos años también nos hemos centrado en garantizar la transparencia de nuestros mecanismos de gobernanza. Para ello se ha reforzado el Comité Consultivo de Supervisión (OAC), la Oficina del Inspector General (OIG), la Oficina de Evaluación (OED), la Oficina Jurídica (LEG), la Oficina de Ética (ETH) y el Ombudsman, y se ha acogido con agrado el examen de la gestión y administración de la Dependencia Común de Inspección (DCI), la evaluación de la Red de Evaluación del Desempeño de Organizaciones Multilaterales (MOPAN), y otras consultas.

Fomentamos estas actividades de gestión interna de los riesgos y acogemos con agrado los exámenes independientes y las consultas profesionales de canales externos, ya que nos ayudan a validar nuestro trabajo y garantizar que la labor de la FAO sea adecuada a los fines previstos como un gran equipo, que la Organización rinda cuentas ante sus Miembros y esté plenamente armonizada y comprometida con su mandato.

Para ampliar nuestros resultados sobre el terreno y garantizar que aprovechamos todas las oportunidades, confiamos en nuestros colegas de las oficinas de la FAO en los planos regionales, subregionales, así como en los países. 

Por este motivo, por primera vez en la historia de la FAO, convoqué una reunión de trabajo mundial de todos los Representantes de la FAO en diciembre del año pasado.

Representantes de la FAO procedentes de todos los rincones del mundo visitaron la Sede de Roma e interactuaron entre ellos y con los colegas de la Sede, con lo que tradujeron en prioridades y oportunidades una gran variedad de ideas para mejorar nuestra actuación sobre el terreno. 

Nuestra atención se centra ahora en trabajar aún más estrechamente con los representantes de la FAO para adoptar medidas concretas dirigidas a intervenir y hacer que las cosas sucedan: ¡estamos predicando con el ejemplo!

No se trata de un episodio aislado: aguardo con interés y estoy planificando la próxima reunión de todos los representantes de la FAO, que se celebrará a finales de este año en Bangkok. 

Estimados/as colegas:

Mientras pensamos en la manera de seguir aumentando y reforzando nuestra colaboración durante el próximo bienio, permítanme mencionar tres ámbitos clave en los que considero que es preciso continuar avanzando y para los que necesitamos su apoyo:

  • Uno: la transformación rural y la reducción de las desigualdades, especialmente la igualdad de género
  • Dos: la ciencia, la innovación y la tecnología
  • Tres: el cambio climático, la biodiversidad y el medio ambiente

El empoderamiento de los jóvenes y las mujeres es imprescindible para la transformación de los sistemas agroalimentarios y el desarrollo rural sostenible. Es preciso que sigamos prestando apoyo a las mujeres y los jóvenes como factores que impulsan el cambio y catalizadores de la transformación mundial que necesitamos para garantizar que nadie se quede atrás. 

La FAO publicó dos informes destacados en los que se aborda la igualdad de género y la inclusión —“La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios” y “The Unjust Climate” (El clima injusto)— al tiempo que se presentan nuevos datos y hechos comprobados sobre la necesidad de invertir en la igualdad de género.

También establecí la Oficina de la Juventud y la Mujer de la FAO con objeto de integrar esta importante labor.

La innovación, junto con la ciencia y la tecnología, son aceleradores clave para mejorar la eficacia y el impacto, y ahora ocupan un lugar destacado en todas las iniciativas de la FAO. 

El nombramiento de un Director de la Oficina para la Innovación permitirá aprovechar aún más el poder de la innovación para estimular el desarrollo.

En calidad de organismo técnico especializado de las Naciones Unidas centrado en la alimentación y la agricultura, los datos basados en datos científicos y hechos comprobados son también parte integrante de nuestra labor. 

Aquí se incluye la importante labor de establecimiento de normas internacionales que contribuyen a mantener la inocuidad de nuestros alimentos, garantizan que el comercio sea libre e inocuo al tiempo que protegen nuestra salud y la de nuestro medio ambiente.

En la 28.ª Conferencia de las Partes se afirmó que la transformación de los sistemas agroalimentarios era una solución para el clima, razón por la cual durante esta importante reunión mundial pusimos en marcha el plan de actuación mundial de la FAO para alcanzar el Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 sin superar el umbral de 1,5 °C. Este plan de actuación brinda una estrategia para que los países adopten decisiones en materia de políticas y medidas innovadoras dirigidas a hacer frente a las cuestiones del hambre y el clima de manera integral.

Para concluir, permítanme dejarles con lo que considero son oportunidades importantes para que, dado su liderazgo en estos ámbitos, la FAO y el Canadá y los Estados Unidos mantengan una constante asociación fortalecida:

  • Uno: medidas en favor del clima dirigidas a fomentar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios. Necesitamos su apoyo para ayudar a poner en marcha sistemas de alerta temprana, mitigar los efectos de la crisis climática en los sistemas agroalimentarios y adaptarse a los efectos del cambio climático.
  • Dos: la labor normativa y de establecimiento de normas de la FAO. El Codex Alimentarius y la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) son fundamentales para garantizar la inocuidad de los alimentos y la protección frente a las plagas de las plantas, al tiempo que salvaguardan la seguridad alimentaria mundial y facilitan el comercio en condiciones de inocuidad. Necesitamos su apoyo para reforzar aún más esta labor.
  • Tres: fomentar la resiliencia de la cadena de suministro. Debemos mantener la estabilidad comercial y económica ante las perturbaciones y situaciones de tensión; aquí es donde ustedes cuentan con muchos puntos de entrada para brindar apoyo.
  • Y cuatro: la resiliencia en situaciones de crisis. Debemos seguir asegurándonos de que la asistencia en el sector agrícola se entiende y se apoya como una parte rentable de la acción humanitaria: salvar vidas mientras se salvan los medios de vida es el enfoque más sostenible.

El contexto en el que trabajamos actualmente exige que seamos proactivos, no solo reactivos.

Necesitamos que se realicen inversiones de emergencia y rehabilitación a corto, medio y largo plazo.

Debemos seguir trabajando juntos, aprovechando la experiencia y los conocimientos técnicos de la FAO y nuestra ventaja comparativa a la hora de determinar soluciones innovadoras y sostenibles a los desafíos mundiales, en consonancia con nuestro mandato.

Contamos con el apoyo constante del Canadá y los Estados Unidos para seguir forjando estas asociaciones, que ya son sólidas y duraderas.

Juntos, en carácter de asociados, podemos hacer realidad la visión original que tuvieron sus líderes después de la Segunda Guerra Mundial de establecer la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y definir el mandato y misión de la misma en aras de un mundo libre del hambre y la malnutrición.

Gracias.