FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias No.3, Junio 2000 - Page 8

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AFRICA AUSTRAL

ANGOLA* (5 de junio)

Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA que visitó el país en abril y mayo constató que la reanudación de las hostilidades, los desplazamientos en gran escala de las poblaciones y la inseguridad continúan causando graves preocupaciones a pesar de los esfuerzos desplegados por el Gobierno y sus asociados para remediar... reparar la situación. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA) en Angola, las PDI son actualmente 2,6 millones, o sea un 53 por ciento más que el año pasado. Este incremento se debe tanto al hecho de que el Gobierno puede llegar a más zonas como a las continuas luchas. Actualmente, el PMA calcula que alrededor de 1,9 millones de toneladas necesitan con urgencia asistencia humanitaria.

La misión pronostica la producción de cereales de 1999/2000 en 504 000 toneladas, o sea alrededor de un 5,5 por ciento menos que el año pasado. El déficit se debe fundamentalmente a la disminución de la producción de maíz, que decreció un 8 por ciento de 428 000 toneladas a 394 000 toneladas. En cambio, aumentó la producción de otros cultivos que requieren menos agua. Así, la producción de sorgo y mijo creció un 3 por ciento a 105 000 toneladas; la de frijoles y maní un 11 y 13 por ciento respectivamente, mientras que la de la yuca y las papas irlandesas fue considerablemente mayor de lo que se había pronosticado el año pasado.

La disminución de la producción de maíz se atribuye a dos factores importantes, a saber: el régimen desfavorable de las precipitaciones y la escasez de insumos esenciales. Aunque la pluviosidad acumulativa para la mayor parte del país fue superior a la media en toda la campaña desde septiembre de 1999 hasta abril de 2000, las lluvias comenzaron tarde, particularmente en las zonas meridionales y centrales. En estas últimas, las lluvias buenas llegaron recién en noviembre. Las lluvias excesivas caídas en muchas zonas hacia finales de diciembre fueron seguidas de una racha seca anormalmente larga registrada en enero y febrero. En segundo lugar, hubo una escasez general de insumos esenciales, unida a la distribución tardía y la frecuente mala calidad de las semillas. Además, las familias agrícolas desplazadas tuvieron, en el mejor de los casos, acceso a cantidades muy limitadas de tierra en sus nuevos emplazamientos y en muchos casos a tierra de mala calidad.

El suministro interno de cereales para la campaña comercial 2000/01 (abril/marzo), estimado en 504 000 toneladas, es muy inferior a las necesidades del consumo nacional. Con una población estimada en 13 675 000 habitantes a mediados de la campaña comercial, las necesidades de importación de cereales para 2000/01 se calculan en 753 000 toneladas. De éstas, la misión calcula que se importarán comercialmente 420 000 toneladas, quedando 333 000 toneladas que se cubrirán con ayuda alimentaria. Frente a esta necesidad, al final de mayo las promesas ascendían a 57 000 toneladas, de las cuales se habían recibido 36 000 toneladas.

Hay una necesidad urgente de asignar tierras fértiles en cantidades suficientes a las PDI, y de asegurar que los insumos necesarios se entreguen a la población agrícola a tiempo para la campaña 2000/01.

BOTSWANA (5 de junio)

La recolección de los cereales secundarios de 1999/2000, principalmente sorgo, está muy avanzada. Unas lluvias fuertes recibidas desde diciembre, agravadas en febrero por los ciclones Elaine y Felicia, provocaron graves inundaciones en las zonas orientales y meridionales, en las que se concentran más de dos terceras partes de la población. Las inundaciones causaron daños a las viviendas y a la infraestructura, la pérdida total de por lo menos 2 314 hectáreas de cultivos alimentarios, y la disminución de los rendimientos en las zonas damnificadas. En otras partes, sin embargo, las lluvias abundantes resultaron beneficiosas para los cultivos. En conjunto, la producción de maíz se pronostica en el mismo nivel bajo del año pasado, pero debería aumentar la de sorgo. En total, se prevé que la producción de cereales secundarios aumentará respecto a 1998/99 pero aun así se mantendrá por debajo de la media de los últimos cinco años.

Se prevén dificultades alimentarias para alrededor de 160 000 personas que quedaron sin vivienda a causa de las inundaciones. Se pronostica, sin embargo, que la situación del suministro de alimentos será en general satisfactoria en la campaña comercial 2000/01 (abril/marzo) gracias a la capacidad de importaciones comerciales del país.

LESOTHO (5 de junio)

Ha comenzado la recolección de los cereales secundarios de 2000. Los pronósticos preliminares apuntan a una disminución del 8 por ciento de la producción de maíz de este año con respecto al nivel casi normal del año pasado. El retraso de la estación de las lluvias, unido a una racha seca prolongada en enero y a las lluvias excesivas y las inundaciones de febrero, se tradujo en una disminución de la superficie plantada y de los rendimientos. En las zonas de tierras bajas gravemente damnificadas por las inundaciones, la reducción de la producción de maíz es significativa.

MADAGASCAR (1 de junio)

Una misión conjunta de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA que visitó el país en abril y mayo de 2000 comprobó que los tres ciclones consecutivos y la tormenta tropical registrados en febrero, marzo y abril de 2000, que devastaron las zonas del litoral nordoriental y centrooriental de Madagascar, afectaron a 1 140 000 hectáreas con diversos grados de gravedad. Debido a las inundaciones y a los vendavales, se perdieron totalmente alrededor de 155 000 hectáreas de cereales, de las cuales casi el 80 por ciento estaba sembrado con arroz y el resto con maíz y yuca. Los ciclones también causaron graves daños a los cultivos de exportación, tales como la vainilla, el café y el clavo, de los cuales se perdieron 33 000 hectáreas. De ello derivará una disminución de las exportaciones de estos productos en los próximos 3 años, según la vida económica de estos cultivos de plantaciones. La sequía imperante en la región meridional y en la región central del Lago Alaotra también ha menguado de forma pronunciada la producción agrícola. Los principales cultivos afectados por la sequía son el maíz, la yuca y las papas.

En conjunto, la misión estima la producción de arroz (cáscara) en 2 190 000 toneladas, la de maíz en 140 000 toneladas, y la de yuca en 2 080 000 toneladas para el año 2000. Ello representa una disminución del 15 por ciento de la producción arrocera, del 22 por ciento de la de maíz y del 18 por ciento de la de la yuca, con respecto al año pasado.

Se prevé que la situación del suministro de alimentos será en general difícil en 2000/01 (abril/marzo), y que en los meses venideros escasearán los alimentos en 17 comunas de la región sur, tradicionalmente deficitaria de alimentos. Las necesidades totales de cereales (arroz, maíz y trigo) deberían superar la disponibilidad total en alrededor de 518 000 toneladas. Estimándose las importaciones comerciales en alrededor de 426 000 toneladas y la ayuda alimentaria de urgencia para las personas damnificadas en 30 000 toneladas, queda sin cubrir un déficit de 62 000 toneladas, para lo cual se necesitará asistencia alimentaria internacional.

También se necesitan con urgencia semillas de arroz y maíz para la rehabilitación agrícola de las zonas afectadas. Se podrían utilizar los programas de alimentos por trabajo en la rehabilitación de los servicios de riego, las carreteras y otras infraestructuras daminificadas.

MALAWI (5 de junio)

Ha comenzado la recolección de las cosechas de cereales de 2000 en condiciones secas estacionales. Pese a las inundaciones y pérdidas de cosecha sufridas en las partes septentrionales y meridionales, los pronósticos oficiales más recientes apuntan a otra excelente cosecha de maíz de 2,3 millones de toneladas, cifra casi igual a la del nivel sin precedente del año pasado. Unas lluvias tardías e irregulares caídas al comienzo de la campaña afectaron a la germinación y el arraigo de los cultivos, particularmente en las zonas meridionales en las que la siembra comienza antes. Sin embargo, las precipitaciones abundantes recibidas a partir de la segunda década de febrero permitieron la recuperación de los cultivos en la mayoría de las zonas centrales y septentrionales. La producción de maíz se vio también sostenida por los programas "Starter Pack" y "APIP"a través de los cuales se distribuyeron insumos agrícolas a los agricultores en forma gratuita o subvencionada.

Como consecuencia de la cosecha buena y de la gran cantidad de existencias remanentes, se prevé que el país contará con excedentes exportables por segundo año consecutivo. Las existencias oficiales, conservadas principalmente por el organismo nacional de reserva alimentaria, se calculan en 167 000 toneladas. Los precios del maíz están bajando y en abril eran más bajos que hacía un año. Los precios de la yuca también están bajando debido a una buena cosecha. La situación del suministro de alimentos se prevé en general satisfactoria en la campaña comercial 2000/01 (abril/marzo). Sin embargo, en el distrito de Karonga y en los de Chilkwawa, Nkhotakota y Nsanje, en los que la producción quedó muy menguada por las lluvias torrenciales caídas a mediados de marzo y la racha seca imperante al comienzo de la temporada, se necesita asistencia alimentaria para las poblaciones damnificadas.

MOZAMBIQUE (1 de junio)

Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA que visitó Mozambique en la segunda quincena de abril comprobó que la superficie perdida por las inundaciones de este año estaba calculada en 167 000 hectáreas, correspondientes al 6 por ciento de las plantaciones totales de cultivos alimentarios de la primera campaña. Sin embargo, en las provincias más afectadas por las inundaciones, Maputo y Gaza, este porcentaje representa el 41 y 25 por ciento respectivamente. Además, se perdieron 43 000 hectáreas en el norte por la sequía, con lo que la superficie perdida en la primera campaña aumenta a 7 por ciento. Teniendo en cuenta las proyecciones sobre la pequeña segunda temporada del maíz y frijol, la misión estimó en 2,9 millones de hectáreas la superficie total que se cultivará con cereales, yuca y otros cultivos alimentarios en 1999/2000. Comparada con la superficie cultivada el año pasado, resulta una disminución del 15 por ciento. Sin embargo, la misión considera que una gran parte de esta disminución puede atribuirse a los cambios de las estimaciones de este año en la base de datos. Teniendo en cuenta los cambios, las plantaciones efectivas son ligeramente inferiores a las del año anterior.
A la racha seca imperante al principio de la campaña en las provincias meridionales y centromeridionales siguieron continuas precipitaciones a partir de mediados de noviembre e inundaciones sin precedentes en febrero y marzo, que provocaron la pérdida total o parcial del maíz y el frijol de todas esas zonas. Se prevé que una segunda campaña de cereales y hortalizas, aprovechando la humedad residual, permita la recuperación parcial de la producción en esas provincias. Mientras a nivel nacional esta campaña representa sólo un 10 por ciento de la producción anual de cereales y frijoles, en la provincia de Gaza representa el 50 por ciento y en las de Inhambane y Maputo entre el 10 y el 15 por ciento.

Las precipitaciones abundantes caídas de enero a abril en las principales zonas productoras del centro y el norte sostuvieron la producción de los cereales y de la yuca. Teniendo en cuenta la ausencia de plagas y enfermedades, los rendimientos en esas zonas se calculan en torno al nivel del año pasado.

Incluyendo los cereales y frijoles de la segunda campaña, que se recogerán a partir de mediados de junio, la misión pronosticó la producción total de cereales de 1999/2000 en 1 430 000 toneladas, de los cuales corresponden al maíz 994 000 toneladas, o sea el 70 por ciento. La producción de frijoles se prevé en 134 000 toneladas, mientras que la de yuca en 4 640 000 toneladas. Como ya se ha dicho, los cambios de este año en la base de datos no permiten hacer comparaciones estrictas con las estimaciones de la producción de 1998/99. Sin embargo, teniendo en cuenta dichos cambios la misión estima que la producción de cereales es inferior en un 6-10 por ciento a la buena cosecha del año anterior. Ello se debe principalmente a las pérdidas provocadas por las inundaciones y el tiempo seco, y a una fuerte disminución de los rendimientos obtenidos en las provincias meridionales.

Aunque la producción disminuyó en las provincias septentrionales y centrales, el suministro de alimentos ha aumentado por la cantidad significativa de existencias en las explotaciones agrícolas debida a una serie de buenas cosechas, unidas a las escasas oportunidades de mercadeo. En el sur, zona tradicionalmente deficitaria, se prevén dificultades alimentarias en los meses venideros para una gran parte de la población aún cuando la segunda cosecha pudiera resultar buena. Sus medios de subsistencia son pocos, debido a que las oportunidades de empleo fuera de la agricultura son limitadas y a que las fincas grandes de las zonas bajas se inundaron.

La distribución asimétrica de la producción de cereales entre las tres regiones se refleja en los precios al por menor, que son muy bajos y siguen bajando en los mercados de las regiones del norte y el centro, mientras que en el sur no hay reservas familiares, los suministros escasean o no existen en los mercados y los precios son 2,5 veces más altos que los del maíz de calidad semejante. El mercadeo y el transporte serán problemas críticos en la campaña comercial 2000/01.

En conjunto, y considerando que se continuarán exportando extraoficialmente cantidades limitadas de maíz a Malawi, país deficitario, se pronostica un excedente exportable de alrededor de 39 000 toneladas de maíz. Pero se han previsto déficit de 170 000 y 140 000 toneladas de trigo y arroz, respectivamente. Déficit que debería colmarse mediante las importaciones del sector privado.

La misión estima que 650 000 personas necesitarán un total de 60 000 toneladas en concepto de asistencia alimentaria de urgencia. Esto es lo que se necesita para los agricultores damnificados por las inundaciones pero también para los que no se han visto damnificados pero perdieron su cosecha. Pese a los excedentes de maíz de las zonas septentrionales, que están resultando no competitivos debido a los altos costos del transporte, se deberían realizar esfuerzos para hacer compras locales en el norte con objeto de cubrir las necesidades de ayuda alimentaria del sur. El PMA apoya las compras locales y últimamente ha comprado maíz en las provincias centrales para la actual operación de urgencia contra las inundaciones.
NAMIBIA (5 de junio)

Ha comenzado la recolección de los cereales secundarios de 2000, principalmente sorgo, con perspectivas de una cosecha buena. Unas lluvias entre superiores a lo normal y normales recibidas desde finales de marzo permitieron la recuperación de los cereales afectados por una racha seca registrada desde febrero. El pronóstico oficial más reciente apunta a una producción de cereales secundarios que duplicará con creces el nivel medio de 68 000 toneladas. Unas precipitaciones generalizadas y abundantes recibidas durante la campaña han beneficiado también la situación del suministro de alimentos de los pastizales y del ganado.

La situación del suministro de alimentos en la campaña comercial 2000/01 (abril/marzo) se prevé satisfactoria.

SUDAFRICA (5 de junio)

Se están recolectando los cereales secundarios de 2000 en condiciones atmosféricas normales y con buenas perspectivas. Pese a las grandes inundaciones y pérdidas de cosecha registradas en febrero y marzo en las provincias de KwaZulu-Natal, Septentrional y Mpumalanga, la zona de maíz no quedó afectada y se benefició de las precipitaciones entre normales y superiores a lo normal caídas durante el período vegetativo. Las estimaciones provisionales cifran la producción de maíz en 9 640 000 toneladas, una tercera parte más que el año anterior y un volumen superior a la media. Ello se debe al aumento de la superficie plantada y de los rendimientos. También se pronostica un incremento de la producción de sorgo con respecto a 1999. Tras dos cosechas menguadas de maíz, la producción de este año permitirá la reposición de existencias y un excedente exportable de alrededor de 1,5-2 millones de toneladas en la campaña comercial 2000/01 (mayo/abril).

SWAZILANDIA (5 de junio)

Ha terminado la recolección de la cosecha de maíz de 2000. Las estimaciones preliminares indican una producción de 72 000 toneladas, inferior en un 37 por ciento al nivel medio del año pasado. Ello se debe al comienzo tardío de la estación de las lluvias al que siguieron las precipitaciones excesivas y las inundaciones de finales de noviembre y principios de diciembre que arrasaron los cultivos recién sembrados. Una racha seca en enero y otras inundaciones en febrero afectaron ulteriormente al desarrollo de los cultivos. También los frijoles y la batatas resultaron perjudicados por la irregularidad de las lluvias durante la campaña 1999/2000.

ZAMBIA (5 de junio)

La recolección de los cereales secundarios de 2000, principalmente maíz, está muy avanzada y las perspectivas apuntan a una cosecha buena de maíz. Según estimaciones provisionales, la de este año registrará un aumento del 7 por ciento situándose en un nivel medio de 918 000 toneladas. Pese a las grandes inundaciones de principios de marzo y a las pérdidas de cosecha sufridas en el valle de Zambezi, las lluvias abundantes caídas durante la campaña beneficiaron a la cosecha de maíz de este año y dieron lugar a un aumento de la superficie plantada y de los rendimientos. Una utilización mejorada de los insumos agrícolas, principalmente en el sector comercial, contribuyó también a mejorar los rendimientos. Asimismo, son satisfactorias las perspectivas para la yuca y otros cultivos alimentarios.

Gracias al aumento de la producción, se prevé una mejora en general de la situación del suministro de alimentos en la campaña comercial 2000/01 (abril/marzo).

ZIMBABWE* (5 de junio)

La creciente situación de violencia política continúa trastornando las actividades económicas y agrícolas. Pese a una mejora en las condiciones de crecimiento para la cosecha de maíz de este año, las actividades de recolección, que suelen realizarse de mayo a junio, se han interrumpido por la invasión de 1 500 fincas comerciales y la incautación sin indemnización, por parte del Gobierno, de 804. También se señalan robos de cereales. Todo esto ha creado un clima de temor entre los agricultores comerciales, muchos de los cuales han abandonado sus fincas y ganado y huido a las zonas urbanas en busca de una relativa seguridad. Los trastornos de la recolección podrían redundar en una disminución de la producción de maíz, con graves repercusiones para la seguridad alimentaria y la economía en su conjunto.

La producción agrícola está a cargo de dos categorías de agricultores: los grandes agricultores comerciales principalmente del norte y el este, y los pequeños agricultores comunales del sur y el oeste. Los primeros, que actualmente son alrededor de 4 000, aportan alrededor del 30-40 por ciento de la producción de maíz, y en los años de sequía superan la producción de los segundos, como en 1992 cuando representaron el 68 por ciento de la producción total. En las fincas comerciales, los rendimientos cuadruplican, por término medio, los de las fincas comunales, debido en parte a la diferente calidad de la tierra, pero principalmente a causa de las instalaciones destinadas a complementar las actividades de riego y de la utilización mayor de tecnologías y prácticas de gestión mejoradas, así como de un acceso mejor al capital de explotación. Además, Zimbabwe ha sido más del 60 por ciento autosuficiente en trigo, producto cultivado totalmente en las fincas comerciales. Estas fincas son también las que más contribuyen a la producción de tabaco y productos hortícolas (flores cortadas), así como a la producción de carne, leche y otros productos lácteos.

El país está atravesando actualmente una grave crisis económica y de escasez de combustible, debida a la falta de divisas causada principalmente por los ingentes problemas de la deuda externa, la suspensión del desembolso de préstamos internacionales (por falta de aceptación de las condiciones acordadas), la participación del país en la guerra de la RD del Congo, y el descenso de los ingresos de exportación. La escasez de divisas está trastornando también la producción industrial debido a la irregularidad del suministro de energía y al suministro insuficiente de materias primas, atribuido al bloqueo de las líneas de crédito a las empresas del país. Por consiguiente, si se registrara una disminución considerable de la producción de alimentos, y se hiciera necesario realizar grandes importaciones, la escasa capacidad actual de importación de Zimbabwe limitaría gravemente su posibilidad de cubrir comercialmente el déficit.


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