Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO

La avicultura obtiene beneficios durante todo el año en Cabo Delgado (Mozambique)

Más allá de la seguridad alimentaria, algunos agricultores locales logran la soberanía alimentaria gracias a la avicultura

Nus alimenta a sus pollos, gracias a los cuales posee una próspera granja avícola.

©FAO/Cassio Dimande

12/01/2024

Nus Ibrahim avanzó por su vivienda fresca y semiiluminada. Encendió la linterna de su teléfono y la dirigió a la esquina de la habitación, revelando un pequeño y singular huevo moreno enterrado en la arena.

“Una gallina ha comenzado a poner”, afirmó sonriendo.

Cuando volvió fuera bajo el sol de mediodía, Nus pidió a su hermana que trajera arroz para alimentar a los pollos. Sentados en una pequeña caja de madera, dos de sus seis hijos se asomaron tímidamente para saludar desde la sombra de la vivienda.

Nus llegó en 2020. Debido al conflicto, ella, su marido y sus seis hijos se vieron obligados a huir del distrito de Mocimboa da Praia y comenzar de nuevo en la ciudad de Montepuez. Se les asignó un campo de reasentamiento donde viven también otras 5 230 personas.

Nus, junto con otras personas del asentamiento, son algunos de los aproximadamente 680 000 desplazados por el conflicto que tiene lugar actualmente en la provincia de Cabo Delgado y que ha alterado los medios de vida agrícolas desde 2017. La llegada de personas desplazadas por el conflicto, a menudo sin activos como herramientas y semillas, supuso una presión adicional para las comunidades de acogida y desbordó los servicios sociales básicos.

Esto dificultó que los agricultores retomaran la producción para alimentar a sus familias e iniciaran sus negocios. Para garantizar que dispusieran de las herramientas necesarias, la FAO distribuyó insumos agrícolas como semillas y ganado. Para la granja avícola de la familia de Nus, el apoyo adicional llegó justo a tiempo.

“Recibí cuatro pollos de la FAO y los he mantenido desde entonces para ayudar con la reproducción”, declaró mientras esparcía arroz por el suelo frente a ella. Veinte pollos corrieron hacia ella, por lo que claramente su producción estaba prosperando. “¡El año pasado llegó un momento que tenía 87 pollos! Pude vender 30. Con algunos de los restantes, si no teníamos alimentos en casa, a veces, tomaba uno y lo preparaba para comerlo”.


Nus, con su hijo mayor y una de sus hijas, en la entrada de la vivienda familiar en el campo de reasentamiento de Montepuez. © FAO/Cassio Dimande.

Con una fuente más fiable de nutrición e ingresos estables, Nus y su familia no solo han comenzado a recuperar lo que habían perdido. Como agricultora estacional, también puso en marcha un plan para obtener mayores beneficios. “Vendí cada pollo por 300 meticales (5 USD) y pude obtener 9 000 meticales (150 USD) por los 30 pollos. El dinero que recibí lo invertí en mi granja. Por ejemplo, con una parte del dinero ayudé a contratar mano de obra para preparar la tierra. También compré semillas a un vecino”.

Nus arrojó otro puñado de arroz a los pollos.

“Con esas semillas obtuve ocho sacos de arroz, cuatro sacos de cacahuetes y dos sacos de maíz. Actualmente, todavía consumimos los alimentos que cultivé en mi granja con el dinero de los pollos”, afirmó con orgullo. “Consumimos cuatro sacos de arroz durante los últimos cuatro meses y los otros cuatro nos durarán otros cuatro meses”.

Con ingresos adicionales, Nus también pudo cubrir otros gastos del hogar. “Puedo comprar ropa para los niños, jabón para lavarles la ropa y aceite para cocinar. ¡Estos pollos realmente nos han ayudado! Vivimos solo de los alimentos que cultivamos y de los pollos, y pronto comenzaremos a sembrar para esta temporada”.

La FAO también ha proporcionado apoyo técnico al personal de extensión del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural a fin de garantizar que los agricultores como Nus reciban un apoyo continuado para avanzar en sus planes.

No obstante, como la temporada de siembra comenzó en octubre de 2023, se deben tomar medidas adicionales. Más de 1,5 millones de personas en el norte de Mozambique necesitan ayuda humanitaria y protección debido a las repercusiones continuadas del conflicto y la inseguridad en Cabo Delgado. Más de la mitad de las personas desplazadas son niños.

La FAO centra su ayuda en invertir en los agricultores en pequeña escala como Nus en el marco del Plan de Respuesta Humanitaria para el norte de Mozambique. En 2023, donantes comprometidos aportaron 3,59 millones de USD para ayudar a la FAO a proporcionar apoyo crucial relacionado con los medios de vida a 69 592 desplazados internos, miembros de comunidades de acogida y retornados.

No obstante, las personas a las que se llegó solo representan en torno al 7 % del objetivo de 2023 debido a la enorme escasez de fondos.

Se deben adoptar medidas adicionales de manera que la financiación se corresponda con las necesidades de las personas y no se desatienda ninguna crisis.

En el marco del Plan de Respuesta Humanitaria de 2024, la FAO pretende llegar a 525 000 personas y solicita 20,1 millones de USD. Logros como la producción autosuficiente de alimentos y la diversificación de los ingresos se traducen en beneficios para las comunidades y los sistemas agroalimentarios en general. Con un apoyo más abundante y sostenido, las personas tienen la oportunidad de establecer una base sólida para construir un futuro sostenible.

Visite el sitio web de la FAO correspondiente a Mozambique y manténgase al día en X, anteriormente conocido como Twitter, en @FAOMozambique.