FAO en Perú

Programa de FAO para respuesta y recuperación del COVID-19 benefició a 23 mil personas de la región en 2022

23/12/2022

Iniciativa apoyada por Canadá permitió mejorar la resiliencia de personas agricultoras en Perú, Bolivia, Nicaragua y Honduras

 

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto a la cooperación canadiense, en el marco del programa para Respuesta y Recuperación del COVID-19, apoyó en 2022 a 23.071 pequeños y pequeñas productoras (11.679 hombres y 11.392 mujeres) en Perú, Bolivia, Nicaragua y Honduras. Esto, a través de la entrega de asistencia técnica, apoyo a emprendimientos, uso de herramientas digitales e implementación de prácticas agrícolas sostenibles y resilientes.

La iniciativa, que contó con el aporte de US$6,7 millones por parte del gobierno de Canadá, logró recuperar y  fortalecer 14 cadenas de valor estratégicas para los medios de vida y la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables. Además, se incorporaron técnicas de conservación y de cuidado del ambiente.

“El apoyo del gobierno de Canadá fue fundamental para asistir a las personas rurales más desfavorecidas ante los impactos del COVID-19 en Perú, Bolivia, Nicaragua y Honduras. Se trabajó mano a mano con ellas para poder enfrentar futuros choques y avanzar en la necesaria transformación de los sistemas agroalimentarios”, dijo Marion Khamis, Especialista en Gestión del Riesgo de Desastres de la FAO para América Latina y el Caribe.

Gracias a la asistencia técnica de la FAO, las comunidades participantes lograron conformar 60 Bancos Comunitarios de Semillas. Estos funcionan como almacenes locales que permiten guardar y compartir semillas para siguiente temporada de siembra. Además, contribuyen a la preservación de la agrobiodiversidad evitando que se pierdan variedades ancestrales de semillas locales.

En 33 parcelas demostrativas se fomentaron buenas prácticas de preparación de suelos, siembra y de cosecha. Además, se apoyó la instalación de 426 huertos intensivos con un impacto directo en la calidad y variedad de la dieta. 

Estas mejoras a la producción de alimentos fueron complementadas con 211 emprendimientos productivos individuales, mejor acceso a servicios financieros rurales, ferias locales, trueques e intercambios de semillas para consolidar la recuperación de los medios de vida de las familias rurales.

Asimismo, la iniciativa brindó apoyo a 85 instituciones (gubernamentales, campesinas e indígenas) para fortalecer sus capacidades de alerta temprana y de gestión del riesgo de desastres, promoviendo un mayor uso de herramientas digitales.  

Apoyo a los países

Con US$ 2,17 millones, la FAO en Bolivia, a través de su proyecto Resiliencia Indígena y Campesina con un enfoque de género y generacional, mejoró la seguridad alimentaria y fortaleció la resiliencia de los medios de vida de cinco pueblos indígenas originarios (Quechua, Guaraní, Aymara, Yaminahua y Machineri) frente a los efectos generados por la emergencia de COVID-19. Este trabajo se realizó a través de la implementación de Centros Demostrativos de Capacitación y la entrega de insumos agrícolas para el fortalecimiento de sus sistemas agro-productivos.

En Perú se contó con aproximadamente US$1,97 millones para la implementación de actividades que contemplaron el apoyo institucional a programas de protección social con un enfoque de género y pertinencia cultural, generando diagnósticos y asistencia técnica en reglamentos y protocolos de acción.  Se trabajó con 43 comunidades nativas pertenecientes a los pueblos indígenas amazónicos asháninkas, ashéninkas, yine, yaminahua, amahuaca y matsigenga, de las provincias de Atalaya-Ucayali y Satipo Junín. Estas comunidades recibieron apoyo técnico a través de capacitaciones y entrega de insumos para su recuperación económica en tres cadenas productivas priorizadas: cacao, café y la crianza de paco (un pez amazónico).

En Honduras, se contó con US$ 1,06 millones para fortalecer el sistema de extensión agrícola de tres Mancomunidades del país (AMFI, MAMCEPAZ y MANORCHO), y para apoyar el mejoramiento del estado de seguridad alimentaria de 3.600 familias. Se destacó el fortalecimiento de capacidades y conocimientos del equipo técnico de 19 alcaldías municipales de los departamentos de Intibucá, La Paz y Choluteca; el fortalecimiento técnico – productivo a agricultores y agricultoras de seis cadenas de valor, esto a través de la realización de talleres de capacitación técnica en Buenas Prácticas Agropecuarias, y la entrega de insumos.

En Nicaragua, se contempló US$ 1,5 millones para la implementación del proyecto de Resiliencia de los hogares rurales del Corredor Seco de Nicaragua ante el impacto del COVID-19 (RELEVA). Este tuvo como objetivo mejorar la seguridad alimentaria y el fortalecimiento de la resiliencia y los medios de vida de hogares y comunidades del corredor seco, mejorando la productividad en sus sistemas de producción a través de la implementación de Banco de Semillas Comunitarios, capacitaciones técnicas en las cadenas productivas priorizadas, entrega de insumos para la producción, y la generación de emprendimiento rurales individuales y colectivos.

Proyecto global

Además del apoyo a los cuatro países latinoamericanos, el acuerdo global entre Canadá y la FAO brindó asistencia a comunidades con alto riesgo de sufrir inseguridad alimentaria aguda en la República Democrática del Congo, Etiopía, Níger, Sudán del Sur y Sudán, para un total de US 17,7 millones.