FAO en Cuba

Historias de éxito en FAO Cuba

Leydi Casimiro: De la tierra a la mesa

El cultivo de frutas y verduras puede mejorar la calidad de vida de los agricultores familiares y sus comunidades. Genera ingresos, crea medios de vida, mejora la seguridad alimentaria y la nutrición y potencia la resiliencia.

Bajo esa máxima, regresó al campo la familia de Leydi Casimiro en la pasada década del 90. La historia de la primera cubana doctora en ciencias agroecológicas no puede ser contada sin mirar al pasado.

“Finca del Medio” ha sido no solo un proyecto de vida y de trabajo sino también un espacio de disfrute físico y espiritual. En ese oasis verde ubicado en el centro de Cuba posee una diversa producción de verduras y frutas y promueve prácticas agroecológicas que ayudan al fortalecimiento de fincas campesinas sobre bases sostenibles.

Casimiro, al igual que otras personas dedicadas a la producción de verduras, frutas y hortalizas, se enfrenta a no pocos retos. Por un lado, los efectos producidos por el cambio climático y del otro las carencias de recursos e infraestructuras que permiten alargar los ciclos productivos, la conservación de alimentos y una presentación más atractiva para los consumidores.

Sin embargo, no renuncia a las bondades de la tierra y ha convertido “Finca del Medio” en un ejemplo para vivir en armonía con el medio ambiente sin sobreexplotar los recursos naturales. 

“De la tierra a la mesa es el compromiso que asumimos para proteger también la salud de los suelos y de la biodiversidad, con una ética en el cuidado de la tierra y de las personas, bajo el principio de no hacerle daño a nada ni a nadie”, señala.

Junto al equipo que le acompaña aseguran el funcionamiento de un sistema alimentario también impactado por la crisis de la COVID 19. En ese sentido, un aspecto clave es la capacitación y sensibilización sobre la importancia de cultivar frutas y verduras desde prácticas agroecológicas.

Implica facilitar recursos para los campesinos, propiciar precios justos y crear mercados que favorezcan circuitos cortos de comercialización y consumo, asegura.

Cierto orgullo siente Leydi de haber construido con su familia una propuesta que hoy respaldan el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional cubano o la disposición gubernamental de implementar una política agroecológica. Al mirar al próximo decenio entrevé un camino de transición que potencie la autonomía local y nacional y fortalezca la identidad territorial. Un camino de nuevos oficios, tradiciones recuperadas y familias felices. 

Un héroe tras la preservación del melón con mejor sabor de Cuba

Todos le llaman Muñeco. Nació en Cabezadas y de ahí no piensa irse jamás uno de los productores de melón más conocidos del país. El secreto está en que las tierras de Delta del Cauto, rodeadas por un agua salada, parecen cultivar el melón con mejor sabor de Cuba y con adaptabilidad demostrada a condiciones climáticas extremas.

Su nombre es Cruz Avilés Reyes, es el presidente de la cooperativa Ramón Ramos Barredo, y uno de los beneficiarios del proyecto COBIMAS, “Introducción de nuevos métodos agrícolas para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, incluyendo recursos fito y zoogenéticos, en paisajes productivos en áreas seleccionadas de Cuba”, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) e implementado por la FAO en asociación con el MINAG.

Por un período de cinco años, el proyecto aplicará prácticas agrícolas sostenibles capaces de integrar el cuidado de la diversidad biológica con el aumento de la productividad y la preservación de los recursos naturales.

El melón que produce Muñeco en Delta del Cauto es uno de los cultivos que será beneficiado por COBIMAS.

 “Gracias a esta iniciativa el espíritu de producir ha vuelto a renacer e Cabezadas, porque con los medios de transportación que suministrará el proyecto vamos a tener una mayor seguridad ante las enormes dificultades que enfrentamos con la transportación del melón, para poder comercializarlo”. 

“Este año producimos en la etapa de primavera 10 mil 344 quintales. Granma se abastece solo con el melón de Cabezadas, pero para producir más necesitamos estabilidad con la transportación para llevarlo al destino donde se vaya a vender. Los campesinos producen más cuando ven que van a tener un beneficio”, aseguró Muñeco.

La COVID-19 no pudo detener el ansia de trabajo de este héroe de la alimentación, ni del resto de los hombres y mujeres que integran esa cooperativa, para quienes COBIMAS es una oportunidad para alcanzar una vida más plena en el entorno rural y seguir aumentando su productividad mediante la preservación de los recursos naturales. 

Cuatro áreas protegidas de recursos manejados en Cuba resultan beneficiarias de este proyecto: la Ciénaga de Zapata y Jobo Rosado, en las provincias de Matanzas y Sancti Spíritus, respectivamente; además de Tunas de Zaza y Delta del Cauto, en Sancti Spíritus y Granma.

Mariano Quintero: Dotar de resiliencia a los sistemas agroalimentarios y asegurar la producción alimentaria

Mariano Quintero Almeida, titular de la escuela de campo El Despertar del proyecto Resiliencia Climática en los Ecosistemas Agrícolas de Cuba (IRES), administra una finca de 67,5 hectáreas en la comunidad de San Pedro Ferrán, en el municipio Corralillo, en Villa Clara, que hace 3 años estaba completamente infestada de marabú.

Gracias al proyecto IRES, implementado por la FAO y el MINAG con financiamiento del Fondo Verde para el Clima, Mariano ha logrado acceder a servicios de modernas maquinarias e insumos como motosierras y desbrozadoras manuales, lo que le ha ayudado restaurar de manera más efectiva sus tierras para poder producir alimentos. 

“En lo que antes demorábamos limpiando con machetes y hachas una hectárea de tierra hoy podemos desbrozar hasta 4 o 5 hectáreas”, dice el agricultor, que hasta el momento ha logrado transformar casi 28 hectáreas para impulsar sistemas agroforestales con plátanos, frutales, cultivos varios, e implementar sistemas silvopastoriles.

“La producción de alimentos ha aumentado y estamos apoyando a las familias más vulnerables e integrando a más mujeres a las labores productivas. Gracias al uso de un molino forrajero facilitado por la FAO también se ha optimizado la alimentación de los animales, reduciendo el desperdicio y permitiendo la producción de harina tanto para el consumo animal como humano”. 

Mariano es una de las 8 mil personas que hasta el momento se han beneficiado del proyecto en los territorios de Villa Clara, Matanzas y las Tunas y que cree que esta iniciativa impulsará una transformación significativa en la comunidad, preparando a los agricultores y sus familias para mitigar y adaptarse al cambio climático.

Manos de mujer tras políticas públicas por la soberanía alimentaria de Cuba

Con la asistencia técnica de la FAO en el proyecto UE/FAO “Fortalecimiento de políticas para la seguridad alimentaria sostenible en Cuba” (POSAS), un equipo redactor integrado por juristas de alta experiencia en el país, coordinado por la Dirección Jurídica y la Oficina del Plan SAN del Ministerio de la Agricultura (MINAG), trabajó en la construcción de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en mayo de 2022.

Una de las líderes de este proceso es la MSc. Mayra Cruz Legón, Directora Jurídica del MINAG, quien se siente orgullosa de haber participado de un ejercicio que tributará en beneficios para todos los cubanos.  

"Las políticas públicas y los marcos jurídicos que los instrumentan son guías indispensables para la conducción de cualquier temática, y en cuestiones alimentarias cobran una importancia mayor. El Plan SAN es la plataforma nacional para alcanzar una plena seguridad alimentaria y nutricional y su marco jurídico será el primero en Cuba que desarrolle el derecho humano a la alimentación", explica.

“Se trata de un tema que requiere una participación intersectorial, interdisciplinaria, multiactoral y multinivel, porque significa la concreción del Plan SAN en normas jurídicas, que serán también complementarias a la Constitución de la República”, argumenta Mayra, quien agradece el apoyo técnico y logístico brindado por la FAO al proceso, el cual considera que ha sido esencial para la Ley.