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1. Examen de la evolución de las políticas cerealistas nacionales


1.1 Introducción
1.2 Políticas de producción
1.3 Políticas de comercialización y existencias
1.4 Políticas de consumo
1.5 Políticas de comercio internacional
1.6 Otras iniciativas en materia de políticas agrícolas


1.1 Introducción

En este capítulo se exponen las tendencias de las políticas cerealistas nacionales aplicadas o anunciadas durante el período comprendido entre agosto de 1995 y julio de 1997, basadas en la información disponible en la FAO. En general, las políticas se clasifican a grandes rasgos en función de su orientación prioritaria, es decir, producción, consumo, comercialización y existencias, comercio internacional y otros programas sobre políticas agrícolas.

Tanto en los países desarrollados como en desarrollo se prosiguieron las reformas del mercado relativas a los precios y a otros aspectos, aunque la elevación de los precios internacionales de los cereales durante 1995/96, así como las malas cosechas acompañadas de unos presupuestos financieros restrictivos, redujeron el ritmo de avance de la reforma en muchos países durante ese año. Al mismo tiempo, algunos países han introducido medidas encaminadas a aprovechar los beneficios existentes u otros nuevos con mayor eficacia. La reforma de las políticas se ha concentrado fundamentalmente en la supresión de las subvenciones a los precios de los insumos y la privatización de actividades que antes estaban a cargo de organizaciones paraestatales.

1.2 Políticas de producción


1.2.1 Políticas que influyen en los precios y los incentivos al productor en los países en desarrollo
1.2.2 Iniciativas sobre políticas en los países desarrollados


1.2.1 Políticas que influyen en los precios y los incentivos al productor en los países en desarrollo

En muchos países en desarrollo se elevaron los precios garantizados al productor a fin de reflejar los elevados precios internacionales de los cereales, junto con los efectos de la sequía en algunos casos, y con objeto de contrarrestar la subida de los costos de los insumos, con incentivos particulares para el uso de semillas de alto rendimiento. Asimismo, se registraron cambios considerables de las políticas de reforma agraria encaminadas a impedir el abandono de la tierra y la eliminación de las subvenciones, que eran importantes para garantizar una mayor eficacia de la producción.

En Africa del Norte, los precios de sostenimiento al productor aumentaron para que los ingresos de los agricultores se mantuvieran al nivel de la inflación. En Argelia se mantuvo el sistema de precios garantizados al productor para el trigo tanto duro como común, mientras que en 1996 se estableció un tope fijo para los precios de venta al por menor. El Gobierno también adoptó medidas para elevar los precios oficiales de sostenimiento para los productores de semillas de alto rendimiento. Los productores de semillas registradas recibieron una subvención de hasta la mitad del costo del equipo esencial para el riego. Para la compra de maquinaria, como esparcidoras de fertilizante y rodadoras, se concedieron subvenciones de hasta un 40 y un 60 por ciento a agricultores particulares y a cooperativas, respectivamente. En Egipto, el Gobierno anunció en febrero de 1997 su intención de sembrar toda la superficie de cultivo de trigo del alto Egipto, de 210 000 hectáreas, de variedades de superalto rendimiento en los dos o tres próximos años. El objetivo del Gobierno es aumentar la producción para satisfacer el 55 por ciento de las necesidades internas de trigo. Para la cosecha de 1997 se anunció un precio de sostenimiento de 633 libras egipcias (130 dólares EE.UU.) por tonelada, sin cambios con respecto a 1996.

En mayo de 1996, el Gobierno de Marruecos liberalizó en parte su sector cerealista. Como medida excepcional, el Gobierno anunció precios mínimos garantizados al productor unas semanas después de la fecha de la liberalización, con un nivel suficientemente alto para evitar una caída brusca de los precios de los cereales en el mercado, que hubiera perjudicado a los agricultores, ya seriamente afectados el año anterior por la peor sequía del presente siglo. El nuevo precio mínimo garantizado para el trigo blando se fijó en 289 dólares EE.UU. por tonelada, y para la cebada en 139 dólares por tonelada. En el marco de su nueva política, el Gobierno también fijó los precios de la semilla de trigo y de cebada, que en su mayor parte se produce en tierra de regadío. Antes el Gobierno proporcionaba una subvención de 50 dirhams (5,8 dólares EE.UU.) por tonelada de semillas de siembra para ayudar a los agricultores gravemente afectados por la sequía, pero en 1997 no había prevista ninguna subvención para las semillas de cereales. En cambio, el Gobierno aumentó los precios de la semilla de trigo de 446 dólares EE.UU. por tonelada (452 dólares para el trigo duro) en 1996 a 452 dólares por tonelada (471 dólares para el trigo duro) en 1997, pero redujo el precio de la semilla de cebada de 347 dólares EE.UU. por tonelada en 1996 a 330 dólares por tonelada en 1997.

En Túnez, como consecuencia de dos años consecutivos de sequía, los precios garantizados al productor para la cosecha de trigo de 1995 se incrementaron en 15 dinares por tonelada, quedando en 275 dinares (192 dólares EE.UU.) por tonelada para el trigo duro, y de 225 dinares (157 dólares) a 240 dinares por tonelada (167 dólares) para el trigo común.

En 1996, el Gobierno de Zimbabwe elevó el precio del trigo al productor un 44,8 por ciento. Este aumento superior a lo normal tenía por objeto garantizar un suministro suficiente de trigo en la siguiente temporada, tras una sequía que había ocasionado daños graves a la mayoría de los cultivos de trigo de 1996, teniendo en cuenta el mayor costo de las importaciones y contribuyendo a estabilizar los ingresos de los agricultores. Además, el Gobierno puso en marcha un plan de préstamos de 132 millones de dólares zimbabwenses (13,2 millones de dólares EE.UU.) durante la temporada de 1995/96, mediante el cual se proporcionó a los agricultores semillas y fertilizantes que habían de reembolsar en especie utilizando su cosecha de cereales. Para la temporada de 1996/97, la ayuda del Gobierno se redujo a 75 millones de dólares zimbabwenses (7,5 millones de dólares EE.UU.).

En América del Sur, el Gobierno del Brasil aumentó su asignación de créditos agrícolas de 3 700 millones de dólares EE.UU. en 1995/96 a 5 700 millones en 1996/97. El Gobierno también tiene previsto invertir 54 000 millones de dólares EE.UU. en dos años (1996-97) para mejorar los servicios de carreteras, almacenamiento y puertos. El Gobierno proporcionará 10 000 millones de dólares de la cantidad prevista, y el resto correrá a cargo del sector privado.

En Asia, el Gobierno de China decidió en 1996 aplicar un sistema que exigía a las empresas depositar una suma de dinero para la compra de tierras, a fin de dificultar el abandono de éstas. De la superficie abandonada, el 60'-70 por ciento eran de uso agrícola, y en gran parte de alto rendimiento. La Dirección Estatal de Tierras estableció un objetivo de recuperación de alrededor del 80 por ciento de la tierra abandonada, lo cual permitiría obtener 28 millones de toneladas más de cereales cada año. A comienzos de 1997, varias administraciones provinciales introdujeron un plan de precios de compra de cereales para garantizar que los agricultores recibieran precios razonables cuando los del mercado raerán inferiores a los garantizados establecidos por la administración central. En la India, la elevación de los costos de los insumos obligó al Gobierno a fijar el precio mínimo de sostenimiento para la cosecha de trigo de verano de 1996 de calidad media en 3 800 rupias (110 dólares EE.UU.) por tonelada, 20 rupias más que el año anterior. Para la cosecha de 1997, el precio se elevó inicialmente a 4 150 rupias (116 dólares EE.UU.) por tonelada. Como incentivo para que los productores vendieran sus cosechas a la Cooperación Alimentaria de la India, se asignaron otras 600 rupias (17 dólares EE.UU.), elevándose así el precio oficial total a 4 750 rupias (133 dólares) por tonelada. Este nuevo precio estuvo en vigor hasta comienzos de junio de 1997, para volver entonces a su nivel anterior. En Indonesia, en previsión de una mayor demanda de arroz en 1995/96, el Gobierno anunció un plan de recuperación de hasta 1 millón de hectáreas de terrenos pantanosos para dedicarlos al cultivo de arroz. Con el fin de fomentar ulteriormente la producción, el Gobierno elevó en febrero de 1996 el precio de compra del arroz un 12,5 por ciento, hasta 450 rupias (0,19 dólares EE.UU.) por kilogramo. En el Pakistán, el Gobierno aumentó el precio mínimo de compra del trigo en 1996 como incentivo para incrementar su entrega por parte de los productores afectados por una disminución de la superficie cultivada. El precio mínimo de sostenimiento para el trigo, elevado inicialmente en 5 rupias (0,09 dólares EE.UU.) hasta alcanzar las 165 rupias por 40 kg (72 dólares por tonelada) en 1995, se aumentó de nuevo en 1996 a 175 rupias por 40 kg (76 dólares por tonelada). También se elevó el precio del trigo vendido de las reservas del Gobierno a los molinos, de 180 rupias en 1995 a 190 por 40 kg (de 78 a 82 dólares por tonelada).

En la Arabia Saudita, en julio de 1995 el Gobierno decidió, por primera vez desde 1994, reducir el precio garantizado de compra del trigo un 25 por ciento, debido fundamentalmente a limitaciones presupuestarias. Al mismo tiempo se anunciaron contingentes de compra para limitar la producción de trigo al nivel de autosuficiencia, de alrededor de 1,8 millones de toneladas para 1996/97. Estas medidas hicieron descender la producción, y en consecuencia las exportaciones de trigo de la Arabia Saudita registraron un fuerte retroceso en 1995/96. Por otra parte, en noviembre de 1996 el Gobierno Saudita anunció que continuaría reembolsando los pagos pendientes a los productores del trigo y 4a cebada entregados durante 1995, por un total de 9 000 millones de riyales (2 300 millones de dólares EE.UU.).

El Gobierno de Turquía, en un intento de fomentar la reposición de sus existencias agotadas de cereales, fijó para 1995/96 precios de sostenimiento superiores a los del año anterior, pero que seguían siendo inferiores a los corrientes del mercado. Los precios de sostenimiento básicos para el trigo común oscilaban entre 5 950 libras turcas (0,073 dólares EE.UU.) y 7 350 libras (0,09 dólares) por kilogramo, en función de la calidad, y los del trigo duro entre 10 150 libras (0,12 dólares) y 11 200 libras (0,14 dólares) por kilogramo. El precio de sostenimiento de la cebada de mayor calidad se fijó en 5 250 libras (0,06 dólares) por kilogramo. A fin de contribuir a evitar que la elevación de los precios de sostenimiento recayera en los precios al por menor, y en consecuencia en los consumidores, el impuesto sobre el valor añadido (IVA) tanto para la harina del trigo como para el pan y productos análogos se redujo del 8 al 1 por ciento. El Gobierno decidió también elevar los precios de sostenimiento del trigo de harina blanca en la campaña comercial 1996/97 más de un 157 por ciento, como incentivo a la producción.

1.2.2 Iniciativas sobre políticas en los países desarrollados

Durante el período de 1995-97, del que se ocupa esta sección, entraron en vigor varias iniciativas nuevas sobre políticas. Se introdujeron reformas como parte de compromisos adquiridos en el marco del Acuerdo de la Ronda Uruguay y se continuó con la aplicación de varias nuevas medidas. En muchos países se mantuvieron los precios de sostenimiento de los cereales y se revisaron las políticas de abandono de tierras cultivadas. En los países con predominio del comercio estatal, se privatizaron varias empresas paraestatales y se revisaron las funciones de las juntas oficiales de comercialización. Algunos países también ofrecieron incentivos en forma de mayores primas para la mejora de la calidad de los cereales.

Los agricultores de Australia, especialmente los cultivadores de trigo, recibieron en 1995/96 pagos sin precedentes de la Junta Australiana del Trigo (AWB). En febrero de 1995, la primera estimación de la Junta de los precios conjuntos del trigo blanco normal australiano entregado en 1995/96 fue de 124 dólares australianos (99 dólares EE.UU.) por tonelada. En junio de 1995 la estimación se elevó a 130 dólares australianos (104 dólares EE.UU.) y en febrero de 1996 a 180 dólares australianos (143 dólares EE.UU.) por tonelada, alrededor de un 45 por ciento por encima de la prima estimación de un año antes. Asimismo, como consecuencia del constante aumento de los precios internacionales del trigo, la primera estimación de los pagos de la cosecha de trigo blanco normal australiano que se había de entregar para las resevas de 1996/97 fue de 152 dólares australianos (121 dólares EE.UU.), la mayor de todos los tiempos al comienzo de la temporada. En el Cuadro 1 se resumen los pagos para las cosechas de las reservas de las temporadas comprendidas entre 1994/95 y 1996/97.

Por otra parte, el Gobierno revisó la Ley de Comercialización del Trigo, que en el pasado dejaba las reservas de fijación de precios del trigo abiertas durante varios años después de la recolección. En virtud del nuevo programa, que comenzó en 1996/97, la AWB puede anticipar pagos por el trigo entregado a las reservas y decidir la cuantía y el momento de dichos pagos, aunque todas las reservas de trigo se han de cerrar alrededor de 18 meses después de la recolección. Además, los agricultores pueden optar por entregar sus cereales a una reserva que ofrece el 40 por ciento de los ingresos previstos de ésta en un plazo de 21 días desde la entrega y otro 50 por ciento durante el mes de agosto. Esta opción permitiría a la AWB ahorrar en los pagos de intereses, y esto se transferiría luego a los cultivadores que hubieran elegido esta opción. Esta revisión duraría tres años, de manera que el programa pudiera evaluarse en cuanto a su compatibilidad con el Acuerdo de la Ronda Uruguay. La AWB también adoptó una política de segregación de los cereales dañados por las condiciones atmosféricas y de reducción de sus primas. En el marco de esta política, el trigo duro 5 australiano de primera calidad tendría un descuento de 35 dólares australianos (28 dólares EE.UU.) con respecto al trigo duro de primera calidad, y el trigo duro 6 un descuento de 10 dólares australianos (8 dólares EE.UU.) con respecto al trigo duro australiano.

Por otra parte, la AWB introdujo una nueva clase de trigo, conocido como trigo extra australiano, consistente en variedades del blanco normal australiano, pero con características superiores de molienda y productos finales. En 1995/96, la prima para esta nueva variedad de trigo fue como mínimo de 5 dólares australianos (4 dólares EE.UU.) por tonelada por encima de la del blanco normal australiano con un 10 por ciento de proteínas. Además, como consecuencia de la desreglamentación del mercado interno en 1996, el Gobierno australiano redujo los pagos en virtud del Plan de Subvenciones al Transporte de Trigo de Tasmania alrededor de un 50 por ciento, quedando en 1,2 millones de dólares australianos (940 000 dólares EE.UU.).

Cuadro 1: Pagos de la reserva de trigo de Australia (dólares australianos/tonelada)

Clase de trigo

Pagos de la cosecha de 1995/96

Cambios respect de 1994/95 (porcentaje)

Pagos estimados de la cosechado 1996/97

Duro de primera calidad

224,00

7,1

176,00

Duro australiano

224,00

20,0

164,00

Blanco normal

180,00

26,4

152,00

De uso general

172,00

28,00

144,00

Pienso

144,00

13,9

116,00

Fuente: Junta Australiana del Trigo

Tal como se informó en el número anterior de este Examen1, el Gobierno del Canadá eliminó en agosto de 1995 la subvención anual al transporte por ferrocarril en virtud de la Ley sobre el Transporte de Cereales de la Región Occidental (WGTA). A fin de ayudar a los productores canadienses a competir en el mercado de exportación, se concedieron garantías crediticias de hasta 1 000 millones de dólares canadienses (730 millones de dólares EE.UU.) para las exportaciones de cereales y otros productos alimenticios a compradores externos y del sector privado. En 1995 se eliminó también la subvención concedida como asistencia para el transporte de piensos, habiéndose efectuado durante cinco años pagos de compensación de 72 millones de dólares canadienses (53 millones de dólares EE.UU.) a los productores con derecho para ayudarles a contrarrestar las pérdidas. El fondo se ha de dividir entre las provincias y territorios afectados en proporción a su utilización de la asistencia mencionada entre 1990 y 1995. El Plan de Garantía de los Ingresos Brutos (GRIP), que se estuvo aplicando hasta 1994/95, se concluyó en la temporada agrícola de 1995/96, y para la temporada agrícola de 1996/97 solamente hay un programa análogo en la provincia de Ontario. Como consecuencia de la terminación de este programa, el GRIP comprende ahora sólo alrededor del 6 por ciento de la superficie total de cereales del Canadá. Más recientemente, el 25 de abril de 1997, ha entrado en vigor nueva legislación, la Ley de Programas de Comercialización Agrícola (AMPA). En ella se combinaron las disposiciones de cuatro anteriores: la Ley de Pagos Anticipados por los Cultivos (APCA), la Ley de Pagos Anticipados por los Cereales de las Praderas (PGAPA), la Ley de Comercialización Cooperativa de Productos Agrícolas y la Ley de la Junta de Productos Agrícolas. La AMPA también contiene disposiciones relativas a los préstamos e intereses a los productores sobre los primeros 50 000 dólares canadienses (37 000 dólares EE.UU.) de los anticipos que se les habían concedido en virtud de la APCA y la PGAPA, que antes se canalizaban a través del Programa de Fomento del Flujo de Efectivo.

1 Examen de las políticas cerealistas, 1994-95.

La Junta Canadiense del Trigo introdujo en agosto de 1995 una nueva clasificación de las proteínas del trigo. Esto se debió a los requisitos de calidad impuestos por los compradores de trigo canadiense y para que la Junta pudiera disponer de una manera mejor de determinar con exactitud su política de precios y las subvenciones a los productores. Para el trigo rojo canadiense de primavera 1 y 2 se efectuaron pagos adicionales por cada 0,5 por ciento de aumento del contenido de proteínas por encima del 12 por ciento, hasta un máximo del 15 por ciento. En el caso del trigo duro ámbar de la región occidental canadiense 1 y 2, se aplicarán pagos adicionales a cada 0,5 por ciento de aumento del contenido de proteínas por encima del 12 por ciento, hasta un máximo del 14 por ciento.

La Comunidad Europea anunció en octubre de 1995 la nueva retirada de tierras para la temporada de 1996/97 en un 10 por ciento, tras la elevación de los precios internos y la fuerte disminución de las existencias de cereales del sector público, que habían descendido a 6 millones de toneladas en 1995 frente al promedio de 33 millones de toneladas de los 3 años anteriores. Este porcentaje único sustituyó el 10 por ciento anterior de la retirada rotativa y el 17 por ciento de la no rotativa, en vigor en 1995/96 (excepto en Dinamarca y el Reino Unido, donde se mantenía el antiguo porcentaje único del 15 por ciento). Para la temporada de 1997/98, la Comisión decidió reducir la retirada de tierras obligatoria al 5 por ciento, pero manteniendo la ayuda a la tierra cultivable y los pagos por retirada de tierras igual que en la temporada de 1996/97.

El 30 de julio de 1996, la Comisión de la CE presentó al Consejo de Ministros una nueva propuesta de reforma del régimen para el trigo duro. En ella se establecerían contingentes de producción para cada uno de los países productores de trigo duro tradicionales y se imponía la utilización de semillas certificadas, con objeto de mejorar la calidad general de este tipo de trigo. La propuesta abarca tres millones de hectáreas de tierra de los países productores tradicionales, distribuidos de la manera siguiente (en miles de hectáreas): Italia 1 610, Grecia 597, España 570, Francia 190 y Portugal 3 5. En la propuesta se estipula que cada productor recibirá una prima de conformidad con la superficie total de trigo duro asignada, en lugar de la subvención de 359 ecus (353 dólares EE.UU.) por hectárea del plan anterior.

Además, en 1997 la Comisión presentó una nueva propuesta de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) como parte de una reforma más amplia en su Programa 2000. Para los cereales, la propuesta prevé una reducción del 20 por ciento en los precios de intervención para el año 2000. En el Recuadro 1 se exponen los principales elementos de las propuestas relativas a los cereales, que se están debatiendo ahora.

En el Japón, el Gobierno redujo en febrero de 1996 los precios pagados por los elaboradores por el trigo del país e importado en un 2,1 por ciento, dejándolos en un precio medio de 485 dólares EE.UU. por tonelada, a fin de reducir el efecto de la elevación de los precios internacionales en los consumidores. El Gobierno anunció también una revisión de su programa de abandono del arroz en abril de 1996, para reducir los remanentes a 1,5 millones de toneladas, frente al nivel anterior de 2,2 millones. Este programa continuará hasta 1999, con un abandono previsto de 860 000 hectáreas, lo cual podría dar lugar, según fuentes oficiales, a una cosecha prevista de 9,6 millones de toneladas de arroz para 1998, en comparación con los 12,9 millones de toneladas de 1996.

RECUADRO 1. Programa 2000; Nuevas propuestas de reforma de la PAC de la Comisión Europea para los cereales

1. Precio de intervención

El precio de intervención de los cereales se reduciría en un 20 por ciento (24 ecus) para el año 2000, bajando del nivel actual de 119,19 ecus a 95,35 ecus por tonelada.

2. Desvinculación de los pagos

Los pagos por superficie no serían específicos de cultivos, excepto para el trigo duro, con objeto de desvincularlos ulteriormente de las decisiones en materia de producción. Los pagos de ayuda a los cereales se elevarían en 12 ecus, quedando 66 ecus por tonelada (pero descenderían en unos 118 ecus para las semillas oleaginosas), contrarrestando en parte la disminución de 24 ecus del precio de sostenimiento de intervención para los cereales. Por otra parte, habría un mecanismo que evitara la compensación excesiva en el caso de precios elevados de mercado. En cambio, se reducirían los pagos a las semillas oleaginosas y las proteínas (véase el cuadro infra).

3. Retirada de tierras

El tipo de referencia de la retirada de tierras se reduciría a cero. Las disposiciones revisadas permitirían la opción de la retirada voluntaria, pero los pagos serían inferiores a los niveles actuales.

4. Pagos por cultivos proteaginosos

Se propone un pago adicional para los cultivos proteaginosos del 6,5 ecus por tonelada, a fin de mantener su competitividad con los cereales. De esta manera, en la práctica los pagos de ayuda a los cultivos proteaginosos serían específicos de cultivos.

5. Exclusión de los cereales forrajeros

La Comisión ha propuesto también la exclusión de los cereales forrajeros (en particular el ensilado de maíz) de las disposiciones de sostenimiento de los cereales.

Propuestas de la Comisión Europea sobre el sostenimiento de los cereales


1996/97

1997/98

2000/01

Porcentaje de cambio entre 1996/97 y 2000/01

Precio de intervención ecus/tonelada

119,19

119,19

95,35

-20,0

Pagos por cereales ecus/tonelada

320,06

320,06

389,00

+21,5

Pagos por semillas oleaginosas ecus/tonelada

537,47

565,75

389,00

-27,6

Pagos por proteínas ecus/tonelada

462,31

462,31

427,00

-7,6

Pagos por retirada de tierras ecus/tonelada

405.41

405.41

389.00

-4,0

En Europa central y oriental, los precios de sostenimiento al productor aumentaron en varios países para contrarrestar la elevación de los costos de los insumos y reflejar los elevados precios internacionales de los cereales. En 1996, el Gobierno de Bulgaria, con objeto de evitar un fuerte aumento del precio al por menor del pan, estableció una nueva escala de precios mínimos oficiales de compra para el trigo en 1996, entre 6200 lev (85 dólares EE.UU.) y 7 400 lev (101 dólares) por tonelada, en función de la calidad de la cosecha. Esto representa un aumento del 42 al 48 por ciento con respecto a los precios de 1995. Por otra parte, el Fondo de Apoyo a la Agricultura efectuó pagos a empresas privadas de compra de trigo por un total de 933 millones de lev (12 millones de dólares) para ayudarlas a sufragar' los gastos de alquiler, gasóleo y pagos de intereses. Con el fin de recaudar fondos para la siembra del otoño de 1997, el Gobierno autorizó a finales de 1996 la venta de 150 000 toneladas de cereales en el mercado de futuros. Los ingresos obtenidos se utilizaron como pago anticipado a los agricultores, a 5 000 lev (68 dólares) por tonelada. El Fondo de Apoyo a la Agricultura también concedió a los agricultores créditos de 35 000 lev (479 dólares) por tonelada. En el marco de este plan, los agricultores tenían que sembrar cereales por lo menos en 3,5 hectáreas de terreno y tenían que venderlos al Estado.

En la República Checa, como consecuencia de la igualación de los precios internacionales e internos de los cereales, el Gobierno decidió a finales de 1996 interrumpir su plan de pagos anticipados para los cereales panificables, que ascendieron a 286 millones de coronas (25 millones de dólares EE.UU.) en 1996. Sin embargo, el Fondo de Apoyo y Garantía, que ofrecía tipos de interés sobre los préstamos más bajos que los de los bancos comerciales, financió en parte a los productores de cereales durante el primer semestre de 1997.

A comienzos de 1996, el Organismo de Comercialización Agrícola de Polonia, ante el fuerte aumento de los precios de los cereales en los mercados mundiales e interno, fijó el precio mínimo de compra para la cosecha de trigo de 1996/97 en 400 zlotys (158 dólares EE.UU.) por tonelada. Esto se debió a la subida de alrededor del 27 por ciento con respecto a los 315 zlotys (119 dólares) por tonelada de la temporada anterior, mientras que el precio del centeno pasó de 200 zlotys (69 dólares) a 280 zlotys (111 dólares) por tonelada, con un aumento aproximado del 40 por ciento.

En Rumania, el Gobierno elevó en 1996, el precio mínimo de compra del trigo alrededor de un 9 por ciento en la moneda del país, lo cual es un aumento pequeño en comparación con la inflación. Debido a los mayores costos de los insumos, el número de productores con un contrato con el Gobierno se redujo con rapidez, a pesar de que antes se había anunciado un 41 por ciento de aumento de los precios mínimos de compra de 1996/97. Asimismo, las empresas productoras de cereales con una participación mayoritaria del Estado se vieron obligadas a entregar toda su producción al organismo estatal de comercialización a un precio mínimo de compra que se elevó ulteriormente en un 78 por ciento, pasando de 240 leu (0,09 dólares EE.UU.) a 450 leu (0,16 dólares) por kilogramo. En febrero de 1997, el Gobierno anunció el proyecto de levantar los controles sobre los precios de sostenimiento a los productores agrícolas durante el período comprendido entre marzo y el final de agosto de 1997. Para llevar a cabo este y otros planes de reforma agraria, el Gobierno recibió del Banco Mundial créditos por un valor de 200 millones de dólares EE.UU. Además, el Ministerio de Finanzas propuso a comienzos de 1997 una nueva ley para aplazar los impuestos agrícolas un período de tres años a partir de 1997, a fin de reducir la carga financiera para los agricultores.

A comienzos de 1996, el Gobierno de Eslovenia hizo público su procedimiento de compra para el trigo y el centeno de la campaña agrícola de 1995/96, con objeto de permitir la realización de ajustes oportunos en cuanto a la inflación. El precio de compra del trigo de calidad media se fijó en 28,93 telares (0,21 dólares EE.UU.) por kilogramo y para el centeno en 27 tolares (0,20 dólares) por kilogramo. Durante el período de la recolección, los precios se ajustaron al 80 por ciento de la tasa de inflación establecida para el período comprendido entre abril y junio de 1996, recibiendo los productores los pagos en un plazo de 30 días tras la presentación al Gobierno de los resultados de un análisis de la calidad.

En la Federación de Rusia, el Gobierno aumentó los precios garantizados para las compras federales de cereales de la cosecha de 1996/97. Los nuevos precios, que entraron en vigor el 1° de julio de 1996, se indizaron para mantenerlos a la par de la inflación. Para el trigo duro (clase III), el precio se fijó en 1 millón de rublos (213 dólares EE.UU.) por tonelada, mientras que para el trigo blando de la misma clase se estableció en 850 000 rublos (181 dólares) por tonelada, duplicando con creces los precios (en moneda del país) de la temporada anterior.

En la República de Sudáfrica, la Junta del Trigo, en su licitación para garantizar un suministro suficiente de este cereal, aumentó en 1995/96 el precio de entrega al productor para las calidades de trigo de uso corriente y de pienso de 360,33 rand (54 dólares EE.UU.) a 500 rand (74 dólares) por tonelada, debido a la fuerte subida de los precios del mercado interno desde la fijación del nivel garantizado al comienzo de la temporada.

En Suiza, se preveía que las reformas de las políticas a largo plazo examinadas en 1996 entrarían en vigor en 1997, previa aprobación parlamentaria. Las reformas tienen por objeto liberalizar los precios al productor, actualmente fijados por el Gobierno. Las pérdidas de ingresos de los productores como consecuencia de este cambio de política se compensarían mediante pagos directos en función de la superficie cultivada. En el ámbito de esta reforma a largo plazo, para el año 2002 los agricultores estarían en condiciones de vender sus cultivos directamente a los elaboradores o a los comerciantes de cereales en lugar de al Estado, que actualmente compra todo el trigo y el centeno producidos en el país a precios garantizados. Los elaboradores también tendrían libertad para comprar en el mercado interno o en el exterior a precios corrientes y con arreglo a sus exigencias de calidad. Para reflejar las condiciones del mercado se negociarían directrices relativas a los precios internos del pan y los cereales pienso. Por otra parte, se establecerían derechos de aduana con objeto de mantener los precios negociados en el mercado interno. El Gobierno estimó que esta reforma daría lugar a una disminución del 40 por ciento en el precio al productor de los cereales panificables para el año 2002.

El 4 de abril de 1996 se firmó en los Estados Unidos la Ley FAIR relativa a la agricultura para el septenio de 1996-2002. Con respecto a los cereales, los principales cambios en virtud de esta nueva legislación son la eliminación de los programas de abandono de superficie cultivada y la sustitución de los pagos de sostenimiento y de complemento por una disminución de los niveles de los pagos de transferencia de ingresos. En el Capítulo 2 del presente Examen se describe con detalle la nueva ley.

1.3 Políticas de comercialización y existencias

En la mayoría de los países prosiguieron las reformas encaminadas a la liberalización del mercado. Los gobiernos de algunos de los principales países exportadores de trigo anunciaron propuestas que todavía se están examinando para revisar la función de sus juntas paraestatales de cereales, mientras que en algunos países se liberalizó el control estatal del mercado interno.

En el Brasil, como consecuencia de la duplicación de su producción de trigo, que pasó de 1,5 millones de toneladas en 1995 a 3 millones en 1996, el Gobierno promulgó un nuevo sistema de fijación de precios para fomentar el consumo del trigo de producción interna y evitar al Gobierno los costos de almacenamiento. En virtud de este nuevo sistema, que inicialmente se limitó a 640 000 toneladas, los elaboradores recibirían una prima de hasta 37 reales (36 dólares EE.UU.) por tonelada al comprar trigo del país al precio mínimo garantizado de 157 reales (151 dólares) por tonelada.

Como consecuencia de la caída de los precios del maíz por debajo del precio de sostenimiento de 6,7 reales (6,45 dólares) por saco de 60 kg para la campaña agrícola de 1996/97, el Gobierno intervino en el mercado en febrero de 1996 con dos programas financieros en sostenimiento de los precios. Fueron los siguientes: i) una entrega inicial de 19 millones de reales (18,3 millones de dólares) para comprar maíz de la región centro-meridional; y ii) una nueva entrega de 21 millones de reales (20,2 millones de dólares) para un programa de compras, en el marco del cual el Gobierno adquiere la posesión material de los cereales. Estos dos programas permitieron al Gobierno comprar hasta 350 000 toneladas de maíz. En marzo de 1997, el Gobierno decidió intervenir de nuevo en el mercado del maíz comprando 200 000 toneladas a los pequeños agricultores, con un costo aproximado de 120 millones de reales (115 millones de dólares). También se alivió la deuda de los productores permitiéndoles reembolsar los préstamos antiguos en especie, y se concedieron créditos a los elaboradores de maíz para reducir el costo de mantenimiento de las existencias y estimular las exportaciones.

En 1996, el Gobierno de Honduras introdujo un programa para comprar las existencias de cereales en poder del sector privado, a fin de distribuirlas por medio de las administraciones locales a precios subvencionados.

En noviembre de 1996, el Gobierno de la India distribuyó 800 000 toneladas de trigo de sus reservas oficiales con objeto de estabilizar los precios internos y garantizar el suministro a las familias de bajos ingresos. Las personas con derecho pudieron comprar hasta 10 kg de cereales para consumo humano al mes a precios subvencionados.

En Marruecos, en el marco de la política de reforma del mercado anunciada en mayo de 1996, los agricultores pueden vender su trigo en el mercado libre, pero tienen la opción de venderlo a recolectores autorizados por el Gobierno y obtener los precios mínimos garantizados. Con el fin de alentar a los recolectores autorizados a comprar cereales del país, el Gobierno concedió una prima de 40 dirhams por tonelada y mes (4,63 dólares EE.UU.) para el almacenamiento en el período comprendido entre junio y noviembre de 1996, con destino a los cereales comprados antes del 31 de agosto de 1996. Sin embargo, la mayoría de los recolectores de cereales habían comprado trigo del país a precios superiores a los mínimos garantizados ofrecidos por el Gobierno antes del cambio anunciado de política.

A comienzos de 1997, el Comité de Política del Arroz de Tailandia aprobó medidas para estabilizar los precios del obtenido en la cosecha de 1996/97, aunque se había suprimido la subvención a la explotación de 10 dólares EE.UU. por tonelada introducida en 1994/95, ante la elevación de los precios del mercado mundial. En virtud de las nuevas medidas, se autorizó al Departamento de Cooperativas Agrícolas a comprar arroz por un valor de 1 000 millones de baht (40 millones de dólares EE.UU.) para elaborarlo en molinos de cooperativas y venderlo dentro del país. También se destinaron más fondos a la compra de hasta un millón de toneladas de arroz elaborado, para utilizarlo como reserva de estabilización frente a un descenso fuerte de los precios. Además, el Gobierno concedió créditos a los exportadores por un valor de 20 000 millones de bath (790 millones de dólares EE.UU.) para el envasado del arroz.

En abril de 1997, el Gobierno de Australia anunció una revisión de la función y la estructura de la AWB. Esta será sustituida por una sociedad de cartera perteneciente a los cultivadores y controlada por ellos, que se encargará de todos los aspectos comerciales de la comercialización del trigo. El Fondo para la Industria del Trigo (WIF), financiado en la actualidad mediante un gravamen del 2 por ciento sobre las ventas de trigo, se convertirá en acciones para proporcionar el capital que permitirá funcionar a la nueva sociedad a partir de 1999. Los cultivadores de trigo con participaciones en el WIF recibirán acciones de clase "A" y tendrán derecho de voto para elegir la mayoría de los directores de la nueva sociedad. Los inversionistas en la nueva sociedad recibirán acciones de clase "B", por las cuales recibirán una tasa de rentabilidad comercial y tendrán derecho a elegir una minoría de directores de la sociedad. Las ventas de exportación estarán a cargo de una filial de reserva/exportación de trigo, que mantendrá la situación de monopolio de la actual AWB. Una filial de la nueva sociedad tendrá a su cargo todos los demás aspectos comerciales de la comercialización interna del trigo.

En 1996, el Gobierno del Canadá propuso varias enmiendas a la Ley de la Junta Canadiense del Trigo (sobre la cual todavía no se ha legislado) como parte de una serie de reformas que se habían debatido durante algún tiempo. Los principales aspectos de los cambios propuestos se presentan en el Recuadro 2.

En la República Checa, a pesar de la buena cosecha de trigo del 1996/97, que ascendió a 3,7 millones de toneladas, el Fondo Checo para la Reglamentación del Mercado tuvo dificultades para adquirir las 600 000 toneladas que había contratado con los agricultores en un período anterior de la campaña. El Fondo necesitaba comprar trigo para reponer sus existencias funcionales, así como las reservas estatales de urgencia de las cuales lo había tomado en préstamo en una fecha anterior del año. Los informes más recientes indican que a comienzos de 1997 el Fondo solamente había comprado un pequeño porcentaje de la cantidad contratada. El principal motivo de este déficit era la resistencia de los agricultores a vender trigo al Estado pudiendo obtener mejores precios en el mercado libre y a la dificultad para cumplir las normas de calidad establecidas por el Fondo, debido a las malas condiciones atmosféricas del verano. Con la esperanza de conseguir nuevas compras de trigo, el Fondo aumentó su precio de adquisición a mediados de 1997 casi un 18 por ciento, pasando de 3 400 coronas (124 dólares EE.UU.) a 4 000 coronas (146 dólares) por tonelada. También rebajó el nivel de calidad, relativo sobre todo al contenido de gluten, pero mantuvo sin cambios las restantes condiciones del contrato establecidas durante la temporada anterior. Por último, estipuló que los agricultores que no cumplieran los contratos con el Fondo podían perder las subvenciones oficiales y las garantías sobre los préstamos en el futuro.

RECUADRO 2: Cambios propuestos en las actividades de la Junta Canadiense del Trigo

La Junta Canadiense del Trigo (CWB) se creó en virtud de la Ley de la Junta Canadiense del Trigo de 1935 para comercializar los cereales de la Región Occidental del Canadá. Maneja mas del 90 por ciento de todo el trigo que se muele en el país, expide licencias para el resto y exporta toda la cebada canadiense. El Gobierno del Canadá propuso en octubre de 1996 varias enmiendas a la Ley de la Junta Canadiense del Trigo, con objeto de conferirle la flexibilidad necesaria para proporcionar a los agricultores más opciones y mejores servicios. Los principales características de esta nueva propuesta son las siguientes:

Terminación de la cuenta de reserva y pago pronto a los agricultores

La ley anterior de la CWB impedía a ésta efectuar pagos Tíñales" a los agricultores antes del 1° de enero, unos cinco meses después de terminada la campaña agrícola en julio. Con arreglo a las enmiendas propuestas, podrá efectuar pagos antes de enero. Las enmiendas propuestas también dan a la CWB la facultad de cerrar las reservas en un plazo breve durante la campana agrícola y establecer una segunda reserva para el resto de ésta, de manera que los agricultores puedan recibir los pagos con prontitud.

Pago de gastos de mantenimiento y mejores resultados de la entrega

La CWB también podrá ofrecer pagos por almacenamiento y de intereses en relación con los cereales almacenados en las fincas, a fin de alentar a los productores a firmar contratos de entrega al comienzo de la campaña agrícola. Estará autorizada asimismo a pagar bonificaciones por los buenos resultados de la entrega de los agricultores. En el pago de los gastos de mantenimiento se tendrán en cuenta también las oportunidades de entrega escalonada para los distintos cultivadores, que permitirán a los agricultores obtener precios más equitativos y servirán de ayuda en la planificación logística. La mayor eficacia logística puede dar lugar a mayores beneficios netos para los agricultores.

Eliminación de la aprobación del Gobernador en Consejo para tos ajustes de los precios iniciales

El Gobierno Federal garantiza en la actualidad tos pagos iniciales de la CWB, los ajustes de dichos pagos efectuados durante la campaña agrícola y los pagos provisionales efectuados después del final de ésta. El requisito actual de que el Gobernador en Consejo apruebe todos estos pagos hace disminuir la rapidez con la cual la CWB puede ajustar los precios durante la campaña agrícola. En el futuro, la CWB estará autorizada a efectuar todos los ajustes posteriores y efectuar los pagos correspondientes a los agricultores a su discreción. Estará autorizada a establecer los fondos apropiados para imprevistos a fin de garantizar los pagos de ajuste a los agricultores.

Compras en efectivo de trigo y cebada

La facultad actual de la CWB se limita a la compra de cereales de los agricultores con el pago inicial, y posteriormente a la concesión de pagos ajustados, provisionales y finales. En virtud de la nueva reglamentación, podrá comprar cereales a los agricultores y comerciantes pagándolos en efectivo. Esta facultad dotará a la CWB de mayor flexibilidad en la adquisición de cereales, permitiéndole comprarlos a precios correspondientes a una transacción única. De esta manera, la CWB podrá ofrecer diversos precios por los cereales, por lo que garantizará un suministro más efectivo y mejorará la eficacia de su programa de ventas y los ingresos de los agricultores.

Certificados de productores negociables

Los certificados de productores, que permiten a los titulares recibir pagos provisionales o finales ajustados por los cereales entregados a la CWB, en la actualidad no son negociables ni transferibles. En el futuro, en virtud de los cambios propuestos, la CWB podrá establecer un programa que proporcione a los agricultores su mecanismo para negociar sus certificados de productores en condiciones mutuamente aceptables.

Entregas a almacenes propiedad de los agricultores

La ley estipula en la actualidad que todos los cereales entregados a unas instalaciones con elevador no pueden superar los contingentes establecidos por la CWB para ese cereal. Esta nueva enmienda representa un pequeño cambio en los requisitos técnicos para la compra de cereales de los agricultores, aplicando al trigo y la cebada el mismo trato que a otros cereales y semillas oleaginosas, que en la actualidad se compran en las fincas utilizando elevadores móviles, es decir, camiones con sistema elevador.

Para la campaña de 1997/98, el Gobierno anunció también que elevaría el precio garantizado del trigo de molienda en varias fases, desde las 3 900 coronas (143 dólares) por tonelada establecidas en octubre de 1997 hasta 4 140 coronas (152 dólares) por tonelada en junio de 1998. El Fondo comprará trigo al precio mensual vigente, aunque los productores conservarán la opción de venderlo a compradores privados si los precios del mercado libre son más altos. El funcionamiento del sistema de precios mínimos garantizados tiene por objeto equiparar progresivamente los precios internos con los de la Comunidad Europea.

El Gobierno de Georgia privatizó en diciembre de 1996 la empresa comercial cerealera de propiedad del Estado en el intento de crear un mercado privado de cereales, ya que los suministros de ayuda alimentaria estaban disminuyendo. La ayuda alimentaria de cereales había venido abasteciendo casi el 85% de las necesidades del país durante los cinco años precedentes.

Desde enero de 1996, el Gobierno de Polonia ha puesto a disposición una nueva línea de crédito para los agricultores que desean mejorar sus instalaciones de almacenamiento mediante la instalación de silos de metal. Los préstamos se facilitan a tasas de interés preferencial a través del Organismo para la Reestructuración y Modernización de la Agricultura.

En Rumania, con efectividad a partir del 15 de enero de 1996, se privatizó en parte la Junta Cerealera Estatal (ROMCEREAL). El nuevo organismo, el Organismo Nacional de Productos Agropecuarios ha asumido la función que desempeñaba la anterior Junta y ha adquirido las 44 sociedades anónimas creadas por ROMCEREAL. El nuevo Organismo Nacional mantendrá el 25% de las instalaciones de almacenamiento de cereales de ROMCEREAL y el resto se venderá conforme a planes de privatización. Además, el nuevo Organismo establecerá acuerdos con los agricultores para comprar y almacenar cereales y otros productos agrícolas. A tal fin, se ha puesto a disposición del Organismo la capacidad de almacenamiento de 3,5 millones de toneladas heredadas de ROMCEREAL.

En la República de Sudáfrica, la Ley de Comercialización de Productos prevé la eliminación de todos los planes de comercialización agrícola a través de un único canal para el final de 1997. Mientras la industria del maíz había comenzado ya el proceso de desregulación en mayo de 1995, la Junta del Trigo continuó aplicando un plan de precios fijos. Por fin se ha aclarado la situación para abrir el mercado del trigo a partir del comienzo de la campaña de comercialización el 1° de noviembre de 1997.

La Junta del Maíz de propiedad estatal dejó de emprender actividades de intervención reglamentaria a partir del 30 de abril de 1997, con la abolición del precio mínimo y otras medidas de estabilización bajo su control. El activo neto de la Junta se mantiene en un fondo fiduciario especial, para financiar actividades específicas autorizadas por el Gobierno. Se ha establecido un nuevo grupo de trabajo para determinar en qué forma puedan proporcionarse los distintos servicios que anteriormente prestaba la Junta del Maíz, tales como información sobre el mercado, reglamentación de la gradación y medidas sanitarias y fitosanitarias.

1.4 Políticas de consumo


1.4.1 Liberalización de los precios al consumidor y reducción de las subvenciones
1.4.2 Aumento de las subvenciones y los controles de precios


Si bien los gobiernos continuaron la tendencia a liberalizar los precios y reducir las subvenciones al consumidor, las cosechas mediocres obtenidas y la subida internacional de los precios de los cereales, particularmente en 1995/96, condujeron a algunos países a mantener o aumentar las subvenciones y a frenar el ritmo de las medidas de liberalización de los precios, sobre todo respecto del apoyo a los consumidores.

1.4.1 Liberalización de los precios al consumidor y reducción de las subvenciones

En China, con efectividad a partir del 1° de julio de 1996, la autoridad municipal de Beijing aumentó el precio oficial al por menor del arroz en un 10 por ciento a 3,10 Yuan (0,37 dólares EE.UU.) por kilogramo, y en un 28 por ciento, a 2,74 Yuan (0,30 dólares EE.UU.) por kilogramo para la harina de trigo. Se aumentaron también los precios de los productos derivados del trigo, tales como los fideos y el pan cocido al vapor. Se esperaba que la subida de los precios contribuiría a contrarrestar el costo de las subvenciones a las compras oficiales de cereales, que ascendían a unos 700 millones de Yuan (84 millones de dólares EE.UU.) en 1995. En 1996, la Provincia de Taiwán prorrogó de diciembre de 1995 a junio de 1997 la fecha de caducación de su Programa de Diversificación del Arroz, al cabo de la cual será sustituido por el Programa de Ajuste de Utilización del Arroz Cascara y el Arroz de Montaña. Se espera que este último programa dure cuatro años, desde julio de 1997 a junio del 2001, y tiene por objeto reducir en un 20 por ciento, cuando termine el programa en el 2001, la medida global de la ayuda de apoyo de la provincia. Como consecuencia del programa, las subvenciones agrícolas totales se reducirían de los actuales 16 000 millones de NT$ (600 millones de dólares EE.UU.) a 13 000 millones de NT$ (470 millones de dólares EE.UU.)

En 1996, el Gobierno de Egipto introdujo un importante cambio de política que afectó a la harina de trigo, puesto que continuó sus esfuerzos por reducir las subvenciones y liberalizar el sector agrícola y alimentario. El Gobierno eliminó la subvención para la harina de trigo con el 76 por ciento de extracción, utilizada para fabricar el pan shami, mientras que para el trigo con el 82 por ciento de extracción, utilizado para la fabricación del pan baladi, se mantuvo el derecho a la subvención directa del Gobierno. Por otra parte, si bien desde 1993 se ha autorizado la importación de trigo y harina de trigo al sector privado, el Gobierno sigue estableciendo el precio máximo de venta para la harina, que los molineros privados no pueden superar cuando la venden en el mercado interno.

A finales de 1995 el Gobierno del Iraq aumentó de 6 a 7 kilogramos por persona la ración mensual de harina de trigo. No obstante, esta ración, que en 1993 se redujo de 9 a 6 kilogramos, se volvió a aumentar a 9 kilogramos por persona en 1997. Por lo que respecta al arroz, la ración mensual se aumentó de 1,25 kilogramos en 1995 a 2,5 kilogramos por persona en 1997. El resto de los alimentos se compra en el mercado abierto, donde los precios son normalmente mucho más altos. En 1995 se aumentaron también en más del 150 por ciento los precios que el Estado paga a los agricultores por el arroz y el maíz, para compensar el efecto de la inflación, que para los productos alimenticios aumentó en un promedio del 14 por ciento al mes entre junio de 1993 y agosto de 1995.

En 1996, el Gobierno de Sri Lanka aumentó los precios de la harina y el pan a causa de la subida de los precios internacionales del trigo y la presión de los productores de arroz que no conseguían vender la cosecha excepcional obtenida. Las subvenciones gubernamentales para la harina y el pan, que inicialmente costaron 3 000 millones de rupias anuales (57,7 millones de dólares EE.UU.), habían aumentado a 7 000 millones de rupias (134,6 millones de dólares EE.UU.) en 1995.

En Turquía la brusca disminución de la producción en 1995/96 junto con la elevada inflación erosionaron considerablemente el valor de los precios de apoyo del Gobierno y determinaron la reducción de las entregas a las reservas estratégicas mantenidas por la Junta Estatal para los Cereales (TMO). Ello, junto con la constante depreciación de la moneda local, determinó un brusco aumento de los precios internos del trigo y el pan durante la campaña 1995/96. En respuesta, el Gobierno redujo del 8 al 1 por ciento el impuesto al valor añadido aplicado a la harina de trigo y al pan y eliminó el impuesto aduanero de 20 dólares EE.UU. por tonelada de trigo importada por los comerciantes privados, con objeto de reducir los precios internos.

En Albania, el Gobierno gastó 6 millones de dólares EE.UU. en 1996 para importar trigo con el fin de prevenir una posible crisis de pan en el país. Los temores iniciales fueron de que aumentara el precio del pan por efecto del aumento de los precios internacionales del trigo. Para mantener los precios del pan al nivel del año anterior, el Gobierno eliminó los impuestos de importación para la harina de trigo así como los impuestos sobre los bollos de pan y redujo el precio de la electricidad y el combustible aplicado a los panaderos. El Estado proporcionó también subvenciones para cubrir la diferencia entre el precio interno del trigo y el precio del mercado mundial, de forma que los molinos no vendieran harina a los panaderos a un precio superior a los precios aplicados en el mercado internacional en 1995/96.

El 15 de junio de 1996, el Gobierno de Georgia aumentó el nivel de control de los precios del pan, estableciendo una subida del 20 por ciento en respuesta al aumento de los precios internacionales de los cereales. No obstante, para contrarrestar el efecto de la subida general de los precios y asegurar que los precios al por menor no aumentaran por encima del previsto 20 por ciento, el Gobierno ha creado una reserva con los cereales necesarios para dos meses.

1.4.2 Aumento de las subvenciones y los controles de precios

A comienzos de 1997, el Gobierno de la India anunció que aumentaría de 50 000 millones de rupias (1 600 millones de dólares EE.UU.) a 83 000 millones de rupias (2 300 millones de dólares EE.UU.) su subvención total para alimentos, con el fin de proporcionar precios equitativos a la población que se encontraba en condiciones inferiores a la línea de pobreza con arreglo al nuevo Sistema de Distribución Pública Dirigida, que se añade al anterior Sistema de Distribución Pública no Dirigida. En virtud del nuevo Sistema, que entró en vigor el 1° de junio de 1997, a los consumidores con derecho se les garantizan unos precios de los cereales que son por los menos un 40 por ciento inferiores a los precios subvencionados en forma más general con arreglo al Sistema de Distribución Pública. No obstante, se han hecho llamamientos al Gobierno para que aumente la ración mensual para las familias pobres de los 10 kilogramos por familia estipulados a 20 kilogramos por familia o más para las familias pobres.

En Indonesia, habida cuenta de la subida de las partidas presupuestarias para subvenciones al consumidor como consecuencia del aumento del costo de las importaciones, la compañía paraestatal de cereales, BULOG, aumentó ligeramente el precio de la harina de trigo a 301 dólares EE.UU. por tonelada, con efectividad a partir del 1° de julio de 1996, precio que es todavía muy inferior al costo.

El Gobierno de Jordania, al enfrentarse con una elevada factura de subvenciones a la alimentación, principalmente como consecuencia del aumento del costo del trigo importado, en agosto de 1996 aumentó los precios del pan de 12-21 centavos de dólar EE.UU. por kilogramo a 31-35 centavos de dólar EE.UU. por kilogramo, dependiendo del tipo. No obstante, el Gobierno continuó proporcionando trigo subvencionado para determinados grupos de población con derecho a recibir cartillas de racionamiento.

En Malasia, en junio de 1996 el Gobierno permitió a los molineros aumentar en un 37,5 por ciento el precio de la harina de trigo para estimularles a importar suficientes cantidades de trigo.

En México, en junio de 1995, el Gobierno liberalizó el precio interno de la harina de trigo en un momento en que los precios de importación habían comenzado ya a subir. En consencuencia, el precio de la harina de trigo se triplicó en comparación con el año anterior, hasta llegar a casi 390 dólares EE.UU. por tonelada para marzo de 1996. El Gobierno triplicó también el límite hasta el cual podía aumentar el precio del bolillo (pan de trigo). Si bien el Gobierno continuó subvencionando los precios de las tortillas, en 1996 aumentó el precio en un 27 por ciento, a 0,18 dólares EE.UU. por kilogramo, y en un 23 por ciento el de la harina de maíz.

En 1996, el Gobierno del Pakistán prohibió el tráfico interprovincial de trigo y harina por privados para impedir la exportación de trigo subvencionado a los países vecinos. El Gobierno continuó también proporcionando subvenciones para el trigo importado, estimándose la factura total de esta subvención en más de 200 millones de dólares EE.UU. en 1995/96.

En Siria, donde tanto los precios de compra como de venta de trigo y maíz son objeto de control, en 1995 el Gobierno aumentó en un 6,5 por ciento el precio pagado a los molineros por el trigo. Este aumento fue considerablemente inferior al aumento del precio en el mercado mundial, mientras que se continuó fijando los precios del maíz al nivel de 1994.

En el Yemen, el Gobierno subvencionó la importación de cereales concediendo a los comerciantes un tipo favorable de cambio, de 12 ríales yemenitas/dólar EE.UU. para las importaciones de trigo y harina frente al tipo paralelo de 120 ríales. Como consecuencia de ello, el costo de la subvención al trigo y a la harina importados en 1995 se estimó en 357 millones de dólares EE.UU.

En Zimbabwe, tras la sequía de 1995, el precio al por menor de la harina de maíz, el alimento básico del país, aumentó en un 22 por ciento, lo que determinó un aumento análogo en el precio oficial de venta al por mayor de la harina de maíz. Esta subida siguió a una subida anterior del 28 por ciento en el precio al por menor del maíz, anunciado en diciembre de 1995 por el organismo de comercio de la organización de cereales de propiedad del Estado. Para compensar la reducida producción de maíz que había disminuido de 2,3 millones de toneladas en 1994 a 800 000 toneladas en 1995 y para estabilizar los precios internos, la Junta del Maíz importó 410 000 toneladas de maíz a un costo de 450 millones de dólares de Zimbabwe (45 millones de dólares EE.UU.) a comienzos de 1996.

En diciembre de 1995, el Gobierno de Albania estableció un techo de 40 Leks (0,37 dólares EE.UU.) por kg en los precios al por menor del pan para proteger a los consumidores frente a los elevados precios internacionales de los cereales.

1.5 Políticas de comercio internacional


1.5.1 Reglamentaciones comerciales que influyen en las importaciones y en el acceso a los mercados
1.5.2 Medidas de comercio que afectan a las exportaciones


En cumplimiento de sus compromisos en el marco del Acuerdo de la Ronda Uruguay, la mayoría de los países continuó el proceso de liberalización del comercio, aunque en algunos países siguen aplicándose restricciones cuantitativas.

1.5.1 Reglamentaciones comerciales que influyen en las importaciones y en el acceso a los mercados

El Gobierno de Bolivia, en noviembre de 1995, suspendió el arancel del 10 por ciento sobre las importaciones de trigo, harina y maíz por seis meses, lo que determinó pérdidas de ingresos por valor de 4-7 millones de dólares EE.UU. La suspensión del arancel se aplicó para detener la presión al alza de los precios de los productos alimenticios fundamentales, debido en parte al incremento de los precios internacionales de los cereales, pero también a la sequía persistente.

En la China, el Gobierno aplicó en 1996 un cupo arancelario para las importaciones de cereales y aceites vegetales y eliminó medidas no arancelarias, tales como permisos de importación y cupos de determinados productos agrícolas, entre ellos cereales y aceites vegetales. También, en la Provincia de Taiwan, en 1996 se eliminaron controles cuantitativos sobre la harina de trigo para mantener suficientes suministros alimentarios y estabilizar los precios de los alimentos. La Provincia mantiene todavía un arancel del 30 por ciento sobre las importaciones de harina.

En Côte d'Ivoire, el 1° de enero de 1996 el Gobierno liberalizó los precios internos de la harina de trigo y eliminó la subvención vigente de 26 000 CFA (49 dólares EE.UU.) por tonelada para las importaciones de trigo. No obstante, los derechos de importación aplicados al trigo y la harina de trigo se duplicaron al 10 por ciento y el 30 por ciento respectivamente, éste último para proteger la industria harinera nacional. Además, se estableció una tasa de recopilación de datos del 2,5 por ciento para las importaciones de trigo y harina. En marzo de 1995, el Gobierno privatizó el monopolio estatal de importación de arroz y revisó los derechos de importación sobre el arroz. Las principales características de esta nueva política se exponen en el Recuadro 3.

En El Salvador, el Gobierno anunció en marzo de 1996 una reducción del 10 al 1 por ciento de los aranceles sobre la importación de maíz amarillo como medida temporal para contrarrestar la subida de los precios internacionales.

RECUADRO 3: Liberalización del sector cerealista en Côte d'Ivoire

Trigo y harina de trigo

El Gobierno de Côte d'Ivoire, en abril de 1995, inició la primera fase de su política de liberalización aboliendo la franquicia monopolística estatal para las importaciones de trigo y harina, importaciones que serían emprendidas luego por dos molinos locales. Para proteger a los consumidores de bruscas subidas de los precios de la harina, el Gobierno instituyó una subvención de 26 000 CFA (52 dólares EE.UU. por tonelada para la harina de producción local y redujo del 10 al 2,5 por ciento los derechos aplicados a las importaciones de trigo.

No obstante, el 1° de enero de 1996, se abolió la subvención para la harina. Además, se aplicaron nuevos aranceles y tasas fiscales a las importaciones, según se indica en el cuadro que figura a continuación. Todas las importaciones continuaron estando sujetas a una tasa estadística del 2,5 por ciento ad valorem, una tasa portuaria del 0,6 por ciento y un derecho del 0,75 por ciento sobre el valor FOB para la inspección previa al despacho de aduanas.

 

Nuevos derechos

Derechos anteriores

Derechos fiscales aduaneros

Tasas

Derechos aduaneros

Tasas fiscales

 

2,5%

0

Trigo

5%

5%

15%

5%

Harina

15%

15%



Arroz

El Gobierno, ea agosto de 1994 liberalizó las importaciones de arroz de calidad extra y arroz integral y, en marzo de 1995, disolvió la Caisse General de Perequation et Prix, el organismo paraestatal importador de arroz por cuenta del estado y autorizó las importaciones de arroz "corriente" al sector privado con arreglo a un contingente global. En 1995, el contingente de importación de arroz "corriente" se había establecido en 300 000 toneladas. En 1996, se redujo a 300 000 toneladas debido a la abundancia de existencias. No se han establecido contingentes para el arroz integral y el arroz de calidad extra.

En agosto de 1996, el Gobierno revisó el régimen de aranceles para el arroz (véase el cuadro a continuación). Los nuevos aranceles tienen por objeto proteger mejor la producción interna de arroz después de que se haya completado el plan de liberalización de las importaciones de arroz en enero de 1997, Además, se estableció un gravamen variable que había de administrar el Comité Nacional del Arroz para que sirviera de mecanismo adicional que se aplicara cuando los precios del mercado mundial lo justificaran.

 

Nuevos derechos

Derechos anteriores

Derechos aduaneros

Tasas fiscales

Derechos aduaneros

Tasas fiscales

%

%

%

%

Arroz con cáscara

5

5

5

5

Arroz integral

5

10

5

10

Arroz elaborado (>15% quebrado)

5

10

0

2

Arroz elaborado (<15% quebrado)

5

20

5

20

Se continuaron aplicando otros impuestos a las importaciones de arroz, incluido un impuesto de estadística del 2,6 por ciento y un impuesto de solidaridad comunitaria del 0,5 por ciento que se destinará para reembolsar a los miembros de la UEMOA (Unión Económica y Monetaria del Africa Occidental) para recuperar aranceles perdidos debido a reducciones arancelarias dentro de la UEMOA. El impuesto de solidariedad sustituye al impuesto de los pescadores de Côte d'Ivoire.

En Guatemala, en mayo de 1996 el Gobierno redujo los aranceles aplicados a la importación de harina de trigo, permitiendo al mismo tiempo a los molineros y panaderos aumentar en un 12 por ciento los precios de venta al por mayor tanto para la harina de trigo como el pan, para reflejar la subida de los precios de importación. El 22 de enero de 1997, se anunció un contingente arancelario para las importaciones de trigo y maíz. Los contingentes se establecieron en 341 054 toneladas para el trigo y 15 674 toneladas para la harina de trigo. Los aranceles dentro y fuera del contingente para el trigo se establecieron en 1,2 y 6 por ciento sobre el valor CIF respectivamente, mientras que para la harina de trigo se establecieron en 8,3 y 15 por ciento respectivamente. Para el maíz, el contingente arancelario para 1997 se estableció en 336 320 toneladas con un arancel dentro y fuera de contingente del 5 y 35 por ciento respectivamente.

El Gobierno de Honduras redujo en 1996 los aranceles de importación de todos los productos, incluidos los cereales, conforme a un mecanismo de banda de precios2. El precio mínimo para la aplicación efectiva de derechos sobre los cereales con arreglo al mecanismo se redujo del 15 al 5 por ciento, mientras que el nivel máximo para la aplicación efectiva de derechos se aumentó del 40 al 45 por ciento. El Gobierno aplicó asimismo un arancel de 14 por ciento sobre las importaciones de maíz amarillo procedentes de fuera de América Central con objeto de garantizar las ventas regionales de cereales.

2 En la publicación Examen de las Políticas Cerealeras 1993-94, páginas 29-35 figura una descripción detallada del mecanismo de bando de precios aplicado en América Latina.

En la India, el 29 de mayo de 1997 el Gobierno, temiendo una subida de precios en los mercados locales, anunció que permitiría la importación libre de variedades corrientes y bastas de arroz. Se importarán también variedades finas y superfinas, siempre que la proporción de arroz quebrado contenido en estas variedades no supere el 50 por ciento. Sin embargo, se continuará restringiendo la importación de arroz de primera calidad. Esta decisión tiene por objeto desalentar a los agricultores y comerciantes a mantener reservas con fines especulativos.

En Indonesia, como consecuencia de una producción de maíz superior a la prevista en 1997 y para apoyar sus bajos precios internos, en junio de ese año el Gobierno anunció planes para aplicar un derecho de importación para el maíz. Anteriormente, el maíz importado estaba sujeto solamente a una tasa gubernamental del 2,5 por ciento y a un 10 por ciento de IVA.

En 1996, México aumentó de 2,6 a 7,3 millones de toneladas el contingente arancelario para el maíz. Se redujeron también los aranceles aplicados a determinados cereales: así los aranceles sobre las importaciones de trigo de procedencias distintas a los países de los países de la NAFTA se redujeron del 67 al 10,5 por ciento, o sea, el mismo que para los países pertenecientes a la NAFTA, mientras que se eliminaron para la sémola de maíz de todas las procedencias. Además, en 1997 el Gobierno estableció un contingente de 34 729 toneladas exentas de derechos para las importaciones procedentes del Canadá y en 138915 toneladas para las procedentes de los Estados Unidos de América en el marco de la NAFTA, lo que representa un aumento de alrededor del 5 por ciento con respecto a 1996. Las importaciones que superaran este contingente estaban sujetas a un arancel del 107,92 por ciento.

Desde mayo de 1996, en virtud de la política de reformas de Marruecos se establecieron nuevos derechos sobre las importaciones inferiores, a los tipos máximos consolidados acordados con arreglo a los acuerdos de la Ronda Uruguay. Los distintos cereales estaban sujetos a diferentes derechos de importación aplicados a la parte del precio CIF equivalente al precio umbral, más un 15 por ciento adicional sobre dicha parte. Se aplica una tasa adicional del 15 por ciento a las importaciones para la parte del precio CIF superior al precio umbral para todos los productos importados en el país, más una tasa fija del 1 por ciento sobre dicha parte. Los actuales derechos y precios umbrales pueden ser modificados por el Gobierno siempre que se registren cambios considerables en los precios del mercado mundial, con objeto de permitir un cierto nivel de protección para los productores nacionales de cereales. Para el trigo blando y el trigo duro, el derecho establecido actualmente es del 35 y 59 por ciento respectivamente, con un precio umbral de 1 300 dirhams (150 dólares EE.UU.) por tonelada. En el Recuadro 4 se expone un ejemplo de cómo funcionaría el nuevo sistema de importación.

RECUADRO 4: Ejemplo del nuevo sistema arancelario para las importaciones de cereales de Marruecos

Aplicando el derecho del 35 por ciento sobre el trigo, la nueva política funciona como sigue:

Si el precio CIF Casablanca para el trigo fuera de 2 000 dirhams por tonelada métrica, es decir, 700 dirhams por encima del precio umbral de 1 300 dh/tonelada establecido por el Gobierno, los derechos aduaneros y la tasa de importación ascenderían al 50% (es decir, 35% + 15%) para la parte del precio CIF que corresponde al precio umbral. En consecuencia, las tasas y derechos en dirhams son:

0,50 × 1300 = 650 dirhams.

La parte del precio que sobrepasa el precio umbral, o sea, 700 dirhams (2 000-1 300), está sujeta a un derecho y una tasa de importación del 16% (derecho = 1% + 15% tasa de importación). En dirhams, equivale a 0,16 × 700 = 112,54 dirhams. En total, los derechos y tasas que se pagan por una tonelada métrica de trigo importado a 2000 dh/tonelada es 650 + 12,54 = 762,54 dh/tonelada (86,97 SEE.UU./tonelada). Por consiguiente, con las tasas y los derechos, el valor interno de la tonelada métrica de trigo importado al precio CIF de 2 000 dh/tonelada sería de 2 762,54 dirhams (315,68 dólares EE.UU.).

En Filipinas, tras la mediocre cosecha de maíz recogida en 1995, el Gobierno amplió el contingente de importación de maíz en otras 100 000 toneladas, y posteriormente en 50 000 toneladas más. Además, en abril de 1996, el Gobierno completó la aplicación de aranceles para sus importaciones de alimentos, sustituyendo los controles de volumen con aranceles. El arancel para el trigo se estableció inicialmente en 50 por ciento, pero debido a la presión ejercida por los molineros nacionales, se revisó el arancel para el trigo destinado para el consumo humano reduciéndolo al 10 por ciento hasta el año 2000. Por lo que respecta al trigo destinado para pienso, el arancel se mantuvo en el 50 por ciento, debiendo reducirse al 40 por ciento y al 35 por ciento para el año 2000.

El Gobierno de la República de Corea, en mayo de 1996, aumentó el contingente de importación de maíz de 6,1 millones de toneladas a 10,5 millones de toneladas estableciendo un tipo arancelario del 2,7 por ciento para las importaciones que no superaran el contingente respecto del maíz para piensos y el 3 por ciento para el maíz destinado a usos industriales, conforme al Acuerdo de la Ronda Uruguay. Posteriormente, a petición de la industria molinera, el tipo de arancel para el maíz destinado para piensos se redujo al cero por ciento para el primer semestre de 1997 y el 1 por ciento para el maíz destinado a otros usos hasta el final de 1997. Al mismo tiempo, el Gobierno aplazó todo aumento de precio al que los importadores podían vender el maíz, tras haber permitido a comienzos de 1996 un aumento del 9 por ciento del precio nacional.

En Tailandia, el Gobierno concedió una desgravación de 12 dólares EE.UU. por tonelada de los impuestos de importación de trigo para las exportaciones de productos secundarios del trigo, con efectividad a partir de septiembre de 1995 y hasta febrero de 1996. También los fabricantes de piensos habían solicitado mayor acceso a las importaciones de maíz tras la reducción de la producción interna y pasar el país de la condición de gran exportador a la de importador neto de maíz. El Gobierno respondió en 1995 estableciendo un contingente de 400 000 toneladas de importaciones de maíz. En enero de 1996, cuando las existencias de maíz resultaron escasas y su precio aumentó bruscamente, el Gobierno aumentó el contingente de importación a 550 000 toneladas, lo que equivale a casi 10 veces su contingente arancelario de 52 096 toneladas para 1995 en el marco de la Ronda Uruguay. En ambos años, las importaciones tuvieron que completarse al comienzo del año para reducir al mínimo los posibles efectos perjudiciales en los precios al productor internos.

El 1° de enero de 1997, el Gobierno liberalizó ulteriormente las importaciones de maíz eliminando el contingente de importación y reduciendo a cero los derechos de importación. No obstante, siguieron restringiéndose las importaciones de maíz entre el 20 de febrero y el 30 de junio de 1997. El derecho cero se aplicó solamente en la medida en que los precios al por mayor de Bangkok para el maíz se mantenían por encima del nivel especificado del 4,5 Baht por kilogramo (unos 180 dólares EE.UU. por tonelada). Si los precios al por mayor de Bangkok disminuían por debajo de ese umbral, el Gobierno aumentaría los aranceles conforme a sus compromisos en el marco de los acuerdos de la Ronda Uruguay. Además, si los precios al por mayor disminuían por debajo de 3,80 Baht por kilogramo (152 dólares EE.UU. por tonelada), el Gobierno intervendría para estabilizar los precios del maíz por conducto del Comité de Políticas y Medidas para Ayudar a los Agricultores.

En Turquía, a partir de septiembre de 1996, el arancel para las importaciones de trigo y maíz no destinado a semilla se aumentó del 3 al 15 por ciento para limitar las importaciones tras la abundante cosecha obtenida. No obstante, no se preveía que el volumen de las importaciones afectara en medida considerable, ya que las importaciones de trigo consistían principalmente de trigo duro utilizado para fabricación de pasta, que no se fabrica en el país.

En 1996, el Gobierno de Zimbabwe anunció nuevos aranceles a la importación en un esfuerzo por racionalizar la estructura arancelaria antes de eliminar el sistema vigente hasta entonces. Por lo que respecta al trigo duro, el arancel se redujo del 30 al 5 por ciento, y para el sorgo, el arroz, el mijo y la avena del 30 al 15 por ciento. También se redujo el arancel para el alforfón del 55 al 15 por ciento, mientras que se mantuvo invariado al 30 por ciento el arancel para el maíz.

El 6 de febrero de 1997, el Gobierno del Canadá volvió a imponer un derecho de 0,21 centavos de dólar EE.UU. por kilogramo para las importaciones de pasta de Italia, juntamente con una medida antidumping. En un estudio realizado anteriormente, que determinó la eliminación temporal del derecho, se consideró que se habían subestimado los efectos de estas importaciones en el mercado interno. Canadá firmó también dos acuerdos comerciales bilaterales con Chile e Israel que entraron en vigor en 1997. En el Recuadro 5 se presentan las disposiciones de estos acuerdos relativos a los cereales.

RECUADRO 5: Acuerdos comerciales bilaterales del Canadá

Acuerdo de Libre Comercio Canadá-Chile

El Acuerdo de Libre Comercio Canadá-Chile (ALCCCH), que entró en vigor el 5 de julio de 1997, prevé el acceso inmediato con exención de derechos a Chile para determinados importantes productos agroalimentarios del Canadá. Mejora el acceso al mercado de la mayoría de los productos agroalimentarios que, con las principales excepciones de trigo para molienda, y carne bovina, estarán exentos de derechos o bien inmediatamente, o bien en el plazo de 5-10 anos. Todas las exportaciones canadienses están sujetas actualmente a derechos de importación del 11 por ciento o más en Chile. En 1996, el comercio agroalimentario total entre Chile y Canadá era de 280 millones de dólares EE.UU. Chile exportó 194 millones de dólares EE.UU. de productos agroalimentarios al Canadá, mientras que las exportaciones del Canadá a Chile fueron de 87 millones de dólares EE.UU. Las principales exportaciones agrícolas del Canadá a Chile en 1996 fueron trigo para moler y trigo duro (70 millones de dólares EE.UU.) y lentejas, guisantes secos y otras legumbres (7,2 millones de dólares EE.UU.), mientras que las principales exportaciones de Chile al Canadá fueron frute y productos derivados de la fruta (146 millones de dólares EE.UU.) y vino (39 millones de dólares EE.UU.). En virtud de este acuerdo. Chile se beneficiaría de un mejor acceso a los mercados del Canadá, con la eliminación gradual de derechos en el plazo de seis años para los productos hortícolas, disposición análoga a la concedida a México en el ámbito de la NAFTA.

En virtud del antedicho acuerdo, Canadá logró obtener acceso estacional exento de derechos para el trigo duro y una garantía de que cualquier mejora de acceso al mercado que se concediera respecto del trigo para molienda a los principales competidores del Canadá se otorgaría también al Canadá. El trigo doro será objeto de tratamiento de exención de derechos tras la aplicación del acuerdo entre el 15 de abril y el 15 de noviembre, con una eliminación gradual en el plazo de cinco anos de los aranceles aplicados durante el resto del ano. El período de exención de derechos corresponde al periodo de envíos del Canadá de trigo duro al Chile, que representa un tratamiento efectivo de exención de derechos. Canadá ha sido el único abastecedor de trigo duro de Chile en los últimos cinco años. La cebada y los productos derivados de la cebada recibirán tratamientos de exención de derechos inmediatamente, mientras que seguirán aplicando gradualmente aranceles más bajos sobre el maíz a los largo de 10 anos.

Acuerde de Libre Comercio Canadá-Israel

El Acuerdo de Libre Comercio Canadá-Israel entré en vigor el 1° de enero de 1997, mejorando el acceso a los mercados de productos agroalimentarios de interés para la exportación tanto para el Canadá como para Israel, y eliminando aranceles prácticamente sobre todos los productos industriales. Se espera que se restablezca la situación competitiva del Canadá en el mercado israelí donde tos Estados Unidos de América y la Unión Europea habían obtenido acceso preferencial mediante acuerdos de negociación bilaterales. El antedicho acuerdo abarca alrededor del 80 por ciento del comercio de productos agroalimentarios en ambos sentidos, que en 1995 ascendió a 17,1 millones de dólares EE.UU. Las principales exportaciones agrícolas del Canadá a Israel han sido las lentejas y otras legumbres (2,3 millones de dólares EE.UU.), mientras que las principales exportaciones de Israel al Canadá fueron hortalizas y frutas (6,9 millones de dólares EE.UU:), para las cuales Canadá había concedido acceso con exención de derechos.

Para el Canadá los mayores beneficios a corto plazo serán el haber obtenido mayores oportunidades de venta para el trigo, las legumbres, los cereales secundarios y el aceite de nabina. La demanda de Israel de cereales importados ha aumentado constantemente a lo largo del último decenio. En el pasado los Estados Unidos de América han sido los principales abastecedores. Israel establecerá contingentes arancelarios anuales con excención de derechos para el Canadá de 150 000 toneladas de trigo y 200 000 toneladas de cereales secundarios (centeno, cebada, avena y maíz), que representan cantidades superiores a los volúmenes establecidos por el Canadá anteriormente para las exportaciones que han estado sujetas a requisitos de compra internos en Israel. Las exportaciones de harina de trigo y cebada del Canadá se beneficiarán también, de los contingentes arancelarios con la exención de derechos de 10 000 toneladas para la harina de trigo y 9 000 toneladas para la cebada.

El 13 de octubre de 1995, la Comunidad Europea redujo de 73,5 ECU (75 dólares EE.UU.) a 63,93 ECU (65 dólares EE.UU.) por tonelada el derecho de importación sobre el maíz de origen distante. Además, a finales de diciembre del mismo año, la Comisión aprobó varias medidas para compensar a los socios comerciales por los cambios en sus condiciones de acceso a la Comunidad tras su ampliación de 12 a 15 miembros. Uno de los cambios principales incluidos en el paquete fue favorable al Canadá, por lo que el derecho sobre las importaciones de trigo de elevada calidad se redujo en un 50 por ciento durante la campaña comercial 1995-96, incluyendo un contingente de importaciones exento de derechos de 50 000 toneladas de trigo duro y 10 000 toneladas de avena elaborada. Para Australia y otros abastecedores, se estableció un contingente de importación de 21 000 toneladas de avena con un derecho de 89 ECU por tonelada. También como consecuencia de la entrada de Austria, Finlandia y Suecia en la Comunidad Europea en 1996, se aplicaron nuevos contingentes de importación a partir del 1° de enero de 1996 (véase Cuadro 2). Estos contingentes se aplican a todas las procedencias, aunque por requisitos específicos de calidad se limitaría el acceso a algunos países.

Cuadro 2: Contingentes de importación revisados y reducción de aranceles de la CE tras la ampliación de la Comunidad a 15 países


Contingente (toneladas)

Reducción de aranceles a partir de 1995

Arroz elaborado o semielaborado

63000

Arancel cero

Arroz sin cascara

20000

Reducido en 88 ECU por tonelada

Trigo duro

50000

Arancel cero

Avena elaborada

10000

Arancel cero

Avena

21000

Reducido a 89 ECU por tonelada

En Hungría, en 1995 se liberalizaron parcialmente todas las importaciones de cereales; no obstante, el sistema de licencias se mantuvo vigente para las exportaciones de trigo y harina de trigo, productos que experimentaron incrementos de precio internos que se debieron principalmente a las abundantes exportaciones de trigo y a los aumentos de los precios en el mercado mundial durante la última parte de 1995.

En 1995, el Gobierno de Noruega abolió el monopolio de estado para la comercialización de los cereales de producción nacional, vigente desde 1928. El monopolio fue sustituido por un régimen de importación que permite la importación de cereales y productos secundarios elaborados para piensos en Noruega, sujeta únicamente a aranceles. Al mismo tiempo, se eliminaron completamente las subvenciones a las exportaciones.

En Polonia, el Gobierno firmó en 1995 un decreto por el que se establecían contingentes de importación de 400 000 toneladas de cebada, 500 000 toneladas de trigo y 600 000 toneladas de maíz exentos de derechos. Estas importaciones con exención de derechos tenían por objeto contribuir a estabilizar el mercado cerealero polaco e impedir la subida de precios como consecuencia de la escasez de suministros como resultado de una sequía, que redujo considerablemente la cosecha de cereales en 1994. En respuesta a una nueva cosecha reducida en 1996, el Gobierno anunció en junio la prórroga de las importaciones con exención de derechos para el trigo, centeno, avena, cebada y maíz corrientes hasta el final de 1996. Esta política se continuó hasta enero de 1997 en que se eliminó la disposición de exención de derechos para el trigo duro y el maíz y se aplicó un impuesto del 20 por ciento. El Gobierno anunció también, a finales de 1996, sus tipos arancelarios aplicables en 1997 a los productos agrícolas importados, incluida una serie de contingentes arancelarios y acuerdos comerciales con la CE, la AELI, y el ACELC y Lituania. El derecho medio aplicado para todos los productos agrícolas para 1997 se estableció en el 14,1 por ciento, o sea, con una reducción del 1,7 por ciento con respecto a 1996.

En Eslovaquia, el Gobierno el 1° de enero de 1997 redujo a cero sus aranceles a las importaciones para potenciar al máximo las importaciones de cereales y proporcionar alivio al mercado interno. Anteriormente, en julio de 1996, el arancel se redujo inicialmente del 10 al 7,5 por ciento. El Gobierno ha venido variando, pues, los derechos de importación en función de sus objetivos de estabilización del mercado interno.

En la República de Sudáfrica, el Gobierno el 1° de marzo de 1976 sustituyó con la aplicación de aranceles sus controles cuantitativos de las importaciones de trigo y productos derivados del trigo. Con arreglo a la nueva estructura arancelaria se aplica un derecho específico a las importaciones de trigo, que se ha establecido en cero desde que se introdujo el sistema arancelario. Se aplica también un derecho del 50 por ciento ad valorem a las importaciones de harina y sémola de trigo además del derecho específico. Los derechos consolidados en el marco de los acuerdos de la Ronda Uruguay son del 72 y el 99 por ciento para el trigo y la harina y sémola de trigo respectivamente.

En 1995, Suiza convirtió su régimen de importación de cereales a una total arancelización. Al mismo tiempo, los aranceles a la importación se redujeron en un 15 por ciento para los cereales de consumo humano y en un 36 por ciento para los cereales forrajeros y los piensos.

En 1996, los Estados Unidos de América introdujo derechos adicionales para los productos a base de pasta procedentes de varios países en el marco de una aplicación de derechos compensatorios. El reglamento impone derechos compensatorios que varían del 2,8 al 46,6 por ciento para algunos productos procedentes de Italia y del 56,87 al 63,2 por ciento para otros procedentes de Turquía.

1.5.2 Medidas de comercio que afectan a las exportaciones

En la India, el Gobierno estableció un techo de 150 000 toneladas para las exportaciones de productos derivados del trigo (en su mayor parte harina de trigo) de octubre de 1996 a marzo de 1997. Anteriormente, se habían abierto las exportaciones de harina de trigo en virtud de una licencia general sin limitaciones de volumen. Después que las licencias de exportación de trigo vigentes durante la campaña de 1995/96 caducaron el 30 de septiembre de 1996, el Gobierno anunció que no emitiría nuevas licencias por encima del millón de toneladas que había establecido al comienzo del año fiscal 1996/97.

En México, la brusca subida de los precios de los mercados mundiales coincidió con una segunda sequía consecutiva en 1995, que revigorizó la subida de los precios internos, en particular del maíz. En respuesta, el Gobierno introdujo un derecho del 200 por ciento sobre las exportaciones de harina de maíz para impedir la venta no autorizada de harina de maíz subvencionada a los países vecinos.

En Bulgaria, el Gobierno en julio de 1995 eliminó una prohibición de exportaciones de trigo que duraba ya dos años, sustituyéndola con un impuesto a la exportación de 35 dólares EE.UU. (10 dólares EE.UU. para la harina de trigo), tras haber recogido una cosecha relativamente buena. En agosto de 1995, el impuesto a las exportaciones se aumentó a 55 dólares EE.UU. por tonelada con objeto de elevar los precios al productor internos, que variaban entonces entre 63 y 78 dólares EE.UU. por tonelada. A pesar de estos aumentos de impuestos, las exportaciones de trigo superaron las anteriores expectativas, por lo que en octubre de 1995 volvieron a suspenderse los envíos. La prohibición establecida para las exportaciones de maíz, que había de caducar también al final de octubre de 1995, se prorrogó hasta ello de julio de 1997.

En la Comunidad Europea, la subida de los precios internacionales de los cereales muy por encima de los precios internos dio lugar a la introducción de impuestos a la exportación en la temporada 1995/96. Los impuestos, que oscilaban en torno a los 14 ECU (17 dólares EE.UU.) por tonelada, se aplicaron al trigo duro, trigo blando, a la cebada y productos como la harina y la sémola. Tras una brusca reducción de los precios internacionales de los cereales en 1996/97 y la convergencia de los precios mundiales con los precios internos de la CE, las subvenciones a la exportación se sustituyeron gradualmente con restituciones a la exportación como se había hecho anteriormente a las convergencias de precios de 1995/96.

En Hungría, las políticas de exportación de trigo y maíz cambiaron drásticamente durante la campaña 1995/96 debido principalmente a las novedades registradas en el mercado interno. Los precios internos del trigo casi se duplicaron durante 1995/96 y la subida de los precios del pan condujeron a la utilización de las reservas de harina. La subida de los precios de la carne así como el aumento de la población de aves de corral y de cerdos contribuyeron también a impulsar la demanda interna de maíz, el cereal principal para piensos. En consecuencia, para noviembre de 1995, se limitaron las exportaciones de maíz al decidir el Gobierno cancelar la emisión de cualquier otra licencia de exportación debido a la difícil situación de los suministros internos.

En Kirguistán, el Gobierno introdujo un derecho temporal del 30 por ciento sobre las exportaciones de cereales para consumo humano para tres meses a partir de agosto de 1996, con objeto de reducir las exportaciones y reponer las reservas de cereales.

El 12 de mayo de 1997, el Gobierno de Rumania liberalizó sus exportaciones de cereales y redujo las subvenciones al sector agrícola. Se desreglamentaron las exportaciones de harina de trigo, de maíz y cebada. Anteriormente, los comerciantes tenían que solicitar licencias de exportación para poder exportar estos productos que, hasta poco antes, estaban subvencionados por el Estado. La decisión sobre las exportaciones de trigo elaborado se aplazaron hasta agosto de 1997, decisión que había de revisarse en función de la magnitud de la cosecha de trigo.

1.6 Otras iniciativas en materia de políticas agrícolas

En 1996, el Banco Agrícola de China aumentó sus préstamos para proyectos agrícolas en alrededor del 14 por ciento con respecto a la cuantía del año anterior, alcanzando los 45 000 millones de Yuan (5 400 millones de dólares EE.UU.). Los préstamos se destinaban principalmente a la agricultura de gran escala y a compañías productoras de fertilizantes, plaguicidas y láminas de plástico para fines agrícolas. Además, el Banco de Desarrollo Agrícola que anteriormente formaba parte del Banco Agrícola, duplicó sus préstamos al sector agrícola, de 8 200 millones de Yuan (988 millones de dólares EE.UU.) en 1995 a 16 400 millones de Yuan (1 980 millones de dólares EE.UU.) en 1996. El Gobierno central, junto con las autoridades y productores provinciales, estableció también un "Fondo de proyectos de autosuficiencia en cereales" con una inversión inicial de 2 000 millones de Yuan (241 millones de dólares EE.UU.) para incrementar la producción de cereales en unos 10 000 millones de toneladas para el año 2000. El proyecto proporciona principalmente incentivos para los agricultores productores de cereales en las provincias costeras, con la finalidad de limitar la desviación de destinación de las tierras de cultivo a la industria manufacturera y de construcción.

En 1995, el Gobierno de Cuba eliminó las subvenciones a las explotaciones agrícolas estatales en pérdida, salvo algunas excepciones. Con arreglo al nuevo sistema, algunas explotaciones agrícolas estatales se han convertido en cooperativas autónomas permitiendo a los agricultores establecer sus propios precios para los excedentes que habían de venderse en los mercados agrícolas gubernamentales que se establecieron en 1994. Como consecuencia de este cambio de política, las pérdidas del Gobierno se redujeron en alrededor de 600 millones de pesos (600 millones de dólares EE.UU.), disminuyendo a 400 millones de pesos (400 millones de dólares EE.UU.) en 1995.

En un intento de reducir las importaciones, el Gobierno de Egipto está experimentando con harina compuesta para el pan baladi sobre la base de un 80 por ciento de harina de trigo y un 20 por ciento de harina de maíz obtenido de maíz blanco producido en el país. Los resultados del experimento no han sido muy prometedores, en particular por lo que respecta a la calidad del pan (duración de la conservación, sabor y textura). El Ministerio de Abastecimiento y Comercio introdujo también recientemente un nuevo tipo de pan baladi mejorado fabricado con un 82 por ciento de harina de trigo obtenida de grano producido en el país.

El 15 de noviembre de 1995, la Junta Australiana del Trigo entró a formar parte de la industria harinera egipcia en calidad de inversora, con una participación del 30 por ciento en una empresa harinera de 30 millones de dólares EE.UU. La Compañía harinera Five Stars firmó también un contrato de suministro a largo plazo con la Junta Australiana del Trigo para envíos de harina y el establecimiento de instalaciones de almacenamiento para 75 000 toneladas de trigo. La Junta Australiana de la Cebada participa también con un 5 por ciento, mientras que inversores privados de Egipto, Arabia Saudita y Omán participan con el restante 65 por ciento.

En mayo de 1996, el Gobierno de Honduras aprobó un decreto por el que se establecía un Fondo Nacional de Garantía de Crédito Complementario, por valor de 500 millones de Lempiras (42 millones de dólares EE.UU.). Este Fondo se ha de utilizar para garantizar la financiación de actividades de producción y comercialización agrícola, proporcionando los bancos comerciales un máximo del 50 por ciento del crédito para financiar actividades de producción y un máximo del 20 por ciento para actividades de comercialización. Hasta el 70 por ciento de las garantías se utilizan para cereales básicos y el restante 30 por ciento para otros cultivos. El decreto limita los precios al por menor de fertilizantes y otros insumos agrícolas para tener en cuenta el precio del mercado internacional más el costo de manipulación y el transporte interno.

El deterioro de la situación alimentaria en Iraq dio lugar a que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptara en 1995 la Resolución 986, relativa a la transacción "petróleo por alimentos", que permite al Iraq exportar cantidades limitadas de petróleo para financiar las importaciones de alimentos y otras necesidades humanitarias fundamentales. En virtud de este acuerdo, en el primer semestre a partir del 10 de diciembre de 1996, se permitió al Gobierno vender petróleo por valor de hasta 2 000 millones de dólares, pudiendo utilizar 805 millones de dólares EE.UU. de esa cantidad para importaciones de alimentos y 44 millones de dólares EE.UU. para insumos agrícolas de necesidad urgente. El Consejo de Seguridad aprobó el 8 de junio de 1997 una prórroga de otros seis meses para cubrir el período hasta el 8 de diciembre de 1997.

En Arabia Saudita, el Banco Agrícola Saudita destinó en 1996, 26 millones de Riyals (7 200 millones de dólares EE.UU.) para préstamos a los agricultores en 1996, con objeto de prestar asistencia al sector agrícola. Además, el Gobierno proporcionó fondos adicionales para emprender 39 proyectos de cultivos y ganadería por valor de 87 000 millones de Riyals (23 000 millones de dólares EE.UU.) en diferentes partes del Reino.

El Gobierno de Zambia delineó a comienzos de 1997 sus nuevas disposiciones de comercialización del maíz y los insumos agrícolas. Entre los principales aspectos de esta nueva política cabe destacar la eliminación de los precios de apoyo al productor, las facilidades de crédito y las restricciones de importación/exportación. En el Recuadro 6 se presenta un resumen de estos cambios.

En 1996, el Gobierno de Armenia garantizó un préstamo de 15 millones de dólares EE.UU. del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo para mejorar la infraestructura de su mercado agrícola. El préstamo se utilizará en 1999 para construir un mercado de venta al por mayor de 7,5 hectáreas, destinándose unos 3,5 millones de dólares para que los agricultores privados puedan comprar equipo. El préstamo se reembolsará en 12 años a un interés del 6,5 por ciento, tras un período de gracia de tres años.

El Gobierno de Belarús anunció a principios de 1997 un crédito especial de 500 millones de rublos (147 000 dólares EE.UU.) para agricultores, destinado a cubrir las compras de combustible a raíz de una grave escasez de este insumo. Asimismo, el Gobierno asignó otros 3,3 billones de rublos (9,7 millones de dólares EE.UU.) para comprar la mitad de la cosecha de cereales del país de 1997.

En 1996, el Gobierno de la República Checa aprobó dos programas que tenían por objeto fomentar las exportaciones agrícolas y reactivar las explotaciones familiares. El Gobierno planeó destinar 500 millones de coronas (18,3 millones de dólares EE.UU.) en 1997 para subvencionar los tipos de interés de los préstamos relacionados con la exportación para que el país pudiera reducir el saldo negativo de su balanza comercial agrícola. El programa para las explotaciones familiares tratará de ayudar a los agricultores anteriormente expulsados de sus fincas concediéndoles una subvención del 5 por ciento sobre los tipos de interés. Además, el Fondo Fiduciario de Tierras de la República Checa decidió en 1996 aplazar el pago de los préstamos reembolsables a plazos, que se habían concedido para la compra de las tierras privatizadas, hasta finales de 1997 con objeto de ayudar a los agricultores a hacer frente a los efectos de las condiciones meteorológicas adversas en 1996. Las autoridades competentes aprobaron también un aplazamiento de un año para el reembolso de los préstamos concedidos a los nuevos agricultores con el fin de que pudieran iniciar las operaciones agrícolas, al tiempo que los arrendamientos pagados por todos los agricultores en el segundo semestre de 1996 y el primero de 1997 se redujeron en un 10 por ciento. Estas medidas constaron al Fondo Fiduciario unos 195 millones de coronas (7,1 millones de dólares) en 1996 y 45 millones de coronas (1,6 millones de dólares) en 1997.

RECUADRO 6: Medidas para la comercialización de maíz e insumos agrícolas en Zambia para 1997/98

Eliminación de las ayudas a la producción y los insumos

Durante la campaña de 1997/98 no se garantizarán a los productores o las fábricas los precios del maíz. Como en las campañas anteriores, las condiciones de oferta y demanda del mercado determinarán los precios regionales y estacionales para el maíz, o para cualquier otro cultivo. El Gobierno no participará ya en el suministro directo de fertilizantes ni el establecimiento de sus precios. Los agricultores deberán cubrir directamente sus necesidades de semillas o fertilizantes, en efectivo o mediante trueque, ya sea individual o colectivamente. El Gobierno no seguirá suministrando fertilizantes a crédito en el marco del programa de gestión del crédito agrícola o de cualquier otro programa o servicio de crédito. Se alienta en particular a los importadores/comerciantes privados de fertilizantes y semillas a que intensifiquen sus actividades de distribución y ventas en las zonas rurales al inicio del período precedente a la campaña de plantación de las cosechas de 1997/98 y en el curso del mismo.

Crédito y otros incentivos financieros

Al igual que en 1996/97, el Gobierno no facilitará durante esta campaña créditos o fondos para la comercialización. Se alienta a los sectores comerciales y financieros a que tomen sus propias disposiciones en materia de financiación y crédito sin apoyo del Gobierno. Este se empeña en recuperar los pagos efectuados a los agricultores durante las campañas anteriores en concepto de préstamos para fertilizantes de conformidad con el programa de gestión del crédito agrícola, así como los prestamos realizados a los comerciantes por conducto de los bancos comerciales participantes, con cargo al Fondo Rotatorio de Crédito a la Comercialización, en el curso de 1994/95 y 1995/96.

Supresión de las restricciones a la importación/exportación

En 1997/98 no habrá restricciones al comercio de importación/exportación de maíz, productos del maíz e insumos agrícolas. Se pedirá a todos los posibles importadores/exportadores que se inscriban en el registro del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca y sigan todos los trámites administrativos y de documentación, El registro se efectúa únicamente con fines de información estadística.

Comercialización y almacenamiento

Como en las campañas anteriores, el Gobierno no designará agentes para la campaña de 1997/98. Cualquiera podrá participar por su propia cuenta en la compra y venta de maíz e insumos agrícolas. Tanto grupos/asociaciones de agricultores como comerciantes podrán comprar o vender productos a través de la Bolsa de Productos Agrícolas de Lusaka. Al igual que en las campañas anteriores, se arrendarán a comerciantes, elaboradores y otras personas instalaciones de almacenamiento de propiedad del Organismo de Reserva Alimentaria a precios competitivos. Los comerciantes o empresas interesados podrán solicitar el uso de estas instalaciones; los procedimientos de licitación se anuncian constantemente en la prensa. El Organismo de Reserva Alimentaria sigue funcionando y administrando las Reservas Nacionales de Seguridad Alimentaria en nombre del Gobierno. Este organismo continuará comprando, almacenando y vendiendo existencias de reserva mediante licitaciones públicas, como hizo en 1996/97. De este modo, cualquier parte interesada podrá comprar o vender al organismo en las condiciones vigentes en el mercado.

En 1996, el Gobierno de Kazajstán asignó los primeros 25 millones de dólares EE.UU. de un préstamo de 100 millones recibido del Banco Asiático de Desarrollo para mejorar la investigación en la elaboración de alimentos y la protección de cultivos. El Banco Mundial adelantó también a Kazajstán 140 millones de dólares EE.UU. para la instalación de sistemas de riego y otros 40 millones de dólares para la realización de un catastro, mientras que los Estados Unidos proporcionaron crédito por un valor de hasta 114 millones de dólares EE.UU. para la compra de equipo de recolección.

En Polonia, el Gobierno reservó en 1995 treinta y cinco millones de zloty (11,2 millones de dólares EE.UU.) en créditos subvencionados para agricultores que desearan aumentar el tamaño de sus fincas. El tipo de interés se fijó en un 7,75 por ciento para un período de hasta 15 años. En enero de 1996, el Gobierno modificó su programa de préstamos preferenciales a los productores agrícolas concediendo tipos bajos de interés a los productores que compraran material de siembra y mejoramiento, fertilizantes minerales y otros insumos. Al mismo tiempo, el tipo de interés aplicado por los bancos a los préstamos concedidos con fines agrícolas se ha reducido del 10 al 9,2 por ciento al año, frente a un tipo comercial del 27,6 por ciento. El 30 de abril de 1996 se introdujeron nuevas modificaciones en este programa para facilitar más préstamos a un tipo de interés más bajo del 8,8 por ciento.

Asimismo, el Gobierno de Rumania proporcionó a productores e industrias elaboradoras de cereales, tanto del sector público como del privado, préstamos por un total de 1,5 billones de lei (217 millones de dólares EE.UU.) a tipos de interés favorables. El tipo de interés anual del 50 por ciento se redujo al 20 por ciento. Para tener derecho a estos préstamos, los agricultores privados habían de firmar un contrato de venta de parte de su producción al organismo oficial de compra de cereales, ROMCEREAL. En febrero de 1997, el Gobierno reasignó 0,6 billones de lei (87 millones de dólares EE.UU.) del préstamo anterior, como respuesta a la preocupación por el hecho de que el dinero destinado al sector agrícola fuera absorbido por las empresas estatales sin llegar a las explotaciones agrícolas privadas. Los fondos reasignados están vinculados a un préstamo del Banco Mundial de 510 millones EE.UU., la mitad del cual se utilizará para financiar proyectos agrícolas del sector privado y la otra mitad para cubrir los intereses de préstamos de bancos comerciales a agricultores privados.

El Gobierno de la Federación de Rusia aprobó en junio de 1996 una resolución sobre medidas para estabilizar la situación económica y fomentar reformas en el sector agroindustrial. En virtud de esta resolución se prestará asistencia para el pago de todas las deudas de los productores agrícolas relacionadas con créditos para productos básicos recibidos desde 1995. La obligación de los agricultores de reembolsar un total de 5,1 billones de rublos (1 000 millones de dólares EE.UU.) se aplazará hasta 1998. Asimismo, se eximió a los productores agrícolas del pago de intereses compuestos derivado del incumplimiento de sus obligaciones anteriores hacia la entidad central encargada de los préstamos. El Gobierno ha previsto también renovar los préstamos a la agricultura, pidiendo a algunos de sus organismos de crédito que establezcan un fondo especial para ofrecer créditos centralizados a los productores agrícolas en 1997.

En octubre de 1996 el Gobierno de Ucrania recibió del Banco Mundial la aprobación de un préstamo por un total de 300 millones de dólares EE.UU. para el fomento del sector agrícola. Los fondos tienen por objeto apoyar las iniciativas destinadas a impulsar la privatización y promover un sistema de producción y elaboración de alimentos basado en el mercado. El préstamo tendrá un tipo de interés variable y una duración de 17 años, incluido un período de gracia de cinco años.


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