Página precedente Indice Página siguiente


Productos forestales - pasta y papel


Perspectivas generales
Pasta de madera
Papel y cartón
Conclusiones

Las cifras de la producción mundial total de pasta, papel y cartón, y cartón de fibra para 1957 indican que se ha producido un brusco descenso en el desarrollo general observado en estas industrias después de la guerra. El aumento de la actividad industrial general en este campo fué solamente 1,6 por ciento superior al del año anterior, mientras que en 1956 este porcentaje fué de 5,1 y en el período comprendido entre 1947 y 1955 de 7,2 por ciento por término medio.

La producción total de papel y cartón en 1957 se estima en 61,1 millones de toneladas métricas, en tanto que el año anterior fué de 59,8 millones, lo que representa un incremento de 2,2 por ciento. La producción de pasta de madera aumentó solamente 0,8 por ciento, pasando de 49,7 millones de toneladas en 1956 a 50,1 millones en 1957, mientras que la producción de cartón de fibra permaneció inalterada en 3,4 millones.

CUADRO 1. - PRODUCCIÓN MUNDIAL DE PASTA Y PAPEL EN 1947-1957

Concepto

Millones de toneladas métricas

Anual incremento

1947

1955

1956

1957

1947 - 55

1955 - 56

1956 - 57

Pasta de madera

25,69

46,56

49,68

50,14

7,7

6,7

0,9

Otras pastas: de fibra

1,61

2,32

2,28

2,40

4,7

-

4,4

Papel y cartón

33,79

57,55

59,75

61,13

6,9

4,0

2,3

Cartón de fibra

1,54

3,16

3,38

3,42

9,4

7,3

1,2

TOTAL

62,63

109,59

115,09

117,09

7,2

5,1

1,6

El examen de estas cifras suscita la siguiente pregunta: ¿Este descenso en la tendencia ascensionista es temporal solamente o significa una nivelación en las tendencias del consumo al final de un período transitorio de ajustes postbélicos? En los párrafos que siguen se examinan las tendencias del consumo en el período de postguerra a la vista de previsiones anteriores.

En el período 1947-56, la producción mundial de pasta de madera casi se duplicó, pasando de un total de 25,7 millones de toneladas en 1946 a 49,7 millones en 1955. En la misma década, la producción de papel y cartón aumentó desde 33,8 a 59,8 millones de toneladas y la de cartón de fibra desde 1,5 a 3,4 millones. Este incremento espectacular hay que atribuirlo, sin embargo, en cierta medida, a la recuperación postbélica. Confirma esto el hecho de que la producción de antes de la guerra (1937) fué casi igual a la de 1947, si se exceptúa el cartón de fibra, pues la de pasta de madera fué de 24,2, la de papel y cartón de 29,9 y la de cartón de fibra de 0,25 millones de toneladas.

En la Conferencia Preparatoria sobre los Problemas Mundiales de la Pasta para Papel, convocada por la FAO en Montreal en 1949, se analizaron las necesidades futuras del mundo en lo referente a productos de pasta: papel para periódicos, otros papeles para imprenta y para escribir, papel de envolver, materiales de envase y fibras textiles. Las previsiones hechas por la Conferencia para el año 1955 indicaron un aumento en las necesidades generales del 37 por ciento con relación a 1948, pero se subrayó que esta cifra debe aceptarse con grandes reservas. En realidad, se dudó que se alcanzasen las cifras pronosticadas, pues su cálculo se basaba en condiciones normales.

Sin embargo, la verdad fué que el incremento en la actividad económica con relación a este período originó una demanda de productos de pasta muy superior a la prevista y el aumento anual en el período 1948-55 fué de más de 7 por ciento, cuando lo estimado en la Conferencia era del 4 por ciento.

Los incrementos anuales en la demanda y la producción han variado, sin embargo, considerablemente durante el período, como puede verse examinando las Figuras 1 a 3 que muestran la evolución de la demanda y la producción, y los cambios anuales. La producción de pasta aumentó rápidamente en los años inmediatamente siguientes a la guerra, y luego se estacionó en 1949 como consecuencia de la disminución de la actividad económica que tuvo lugar en los Estados Unidos en dicho año y en 1948. La guerra de Corea dió un gran impulso a la actividad económica en los años 1950 y 1951 y, como resultado, la producción de pasta y papel aumentó rápidamente en tales años. Al igual que todos los productos forestales, la pasta y el papel fueron de nuevo afectados en gran manera en 1952 por la disminución de la actividad industrial que siguió al auge de los años 1950 y 1951. A partir de 1953 la industria, con renovada confianza, comenzó de nuevo a desarrollarse, anunciándose continuamente planes de ampliación y modernización en todas las partes del mundo.

FIGURA 1. - Desarollo de la producción anual de pasta de madera, pasta de otras fibras y pasta química, desde 1946 a 1957.

FIGURA 2. - Desarollo de la producción anual de papel y cartón, cartón de fibra, papel de otras clases y papel para periódicos desde 1946 a 1957.

FIGURA 3. - Incremento anual del consumo mundial de pasta de madera, desde 1946 a 1957.

CUADRO 2. - CONSUMO Y PRODUCCIÓN MUNDIALES DE PASTA DE MADERA EN 1948 Y 1955

Sin embargo, a mediados de 1956, los dirigentes de la industria de América del Norte pronosticaron dificultades a corto plazo para la industria, dificultades que se derivarían de una expansión excesiva de las instalaciones de producción. Se esperaba que los planes que entonces se hallaban en estudio aumentarían notablemente la capacidad de producción durante 1957 y 1958. La contracción económica que dió comienzo en América del Norte en 1957 vino a sumarse a los obstáculos con que tropezaba la industria, y la producción de pasta, papel y cartón en esta región descendió en 2,3 por ciento con relación a la producción, jamás igualada, de 1956 (pasta 2,4 por ciento, papel y cartón 1,8). Como consecuencia, los índices de producción combinados de la industria de la pasta y el papel disminuyeron en un 10 por ciento, pues en 1956 fueron de 93 por ciento aproximadamente y el año pasado, de 83 por ciento. Las cifras de producción para el primer trimestre de 1958 indican un nuevo descenso en la producción que es un 8 por ciento, más o menos, inferior a la del período correspondiente de 1957.

A pesar de ello, este descenso en la producción de América del Norte no tuvo grandes consecuencias sobre la producción de las otras regiones, según se demuestra en el Cuadro 3. De hecho, se registró un incremento en el ritmo de desarrollo para todos los productos englobados en Europa y un moderado descenso en el resto del mundo. Es de notar, sin embargo, la gran disparidad entre los ritmos de incremento de 1956 y 1957 de los diferentes tipos de productos en Europa: papel para periódicos, 9,7 y 2,0 por ciento; otros papeles y cartones 3,0 y 8,1 respectivamente.

Volviendo a los pronósticos de Montreal y a los desarrollos históricos, expuestos en el Cuadro 2, es digno de observar que el incremento anual en la producción y en el consumo ha sido superior al esperado en todas las regiones, salvo en la América Latina y en Oceanía. En esta última las cifras reales fueron muy parecidas a las pronosticadas (el consumo fué inferior y la producción superior), mientras que en América Latina el consumo fué más alto y la producción más baja que lo estimado. En Europa, el consumo fué sólo ligeramente superior a lo esperado, pero, en cambio, la producción fué mucho mayor.

El estudio conjunto FAO/NU «Recursos mundiales en pulpa de madera y papel y perspectivas para el futuro»preveía igualmente cifres inferiores tanto para la producción como para el consumo. Los pronósticos contenidos en este informe indicaban un aumento en el consumo mundial de pasta de madera desde un promedio de 37,1 millones de toneladas en el período 1950-52 a 50,5 millones en el período 1960-62, o sea, un incremento de 13,4 millones de toneladas, lo que corresponde a un incremento anual de 3,1 por ciento. En 1956 (año central del decenio analizado) el consumo mundial de pasta de madera alcanzó a 49,5 millones de toneladas, cifra casi igual a la estimación para los diez años. Así, pues, el consumo aumentó realmente a un ritmo anual de 6,6 por ciento, es decir, más del doble de lo pronosticado. Por ello, no es sorprendente observar que el ritmo de incremento del consumo de papel y cartón en el mismo período aumentó en 6,3 por ciento al año, en lugar del 3,3 por ciento previsto (Véase Cuadro 4).

CUADRO 3. - EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE PASTA Y PAPEL EN DIFERENTES REGIONES DESPUÉS DE LA GUERRA

Región

Millones de toneladas

Porcentaje de incremento


1947

1955

1956

1957

1957 - 55

1955 - 56

1956 - 57

América del Norte:

 

Pasta de madera

17,4

28,0

29,7

29,0

6,9

6,4

- 2,4

Papel para periódicos

5,1

6,9

7,3

7,4

4,9

5,8

+1,4

Otros papeles y cartones

18,5

26,9

27,1

26,3

4,8

0,7

- 2,9

Cartón de fibra

1,1

1, 7

1,7

1,7

6,8

-

-

TODOS LOS PRODUCTOS

42,1

63,5

65,9

64,5

5,5

3,6

- 2,1

Europa

 

Pasta de madera

6,9

13,0

13,6

14,2

8,2

4,7

4,4

Papel para periódicos

1,6

3,1

3,4

3,5

8,6

9,7

1,5

Otros papeles y cartones

6,4

13,2

13,6

14,7

9,5

3,0

8,1

Cartón de fibra

0,42

1,2

1,3

1,4

14,0

9,4

7,8

TODOS LOS PRODUCTOS

15,3

30,5

31,9

33,8

9,0

4,6

6,0

Resto del mundo:

 

Pasta de madera

1,3

5,6

6,3

6,9

20,0

12,5

9,2

Papel para periódicos

0,35

1,14

1,3

1,4

15,9

14,0

7,7

Otros papeles y cartones

1,8

6,3

7,1

7,8

17,0

12,7

9,9

Cartón de fibra

0,05

0,26

0,34

0,36

24,5

31,0

5,9

TODOS LOS PRODUCTOS

3,5

13,3

15,0

16,5

18,2

13,1

9,5

En Europa, el incremento ha sido dos veces y media superior al previsto, mientras en América del Norte, que consume más de la mitad del total mundial de papel y cartón, el incremento anual fué 70 por ciento superior al previsto.

Diversos organismos de América del Norte, tanto gubernamentales como privados, han hecho también estimaciones del consumo futuro, habiendo llegado a resultados generales análogos a los de los estudios de las Naciones Unidas, es decir, a cifras inferiores a las reales. De igual modo, los pronósticos hechos por otros organismos europeos ajenos a las Naciones Unidas han sido inferiores a la realidad. Esto, desde luego, no quiere decir en modo alguno que las estimaciones por lo bajo sean regla general; simplemente sirve para poner de manifiesto las dificultades y las limitaciones con que se tropieza al hacer predicciones para el porvenir. Estas limitaciones se deben, no tanto a defectos de metodología como a la dificultad de hacer pronósticos bien fundados sobre los acontecimientos económicos en un mundo que cambia rápidamente y sometido a crisis nacionales e internacionales.

Sin embargo, deben hacerse pronósticos para los planes futuros a largo plazo, especialmente en las regiones insuficientemente desarrolladas. No obstante, estos pronósticos revisarse continuamente a la vista de los acontecimientos. En este artículo no se pretende presentar una nueva serie de estimaciones de la demanda para las diferentes regiones del mundo, sino simplemente sacar algunas consecuencias generales de los acontecimientos del pasado y especialmente de los del año último.

Perspectivas generales

Los Cuadros 1 y 3 ponen de manifiesto dos hechos: a) que se ha producido una gradual estabilización en el desarrollo postbélico de la producción mundial de pasta y papel, y b) que hay una gran diferencia entre el incremento anual de las diversas regiones. Ambos pueden explicarse parcialmente por los ajustes realizados después de la guerra hacia la normalización de las condiciones, pero, sin embargo, es indudable que el incremento continuará a un ritmo substancialmente mayor al del aumento demográfico y también que las diferencias de incremento entre las diversas regiones continuarán todavía por algún tiempo.

Con todas las reservas hechas anteriormente en cuanto a la validez de los pronósticos de la demanda, parece razonable suponer que el consumo mundial de productos de pasta y papel continuará aumentando a un ritmo mínimo de entre 4 y 6 por ciento poco más o menos1. Suponiendo una evolución de la economía mundial más favorable que la experimentada en el período comprendido entre las dos guerras mundiales, el incremento del consumo anual puede que muy bien supere la más alta de estas dos cifras.

1En el período 1920-37, la producción de pasta en América del Norte y en Europa aumentó a un ritmo anual medio de 4,5 y 7,6 por ciento, respectivamente.

Admitiendo un incremento anual en la demanda total de solamente 4 por ciento en el próximo ventenio, resultará que el consumo de productos de pasta y papel se duplicará en unos 18 años. Bastante más del 90 por ciento de la producción mundial de papel y cartón depende de la madera como materia prima fibrosa fundamental y lo probable es que en este breve periodo no se produzcan sino cambios poco importantes en la modalidad de los suministros. Por ello, es de esperar que la producción de pasta de madera aumente hasta unos 100 millones de toneladas para 1957. Las actuales extracciones de madera para pasta de unos 210 millones de metros cúbicos anuales tendrán que elevarse, pues, a más de 400 millones, lo que representa un incremento de cerca de 200 millones de metros cúbicos' de los cuales la mayor parte serán absorbidos por América del Norte y Europa.

Parte de este fuerte incremento en el consumo de madera podría satisfacerse ampliando una vez más el campo de las materias primas por un uso más intensivo de maderas de especies caducifolias así como también por un aprovechamiento más eficaz de los desperdicios industriales y forestales. Sin embargo, la mayor parte de los nuevos suministros procederá del aumento de los apeos de madera para pasta, que solamente podría conseguirse a un costo más elevado que el actual. Por esto, es bastante dudoso que estas regiones puedan continuar satisfaciendo las necesidades, rápidamente crecientes, de productos para los que los recursos de materias primas en las regiones industrializadas serán siempre insuficientes, particularmente en Europa. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que no es probable que las regiones deficitarias puedan gastar considerables cantidades de sus divisas extranjeras en bienes de consumo tales como pasta y papel.

CUADRO 4. - CONSUMO MUNDIAL DE PAPEL Y CARTÓN EN 1950-52 A 1956 Y PRONÓSTICOS FAO/NU PARA 1960-1962

CUADRO 5. - PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE PASTA DE MADERA POR REGIONES EN 1937, 1947 Y 1956

Pasta de madera

En el Cuadro 5 se indica la distribución por regiones de la producción y el consumo de pasta de madera en los años 1937, 1947 y 1956.

Observando primeramente la distribución por regiones de la producción de pasta, se ve que América del Norte ha aumentado su contribución al total mundial desde aproximadamente 45 por ciento en 1937 a 60 por ciento en 1956, en tanto que el porcentaje de Europa ha disminuido de 47 a menos de 28 por ciento. En las otras regiones, la producción aumentó en igual tiempo desde 8 por ciento del total mundial a 12 por ciento, principalmente a consecuencia de los incrementos en la producción de la U.R.S.S. y el Japón que juntos suponen más de 2,8 millones de toneladas del aumento total de 4,3 millones experimentado en estas regiones.

Aparte los grandes progresos hechos en el Japón, la U.R.S.S. y Oceanía, tanto en el período postbélico como en los dos años anteriores a la última guerra, la característica más notable es el lento progreso en Europa si se examina éste en comparación con el período prebélico. Esto queda aún mejor de manifiesto por comparación con el consumo, que ha crecido mucho más rápidamente que la producción (38 por ciento de 1937 a 1956, mientras que el de la producción fué menor de 19 por ciento). Como consecuencia de esto, los excedentes de pasta han disminuido desde más de 1,7 millones de toneladas en 1937 a solamente unas 250.000 toneladas en 1956, registrándose un nuevo descenso en 1957, que acusa un déficit aparente de 25.000 toneladas. En realidad, el año 1956 no es plenamente representativo de las tendencias dominantes puesto que, como se ha dicho anteriormente, este año se caracterizó por un estancamiento temporal del consumo europeo de pasta de madera. Los excedentes de este año vienen representados así por una cifra exagerada que se explica porque Europa tenía ya en 1955 un déficit de 65.000 toneladas.

La conclusión inevitable por lo que se refiere a las tendencias a largo plazo es por lo tanto que, a menos que se amplíe la capacidad de producción a un ritmo mucho más rápido del observado hasta ahora, Europa se convertirá en un neto importador de apreciables cantidades de pasta. En todo caso, esta región puede dejar de considerarse como posible abastecedor futuro de las regiones deficitarias con la excepción, naturalmente, de las cantidades que forman parte del comercio interregional normal y que tendrán que ser reemplazadas por importaciones de América del Norte.

Es también interesante la posición dominante que tienen en Europa los tres países septentrionales que en 1956 produjeron juntos el 60 por ciento de la producción total, o sea un porcentaje análogo al de 1937.

América del Norte, que antes de la guerra importaba más de un millón de toneladas, exporta hoy día más de medio millón (660, 455 y 625 millares de toneladas en los años 1955, 1956 y 1957, respectivamente). Los Estados Unidos, sin embargo, son todavía deficitarios (1,6 millones de toneladas en 1956 y 1,9 millones en 1937). Las actuales ampliaciones de la capacidad de producción de los Estados Unidos reducirán ano más su dependencia de las importaciones en los próximos años.

Así, pues, el Canadá terminará por convertirse en el único abastecedor de las regiones importadoras. El hecho de que las cantidades excedentes requeridas para satisfacer las necesidades de importación de las zonas deficitarias seguirán siendo de poca importancia en relación con el gran consumo de América del Norte entraña una situación precaria para los países importadores, pues, incluso los menores cambios en el equilibrio de la oferta y la demanda en América del Norte pueden tener consecuencias de gran alcance sobre las disponibilidades de pasta en el mercado internacional.

La U.R.S.S., que tiene las mayores reservas inexplotadas de coníferas del mundo, ha aumentado su producción tres y media veces desde 1947 y más de dos veces y media con relación a la cifra de antes de la guerra. La producción de pasta en 1956 y 1957 fué de 2,61 y 2,75 millones de toneladas, respectivamente, y los actuales planes de expansión indican un nuevo incremento en la producción de 1,2 millones de toneladas, aproximadamente, para 1960, año en que la producción total alcanzaría, pues, a unos 3,8 millones. Es de especial interés el anuncio de planes para levantar una nueva fábrica de pasta para rayón con una capacidad anual de 380.000 toneladas, Sin embargo, según diversas fuentes de información, la demanda de pasta, tanto para rayón como para papel, continuará siendo superior a la producción nacional durante bastante tiempo.

El incremento relativamente pequeño en la producción de pasta entre los años 1956 y 1957 se debió principalmente a dificultades de transporte de la madera para pasta más bien que a la falta de una suficiente capacidad de producción de pasta. Esta situación se espera al parecer que continúe este año puesto que la producción prevista es solamente un 3 por ciento mayor que la de 1957.

Asia, con su población superior a los 1.500 millones de habitantes, ha hecho notables progresos. La producción de pasta de madera aumentó desde 900.000 toneladas que era la de antes de la guerra hasta más de 2,75 millones en 1956. Las consecuencias de la guerra se reflejan claramente en la cifra de producción de 1947 que sólo fué de 282.000 toneladas, en comparación con la cual resultan todavía más impresionantes las realizaciones postbélicas.

El desglose de las cifras de producción muestra, sin embargo, que la mayor parte del incremento postbélico se debe al Japón y China, países que, juntos, justifican el 97 por ciento del aumento de 2,43 millones de toneladas (Japón, 78 y China Continental, 19 por ciento). El resto de la región aumentó su producción en 52.000 toneladas solamente, es decir, desde 18.000 a 70.000 toneladas. A este respecto debe recordarse, no obstante, que estas cifras se refieren a la pasta de madera nada más y que en esta región se han hecho considerables progresos en el aumento de la capacidad de producción de pasta a partir de materias primas distintas de la madera, especialmente a partir de bambú.

Así, la producción de pasta de otras fibras aumentó desde 195.000 toneladas en 1947 a 470.000 toneladas en 1956, pero también en este caso se debe al Japón y a la China Continental gran parte del incremento (más del 50 por ciento).

Las importaciones de pasta en toda la región disminuyeron desde 480.000 toneladas antes de la guerra a solamente 20.000 toneladas en 1947, pero desde entonces han aumentado gradualmente hasta 205.000. Considerando estas cifras, se podría suponer a primera vista que las necesidades de pasta estarán bastante bien cubiertas con la producción de la región. La verdad es, sin embargo, que la demanda es considerablemente superior a las disponibilidades y que los países no pueden gastar más divisas en estos artículos, ni pueden favorecer la expansión de industrias papeleras no integradas.

Existen fuertes motivos para creer que la situación en Asia, en lo que respecta a los suministros de pasta y papel, puede empeorar en el próximo decenio. En el Japón escasean ya las materias primas fibrosas, los suministros de bambú para las fábricas existentes en la India son en muchos casos difíciles y, aunque se han hecho progresos en algunos países, la expansión industrial dista mucho de estar a la altura de la rápidamente creciente demanda potencial.

En América Latina, con sus vastos recursos potenciales, las perspectivas del porvenir son, desde luego, más brillantes que en Asia. A pesar de esto, las dificultades en los próximos decenios serán grandes, más a causa de la escasez de capital o más bien de la relativa falta de atracción que tiene para las inversiones una industria que no puede rendir inmediatamente grandes beneficios, que a la falta de materias primas económicamente explotables.

A posar de un incremento en la producción de más de 600.000 toneladas en los últimos diez años, las importaciones de pasta han subido desde 206.000 toneladas en 1937 a 235.000 y 377.000 toneladas en los años 1947 y 1956, respectivamente. Además, la escasez de divisas ha limitado las importaciones cuya necesidad actual es apreciablemente superior, particularmente en la Argentina y en el Brasil. Se han trazado planes ambiciosos que en varios países se encuentran en vías de realización para cubrir esta demanda insatisfecha y para hacer frente a las crecientes necesidades; sin embargo, en su totalidad, distan todavía de lo que se precisa para satisfacer las probables necesidades futuras.

Las dos restantes regiones deficitarias, Africa y Oceanía, han procurado ampliar sus instalaciones de producción de pasta para ponerlas al compás de su consumo. Africa ha elevado su producción en unas 100.000 toneladas y Oceanía en unas 300.000 toneladas en los últimos diez años. Estas cifras, sin embargo, solamente reflejan parte de la verdad, pues estas regiones importan considerables y crecientes cantidades de papel y cartón, según se indica a continuación.

Papel y cartón

En el Cuadro 6 se presenta la distribución por regiones de la producción y el consumo de papel y cartón en los años 1937, 1947 y 1956.

La distribución por regiones de la producción y el consumo de papel y cartón es semejante a la de la pasta de madera. América del Norte produce y consume el 57 por ciento aproximadamente del total mundial Europa produce el 28 y consume el 26 por ciento; y las otras regiones, reunidas, producen el 15 y consumen el 17 por ciento del total.

América del Norte tiene actualmente un excedente exportable de unas 750.000 toneladas, que es aproximadamente igual al de antes de la guerra, mientras que Europa ha aumentado sus exportaciones netas desde 970.000 toneladas a 1,2 millones.

Todas las regiones deficitarias han aumentado sus importaciones, en algunos casos hasta de modo apreciable; por ejemplo, Asia, excluidos el Japón y la China Continental, ha más que duplicado sus importaciones netas, desde 217.000 toneladas en 1947 a 540.000 toneladas en 1956. La América Latina, que logró una expansión en la producción de más de 700.000 toneladas entre los años 1947 y 1956, tuvo todavía que aumentar sus importaciones en más de 110.000 toneladas en el mismo período, siendo prácticamente todo el incremento de papel para periódicos.

El análisis anterior de la distribución por regiones de la producción y el consumo de pasta y papel muestra que las regiones deficitarias han aumentado tanto su capacidad de producción como sus necesidades de importación. ¿Han conseguido disminuir su dependencia de los suministros del exterior? En el Cuadro 7 se presenta la producción por regiones expresada como porcentaje del consumo regional.

Considerando la magnitud de las cifras de 1956, se puede observar en primer lugar la exigüidad de las disponibilidades para exportación de América del Norte y de Europa en relación con sus consumos (para pasta 2,7 y 1,9 por ciento; para papel y cartón 2,3 y 7,4 por ciento en América del Norte y Europa, respectivamente).

CUADRO 6. - PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE PAPEL Y CARTÓN POR REGIONES EN 1937, 1947 Y 1956

De las zonas deficitarias, Asia (con excepción del Japón y la China Continental) y la América Latina dependen de los suministros del exterior para aproximadamente la mitad de su consumo de pasta y de papel, mientras que Africa y Oceanía son prácticamente autárquicas en cuanto a pasta, pero tienen que importar cantidades considerables de productos terminados para satisfacer sus necesidades (Africa 65 y Oceanía 40 por ciento).

El desarrollo histórico pone de manifiesto que se han hecho progresos en algunas de las regiones deficitarias para aliviar su dependencia de los suministros del exterior. Sin embargo, los progresos llevados a cabo en los últimos diez años distan de ser satisfactorios, especialmente en Asia (exceptuados el Japón y la China Continental) y la América Latina. En Asia, la dependencia en lo que se refiere a la pasta importada ha aumentado realmente, mientras que en lo que respecta al papel y al cartón ha disminuido algo.

El peligro para las zonas deficitarias está, sin embargo, no tanto en lo inadecuado de sus suministros internos como en el hecho de que sus necesidades de importación sean principalmente de dos artículos clave: papel para periódicos y pasta de coníferas. Más del 50 por ciento de las importaciones de papel y la totalidad de las de pasta pertenecen a estas dos categorías esenciales.

CUADRO 7. - PRODUCCIÓN DE PASTA, PAPEL Y CARTÓN POR REGIONES EXPRESADA COMO PORCENTAJE DEL CONSUMO REGIONAL


Pasta

Papel y cartón

América del Norte

90, 8

97 , 3

102, 7

105 , 3

102, 7

102, 3

Europa

115,0

101,9

109 ,1

112, 1

107


U.R.S.S.

100, 0

108, 4

101, 2

100, 0

100, 6

98, 2

Asia

65,2

94,2

93,1

-

73,5

90,3

id. Excluídos el Japón y la China Continental

-

56,3

52,6

-

40,5

45,3

América Latina

11, 6

30,9

47, 3

-

44,9 9

59,5

Africa

0

90,9

98,3

-

11,1

35,5

Oceanía

0

77,5

92, 1

-

41, 1

59,6

Aun cuando se han hecho notables progresos tecnológicos para resolver la cuestión de la fabricación de papel para periódicos a partir de materias primas distintas de las coníferas y para sustituir la pasta de coníferas, transcurrirá todavía largo tiempo antes de que esto pueda conseguirse económicamente en gran escala, excepto en condiciones muy particulares.

Como los recursos de coníferas escasean en las zonas deficitarias en pasta y papel (siendo ésta una de las razones por las que las industrias de la pasta y el papel se han desarrollado lentamente) existen sobradas razones para creer que las importaciones de papel para periódicos y de pasta de coníferas continuarán aumentando.

Conclusiones

Al comienza de este informe se ha planteado la cuestión de si el año 1957 señala un alto en la tendencia ascensional después de un período transitorio de ajustes postbélicos. Tomando como base el análisis que se ha hecho de los acontecimientos registrados en los últimos diez años, se puede afirmar con seguridad que no es así. Muy probablemente la contracción económica del año pasado continuará en 1958 y afectará también a otras regiones aparte de América del Norte. Es igual mente probable que este período sea el más difícil con que hayan tropezado las industrias de la pasta y el papel desde la guerra. Pero no hay duda que las tendencias generales a largo plazo se afirmarán después de nuevo por sí solas con un constante aumento de la demanda y con las dificultades que surgirán en la satisfacción de las necesidades de la mayoría de las regiones.

Realmente los desarrollos del período postbélico indican que, aun cuando se han realizado notables progresos en las zonas deficitarias para satisfacer sus necesidades, rápidamente crecientes, de productos de papel, las perspectivas para el porvenir son más obscuras que al comienzo de la década. Por ello, las razones que indujeron a las Naciones Unidas y a sus organismos especializados a llamar la atención de los Estados Miembros sobre los peligros inherentes a las tendencias a largo plazo siguen siendo válidos y es preciso efectuar todavía esfuerzos definidos para preparar planes de desarrollo realistas en las regiones menos desarrolladas. Naturalmente, los desarrollos deben basarse en principios económicos justos, pues de lo contrario habría que establecer tarifas protectoras, lo cual significaría en última instancia precios más elevados perjudiciales para el progreso económico y cultural. Desgraciadamente, los desarrollos no han seguido siempre hasta ahora este principio, originando con ello dificultades para la creación de posibles mercados regionales.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente