info
close
Adentrándose en las aguas de la crecida monzónica.
© FAO/Fahad Kaizer

Mitigación de los riesgos asociados al cambio climático y de las catástrofes

Incrementar la resiliencia para gestionar los riesgos y proteger a las personas mediante medios de vida basados en la agricultura y la alimentación

Más que nunca, los proyectos de inversión agrícola deben basarse en pruebas sólidas de la variabilidad del clima, la variación estacional y los fenómenos extremos, tanto del pasado como del futuro, a fin de impulsar un desarrollo sostenible, resiliente e inclusivo.

Con este fin, la FAO ha desarrollado un conjunto de instrumentos sobre los riesgos climáticos que utiliza información y datos geoespaciales avanzados relacionados con el clima mediante los que se detectan los peligros asociados con el clima tanto actuales como futuros de una zona seleccionada. Los usuarios pueden realizar un análisis del riesgo climático y generar un informe automático en el que se incluyen medidas específicas para aumentar la resiliencia al clima, las cuales pueden integrarse en proyectos.

En la COP 27 se creó un fondo específico para las pérdidas y los daños de quienes se encuentran en la primera línea del cambio climático, en particular los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y los países menos adelantados. La FAO prestará apoyo a los gobiernos en la búsqueda de recursos disponibles por conducto del nuevo fondo.

En el contexto de la reducción y gestión del riesgo de desastres, la FAO centra su atención en anticipar las principales amenazas para los sistemas agroalimentarios (en particular los fenómenos meteorológicos extremos como factores impulsores y amplificadores de los daños y las pérdidas) y en responder a ellas.

Las medidas comprenden:

  • programas de respuesta dedicados a salvar los medios de vida prestando asistencia en el desbroce y la limpieza de campos, la reparación de canales y el suministro de materiales para mantener la producción agrícola;
  • preparación para afrontar emergencias en aras de la acción preventiva mediante sistemas de alerta rápida, como información sobre fenómenos meteorológicos extremos, fondos y recursos técnicos destinados a proteger los activos y trasladar a la población a zonas más seguras antes de que las perturbaciones se presenten;
  • medidas de rehabilitación tras un desastre, centradas en ayudar a las personas a construir mejor y prevenir crisis alimentarias. Los riesgos pueden reducirse al mínimo protegiendo del clima las infraestructuras y siguiendo de cerca las señales de alerta rápida.

EL HURACÁN MARÍA Y DOMINICA

Después de que, en 2017, el huracán María dejara en Dominica alrededor del 90 % de los edificios dañados o destruidos, la pequeña isla del Caribe de solo 70 000 habitantes está en vías de convertirse en el primer Estado resiliente al clima para 2030. Esta ambición se ve reflejada en la Estrategia Nacional de Desarrollo de la Resiliencia 2030, el Plan de Recuperación y Resiliencia Climática de Dominica y el plan para establecer un centro global para la resiliencia de la agricultura en Dominica, así como en la reciente Política agrícola nacional para 2021-2030.

Con el apoyo de la FAO y un amplio número de partes interesadas, se ha elaborado una guía para la transformación con cuatro líneas de acción principales, a saber:

  1. afrontar las amenazas a la seguridad alimentaria y nutricional;
  2. fomentar la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola, agrícola y pesquera;
  3. ampliar los mercados y las cadenas de valor que consideren la información sobre los riesgos y respondan a ellos;
  4. reforzar la base de recursos naturales mediante una gestión mejorada de la tierra, el suelo y el agua.
UN Resilience

Dentro de las cuatro líneas de actuación, se han definido 14 intervenciones transformadoras. Entre ellas cabe destacar los sistemas de alerta rápida; las medidas de respuesta ante emergencias; el acceso a la financiación y a los seguros; las cadenas de valor alimentarias diversificadas, locales y resilientes, y la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos. Asimismo, son destacables las medidas transversales, como los incentivos en materia de políticas y el empoderamiento de los jóvenes y las mujeres. La guía para la transformación de Dominica se ajusta a las cinco capacidades en materia de resiliencia que figuran en las Directrices comunes de las Naciones Unidas para contribuir a la creación de sociedades resilientes. Dominica aspira a convertirse oficialmente en el primer Estado resiliente al cambio climático de la Tierra.

back to top